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Escapism [Priv. Risty Keikodi]
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Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Aquel día me había librado de dar clases. No quería estar encerrado en un aula abarrotada de gente, sin conocer a nadie. Aunque verdaderamente me gustaría hacerme amigo de todos los alumnos de mi clase. Pero lo que más me llamaba la atención de todo, es que cantidad de criaturas convivían en paz y armonía, o al menos eso me parecía a mí, después todo podría ser completamente distinto a la realidad.
Bueno, regresando a lo principal. Me había escapado de clases, el pequeño espíritu que reposaba en mi hombro no hacía más que recriminarme el hecho de haber faltado a las clases. ¿Y qué hice yo? Sencillo. Lo ignoré por completo. A veces era muy cascarrabias pero lo comprendo, quiere lo mejor para mí. Y se lo agradezco de sobremanera, pero prefiero disfrutar mejor del mundo humano ya que conseguí salir del templo.
Con un rostro sonriente y dando pasos rítmicos como los de un crío que va feliz andando por la calle, canturreaba mientras caminaba por los pasillos, desviando la mirada hacia los ventanales de éstos, admirando el exterior. ¿Tendrán azotea? Sinceramente era la primera vez que entraba en una escuela, no tenía ni idea de cómo eran, así que lo único que quería hacer era investigar. Al poco tiempo me encontré con un cartel que mencionaba el camino hacia una azotea.
—¡Vayamos a la azotea!—anuncié con una amplia sonrisa en mi rostro mientras señalaba la puerta que conducía hacia dicho lugar. Kurogitsune, el zorro sobre mis hombros, suspiró pesadamente ante mi comentario.
Abrí la puerta y salí al lugar, aspirando el aire puro del lugar. Libertad, bendita libertad. Extendí los brazos y respiré hondo para luego expulsar un largo y tendido suspiro satisfactorio. Acto seguido, sin pensármelo dos veces, me acerqué a la barandilla, di un pequeño salto hasta colocarme encima. Mantuve los brazos extendidos y me dispuse a caminar haciendo equilibrio.
—Yue, ten cuidado, te puedes caer—el pequeño zorro habló, regañándome mientras yo me limitaba a hacer equilibrio.
—¿Y? Siempre puedo sacar mis alas ¿No?—mencioné, caminando tranquilamente por la barandilla. De vez en cuando me balanceaba peligrosamente de un lado a otro. Me daba igual si alguien me llamaba la atención. Vale que Kurogitsune me decía que corría peligro haciendo tal cosa, pero... ¿Qué es la vida sin algo de riesgo?
Desconocía por completo los castigos que se imponían en una academia, por esa razón carecía de miedo por el simple hecho de encontrarme con un profesor. ¿Qué era eso de tener más poder sobre una persona? Lo desconocía y por eso mismo me dedicaba a vivir mi vida como yo quería... O como "ellos" querían. Bajé mi mirada y suspiré, pero en ningún momento dejé de caminar, ignorando si alguien venía a la azotea.
Bueno, regresando a lo principal. Me había escapado de clases, el pequeño espíritu que reposaba en mi hombro no hacía más que recriminarme el hecho de haber faltado a las clases. ¿Y qué hice yo? Sencillo. Lo ignoré por completo. A veces era muy cascarrabias pero lo comprendo, quiere lo mejor para mí. Y se lo agradezco de sobremanera, pero prefiero disfrutar mejor del mundo humano ya que conseguí salir del templo.
Con un rostro sonriente y dando pasos rítmicos como los de un crío que va feliz andando por la calle, canturreaba mientras caminaba por los pasillos, desviando la mirada hacia los ventanales de éstos, admirando el exterior. ¿Tendrán azotea? Sinceramente era la primera vez que entraba en una escuela, no tenía ni idea de cómo eran, así que lo único que quería hacer era investigar. Al poco tiempo me encontré con un cartel que mencionaba el camino hacia una azotea.
—¡Vayamos a la azotea!—anuncié con una amplia sonrisa en mi rostro mientras señalaba la puerta que conducía hacia dicho lugar. Kurogitsune, el zorro sobre mis hombros, suspiró pesadamente ante mi comentario.
Abrí la puerta y salí al lugar, aspirando el aire puro del lugar. Libertad, bendita libertad. Extendí los brazos y respiré hondo para luego expulsar un largo y tendido suspiro satisfactorio. Acto seguido, sin pensármelo dos veces, me acerqué a la barandilla, di un pequeño salto hasta colocarme encima. Mantuve los brazos extendidos y me dispuse a caminar haciendo equilibrio.
—Yue, ten cuidado, te puedes caer—el pequeño zorro habló, regañándome mientras yo me limitaba a hacer equilibrio.
—¿Y? Siempre puedo sacar mis alas ¿No?—mencioné, caminando tranquilamente por la barandilla. De vez en cuando me balanceaba peligrosamente de un lado a otro. Me daba igual si alguien me llamaba la atención. Vale que Kurogitsune me decía que corría peligro haciendo tal cosa, pero... ¿Qué es la vida sin algo de riesgo?
Desconocía por completo los castigos que se imponían en una academia, por esa razón carecía de miedo por el simple hecho de encontrarme con un profesor. ¿Qué era eso de tener más poder sobre una persona? Lo desconocía y por eso mismo me dedicaba a vivir mi vida como yo quería... O como "ellos" querían. Bajé mi mirada y suspiré, pero en ningún momento dejé de caminar, ignorando si alguien venía a la azotea.
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Estaba en la sala de profesores hasta las narices de hacer el papeleo, ya que tenia varias horas por delante que no tenia que dar clases así que aproveche pero a eso de las dos horas de estar trabajando ya me había cansado odiaba hacer ese tipo de cosas, di un sonoro bufido cansada por todo así que me levante de mi asiento y me estire para que mis músculos se estiraran, sin mas me dije a mi misma
- haaaa!! me voy a dar un paseo, creo que mejor ir a azotea que ahora no hay nadie - me dije a mi misma así que sin mas salí de la habitación y empezar a caminar por los pasillos tranquilamente hasta llegar a la escaleras y empece a subirlas directa a la azotea ya que quería estar tranquila un poco, por lo menos me relajaría y despejaría mi mente del dichoso papeleo que tenia pendiente.
Estire mi mano para coger el pomo de la puerta una vez que me pare delante de ella y la abrí, lo primero que paso es que la luz me cegó unos instante refunfuñe pero cuando pude ver vi a un joven en la barandilla haciendo el tonto ¿es que no veía el peligro? Y lo mas importante ¿que hacia hay siendo la hora de clase? Sin mas dije con un tono de enfado
- TU!! baja de hay o te vas a caer mas vale que me hagas caso o veras - le dije con un tono de enfado ya que no estaba para bromas o tonterías como esas ya vería como me enfadara ese tonto, ademas tenia que darme explicaciones de que narices estaba haciendo este aquí y no estaba en clase, por otra parte le iba a dar un escarmiento cual a uno no lo sabia tenia que pensarlo
- haaaa!! me voy a dar un paseo, creo que mejor ir a azotea que ahora no hay nadie - me dije a mi misma así que sin mas salí de la habitación y empezar a caminar por los pasillos tranquilamente hasta llegar a la escaleras y empece a subirlas directa a la azotea ya que quería estar tranquila un poco, por lo menos me relajaría y despejaría mi mente del dichoso papeleo que tenia pendiente.
