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Sleep [Priv. Lavi]
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Sleep [Priv. Lavi]
Las clases aún no habían terminado y me estaba muriendo de hambre. La voz del profesor cada vez la estaba oyendo más lejos, pero no porque me estuviera quedando dormido, sino más bien porque estaba pendiente del rugido de mi estómago. Posé mi mano en mi vientre, notando incluso la vibración de las tripas pidiendo algo que llevarme a la boca. En algunas ocasiones desconocía si era hambre de comida o del otro tipo. Me mencionaron algo de eso, pero no me quedó demasiado claro y había veces en las cuales, por más que ingería alimentos no se calmaba, seguía igual. ¿Qué era lo que me pasaba? Además de que sufría de lagunas mentales cuando algo de esto ocurría y Kurogitsune no era capaz de decirme lo que había sucedido. Empezaba a pensar que no quería mencionarme nada al respecto para que no me preocupara, pero no sabía que lo que único que hacía era aumentar mi curiosidad y mi preocupación por si había hecho algo malo.
El timbre sonó.
Las clases finalizaron y raudo y veloz me levanté de mi asiento. La hora de comer había llegado por fin, después de tantas horas aguantando asignaturas insoportables y aburridas. En cuanto llegué al comedor todo mi entusiasmo se vio por los suelos. La amplia sonrisa que se encontraba en mis labios pasó a ser una mueca de disgusto ante lo presenciado por mis ojos. Una inmensa cola para coger la bandeja y servirse la comida. ¿Por qué? Tenía hambre y quería comer ya. No quería esperar una larga cola.
Suspiré pesadamente y agaché la cabeza, no quedándome más remedio que esperar hasta que me tocara el turno. Mi salud se estaba viendo resentida por la falta de alimento, comenzaba a sentirme pesado, apenas era capaz de mover los pies para dar un paso, pero me armé de fuerzas y avancé poco a poco en la cola.
Por fin mi turno.
Todo lo que había expuesto en aquel buffet tenía una pinta deliciosa, así que cogí un poco de todo. Seguro que con mi apetito voraz de ese momento me lo comía absolutamente todo, sin dejar miga en el plato. En fin, tomé un filete y añadí unas patatas fritas para acompañar. Luego un poco de pasta con queso y tomate. Posteriormente una ensalada con todo su aliño y complementos. Para el postre tomé un flan, una manzana, una naranja y un plátano.
— Creo que ya está —dije con una agradable sonrisa en mi rostro, entusiasmado por comer. Cogí mi bandeja y me senté en una de las mesas. No tenía muchos amigos allí, así que permanecí solo—. ¡Qué aproveche!
Me dije a mí mismo juntando las manos y cuando iba a empezar a comer caí dormido profundamente, pero no me fui hacia delante, sino que me quedé dormido sentado en el banquete. En ese momento necesitaba a Kuogitsune, pero como no me dejaban tenerlo en el interior de la academia... Esas fueron las consecuencias.
El timbre sonó.
Las clases finalizaron y raudo y veloz me levanté de mi asiento. La hora de comer había llegado por fin, después de tantas horas aguantando asignaturas insoportables y aburridas. En cuanto llegué al comedor todo mi entusiasmo se vio por los suelos. La amplia sonrisa que se encontraba en mis labios pasó a ser una mueca de disgusto ante lo presenciado por mis ojos. Una inmensa cola para coger la bandeja y servirse la comida. ¿Por qué? Tenía hambre y quería comer ya. No quería esperar una larga cola.
Suspiré pesadamente y agaché la cabeza, no quedándome más remedio que esperar hasta que me tocara el turno. Mi salud se estaba viendo resentida por la falta de alimento, comenzaba a sentirme pesado, apenas era capaz de mover los pies para dar un paso, pero me armé de fuerzas y avancé poco a poco en la cola.
Por fin mi turno.
Todo lo que había expuesto en aquel buffet tenía una pinta deliciosa, así que cogí un poco de todo. Seguro que con mi apetito voraz de ese momento me lo comía absolutamente todo, sin dejar miga en el plato. En fin, tomé un filete y añadí unas patatas fritas para acompañar. Luego un poco de pasta con queso y tomate. Posteriormente una ensalada con todo su aliño y complementos. Para el postre tomé un flan, una manzana, una naranja y un plátano.
— Creo que ya está —dije con una agradable sonrisa en mi rostro, entusiasmado por comer. Cogí mi bandeja y me senté en una de las mesas. No tenía muchos amigos allí, así que permanecí solo—. ¡Qué aproveche!
Me dije a mí mismo juntando las manos y cuando iba a empezar a comer caí dormido profundamente, pero no me fui hacia delante, sino que me quedé dormido sentado en el banquete. En ese momento necesitaba a Kuogitsune, pero como no me dejaban tenerlo en el interior de la academia... Esas fueron las consecuencias.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
Tenía tiempo de que termino el trabajo en grupo con su compañero de clase, la Profesora los había agrupado por apellido quedando la “B” agrupado inmediatamente con Calixo Cicaria, nunca había tratado al chico y “¡Pasa que es un imbécil! Se la pasa hablando de los estúpidos que son los deportistas, los maestros, los chicos… ¡Oh por el amor de Natura!! ¿No puede decir algo que no sea negativo?” ese molesto chico no cooperaba para nada, al final dejo de escucharlo y se puso a hacer el proyecto, no le gustaban las matemáticas pero agradecía las calases que le dio Lysian porque fueron muy acertadas e oportunas.
Termino los cálculos, los revisó dos o tres antes de entregarlos, coloco su nombre y el de su compañero no pretendía bajar sus notas por culpa de aquel sujeto insufrible; apenas entrego le pregunto a la Profesora si podía regresar a su puesto a hacer la tarea de la próxima clase. Ella para su fortuna le dio permiso de hacer su tarea mientras que no hablara. No es que la olvidara hacer es solo que, ok, si son escusas… pero tenía cosas más importantes que hacer, como ver cómo es que una hada se parte una ala, estuvo toda la noche consultando las memorias familiares para buscarle un arreglo y lo encontró como a las tres de la mañana junto a tiempo para poner manos a la obra y hacer el hechizo de reparación con su respectivo pentagrama, por surte era una hada de viento veloz, una con la que compartía un elementó en común; pero ya es mucho de cosas que ya pasaron, Lavi sonrió como siempre al haber terminado su ensayo justo antes de que el profesor de Geografía apareciera, apenas llego pidió la tarea ya después de eso se puso ignorar la clase. No era nada que le interesara o que no supero, la geografía de Australia la estudio antes de pisar la enorme masa de tierra que era.
El timbre sonó y Lavi seguía dormitando o perdido en la nada porque solo miraba por la ventana o quien sabría decirlo la mente de un Bookman es un laberinto en el que nadie quiere entrar.
Eso fue hasta un golpe en la parte de atrás de su cabeza le hizo regresar a la realidad, solo sonrió y se levantó, los del grupo había tomado por juego despertarlo de esa manera para el receso, para la salida solo lo dejaban dormir… bueno aunque Lysian siempre despertaba si no estaba ocupado. Cuando fue a la cafetería la fiala que se miraba le dieron ganas de salir huyendo del lugar pero debía alimentarse por lo menos comer algo. No le quedo de otra más que solo avanzar con la interminable fila que parecía avanzar de un paso a la vez.
A unos cinco minutos por fin llego, tomo una ensalada con pollo teriyaki, un batido de blue Berry y de postre una dos rebanada de pan de banana; no tenía mucha hambre pero debía comer. Ahora el gran problema… “¿Dónde me siento? ¡Esto está demasiado lleno!!” No podía ir fuera dado que estaba lloviendo todas las mesas estaban totalmente llenas y sus compañeros comían en el salón.
Pero a lo lejos una mesa casi vacía, no entendía como era que solo estaba ese chico hay, pero era otra agradable oportunidad para hacer más amistades, camino y casi corrió hasta él haciendo un esfuerzo por no tirar su bandeja en el proceso, jadeo un poco cuando llego a la mesa -¿Disculpa me puedo sentar con tigo?- ladeo la cabeza y fue cuando se dio cuenta de que estaba profundamente dormida, alguien paso cerca y le hizo señas de que no lo despertara, así que por eso estaba solo “Pero si no lo despierto se le enfriara la comida… y a mí no me gusta la comida fría… no sabe igual. Bueno me correré el riesgo” coloco la bandeja justo frente a él y camino hasta su lado y le toco el hombro, luego lo movió otro poco y nada.
