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Things you've never done (Priv.)
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Things you've never done (Priv.)
Caín miraba atento el reloj cada casi diez minutos, minutos que sentía eternos... ¿Cuando se había hecho tan desesperado? ¿Eran los efectos de que Tom se molestaba cuando llegaba tarde? Negó ligeramente entre sus pensamientos, era distinto, completamente distinto. Se estiró y se acomodó el abrigo que llevaba, lo que menos tenía ganas de hacer en esos momentos era salir de su cálida casa, pero la oferta le había tentado demasiado, aunque tuviera poco de conocer a aquél alumno de la más alta estirpe, las palabras mágicas de 'Yo pago' le atrajeron cual mosca. Eso y que las cosas estaban irritables en casa, necesitaba descansar del ambiente.
Su mirada se dirigió al cielo, pensaba en la forma en la que se desarrollaba actualmente su vida, a esas alturas, navidad ya ¿Un año de cambiar de ambiente? Gruñó ligeramente y se acomodó de nuevo, no le gustaba pensar en las navidades pasadas, demasiado solitarias, ahora todo era diferente con Tom, con aquél ambiente. Tom. Solo Tom. Navidad siempre había sido algo realmente solitario para él, al punto en el que olvidaba las fechas más conocidas en el calendario común, olvidaba su cumpleaños, olvidaba navidad, el día del padre, de la madre, san valentín, halloween... había vivido de forma monotona durante el día, y ahora todo había cambiado ¿Se lamentaba? En absoluto, le parecía hasta curiosa la forma en la que todo se había volteado.
Miró después al suelo, se inclinó y recogió de él un volante envuelto en hojas que no había visto al llegar, hablaba de una pista de patinaje ¿No había sido ahí el lugar al que Sinbad le había citado? Hizo una mueca, solo había escuchado el nombre, no de que iba la reunión ¿Patinaje sobre hielo? ¿Era en serio? Parecerían una de esas parejas sosas que van a 'aprender' a patinar... él no sabía patinar en esa clase de suelo, no pensaba hacer el ridículo. Guardó el papel en su abultado abrigo y con un rostro que era invadido por una expresión molesta esperó, claro que le reclamaría por no informarle como era debido acerca del lugar al que se dirigían... y ahí estaba, de nuevo, la actitud que había adoptado gracias a Tom. Gruñó al pensarlo y sacudió la cabeza.
Simplemente esperaba.
Su mirada se dirigió al cielo, pensaba en la forma en la que se desarrollaba actualmente su vida, a esas alturas, navidad ya ¿Un año de cambiar de ambiente? Gruñó ligeramente y se acomodó de nuevo, no le gustaba pensar en las navidades pasadas, demasiado solitarias, ahora todo era diferente con Tom, con aquél ambiente. Tom. Solo Tom. Navidad siempre había sido algo realmente solitario para él, al punto en el que olvidaba las fechas más conocidas en el calendario común, olvidaba su cumpleaños, olvidaba navidad, el día del padre, de la madre, san valentín, halloween... había vivido de forma monotona durante el día, y ahora todo había cambiado ¿Se lamentaba? En absoluto, le parecía hasta curiosa la forma en la que todo se había volteado.
Miró después al suelo, se inclinó y recogió de él un volante envuelto en hojas que no había visto al llegar, hablaba de una pista de patinaje ¿No había sido ahí el lugar al que Sinbad le había citado? Hizo una mueca, solo había escuchado el nombre, no de que iba la reunión ¿Patinaje sobre hielo? ¿Era en serio? Parecerían una de esas parejas sosas que van a 'aprender' a patinar... él no sabía patinar en esa clase de suelo, no pensaba hacer el ridículo. Guardó el papel en su abultado abrigo y con un rostro que era invadido por una expresión molesta esperó, claro que le reclamaría por no informarle como era debido acerca del lugar al que se dirigían... y ahí estaba, de nuevo, la actitud que había adoptado gracias a Tom. Gruñó al pensarlo y sacudió la cabeza.
Simplemente esperaba.
Invitado- Invitado
Re: Things you've never done (Priv.)
Tras insistirle tanto a Caín, había aceptado su invitación y aprovechando las fiestas, le llevaría a un sitio bastante novedoso en la zona debido a lo poco común que era patinar en hielo en fechas de verano. Seria algo especial, sin dudas, Sinbad por una parte estaba ansioso de tener una oportunidad de convivir con aquel hombre y por otro lado, tendría con quien pasar la noche buena. Navidad se suponía importante, por lo que esta la celebraría solo con alguien que él amase y para ello faltaba mucho en su vida.
Se apresuró en ir al sitio de encuentro, iba bien con el tiempo pero a último minuto se le ocurrió comprar un presente, no estaría mal y quizás eso agradase al maestro. El problema ahora radicaba en dos sencillas cosas: no tenía tiempo y no conocía a Caín. Sabía que podría regalarle y sería útil, mas no sabía que cosa podría darle para ser memorable en esta ocasión. Le fue difícil, pero le compró algo que no fuese comprometedor pero si se viera como un detalle decente y claro, no esperaba que aquel lo aceptase de buena gana o siquiera lo abriera de su empaque. Caín solía evitarle, aunque solo dentro del aula, ya que fuera era como un tipo más, sin títulos como profesor o alumno. Al menos asi lo veía Fakhîr.
Guardó el paquete, envuelto en papel de regalo, en el bolsillo de su chaqueta la cual era corta y llegaba al ombligo cuando mucho. Era de tela negra y se notaba la diferencia con lo clara que era su camiseta, la cual era ajustada y poseía un tono crema. Sus pantalones eran negros, ajustados en el final ya que sobre estos se veían un par de botas oscuras de media caña. Su aspecto era decente, no tan exótico como de costumbre solo para no molestar a su ‘cita’. Cuando estuvo cerca del lugar pactado, avanzó más rápido y saludó enérgico al hombre que le esperaba.
— Buenas tardes, Caín — le sonríe suave — lamento enormemente mi demora, no suelo llegar tarde, pero tengo una excusa para ello.— Se inclinó leve al disculparse, para luego acercarse más al contrario. — aunque claro, es mi culpa el llegar tarde y aunque me excuse, no cambiará el hecho de que te hice esperar — realmente le pesaba, no sabía si aquel soportaría algo como esto, pero de cierta forma le era interesante saber si le daba lo mismo o si le regañaría por ello. — ¿Entremos? — dijo ladeando su rostro y manteniendo aquella amable y animada expresión, quiso acercarse más, pero sería imprudente de su parte y quizás solo conseguiría espantarle a los brazos del otro maestro. Ante ello negó leve, hoy estaba para él, por algo vino y no le rechazó ¿verdad? Se dispuso a caminar, mientras con la zurda sacaba del bolsillo el pequeño paquete y lo alzaba — Te traje un regalo, Caín. Ven por él — dijo pasando del otro y yendo al interior del lugar, ya que apenas si estaban en la entrada al gran sector dedicado a la pista de patinaje y al pequeño local de comida rápida especial para estas fechas.
Se apresuró en ir al sitio de encuentro, iba bien con el tiempo pero a último minuto se le ocurrió comprar un presente, no estaría mal y quizás eso agradase al maestro. El problema ahora radicaba en dos sencillas cosas: no tenía tiempo y no conocía a Caín. Sabía que podría regalarle y sería útil, mas no sabía que cosa podría darle para ser memorable en esta ocasión. Le fue difícil, pero le compró algo que no fuese comprometedor pero si se viera como un detalle decente y claro, no esperaba que aquel lo aceptase de buena gana o siquiera lo abriera de su empaque. Caín solía evitarle, aunque solo dentro del aula, ya que fuera era como un tipo más, sin títulos como profesor o alumno. Al menos asi lo veía Fakhîr.
Guardó el paquete, envuelto en papel de regalo, en el bolsillo de su chaqueta la cual era corta y llegaba al ombligo cuando mucho. Era de tela negra y se notaba la diferencia con lo clara que era su camiseta, la cual era ajustada y poseía un tono crema. Sus pantalones eran negros, ajustados en el final ya que sobre estos se veían un par de botas oscuras de media caña. Su aspecto era decente, no tan exótico como de costumbre solo para no molestar a su ‘cita’. Cuando estuvo cerca del lugar pactado, avanzó más rápido y saludó enérgico al hombre que le esperaba.
