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{Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
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{Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Estaba ya harto y no llevaba siquiera un mes en ese sitio, tener que soportar a sus compañeros y todos esos profesores, le hacían desesperarse e incluso arrepentirse por haber optado por venir al lugar. Sus ánimos no eran los mejores, mucho menos esa tarde en la que el rubio había escapado de sus deberes académicos, un paseo no le vendría mal y no sería la vez primera en hacerlo. Tomó sus cosas, consistía en un bolso negro y su chaleco, las deja en su brazo derecho y sin más, se dirige sin rumbo fijo, para andar cual vago. Acomoda la camisa, dejándola fuera del pantalón en notorio desorden.
Las horas pasan, el hombre seguía sin asentarse y su ánimo no hacía más que empeorar, cabe decir, que la ausencia de cigarrillos en sus labios era una de las razones de su mal humor. Cada cierto tiempo alzaba la mirada, viendo ese cielo el cual detestaba ya que le recordaba ciertos hechos, ciertas personas de tiempos pasados.
- tsk... - enfadado seguía mirando al cielo, casi ni se percataba de donde caminaba o si alguien pasaba a su lado, pero claro, nadie se atrevía a chocar con él solo por la expresión de disgusto en su faz. Sus pasos iban más lento, conforme su rostro se relajaba y es entonces que Leo se detiene por entero, dándose cuenta recién de que no había tomado un camino en particular. ¿Cuándo había salido?, no lo recordaba, por lo que regresa al edificio mas no lo hace por donde salió, si no que busca una entrada en la zona ulterior y así, conocer un poco más.
Apresura el paso, corriendo incluso al sentir proximidad de extraños, llega sin mucha demora a la zona trasera y siente un aroma conocido en el aire. Leone aspira hondo, era el humo del cigarrillo y no duda en acercarse más a donde sentía esa peculiar fragancia. Ve no muy lejos, un joven que estaba fumando a escondidas, el italiano le queda mirando y al dar unos pasos aquel advierte la intromisión de Leo. - me da igual lo que hagas... - dice a modo de tranquilizarle - vengo a lo mismo. - dijo mirándole fijo por segundos, para luego apoyarse en la pared algo descuidado, meter su mano dentro de la camisa para sacar la cajetilla pero antes de siquiera rozarla, un grito algo alarmado junto con la presencia de algún vigilante entran en escena.
- mierda... - Baja la cabeza y busca la forma de escapar, ¡si le encontraban le quitarían los cigarros!, solo por eso emprendió la retirada buscando alguna entrada, da vuelta a una esquina y ve una puerta no muy grande, por donde entra con prisa. No se detiene, va por unas escaleras pensando que dejaría a cualquier perseguidor tras de si, gracias a sus habilidades consigue avanzar lo necesario como para perder el rastro, llegando a un piso bastante alto.
- ¡¿Ahora que carajo?!... - menciona sin saber a que altura estaba, pero si seguía subiendo al menos llegaría a la azotea. Continuó hasta dar con la salida al techo, jamás se había dado la molestia de subir hasta esa zona, no creyó que estaría abierto, pero lo estaba. Abrió la puerta lento, mirando por el rabillo de la puerta y al no ver nada sospechoso sale al exterior. No se fija si la puerta se cerró o no, ya que las ansias de fumar eran mayores, así que repitiendo la acción interrumpida anteriormente, saca de su bolsillo la dichosa cajita.
Camina hacia el frente, sacando un cigarro del empaque y llevándolo a su boca, teniéndole prisionero con sus labios mientras busca el encendedor en su bolsillo. Al sacarlo, lo alza con agilidad y enciende el cilindro, recién ahí, Leo esboza una suave sonrisa de satisfacción. -Ah... necesitaba esto... - dice pensando alto, cierra su mirada y levanta la cabeza aspirando con ganas, sin soltar ese humo por un tiempo. Sigue sin abrir sus ojos, tras cierto tiempo exhala botando aquel denso aire y decide mirar su entorno, un sitio bastante común a su ver. Todo iba bien, de no ser porque siente pasos algo rápidos circundando a su persona, curioso y molesto, busca la fuente de los mismos, planeando ya que si no se trataba de un profesor o trabajador, ha de darle la paliza de su vida por no dejarle disfrutar de su vicio.
Las horas pasan, el hombre seguía sin asentarse y su ánimo no hacía más que empeorar, cabe decir, que la ausencia de cigarrillos en sus labios era una de las razones de su mal humor. Cada cierto tiempo alzaba la mirada, viendo ese cielo el cual detestaba ya que le recordaba ciertos hechos, ciertas personas de tiempos pasados.
- tsk... - enfadado seguía mirando al cielo, casi ni se percataba de donde caminaba o si alguien pasaba a su lado, pero claro, nadie se atrevía a chocar con él solo por la expresión de disgusto en su faz. Sus pasos iban más lento, conforme su rostro se relajaba y es entonces que Leo se detiene por entero, dándose cuenta recién de que no había tomado un camino en particular. ¿Cuándo había salido?, no lo recordaba, por lo que regresa al edificio mas no lo hace por donde salió, si no que busca una entrada en la zona ulterior y así, conocer un poco más.
Apresura el paso, corriendo incluso al sentir proximidad de extraños, llega sin mucha demora a la zona trasera y siente un aroma conocido en el aire. Leone aspira hondo, era el humo del cigarrillo y no duda en acercarse más a donde sentía esa peculiar fragancia. Ve no muy lejos, un joven que estaba fumando a escondidas, el italiano le queda mirando y al dar unos pasos aquel advierte la intromisión de Leo. - me da igual lo que hagas... - dice a modo de tranquilizarle - vengo a lo mismo. - dijo mirándole fijo por segundos, para luego apoyarse en la pared algo descuidado, meter su mano dentro de la camisa para sacar la cajetilla pero antes de siquiera rozarla, un grito algo alarmado junto con la presencia de algún vigilante entran en escena.
- mierda... - Baja la cabeza y busca la forma de escapar, ¡si le encontraban le quitarían los cigarros!, solo por eso emprendió la retirada buscando alguna entrada, da vuelta a una esquina y ve una puerta no muy grande, por donde entra con prisa. No se detiene, va por unas escaleras pensando que dejaría a cualquier perseguidor tras de si, gracias a sus habilidades consigue avanzar lo necesario como para perder el rastro, llegando a un piso bastante alto.
- ¡¿Ahora que carajo?!... - menciona sin saber a que altura estaba, pero si seguía subiendo al menos llegaría a la azotea. Continuó hasta dar con la salida al techo, jamás se había dado la molestia de subir hasta esa zona, no creyó que estaría abierto, pero lo estaba. Abrió la puerta lento, mirando por el rabillo de la puerta y al no ver nada sospechoso sale al exterior. No se fija si la puerta se cerró o no, ya que las ansias de fumar eran mayores, así que repitiendo la acción interrumpida anteriormente, saca de su bolsillo la dichosa cajita.