“¿Qué es la vida si no se corren riesgos?” Pensó muchas formas de despertarlo, pero le resultaban demasiado agresivas, y todas comprobadas por el viejo panda. Al final se decidió por una simple, clásica y que podría no funcionar; pero antes de jugársela frente a toda la academia volvió a moverlo – Anda despierta~ - dijo aun moviéndolo por el hombro, se encogió de hombros y suspiro. –Por favor perdóname ¿sí? No te enojes...- le beso la mejilla y luego aparto un poco la bandeja ajena por cualquier percance incesesario; luego mostro una adorable sonrisa que invitaba a ser travieso. ¿Quieren saber que hiso? Ya les digo… le hizo cosquillas, asegurándose de tocar ciertos puntos de presión de su espalda y abdomen para hacer que la sangre circulara más rápido, además de paso tocando algunos nervios… forma patentada de su abuelo para despertar a una persona. Que despertara de buen o mal humor era cosas del individuo. –Nee~ ¿Ya estas más despierto? – le presunto sin verle la cara pues estaba a su espalda.
Solo a él se le ocurre ponerse a despertar a un desconocido en vez de solo sentarse y comer en silencio, pero si lo hiciera no sería Lavi, Lavi era animado y siempre dispuesto a meterse en problemas y en eso estaba.
Termino los cálculos, los revisó dos o tres antes de entregarlos, coloco su nombre y el de su compañero no pretendía bajar sus notas por culpa de aquel sujeto insufrible; apenas entrego le pregunto a la Profesora si podía regresar a su puesto a hacer la tarea de la próxima clase. Ella para su fortuna le dio permiso de hacer su tarea mientras que no hablara. No es que la olvidara hacer es solo que, ok, si son escusas… pero tenía cosas más importantes que hacer, como ver cómo es que una hada se parte una ala, estuvo toda la noche consultando las memorias familiares para buscarle un arreglo y lo encontró como a las tres de la mañana junto a tiempo para poner manos a la obra y hacer el hechizo de reparación con su respectivo pentagrama, por surte era una hada de viento veloz, una con la que compartía un elementó en común; pero ya es mucho de cosas que ya pasaron, Lavi sonrió como siempre al haber terminado su ensayo justo antes de que el profesor de Geografía apareciera, apenas llego pidió la tarea ya después de eso se puso ignorar la clase. No era nada que le interesara o que no supero, la geografía de Australia la estudio antes de pisar la enorme masa de tierra que era.
El timbre sonó y Lavi seguía dormitando o perdido en la nada porque solo miraba por la ventana o quien sabría decirlo la mente de un Bookman es un laberinto en el que nadie quiere entrar.
Eso fue hasta un golpe en la parte de atrás de su cabeza le hizo regresar a la realidad, solo sonrió y se levantó, los del grupo había tomado por juego despertarlo de esa manera para el receso, para la salida solo lo dejaban dormir… bueno aunque Lysian siempre despertaba si no estaba ocupado. Cuando fue a la cafetería la fiala que se miraba le dieron ganas de salir huyendo del lugar pero debía alimentarse por lo menos comer algo. No le quedo de otra más que solo avanzar con la interminable fila que parecía avanzar de un paso a la vez.
A unos cinco minutos por fin llego, tomo una ensalada con pollo teriyaki, un batido de blue Berry y de postre una dos rebanada de pan de banana; no tenía mucha hambre pero debía comer. Ahora el gran problema… “¿Dónde me siento? ¡Esto está demasiado lleno!!” No podía ir fuera dado que estaba lloviendo todas las mesas estaban totalmente llenas y sus compañeros comían en el salón.
Pero a lo lejos una mesa casi vacía, no entendía como era que solo estaba ese chico hay, pero era otra agradable oportunidad para hacer más amistades, camino y casi corrió hasta él haciendo un esfuerzo por no tirar su bandeja en el proceso, jadeo un poco cuando llego a la mesa -¿Disculpa me puedo sentar con tigo?- ladeo la cabeza y fue cuando se dio cuenta de que estaba profundamente dormida, alguien paso cerca y le hizo señas de que no lo despertara, así que por eso estaba solo “Pero si no lo despierto se le enfriara la comida… y a mí no me gusta la comida fría… no sabe igual. Bueno me correré el riesgo” coloco la bandeja justo frente a él y camino hasta su lado y le toco el hombro, luego lo movió otro poco y nada.
“¿Qué es la vida si no se corren riesgos?” Pensó muchas formas de despertarlo, pero le resultaban demasiado agresivas, y todas comprobadas por el viejo panda. Al final se decidió por una simple, clásica y que podría no funcionar; pero antes de jugársela frente a toda la academia volvió a moverlo – Anda despierta~ - dijo aun moviéndolo por el hombro, se encogió de hombros y suspiro. –Por favor perdóname ¿sí? No te enojes...- le beso la mejilla y luego aparto un poco la bandeja ajena por cualquier percance incesesario; luego mostro una adorable sonrisa que invitaba a ser travieso. ¿Quieren saber que hiso? Ya les digo… le hizo cosquillas, asegurándose de tocar ciertos puntos de presión de su espalda y abdomen para hacer que la sangre circulara más rápido, además de paso tocando algunos nervios… forma patentada de su abuelo para despertar a una persona. Que despertara de buen o mal humor era cosas del individuo. –Nee~ ¿Ya estas más despierto? – le presunto sin verle la cara pues estaba a su espalda.
Solo a él se le ocurre ponerse a despertar a un desconocido en vez de solo sentarse y comer en silencio, pero si lo hiciera no sería Lavi, Lavi era animado y siempre dispuesto a meterse en problemas y en eso estaba.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
Mis ojos se habían cerrado en contra de mi voluntad, como la inmensa mayoría de las veces. Era bastante tedioso no poder hacer una vida normal debido a mi enfermedad. Me era imposible realizar aquellas tareas que me mandaban puesto que en cuestión de minutos caía en un sueño profundo. Por lo menos, gracias a Kurogitsune era capaz de despertar para poder continuar, pero sin él a mi lado era un completo inútil.
En fin. Esta vez me quedé dormido en la cafetería de la academia a pesar de la cantidad de ruido del ambiente. Alumnos gritando a todo volumen reclamando su sitio en la banca, gente riendo escandalosamente. Vamos, lugar ruidoso donde los haya, y a pesar de todo me había quedado dormido justo cuando tenía la intención de empezar a comer. Pronto, un extraño sueño invadió mi mente.
Caminaba torpemente con los pies descalzo sobre la tierra húmeda, tierra que anteriormente estuvo cubierta por un manto de agua. Ahora se había secado. ¿Qué significaba aquello? Luego, dicha superficie de tierra húmeda estaba salteada por unas hermosas flores rojas. Dichas flores no hacían más que aparecer en mis sueños y aún no logro saber cuáles son. Todo se encontraba en la más inmensa oscuridad. Las flores eran lo único que destacaba en dicho lugar. El silencio sepulcral que reinaba fue destruido por un inmenso rugido. Me di media vuelta y no divisé absolutamente nada, todo estaba desierto. Reanudé la marcha y sentí una ligera presión en mis costados, posteriormente noté como las uñas se introducían poco a poco en mi carne y debido a eso me desperté, completamente sobresaltado.
Me sentí nervioso cuando aún notaba la presión en mis costados, pero en cuestión de segundos me atacó la risa. Alguien me estaba haciendo cosquillas.
— Para ya... Estoy despierto —indiqué entre carcajadas y encorvándome hacia delante, cuidando de no tirar la comida que posiblemente ya estaba fría. Llevé mis manos hacia las muñecas ajenas, tratando de retirárselas para que cesara de hacerme cosquillas—. Socorro... Que alguien lo pare...
Continuaba mencionando aquellas palabras entre carcajadas. Hacía siglos que no me reía de esta forma, me estaba doliendo el estómago ya. Unas pequeñas lágrimas salieron de mis ojos fruto de la incesante risa y un relajamiento algo inusual en mí me invadió el cuerpo. Ese relajamiento podría derivar de nuevo en un profundo sueño, así que debía advertir que posiblemente me quedaría de nuevo dormido como siguiera con las cosquillas.
— Me quedaré... dormido de nuevo... como sigas... —ya incluso me estaba faltando el aire debido a las carcajadas.
En fin. Esta vez me quedé dormido en la cafetería de la academia a pesar de la cantidad de ruido del ambiente. Alumnos gritando a todo volumen reclamando su sitio en la banca, gente riendo escandalosamente. Vamos, lugar ruidoso donde los haya, y a pesar de todo me había quedado dormido justo cuando tenía la intención de empezar a comer. Pronto, un extraño sueño invadió mi mente.