— Buenas tardes, Caín — le sonríe suave — lamento enormemente mi demora, no suelo llegar tarde, pero tengo una excusa para ello.— Se inclinó leve al disculparse, para luego acercarse más al contrario. — aunque claro, es mi culpa el llegar tarde y aunque me excuse, no cambiará el hecho de que te hice esperar — realmente le pesaba, no sabía si aquel soportaría algo como esto, pero de cierta forma le era interesante saber si le daba lo mismo o si le regañaría por ello. — ¿Entremos? — dijo ladeando su rostro y manteniendo aquella amable y animada expresión, quiso acercarse más, pero sería imprudente de su parte y quizás solo conseguiría espantarle a los brazos del otro maestro. Ante ello negó leve, hoy estaba para él, por algo vino y no le rechazó ¿verdad? Se dispuso a caminar, mientras con la zurda sacaba del bolsillo el pequeño paquete y lo alzaba — Te traje un regalo, Caín. Ven por él — dijo pasando del otro y yendo al interior del lugar, ya que apenas si estaban en la entrada al gran sector dedicado a la pista de patinaje y al pequeño local de comida rápida especial para estas fechas.
- Off:
- No quise poner el code usual que tengo pa' Sinbad. PEREZA (?) asi que a lo normalito :DDD. Ademas no quise buscar ima, no confío en este pc para eso, se me ha apagado mas veces de las que me atrevo a confesar.
Invitado- Invitado
Re: Things you've never done (Priv.)
Había comenzado a jugar con las mangas de su abrigo, estaba cansado, no de esperar, en general. Su teléfono estaba encendido pero silenciado, no había avisado de su repentina desaparición y no quería hacerlo, no sabía a que punto llegaban los celos de Tom, pues no los había experimentado aún, pero suponía que aunque eso no causaría ningún problema, era preferible no mencionarlo. Se estiró una vez más, estuvo a punto de comenzar a caminar solo para espabilarse pero llegó, le miró directo, a cada paso que daba debía subir un poco más la mirada pues era alto, le agradaba que fuera alto. Le miró un largo rato sin escuchar varias de sus palabras, reaccionó hasta la palabra 'Entremos'. Suspiró y giró la cabeza.- Si, como sea. -Miró su reloj antes de avanzar más y suspiró, eran cerca de las nueve, debía llegar a casa a las doce para la cena... quizá llegaría tarde. Quizá no lo haría.
Se detuvo de golpe al escucharlo, ¿Un regalo? ¿Era una cita? Frunció ligeramente su labio aunque no estuviera molesto, entró al lugar habiendo olvidado por completo que era la pista de patinaje, su cabeza se había llenado de tantas cosas que lo había mandado a segundo plano, al entrar el frio le golpeó, a pesar de llevar abrigo nada le quitaba lo friolento que era. Estiró sus mangas y suspiró, alcanzando a Sinbad en la fila para los patines. Gruñó bajito para su propio descontento y miró alrededor, no veía nada más que lo que parecían ser parejas.– ¿Porque aquí? –Murmuró bajito mientras daba un paso para acercarse más, se hizo el desentendido con lo del regalo, él no llevaba nada, no se le había ocurrido. Dio un par de pasos más y chocó con él al estar viendo otras cosas, sin disculparse regresó un paso.
Miró después el suelo, había escarcha en los rincones, de verdad helaba ahí. Suspiró y pensó en hablar de nuevo, pero prefirió el silencio por una razón realmente simple, sentía que si se movía sentiría más frío. Aún así tuvo que hacerlo, avanzó más hasta que llegaron a la linea en la que entregaban los patines, el mayor dio su talla y se los entregaron sin demora, se alejó y se sentó al lado de un pequeño calefactor, casi se le pegó. Esperó a que Sinbad apareciera a su lado y casi por reacción hizo lo mismo, se pegó a él en busca del calor. Sin esperar más se comenzó a poner los patines de hielo, suponía que no sería tan difícil después de todo.
Se detuvo de golpe al escucharlo, ¿Un regalo? ¿Era una cita? Frunció ligeramente su labio aunque no estuviera molesto, entró al lugar habiendo olvidado por completo que era la pista de patinaje, su cabeza se había llenado de tantas cosas que lo había mandado a segundo plano, al entrar el frio le golpeó, a pesar de llevar abrigo nada le quitaba lo friolento que era. Estiró sus mangas y suspiró, alcanzando a Sinbad en la fila para los patines. Gruñó bajito para su propio descontento y miró alrededor, no veía nada más que lo que parecían ser parejas.– ¿Porque aquí? –Murmuró bajito mientras daba un paso para acercarse más, se hizo el desentendido con lo del regalo, él no llevaba nada, no se le había ocurrido. Dio un par de pasos más y chocó con él al estar viendo otras cosas, sin disculparse regresó un paso.
Miró después el suelo, había escarcha en los rincones, de verdad helaba ahí. Suspiró y pensó en hablar de nuevo, pero prefirió el silencio por una razón realmente simple, sentía que si se movía sentiría más frío. Aún así tuvo que hacerlo, avanzó más hasta que llegaron a la linea en la que entregaban los patines, el mayor dio su talla y se los entregaron sin demora, se alejó y se sentó al lado de un pequeño calefactor, casi se le pegó. Esperó a que Sinbad apareciera a su lado y casi por reacción hizo lo mismo, se pegó a él en busca del calor. Sin esperar más se comenzó a poner los patines de hielo, suponía que no sería tan difícil después de todo.
Invitado- Invitado
Re: Things you've never done (Priv.)
No sabía que sentir sobre la situación, aquel se veía distraído y no parecía estar a gusto, cosa rara al haber aceptado 'de buena manera' la invitación del jordano a este sitio. Tal vez la omisión en el lugar donde pasarían la tarde era el causante de su aparente mal humor o poco ánimo, pero Sinbad estaba lejos de sentirse culpable, deseaba poder sacar aunque sea una mínima sonrisa o algo que le indicara que el contrario la pasaba bien. Se adentró en el amplio sitio y tomó la dirección obvia en una pista de patinaje, apenas si desvió su mirar para ver el gran óvalo de hielo y sonrió, se podía sentir la baja temperatura y el dragón estaba más que a gusto. Podría sacarse gran parte de su vestuario y seguiría a gusto, después de todo es un dragón de hielo.
Avanzó con la velocidad en que el resto lo hacía, pensaba entregarle el regalo al otro, pero optó por dejarlo para otro momento de aquella cita, porque así lo veía Fakhîr. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz ajena, a quien respondió suave y con prontitud — Pensé que podría gustarte — era cierto, aunque no era la única razón — ¿te desagrada? — giró lo necesario su cuerpo para poder realizar una nueva interrogante — Si no te gusta, podemos marcharnos apenas tu lo desees, solo debes decirlo — ladeó el rostro unos segundos y sin dejar de sonreír vuelve la vista al frente. Le sintió en un pequeño toque, Sinbad rió bajo y solo avanzó para acercarse ya al encargado de esa sección. Solicitó sus patines y entregó sus zapatos, lo hizo rápido y se alejó de la fila aguardando al contrario. Ya al ver que se iba a sentar, le siguió y se sentó a un costado, pero no tan cerca de Caín y del calefactor.
— No te veías tan friolento en la academia — le agradó saber aunque sea aquel dato sobre el profesor — ¿sabes colocarlos? — cuestionó mientras él se ponía los propios, no demoró en hacerlo y dejarles casi perfectos en sus pies. Los creía muy grandes, no por ser de una talla errónea, sino que eran algo ostentosos en tamaño al compararles con su usual calzado. Miró de reojo al moreno y, pese a saber que no duraría mucho, se acercó al otro sin miedo al rechazo — Insisto en que podemos irnos o si prefieres aprovechemos la cafetería, seguramente eso te sentaría mejor que el patinaje — se notaba preocupación en sus palabras. Sintió como de a poco se iba calentando debido a la proximidad con la estufa, por lo que retomó la anterior distancia y luego se levantó. Dio unos pasos adelante y volteó a verle dejando una de sus manos en la cintura y la otra colgando a un lado del cuerpo.
— Me alegra que hayas aceptado — bajó solo un poco su rostro y con ello el flequillo de su frente se meció, junto con las grandes argollas en sus orejas — ahora, déjame consentirte Caín, se caprichoso, se codicioso... — avanza hacia la posición contraria — Déjame... ocupar un espacio en tus pensamientos — Sinbad quería conocerle, le gustaba y entendía que era solo algo físico, por lo mismo es que deseaba disipar aquel gusto ya sea al profundizarlo o eliminarlo. Dudaba que quedase en algo a la mitad, pero tampoco estaba descartado totalmente. Se detiene a poca distancia y le mira fijamente, inclinando solo un ápice su faz al ser aquel más bajo, pero así estaba perfecto para el dragón.
Alzó el brazo izquierdo y llevó la mano hacia el rostro del otro, se atrevió finalmente a tocarle y le dio una suave caricia en el rostro, Caín parecía un tanto triste ¿o quizás solitario? y le era difícil entenderlo sabiendo que el otro ya tenía a alguien supuestamente especial. Quiso preguntarle por qué estaba aquí con un alumno prácticamente desconocido en vez de su pareja, en una fecha como esta, mas no arruinaría este momento hablando de otras personas. Seguramente, aquel hombre pasaba a menudo por la mente de Caín y no pudo sentir envidia ante esa idea.
