Orientación [Priv. Momo]

por **Ekaterina Akeila** Lun Jul 21, 2014 9:45 pm

Se enteró de la partida de su compañera de habitación más rápido de lo que le habría gustado. Quería hablarle de tantas cosas, era la primer amiga que hacía en su vida y estaba muy interesada en mantenerla, por desgracia, las cosas no habían funcionado como a ella le gustaría y tuvo que esperar un poco y no comentarle nada a Sam, quien posiblemente no comprendería su sentir. Y eso era algo que no quería descubrir, estaba ansiando ser feliz por sus medios, pero... Es que el hecho de que Cristie se fuera si le había pesado en lo más dentro de si misma. Sam se había dado un poco de cuenta de aquellas cosas que le hacían sentir mal, pero, no había dado con la curiosidad de que la partida de Cristie, a diferencia suya, le había causado un gran pesar a Ekaterina, quien después de todo, no pudo sanar el corazón herido de aquella dulce chica. Había fallado por primera vez como guardiana y como persona.

Había salido de clases y aprovechando el calor del sol, algo extraño en la estación en la que estaban, subió a la azotea y recibió la luz solar, dejando que su uniforme, tan pulcramente ordenado, tomara la forma de su traje de guardiana. Se sintió más tranquila con eso, porque la desesperación le estaba guiando a perderse a si misma. Si bien, se sentía mal porque le había fallado a alguien, eso no significaba que debía dejar de luchar o dejar de ser quien ella era, porque como había hablado con el hombre en su cita de San Valentín, el primer paso para que un ser de luz se pierda en la oscuridad es dudar y sentirse de la forma en la que ella se siente, por eso decidió purificarse y fue justo como pensó y se dio cuenta de que era mejor si se mantenía con la cabeza en blanco, de esa forma sería capaz de hacer muchas más cosas.

—¡Ah~! A veces simplemente me gustaría gritar todo lo que tengo enterrado en mi alma.— Ha visto a Sam gritar, llorar, patear, pero ella no. Suele consumar sus emociones con los rayos del sol, pero en ese momento se siente un poco decepcionada de su incapacidad por ayudar a Cristie. Necesita una nueva perspectiva, pero no puede hablar de eso con Sam.— O al menos... Alguien que me oriente.— Y es algo irónico, que una guardiana de la luz, necesite algo de orientación... Pero, piensa que podría lograrlo y que eso podría servirle a alguein como ella, así que decide hacer eso... Pero, ¿cómo encuentras a alguien capaz de ayudarte? Permaneció levitando, en busca de una respuesta. Estar en contacto con el sol, siempre era de utilidad para ella.

por Invitado Dom Ago 10, 2014 2:28 pm

— ¡Ups! Se me ha caído sin querer. — Mencionó una de las chicas.

— ¿Sin querer? — Interrumpió otra, que me miraba como si fuera la basura más repugnante.— ¡Sin querer queriendo!

El grupete de niñas ricas empezaron a reír sin ni siquiera haber un payaso en el lugar... al menos no uno certificado. Yo estaba más que cabreada debido a que mi vestimenta, la única que tenía, había estado bañada en leche y su estúpida comida y todo aquello porque sin querer le había pisado el pie, ¿Acaso no me había disculpado ya? Pero no, no les era suficiente hasta verme humillada al cien por ciento y aquello solo me enfureció más. Tenía planeado irme de la cafetería en donde se había armado todo el espectáculo, los demás chicos seguían sus burlas, como si fueran sus secuaces o algo similar. Estaba segura que eran del tipo que desean ser aceptados por la sociedad y por ende, apoyan todo lo que hacen los otros.

Pero lo que si me enfureció es que sus burlas no cesaba la maldad de esas personas por lo que acudieron a seguir molestándome, con unos cuanto que otros insultos. No me harían flaquear, al menos no ahí donde pudieran verme. Salí lo más pronto posible a refugiarme en un lugar seguro sin fijarme cuantas personas se cruzaran en mi camino, pues mis ojos amenazaban con derramar lagrimas traicioneras y de ningún modo se lo permitiría, no hasta que estuviera en paz.

Logré subir unos cuantos escalones, y mientras más me adentraba al centro académico, menos personas poblaban el lugar. Estaba segura que era la azotea, donde a lejanía podía distinguir una figura, no me importaba si esa entidad me miraba, al menos no habían más personas en el sitio. Me adelanté hasta donde se encontraba, manteniéndome a una distancia prudente, entonces pude distinguir su silueta con mayor determinación. Era una chica. De cabellera clara y muy bonita, no podría decir algo respecto a su rostro debido a que estaba de espaldas y yo apenas me encontraba tras de ella, aunque, algo me decía que seguramente era hermosa.