Caminaba torpemente con los pies descalzo sobre la tierra húmeda, tierra que anteriormente estuvo cubierta por un manto de agua. Ahora se había secado. ¿Qué significaba aquello? Luego, dicha superficie de tierra húmeda estaba salteada por unas hermosas flores rojas. Dichas flores no hacían más que aparecer en mis sueños y aún no logro saber cuáles son. Todo se encontraba en la más inmensa oscuridad. Las flores eran lo único que destacaba en dicho lugar. El silencio sepulcral que reinaba fue destruido por un inmenso rugido. Me di media vuelta y no divisé absolutamente nada, todo estaba desierto. Reanudé la marcha y sentí una ligera presión en mis costados, posteriormente noté como las uñas se introducían poco a poco en mi carne y debido a eso me desperté, completamente sobresaltado.
Me sentí nervioso cuando aún notaba la presión en mis costados, pero en cuestión de segundos me atacó la risa. Alguien me estaba haciendo cosquillas.
— Para ya... Estoy despierto —indiqué entre carcajadas y encorvándome hacia delante, cuidando de no tirar la comida que posiblemente ya estaba fría. Llevé mis manos hacia las muñecas ajenas, tratando de retirárselas para que cesara de hacerme cosquillas—. Socorro... Que alguien lo pare...
Continuaba mencionando aquellas palabras entre carcajadas. Hacía siglos que no me reía de esta forma, me estaba doliendo el estómago ya. Unas pequeñas lágrimas salieron de mis ojos fruto de la incesante risa y un relajamiento algo inusual en mí me invadió el cuerpo. Ese relajamiento podría derivar de nuevo en un profundo sueño, así que debía advertir que posiblemente me quedaría de nuevo dormido como siguiera con las cosquillas.
— Me quedaré... dormido de nuevo... como sigas... —ya incluso me estaba faltando el aire debido a las carcajadas.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
Por un instante le dio la impresión de que el chico no iba a reaccionar. Pero pronto una carcajada, seguida de otra y otra comenzaron a escucharse salir de su "victima" Lavi sonrió, tenia una riza contagiosa, se rió un poco pero mantuvo el ataque de cosquillas lo más que pudo. Aquellas pequeñas suplicas y llamadas de auxilio solo lo hacían querer seguir jugando.
Aunque todas las miradas estaban sobre ellos al peli-naranja no le podía dar más igual. De pronto el cuchicheo se empezó a escuchar un: "¿No están muy grandes para eso?" "Parecen Críos" etc. Pero uno es particular molesto a Lavi, miro a la chica y le saco la lengua. Dejo que los demás hablaran no era su problema, su atención se centro de nuevo en las palabras de que chico que acaba de despertar.
"¿Se puede dormir de nuevo?" con ese pensamiento en mente dejo de hacerle cosquillas. -Lo siento, de verdad. Por el ataque de cosquillas y eso- se rasco la nuca con algo de pena, había sido muy impulsivo pero no es como que se fuera a arrepentir pero debía por lo menos disculparse por interrumpir su sueño. Dio la vuelta a la mesa y se sentó frente a él, le sonrió amablemente y halo la bandeja del chico frente a su dueño. Solo hay pudo notar que estuvo a punto de sacarle lagrimas al bello durmiente. "Tengo que dejar le leer cuentos para niños" se reprendió mentalmente, ni siquiera savia las circunstancias por las cuales el chico esta tan cómodamente dormido entre tanta algarabía; muy aparte el prefería dormir en sitios tranquilos o cálido, pero debía reconocerle al peli-gris punto por no haberse caído en ningún momento, tiene un gran equilibrio, para haberse quedado dormido sentado. Estiro el brazo buscando su propia y olvidad bandeja con alimentos, pero antes de empezar a comer, habían ciertas cosas que tenia que preguntar.
-No se tu, pero a mi la comida fría no me gusta- se le quedo mirando con un poco de ¿recelo con pena tal vez?, pero tal vez algún día no muy lejano debería dejar de hacer las cosas al revés -¿Te molesta si me siento?- aunque ya estaba sentado, pero que más le quedaba, aun no savia si su peculiar forma de despertarle; patentada por el Viejo Panda; había tenido algún efecto negativo o positivo.
Contuvo el aire en sus pulmones por lo menos medio minuto antes de caer en cuenta, estaba siendo descortés, si quería hacerse amigo de él y que no le odiara mucho en el proceso por lo menos debía de darlo un nombre, con su único ojo visible estructuro sus facciones a primeras apariencias no se miraba una mala persona, pero tenia un yo-no-se-que se le asemejaba mucho al de un recuerdo colectivo. Hace tiempo lo había disidido, no importaba la raza, fuera gato, perro, zorro, ángel o demonio aria amistad con quien pudiera y con quien se dejara, sonrió un poco más confiado - Lavi Bookman, encantado de ¿Despertarte?- ladeo la cabeza un poco sonriendo - jajaja y de conocerte- aclaro, bastante menos preocupado.
En algún momento dejaron de ser centro de atención, no seria la ultima vez que aria una ocurrencia así eso seguro.
Aunque todas las miradas estaban sobre ellos al peli-naranja no le podía dar más igual. De pronto el cuchicheo se empezó a escuchar un: "¿No están muy grandes para eso?" "Parecen Críos" etc. Pero uno es particular molesto a Lavi, miro a la chica y le saco la lengua. Dejo que los demás hablaran no era su problema, su atención se centro de nuevo en las palabras de que chico que acaba de despertar.
"¿Se puede dormir de nuevo?" con ese pensamiento en mente dejo de hacerle cosquillas. -Lo siento, de verdad. Por el ataque de cosquillas y eso- se rasco la nuca con algo de pena, había sido muy impulsivo pero no es como que se fuera a arrepentir pero debía por lo menos disculparse por interrumpir su sueño. Dio la vuelta a la mesa y se sentó frente a él, le sonrió amablemente y halo la bandeja del chico frente a su dueño. Solo hay pudo notar que estuvo a punto de sacarle lagrimas al bello durmiente. "Tengo que dejar le leer cuentos para niños" se reprendió mentalmente, ni siquiera savia las circunstancias por las cuales el chico esta tan cómodamente dormido entre tanta algarabía; muy aparte el prefería dormir en sitios tranquilos o cálido, pero debía reconocerle al peli-gris punto por no haberse caído en ningún momento, tiene un gran equilibrio, para haberse quedado dormido sentado. Estiro el brazo buscando su propia y olvidad bandeja con alimentos, pero antes de empezar a comer, habían ciertas cosas que tenia que preguntar.
-No se tu, pero a mi la comida fría no me gusta- se le quedo mirando con un poco de ¿recelo con pena tal vez?, pero tal vez algún día no muy lejano debería dejar de hacer las cosas al revés -¿Te molesta si me siento?- aunque ya estaba sentado, pero que más le quedaba, aun no savia si su peculiar forma de despertarle; patentada por el Viejo Panda; había tenido algún efecto negativo o positivo.
Contuvo el aire en sus pulmones por lo menos medio minuto antes de caer en cuenta, estaba siendo descortés, si quería hacerse amigo de él y que no le odiara mucho en el proceso por lo menos debía de darlo un nombre, con su único ojo visible estructuro sus facciones a primeras apariencias no se miraba una mala persona, pero tenia un yo-no-se-que se le asemejaba mucho al de un recuerdo colectivo. Hace tiempo lo había disidido, no importaba la raza, fuera gato, perro, zorro, ángel o demonio aria amistad con quien pudiera y con quien se dejara, sonrió un poco más confiado - Lavi Bookman, encantado de ¿Despertarte?- ladeo la cabeza un poco sonriendo - jajaja y de conocerte- aclaro, bastante menos preocupado.
En algún momento dejaron de ser centro de atención, no seria la ultima vez que aria una ocurrencia así eso seguro.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
Negué con la cabeza ante las palabras de disculpa del joven pelirroo que se disponía a sentarse delante de mí. La amplia sonrisa que adornaba mis labios no desapareció en ningún momento, acto seguido me enjugué las lágrimas que casi amenazaban con salir de mis dorados orbes. Realmente agradecí eso que me hizo, pues me ayudó a despertarme en ausencia de Kurogitsune.
— No tienes que disculparte —dije, negando con la cabeza y sin borrar mi sonrisa—. Has conseguido que me despierte, si no lo hubieras hecho me podría haber quedado todo el día aquí, así que te lo agradezco enormemente.
Ladeé con suavidad la cabeza y alcé la mano para acariciar la máscara que normalmente reposaba sobre un costado de mi cabeza, pero con el uniforme no me dejaban, así que terminé por bajar la mano al verse abortada mi manía. En cuanto me hizo aquella interrogante me quedé mirando la bandeja que se encontraba delante de mí.
— A mí tampoco me gusta —miré con cierta pena la comida—, pero bueno... ¿Qué se le va a hacer?