Camina hacia el frente, sacando un cigarro del empaque y llevándolo a su boca, teniéndole prisionero con sus labios mientras busca el encendedor en su bolsillo. Al sacarlo, lo alza con agilidad y enciende el cilindro, recién ahí, Leo esboza una suave sonrisa de satisfacción. -Ah... necesitaba esto... - dice pensando alto, cierra su mirada y levanta la cabeza aspirando con ganas, sin soltar ese humo por un tiempo. Sigue sin abrir sus ojos, tras cierto tiempo exhala botando aquel denso aire y decide mirar su entorno, un sitio bastante común a su ver. Todo iba bien, de no ser porque siente pasos algo rápidos circundando a su persona, curioso y molesto, busca la fuente de los mismos, planeando ya que si no se trataba de un profesor o trabajador, ha de darle la paliza de su vida por no dejarle disfrutar de su vicio.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
La diversión es como un seguro, cuanto más viejo eres más te cuesta.- Johann christoph friedrich von Schiller
¿A qué lugar divertido iré ahora? He recorrido cada punta de la academia, aunque no he encontrado algún sitio que me mantenga interesado por mucho tiempo. Aun no me recupero de mi estúpido resfriado y no he podido jugar sucio con los estudiantes, ni siquiera compensa el ir a clases, aunque no voy. Estoy realmente aburrido. ¡Necesito un nuevo juguete! ¡Quien sea! Pero me conformaría con cualquiera que me de un poco de diversión, con alguien que sea molestable y con quien pueda hacer travesuras… ¡Tengo ganas de un momento sucio! Ah~ Pero, ¿dónde encontraré a la víctima perfecta? Estamos en clases y no creo que haya muchos fuera de los salones. Me decidí por ir a la azotea, después de todo los chicos malos se esconden ahí… Y yo amo a los chicos malos. ¡Son tan divertidos y molestables! Y en ocasiones, son demasiado sexys… Si había alguien bueno habré liberado mis deseos de jugar con alguien…
Me distraje muchas veces en mi camino, mirando la falda de las chicas e intentando predecir de que color, tipo y tela era su ropa interior, no siempre le atino porque no tengo visión de rayos X y no todas las chicas están dispuestas a enseñármela. Cosa que me alegra, porque no me gustan las chicas fáciles. Es mejor cuando suponen un reto, de otra forma, bueno, podría encontrar a cualquier conejita de ese tipo en cualquier otro sitio y acostarme con una estudiante fácil, sería una pérdida de tiempo y una falta de diversión. Si es una violación solo por violar, no es interesante y no quiero una violación vacía en mi expediente. Además, lo que busco ahora no es una gatita, si no a un chico sexy y malo… ¡Para ampliar mis horizontes!
Doy unos cuantos saltos hasta llegar a las escaleras que daban con el hermoso y azul cielo, me encanta la azotea, aunque este prohibida para los estudiantes porque podríamos matarnos accidentalmente o simplemente porque es el mejor lugar para tener sexo. Los profesores siempre exageran los hechos y no se dan cuenta de que el sexo es lo mejor que pueden hacer los jóvenes. Ciertamente con ese último comentario miento. Porque lo mejor que pueden hacer es otras cosas, como estudiar o leer un libro… Pero bueno, yo estoy aquí para demostrarles muchas cosas que ellos nunca hubieran pensado. Los chicos de ahora solo quieren divertirse y no es que eso este mal, pero deben pensar en ellos antes de hacerlo, en lo que es más seguro y en su futuro. Yo hubiera preferido seguir virgen, pero tengo cientos de años… En mi opinión, el sexo es como usar el microondas, una vez que lo usas, no puedes dejar de usarlo.
Mientras subía las escaleras, me di cuenta de que un hueco entre el primer y segundo piso estaba ocupado por una pareja de calenturientos, por lo que me detuve para escuchar los gemidos como un completo pervertido. Agite la mano un par de veces y mis mejillas se tornaron carmesí, todo como parte de mi pequeño show para dejar en ridículo a esos jóvenes. Di un par de vueltas, mareado y me sujete de la primer persona que subió las escaleras.-Ah~ ¡N-no se si es mi imaginación…! P-pero… ¿N-no escuchas esos ruidos extraños procedentes de ese lugar?- Pregunte mientras con una mano me echaba aire. La persona a la que me aferré rápidamente se sonrojo y me quede apenado mirándole.
A los pocos minutos ya estaban llegando profesores a parar la fogosa escena, para mi suerte pude adivinar que la chica no llevaba ropa interior. ¡Que calientes son los jóvenes de ahora! Le dan mala reputación a las personas buenas e inocentes como yo… ¡Son tan malos! Me encargué de que el chico en el que me apoye no tuviera traumas severos antes de continuar mi caminata hasta la azotea, ya me estaba tardando bastante y los profesores se darían cuenta de mi dirección y arruinarían mis planes~ ¡Eso no sería divertido! Me importa poco lo que ellos digan pero aun así, quiero evitar los problemas.
Abrí la puerta y me salí del edificio lentamente. Cuando la puerta estuvo cerrada pude dar un suspiro de alivio, porque la pareja a la que delate me estaban siguiendo desde un par de pisos atrás para golpearme por delatarlos. Cerré con seguro la puertecilla y di un par de pasos. Me gusta el lugar, es tranquilo y pacífico y aunque no lo parezca, hace tiempo necesitaba algo de paz. Cuando dirigí mi mirada al frente pude ver unos cabellos rubios. Atractivos cabellos rubios y lo que podía ver del cuerpo de la persona… ¡Simplemente sexy! Estaba fumando así que tengo mi prueba de que es un chico sexy y malo, justo lo que quería. Camine rápidamente hasta él, pero no dije nada. Me lancé sobre él.-¡Te atrape!- Exclame sin soltarme o despegarme de su figura. Es fuerte, quizás si me suelto me de la paliza de mi vida.-¡Eres demasiado lindo!- Chillé.-Deberías ser solo mío, te pondré mi marca~- Le dije mientras me encaramaba para darle una mordida en el cuello o al menos lo intenté.
¿A qué lugar divertido iré ahora? He recorrido cada punta de la academia, aunque no he encontrado algún sitio que me mantenga interesado por mucho tiempo. Aun no me recupero de mi estúpido resfriado y no he podido jugar sucio con los estudiantes, ni siquiera compensa el ir a clases, aunque no voy. Estoy realmente aburrido. ¡Necesito un nuevo juguete! ¡Quien sea! Pero me conformaría con cualquiera que me de un poco de diversión, con alguien que sea molestable y con quien pueda hacer travesuras… ¡Tengo ganas de un momento sucio! Ah~ Pero, ¿dónde encontraré a la víctima perfecta? Estamos en clases y no creo que haya muchos fuera de los salones. Me decidí por ir a la azotea, después de todo los chicos malos se esconden ahí… Y yo amo a los chicos malos. ¡Son tan divertidos y molestables! Y en ocasiones, son demasiado sexys… Si había alguien bueno habré liberado mis deseos de jugar con alguien…
Me distraje muchas veces en mi camino, mirando la falda de las chicas e intentando predecir de que color, tipo y tela era su ropa interior, no siempre le atino porque no tengo visión de rayos X y no todas las chicas están dispuestas a enseñármela. Cosa que me alegra, porque no me gustan las chicas fáciles. Es mejor cuando suponen un reto, de otra forma, bueno, podría encontrar a cualquier conejita de ese tipo en cualquier otro sitio y acostarme con una estudiante fácil, sería una pérdida de tiempo y una falta de diversión. Si es una violación solo por violar, no es interesante y no quiero una violación vacía en mi expediente. Además, lo que busco ahora no es una gatita, si no a un chico sexy y malo… ¡Para ampliar mis horizontes!