Avanzó con la velocidad en que el resto lo hacía, pensaba entregarle el regalo al otro, pero optó por dejarlo para otro momento de aquella cita, porque así lo veía Fakhîr. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz ajena, a quien respondió suave y con prontitud — Pensé que podría gustarte — era cierto, aunque no era la única razón — ¿te desagrada? — giró lo necesario su cuerpo para poder realizar una nueva interrogante — Si no te gusta, podemos marcharnos apenas tu lo desees, solo debes decirlo — ladeó el rostro unos segundos y sin dejar de sonreír vuelve la vista al frente. Le sintió en un pequeño toque, Sinbad rió bajo y solo avanzó para acercarse ya al encargado de esa sección. Solicitó sus patines y entregó sus zapatos, lo hizo rápido y se alejó de la fila aguardando al contrario. Ya al ver que se iba a sentar, le siguió y se sentó a un costado, pero no tan cerca de Caín y del calefactor.
— No te veías tan friolento en la academia — le agradó saber aunque sea aquel dato sobre el profesor — ¿sabes colocarlos? — cuestionó mientras él se ponía los propios, no demoró en hacerlo y dejarles casi perfectos en sus pies. Los creía muy grandes, no por ser de una talla errónea, sino que eran algo ostentosos en tamaño al compararles con su usual calzado. Miró de reojo al moreno y, pese a saber que no duraría mucho, se acercó al otro sin miedo al rechazo — Insisto en que podemos irnos o si prefieres aprovechemos la cafetería, seguramente eso te sentaría mejor que el patinaje — se notaba preocupación en sus palabras. Sintió como de a poco se iba calentando debido a la proximidad con la estufa, por lo que retomó la anterior distancia y luego se levantó. Dio unos pasos adelante y volteó a verle dejando una de sus manos en la cintura y la otra colgando a un lado del cuerpo.
— Me alegra que hayas aceptado — bajó solo un poco su rostro y con ello el flequillo de su frente se meció, junto con las grandes argollas en sus orejas — ahora, déjame consentirte Caín, se caprichoso, se codicioso... — avanza hacia la posición contraria — Déjame... ocupar un espacio en tus pensamientos — Sinbad quería conocerle, le gustaba y entendía que era solo algo físico, por lo mismo es que deseaba disipar aquel gusto ya sea al profundizarlo o eliminarlo. Dudaba que quedase en algo a la mitad, pero tampoco estaba descartado totalmente. Se detiene a poca distancia y le mira fijamente, inclinando solo un ápice su faz al ser aquel más bajo, pero así estaba perfecto para el dragón.
Alzó el brazo izquierdo y llevó la mano hacia el rostro del otro, se atrevió finalmente a tocarle y le dio una suave caricia en el rostro, Caín parecía un tanto triste ¿o quizás solitario? y le era difícil entenderlo sabiendo que el otro ya tenía a alguien supuestamente especial. Quiso preguntarle por qué estaba aquí con un alumno prácticamente desconocido en vez de su pareja, en una fecha como esta, mas no arruinaría este momento hablando de otras personas. Seguramente, aquel hombre pasaba a menudo por la mente de Caín y no pudo sentir envidia ante esa idea.
- OFF:
- #BIBLIASALPODER okno sabes que me alargo aunque sea poquito, iba a hacerlo cortito pero no me aguante. Te jodes, ámame y jódete amándome (?)
Invitado- Invitado
Re: Things you've never done (Priv.)
Se recargó y cerró los ojos al terminar de poner sin ayuda los patines. Le escuchaba, entendía que entendiera y le alegraba saber que tenía otra opción, pero después de todo había accedido a acompañarle, y le acompañaría a donde el contrario quisiera. Uno de sus tantos intentos de ser un poco más acomedido. Miró sus patines y en un principio se preocupó, realmente no sabía patinar. Se puso de pie con cuidado y calma, se desequilibró un par de veces mientras avanzaba al mayor pero logró detenerse a la medida justa, aún no sabía para donde pintaría aquella reunión que parecía ser más una cita, pero esperaba que al menos le hiciera olvidar la discusión que había tenido con su pareja esa mañana. La forma en la que se acercó y le habló casi le hizo caer, pero aún así ligeramente nervioso giró el rostro, no le espantó, solo le tomó desprevenido.– ¿Quieres llamar mi atención con esto? –Sonrió, al menos pudo haber preguntado más, si lo que quería era eso. No era que odiara las pistas de patinaje o algo así, más bien... no era propio del frío. Pensaba volver a hablar, pero sintió aquella mano intrusa bajar por su mejilla, eso si que llamó su atención. Le miró directamente con un ligero aire de nervios y después giró un poco su rostro, pero no apartó la mano, lo que más le había intimidado de alguna manera había sido aquella mirada fija, no le gustaba sentir ese tipo de miradas, le lograba hacerle sentir... desnudo.
Frunció ligeramente el labio y entonces se alejó para acercarse a la orilla de la pista de Hielo, se veía hermosa, no podía negarlo, pero tampoco podía decir que le volvía loco. Le ponía nervioso, como Sinbad. Gruñó bajito y se giró.– No se andar sobre hielo. –Finalmente confesó, después regresó su mirada al hielo, en cuanto pusiera un pie en aquella lisa tabla de hielo, caería, era seguro. Cubrió ligeramente su cara para intentar calentarse y después esperó por Sinbad, casi cinco minutos después ya estaban listos para entrar, el primero fue él, cosa que le disgustó por supuesto. Logró poner un pie sobre el hielo y se movió a un costado para sujetarse por dentro de la barda, sus piernas le temblaron, era realmente torpe... era un ángel, usaba más sus alas que sus piernas, no debía estar ahí.
Clásico de él, intentó hacerse el fuerte y se soltó de la barda sin saber ni un carajo lo que estaba haciendo, vio a Sinbad entrar y se soltó de golpe, torpe, el vuelo que tomó al alejarse de esa forma le hizo inclinarse hacia atrás, sus pies patinaron y aunque hizo la lucha calló de espaldas al suelo, gruñó bajito y se intentó levantar por su cuenta, pero fue igual de imposible, resbalaba y eso le molestaba, sin contar lo obviamente helado del suelo.
Frunció ligeramente el labio y entonces se alejó para acercarse a la orilla de la pista de Hielo, se veía hermosa, no podía negarlo, pero tampoco podía decir que le volvía loco. Le ponía nervioso, como Sinbad. Gruñó bajito y se giró.– No se andar sobre hielo. –Finalmente confesó, después regresó su mirada al hielo, en cuanto pusiera un pie en aquella lisa tabla de hielo, caería, era seguro. Cubrió ligeramente su cara para intentar calentarse y después esperó por Sinbad, casi cinco minutos después ya estaban listos para entrar, el primero fue él, cosa que le disgustó por supuesto. Logró poner un pie sobre el hielo y se movió a un costado para sujetarse por dentro de la barda, sus piernas le temblaron, era realmente torpe... era un ángel, usaba más sus alas que sus piernas, no debía estar ahí.
Clásico de él, intentó hacerse el fuerte y se soltó de la barda sin saber ni un carajo lo que estaba haciendo, vio a Sinbad entrar y se soltó de golpe, torpe, el vuelo que tomó al alejarse de esa forma le hizo inclinarse hacia atrás, sus pies patinaron y aunque hizo la lucha calló de espaldas al suelo, gruñó bajito y se intentó levantar por su cuenta, pero fue igual de imposible, resbalaba y eso le molestaba, sin contar lo obviamente helado del suelo.
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Re: Things you've never done (Priv.)
Su pregunta le inquietó un instante y rió bajo, pero la sonrisa ajena fue algo que no olvidaría — Por supuesto que deseo llamar tu atención — le dio la razón, no podía negar lo obvio. Contuvo su impulso por acercarse y tocarle más, nada obsceno, al dragón le agradaba bastante el contacto con otros y se notaba por la forma en que le acarició. Le dejó partir y lento bajó su brazo, cerró su puño manteniendo aún algo de su temperatura y siguió a Caín caminando lento debido al calzado que portaba — Oh~ con gusto te enseñaré, Caín. Yo aprendí hace pocos años — siendo curioso al tener la capacidad de manipular el hielo, pero en su forma real e incluso la híbrida nunca necesitó patinar sobre algo tan natural y propio como el hielo. — Solo debes sostenerte de mi, te ayudaré y verás que saldrás patinando de aquí — mencionó animado para luego acercarse a la pista, siguiendo al osado moreno.