Dejé a un lado mi pena, estrujando mi nariz con mi ante brazo, no me preocupé por limpiar mis ojos ya que las lagrimas nunca dieron a surgir, ahora, estaba concentrada en saber por qué aquella jovencita estaba sola, cuando afuera habían más gente que podía acompañarla. Ciertamente, despertó cada sentido de mi curiosidad. — Oye... — Intenté captar su atención utilizando un tono suave, lo menos que quería era asustarla.— ¿No tienes frío? —Dije mientras coloqué una de mis manos a mi nuca, en un intento en vano de que llegara otra idea a mi mente y poder hacerle conversación a esa persona.

Off rol:

por **Ekaterina Akeila** Lun Sep 08, 2014 10:52 pm

El viento ondeaba las telas de su traje de guardiana. Estaba en el suelo, recibiendo los rayos del sol. Tranquila y apasible, como todas las veces en las que el sol le hacía compañia. Escuchó una voz a su espalda y dio un giro con un pie para ver a la persona que estaba tras ella. Estaba un poco sucia, empapada en algunos líquidos y comida. Ekaterina sintió que ella estaba pasando un mal momento y se acercó a ella. Volvió a su uniforme simple, aunque su falda era más larga que la de la media de los estudiantes. Dejó escapar un suspiro y observo a la chica. Estaba confundida, si, pero sabía que había algo que podía hacer por la chica, aunque fuera una insignificancia, ella tenía el control de sus poderes y seguramente había una cosa por pequeña que fuera que pudiera hacer por esa criaturita.

—No tengo frío. Estoy mejor cuando estoy en el sol.— Respondió con voz pasiva y se acercó un poco hacia la chica. Se suponía que nadie debía verle cuando estuviera como guardiana. Incluso cuando Ebony en una ocasión le había visto, pero no es como si fuera la gran cosa. Era Sam, después de todo. Él había conocido muchas de las cosas, buenas o malas, de la guardiana. El punto es que nunca nadie más le había visto en ese aspecto.—¿Tu estás bien? Porque debo decir que luces muy mal.— Cuestionó con curiosidad, le hacía sentir dudas que era lo que estaba pasando con la jovencita, pero no podía hacer mucho en realidad, en especial porque no le conocía.

Se debatió durante algún tiempo si era inteligente decir algo más y finalmente, se acercó los pasos que le faltaban a la chica y le acarició el cabello con cariño. Cerró los ojos y dejó que una diminuta chispa saliera de sus dedos, influenciando el alma de la chica, intentando darle la tranquilidad que suponía que no tenía. Abrió los ojos, con decisión. No podía deprimirse, no por mucho tiempo y menos cuando había tantas personas que contaban con ella, incluso cuando eran completos desconocidos. Le mostró una sonrisa y le tomó la mano.

—Mi nombre es Ekaterina y me encantaría ayudarte.— Mencionó con su calma regular, aunque aun necesitaba ayuda y tenía la sospecha de que aquella chica de tierno aspecto podría ayudarle.

por Invitado Miér Sep 24, 2014 9:33 am

No iba a negar que sentía cierta inseguridad de haberme acercado a ella, a pesar de que solo tenía como silueta la espalda ajena, sentía que era una persona… ehm, se podría decir que ¿Diferente? Bueno, eso apenas solo era intuiciones mías, no estaba seguro de ello. Creí que me ignoraría, pero no fue así, luego de haber hecho la pregunta, esta se dio media vuelta, pues las sospechas que anteriormente abundaban en mi cabeza, ahora eran totalmente respondidas y de manera positiva. Mostraba ser alguien muy particular, puesto que cada fisura en su rostro la definía de alguna forma, además de que su cabellera clara iba más acorde su rostro (por cierto, muy femenino). No sabía si era su pelo, o tal vez el diminuto gesto que adornaba en su rostro, pues ambas cosas le quedaban estupendo y ayudaba a diferenciarla mucho. Al menos sí tenía claro que lago le hacía destacar en sobre manera.

— Me parece extraño que alguien adora solearse. — Bueno, ahí daba por terminada mi inquietud, su comentario sí que fue totalmente único, tan solo esperaba que no se ofendiera con lo que dije, tampoco es que fuera un delito que las personas dijeran cosas fuera de lo normal, además, ahora que podía verla con mayor claridad, también noté su extravagante traje que traía puesto, que yo sepa, el día de disfraces aún no se aceraba, ¿o tal vez ya estábamos? Nunca fui buena sabiendo las fechas festivas.

Escuché su pregunta y apenas pude asentir con la cabeza, me había tardado unos segundos antes de dar la afirmación, pues no acostumbraba a mentir, bueno, no era tampoco una mentira, cuando olvido algo que me incomoda, por lógica deja de fastidiarme, y aquella persona hizo que dejara atrás ese tema y enfocarme en sus palabras, usaba un tono muy dulce. — Si lo dice por mi ropa, fue solo un accidente. — Me encogí de hombros mostrando una pequeña sonrisa. Sí, claro, un accidente provocado.