Doy unos cuantos saltos hasta llegar a las escaleras que daban con el hermoso y azul cielo, me encanta la azotea, aunque este prohibida para los estudiantes porque podríamos matarnos accidentalmente o simplemente porque es el mejor lugar para tener sexo. Los profesores siempre exageran los hechos y no se dan cuenta de que el sexo es lo mejor que pueden hacer los jóvenes. Ciertamente con ese último comentario miento. Porque lo mejor que pueden hacer es otras cosas, como estudiar o leer un libro… Pero bueno, yo estoy aquí para demostrarles muchas cosas que ellos nunca hubieran pensado. Los chicos de ahora solo quieren divertirse y no es que eso este mal, pero deben pensar en ellos antes de hacerlo, en lo que es más seguro y en su futuro. Yo hubiera preferido seguir virgen, pero tengo cientos de años… En mi opinión, el sexo es como usar el microondas, una vez que lo usas, no puedes dejar de usarlo.
Mientras subía las escaleras, me di cuenta de que un hueco entre el primer y segundo piso estaba ocupado por una pareja de calenturientos, por lo que me detuve para escuchar los gemidos como un completo pervertido. Agite la mano un par de veces y mis mejillas se tornaron carmesí, todo como parte de mi pequeño show para dejar en ridículo a esos jóvenes. Di un par de vueltas, mareado y me sujete de la primer persona que subió las escaleras.-Ah~ ¡N-no se si es mi imaginación…! P-pero… ¿N-no escuchas esos ruidos extraños procedentes de ese lugar?- Pregunte mientras con una mano me echaba aire. La persona a la que me aferré rápidamente se sonrojo y me quede apenado mirándole.
A los pocos minutos ya estaban llegando profesores a parar la fogosa escena, para mi suerte pude adivinar que la chica no llevaba ropa interior. ¡Que calientes son los jóvenes de ahora! Le dan mala reputación a las personas buenas e inocentes como yo… ¡Son tan malos! Me encargué de que el chico en el que me apoye no tuviera traumas severos antes de continuar mi caminata hasta la azotea, ya me estaba tardando bastante y los profesores se darían cuenta de mi dirección y arruinarían mis planes~ ¡Eso no sería divertido! Me importa poco lo que ellos digan pero aun así, quiero evitar los problemas.
Abrí la puerta y me salí del edificio lentamente. Cuando la puerta estuvo cerrada pude dar un suspiro de alivio, porque la pareja a la que delate me estaban siguiendo desde un par de pisos atrás para golpearme por delatarlos. Cerré con seguro la puertecilla y di un par de pasos. Me gusta el lugar, es tranquilo y pacífico y aunque no lo parezca, hace tiempo necesitaba algo de paz. Cuando dirigí mi mirada al frente pude ver unos cabellos rubios. Atractivos cabellos rubios y lo que podía ver del cuerpo de la persona… ¡Simplemente sexy! Estaba fumando así que tengo mi prueba de que es un chico sexy y malo, justo lo que quería. Camine rápidamente hasta él, pero no dije nada. Me lancé sobre él.-¡Te atrape!- Exclame sin soltarme o despegarme de su figura. Es fuerte, quizás si me suelto me de la paliza de mi vida.-¡Eres demasiado lindo!- Chillé.-Deberías ser solo mío, te pondré mi marca~- Le dije mientras me encaramaba para darle una mordida en el cuello o al menos lo intenté.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Movió con ligereza su cigarrillo, dejando que parte de la ceniza se deslizara y gracias al viento cayera lejos de su posición. Odiaba el viento, siempre se interponía en su disfrute de aquel vicio tan arraigado, aquello que conseguía calmar sus ansias así sea por unos cuantos minutos. Si tan solo, tuviera con que pasar el tiempo fuera de aquello, sería algo bueno. Suspiró con desgano, colocando una mueca de disgusto y volviendo la mirada al cielo, sin ganas de moverse y buscar apoyo o de sentarse. Nada.
Se puso a pensar algunas cosas, volviendo al tema de que era algo erróneo el venir aquí, pero sus pensamientos seguirían fluyendo sin respuestas de no ser porque él no se encontraba solo. Algo había que le inquietaba, podría decirse que el aire olía diferente, una fragancia empezó a llenar ese sitio aún si era ínfima y esta era llevada por ese maldito viento. - oh.... - para Leone eran cosas imaginarias, era poco probable toparse con alguien aquí, se había asegurado de cerrar la puerta o eso creía, ya que no estaba seguro. Definitivamente era su imaginación.
Cerró sus orbes y lo siguiente que sintió fue como un sujeto se le tiraba encima, agarrándose fuertemente al cuerpo del italiano y este no atinó a nada salvo verle con sorpresa. ¿Qué carajo estaba haciendo? ¿se habrá confundido? Apenas si se movió producto del impacto al recibirle, separó las manos de su cuerpo y frunció el ceño mirando al moreno. - ¿haaa? ¿qué dijiste? - era algo extraño de oír, quizás mucha sinceridad o ánimos de juego, Leone no podía saberlo. - ¡oye! ¡No puedes decidir quien es o no de tu propiedad ! - el otro buscaba ¿morderle?, no lo supo hasta que lo hizo y Leo solo alzó su mano para resguardar lo que le quedaba a su cigarro. - Suéltame... - con una expresión amenazante, no quería tener un conflicto tan pronto pero su paciencia no era la más grande ni la mejor de todas. - no me hagas alejarte a golpes - ladeó su rostro pero no trató de separarse de ese tipo, aunque su semblante denotaba una molestia tremenda y a punto de explotar. ¡Esa actitud le irritaba aún más!
Llevó nuevamente la colilla a sus labios, dejándolo al costado izquierdo y al tener ambas manos libres se aburre de la situación y se dispone a empujar a ese extraño chico, notó que era él quien olía "de esa forma", ¿será que no es humano?, dudó un momento pero aprovechó su fuerza para zafarse de aquel bruscamente, sin soltar el cigarro pero si el humo que prontamente de colaba por su boca al exterior. - este sitio no es para lacras como tú, lárgate... - no retrocedió, dió un paso hacia el costado del otro y arregló su camisa la cual se descolocó. Leone desabotonó el inicio de esta, al menos donde quedó tras sus andadas. Miró de reojo al contrario con curiosidad.
Se puso a pensar algunas cosas, volviendo al tema de que era algo erróneo el venir aquí, pero sus pensamientos seguirían fluyendo sin respuestas de no ser porque él no se encontraba solo. Algo había que le inquietaba, podría decirse que el aire olía diferente, una fragancia empezó a llenar ese sitio aún si era ínfima y esta era llevada por ese maldito viento. - oh.... - para Leone eran cosas imaginarias, era poco probable toparse con alguien aquí, se había asegurado de cerrar la puerta o eso creía, ya que no estaba seguro. Definitivamente era su imaginación.
Cerró sus orbes y lo siguiente que sintió fue como un sujeto se le tiraba encima, agarrándose fuertemente al cuerpo del italiano y este no atinó a nada salvo verle con sorpresa. ¿Qué carajo estaba haciendo? ¿se habrá confundido? Apenas si se movió producto del impacto al recibirle, separó las manos de su cuerpo y frunció el ceño mirando al moreno. - ¿haaa? ¿qué dijiste? - era algo extraño de oír, quizás mucha sinceridad o ánimos de juego, Leone no podía saberlo. - ¡oye! ¡No puedes decidir quien es o no de tu propiedad ! - el otro buscaba ¿morderle?, no lo supo hasta que lo hizo y Leo solo alzó su mano para resguardar lo que le quedaba a su cigarro. - Suéltame... - con una expresión amenazante, no quería tener un conflicto tan pronto pero su paciencia no era la más grande ni la mejor de todas. - no me hagas alejarte a golpes - ladeó su rostro pero no trató de separarse de ese tipo, aunque su semblante denotaba una molestia tremenda y a punto de explotar. ¡Esa actitud le irritaba aún más!