Le observó sin meterse aún, casi parecía que huía de Sinbad y eso le causaba ternura, le agradaba verle en un sitio ajeno a lo académico, de esta forma nada le impedía hacer cosas que dentro de Greenlight no podría. Avanzó lento e ingresó al lugar sin perder de vista a su acompañante, rio bajo tapándose la boca para no ser oído, lo que menos deseaba es que creyera que estaba burlándose del contrario. — Mantén firme las piernas y trata de equilibrar tu cuerpo... — se deslizó con notorio conocimiento por la pista, avanzando un poco más de lo que llevaba Caín. El moreno se soltó muy rápido y pasó al dragón, este le siguió pero al llegar a su lugar era tarde, ya había caído — ¿Estás bien? — se puso tras Caín, dejó sus pies bien posicionados y se agachó rodeando la cintura del otro para ayudar a levantarlo — cuidado...afírmate de mi, déjame ayudarte o te caerás de nuevo... ¿te dolió mucho? — sabía que una caída dolería e incomodaría.
Le sostuvo contra su pecho y puso el rostro por sobre el hombro ajeno, manteniendo el abrazo que inicialmente buscaba solo ayudar — No seas imprudente, no quiero que te lastimes — cerró su mirada unos momentos, para luego buscar en la cara del otro sus ojos tan raros y atractivos a la vez — De cerca definitivamente te ves mejor — comentó bajo, en un susurro disponible solo para aquel hombre. — perdóname si con eso te molesté — dijo mientras alejaba su cuerpo, pero no le soltó, rodeó al otro y se puso frente al mayor — Dame tus manos — apartó solo una mientras que la zurda se quedó en la cintura del otro por si volvía a perder el equilibrio — una y luego la otra, yo te jalaré y patinaremos juntos. Evitaré que caigas — decidido a ello, sonríe de nuevo y le mira con dulzura, sin ser brusco con sus acciones ni palabras.
Esperó a que le hiciera caso, pero cabía la posibilidad de que una vena orgullosa saliera en el otro y no le aceptase, estaba curioso sobre como reaccionaría ante todas las cosas que Sinbad podría decirle, no por tener planeado algo ya que el dragón era muy espontáneo.
Le observó sin meterse aún, casi parecía que huía de Sinbad y eso le causaba ternura, le agradaba verle en un sitio ajeno a lo académico, de esta forma nada le impedía hacer cosas que dentro de Greenlight no podría. Avanzó lento e ingresó al lugar sin perder de vista a su acompañante, rio bajo tapándose la boca para no ser oído, lo que menos deseaba es que creyera que estaba burlándose del contrario. — Mantén firme las piernas y trata de equilibrar tu cuerpo... — se deslizó con notorio conocimiento por la pista, avanzando un poco más de lo que llevaba Caín. El moreno se soltó muy rápido y pasó al dragón, este le siguió pero al llegar a su lugar era tarde, ya había caído — ¿Estás bien? — se puso tras Caín, dejó sus pies bien posicionados y se agachó rodeando la cintura del otro para ayudar a levantarlo — cuidado...afírmate de mi, déjame ayudarte o te caerás de nuevo... ¿te dolió mucho? — sabía que una caída dolería e incomodaría.
Le sostuvo contra su pecho y puso el rostro por sobre el hombro ajeno, manteniendo el abrazo que inicialmente buscaba solo ayudar — No seas imprudente, no quiero que te lastimes — cerró su mirada unos momentos, para luego buscar en la cara del otro sus ojos tan raros y atractivos a la vez — De cerca definitivamente te ves mejor — comentó bajo, en un susurro disponible solo para aquel hombre. — perdóname si con eso te molesté — dijo mientras alejaba su cuerpo, pero no le soltó, rodeó al otro y se puso frente al mayor — Dame tus manos — apartó solo una mientras que la zurda se quedó en la cintura del otro por si volvía a perder el equilibrio — una y luego la otra, yo te jalaré y patinaremos juntos. Evitaré que caigas — decidido a ello, sonríe de nuevo y le mira con dulzura, sin ser brusco con sus acciones ni palabras.
Esperó a que le hiciera caso, pero cabía la posibilidad de que una vena orgullosa saliera en el otro y no le aceptase, estaba curioso sobre como reaccionaría ante todas las cosas que Sinbad podría decirle, no por tener planeado algo ya que el dragón era muy espontáneo.
Invitado- Invitado
Re: Things you've never done (Priv.)
Desde el suelo miró a su alrededor, aún le parecía molesta aquella pista de hielo, y no era por la compañía, era el lugar. Aún así se aguantaría, pero intentaría entender el patinaje lo más que pudiera. Antes de que pudiera protestar o hacer algo, la ayuda llegó. Se alzó con ayuda contraria y sin renegar se aferró a él, al punto en el que no le importaba el contacto que tenían ni que la gente les viera, en lo más mínimo pasaba por su cabeza. Su comentario fue lo que le hizo intentar tomar distancia, pero ni así se separó por completo. Hizo caso, ignoró aquél comentario y le tomó de la mano con calma, la otra se quedó en el hombro contrario mientras se deslizaba con calma, gruñía bajito. A lo lejos se le podía ver como una clase normal, común y corriente, le enseñaban a patinar, pero muy a pesar de eso, de cerca, Sinbad podía notar que temblaba. Entre el frío y lo nervioso que estaba por no caer de nuevo, no quería quedar en ridículo nuevamente. Quiso acelerar más el movimiento y se deslizó mal, terminando por empujar también al contrario, se le aferró y ambos cayeron, era imposible que Sinbad no cayera por hacerle peso extra y con esos patines. Había terminado sobre él, ligeramente apenado pero sin dejar que se notara.
Mantuvo los ojos cerrados varios minutos, le sorprendía no sentir el suelo frío por obvias razones, era Sinbad quien lo sentiría. Al abrir los ojos se vio sobre el pecho contrario, a pesar de la multitud de gente nadie les miraba, solo un hombre fuera de la pista les hizo señas de que se pusieran de pie, era obvio que podían lastimarlos estando en el suelo. Caín le miró desde su lugar y apenas se alzó al notar la situación, se hizo ligeramente hacia atrás y gateó hasta la barda para ponerse de pie, después sin soltarse estiró la mano, fue estúpido de su parte, sabía que Sinbad podía ponerse de pie solo, pero sentía que sería grosero retirar la mano en ese momento, por lo que simplemente se quedó quieto.
En ese momento intentó pensar en otras cosas, aunque distraerse no le serviría de nada. Pensaba en un lugar más cálido, pensaba en que probablemente dejaba a Sinbad en ridículo, pensaba en la pelea que tuvo con Tom esa mañana, en la pelea que tuvo con su supervisor por las faltas tan seguidas que había tenido en la academia de las cuales su prometido no estaba enterado. Pensó también en las repetidas llamadas que había tenido de su socio mayoritario avisando que le visitaría en Australia, en las llamadas de la empresa avisando de una nueva sucursal, pidiendo aprobación. Su cabeza se llenó de tantas cosas que al sentir que aceptaban su mano no pudo hacer más que torpemente soltarse, causando, probablemente, que cayeran ambos de nuevo, gracias a que no tenía donde aplicar fuerza para que ambos se levantaran. No estaba bien que estuviera en un lugar como ese, era un peligro para él mismo y para el joven al que acompañaba.- Lo siento. -Gruñó muy bajito, quería disculparse e irse, quería casi huir, no pensaba en regresar a casa, pensaba en ir a esconderse a algún lugar.- No creo que sea conveniente que lo intente de nuevo, te lastimarás por mi culpa, está bien si tu patinas, yo puedo esperar fuera de la pista. -Fue honesto al menos, ahora el desagrado por el lugar había disminuido, en realidad no era tan malo si le ayudaba a alejarse de otro tipo de problemas, pero su cabeza no estaba concentrada en algo que debía ocupar gran parte de sus pensamientos para no terminar lleno de escarcha. Se puso de pie como lo había hecho antes pero le dio la espalda, andando por la orilla para alejarse en dirección a la entrada y salir, no pensaba arruinar la diversión del contrario por su poca coordinación.
Mantuvo los ojos cerrados varios minutos, le sorprendía no sentir el suelo frío por obvias razones, era Sinbad quien lo sentiría. Al abrir los ojos se vio sobre el pecho contrario, a pesar de la multitud de gente nadie les miraba, solo un hombre fuera de la pista les hizo señas de que se pusieran de pie, era obvio que podían lastimarlos estando en el suelo. Caín le miró desde su lugar y apenas se alzó al notar la situación, se hizo ligeramente hacia atrás y gateó hasta la barda para ponerse de pie, después sin soltarse estiró la mano, fue estúpido de su parte, sabía que Sinbad podía ponerse de pie solo, pero sentía que sería grosero retirar la mano en ese momento, por lo que simplemente se quedó quieto.