Me encogí de hombros y luego negué con la cabeza ante su pregunta, indicando que no me importaba en absoluto que se sentase frente a mí, es más, así me haría algo de compañía y podría hacer un gran amigo. Se le ve un chico bastante majo, así que no me importaría volver a encontrarme con él o comer todos los días con él. Su compañía me transmitía cierta tranquilidad.
Acto seguido reí ante el final de su presentación. No pude negar que me hizo bastante gracia, así que una graciosa risita salió de mis labios y fue acompañada del cerrar de mi mirada. Incliné un poco la cabeza hacia delante y me tapé un poco los labios con la mano. Transcurridos unos segundos, regresé a la normalidad y observé al contrario con cierta timidez pero a la vez confianza en su persona. Eso era lo que me ocurría, depositaba toda mi confianza en las personas, luego me llevaba las puñaladas traperas, pero en este caso no me daba esa sensación.
— Igualmente, Lavi —dije aún entre pequeñas risas—. Mi nombre es Yue y él es... —alcé una mano para señalar mi hombro por mera costumbre de presentar a Kurogitsune—. ¡Oh! Perdón, él no está aquí ahora. No termino de acostumbrarme a su ausencia.
>> Y perdona la pregunta... ¿Qué eres?
Pregunté con cierta curiosidad al respecto, aunque realmente no sé qué me llevó a formular esa interrogante.
— No tienes que disculparte —dije, negando con la cabeza y sin borrar mi sonrisa—. Has conseguido que me despierte, si no lo hubieras hecho me podría haber quedado todo el día aquí, así que te lo agradezco enormemente.
Ladeé con suavidad la cabeza y alcé la mano para acariciar la máscara que normalmente reposaba sobre un costado de mi cabeza, pero con el uniforme no me dejaban, así que terminé por bajar la mano al verse abortada mi manía. En cuanto me hizo aquella interrogante me quedé mirando la bandeja que se encontraba delante de mí.
— A mí tampoco me gusta —miré con cierta pena la comida—, pero bueno... ¿Qué se le va a hacer?
Me encogí de hombros y luego negué con la cabeza ante su pregunta, indicando que no me importaba en absoluto que se sentase frente a mí, es más, así me haría algo de compañía y podría hacer un gran amigo. Se le ve un chico bastante majo, así que no me importaría volver a encontrarme con él o comer todos los días con él. Su compañía me transmitía cierta tranquilidad.
Acto seguido reí ante el final de su presentación. No pude negar que me hizo bastante gracia, así que una graciosa risita salió de mis labios y fue acompañada del cerrar de mi mirada. Incliné un poco la cabeza hacia delante y me tapé un poco los labios con la mano. Transcurridos unos segundos, regresé a la normalidad y observé al contrario con cierta timidez pero a la vez confianza en su persona. Eso era lo que me ocurría, depositaba toda mi confianza en las personas, luego me llevaba las puñaladas traperas, pero en este caso no me daba esa sensación.
— Igualmente, Lavi —dije aún entre pequeñas risas—. Mi nombre es Yue y él es... —alcé una mano para señalar mi hombro por mera costumbre de presentar a Kurogitsune—. ¡Oh! Perdón, él no está aquí ahora. No termino de acostumbrarme a su ausencia.
>> Y perdona la pregunta... ¿Qué eres?
Pregunté con cierta curiosidad al respecto, aunque realmente no sé qué me llevó a formular esa interrogante.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
El alma le regreso al cuerpo al sabe que el bello durmiente no estaba molesto por su peculiar y patentada forma de despertarle. Al parecer el joven estaba muy cansado para permanecer despierto, aunque se miraba bastante bien; no presentaba ojeras o signos de falta de sueño, el peli-naranja debatía internamente ante las posibilidades por las cuales su compañero de almuerzo se encontraba tan cansado como para dormir todo el día. "Pueden ser medicamentos, cansancio, narcolpcia, algún hechizo de sueño, poción... ufff tantas cosas que pueden ser y no serán, mejor le pregunto disimuladamente" aquella magnifica conclusión era la más sensata para un Bookman.
Era extraño que Lavi se quedara centrado en una sola cosa, siempre prestaba atención a todo a su alrededor, pero con el peli-morado "...de ojos... d-dorados" no podía resistir su impulso de mirar aquellas hermosas orbes doradas. Pero dejo de hacerlo una cosa era que el Demonio lo hubiera aceptado y una muy diferente era que el chico frente a él fuera igual, esperaba que no, porque dos amigos iguales como que no, no era divertido entre más variado mejor o por lo menos esa era la forma de pensar del joven Bookman. Pero aun estaba presente aquel recuerdo vago de la memoria familiar taladrándole la cabeza; pero otra vez izo caso omiso y siguió escuchando. - No hay de que. Si quieres te despierto más seguido~- le guiño el ojo con confianza, no tanto por el ademan de coqueto pero era su naturaleza portarse así cuando le daban la oportunidad.
"Tu almuerzo es rescatable" pensó pues el tenia cierto dominio del fuego. Pero eso era tema de otro día. Lavi estaba totalmente cautivado por su riza, era agradable y hasta cierto punto relajante e invitaban a seguir riendo, pero al peli-naranja trataba de contenerse cosa que no podía.
El claro signo de interrogación se pinto en su fas por un momento al ver como sé presentaba y presentaba a alguien más o a algo que no estaba con él "¿Una mascota tal vez?" estaba dispuesto a preguntar pero parece que no iba a poder porque la pregunta tan directa en cuanto al "que era" lo tomo de sorpresa y por poco se va de espaldas al piso, de no ser porque logro enganchar la bota en la pata de la mesa de lo contrario ya estaría en el suelo. Casi parecía que estuviera acostado suspendido en el aire, pero el ligero tic en su único ojo visible daba a entender su pasmo. En definitiva no se esperaba eso.
Tomo impulso y se volvió a enderezar, la banda negra que una vez recogía su cabello termino en su cuello. -Heee... jejeje- aquella risa nerviosa no se izo esperar- Yuee~ me sorprendió tu pregunta. Pero te digo con tal de que me digas a quien ibas a presentar- aquella sonrisa traviesa apareció una vez más en su cara, claro después de que el susto se le paso. Le sonrío divertido -Bueno yo soy antes que nada y primero que todo: Un Bookman, luego soy hechicero... ya después soy sacrificio y un cuarto conejo- ese hubiera sido un momento apropiado para sacar sus orejas de conejo de no ser porque estaban guardadas en su maleta, lamento un poco eso. Pero ya en otro momento lo aria reír con eso; o se dejaba de llamar Lavi.
Clavo su orbe verde jade en los dorados de Yue, "Yue muy bonito nombre... si mi memoria no falla Yue significa Luna llena o Luna en chino" al mago le gusta un poco la Antroponimia, (ciencia que estudia el origen y significado de los nombre)-¿Y tu que eres? Porque algo dentro de mí me dice que no eres humano ni sacrificio... eres...- cerro los ojos, dejando que las energías se disiparan centrándose solo en al de Yue, se sorprendió lo rápido que fue encontrarlo -Eres especial... casi divino... un demonio, un ángel, ¿un dios?...-estaba entre esos tres, pero aun no podía identificar a ciencia cierta; la voz del peli-naranja se hizo más suave y más calmada de aquel tono amigable y animado que hizo antes de ello.
-Entonces mi querido Yue ¿Me dejas calentar tu comida?- y ahí estaba otra vez su voz dulce y amida, se hace la salvedad que también se estaba olvidando de su propio almuerzo, por estar pendiente del oji-dorado, pero callo en cuenta del pequeño detalle, que también estaba dejando su ensalada de lado, sin más tomo el tenedor y empezó con un pedazo del pollo, el sabor era bueno. Un lindo sonrojo adorno sus mejilla ante tal deleite, colo sus dos manitas sobre las mejillas -¡Esta bueno!- aquel ojito verde brillaba con fascinación, miro a Yue y sonrió. Tomo un pedazo de su pollo terillaki en el tenedor -Anda Prueba~- aunque el hechicero no fuera muy dado a compartir lo que le gustaba algo, tal vez la risa de Yue o sus ojos dorado el invitaban a compartir con él, era una sensación agradable; digna de ser registrada... pero a los segundos llego a la conclusión que se guardaría aquellos regiros para sí.