Llevó nuevamente la colilla a sus labios, dejándolo al costado izquierdo y al tener ambas manos libres se aburre de la situación y se dispone a empujar a ese extraño chico, notó que era él quien olía "de esa forma", ¿será que no es humano?, dudó un momento pero aprovechó su fuerza para zafarse de aquel bruscamente, sin soltar el cigarro pero si el humo que prontamente de colaba por su boca al exterior. - este sitio no es para lacras como tú, lárgate... - no retrocedió, dió un paso hacia el costado del otro y arregló su camisa la cual se descolocó. Leone desabotonó el inicio de esta, al menos donde quedó tras sus andadas. Miró de reojo al contrario con curiosidad.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Pero, todo era tan divertido. Los pájaros maullaban… Es decir, no. Piaban. El viento acariciaba suavemente mi rostro y lo único que quiero es disfrutar eso… Aunque si alguien quiere darme o que le de amor, yo lo haré sin duda, porque dar amor es mi pasión. Creo que también estaría bien saciar mis necesidades sexuales… ¿Hace cuanto no disfruto de un buen sexo? Con el maravilloso cuerpo que tengo, las personas solo deberían acceder… ¿Cuántas oportunidades en la vida se pueden tener de tocar a alguien espléndidamente sexy gratis? Supongo que son pocas… Por eso mismo, la persona encargada de satisfacerme, no debe pensar mucho al respecto, solo tomarme y hacerme sentir deseado…
Incluso soy abierto si era persona tiene fetiches sádicos… No hay nada más divertido que ver mi sangre correr por mi cuerpo, de un carmesí hermoso, rodando por las curvas de mi cuerpo sudoroso, complacido de tanto placer… Si, sin duda debo encontrar a alguien que disfrute de hacer sufrir, sería tan divertido~ Incluso si no puedo volver a levantarme… Quiero encontrar a alguien que demuestre su amor de la forma más violenta posible… Creo que cualquiera que pueda leer mis pensamientos se horrorizaría y si bien, no es que sea masoquista, pero amaría estar en una situación similar… De ser posible me gustaría poder experimentar todas las formas imaginables de amar… ¿Soy un enfermo mental?
Cuando llegué a la azotea y vi un lindo chico con cabellos rubios fumando, no pude evitar el impulso de saltarle encima y hacerlo mío… ¡Seguramente tenía el perfil psicológico adecuado para mi deseo actual! Así que cuando salté sobre él y le envolví con mis brazos… Note su mirada de sorpresa… ¡Si, adorable! ¿Quién no ama a los adorables? Lo cierto es que de adorable no tiene nada, podría matar a alguien con la mirada, pero aun así yo le encuentro tierno… ¡Quizás deberían revisarme la cabeza! ¡He quedado completamente loco! Sonreí, aunque aparto sus manos de mi cuerpo, no importa, al menos estaba hablando… Y tiene una hermosa voz… ¡Oh…! ¡Creo que estoy enamorado!
-Si no fueras tan lindo, no tendríamos esta discusión, Honey~-Comenté antes de encajar mis dientes en su suave piel… Cálido… ¡Oh! ¡Delicioso! Escuche su amenaza, pero hice oídos sordos… ¿Cómo quiere que le suelte? Es… ¡Es condenadamente sexy! Y yo quiero que la gente sexy salga con gente más sexy, como yo. Yo soy el Dios de la gente sexy… Así que este chico de nombre desconocido tiene que salir conmigo y hacerme el … Tener sexo salvajemente en todas partes… ¡Tiene que hacerlo! ¡Si no quiere encontraré una forma de obligarle!-¿Soltarte? ¿Por qué, cariño? ¿Ya no quieres que te ame?- Murmure en su cuello, contorneando con la lengua la mordida que acababa de darle. Lenta y de forma sensual… Yo solo quería que comprendiera el mensaje y luego hablo sobre golpearme, lo que hizo que sonriera un poco.-¡Oh! ¡Sería un placer sentir tus puños en mi cuerpo! ¡Vamos, golpéame! ¡Hazme tuyo, honey~!- Exclame mientras me aferraba más a su cuerpo, sin intenciones de alejarme.
Quede contra su costado izquierdo, algo que no me molesta porque aun estaba aferrado a su cuerpo. Fui apartado de su cuerpo demasiado pronto, solté un suspiro de molestia… ¡Qué poco divertido! ¿Lacras? Oh…¡Dios mío! ¡Me han llamado de tantas formas durante mi estancia aquí! Niño, idiota, lacra… Dios… ¿Qué hice para merecer este trato del mal? ¿Qué he hecho para que todos me odien? Solo les amo incondicionalmente… ¡Son tan crueles! Tenía la intención de irme llorando, pero preferí no hacerlo.
-¡Yo solo quería un poco de cariño…! Honey~ ¡Eres un idiota!- Exclame mientras me levantaba. Sacudí mi ropa y le dirigí una mirada de curiosidad.-Oh… Disculpa eso, tengo un problema de personalidades múltiples, nunca se como reaccionare…- Murmure, claramente era una mentira pero este desconocido no tiene porque saberlo.-¡Y te pareces tanto a mi lindo Honey! El pobre murió cuando el veterinario le atendía… ¡Me siento tan solo lejos de él!- Exclame mientras volvía a caer al suelo, estrepitosamente y cerraba mis manos en mi cara para que no pudiera verme. Luego volví a levantarme y me dirigí hacia él.-Honey, quiéreme…
Incluso soy abierto si era persona tiene fetiches sádicos… No hay nada más divertido que ver mi sangre correr por mi cuerpo, de un carmesí hermoso, rodando por las curvas de mi cuerpo sudoroso, complacido de tanto placer… Si, sin duda debo encontrar a alguien que disfrute de hacer sufrir, sería tan divertido~ Incluso si no puedo volver a levantarme… Quiero encontrar a alguien que demuestre su amor de la forma más violenta posible… Creo que cualquiera que pueda leer mis pensamientos se horrorizaría y si bien, no es que sea masoquista, pero amaría estar en una situación similar… De ser posible me gustaría poder experimentar todas las formas imaginables de amar… ¿Soy un enfermo mental?
Cuando llegué a la azotea y vi un lindo chico con cabellos rubios fumando, no pude evitar el impulso de saltarle encima y hacerlo mío… ¡Seguramente tenía el perfil psicológico adecuado para mi deseo actual! Así que cuando salté sobre él y le envolví con mis brazos… Note su mirada de sorpresa… ¡Si, adorable! ¿Quién no ama a los adorables? Lo cierto es que de adorable no tiene nada, podría matar a alguien con la mirada, pero aun así yo le encuentro tierno… ¡Quizás deberían revisarme la cabeza! ¡He quedado completamente loco! Sonreí, aunque aparto sus manos de mi cuerpo, no importa, al menos estaba hablando… Y tiene una hermosa voz… ¡Oh…! ¡Creo que estoy enamorado!
-Si no fueras tan lindo, no tendríamos esta discusión, Honey~-Comenté antes de encajar mis dientes en su suave piel… Cálido… ¡Oh! ¡Delicioso! Escuche su amenaza, pero hice oídos sordos… ¿Cómo quiere que le suelte? Es… ¡Es condenadamente sexy! Y yo quiero que la gente sexy salga con gente más sexy, como yo. Yo soy el Dios de la gente sexy… Así que este chico de nombre desconocido tiene que salir conmigo y hacerme el … Tener sexo salvajemente en todas partes… ¡Tiene que hacerlo! ¡Si no quiere encontraré una forma de obligarle!-¿Soltarte? ¿Por qué, cariño? ¿Ya no quieres que te ame?- Murmure en su cuello, contorneando con la lengua la mordida que acababa de darle. Lenta y de forma sensual… Yo solo quería que comprendiera el mensaje y luego hablo sobre golpearme, lo que hizo que sonriera un poco.-¡Oh! ¡Sería un placer sentir tus puños en mi cuerpo! ¡Vamos, golpéame! ¡Hazme tuyo, honey~!- Exclame mientras me aferraba más a su cuerpo, sin intenciones de alejarme.