Estire mi mano para coger el pomo de la puerta una vez que me pare delante de ella y la abrí, lo primero que paso es que la luz me cegó unos instante refunfuñe pero cuando pude ver vi a un joven en la barandilla haciendo el tonto ¿es que no veía el peligro? Y lo mas importante ¿que hacia hay siendo la hora de clase? Sin mas dije con un tono de enfado
- TU!! baja de hay o te vas a caer mas vale que me hagas caso o veras - le dije con un tono de enfado ya que no estaba para bromas o tonterías como esas ya vería como me enfadara ese tonto, ademas tenia que darme explicaciones de que narices estaba haciendo este aquí y no estaba en clase, por otra parte le iba a dar un escarmiento cual a uno no lo sabia tenia que pensarlo
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Mi cuerpo continuaba balaceándose peligrosamente de un lado a otro, ignoraba por completo el peligro que podía acarrear. Perfectamente me podría caer y no darme tiempo a invocar mis enormes alas de plumaje azabache. La altura era considerable, así que sopesé aquella posibilidad, seguro que me daría tiempo a sacarlas, a veces era rápido con mis decisiones. Kurogitsune continuaba advirtiéndome sobre los peligros de estar haciendo equilibrio en la barandilla, pero los ignoraba por completo.
En mi rostro había dibujada una amplia sonrisa, casi infantil por describirlo de alguna forma; mis ojos ámbar se encontraban abiertos de par en par, cuidando de no perder pie sobre la barandilla. De vez en cuando echaba un vistazo a la altura del edificio, percatándome de que realmente era un lugar alto. El aire mecía mis cabellos y me hacía sentir libre. Quería sentir la libertad, no permanecer encerrado.
Por un momento cerré los ojos y me detuve, sintiendo la brisa, pero el grito de alguien llamando mi atención me sobresaltó, provocando que diera un ligero respingo y perdiera en parte el equilibrio, pero por suerte lo pude recuperar al instante. Un poco más y la llamada de atención de esa mujer me hace precipitarme al vacío.
—No te preocupes, lo tengo controlado—mencioné con una amplia sonrisa en mi rostro, como si la cosa no fuera realmente conmigo. No percibí su tono de enfado ante tal situación.
—Yue, está enfadada…—me advirtió Kurogitsune agachando las orejas y moviendo la cola suavemente—Así que mejor bájate.
De ninguna manera me iba a bajar, quería disfrutar un poco más.
—No creo que sea necesario que te enfades, tampoco creo que sea algo malo mientras lo tenga controlado ¿no?—pregunté inclinando la cabeza hacia un lado y mirándola un tanto extrañado—¿Y qué me vas a hacer? Sigo insistiendo en que no he hecho nada malo. Al menos eso creo…
Realmente no sabía si aquello estaba bien o mal, a mi criterio estaba bien porque no molestaba a nadie. ¿Y no dicen que mientras no hagas daño a nadie está bien? Pues por eso mismo. No hería a nadie.
En mi rostro había dibujada una amplia sonrisa, casi infantil por describirlo de alguna forma; mis ojos ámbar se encontraban abiertos de par en par, cuidando de no perder pie sobre la barandilla. De vez en cuando echaba un vistazo a la altura del edificio, percatándome de que realmente era un lugar alto. El aire mecía mis cabellos y me hacía sentir libre. Quería sentir la libertad, no permanecer encerrado.
Por un momento cerré los ojos y me detuve, sintiendo la brisa, pero el grito de alguien llamando mi atención me sobresaltó, provocando que diera un ligero respingo y perdiera en parte el equilibrio, pero por suerte lo pude recuperar al instante. Un poco más y la llamada de atención de esa mujer me hace precipitarme al vacío.
—No te preocupes, lo tengo controlado—mencioné con una amplia sonrisa en mi rostro, como si la cosa no fuera realmente conmigo. No percibí su tono de enfado ante tal situación.
—Yue, está enfadada…—me advirtió Kurogitsune agachando las orejas y moviendo la cola suavemente—Así que mejor bájate.
De ninguna manera me iba a bajar, quería disfrutar un poco más.
—No creo que sea necesario que te enfades, tampoco creo que sea algo malo mientras lo tenga controlado ¿no?—pregunté inclinando la cabeza hacia un lado y mirándola un tanto extrañado—¿Y qué me vas a hacer? Sigo insistiendo en que no he hecho nada malo. Al menos eso creo…
Realmente no sabía si aquello estaba bien o mal, a mi criterio estaba bien porque no molestaba a nadie. ¿Y no dicen que mientras no hagas daño a nadie está bien? Pues por eso mismo. No hería a nadie.
- Spoiler:
- Perdóname por haber tardado tanto ;^;
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Miraba a ese chico con cara de enfado, ademas cuando le llame la atención vi como este estaba a punto de caer pero pudo mantener el equilibrio, eso escuche lo que dijo este, eso hizo que se me hinchara la vena de el cuello, ya que me estaba tocando las narices ese chico con su comportamiento, tras escuchar todo lo que me dijo lo mire con esa cara de enfado para decirle
- Mira chico, soy profesora y mas vale que me hagas caso y no pongas mas excusas, porque sino te castigare y veré que castigo te pongo - dicho eso lentamente mis colmillos de vampiresa empezaban a salir por el enfado que tenia, me acerque a el para cogerle de la muñeca y tirarle hacia mi con fuerza, y ya podía poner toda la fuerza que quisiera pero nunca podía superar la fuerza de un vampiro y menos la de un pura sangre como era mi caso.
Odiaba a los chicos que no veían el peligro, bueno no es que los odiara, el caso es que después terminaban muertos y eso no me gustaba, no me gustaba que en las noticias hablaran de que un alumno se había caído de la azotea y se había matado, si hablaban del instituto que al menos fueran de cosas buenas y no de que un tonto se a caído de la azotea y sea matado, por eso no iba a dejar a ese tonto a su suerte, ya que si estuviera haciendo eso fuera del instituto y lo viera creo que aria la mismo, llame tonta pero es que era una buena persona, hacia tiempo que había dejado lo de ser mala y solo pensar en mi
- Mira chico, soy profesora y mas vale que me hagas caso y no pongas mas excusas, porque sino te castigare y veré que castigo te pongo - dicho eso lentamente mis colmillos de vampiresa empezaban a salir por el enfado que tenia, me acerque a el para cogerle de la muñeca y tirarle hacia mi con fuerza, y ya podía poner toda la fuerza que quisiera pero nunca podía superar la fuerza de un vampiro y menos la de un pura sangre como era mi caso.