Era extraño que Lavi se quedara centrado en una sola cosa, siempre prestaba atención a todo a su alrededor, pero con el peli-morado "...de ojos... d-dorados" no podía resistir su impulso de mirar aquellas hermosas orbes doradas. Pero dejo de hacerlo una cosa era que el Demonio lo hubiera aceptado y una muy diferente era que el chico frente a él fuera igual, esperaba que no, porque dos amigos iguales como que no, no era divertido entre más variado mejor o por lo menos esa era la forma de pensar del joven Bookman. Pero aun estaba presente aquel recuerdo vago de la memoria familiar taladrándole la cabeza; pero otra vez izo caso omiso y siguió escuchando. - No hay de que. Si quieres te despierto más seguido~- le guiño el ojo con confianza, no tanto por el ademan de coqueto pero era su naturaleza portarse así cuando le daban la oportunidad.
"Tu almuerzo es rescatable" pensó pues el tenia cierto dominio del fuego. Pero eso era tema de otro día. Lavi estaba totalmente cautivado por su riza, era agradable y hasta cierto punto relajante e invitaban a seguir riendo, pero al peli-naranja trataba de contenerse cosa que no podía.
El claro signo de interrogación se pinto en su fas por un momento al ver como sé presentaba y presentaba a alguien más o a algo que no estaba con él "¿Una mascota tal vez?" estaba dispuesto a preguntar pero parece que no iba a poder porque la pregunta tan directa en cuanto al "que era" lo tomo de sorpresa y por poco se va de espaldas al piso, de no ser porque logro enganchar la bota en la pata de la mesa de lo contrario ya estaría en el suelo. Casi parecía que estuviera acostado suspendido en el aire, pero el ligero tic en su único ojo visible daba a entender su pasmo. En definitiva no se esperaba eso.
Tomo impulso y se volvió a enderezar, la banda negra que una vez recogía su cabello termino en su cuello. -Heee... jejeje- aquella risa nerviosa no se izo esperar- Yuee~ me sorprendió tu pregunta. Pero te digo con tal de que me digas a quien ibas a presentar- aquella sonrisa traviesa apareció una vez más en su cara, claro después de que el susto se le paso. Le sonrío divertido -Bueno yo soy antes que nada y primero que todo: Un Bookman, luego soy hechicero... ya después soy sacrificio y un cuarto conejo- ese hubiera sido un momento apropiado para sacar sus orejas de conejo de no ser porque estaban guardadas en su maleta, lamento un poco eso. Pero ya en otro momento lo aria reír con eso; o se dejaba de llamar Lavi.
Clavo su orbe verde jade en los dorados de Yue, "Yue muy bonito nombre... si mi memoria no falla Yue significa Luna llena o Luna en chino" al mago le gusta un poco la Antroponimia, (ciencia que estudia el origen y significado de los nombre)-¿Y tu que eres? Porque algo dentro de mí me dice que no eres humano ni sacrificio... eres...- cerro los ojos, dejando que las energías se disiparan centrándose solo en al de Yue, se sorprendió lo rápido que fue encontrarlo -Eres especial... casi divino... un demonio, un ángel, ¿un dios?...-estaba entre esos tres, pero aun no podía identificar a ciencia cierta; la voz del peli-naranja se hizo más suave y más calmada de aquel tono amigable y animado que hizo antes de ello.
-Entonces mi querido Yue ¿Me dejas calentar tu comida?- y ahí estaba otra vez su voz dulce y amida, se hace la salvedad que también se estaba olvidando de su propio almuerzo, por estar pendiente del oji-dorado, pero callo en cuenta del pequeño detalle, que también estaba dejando su ensalada de lado, sin más tomo el tenedor y empezó con un pedazo del pollo, el sabor era bueno. Un lindo sonrojo adorno sus mejilla ante tal deleite, colo sus dos manitas sobre las mejillas -¡Esta bueno!- aquel ojito verde brillaba con fascinación, miro a Yue y sonrió. Tomo un pedazo de su pollo terillaki en el tenedor -Anda Prueba~- aunque el hechicero no fuera muy dado a compartir lo que le gustaba algo, tal vez la risa de Yue o sus ojos dorado el invitaban a compartir con él, era una sensación agradable; digna de ser registrada... pero a los segundos llego a la conclusión que se guardaría aquellos regiros para sí.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
"No hay de que. Si quieres te despierto más seguido~"
— No es necesario que lo hagas, aunque me ayudaría bastante, la verdad —dije, llevándome un dedo a los labios y manteniendo la sonrisa dibujada en mis labios a pesar de la posible cara de sueño que pudiera tener.
Todo mi ser se tensó en el momento en el cual vi como el chico casi se caía hacia atrás. Abrí mis ojos de par en par y mi intención evidentemente fue ayudarle, pero parecía que estaba bien por el momento. En ese instante me invadió la culpa por haber hecho esa pregunta tan directa y para ser sinceros, no me esperaba para nada esa clase de reacción. Una vez empezó a hablar de nuevo, me llevé un dedo a los labios y entrecerré la mirada con suavidad, algo triste a decir verdad. Quizá si Kurogitsune hubiese estado conmigo no habría pasado nada de eso.
— Perdona por haber sido tan directo —me disculpé con una suave voz y alcé un poco mi mirada hacia él—. Me es complicado saber si cuando digo algo molesta o no molesta.
Agaché de nuevo la mirada, manteniendo mis brazos debajo de la mensa, algo tenso por lo de antes. Bien parecía que no le había molestado demasiado, pero quién sabe, puede que esté fingiendo o algo por el estilo. Kurogitsune me ha dicho en ocasiones que las personas tienden a fingir para esconder sus verdaderas intenciones. Aunque cierto es que no ve a Lavi como una mala persona. Es muy agradable estar con él.
¿Un hechicero, un sacrificio y un conejo? ¿Todo aquello en la misma persona? Ladeé la cabeza un tanto confuso, pero lo dejé pasar por el momento. Lo que más me llamó la atención fue lo de hechicero y sacrificio. No tenía ni la más mínima idea de qué era cada cosa, sobre todo sacrificio. No creo haberlo oído.
— Iba a presentar a Kurogitsune, el espíritu de un zorro que me ayuda cuando me encuentro solo, aunque aquí no puede entrar —suspiré algo decepcionado por ello—. Al menos me ayuda a despertarme cuando me quedo dormido.
Mi sonrisa se ensanchó en el momento en el cual mencioné aquellas palabras. Ahora tocaba responder mis dudas.
— ¿En qué consiste la raza sacrificio? Nunca he oído hablar de ello —mi primera interrogante, luego le seguiría la otra.
Alcé la mano y tomé el tenedor con mis delicados y delgados dedos, moviendo la comida con suavidad frente a las preguntas del contrario. Entrecerré la mirada y sonreí de lado. Casi divino era, pero por alguna razón no me consideraba así. En mi interior anhelaba ser una persona normal y no tener que alimentarme a costa de otros, aunque nunca me han mencionado cómo me alimento, es una verdadera incógnita.
— No podría decir que soy divino, ni mucho menos soy un dios —respondí en voz baja, manteniendo la cabeza agachada—. Soy un ángel caído. Un ángel caído que ha sido criado por espíritus de zorros. Pero a pesar de eso me consideran buena persona.
Alcé la mirada y sonreí. Esperaba que no hubiese cambiado eso en nada. Era un ser de la oscuridad, pero poseía un buen corazón. Me gusta ayudar a los demás en lo que me sea posible. No creo que eso suponga un verdadero impedimento. Me caía bien Lavi, me pasaría horas junto a él, me transmitía calma, esa calma que busco para poder desconectar de mi yo interior. No quiero encontrarme con ese Yue, parece ser peligroso. En fin, levanté una ceja al oír su pregunta. ¿Era capaz de calentar la comida? Mi cabeza se mantenía ladeada, viendo cómo comenzaba a coger comida de su plato, mientras que yo lo observaba con tranquilidad.
— ¿Puedes calentar la comida? ¿Cómo lo harás? —pregunté con interés y pestañeé repetidas veces cuando me ofreció parte de su almuerzo para que lo probase. La verdad es que tenía buena pinta, parecía estar delicioso. Así que sin más dilación me levanté un poco de mi asiento y acerqué mi boca al trozo de carne que portaba el tenedor del contrario. Una vez el trozo estuvo en mi boca, comencé a degustarlo con mis papilas gustativas, sintiendo el intenso sabor invadir mi boca—. Está muy rico, gracias por darme a probar —dije, juntando mis manos y sonriendo ampliamente—. Siéntete con la libertad de probar mi almuerzo.
>> ¿Y sabes una cosa, Lavi? Me encanta estar contigo. Tu presencia me resulta de lo más agradable.
Un simpático sonrojo apareció en mis mejillas y ladeé la cabeza de forma encantadora. Amplié todo lo que pude la sonrisa y cerré los ojos para enfatizar mucho más mi gesto.
Off: Perdona la tardanza ;^;
— No es necesario que lo hagas, aunque me ayudaría bastante, la verdad —dije, llevándome un dedo a los labios y manteniendo la sonrisa dibujada en mis labios a pesar de la posible cara de sueño que pudiera tener.