Quede contra su costado izquierdo, algo que no me molesta porque aun estaba aferrado a su cuerpo. Fui apartado de su cuerpo demasiado pronto, solté un suspiro de molestia… ¡Qué poco divertido! ¿Lacras? Oh…¡Dios mío! ¡Me han llamado de tantas formas durante mi estancia aquí! Niño, idiota, lacra… Dios… ¿Qué hice para merecer este trato del mal? ¿Qué he hecho para que todos me odien? Solo les amo incondicionalmente… ¡Son tan crueles! Tenía la intención de irme llorando, pero preferí no hacerlo.
-¡Yo solo quería un poco de cariño…! Honey~ ¡Eres un idiota!- Exclame mientras me levantaba. Sacudí mi ropa y le dirigí una mirada de curiosidad.-Oh… Disculpa eso, tengo un problema de personalidades múltiples, nunca se como reaccionare…- Murmure, claramente era una mentira pero este desconocido no tiene porque saberlo.-¡Y te pareces tanto a mi lindo Honey! El pobre murió cuando el veterinario le atendía… ¡Me siento tan solo lejos de él!- Exclame mientras volvía a caer al suelo, estrepitosamente y cerraba mis manos en mi cara para que no pudiera verme. Luego volví a levantarme y me dirigí hacia él.-Honey, quiéreme…
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Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
La presencia ajena le era sencillamente molesta, pero, mientras se daba cierto tiempo para analizarle fuera de las cosas que este mencionaba, sin duda alguna era su tipo de persona -al menos físicamente- partiendo por el tono de su cabello, Leone amaba esa sencilla cualidad tanto en un hombre como una mujer. Su mirada se paseaba por ese rostro, que se mostraba alegre y muy, muy cercano al rubio quien con cierto nerviosismo y un odio, solo quería alejarle. Para cuando se espabiló el otro le llamaba de forma tan cariñosa, causando un tic irremediable en el ojo derecho de Leone, pero este solo se vió impactado al ser mordido en una zona regularmente sensible. Un sonido de queja se escuchó, casi un gruñido de su parte y solamente ansiaba darle una maldita golpiza por atreverse a dañarle.
- ¡¿qué mierda pasa por tu cabeza?!... - apretando entre sus dientes la colilla del cigarrillo, el cual se estaba rompiendo sin ser notado por su dueño. - ¿amar? - una sonrisa socarrona se posicionó en su faz, era ridículo oír eso de semejante sujeto. - ¿crees tú poder amarme y salir ileso?, no me hagas reír... - pero risa es algo que en Leone muy rara vez se aprecia. La sensación en su cuello, era grata, sentir ese dolor y luego la humedad de a lengua del moreno le incitaba a desatar sus instintos más íntimos, los más primitivos. Era solo una pequeña muestra de las cosas que podían afectar al italiano, siendo un hombre muy sensible al tacto -del que fuera- y más aún porque no puede controlarse con facilidad.
Lo siguiente no hizo más que aumentar las ganas que tenía de apalearle, la sola idea de hacerlo con el consentimiento extrañamente inquietante de ese sujeto, hacían que sus mano se empuñaran solas solo con las ansias de impactar con brusquedad en su rostro, en su abdomen, dejarle bellas marcas por todo su cuerpo... si, su cuerpo, aquel que Leone no dejaba de mirar sin percatarse de que desde el momento que ese chico se lanzó sobre él, ya deseaba. - ¿Huh?... si que debes ser un puto masoquista, basura... - volvió a sonreír, ladino, gustoso de la situación y es entonces que toma el resto de lo que fué su cigarro y lo lanzó hacia atrás, perdiendo interés en fumar por ahora. Al tenerle alejado de su cuerpo, se sacude la camisa y adopta una postura algo relajada, pero estaba preparandose mentalmente y alzó pronto una de sus manos, siendo lento ya que amaba ver que otros viesen cómo iba a golpearles, dejó un poco atrás el pie derecho y tomó impulso, buscando ahora rápido golpear aquella carita bonita, mas el sujeto hablaba, Leone ignoró magistralmente lo primero pero lo que le siguió hizo que la mano del rubio se detuviera muy cerca del pelinegro. Rozó su mejilla, el mismo viento que se produjo por el ágil movimiento de su brazo seguramente alcanzó a sentirse por esa piel.
Abrió fuerte los ojos, sin saber el porqué no continuó con la trayectoria tomada, su puño vibró unos momentos ya que el italiano contuvo la ira, bajando esta solo un poco y cogiendo de las ropas al contrario. Escuchando las cosas que mencionaba, pero eso no le quitaban las ganas de magullar su anatomía. Le tuvo lo suficientemente cerca como para que sus rostros apenas se separaran unos milímetros, Leone por un instante no supo que hacer ¿realmente tendría problemas mentales? ¿sería apropiado golpearlo?, entró en una disyuntiva para dejar que sus ganas le dominaran o si calmarse, cosa que escasas veces realizaba. - Tú, bastardo... No soy ese Honey que tanto mencionas, ¡¡soy Leone!! ¿Entiendes? L-E-O-N-E - tratándole como a un idiota, pero no cayó en cuenta de que le brindó información innecesaria. Mantuvo el agarre al otro, viendo con seguridad sus orbes. Le movió un poco y al oír lo último, queda pensativo. - Oye... ¿dijiste veterinario? - extrañado - ¡¿acaso tengo cara de un animal?! - sin comprender al contrario. No sabía qué cosa que él mencionara le molestara más ¿estaba jugando con la paciencia de Leone?, no, no podía existir persona tan temeraria como para hacer semejante estupidez.
Aquel quedó en el suelo, Leone le había soltado ¿tendrá tristeza?, entonces era verdad ¿no?, las dudas llenaban su cabeza y tuvo que quedarse con las ganas de apalearle. Se acercó al otro, quien en poco tiempo se alzó y tras lo dicho, sonó suave y delicado al oído del demonio, quien, instintivamente se vió atraído al otro. - A-ah... - definitivamente estaba descolocado, pensando que lo mejor era alejarse de ese hombre y no podía dejarle aquí ¿verdad?, estiró su brazo y le tomó del brazo siendo rudo al hacerlo, jalando de este y lo llevó contra su cuerpo. - escúchame... no se quien mierda es Honey, entiende que no soy quien dices... no puedo quererte, no se hacerlo. - confesó con un intento de calma - solo quiero a mis cigarrillos - siendo una verdad a medias. - no se que esperas de mi - sin dejar de mirarle. Siguió sosteniéndole y caminó, queriendo arrastrar de ser necesario al otro ya que por su culpa su intento de fumar se vió interrumpido. Se dirigía hacia la entrada al edificio, sacaría "de buena forma" al chico de este lugar, era de Leone, además si seguía con él aquí no podría permanecer tranquilo, recordando la mordida en su cuello, el cual se sintió solo.
- oh... tú... ¿puedes conseguirme cigarrillos? - detuvo sus pasos, preguntando de la nada, a él le quedaría a lo sumo uno o dos en su caja. Habiendo avanzado solo un poco, se queda mirando hacia la puerta, metiendo la mano libre al bolsillo y desviando apenas su mirada hacia su compañero momentáneo. - por tu culpa se desperdició el mío... hazte responsable. - sentenció duramente.