En ese momento intentó pensar en otras cosas, aunque distraerse no le serviría de nada. Pensaba en un lugar más cálido, pensaba en que probablemente dejaba a Sinbad en ridículo, pensaba en la pelea que tuvo con Tom esa mañana, en la pelea que tuvo con su supervisor por las faltas tan seguidas que había tenido en la academia de las cuales su prometido no estaba enterado. Pensó también en las repetidas llamadas que había tenido de su socio mayoritario avisando que le visitaría en Australia, en las llamadas de la empresa avisando de una nueva sucursal, pidiendo aprobación. Su cabeza se llenó de tantas cosas que al sentir que aceptaban su mano no pudo hacer más que torpemente soltarse, causando, probablemente, que cayeran ambos de nuevo, gracias a que no tenía donde aplicar fuerza para que ambos se levantaran. No estaba bien que estuviera en un lugar como ese, era un peligro para él mismo y para el joven al que acompañaba.- Lo siento. -Gruñó muy bajito, quería disculparse e irse, quería casi huir, no pensaba en regresar a casa, pensaba en ir a esconderse a algún lugar.- No creo que sea conveniente que lo intente de nuevo, te lastimarás por mi culpa, está bien si tu patinas, yo puedo esperar fuera de la pista. -Fue honesto al menos, ahora el desagrado por el lugar había disminuido, en realidad no era tan malo si le ayudaba a alejarse de otro tipo de problemas, pero su cabeza no estaba concentrada en algo que debía ocupar gran parte de sus pensamientos para no terminar lleno de escarcha. Se puso de pie como lo había hecho antes pero le dio la espalda, andando por la orilla para alejarse en dirección a la entrada y salir, no pensaba arruinar la diversión del contrario por su poca coordinación.
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Re: Things you've never done (Priv.)
Le encontró más callado de lo usual, más reservado y entendió al tocarle y tenerle asi de cerca que se encontraba nervioso, pero el dragón dudaba que fuese por él ya que en todo momento actuó con respeto y recato hacia su cita. Bien podría aprovecharse, pero no era su estilo el hacerlo y quería mostrarse sincero ante el mayor. Le condujo con tranquilidad deseando que aquel aprendiera a mantener el equilibrio, aun no le soltaría al ser peligroso para el moreno. Estaba seguro que se caería unas cuantas veces, pero es normal al aprender en una pista como esta. — Calma — dijo al ver que aquel se apresuró y no pudo evitar el accidentarse con el contrario, le abrazó como pudo para que no se golpease contra el ´duro suelo. Ahogó un quejido por el impacto y en su faz se mostró algo de dolor. Miró desde su postura al otro, preocupado, algo afligido por aquel que quizás podría haberse frustrado al caer dos veces seguidas — Caín, ¿estás…bien? — el frío no le molestaba, pero el hielo seguía siendo duro aún para él, quien no tenía la protección de su forma híbrida siquiera. Le acarició la espalda unos instantes, suave, quizás ni siquiera le sentiría debido a su gran abrigo pero no importaba. — Ya pasó, tranquilo ¿si? — queriendo calmarle aun si aquel no se veía exaltado, pero era de esperarse que no estuviera alegre con lo sucedido.
Al sentir menor peso en su pecho, se fue sentando, pensaba darse la vuelta para alzarse y ayudar a Caín pero el moreno le ganó en movimientos y con una gran amabilidad, le tendió la mano. Sinbad no podría rechazarle, por lo que se acercó y le tomó de la mano para poder levantarse y casi lo logra de no ser porque, por alguna curiosa razón, Caín les dejó caer y nuevamente quedaron en el suelo. Claro, esta vez no fue tan dolorosa como la anterior, ya que quedó sentado. Le escuchó y sintió pena, no por la situación visible, sino que pensó que Caín no estaba del todo bien, algo había que le distraía al punto de soltarse y peligrar al caer. Le observó en silencio y su expresión denotaba cierta tristeza.
Se levantó como pensó en hacerlo antes, miró al contrario avanzar y Sinbad le siguió como si de un perrito se tratase. Esperó a que el otro saliera por sus propios medios, cosa que era fácil al estar afirmado del barandal de seguridad en la pista. Al estar ya fuera Sinbad se acercó, no le era problema caminar con esos patines en ese sector — Caín, no tiene sentido que me quede solo en la pista, yo quiero estar contigo. Por eso es que te invité, bien podría haber sido un parque, cafetería, el cine o solo salir a la calle a caminar… — quería convencerlo de que se quedara a su lado — quiero saber de ti ¿Cómo lo haré si no es pasando tiempo contigo? — le tomó por el hombro para detener su andar — dejemos el patinaje — lo dijo aun amable, quería hacerle sentir bien y al parecer el patinar podría no ser una opción para ello. Caminó y se puso frente al otro, poniendo ambas manos en sus hombros y agregó — Puedes hablar conmigo de lo que sea, a veces es bueno simplemente contarle a alguien tus cosas y no por encontrar la respuesta en ese alguien, el desahogo te hace bien e incluso es mejor con alguien que apenas conoces — le dijo dándole a conocer que notó algo raro en Caín.
Le tomó de la mano nuevamente y le jaló hacia una banca, pero no fue la misma que al inicio ya que estaba ocupada, por lo que le encamina a una un poco más lejos que aquella. — No te juzgaré... — agregó en un susurro mientras seguía caminando hasta llegar a la banca. Le ayudó a sentarse, pero no se sentó — Conseguiré hacer que confíes en mí, verás que puedo ser persuasivo — se agachó y puso una rodilla contra el suelo, dejando la otra flexionada mientras que su cuerpo se apoyó en esa pierna. Llevó sus manos al calzado ajeno y le ayudó a quitarse los patines, por el momento no le miraba al estar concentrado en su labor. Tampoco dijo palabra alguna hasta ya remover los patines y dejarlos a un costado de Caín, si las cosas iban bien en un futuro le invitaría de nuevo a un sitio menos 'de pareja' que este. Se vio satisfecho al acabar, alzó la mirada y se levantó a la par, iba a sentarse y remover los propios patines pero por casualidad mira una de las vigas que daban soporte al segundo piso.
Queda varios segundos mirando aquello que de lejos era un adorno cualquiera, uno navideño, pero gracias a la estupenda vista del dragón advierte con lujo de detalles que se trataba de un muérdago con cuatro frutos y hojas abundantes. Sinbad sonrió y llevó la zurda a su boca, rozando solo con el índice sus labios al pensar en lo que eso significaba. Miró a Caín ahora aún con la mano en esa zona, su expresión pasó de ser una amable a una seductora e incluso coqueta. No fue necesario usar palabras, señaló hacia la ubicación del muérdago y avanzó los pocos centímetros que les separaban y se inclinó poniendo una de sus manos contra el respaldo del asiento, su otra mano fue hasta la mejilla del moreno y aproximó con lentitud su rostro. Juntó apenas sus labios, en un roce previo, para luego mover su mano y quedar reposando en la parte de atrás de la cabeza ajena. — Caín...— susurró y entrecerró la mirada, ladeó lo necesario su rostro para poder besarle en un contacto suave pero paulatinamente demandante.
Cerró por completo su mirada dedicado a aquel beso, sintió a esa distancia restos de tabaco, pero no en el gusto. "Seguramente fumó antes de venir..." el aroma había quedado en su ropa, pudo sentirlo gracias a la cercanía y más al estar en algo tan íntimo como un beso. Deseó ver la expresión en su cara, pero se contentaba con la respuesta que le daría su cuerpo al recibir tal atención de parte de Sinbad, estaba preparado para un golpe por la osadía e incluso a algo peor. Asumiría su responsabilidad, pero nadie le quitaría el gusto de haber probado su boca antes.
Al sentir menor peso en su pecho, se fue sentando, pensaba darse la vuelta para alzarse y ayudar a Caín pero el moreno le ganó en movimientos y con una gran amabilidad, le tendió la mano. Sinbad no podría rechazarle, por lo que se acercó y le tomó de la mano para poder levantarse y casi lo logra de no ser porque, por alguna curiosa razón, Caín les dejó caer y nuevamente quedaron en el suelo. Claro, esta vez no fue tan dolorosa como la anterior, ya que quedó sentado. Le escuchó y sintió pena, no por la situación visible, sino que pensó que Caín no estaba del todo bien, algo había que le distraía al punto de soltarse y peligrar al caer. Le observó en silencio y su expresión denotaba cierta tristeza.