Todo mi ser se tensó en el momento en el cual vi como el chico casi se caía hacia atrás. Abrí mis ojos de par en par y mi intención evidentemente fue ayudarle, pero parecía que estaba bien por el momento. En ese instante me invadió la culpa por haber hecho esa pregunta tan directa y para ser sinceros, no me esperaba para nada esa clase de reacción. Una vez empezó a hablar de nuevo, me llevé un dedo a los labios y entrecerré la mirada con suavidad, algo triste a decir verdad. Quizá si Kurogitsune hubiese estado conmigo no habría pasado nada de eso.
— Perdona por haber sido tan directo —me disculpé con una suave voz y alcé un poco mi mirada hacia él—. Me es complicado saber si cuando digo algo molesta o no molesta.
Agaché de nuevo la mirada, manteniendo mis brazos debajo de la mensa, algo tenso por lo de antes. Bien parecía que no le había molestado demasiado, pero quién sabe, puede que esté fingiendo o algo por el estilo. Kurogitsune me ha dicho en ocasiones que las personas tienden a fingir para esconder sus verdaderas intenciones. Aunque cierto es que no ve a Lavi como una mala persona. Es muy agradable estar con él.
¿Un hechicero, un sacrificio y un conejo? ¿Todo aquello en la misma persona? Ladeé la cabeza un tanto confuso, pero lo dejé pasar por el momento. Lo que más me llamó la atención fue lo de hechicero y sacrificio. No tenía ni la más mínima idea de qué era cada cosa, sobre todo sacrificio. No creo haberlo oído.
— Iba a presentar a Kurogitsune, el espíritu de un zorro que me ayuda cuando me encuentro solo, aunque aquí no puede entrar —suspiré algo decepcionado por ello—. Al menos me ayuda a despertarme cuando me quedo dormido.
Mi sonrisa se ensanchó en el momento en el cual mencioné aquellas palabras. Ahora tocaba responder mis dudas.
— ¿En qué consiste la raza sacrificio? Nunca he oído hablar de ello —mi primera interrogante, luego le seguiría la otra.
Alcé la mano y tomé el tenedor con mis delicados y delgados dedos, moviendo la comida con suavidad frente a las preguntas del contrario. Entrecerré la mirada y sonreí de lado. Casi divino era, pero por alguna razón no me consideraba así. En mi interior anhelaba ser una persona normal y no tener que alimentarme a costa de otros, aunque nunca me han mencionado cómo me alimento, es una verdadera incógnita.
— No podría decir que soy divino, ni mucho menos soy un dios —respondí en voz baja, manteniendo la cabeza agachada—. Soy un ángel caído. Un ángel caído que ha sido criado por espíritus de zorros. Pero a pesar de eso me consideran buena persona.
Alcé la mirada y sonreí. Esperaba que no hubiese cambiado eso en nada. Era un ser de la oscuridad, pero poseía un buen corazón. Me gusta ayudar a los demás en lo que me sea posible. No creo que eso suponga un verdadero impedimento. Me caía bien Lavi, me pasaría horas junto a él, me transmitía calma, esa calma que busco para poder desconectar de mi yo interior. No quiero encontrarme con ese Yue, parece ser peligroso. En fin, levanté una ceja al oír su pregunta. ¿Era capaz de calentar la comida? Mi cabeza se mantenía ladeada, viendo cómo comenzaba a coger comida de su plato, mientras que yo lo observaba con tranquilidad.
— ¿Puedes calentar la comida? ¿Cómo lo harás? —pregunté con interés y pestañeé repetidas veces cuando me ofreció parte de su almuerzo para que lo probase. La verdad es que tenía buena pinta, parecía estar delicioso. Así que sin más dilación me levanté un poco de mi asiento y acerqué mi boca al trozo de carne que portaba el tenedor del contrario. Una vez el trozo estuvo en mi boca, comencé a degustarlo con mis papilas gustativas, sintiendo el intenso sabor invadir mi boca—. Está muy rico, gracias por darme a probar —dije, juntando mis manos y sonriendo ampliamente—. Siéntete con la libertad de probar mi almuerzo.
>> ¿Y sabes una cosa, Lavi? Me encanta estar contigo. Tu presencia me resulta de lo más agradable.
Un simpático sonrojo apareció en mis mejillas y ladeé la cabeza de forma encantadora. Amplié todo lo que pude la sonrisa y cerré los ojos para enfatizar mucho más mi gesto.
Off: Perdona la tardanza ;^;
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Re: Sleep [Priv. Lavi]
Lavi lo miro avergonzado por su comportamiento, era consciente que su reacción fue demasiado exagerada, pero si él era honesto consigo mismo, es que la verdad le impresiono mucho lo directo de aquella pregunta, el joven Bookman estaba más acostumbrado a lidiar con mentiroso y personas interesadas que daban mil vueltas para decir lo que querían realmente; negó rápidamente moviendo las mano con cierta desesperación no quería que el otro se sintiera mal por su reacción – N-no es eso, no tienes que disculparte… es solo que soy un exagerado y no me molesta. Me gusta que seas directo – bajo la mirada mientras jugaba con sus manos- así se más fácil. Además estaría feliz de ayudarte. – Lavi le sonrió intentando trasmitir su confianza y un poco de tranquilidad.
No le gusto para nada ver esos ojos dorados teñidos con tristeza “Juro que no lo vuelvo a hacer… prefiero verlo reír, le queda mejor una sonrisa” se convenció a sí mismo de aquello. Definitivamente tendría que medir un poco sus reacciones y no ser tan dramático.
Escucho atento como buen Bookman sonrío ante la respuesta, asintió un poco emocionado el peli-naranja era bueno invocando espíritus del bosque y había visto diferente espíritus de zorro pero cada uno era diferente y único tanto en forma como en carácter y su curiosidad creció. Se rasco la barbilla meditando como responder la pregunta del ángel. Unos cuantos minutos después decidió abrir la boca –La raza sacrifico son humanos con almas “rica” por decirlo de una manera son almas que al arrebatarle la vida en ritual o bien cuando alguna criatura se alimenta de él obtiene más fuerza, son como potenciadores… lo malo es que los sacrificios puros tienen muy mala suerte y son propensos a accidentes aparte llaman mucho la atención de los que son considerados sus depredadores como: vampiros, demonios, brujos, magos entre otros. – según el peli-naranja esa era una explicación corta y bastante pobre. Sobre esa raza se puede hablar mucho, pero no quería aburrir a Yue con mucho parloteo. – ¿Me explique bien? –cuestiono buscando una afirmativa o una negativa.
Por otra parte si seguía la secuencia de preguntas, hizo una pequeña e inocente pregunta - ¿Me lo presentaras alguna vez? Quiero decir, me presentaría a tu zorro… realmente me gustaría verlo- se notaba la emoción en su voz era algo que sin duda le agradaría pero todo dependía si su compañero de almuerzo estaba dispuesto a presentarlo.
“Ohhh eso lo explica todo, aquello que me ha estado molestando es que Yue es un ser obscuro y un ángel, con razón la memoria familiar me advierte tanto sobre él. Pues lástima porque eso solo hace aun más interesante” le miraba calmado –Bueno, no estuve tan lejos eres un ángel- le sonrió con completa naturalidad no era razón para tratarlo diferente o por lo menos así pensaba el mago. “¿Cómo es ser criado por espíritus de zorros? O seria un templo…” Lavi tenía conocimiento de templos dedicados a los espíritus del zorro y que eran custodiados por aquellas deidades, tendría que investigar más a fondo.
-Pero… Yue, tu eres buena persona – confiaba en su juicio y en lo poco que le había visto del chico no podía percibir malicia o alguna energía obscura por lo menos tan desbordante como la de Dante, “después de todo muy pocas criaturas están libres de maldad” un pensamiento demasiado racional.
Estaba feliz de haber despertado la curiosidad en el ángel en cuanto a calentar la comida. Pero no respondió porque estaba fascinado con el sabor del pollo teriyaki al punto de ofrecerle al oji-dorado sonrío al ver que no era el único que pensaba eso –De nada Yue. Lo bueno se comparte. –Eso fue su simple respuesta.