- ¡¿qué mierda pasa por tu cabeza?!... - apretando entre sus dientes la colilla del cigarrillo, el cual se estaba rompiendo sin ser notado por su dueño. - ¿amar? - una sonrisa socarrona se posicionó en su faz, era ridículo oír eso de semejante sujeto. - ¿crees tú poder amarme y salir ileso?, no me hagas reír... - pero risa es algo que en Leone muy rara vez se aprecia. La sensación en su cuello, era grata, sentir ese dolor y luego la humedad de a lengua del moreno le incitaba a desatar sus instintos más íntimos, los más primitivos. Era solo una pequeña muestra de las cosas que podían afectar al italiano, siendo un hombre muy sensible al tacto -del que fuera- y más aún porque no puede controlarse con facilidad.
"Es peligroso"
Lo siguiente no hizo más que aumentar las ganas que tenía de apalearle, la sola idea de hacerlo con el consentimiento extrañamente inquietante de ese sujeto, hacían que sus mano se empuñaran solas solo con las ansias de impactar con brusquedad en su rostro, en su abdomen, dejarle bellas marcas por todo su cuerpo... si, su cuerpo, aquel que Leone no dejaba de mirar sin percatarse de que desde el momento que ese chico se lanzó sobre él, ya deseaba. - ¿Huh?... si que debes ser un puto masoquista, basura... - volvió a sonreír, ladino, gustoso de la situación y es entonces que toma el resto de lo que fué su cigarro y lo lanzó hacia atrás, perdiendo interés en fumar por ahora. Al tenerle alejado de su cuerpo, se sacude la camisa y adopta una postura algo relajada, pero estaba preparandose mentalmente y alzó pronto una de sus manos, siendo lento ya que amaba ver que otros viesen cómo iba a golpearles, dejó un poco atrás el pie derecho y tomó impulso, buscando ahora rápido golpear aquella carita bonita, mas el sujeto hablaba, Leone ignoró magistralmente lo primero pero lo que le siguió hizo que la mano del rubio se detuviera muy cerca del pelinegro. Rozó su mejilla, el mismo viento que se produjo por el ágil movimiento de su brazo seguramente alcanzó a sentirse por esa piel.
Abrió fuerte los ojos, sin saber el porqué no continuó con la trayectoria tomada, su puño vibró unos momentos ya que el italiano contuvo la ira, bajando esta solo un poco y cogiendo de las ropas al contrario. Escuchando las cosas que mencionaba, pero eso no le quitaban las ganas de magullar su anatomía. Le tuvo lo suficientemente cerca como para que sus rostros apenas se separaran unos milímetros, Leone por un instante no supo que hacer ¿realmente tendría problemas mentales? ¿sería apropiado golpearlo?, entró en una disyuntiva para dejar que sus ganas le dominaran o si calmarse, cosa que escasas veces realizaba. - Tú, bastardo... No soy ese Honey que tanto mencionas, ¡¡soy Leone!! ¿Entiendes? L-E-O-N-E - tratándole como a un idiota, pero no cayó en cuenta de que le brindó información innecesaria. Mantuvo el agarre al otro, viendo con seguridad sus orbes. Le movió un poco y al oír lo último, queda pensativo. - Oye... ¿dijiste veterinario? - extrañado - ¡¿acaso tengo cara de un animal?! - sin comprender al contrario. No sabía qué cosa que él mencionara le molestara más ¿estaba jugando con la paciencia de Leone?, no, no podía existir persona tan temeraria como para hacer semejante estupidez.
Aquel quedó en el suelo, Leone le había soltado ¿tendrá tristeza?, entonces era verdad ¿no?, las dudas llenaban su cabeza y tuvo que quedarse con las ganas de apalearle. Se acercó al otro, quien en poco tiempo se alzó y tras lo dicho, sonó suave y delicado al oído del demonio, quien, instintivamente se vió atraído al otro. - A-ah... - definitivamente estaba descolocado, pensando que lo mejor era alejarse de ese hombre y no podía dejarle aquí ¿verdad?, estiró su brazo y le tomó del brazo siendo rudo al hacerlo, jalando de este y lo llevó contra su cuerpo. - escúchame... no se quien mierda es Honey, entiende que no soy quien dices... no puedo quererte, no se hacerlo. - confesó con un intento de calma - solo quiero a mis cigarrillos - siendo una verdad a medias. - no se que esperas de mi - sin dejar de mirarle. Siguió sosteniéndole y caminó, queriendo arrastrar de ser necesario al otro ya que por su culpa su intento de fumar se vió interrumpido. Se dirigía hacia la entrada al edificio, sacaría "de buena forma" al chico de este lugar, era de Leone, además si seguía con él aquí no podría permanecer tranquilo, recordando la mordida en su cuello, el cual se sintió solo.
- oh... tú... ¿puedes conseguirme cigarrillos? - detuvo sus pasos, preguntando de la nada, a él le quedaría a lo sumo uno o dos en su caja. Habiendo avanzado solo un poco, se queda mirando hacia la puerta, metiendo la mano libre al bolsillo y desviando apenas su mirada hacia su compañero momentáneo. - por tu culpa se desperdició el mío... hazte responsable. - sentenció duramente.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Creo que me estoy volviendo loco, más loco y es que apenas le conozco y ya estoy pensando en todas las cosas que podríamos hacer juntos… En la casa que podríamos tener, los hijos que tendríamos y los lugares exquisitos en los que tendríamos sexo… Pero… ¿Por qué estoy pensando en esto? ¿Por qué lo estoy considerando tan seriamente? Me siento enfermo. Siento que es algo extraño y no debería seguir haciéndolo ¿verdad? Y es que su cuello tan exquisito… No he podido evitar morderle, porque es lindo y atractivo y continúa haciendo esos sonidos tiernos y quejándose… ¿Cómo no me gustaría? Es tan… Sexy. Definitivamente sexy. ¡Deberían ponerle una multa por ser tan sexy! Incluso debería haber una regla contra eso, una regla donde les latigueen hasta matarlos o hasta que alguien los compre como esclavos sexuales…
Su grito me sobresalto y luego no pude evitar reír, fue una risa tímida y cohibida que me hizo preguntarme nuevamente si estoy dentro de mis facultades mentales, tarde un segundo en notar que esto loco así que… Deje el asunto por la paz. Escucharle cuestionar mis sentimientos fue como un golpe duro en el corazón, me hizo revolcarme lentamente en mi mente, gritando y pensando en que hacer, en que decir, en que evitar hacer para que no me odiara más. ¿Yo puedo amarle? Yo no puedo amar a nadie de forma romántica, porque no hay nadie por quien haya sentido algo… Bueno, salvo Chris, ella es mi talón de Aquiles, pero él… Algo extraño me dice que debo alejarme antes de que entre en mi corazón, antes de que el amor me contagie de nuevo.
-No pienso en salir ileso, Honey~- No sé porque mi voz ha sonado como lastimada y tristona, fruncí el ceño. Le observé fijamente.-Soy abierto a que me latiguees, incluso~- Evite decir más porque sentía que lloraría si él… No lo sé, me siento muy extraño en este momento. Estoy odiándome justo ahora. ¿Por qué me siento tan vulnerable? ¿Tan débil? Seguramente me estoy volviendo más humano y esto lo convierte en desagradable, no me gusta el sentimiento que me causa.