Odiaba a los chicos que no veían el peligro, bueno no es que los odiara, el caso es que después terminaban muertos y eso no me gustaba, no me gustaba que en las noticias hablaran de que un alumno se había caído de la azotea y se había matado, si hablaban del instituto que al menos fueran de cosas buenas y no de que un tonto se a caído de la azotea y sea matado, por eso no iba a dejar a ese tonto a su suerte, ya que si estuviera haciendo eso fuera del instituto y lo viera creo que aria la mismo, llame tonta pero es que era una buena persona, hacia tiempo que había dejado lo de ser mala y solo pensar en mi
- off:
- tu tranqui, que yo también he tardado en responderte porque me has avisado por MP porque no me di cuenta que me respondiste, jajaja
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
En primera instancia no me inmuté por sus palabras, la miré fijamente, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado. Mientras tanto, Kurogitsune se encontraba encima de mi hombro, tratando de llamar mi atención. Yo observaba a la vampiresa, parecía que de verdad se estaba enfadando.
—¿Profesora?—me pregunté, llevando un dedo a mis labios, como si tratase de encontrarle un significado a esa palabra. Después de cavilar por unos escasos segundos suspiré con resignación—Está bien me—.
No me dio tiempo a terminar la frase. Abrí los ojos de par en par cuando me tomó de la muñeca, obligándome a bajar de la barandilla. En ese momento temí caerme, perdí pie e instintivamente mis enormes y oscuras alas hicieron aparición. No quise hacerlo, no sé la clase de pensamiento que tendrán sobre mi raza, pero no me agradaba demasiado que todos supieran lo que realmente era. ¿Qué pensará esa mujer de mí?¿Qué reacción tendrá?
—Eso fue rudo…—me quejé y debido al tirón, me aferré también a su brazo, no soltándolo por nada del mundo a pesar de tener ya los pies en tierra firme—Me iba a bajar ya de la barandilla.
Volví a quejarme, sin tener apenas ni idea de que la culpa había sido por completo mía y de nadie más. Ella estaba mirando por mi bien… Al menos eso creo. Acomodé mis alas en la espalda y solté el brazo de la vampiresa, volviendo a colocarme bien la ropa. Alcé la mirada y la posé en los ojos ajenos.
—Pídele perdón ahora mismo, Yue—como siempre, el zorrito negro que me acompañaba me recriminó, pero él ahora mismo estaba en el suelo. Debido al tirón se había caído de mi hombro.
—Está bien—dije, sin apartar la mirada de la joven mujer—Perdona por haberme subido en la barandilla, pero es que quería disfrutar más del aire fresco, no quiero estar encerrado en clase.
Le fui sincero con lo que sentía, prácticamente siempre lo era, no me gustaba mentir a los demás. Sin embargo, si era una verdad que podía doler, me guardaba mis pensamientos y proyectaba unos completamente diferentes. Vamos, lo que comúnmente se denomina mentir. Para que se diera cuenta de que estaba arrepentido, hice una leve reverencia, cerrando los ojos, y en ese momento me acordé que dijo algo sobre castigarme.
—¿Me vas a castigar? Al final me he bajado de donde querías—pregunté con inocencia, levantando un poco la cabeza y alzando la mirada de forma tímida y medio temerosa por lo que me pudiera hacer—No seas demasiado dura conmigo, por favor.
—¿Profesora?—me pregunté, llevando un dedo a mis labios, como si tratase de encontrarle un significado a esa palabra. Después de cavilar por unos escasos segundos suspiré con resignación—Está bien me—.
No me dio tiempo a terminar la frase. Abrí los ojos de par en par cuando me tomó de la muñeca, obligándome a bajar de la barandilla. En ese momento temí caerme, perdí pie e instintivamente mis enormes y oscuras alas hicieron aparición. No quise hacerlo, no sé la clase de pensamiento que tendrán sobre mi raza, pero no me agradaba demasiado que todos supieran lo que realmente era. ¿Qué pensará esa mujer de mí?¿Qué reacción tendrá?
—Eso fue rudo…—me quejé y debido al tirón, me aferré también a su brazo, no soltándolo por nada del mundo a pesar de tener ya los pies en tierra firme—Me iba a bajar ya de la barandilla.
Volví a quejarme, sin tener apenas ni idea de que la culpa había sido por completo mía y de nadie más. Ella estaba mirando por mi bien… Al menos eso creo. Acomodé mis alas en la espalda y solté el brazo de la vampiresa, volviendo a colocarme bien la ropa. Alcé la mirada y la posé en los ojos ajenos.
—Pídele perdón ahora mismo, Yue—como siempre, el zorrito negro que me acompañaba me recriminó, pero él ahora mismo estaba en el suelo. Debido al tirón se había caído de mi hombro.
—Está bien—dije, sin apartar la mirada de la joven mujer—Perdona por haberme subido en la barandilla, pero es que quería disfrutar más del aire fresco, no quiero estar encerrado en clase.
Le fui sincero con lo que sentía, prácticamente siempre lo era, no me gustaba mentir a los demás. Sin embargo, si era una verdad que podía doler, me guardaba mis pensamientos y proyectaba unos completamente diferentes. Vamos, lo que comúnmente se denomina mentir. Para que se diera cuenta de que estaba arrepentido, hice una leve reverencia, cerrando los ojos, y en ese momento me acordé que dijo algo sobre castigarme.
—¿Me vas a castigar? Al final me he bajado de donde querías—pregunté con inocencia, levantando un poco la cabeza y alzando la mirada de forma tímida y medio temerosa por lo que me pudiera hacer—No seas demasiado dura conmigo, por favor.
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Cuando le tome de la muñeca vi esas alas cuando lo tire hacia mi con fuerza suficiente para hacerle venir hacia mi, no me importaba nada sus dichosas alas, lo que si me importaba era su seguridad, ademas estaba tan mosqueada y tan rabiosa que me importaba bien poco ese detalle, es mas mis ojos de su tono normal el plateado se habían vuelto color oro por el enfado que llevaba encima síntoma que mi yo del pasado estaba a punto de salir solo faltaba que mis pupilas se volvieran como las de un gato para que la Ris asesina apareciera.