-En cuanto a calentar tú comida es fácil- miro a todas parte buscando alguna mirada sobre ellos, pero al parecer ya habían dejado de ser el centro de atención de los demás – soy hechicero y tengo dominio sobre algunos elementos – izo un puño del cual emitía una tenue luz, abrió la palma de la mano en ella bailaban dos bolas de fuego que comenzaron a girar sobre el plato ajeno reduciendo la flamas pareciendo solo dos esferas brillantes, que simplemente emitían calor directo al plato – En teoría es reducir la llama y redirigir el calor que genera en una sola dirección. Es algo muy útil~. Anda~ prueba ya debe estar a una temperatura agradable- chasqueo los dedos y ambas esferas desaparecieron como si nunca hubieran estado ahí, pero el pato ajeno se podía aprecia emitía cierto humito claro indicador de que su objetivo estaba cumplido. Y claro el estaba satisfecho con el resultado.
El peli-naranja se sonrojo ligeramente ante el comentario de peli-plata realmente estaba agradecido, además de que pudo observar aquella bonita sonrisa; incluso se había olvidado de que le dieron permiso de probar el almuerzo ajeno- A mí me gusta estar contigo, me siento a gusto en tu presencia- aunque no podía decir lo mismo del recuerdo familiar, pero con el tiempo Lavi aprendió a ignorar para poder hacer amistad con quien él considerara oportuno; pero con Yue solo quería acercarse más, conocerle mejor y llegar ser alguien en la vida del ángel caído, con encantadora sonrisa, tal vez era un deseo muy egoísta pero era lo quería.
- Neee~ Yue aun siendo exagerado, algo raro y bastante hablador; aun así ¿me dejarías estar a tu lado?- pese a la sonrisa que mostraba en su único ojo visible se podía encontrar un poco de inquietud, muchas veces esa parte de su personalidad era demasiado molesta. Se rasco la mejilla un poco impaciente, pero mantenía aquella sonrisa por mera esperanza. Mientras volvía a comer su ensalada que gracias a Natura no tenia que calentar, el pollo seguía tibio llevo otra porción de ensalada a su boca, mascando en silencio una vez trago tomo su batido y le dio un sorbo al liquido empezó de color azul.
El silencio no era su fuerte a menos que tuviera un libro en sus manos, sonrió travieso y tomo una patata del plato ajeno - Gracias~ - fue lo último que dijo antes de morder la mitad de la patata, le gustaba porque no estaba cargada de aceite y tenía un rico punto de sal. Masco y luego se relamió los labios - ¿Quieres que sigamos almorzando juntos? –era lago comprometedor pero solo cuando tuvieran la oportunidad no quería esclavizarlo a eso – Bueno cuando puedas. No es una obligación, solo es un pregunta. – tomo el tenedor y continuo con su ensalada.
No le gusto para nada ver esos ojos dorados teñidos con tristeza “Juro que no lo vuelvo a hacer… prefiero verlo reír, le queda mejor una sonrisa” se convenció a sí mismo de aquello. Definitivamente tendría que medir un poco sus reacciones y no ser tan dramático.
Escucho atento como buen Bookman sonrío ante la respuesta, asintió un poco emocionado el peli-naranja era bueno invocando espíritus del bosque y había visto diferente espíritus de zorro pero cada uno era diferente y único tanto en forma como en carácter y su curiosidad creció. Se rasco la barbilla meditando como responder la pregunta del ángel. Unos cuantos minutos después decidió abrir la boca –La raza sacrifico son humanos con almas “rica” por decirlo de una manera son almas que al arrebatarle la vida en ritual o bien cuando alguna criatura se alimenta de él obtiene más fuerza, son como potenciadores… lo malo es que los sacrificios puros tienen muy mala suerte y son propensos a accidentes aparte llaman mucho la atención de los que son considerados sus depredadores como: vampiros, demonios, brujos, magos entre otros. – según el peli-naranja esa era una explicación corta y bastante pobre. Sobre esa raza se puede hablar mucho, pero no quería aburrir a Yue con mucho parloteo. – ¿Me explique bien? –cuestiono buscando una afirmativa o una negativa.
Por otra parte si seguía la secuencia de preguntas, hizo una pequeña e inocente pregunta - ¿Me lo presentaras alguna vez? Quiero decir, me presentaría a tu zorro… realmente me gustaría verlo- se notaba la emoción en su voz era algo que sin duda le agradaría pero todo dependía si su compañero de almuerzo estaba dispuesto a presentarlo.
“Ohhh eso lo explica todo, aquello que me ha estado molestando es que Yue es un ser obscuro y un ángel, con razón la memoria familiar me advierte tanto sobre él. Pues lástima porque eso solo hace aun más interesante” le miraba calmado –Bueno, no estuve tan lejos eres un ángel- le sonrió con completa naturalidad no era razón para tratarlo diferente o por lo menos así pensaba el mago. “¿Cómo es ser criado por espíritus de zorros? O seria un templo…” Lavi tenía conocimiento de templos dedicados a los espíritus del zorro y que eran custodiados por aquellas deidades, tendría que investigar más a fondo.
-Pero… Yue, tu eres buena persona – confiaba en su juicio y en lo poco que le había visto del chico no podía percibir malicia o alguna energía obscura por lo menos tan desbordante como la de Dante, “después de todo muy pocas criaturas están libres de maldad” un pensamiento demasiado racional.
Estaba feliz de haber despertado la curiosidad en el ángel en cuanto a calentar la comida. Pero no respondió porque estaba fascinado con el sabor del pollo teriyaki al punto de ofrecerle al oji-dorado sonrío al ver que no era el único que pensaba eso –De nada Yue. Lo bueno se comparte. –Eso fue su simple respuesta.
-En cuanto a calentar tú comida es fácil- miro a todas parte buscando alguna mirada sobre ellos, pero al parecer ya habían dejado de ser el centro de atención de los demás – soy hechicero y tengo dominio sobre algunos elementos – izo un puño del cual emitía una tenue luz, abrió la palma de la mano en ella bailaban dos bolas de fuego que comenzaron a girar sobre el plato ajeno reduciendo la flamas pareciendo solo dos esferas brillantes, que simplemente emitían calor directo al plato – En teoría es reducir la llama y redirigir el calor que genera en una sola dirección. Es algo muy útil~. Anda~ prueba ya debe estar a una temperatura agradable- chasqueo los dedos y ambas esferas desaparecieron como si nunca hubieran estado ahí, pero el pato ajeno se podía aprecia emitía cierto humito claro indicador de que su objetivo estaba cumplido. Y claro el estaba satisfecho con el resultado.
El peli-naranja se sonrojo ligeramente ante el comentario de peli-plata realmente estaba agradecido, además de que pudo observar aquella bonita sonrisa; incluso se había olvidado de que le dieron permiso de probar el almuerzo ajeno- A mí me gusta estar contigo, me siento a gusto en tu presencia- aunque no podía decir lo mismo del recuerdo familiar, pero con el tiempo Lavi aprendió a ignorar para poder hacer amistad con quien él considerara oportuno; pero con Yue solo quería acercarse más, conocerle mejor y llegar ser alguien en la vida del ángel caído, con encantadora sonrisa, tal vez era un deseo muy egoísta pero era lo quería.
- Neee~ Yue aun siendo exagerado, algo raro y bastante hablador; aun así ¿me dejarías estar a tu lado?- pese a la sonrisa que mostraba en su único ojo visible se podía encontrar un poco de inquietud, muchas veces esa parte de su personalidad era demasiado molesta. Se rasco la mejilla un poco impaciente, pero mantenía aquella sonrisa por mera esperanza. Mientras volvía a comer su ensalada que gracias a Natura no tenia que calentar, el pollo seguía tibio llevo otra porción de ensalada a su boca, mascando en silencio una vez trago tomo su batido y le dio un sorbo al liquido empezó de color azul.
El silencio no era su fuerte a menos que tuviera un libro en sus manos, sonrió travieso y tomo una patata del plato ajeno - Gracias~ - fue lo último que dijo antes de morder la mitad de la patata, le gustaba porque no estaba cargada de aceite y tenía un rico punto de sal. Masco y luego se relamió los labios - ¿Quieres que sigamos almorzando juntos? –era lago comprometedor pero solo cuando tuvieran la oportunidad no quería esclavizarlo a eso – Bueno cuando puedas. No es una obligación, solo es un pregunta. – tomo el tenedor y continuo con su ensalada.
- Léeme:
- No te preocupes por la demora, tengo mucha paciencia. Lo importantes es que lograste responder.
Invitado- Invitado
Re: Sleep [Priv. Lavi]
Presté la mayor atención posible a las palabras del joven. A fin de cuentas era yo el que había hecho la pregunta. Sería una total falta de respeto no prestarle mi atención total, aunque en ciertas ocasiones me costaba más de la cuente. Se me iba el santo al cielo, mis pensamientos divagaban sin poder evitarlo. Creo que Kurogitsune me dijo una vez que debía trabajar ese aspecto de mi ser, mas no era tan sencillo. En fin, mientras él me explicaba yo asentía con la cabeza, asimilando todos los nuevos datos que entraban en mi cerebro. Me llevé un dedo a loso labios y mordisqueé con suavidad mi uña, mirando por debajo de las pestañas a Lavi.