Se levantó como pensó en hacerlo antes, miró al contrario avanzar y Sinbad le siguió como si de un perrito se tratase. Esperó a que el otro saliera por sus propios medios, cosa que era fácil al estar afirmado del barandal de seguridad en la pista. Al estar ya fuera Sinbad se acercó, no le era problema caminar con esos patines en ese sector — Caín, no tiene sentido que me quede solo en la pista, yo quiero estar contigo. Por eso es que te invité, bien podría haber sido un parque, cafetería, el cine o solo salir a la calle a caminar… — quería convencerlo de que se quedara a su lado — quiero saber de ti ¿Cómo lo haré si no es pasando tiempo contigo? — le tomó por el hombro para detener su andar — dejemos el patinaje — lo dijo aun amable, quería hacerle sentir bien y al parecer el patinar podría no ser una opción para ello. Caminó y se puso frente al otro, poniendo ambas manos en sus hombros y agregó — Puedes hablar conmigo de lo que sea, a veces es bueno simplemente contarle a alguien tus cosas y no por encontrar la respuesta en ese alguien, el desahogo te hace bien e incluso es mejor con alguien que apenas conoces — le dijo dándole a conocer que notó algo raro en Caín.
Le tomó de la mano nuevamente y le jaló hacia una banca, pero no fue la misma que al inicio ya que estaba ocupada, por lo que le encamina a una un poco más lejos que aquella. — No te juzgaré... — agregó en un susurro mientras seguía caminando hasta llegar a la banca. Le ayudó a sentarse, pero no se sentó — Conseguiré hacer que confíes en mí, verás que puedo ser persuasivo — se agachó y puso una rodilla contra el suelo, dejando la otra flexionada mientras que su cuerpo se apoyó en esa pierna. Llevó sus manos al calzado ajeno y le ayudó a quitarse los patines, por el momento no le miraba al estar concentrado en su labor. Tampoco dijo palabra alguna hasta ya remover los patines y dejarlos a un costado de Caín, si las cosas iban bien en un futuro le invitaría de nuevo a un sitio menos 'de pareja' que este. Se vio satisfecho al acabar, alzó la mirada y se levantó a la par, iba a sentarse y remover los propios patines pero por casualidad mira una de las vigas que daban soporte al segundo piso.
Queda varios segundos mirando aquello que de lejos era un adorno cualquiera, uno navideño, pero gracias a la estupenda vista del dragón advierte con lujo de detalles que se trataba de un muérdago con cuatro frutos y hojas abundantes. Sinbad sonrió y llevó la zurda a su boca, rozando solo con el índice sus labios al pensar en lo que eso significaba. Miró a Caín ahora aún con la mano en esa zona, su expresión pasó de ser una amable a una seductora e incluso coqueta. No fue necesario usar palabras, señaló hacia la ubicación del muérdago y avanzó los pocos centímetros que les separaban y se inclinó poniendo una de sus manos contra el respaldo del asiento, su otra mano fue hasta la mejilla del moreno y aproximó con lentitud su rostro. Juntó apenas sus labios, en un roce previo, para luego mover su mano y quedar reposando en la parte de atrás de la cabeza ajena. — Caín...— susurró y entrecerró la mirada, ladeó lo necesario su rostro para poder besarle en un contacto suave pero paulatinamente demandante.
Cerró por completo su mirada dedicado a aquel beso, sintió a esa distancia restos de tabaco, pero no en el gusto. "Seguramente fumó antes de venir..." el aroma había quedado en su ropa, pudo sentirlo gracias a la cercanía y más al estar en algo tan íntimo como un beso. Deseó ver la expresión en su cara, pero se contentaba con la respuesta que le daría su cuerpo al recibir tal atención de parte de Sinbad, estaba preparado para un golpe por la osadía e incluso a algo peor. Asumiría su responsabilidad, pero nadie le quitaría el gusto de haber probado su boca antes.
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Re: Things you've never done (Priv.)
El moreno tenía una expresión difícil. No estaba triste, si estaba nervioso y le aquejaban cosas, pero al mismo tiempo estaba molesto, y su molestia no era dirigida a una persona en especifico. Eso le molestaba más, no encontrar una razón para tanto malestar psicológico, él no era la clase de persona que se la pasaba sufriendo todo el día, no era su hermano, no era Marcontí. Frunció un poco más el ceño cuando pensó en su hermano, no era momento para esas estupideces. Aceleró un poco más su paso con molestia, pensaba que Sinbad había hecho caso a sus palabras y había continuado patinando, pero su sorpresa fue la negativa ante tal situación. Sentir su mano le hizo tensarse, había escuchado atento, y tenían sentido sus palabras, había sido un estúpido.
Su mirada estuvo fija un largo rato en el contrario, aún le parecía extraño que quisiera saber más de él, no era el mejor prospecto para nada, las expectativas en él eran bajas, ¿Por qué él? Entrecerró los ojos, pensaba en toda la clase de cosas que solían suceder en los colegios, normalmente eran niños ricos con caprichos, ¿Era un capricho? Probablemente. Sentir sus dos manos le hizo prestar más atenciones, las afirmaciones acerca de lo que sucedía le hicieron girar el rostro, no quería oírlo, no quería escuchar por boca de alguien más lo seguramente patético y deprimido que se veía, eso le molestaba aún más.
Se dejó jalar, no tenía ganas de absolutamente nada, suponía que nada podía mejorar de alguna forma su día, era más que probable que al llegar a casa Tom no estuviera esperandole, estaría dormido y era más que seguro que él tendría que dormir en el sofá. Por otra parte, si no llegaba, sería aún peor. Se sentó con cuidado y miró al contrario, se recargó por completo en la pared ignorando todo lo demás, miró a SInbad sin ser disimulado, le inspeccionó lo que logró, su cabello era largo y el tono que tenía era tan exótico como su propia heterocromía. Ladeó más el rostro, no evitó mirarle más allá de lo superficial, era propio de él, era como andar en bicicleta jamás olvidaría el tiempo que disfrutaba de hacer lo que quería sin ser... reprendido. Verle alzar el rostro le tomó desprevenido, pero se las arregló para disimular que miraba como le quitaba los patines, tanta había sido su distracción que había olvidado por completo lo que le había dicho. Parpadeó, intentó decir algo en el momento pero no se le ocurrió nada, por suerte no le preguntó nada. Se tocó la orilla de la planta de los pies, quería sus zapatos, por el momento agradecía tener al otro cerca, no era mejor que un calefactor pero no pasaba tanto frío.
Se distrajo tontamente, lo que llamó su atención fue el movimiento que hizo el contrario, sentirle cerca le causó una especie de parálisis. Alzó el rostro a donde había señalado y lo notó, no necesitaba tener sentidos super desarrollados para notar el muérdago. Maldijo en su cabeza, cuando giró para intentar detener el momento fue tarde, le tenía demasiado cerca, escuchar su nombre causó que abriera ligeramente sus labios, la mano contraria en su cuello no hizo más que amansarle, era débil, siempre lo había sido, pero las tentaciones habían disminuido cuando se comprometió con Tom... con Tom. Un rápido pensamiento de él llegó a su cabeza, pero se deshizo en virutas que se esfumaron cuando sintió que el contacto se había profundizado. Sus ojos entrecerraron y casi como si hubiera vuelto al juego que había dejado en la ciudad que había dejado antes de mudarse a Canberra correspondió, correspondió culpablemente al beso, la reacción no fue común en él, tenía tiempo sin ese tipo de episodios, y probablemente se arrepentiría después.
Durante el beso cerró los ojos y alzó una de sus manos para tomarle por la mejilla, tenía una excusa, el muérdago. Suspiró, no podía negar que disfrutaba el contacto, le había hecho sentir libre de nuevo, le había hecho olvidar todo lo que cargaba esa era la razón. Se movió un poco en su lugar, ambos se separaron del beso que probablemente ya había durado más de un minuto, quizá más de dos. Tardó en abrir los ojos, se sorprendió de sus propias acciones. Alzó una mano y tocó sus labios, claro que no podía culpar al muérdago. Su respiración se había hecho más lenta, sentía un nudo en el pecho que le impidió respirar más rápido, se levantó de golpe y se alejó, sin haber tomado los propios patines, solo con las calcetas caminó en dirección ambigua, no sabía donde estaba por lo que solo caminó con la intención de alejarse, ¡Claro que sabía que estaba mal lo que había hecho! Había sido... ¿Infiel? No, un beso no significaba nada... nada. Apresuró su camino, terminó recargando su cuerpo contra una pared, pensando que le había dejado muy atrás. Su respiración intentó normalizar, lo peor no había sido el acto, lo peor había sido que lo había disfrutado.
Su mirada estuvo fija un largo rato en el contrario, aún le parecía extraño que quisiera saber más de él, no era el mejor prospecto para nada, las expectativas en él eran bajas, ¿Por qué él? Entrecerró los ojos, pensaba en toda la clase de cosas que solían suceder en los colegios, normalmente eran niños ricos con caprichos, ¿Era un capricho? Probablemente. Sentir sus dos manos le hizo prestar más atenciones, las afirmaciones acerca de lo que sucedía le hicieron girar el rostro, no quería oírlo, no quería escuchar por boca de alguien más lo seguramente patético y deprimido que se veía, eso le molestaba aún más.