Sin mas escuche lo que dijo este como se quejaba "¿como tenia el valor de quejarse? Ya le daría yo motivo para quejarse cuando lo destripe" fue lo que pensó mi lado perverso, ese lado que cuando era una asesina sin escrúpulos no le importaba nada matar, este se había aferrado a mi brazo y parecía no querer soltarse pero a escuchar otra vez sus quejas lo mire mal para decirle
- deja de quejarte o te daré motivos de verdad para quejarte - le dije con un tono de enfado, ya que este chico había conseguido sacar a la Ris oculta que intentaba que nunca mas volviera, en ese momento vi como este guardaba sus alas y como después de eso se soltaba de mi brazo mientras los dos nos mirábamos a los ojos escuche otra voz, en ese momento vi a ese zorro que había hablado pero después mire al muchacho y escuche lo que me dijo este, sin mas alargue mi brazo y lo cogí de sus mofletes haciendo que su boca sacara morritos
- Crees que es tan fácil que te perdone? - suspire mientras intentaba controlarme y cuando lo hice el pudo ver que mis ojos volvían a ser de color plata - Mira guapo te perdono, pero como te vea hay otra vez te vas a enterar
En ese momento que lo solté escuche de nuevo lo que me dijo, le iba a responder pero cuando vi su mirada y escuche de nuevo lo que dijo le hice una señal que se sentara en uno de los bancos que habían en la azotea, cuando se sentó me senté a su lado cruzándome de piernas y le dije - si te voy a castigar, pero no se que castigo hacerte, tal vez violarte, tal vez hacerte correr 10.000 vueltas al rededor del centro o cortarte las alas - sonreí con maldad ya que cada cosa era a un peor - bien tengo preguntas que hacer ¿de que raza eres? Porque tus Alas no son como la de los ángeles - sentía curiosidad por ese chico y ahora que parecía estar mas tranquila quería saber mas de ese chico
Sin mas escuche lo que dijo este como se quejaba "¿como tenia el valor de quejarse? Ya le daría yo motivo para quejarse cuando lo destripe" fue lo que pensó mi lado perverso, ese lado que cuando era una asesina sin escrúpulos no le importaba nada matar, este se había aferrado a mi brazo y parecía no querer soltarse pero a escuchar otra vez sus quejas lo mire mal para decirle
- deja de quejarte o te daré motivos de verdad para quejarte - le dije con un tono de enfado, ya que este chico había conseguido sacar a la Ris oculta que intentaba que nunca mas volviera, en ese momento vi como este guardaba sus alas y como después de eso se soltaba de mi brazo mientras los dos nos mirábamos a los ojos escuche otra voz, en ese momento vi a ese zorro que había hablado pero después mire al muchacho y escuche lo que me dijo este, sin mas alargue mi brazo y lo cogí de sus mofletes haciendo que su boca sacara morritos
- Crees que es tan fácil que te perdone? - suspire mientras intentaba controlarme y cuando lo hice el pudo ver que mis ojos volvían a ser de color plata - Mira guapo te perdono, pero como te vea hay otra vez te vas a enterar
En ese momento que lo solté escuche de nuevo lo que me dijo, le iba a responder pero cuando vi su mirada y escuche de nuevo lo que dijo le hice una señal que se sentara en uno de los bancos que habían en la azotea, cuando se sentó me senté a su lado cruzándome de piernas y le dije - si te voy a castigar, pero no se que castigo hacerte, tal vez violarte, tal vez hacerte correr 10.000 vueltas al rededor del centro o cortarte las alas - sonreí con maldad ya que cada cosa era a un peor - bien tengo preguntas que hacer ¿de que raza eres? Porque tus Alas no son como la de los ángeles - sentía curiosidad por ese chico y ahora que parecía estar mas tranquila quería saber mas de ese chico
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Cuando percibí su tono de enfado, por acto reflejo me mostré afligido, observé a la mujer descargar su furia contra mí con palabras. Acomodé mis grandes alas a mis espaldas, no pudiendo evitar que un par de plumas se desprendieran de éstas. No me hicieron falta las palabras, con la mirada se lo dije todo. Le quise transmitir algo de mi arrepentimiento.
Abrí los ojos de par en par y sacudí un par de veces las alas cuando me tomó del rostro, haciendo que sacara morritos. Iba a mencionarle algo, pero apenas podía, el agarre me impedía hablar con normalidad, así que antes que hacer el ridículo es mejor quedarse callado. Una vez me soltó me acaricié la zona agarrada. Me había hecho algo de daño. Se veía que la mujer tenía bastante fuerza.
— Está bien, no lo haré otra vez —dije, aunque en cierta forma fuese mentira, pero lo que sí ocurría es que intentaría no hacerlo cuando ella estuviese cerca—. Gracias —mencioné en tono quedo, aún acariciándome las mejillas.
Obedecí a la mujer, así que me senté tranquilamente en uno de los bancos de la azotea. Acomodé mis alas de forma que no quedara pillada ninguna pluma entre mi trasero y el banco. No quería arrancarme ninguna, era bastante doloroso. Escuché lo que dijo, el primer castigo ciertamente no lo entendí demasiado bien.
— ¿Violarme? ¿A qué te refieres con eso? —pregunté inocentemente, ladeando la cabeza hacia un lado— No lo entiendo.
Me sorprendí cuando mencionó eso de dar diez mil vueltas alrededor del edificio. ¡No podía hacer eso! Kurogitsune estaba ciertamente alarmado por cada castigo que imponía la mujer. Pero lo de las vueltas le causó cierta gracia.
— No creo que Yue sea capaz de dar diez mil vueltas. Se quedará dormido a la segunda —mencionó Kurogistune y a lo último sí que se alarmó. Incluso hasta yo.
Mis ojos se abrieron de par en par, me mostré horrorizado y me alejé un poco de ella. Inconscientemente llevé mis manos hacia mis alas, como protegiéndolas. Si me dolía que me arrancaran una pluma no me podía ni imaginar el dolor que recorrería mi cuerpo si me las cortaran.
— ¡No! ¡No me cortes las alas! —grité alarmado y asustado— Daré todas las vueltas que quieras, pero no quiero que me cortes las alas.
Acto seguido oí su pregunta en lo referente a mi raza. Logré calmarme al ver que la mujer no tenía intención —todavía—, de atacar en dirección a mis alas. Parecía que estaban seguras, por ahora. Desvié un momento la mirada hacia las alas de plumaje oscuro, como las plumas eran mecidas grácilemente por la suave brisa que soplaba.
— Me dijeron que era un ángel oscuro y que por eso mis plumas eran de este negro azabache —contesté a su interrogante, regresando la mirada hacia Risty—. ¿Qué pasa? ¿Es algo malo? —pregunté con inocencia, no sabiendo realmente si era malo o bueno. A mí sólo me dijeron que era uno más. Una especie más que debe sobrevivir.
Abrí los ojos de par en par y sacudí un par de veces las alas cuando me tomó del rostro, haciendo que sacara morritos. Iba a mencionarle algo, pero apenas podía, el agarre me impedía hablar con normalidad, así que antes que hacer el ridículo es mejor quedarse callado. Una vez me soltó me acaricié la zona agarrada. Me había hecho algo de daño. Se veía que la mujer tenía bastante fuerza.
— Está bien, no lo haré otra vez —dije, aunque en cierta forma fuese mentira, pero lo que sí ocurría es que intentaría no hacerlo cuando ella estuviese cerca—. Gracias —mencioné en tono quedo, aún acariciándome las mejillas.
Obedecí a la mujer, así que me senté tranquilamente en uno de los bancos de la azotea. Acomodé mis alas de forma que no quedara pillada ninguna pluma entre mi trasero y el banco. No quería arrancarme ninguna, era bastante doloroso. Escuché lo que dijo, el primer castigo ciertamente no lo entendí demasiado bien.
— ¿Violarme? ¿A qué te refieres con eso? —pregunté inocentemente, ladeando la cabeza hacia un lado— No lo entiendo.