Cerré los ojos ante lo dicho y sonreí, él también lo hizo pero soy consciente de que no con la misma intención que yo. Él sonríe porque no comprende, porque no entiende lo que siento, no entiende lo que quiero. Pero esta bien, nadie me comprende, por lo que no me preocupa ser comprendido o no serlo. No me agrada estar alejado de su calor, por algún momento me hace sentir más vivo, más humano, me hace sentir mejor. Sentir ese calor que no había sentido en mucho tiempo, las personas son cálidas, aquellos seres que poseen almas son todavía más cálidos y yo estoy vacío. Aun me levanto por las madrugadas para preguntarme el motivo de mi existencia, con la duda de porque… ¿Por qué continúo en este mundo? Pero se detuvo… ¿Por qué se detuvo?
Le observé con curiosidad he intente crispar a un más sus nervios, porque claro, parece interesante hacer sentir confuso a alguien. Fue cuando dijo su nombre que no pude evitar soltar una alegre risa por mis labios. Es que … ¡Ha dicho su nombre! ¡Su nombre! ¡Su nombre! Y es que tiene un nombre tan sexy… Casi tan sexy como si mismísima personalidad.
-Honey~ Quiero decir, querido~ Ese es un nombre fantástico.- Reí de nuevo.-¡Ni siquiera he tenido que preguntártelo!- Pero no pude decir su nombre, decir su nombre sería demasiado personal y yo no quiero tener una relación demasiado personal con nadie, de esa forma podría enfermarme de la misteriosa enfermedad del amor… ¡Soy demasiado joven como para enfermarme y morir por esos delirios…! –¿Quieres que te diga mi nombre también, cuttie?- Deje que uno de mis dedos acariciara su rostro, aunque ya estoy amenazado por sus puños, no importa, esto me excita un poco.
Mostré una sonrisa tímida cuando mencionó al veterinario y alcé las cejas, nervioso ciertamente. ¿Qué pasa si me equivoco y se da cuenta de mi actuación? Me matará, seguramente. Me encanta esa emoción corriendo por mis venas, lo emocionante que debe ser estar a punto de morir y no morir, sin duda, es entusiasmante.
-Era un lindo, lindo cachorrito. No sé porque murió, pero me siento tan…- Ahogué un gemido y poco a poco el llanto comenzó a salir, llorar… Si, estoy llorando. Es algo triste y es que no puedo evitarlo, incluso siendo una mentira es algo que ya he vivido antes y no es que él se parezca pero…-… Lo extraño. ¿Sabes lo que es eso? Me siento tan vacío…- Intenté no pensar más en ello y me desplome en sus brazos.
Me levante y entre abrí los ojos para ver que tan confundido estaba, eso me agrada. Ver la confusión en los rostros y es que se ve tierno… No debería hacer esto porque siento que me gustara y antes de que me de cuenta estaré babeando y enfermo en una cama, enamorado de este chico rubio que se parece a mi antiguo cachorrito, aunque quizás sea más como un gato… Como un animal salvaje y sexy … ¡Tengo que dejar de pensar en lo jodidamente sexy que es! Me jalo, por algún motivo mi cuerpo quedo contra el suyo y por unos minutos olvide como respirar. Me quede observándole sorprendido, sin evitar mostrar mi completa sorpresa. Deje que mis brazos se envolvieran alrededor de su cuello.
-Miénteme… Si no lo haces… Me temo que podría…- Enterré mi rostro en su cuello y ahogue un gemido. Mi mano subió un poco y se enredo en su cabello, acariciando con pasión, con intensidad.-¿Cigarrillos?- Repetí después de ser arrastrado por él. Pasé mi lengua por mis labios, lentamente. ¿Tengo cigarrillos conmigo? Lo más seguro es que si. No tengo ni idea para que puedan servirme porque no me gustan, aunque me agrada verme con clase.-Sería más sano que me fumaras a mi~- Le lamí la barbilla. Fue un movimiento suave.-Bésame y te los daré.- Le mordí suavemente el mentón. Incluso si no lo hace, se los daré, pero quiero algo de pasión…
Creo que he perdido el juego. Mi corazón late fuertemente y… Estoy deseando que me besé.
Su grito me sobresalto y luego no pude evitar reír, fue una risa tímida y cohibida que me hizo preguntarme nuevamente si estoy dentro de mis facultades mentales, tarde un segundo en notar que esto loco así que… Deje el asunto por la paz. Escucharle cuestionar mis sentimientos fue como un golpe duro en el corazón, me hizo revolcarme lentamente en mi mente, gritando y pensando en que hacer, en que decir, en que evitar hacer para que no me odiara más. ¿Yo puedo amarle? Yo no puedo amar a nadie de forma romántica, porque no hay nadie por quien haya sentido algo… Bueno, salvo Chris, ella es mi talón de Aquiles, pero él… Algo extraño me dice que debo alejarme antes de que entre en mi corazón, antes de que el amor me contagie de nuevo.
-No pienso en salir ileso, Honey~- No sé porque mi voz ha sonado como lastimada y tristona, fruncí el ceño. Le observé fijamente.-Soy abierto a que me latiguees, incluso~- Evite decir más porque sentía que lloraría si él… No lo sé, me siento muy extraño en este momento. Estoy odiándome justo ahora. ¿Por qué me siento tan vulnerable? ¿Tan débil? Seguramente me estoy volviendo más humano y esto lo convierte en desagradable, no me gusta el sentimiento que me causa.
Cerré los ojos ante lo dicho y sonreí, él también lo hizo pero soy consciente de que no con la misma intención que yo. Él sonríe porque no comprende, porque no entiende lo que siento, no entiende lo que quiero. Pero esta bien, nadie me comprende, por lo que no me preocupa ser comprendido o no serlo. No me agrada estar alejado de su calor, por algún momento me hace sentir más vivo, más humano, me hace sentir mejor. Sentir ese calor que no había sentido en mucho tiempo, las personas son cálidas, aquellos seres que poseen almas son todavía más cálidos y yo estoy vacío. Aun me levanto por las madrugadas para preguntarme el motivo de mi existencia, con la duda de porque… ¿Por qué continúo en este mundo? Pero se detuvo… ¿Por qué se detuvo?
Le observé con curiosidad he intente crispar a un más sus nervios, porque claro, parece interesante hacer sentir confuso a alguien. Fue cuando dijo su nombre que no pude evitar soltar una alegre risa por mis labios. Es que … ¡Ha dicho su nombre! ¡Su nombre! ¡Su nombre! Y es que tiene un nombre tan sexy… Casi tan sexy como si mismísima personalidad.
-Honey~ Quiero decir, querido~ Ese es un nombre fantástico.- Reí de nuevo.-¡Ni siquiera he tenido que preguntártelo!- Pero no pude decir su nombre, decir su nombre sería demasiado personal y yo no quiero tener una relación demasiado personal con nadie, de esa forma podría enfermarme de la misteriosa enfermedad del amor… ¡Soy demasiado joven como para enfermarme y morir por esos delirios…! –¿Quieres que te diga mi nombre también, cuttie?- Deje que uno de mis dedos acariciara su rostro, aunque ya estoy amenazado por sus puños, no importa, esto me excita un poco.
Mostré una sonrisa tímida cuando mencionó al veterinario y alcé las cejas, nervioso ciertamente. ¿Qué pasa si me equivoco y se da cuenta de mi actuación? Me matará, seguramente. Me encanta esa emoción corriendo por mis venas, lo emocionante que debe ser estar a punto de morir y no morir, sin duda, es entusiasmante.