Inmediatamente acudí al silencio cuando pude ver como ella se acercaba, estuve a punto de retroceder, lo primero que pasó por mi mente era que se retiraría y yo estaba en medio de su camino (a pesar de haber muchísimo espacio como para tomar otra dirección), pero no, no era así, llegó hasta mi y depositó una de sus manos en mi mejilla. A causa de mis reflejos e intuición, cerré mis parpados inmediatamente, sentí que ella no quería lastimarme pero de todos modos llegué a alertarme por unos segundos. Las chicas con las que anteriormente me había topado juraban no querer hacerme daño, pero lo hicieron y apropósito.

Cuando estuve ya en calma, volví a abrirlos, fue más por la luz que desprendía la que llamó mi atención de querer abrir los ojos. ¡Era como de película! En cuestiones de minutos, de apoco una emoción extraña fue calmando mi interior, pues si antes mis ojos amenazaban con derramar lagrimas de tristeza, podría decir que ahora lo harían con felicidad. — Gracias… — Murmuré un poco más tranquila, ni siquiera sabía porque le agradecía, su mano no sería la causa de eso, ¿No? tal vez lo que necesitaba era apoyo. — ¿Ekaterina? Suena un poco difícil para pronunciar. — Dije aún después de escuchar lo último mencionado por esta. — El mío es Momoiro. Y bueno… — Comencé a rascar mi mejilla con el dedo índice. — Cuando alguien desea hacerte algún mal, ¿Pensarías en usar la venganza?

por **Ekaterina Akeila** Vie Sep 26, 2014 3:51 pm

Nunca había tenido un acercamiento directo con las personas cuando tenía pensado ayudarles, siempre había sido un poco diferente. Había notado que alguien no estaba bien y de inmediato les había hecho sentir mejor con las ondas de calor que desprendían sus manos, excepto con Sam, con quien nunca funcionaron sus poderes, suponía que era porque era mas efectivo conversar con él. Solía prestar mas atencion a las palabras que a los sentimientos. Pero era diferente, Sam era su mejor amigo, su hermano, su persona más importante en el mundo y... Ella era una desconocida. ¿Podría crear la misma conexión con esa chica de apariencia extraña? No estaba segura de ello y no podía evitar sentirse nerviosa por lo que podría seguir de esa relación. Ni siquiera de que sus escasas habilidades comunicativas pudieran hacer sentirle mejor, en vista de que ella le tenía un poco de miedo. Alisó la tela de su falda. Escuchó sus palabras y mostró una seña de incomodidad, que rápidamente desapareció de su rotro.

—Esta bien, tampoco es algo que las personas normalmente entenderían.— Entrecerró la mirada, con aire nervioso. Y miró hacia otro sitio con inseguridades. Ella sabía que sus excentricidades le hacían muy diferente y que las personas usualmente no entenderían nada sobre ella. Si incluso Sam se había sorprendido las veces que le había visto descansar bajo los rayos del sol y era en aquellas ocasiones en las que Ebony aun no entendía lo que hacía la guardiana del sol. Pero cuando lo descubrió, fue como si todo hubiera cambiado y eso había tomado meses y meses, entonces, no se imaginaba lo que podría pasar con esa chica. No tenía meses y meses para recuperar la confianza en si misma.—Pero, ese detalle no es importante.— Aclaró, restándole importancia.

Tenía movimientos dulces, la gran mayoría del tiempo y esa vez no era la excepción. Por lo que su forma dulce de acercarse a la chica, de acariciarle las mejillas, de iluminarle con una chispa de su alma e incluso la forma en la que le tomó la mano, todos eran movimientos bien planeados por el joven que solamente quería que esta se tranquilizara. Cuando vio su rostro, a punto de romperse en llanto, algo dentro de ella también se rompió. Quizás porque estaba a merced de sus emociones, porque no sabía como reaccionar, como pensar, como mantenerse tranquila. Era porque estaba confundida, sin duda, pero quizás ya había conectado un vínculo con la chica y por eso sus emociones se rompieron a su alrededor. Escuchó sus palabras y rió un poco, asintiendo, su nombre era extraño.

—Puedes llamarme Eka o Akeila, es mi otro nombre. Es extraño porque es de origen ruso, hay muchos nombres raros allá.— Sonrió un poco más y miró hacia otro sitio, intentando no pensar en lo que pensaba antes, necesitaba mantenerse serena o sus poderes se saldrían de su control, no quería lidiar con eso en ese momento.—En cambio el tuyo, es encantador. Momoiro significa "rosa", ¿verdad?— Miró a otra parte, sabiendo lo que significaría lo siguiente, decir el significado de su nombre.—Mi nombre, Ekaterina, significa pura o pureza, por eso mi madre me lo puso.— Nunca le había dicho eso a nadie, pero cualquiera con google o wikipedia disponible, podría saberlo.

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