Me sorprendí cuando mencionó eso de dar diez mil vueltas alrededor del edificio. ¡No podía hacer eso! Kurogitsune estaba ciertamente alarmado por cada castigo que imponía la mujer. Pero lo de las vueltas le causó cierta gracia.
— No creo que Yue sea capaz de dar diez mil vueltas. Se quedará dormido a la segunda —mencionó Kurogistune y a lo último sí que se alarmó. Incluso hasta yo.
Mis ojos se abrieron de par en par, me mostré horrorizado y me alejé un poco de ella. Inconscientemente llevé mis manos hacia mis alas, como protegiéndolas. Si me dolía que me arrancaran una pluma no me podía ni imaginar el dolor que recorrería mi cuerpo si me las cortaran.
— ¡No! ¡No me cortes las alas! —grité alarmado y asustado— Daré todas las vueltas que quieras, pero no quiero que me cortes las alas.
Acto seguido oí su pregunta en lo referente a mi raza. Logré calmarme al ver que la mujer no tenía intención —todavía—, de atacar en dirección a mis alas. Parecía que estaban seguras, por ahora. Desvié un momento la mirada hacia las alas de plumaje oscuro, como las plumas eran mecidas grácilemente por la suave brisa que soplaba.
— Me dijeron que era un ángel oscuro y que por eso mis plumas eran de este negro azabache —contesté a su interrogante, regresando la mirada hacia Risty—. ¿Qué pasa? ¿Es algo malo? —pregunté con inocencia, no sabiendo realmente si era malo o bueno. A mí sólo me dijeron que era uno más. Una especie más que debe sobrevivir.
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Escuche como el muchacho se disculpaba y claro lo mire ya mas calmada para decirle con un tono tranquilo y relajado - así me gusta - le comente porque la verdad lo que había echo era muy peligroso y daba igual que tuviera o no alas, eso no estaba bien.
Cuando este tomo asiento vi lo que hacia para así escuchar lo que me dijo este después, comencé a reír, ya que me hizo gracia por aquello, por el echo de no saber que era eso de ser violado lo mire con los ojos entrecerrados para decirle - seria tirarte al suelo quitarte la ropa y hacerte todo tipo de cosas sucias teniendo sexo contigo - le explique a ver si de esa forma lo entendía.
Sin ninguna duda no entendía como ese chico podía ser tan despistado, porque si no sabia que era lo de ser violado es que era demasiado ingenuo, sin mas vi como se sorprendía por los de las vueltas que iba a dar pero si ese seria un buen castigo, sin mas escuche a ese pequeño animal que le acompañaba y reí de nuevo para decirle
- para eso le seguiré en mi moto con un látigo para que no se duerma, porque si lo hace le daré de latigazos o lo atropellare
Pero entonces escuche y vi la reacción del joven a lo de cortarle las alas, eso hizo que levantara una ceja y claro me estaba aguantando la risa por esa reacción de terror que tuvo, porque lo que no sabia este que eso no lo iba hacer, tal vez las dos cosas primeras si pero eso ultimo era mas para asustarlo y había funcionado.
No dije nada al respecto me mantuve en silencio mirándolo a los ojos, cuando lo escuche de nuevo levante una mano que parecía que iba a sus alas pero no fue hay sino que puse mi mano en su hombro y le dije - vaya así que un ángel oscuro eso es interesante y no, no pasa nada eso es muy curioso hace mucho que no veía a ninguno de tu raza - le explique mientras lo miraba con una amplia sonrisa en mis labios
Cuando este tomo asiento vi lo que hacia para así escuchar lo que me dijo este después, comencé a reír, ya que me hizo gracia por aquello, por el echo de no saber que era eso de ser violado lo mire con los ojos entrecerrados para decirle - seria tirarte al suelo quitarte la ropa y hacerte todo tipo de cosas sucias teniendo sexo contigo - le explique a ver si de esa forma lo entendía.
Sin ninguna duda no entendía como ese chico podía ser tan despistado, porque si no sabia que era lo de ser violado es que era demasiado ingenuo, sin mas vi como se sorprendía por los de las vueltas que iba a dar pero si ese seria un buen castigo, sin mas escuche a ese pequeño animal que le acompañaba y reí de nuevo para decirle
- para eso le seguiré en mi moto con un látigo para que no se duerma, porque si lo hace le daré de latigazos o lo atropellare
Pero entonces escuche y vi la reacción del joven a lo de cortarle las alas, eso hizo que levantara una ceja y claro me estaba aguantando la risa por esa reacción de terror que tuvo, porque lo que no sabia este que eso no lo iba hacer, tal vez las dos cosas primeras si pero eso ultimo era mas para asustarlo y había funcionado.
No dije nada al respecto me mantuve en silencio mirándolo a los ojos, cuando lo escuche de nuevo levante una mano que parecía que iba a sus alas pero no fue hay sino que puse mi mano en su hombro y le dije - vaya así que un ángel oscuro eso es interesante y no, no pasa nada eso es muy curioso hace mucho que no veía a ninguno de tu raza - le explique mientras lo miraba con una amplia sonrisa en mis labios
Invitado- Invitado
Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Continué con mi mirada algo confusa ante lo que había mencionado. ¿Por qué quería hacerme tal cosa? No lo entendía para nada. ¿Acaso eso era normal? Si lo era entonces debía replantearme seriamente el hacer eso. Aunque recordándolo bien eso no era agradable, hacer algo que no quieres con alguien, y más de esa índole.
— ¿Por qué quieres hacer eso conmigo? —pregunté con curiosidad, sin dejar de observarla. Kurogitsune se llevaba la pata a la cara. A lo siguiente que me dijo tragué saliva—. No me gustaría que me hicieras eso. No me quedo dormido porque quiera, es un problema que tengo —puse de manifiesto, agachando la mirada, intimidado por la mujer.
La mano se dirigió hacia mí. Después de haberme mencionado que me cortaría las alas la miré con miedo y vi como esa mano claramente iba a mis alas. Cerré los ojos con fuerza y mi cuerpo tembló ligeramente, asustado. Cuando no sentí dolor alguno abrí tímidamente un ojo, observando hacia donde había ido su mano. Suspiré aliviado.
— Lo cierto es que es extraño, no veo muchos como yo ¿Sabes tú por qué? Siempre me lo he preguntado —la miré con interés y con cierta expectación, parecía ser una mujer que sabía muchas cosas.
De repente, una inmensa sensación de cansancio se apoderó de mi cuerpo. Los párpados me pesaban toneladas, apenas era capa de mantenerlos abiertos, poco a poco se me iban cerrando y mi cuerpo perdía fuerzas. Mis alas cayeron. Noté la pesadez en mi cuerpo. Sacudí la cabeza como pude para espabilarme, pero era imposible. Kurogistune me mordió una oreja para evitar que cayera en los brazos de Morfeo, pero fue en vano.
Mi cuerpo cayó sobre el contrario. Fui otra vez vencido por el sueño. Mi rostro no tuvo otro sitio donde caer que en los pechos de la mujer. No lo hice a propósito, el cuerpo no me respondía para nada. Caí en lo que parecía ser un plácido sueño, pero de todas formas no era complicado despertarme. Si me ocurría una segunda vez y si que no había forma de poder despertarme.