Se dejó jalar, no tenía ganas de absolutamente nada, suponía que nada podía mejorar de alguna forma su día, era más que probable que al llegar a casa Tom no estuviera esperandole, estaría dormido y era más que seguro que él tendría que dormir en el sofá. Por otra parte, si no llegaba, sería aún peor. Se sentó con cuidado y miró al contrario, se recargó por completo en la pared ignorando todo lo demás, miró a SInbad sin ser disimulado, le inspeccionó lo que logró, su cabello era largo y el tono que tenía era tan exótico como su propia heterocromía. Ladeó más el rostro, no evitó mirarle más allá de lo superficial, era propio de él, era como andar en bicicleta jamás olvidaría el tiempo que disfrutaba de hacer lo que quería sin ser... reprendido. Verle alzar el rostro le tomó desprevenido, pero se las arregló para disimular que miraba como le quitaba los patines, tanta había sido su distracción que había olvidado por completo lo que le había dicho. Parpadeó, intentó decir algo en el momento pero no se le ocurrió nada, por suerte no le preguntó nada. Se tocó la orilla de la planta de los pies, quería sus zapatos, por el momento agradecía tener al otro cerca, no era mejor que un calefactor pero no pasaba tanto frío.
Se distrajo tontamente, lo que llamó su atención fue el movimiento que hizo el contrario, sentirle cerca le causó una especie de parálisis. Alzó el rostro a donde había señalado y lo notó, no necesitaba tener sentidos super desarrollados para notar el muérdago. Maldijo en su cabeza, cuando giró para intentar detener el momento fue tarde, le tenía demasiado cerca, escuchar su nombre causó que abriera ligeramente sus labios, la mano contraria en su cuello no hizo más que amansarle, era débil, siempre lo había sido, pero las tentaciones habían disminuido cuando se comprometió con Tom... con Tom. Un rápido pensamiento de él llegó a su cabeza, pero se deshizo en virutas que se esfumaron cuando sintió que el contacto se había profundizado. Sus ojos entrecerraron y casi como si hubiera vuelto al juego que había dejado en la ciudad que había dejado antes de mudarse a Canberra correspondió, correspondió culpablemente al beso, la reacción no fue común en él, tenía tiempo sin ese tipo de episodios, y probablemente se arrepentiría después.
Durante el beso cerró los ojos y alzó una de sus manos para tomarle por la mejilla, tenía una excusa, el muérdago. Suspiró, no podía negar que disfrutaba el contacto, le había hecho sentir libre de nuevo, le había hecho olvidar todo lo que cargaba esa era la razón. Se movió un poco en su lugar, ambos se separaron del beso que probablemente ya había durado más de un minuto, quizá más de dos. Tardó en abrir los ojos, se sorprendió de sus propias acciones. Alzó una mano y tocó sus labios, claro que no podía culpar al muérdago. Su respiración se había hecho más lenta, sentía un nudo en el pecho que le impidió respirar más rápido, se levantó de golpe y se alejó, sin haber tomado los propios patines, solo con las calcetas caminó en dirección ambigua, no sabía donde estaba por lo que solo caminó con la intención de alejarse, ¡Claro que sabía que estaba mal lo que había hecho! Había sido... ¿Infiel? No, un beso no significaba nada... nada. Apresuró su camino, terminó recargando su cuerpo contra una pared, pensando que le había dejado muy atrás. Su respiración intentó normalizar, lo peor no había sido el acto, lo peor había sido que lo había disfrutado.
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Re: Things you've never done (Priv.)
Sintió como el otro respondía al beso y eso le entusiasmó, sonrió apenas durante el tiempo en que aquello duró y si fuera por Sinbad lo habría prolongado, Caín había aceptado y quiso creer que no fue solo por el muérdago, fue optimista. La caricia en su piel le hizo apoyar un poco el rostro en esa mano mientras que sus labios se apoderaban de los ajenos, en un momento lamió su boca pero no ensució más la acción, tuvo que contener su deseo y cesar el beso. Se separó lento del otro y miró su boca, poco a poco alzó la mirada hasta quedar en los ojos de Caín aún cerrados, no le pediría disculpas por lo hecho, ya que aún sin el muérdago podría haber buscado algún momento para tratar de besarle.
Le dio espacio y como pensó, aquel se alejó rápido de su posición. Creyó entonces que estuvo realmente mal hacer eso sin su permiso, miró la banca unos segundos y luego los zapatos, se sentó rápido y se sacó los propios. Su atención seguía en Caín, no quería que se fuera y menos dejando las cosas así, le debía algo pero no supo qué. Se sacó los patines y tomó los dos pares, fue hasta la recepción que por suerte estaba vacía y pidió los zapatos de ambos. Recibe el calzado y busca a Caín, se veía muy impactado y eso le hizo sentir mal al no querer causarle aún más problemas, pero algo dentro de sí quería hacer caso omiso a sus innecesarias preocupaciones. Queda algo distante ¿sería bueno darle espacio? , continuó mirándole y se fue acercando sin ponerse sus zapatos. Al quedar a un lado de Caín, deja el calzado allí, ambos pares juntos, mientras que sus manos al hallarse libres rodearon el cuerpo del moreno en un suave abrazo que dejó al jordano muy cerca, privando de la libertad a Caín al estar aquel contra la pared.
— ¿Beso mal? — se atrevió a decir sin saber cómo acceder al otro, seguía convencido de que no ha de disculparse porque sería mentirse solo, había querido aquel beso y el muérdago solo lo facilitó. Buscó mirarle al rostro, acomodándose de ser necesario y subió la diestra para tocarle el mentó y así, hacer que levantase la cabeza — Olvídate de las preocupaciones, Caín… piensa solo en mí, este día — sonrió y le guiñó un ojo, travieso, para luego sin temor al rechazo volver a besarle ya con mayor insistencia e intensidad. Le acercó más de ser posible a su cuerpo, dándole algo de calor con ello, mientras que su boca iba devorándole notándose ya que Caín le gustaba. Además, con esta acción anhelaba que dejara de pensar en sus problemas, egoístamente quería que fuese Sinbad su mayor preocupación ahora. Sabía que estaba mal besarle, tocarle y desearle mas no planeaba detenerse ahora que ya le había probado.
Movió sus piernas con tal de no darle escapatoria, estaba decidido y pese a eso su agarre y toque contra el otro eran amables, sin aplicar fuerza innecesaria, sería fácil empujar a Sinbad para zafarse de lo que estaba haciendo y huir o encararle. Quizás si estaba aprovechándose de la confusión en el otro, pero en esos momentos no hubo cabida a pensamientos de esa índole, solo quería sentirle por más y más tiempo. Tuvo que detener sus besos, ya que no se contentó solo con uno, posó su frente en la del moreno aún sin abrir sus ojos. Su expresión era calmada y gentil, si le miraba atento podría conseguir un efecto negativo, por lo que no le miró. — ¿Te quieres ir ya? — Intuía la respuesta — ¿puedo ir contigo? — agregó apenas dándole espacio para responder, ya que hizo un nuevo contacto, pero besó su mejilla con dulzura y se aferró en un largo abrazo. ¿Cómo hacerle llegar sus sentimientos? Ahora solo quería ayudarle a que dejase su tristeza de lado, puesto que Caín desde el inicio parecía afligido por algo, algo que no cuestionaría si el otro no le daba algún indicio.
Le dio espacio y como pensó, aquel se alejó rápido de su posición. Creyó entonces que estuvo realmente mal hacer eso sin su permiso, miró la banca unos segundos y luego los zapatos, se sentó rápido y se sacó los propios. Su atención seguía en Caín, no quería que se fuera y menos dejando las cosas así, le debía algo pero no supo qué. Se sacó los patines y tomó los dos pares, fue hasta la recepción que por suerte estaba vacía y pidió los zapatos de ambos. Recibe el calzado y busca a Caín, se veía muy impactado y eso le hizo sentir mal al no querer causarle aún más problemas, pero algo dentro de sí quería hacer caso omiso a sus innecesarias preocupaciones. Queda algo distante ¿sería bueno darle espacio? , continuó mirándole y se fue acercando sin ponerse sus zapatos. Al quedar a un lado de Caín, deja el calzado allí, ambos pares juntos, mientras que sus manos al hallarse libres rodearon el cuerpo del moreno en un suave abrazo que dejó al jordano muy cerca, privando de la libertad a Caín al estar aquel contra la pared.