— Vaya… —mencioné quedo, sin apartar la mirada de él. Por un instante, sentí el impulso de permanecer a su lado para protegerlo en todo momento, bueno, al menos todo lo que me permitía mi enfermedad—. Kurogitsune y yo te protegeremos. No dejaremos que nadie te haga daño.
Me encontraba totalmente convencido de ello. ¿Se me podría considerar como incrédulo al actuar así? No lo sé, sinceramente.
— ¡Por supuesto que te lo presentaré! —exclamé con alegría y en mi rostro se dibujó una muy amplia sonrisa, incluso ladeé la cabeza para enfatizar el adorable gesto—. Seguro que seréis grandes amigos. Suele llevarse bien con los demás a pesar de ser un poco arisco.
>> Me alegra que me consideres así, es muy amable por tu parte.
Demostré expectación, interés en mi rostro y en mi mirada al escuchar el comentario de que era capaz de controlar algunos elementos. En mi caso sólo era capaz de controlar la oscuridad, y a duras penas… No tenía un dominio total, e quedaba mucho por aprender todavía. Observé emocionado cómo aparecieron las dos bolas de fuego que emergieron de la palma de sus manos, seguí la trayectoria de éstas, vi cómo daban vueltas alrededor de mi plato con la firme intención de calentar la comida. En cuanto me dio la indicación de que podía comerlo ya le hice caso. Tomé el tenedor en mi mano y probé la comida.
— Está a la temperatura perfecta —puse de manifiesto con una agradable y agradecida voz—. Muchas gracias, Lavi.
Para evitar probleas y que se me enfriara de nuevo la comida, empecé a comer con tranquilidad. Eso claro, después de mencionar aquel comentario, estando realmente cómodo con su presencia. Mis ojos se abrieron algo más que de costumbre al escuchar la pregunta que me formuló. Me quedé por un momento paralizado, con el tenedor metido en la boca. Pestañeé un par de veces y retiré el cubierto de mis labios. Esbocé una amplia sonrisa e incliné la cabeza.
— Claro que sí —respondí amablemente, abriendo mis ojos para dirigirle una suave mirada—. No pienso que seas raro, en ningún momento se me ha venido esa palabra a la cabeza. Considero que eres una persona única, eres tú mismo.
Me llevé otro trozo de mi comida a la boca cuando finalicé de mencionar mis palabras. Estaba contento con su presencia. Me sentía calmado, en ese instante no temía a nada, ni siquiera a mi yo interior. Era todo un logro, la verdad, pero la alegría acabó pronto, mas no lo hice patente. De repente, algo en mi interior se estaba removiendo y un poco de nerviosismo me invadió el cuerpo. ¿Qué estaba pasando? Desvié un momento la mirada hacia la entrada del comedor, sintiendo una presencia extraña. Aunque puede que fuese mi imaginación. De todas formas no era demasiado potente, así que no tenía importancia alguna. Regresé mi mirar dorado hacia el joven de cabellos naranjas, escuchando su interrogante.
— Claro, será todo un placer —respondí afirmativamente a su pregunta.
En ese mismo instante, sin ni siquiera esperármelo, sentí como un pequeño animal se posaba en mi regazo. De mis labios salió un pequeño grito asustadizo por la sorpresa. Sinceramente no me lo esperaba. Efectivamente era Kurogitsune y tendría que estar pasando algo importante para que irrumpiera dentro de la academia y a la hora del almuerzo.
— Yue, ten mucho cuidado cuando salgas —me advirtió el pequeño zorro. Yo únicamente asentí con la cabeza ante sus palabras. El pequeño animal redirigió su mirada hacia el joven que lo acompañaba en la comida.
— Mira Lavi, él es Kurogitsune —tome al pequeño zorro por debajo de sus patas delanteras, posicionándolo enfrente de Lavi—. ¿A que es adorable?
Kurogitsune apartó la mirada y no pude evitar reírme con suavidad al respecto. Sacudió la cabeza, haciendo que el pequeño trozo de papel que le cubría el ojo se moviera lentamente. Observé cómo posaba su mirada sobre Lavi, como si lo estuviera analizando de arriba para abajo.
— Encantado de conocerte, Lavi —dijo, parecía que no lo estaba viendo mal chico, cosa que me agradó de verdad.
— Vaya… —mencioné quedo, sin apartar la mirada de él. Por un instante, sentí el impulso de permanecer a su lado para protegerlo en todo momento, bueno, al menos todo lo que me permitía mi enfermedad—. Kurogitsune y yo te protegeremos. No dejaremos que nadie te haga daño.
Me encontraba totalmente convencido de ello. ¿Se me podría considerar como incrédulo al actuar así? No lo sé, sinceramente.
— ¡Por supuesto que te lo presentaré! —exclamé con alegría y en mi rostro se dibujó una muy amplia sonrisa, incluso ladeé la cabeza para enfatizar el adorable gesto—. Seguro que seréis grandes amigos. Suele llevarse bien con los demás a pesar de ser un poco arisco.
>> Me alegra que me consideres así, es muy amable por tu parte.
Demostré expectación, interés en mi rostro y en mi mirada al escuchar el comentario de que era capaz de controlar algunos elementos. En mi caso sólo era capaz de controlar la oscuridad, y a duras penas… No tenía un dominio total, e quedaba mucho por aprender todavía. Observé emocionado cómo aparecieron las dos bolas de fuego que emergieron de la palma de sus manos, seguí la trayectoria de éstas, vi cómo daban vueltas alrededor de mi plato con la firme intención de calentar la comida. En cuanto me dio la indicación de que podía comerlo ya le hice caso. Tomé el tenedor en mi mano y probé la comida.
— Está a la temperatura perfecta —puse de manifiesto con una agradable y agradecida voz—. Muchas gracias, Lavi.
Para evitar probleas y que se me enfriara de nuevo la comida, empecé a comer con tranquilidad. Eso claro, después de mencionar aquel comentario, estando realmente cómodo con su presencia. Mis ojos se abrieron algo más que de costumbre al escuchar la pregunta que me formuló. Me quedé por un momento paralizado, con el tenedor metido en la boca. Pestañeé un par de veces y retiré el cubierto de mis labios. Esbocé una amplia sonrisa e incliné la cabeza.
— Claro que sí —respondí amablemente, abriendo mis ojos para dirigirle una suave mirada—. No pienso que seas raro, en ningún momento se me ha venido esa palabra a la cabeza. Considero que eres una persona única, eres tú mismo.
Me llevé otro trozo de mi comida a la boca cuando finalicé de mencionar mis palabras. Estaba contento con su presencia. Me sentía calmado, en ese instante no temía a nada, ni siquiera a mi yo interior. Era todo un logro, la verdad, pero la alegría acabó pronto, mas no lo hice patente. De repente, algo en mi interior se estaba removiendo y un poco de nerviosismo me invadió el cuerpo. ¿Qué estaba pasando? Desvié un momento la mirada hacia la entrada del comedor, sintiendo una presencia extraña. Aunque puede que fuese mi imaginación. De todas formas no era demasiado potente, así que no tenía importancia alguna. Regresé mi mirar dorado hacia el joven de cabellos naranjas, escuchando su interrogante.
— Claro, será todo un placer —respondí afirmativamente a su pregunta.
En ese mismo instante, sin ni siquiera esperármelo, sentí como un pequeño animal se posaba en mi regazo. De mis labios salió un pequeño grito asustadizo por la sorpresa. Sinceramente no me lo esperaba. Efectivamente era Kurogitsune y tendría que estar pasando algo importante para que irrumpiera dentro de la academia y a la hora del almuerzo.
— Yue, ten mucho cuidado cuando salgas —me advirtió el pequeño zorro. Yo únicamente asentí con la cabeza ante sus palabras. El pequeño animal redirigió su mirada hacia el joven que lo acompañaba en la comida.
— Mira Lavi, él es Kurogitsune —tome al pequeño zorro por debajo de sus patas delanteras, posicionándolo enfrente de Lavi—. ¿A que es adorable?
Kurogitsune apartó la mirada y no pude evitar reírme con suavidad al respecto. Sacudió la cabeza, haciendo que el pequeño trozo de papel que le cubría el ojo se moviera lentamente. Observé cómo posaba su mirada sobre Lavi, como si lo estuviera analizando de arriba para abajo.
— Encantado de conocerte, Lavi —dijo, parecía que no lo estaba viendo mal chico, cosa que me agradó de verdad.
- Spoiler:
- Perdona mi eterna tardanza ;^;
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