— Ya se volvió a quedar dormido —suspiró pesadamente Kurogistune, cerrando los ojos y moviendo la cola de un lado a otro. Sacudió una oreja—. Y en menudo sitio ha tenido que caer.
El pequeño espíritu se bajó de mi hombro mientras yo aún estaba dormido y miró a la mujer. Se sentó en el banco a un lado de ella y se acicaló un poco. Alzó graciosamente la cabeza y echó las orejas hacia atrás.
— Yue sufre de narcolepsia, por eso dije que se quedaría dormido en cualquier momento. Y ahí lo tienes —estiró la patita, señalándome y luego miró a la mujer de nuevo.
— ¿Por qué quieres hacer eso conmigo? —pregunté con curiosidad, sin dejar de observarla. Kurogitsune se llevaba la pata a la cara. A lo siguiente que me dijo tragué saliva—. No me gustaría que me hicieras eso. No me quedo dormido porque quiera, es un problema que tengo —puse de manifiesto, agachando la mirada, intimidado por la mujer.
La mano se dirigió hacia mí. Después de haberme mencionado que me cortaría las alas la miré con miedo y vi como esa mano claramente iba a mis alas. Cerré los ojos con fuerza y mi cuerpo tembló ligeramente, asustado. Cuando no sentí dolor alguno abrí tímidamente un ojo, observando hacia donde había ido su mano. Suspiré aliviado.
— Lo cierto es que es extraño, no veo muchos como yo ¿Sabes tú por qué? Siempre me lo he preguntado —la miré con interés y con cierta expectación, parecía ser una mujer que sabía muchas cosas.
De repente, una inmensa sensación de cansancio se apoderó de mi cuerpo. Los párpados me pesaban toneladas, apenas era capa de mantenerlos abiertos, poco a poco se me iban cerrando y mi cuerpo perdía fuerzas. Mis alas cayeron. Noté la pesadez en mi cuerpo. Sacudí la cabeza como pude para espabilarme, pero era imposible. Kurogistune me mordió una oreja para evitar que cayera en los brazos de Morfeo, pero fue en vano.
Mi cuerpo cayó sobre el contrario. Fui otra vez vencido por el sueño. Mi rostro no tuvo otro sitio donde caer que en los pechos de la mujer. No lo hice a propósito, el cuerpo no me respondía para nada. Caí en lo que parecía ser un plácido sueño, pero de todas formas no era complicado despertarme. Si me ocurría una segunda vez y si que no había forma de poder despertarme.
— Ya se volvió a quedar dormido —suspiró pesadamente Kurogistune, cerrando los ojos y moviendo la cola de un lado a otro. Sacudió una oreja—. Y en menudo sitio ha tenido que caer.
El pequeño espíritu se bajó de mi hombro mientras yo aún estaba dormido y miró a la mujer. Se sentó en el banco a un lado de ella y se acicaló un poco. Alzó graciosamente la cabeza y echó las orejas hacia atrás.
— Yue sufre de narcolepsia, por eso dije que se quedaría dormido en cualquier momento. Y ahí lo tienes —estiró la patita, señalándome y luego miró a la mujer de nuevo.
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Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Escuche la pregunta del joven y sonreí, me acerque a este y me senté a su lado cruzando mis piernas mientras lo miraba extendí mi mano para así cogerlo del mentón y decirle con un tono normal mientras lo miraba a los ojos
- porque eres un chico guapo -le dije claramente mientras lo miraba fijamente a los ojos, cuando escuche lo que dijo ladee la cabeza mientras retiraba mi mano de su mentón, ya que la verdad sabia que enfermedad era esa porque a mi edad había visto de todo, entonces le dije - hooo!! pobrecito - sin mas lo abrace contra mi pecho y le dije - tranquilo no te voy hacer eso, no te daré con el látigo - dicho eso lo solté y le di un beso en su mejilla.
Cuando le hice creer que le iba a coger de las alas vi su reacción aquello hizo que sonriera pero cuando abrió un ojo sonreí y vi como este se relajaba, acto seguido escuche lo que me dijo este y me encogí de hombros, ya que eso era cierto no se veían muchos de ellos - soy una vampiresa de pura sangre y he vivido mucho y es cierto he visto pocos de tu raza, la verdad es que no se - le dije mientras esperaba a ver que decia este.
Mientras estábamos hablando el chico cayo dormido y no cayo al suelo sino contra mi pecho eso hizo que sonriera, sin ninguna duda era esa enfermedad llamada narcolepsia, era muy curiosa la verdad, así que cogí al chico y lo puse en mi regazo su cabeza para que estuviera mas cómodo mientras de su hombro bajaba ese pequeño ser, acto seguido escuche lo que dijo y en ese momento le respondí tras escucharlo por ultima vez
- se cual es esa enfermedad, he vivido mucho y he visto de todo, es una cosa muy fastidiosa, no creo que Yue pueda tener sexo con alguna chica o chico dependiendo lo que le guste y que disfrute, porque a mitad del acto se queda dormido y eso baja lo que sea a su chico o chica - sonreí - ya que eso no le gusta a nadie que en pleno acto tu pareja se duerma, jajaja, ademas le costara encontrar pareja con su problema - le dije a Kurogitsune mientras le acariciaba la cabeza al joven como si fuera su madre que cuidaba de su hijo
- porque eres un chico guapo -le dije claramente mientras lo miraba fijamente a los ojos, cuando escuche lo que dijo ladee la cabeza mientras retiraba mi mano de su mentón, ya que la verdad sabia que enfermedad era esa porque a mi edad había visto de todo, entonces le dije - hooo!! pobrecito - sin mas lo abrace contra mi pecho y le dije - tranquilo no te voy hacer eso, no te daré con el látigo - dicho eso lo solté y le di un beso en su mejilla.
Cuando le hice creer que le iba a coger de las alas vi su reacción aquello hizo que sonriera pero cuando abrió un ojo sonreí y vi como este se relajaba, acto seguido escuche lo que me dijo este y me encogí de hombros, ya que eso era cierto no se veían muchos de ellos - soy una vampiresa de pura sangre y he vivido mucho y es cierto he visto pocos de tu raza, la verdad es que no se - le dije mientras esperaba a ver que decia este.