— ¿Beso mal? — se atrevió a decir sin saber cómo acceder al otro, seguía convencido de que no ha de disculparse porque sería mentirse solo, había querido aquel beso y el muérdago solo lo facilitó. Buscó mirarle al rostro, acomodándose de ser necesario y subió la diestra para tocarle el mentó y así, hacer que levantase la cabeza — Olvídate de las preocupaciones, Caín… piensa solo en mí, este día — sonrió y le guiñó un ojo, travieso, para luego sin temor al rechazo volver a besarle ya con mayor insistencia e intensidad. Le acercó más de ser posible a su cuerpo, dándole algo de calor con ello, mientras que su boca iba devorándole notándose ya que Caín le gustaba. Además, con esta acción anhelaba que dejara de pensar en sus problemas, egoístamente quería que fuese Sinbad su mayor preocupación ahora. Sabía que estaba mal besarle, tocarle y desearle mas no planeaba detenerse ahora que ya le había probado.
Movió sus piernas con tal de no darle escapatoria, estaba decidido y pese a eso su agarre y toque contra el otro eran amables, sin aplicar fuerza innecesaria, sería fácil empujar a Sinbad para zafarse de lo que estaba haciendo y huir o encararle. Quizás si estaba aprovechándose de la confusión en el otro, pero en esos momentos no hubo cabida a pensamientos de esa índole, solo quería sentirle por más y más tiempo. Tuvo que detener sus besos, ya que no se contentó solo con uno, posó su frente en la del moreno aún sin abrir sus ojos. Su expresión era calmada y gentil, si le miraba atento podría conseguir un efecto negativo, por lo que no le miró. — ¿Te quieres ir ya? — Intuía la respuesta — ¿puedo ir contigo? — agregó apenas dándole espacio para responder, ya que hizo un nuevo contacto, pero besó su mejilla con dulzura y se aferró en un largo abrazo. ¿Cómo hacerle llegar sus sentimientos? Ahora solo quería ayudarle a que dejase su tristeza de lado, puesto que Caín desde el inicio parecía afligido por algo, algo que no cuestionaría si el otro no le daba algún indicio.
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Re: Things you've never done (Priv.)
Se sostuvo el pecho, ahora sentía más calor que frío y probablemente era la verguenza que invadía su cuerpo, alzó más sus manos y cubrió sus labios cerrando los ojos, no era posible, había salido ya de aquél abismo al que había planeado no volver a caer, y lo había hecho. Su respiración comenzó a hacerse más rápida, un beso no significaba nada, absolutamente nada. Y él, era tan débil que no había podido rechazarle, no había logrado ni siquiera sentir una épice de deseo para alejarle, era como si todo el tiempo lo hubiera deseado, salir de la rutina, regresar a sus viejos hábitos, pero, ahora tenía a Tom, tenía una familia más adelante en el camino, tenía planes, eso era lo más importante, tenía planes. Ahora todo había temblado, todo lo planeado se había hecho pedazos por un simple error, al menos en su cabeza. Verle acercarse no hizo mejorar las cosas, le causó mirarle fijamente sin oportunidad de reaccionar, de huír. Sentir los brazos de Sinbad rodearle solo le causó más confusión, no ayudaba tenerle cerca, pero sin duda tampoco tenerle lejos, no de momento. Su cuerpo se tensó, escucharle empeoró las cosas, sentía que caería, estaba tambaleándose en el borde, le estaba llevando al límite.
Cuando sus miradas se encontraron intentó buscar arrepentimiento por parte contraria, pero eso no existía, no en aquellos ojos. El segundo beso llegó inevitablemente, el tambaleo al borde se hizo más fuerte, entrecerró los ojos, intentó buscar voluntad oculta para separarle, alzó sus manos a tomarle por los hombros pero ahí se quedaron, cerró los ojos por completo y correspondió nuevamente, esta vez cayó, nuevamente estaba en el fondo, no debió haberle provocado de aquella forma. Deslizó una de sus manos al cuello contrario y le hizo acercarse más, aunque la mayor parte de la cercanía había sido iniciativa contraria, el beso se había profundizado aún más, Caín le sujetaba con cuidado pero en cualquier momento cualquiera podía separarse. El beso duró más que el anterior, y la intensidad... fue totalmente distinto, totalmente lleno de culpa.
Al separarse fue imposible alejarse,sentía su frente y mantenía los ojos cerrados, probablemente por la misma razón ajena, o probablemente por que a pesar de sentirse como antes, sentía un gramo de culpa. No tardó nada en disiparse y causarle una sonrisa, una ligera pero notoria sonrisa. Alzó una de sus manos para cubrir su rostro como si lo refrescara y se alejó un poco, no contestó a sus preguntas, suspiró y entrecerró los ojos, cualquiera diría que hasta su mirada había cambiado. Cuando le dio espacio, después de aquél inocente beso en su mejilla solo sacudió un poco su cabeza, se inclinó para tomar sus zapatos y se los colocó sin necesidad de sentarse, al sentir más calor de esa parte se relajó, volvió a sonreír, se sentía realmente mejor.- Quiero ir a comer algo. -Murmuró bajito y se encogió de brazos respecto a la segunda pregunta, no le afectaba si le acompañaba, pero no prometía ser una buena compañía, de pronto simplemente parecía que ningún problema le molestaba, y no era del todo correcto, simplemente los ignoraba.
Sacudió sus zapatos golpeando la punta con el suelo y se movió para alejarse de aquél acorralamiento, no le costó nada quitarlo de su camino para salir, y mientras caminaba sacó la cajetilla que había ocultado, no había fumado desde que Tom lo había casi prohibido, y ahora parecía no importarle, lo encendió a pesar de ser regañado por personal de la pista de patinaje y dio una primera calada, reteniendo hasta salir, donde dejó que el humo escapara al basto y oscuro cielo. Veía todo distinto. Sinbad le había hecho cambiar con tales empujones a la lujuria, pecado capital, pecado común. Miró hacia atrás y esperó, sabía que iría detrás de él, y en realidad, le agradecería haberle quitado las inhibiciones que lo habían atado tanto tiempo. Volvió a darle una calada al cigarrillo y después lo tiró, pisando la colilla como de costumbre.
Cuando sus miradas se encontraron intentó buscar arrepentimiento por parte contraria, pero eso no existía, no en aquellos ojos. El segundo beso llegó inevitablemente, el tambaleo al borde se hizo más fuerte, entrecerró los ojos, intentó buscar voluntad oculta para separarle, alzó sus manos a tomarle por los hombros pero ahí se quedaron, cerró los ojos por completo y correspondió nuevamente, esta vez cayó, nuevamente estaba en el fondo, no debió haberle provocado de aquella forma. Deslizó una de sus manos al cuello contrario y le hizo acercarse más, aunque la mayor parte de la cercanía había sido iniciativa contraria, el beso se había profundizado aún más, Caín le sujetaba con cuidado pero en cualquier momento cualquiera podía separarse. El beso duró más que el anterior, y la intensidad... fue totalmente distinto, totalmente lleno de culpa.
Al separarse fue imposible alejarse,sentía su frente y mantenía los ojos cerrados, probablemente por la misma razón ajena, o probablemente por que a pesar de sentirse como antes, sentía un gramo de culpa. No tardó nada en disiparse y causarle una sonrisa, una ligera pero notoria sonrisa. Alzó una de sus manos para cubrir su rostro como si lo refrescara y se alejó un poco, no contestó a sus preguntas, suspiró y entrecerró los ojos, cualquiera diría que hasta su mirada había cambiado. Cuando le dio espacio, después de aquél inocente beso en su mejilla solo sacudió un poco su cabeza, se inclinó para tomar sus zapatos y se los colocó sin necesidad de sentarse, al sentir más calor de esa parte se relajó, volvió a sonreír, se sentía realmente mejor.- Quiero ir a comer algo. -Murmuró bajito y se encogió de brazos respecto a la segunda pregunta, no le afectaba si le acompañaba, pero no prometía ser una buena compañía, de pronto simplemente parecía que ningún problema le molestaba, y no era del todo correcto, simplemente los ignoraba.
Sacudió sus zapatos golpeando la punta con el suelo y se movió para alejarse de aquél acorralamiento, no le costó nada quitarlo de su camino para salir, y mientras caminaba sacó la cajetilla que había ocultado, no había fumado desde que Tom lo había casi prohibido, y ahora parecía no importarle, lo encendió a pesar de ser regañado por personal de la pista de patinaje y dio una primera calada, reteniendo hasta salir, donde dejó que el humo escapara al basto y oscuro cielo. Veía todo distinto. Sinbad le había hecho cambiar con tales empujones a la lujuria, pecado capital, pecado común. Miró hacia atrás y esperó, sabía que iría detrás de él, y en realidad, le agradecería haberle quitado las inhibiciones que lo habían atado tanto tiempo. Volvió a darle una calada al cigarrillo y después lo tiró, pisando la colilla como de costumbre.
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Re: Things you've never done (Priv.)
Continúa en :Déjame tratar.
Pasaré a cerrar tema, aunque puedo dejarlo así ya que pronto cierran la zona :v.
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