Mientras estábamos hablando el chico cayo dormido y no cayo al suelo sino contra mi pecho eso hizo que sonriera, sin ninguna duda era esa enfermedad llamada narcolepsia, era muy curiosa la verdad, así que cogí al chico y lo puse en mi regazo su cabeza para que estuviera mas cómodo mientras de su hombro bajaba ese pequeño ser, acto seguido escuche lo que dijo y en ese momento le respondí tras escucharlo por ultima vez
- se cual es esa enfermedad, he vivido mucho y he visto de todo, es una cosa muy fastidiosa, no creo que Yue pueda tener sexo con alguna chica o chico dependiendo lo que le guste y que disfrute, porque a mitad del acto se queda dormido y eso baja lo que sea a su chico o chica - sonreí - ya que eso no le gusta a nadie que en pleno acto tu pareja se duerma, jajaja, ademas le costara encontrar pareja con su problema - le dije a Kurogitsune mientras le acariciaba la cabeza al joven como si fuera su madre que cuidaba de su hijo
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Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
¿Un chico guapo? Me pregunté internamente, abriendo mis ojos, demostrando sorpresa con ellos. Me habían mencionado varias veces que era mono, sí, pero nunca me habían dicho eso después de confesarme que me iba a violar. Tenía que ponerme un poco más en el mundo, pero es tan complicado de entender... Tan complicado que me cansa demasiado. La pregunta que me hacían era como podía estudiar siendo de esta forma. Obviamente no comprendía por dónde iba la pregunta.
La mujer me confesó su raza para después mencionarme que tampoco había visto a muchos como yo. ¿Por qué éramos tan pocos? O eso, o estaban escondidos en algún lugar de las altas montañas. No sé, es lo primero que se me viene a la cabeza. No tengo ni la más remota idea de dónde se encuentran mis congéneres.
Como de costumbre caí dormido, sin apenas darme cuenta de ello. Únicamente sentí pesadez, luego perdí fuerzas y acto seguido caí como un peso muerto sobre el pecho de la mujer. No sentí nada, pero al parecer me movieron según me contó Kurogitsune después.
El pequeño zorro miró a la mujer y le habló de mi problema, al parecer ella lo comprendía, confesó que era algo fastidioso y no le faltaba razón alguna. Realmente era una enfermedad que obstaculizaba bastante, ya que en cualquier momento podía caer dormido. El zorrito agachó una oreja, mientras que la otra la mantuvo alzada. Movió la cola de un lado a otro, escuchando lo que estaba comentando.
— ¿Sexo? A Yue eso no le importa demasiado, como ya has podido observar apenas sabe nada, por esa misma razón estoy yo con él —dijo el espíritu, mirándome mientras la mujer acariciaba mi cabeza. En sueños movía las alas, un movimiento suave—. Digamos que Yue es un tanto especial. Y no creo que sepa mantener una pareja aún sin tener ese problema, no todo el mundo aguanta una inocencia de tal magnitud, muy pocos lo logran, uno de ellos soy yo.
El animal se recostó a mi vera, esperando a que despertara mientras me observaba de ve en cuando. A los pocos minutos logré despertarme, estaba desorientado. No me levanté del regazo de la mujer, únicamente alcé una mano y la llevé hacia mi rostro, restregándome un ojo al tiempo que de mis labios salía un gracioso gemido.
— ¿Dónde estoy? —pregunté, completamente desorientado, casi sin saber lo que había pasado hace apenas unos instantes—. ¿Ya me quedé dormido de nuevo? —era una interrogante bastante evidente, pero no pude evitarlo. Por un momento ignoré la presencia de la vampiresa a mi lado, me sentía cómodo, pero no atinaba a saber lo que era.
La mujer me confesó su raza para después mencionarme que tampoco había visto a muchos como yo. ¿Por qué éramos tan pocos? O eso, o estaban escondidos en algún lugar de las altas montañas. No sé, es lo primero que se me viene a la cabeza. No tengo ni la más remota idea de dónde se encuentran mis congéneres.
Como de costumbre caí dormido, sin apenas darme cuenta de ello. Únicamente sentí pesadez, luego perdí fuerzas y acto seguido caí como un peso muerto sobre el pecho de la mujer. No sentí nada, pero al parecer me movieron según me contó Kurogitsune después.
El pequeño zorro miró a la mujer y le habló de mi problema, al parecer ella lo comprendía, confesó que era algo fastidioso y no le faltaba razón alguna. Realmente era una enfermedad que obstaculizaba bastante, ya que en cualquier momento podía caer dormido. El zorrito agachó una oreja, mientras que la otra la mantuvo alzada. Movió la cola de un lado a otro, escuchando lo que estaba comentando.
— ¿Sexo? A Yue eso no le importa demasiado, como ya has podido observar apenas sabe nada, por esa misma razón estoy yo con él —dijo el espíritu, mirándome mientras la mujer acariciaba mi cabeza. En sueños movía las alas, un movimiento suave—. Digamos que Yue es un tanto especial. Y no creo que sepa mantener una pareja aún sin tener ese problema, no todo el mundo aguanta una inocencia de tal magnitud, muy pocos lo logran, uno de ellos soy yo.
El animal se recostó a mi vera, esperando a que despertara mientras me observaba de ve en cuando. A los pocos minutos logré despertarme, estaba desorientado. No me levanté del regazo de la mujer, únicamente alcé una mano y la llevé hacia mi rostro, restregándome un ojo al tiempo que de mis labios salía un gracioso gemido.
— ¿Dónde estoy? —pregunté, completamente desorientado, casi sin saber lo que había pasado hace apenas unos instantes—. ¿Ya me quedé dormido de nuevo? —era una interrogante bastante evidente, pero no pude evitarlo. Por un momento ignoré la presencia de la vampiresa a mi lado, me sentía cómodo, pero no atinaba a saber lo que era.
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Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
Cuando escuche al pequeño zorrito lleve mi mano a mi mentón, sin duda esa enfermedad era un problema para el, así que tenia otro esa inocencia pero en fin eso mas que un problema era una cosa divertida, entonces le dije tras escucharlo
- lo de el sexo es un ejemplo cariño, ya que se puede adaptar a todo, ya sea con una pareja o no, porque si alguien le quiere de verdad comprenderá su enfermedad que no lo esta haciendo a propósito
Le comente con un tono serio ya que eso era algo muy serio la verdad, acaricie a mejilla del chico, ya que la verdad el pobre lo tenia que estar pasando muy mal con eso, era una enfermedad muy mala, mas que nada porque no podías hacer vida normal, en ese momento Yue se despertó y escuche lo que dio eso hizo que le sonriera, así que le dije con un tono normal mientras lo miraba a los ojos
- Estas con una diosa en la azotea - aguante la risa por aquello hasta que no pude mas y empece a reír, cuando escuche lo que dijo este lo mire y lo atraje hacia mi colocando su rostro en el lateral de mi pecho izquierdo para decirle - tranquilo, si te has dormido pero tu tranquilo - lo mire a los ojos - Oye prométeme una cosa no vuelvas a subir a la barandilla porque si te duermes y te caes te puedes matar - mientras le decia esto le había separado de mi y le había colocado mis manos en sus hombros para mirarle a los ojos bien y que le quedara claro que me estaba preocupando por el.
En ese momento me separe de el ya que era algo preocupante no quería que le pasara nada malo por que estuviera haciendo el tonto como lo había pillado y que se durmiera en ese momento y terminara muerto o herido, ya que a pesar de sus alas no iban hacer nada si este estaba dormido, por eso me preocupaba por el
- lo de el sexo es un ejemplo cariño, ya que se puede adaptar a todo, ya sea con una pareja o no, porque si alguien le quiere de verdad comprenderá su enfermedad que no lo esta haciendo a propósito
Le comente con un tono serio ya que eso era algo muy serio la verdad, acaricie a mejilla del chico, ya que la verdad el pobre lo tenia que estar pasando muy mal con eso, era una enfermedad muy mala, mas que nada porque no podías hacer vida normal, en ese momento Yue se despertó y escuche lo que dio eso hizo que le sonriera, así que le dije con un tono normal mientras lo miraba a los ojos
- Estas con una diosa en la azotea - aguante la risa por aquello hasta que no pude mas y empece a reír, cuando escuche lo que dijo este lo mire y lo atraje hacia mi colocando su rostro en el lateral de mi pecho izquierdo para decirle - tranquilo, si te has dormido pero tu tranquilo - lo mire a los ojos - Oye prométeme una cosa no vuelvas a subir a la barandilla porque si te duermes y te caes te puedes matar - mientras le decia esto le había separado de mi y le había colocado mis manos en sus hombros para mirarle a los ojos bien y que le quedara claro que me estaba preocupando por el.
En ese momento me separe de el ya que era algo preocupante no quería que le pasara nada malo por que estuviera haciendo el tonto como lo había pillado y que se durmiera en ese momento y terminara muerto o herido, ya que a pesar de sus alas no iban hacer nada si este estaba dormido, por eso me preocupaba por el
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Re: Escapism [Priv. Risty Keikodi]
— En efecto, si hay alguien que lo quiera como más que un amigo lo comprenderá, al menos eso creo —dudó un poco, mirando hacia otro lado mientras movía la cola graciosamente—. Muchos fingen entender, pero luego nada. Detesto que haya gente así en el mundo.
El pequeño zorrito sacudió la cola, enfadado por lo que acababa de decir. Después, cuando me lo contó, en cierta forma coincidía con él. Me había dado cuenta gracias a él que muchos de los seres que poblaban la tierra fingían. ¿Por qué hacer eso? ¿Qué sacaban con ello? Todo el mundo que me rodeaba resultaba demasiado extraño. Justo al poco tiempo de que Kurogitsune dijera aquello, me desperté. Mi desorientación era abismal , no tenía ni pajolera idea de dónde me encontraba ni con quién. Mi pregunta fue respondida de una forma extraña, pero respondida al fin y al cabo.
— ¿Una diosa? —interrogué, totalmente confuso mientras la observaba. Mi visión era un poco borrosa, casi siempre me pasaba. Además, mi cara de dormido tuvo que ser de lo más graciosa. Traté de enfocar la figura que tenía delante de mí—. Ya veo... —murmuré con voz ronca y me restregué los ojos con suavidad, mas este acto, en pocos segundos fue frustrado por la acción de la vampiresa. En un abrir y cerrar de ojos me encontré con la mejilla sobre un lateral del pecho ajeno.
Alcé un poco la mirada cuando nuestras miradas se cruzaron. Ya me había percatado de quién estaba y qué había ocurrido. La memoria poco a poco se empezaba a abrir paso en mi mente y ataba cabos sueltos. Acomodé mis alas para luego hacerlas desaparecer, aunque no lo había hecho voluntariamente, no controlaba mucho la habilidad. Sabía cómo hacerlas aparecer, mas no desaparecer. La mujer me riñó de nuevo, pero ahora con una voz un poco más suave.
— Está bien, prometo no subirme de nuevo a la barandilla —dije, agachando la cabeza por la reprimenda. Mis ojos se abrieron un poco más de la cuenta, era cierto, si me dormía me podía matar. Me mordí el labio inferior y aparté la mirada con suavidad, la verdad es que estaba siendo bastante imprudente—. No había pensado que pudiera ocurrir algo como eso, pero... Muchas gracias, Risty.
Una amplia sonrisa apareció en mis labios y ladee la cabeza graciosamente y como acto normal en mí, toqué la máscara que se hallaba en un lado de mi cabeza. Era un acto totalmente inconsciente, apenas me daba cuenta de ello. De nuevo observé a la vampiresa con cierta curiosidad, acercándome un poco a su persona. Ni yo mismo sabía bien lo que pretendía hacer.
— Pareces ser buena a pesar de haberme dado un poco de miedo antes —mencioné, alzando un poco la mirada, regresando a mi posición inicial—. Pensé que realmente me cortarías las alas —pronuncié esas palabras en un gracioso puchero.
El pequeño zorrito sacudió la cola, enfadado por lo que acababa de decir. Después, cuando me lo contó, en cierta forma coincidía con él. Me había dado cuenta gracias a él que muchos de los seres que poblaban la tierra fingían. ¿Por qué hacer eso? ¿Qué sacaban con ello? Todo el mundo que me rodeaba resultaba demasiado extraño. Justo al poco tiempo de que Kurogitsune dijera aquello, me desperté. Mi desorientación era abismal , no tenía ni pajolera idea de dónde me encontraba ni con quién. Mi pregunta fue respondida de una forma extraña, pero respondida al fin y al cabo.
— ¿Una diosa? —interrogué, totalmente confuso mientras la observaba. Mi visión era un poco borrosa, casi siempre me pasaba. Además, mi cara de dormido tuvo que ser de lo más graciosa. Traté de enfocar la figura que tenía delante de mí—. Ya veo... —murmuré con voz ronca y me restregué los ojos con suavidad, mas este acto, en pocos segundos fue frustrado por la acción de la vampiresa. En un abrir y cerrar de ojos me encontré con la mejilla sobre un lateral del pecho ajeno.
Alcé un poco la mirada cuando nuestras miradas se cruzaron. Ya me había percatado de quién estaba y qué había ocurrido. La memoria poco a poco se empezaba a abrir paso en mi mente y ataba cabos sueltos. Acomodé mis alas para luego hacerlas desaparecer, aunque no lo había hecho voluntariamente, no controlaba mucho la habilidad. Sabía cómo hacerlas aparecer, mas no desaparecer. La mujer me riñó de nuevo, pero ahora con una voz un poco más suave.
— Está bien, prometo no subirme de nuevo a la barandilla —dije, agachando la cabeza por la reprimenda. Mis ojos se abrieron un poco más de la cuenta, era cierto, si me dormía me podía matar. Me mordí el labio inferior y aparté la mirada con suavidad, la verdad es que estaba siendo bastante imprudente—. No había pensado que pudiera ocurrir algo como eso, pero... Muchas gracias, Risty.
Una amplia sonrisa apareció en mis labios y ladee la cabeza graciosamente y como acto normal en mí, toqué la máscara que se hallaba en un lado de mi cabeza. Era un acto totalmente inconsciente, apenas me daba cuenta de ello. De nuevo observé a la vampiresa con cierta curiosidad, acercándome un poco a su persona. Ni yo mismo sabía bien lo que pretendía hacer.
— Pareces ser buena a pesar de haberme dado un poco de miedo antes —mencioné, alzando un poco la mirada, regresando a mi posición inicial—. Pensé que realmente me cortarías las alas —pronuncié esas palabras en un gracioso puchero.
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