-Era un lindo, lindo cachorrito. No sé porque murió, pero me siento tan…- Ahogué un gemido y poco a poco el llanto comenzó a salir, llorar… Si, estoy llorando. Es algo triste y es que no puedo evitarlo, incluso siendo una mentira es algo que ya he vivido antes y no es que él se parezca pero…-… Lo extraño. ¿Sabes lo que es eso? Me siento tan vacío…- Intenté no pensar más en ello y me desplome en sus brazos.
Me levante y entre abrí los ojos para ver que tan confundido estaba, eso me agrada. Ver la confusión en los rostros y es que se ve tierno… No debería hacer esto porque siento que me gustara y antes de que me de cuenta estaré babeando y enfermo en una cama, enamorado de este chico rubio que se parece a mi antiguo cachorrito, aunque quizás sea más como un gato… Como un animal salvaje y sexy … ¡Tengo que dejar de pensar en lo jodidamente sexy que es! Me jalo, por algún motivo mi cuerpo quedo contra el suyo y por unos minutos olvide como respirar. Me quede observándole sorprendido, sin evitar mostrar mi completa sorpresa. Deje que mis brazos se envolvieran alrededor de su cuello.
-Miénteme… Si no lo haces… Me temo que podría…- Enterré mi rostro en su cuello y ahogue un gemido. Mi mano subió un poco y se enredo en su cabello, acariciando con pasión, con intensidad.-¿Cigarrillos?- Repetí después de ser arrastrado por él. Pasé mi lengua por mis labios, lentamente. ¿Tengo cigarrillos conmigo? Lo más seguro es que si. No tengo ni idea para que puedan servirme porque no me gustan, aunque me agrada verme con clase.-Sería más sano que me fumaras a mi~- Le lamí la barbilla. Fue un movimiento suave.-Bésame y te los daré.- Le mordí suavemente el mentón. Incluso si no lo hace, se los daré, pero quiero algo de pasión…
Creo que he perdido el juego. Mi corazón late fuertemente y… Estoy deseando que me besé.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Consideraba segundo a segundo que el otro era un completo masoquista,eso le enfermaba, la forma amable y atrevida que mostraba, sumado a ese amor por ser agredido iba causando que Leone dejara en segunda opción el lastimarle. Si lo hacía, le estaría dando en el gusto, pero deseaba desde el fondo de su corazón masacrarlo. Entonces,¿Qué hacer?
Quería serenarse, pero en vista de que el moreno solo le irritaba más con cada frase y con esas expresiones tan atractivas - no diría que no se sentía atraído por ese hombre - solo le quedaría salir del sitio. - No soy Honey... - masculló con pesar - ¿Realmente dejarías que te azotara? - volvió a sonreír, queriendo sacar provecho de eso y omitió entonces que podría ser más un premio que un castigo. - Me estás tentando y por tu propio bien, es mejor que no lo hagas...- no era una simple amenaza, Leone sabía que inclusive podría llegar a matarle. Claro, no estaba al tanto de que no era un humano cualquiera o, quizás si, pero el híbrido en momentos como este no prestaba atención a detalles tan insignificantes dentro de la brutalidad que meditaba.
Repetirle que no era Honey,estuvo demás, ¿Ahora era "querido"?, pensó inmeditamente en el típico y cursi "Darling". Apretó sus dientes al darse cuenta que le dió su nombre a cambio de nada, parecería un tonto ahora o un infante. Chasqueó la lengua con una molestia notoria, variando erráticamente con cada acción que ese chico realizara. El actuar de Leone se estaba volviendo fácil de predecir. - No, puedo decirte como se me antoje... - saber o no saber un nombre en este instante le daba lo mismo, saberlo sin obligarle a decirlo no tenía sentido para él. No obstante, trató de imaginar qué tipo de nombre podría poseer un sujeto como él, frustrándose conforme maquinaba las cosas. - Tsk... basura... insecto... pulga... Elige, te quedan bien. - sonrió burlesco, afilando su mirada y dedicándosela con toda el alma. Dejó aún así, que el peli-negro le tocara, un poco de contacto no le haría mal mientras no fuera muy duradero.
- Tú...- le dejó hablar,cesando abruptamente toda acción y otorgándole tiempo a que se exprese. Comprendía la sensación de perder una mascota, Leo era alguien que amaba mucho a los animales y creía que solo a ellos podría brindarles un afecto no violento. Guardó silencio y al ver que aquel lloraba,sintió algo de culpa aunque no lo fuese. Un tanto duro, pero a su vez no menciona - Simplemente era su momento... - no quería reconfortarlo,en lo absoluto, solo pensó en la pobre criatura. Si, en la criatura y nada más. Le sostuvo no muy a gusto por ello, le concedería un poco de afecto. ¿Afecto?, Leone seguramente estaba cayendo en la demencia. Para cuando se percata de nuevo lo tiene muy cerca y eso le causaba cierto nerviosismo, el cual sabía disimular -o eso creía- y le miró con ferocidad.
- ¿Mentirte?... - dubitativo y para variar, confuso nuevamente - ¿podrías qué?... dime... -usando un tono de voz más bajo al final. Las palabras se alborotaban en su mente. Asintió a su pregunta, deseaba fumar ahora, como si se tratara del vital oxígeno. Continuó sosteniendo fuertemente al contrario, sin miedo a herirle ya que era un mero agarre. - No seas ridículo... -virando la mirada poco después de ser lamido. La sorpresa fue visible de nuevo en su faz, analizó pobremente el precio por lo que recibiría y decidió pronta su respuesta. No medió palabra, no lo necesitaba. Aún teniéndole entre sus brazos, le forzó a retroceder,rápido y en un fuerte movimiento le empuja hacia la pared a un metro quizás de la puerta que daba acceso al edificio. Pensó remotamente en lo curioso que resultaba que justo se topase,de entre la gran magnitud de personas, un homosexual.
Apartó sus manos, colocó una en la cintura ajena y la otra sobre el hombro derecho, presionándole contra el muro mientras se agachó y buscó los labios ajenos. Daba igual si aquello negase ahora, Leone con brusquedad aprisiona esos labios en un beso voraz. Cerró sus ojos y sintió la textura y temperatura , la forma y el cómo este le respondía. Cortó más la distancia, lo más que pudo y le dejó sentir el pálpito en su pecho, no muy diferente al que suele tener: alterado. Cortó entonces ese beso, mas tuvo la absurda necesidad de volver a hacerlo y no se contuvo, regresó a sus labios y con más deseo le demostró mayor sentimiento que en su primer contacto. La mano que estaba en el hombro se apartó, tomando el brazo más cercano de ese muchacho y lo estampó contra la pared como hacía poco, hizo con el moreno. De esa forma pudo sostenerle de la muñeca y que este no le tocara o tratara de huir.
Abrió sus orbes y teniendo una expresión notoriamente más relajada, analizó el rostro de quien demandó un beso, pausando breve sus acciones y separándose del otro. Miró hacia un costado y giró igual su rostro, frunció el ceño como si besarle hubiese sido un martirio,como si hubiese sido incluso asqueroso. De ser lo último,no habría extendido la duración obviamente. No dijo palabra alguna, no sabía que decirle salvo el reclamarle por sus cigarrillos. Solo hizo eso por los jodidos cigarrillos y nadie le catalogaría de gay, marica o influenciable.
Quería serenarse, pero en vista de que el moreno solo le irritaba más con cada frase y con esas expresiones tan atractivas - no diría que no se sentía atraído por ese hombre - solo le quedaría salir del sitio. - No soy Honey... - masculló con pesar - ¿Realmente dejarías que te azotara? - volvió a sonreír, queriendo sacar provecho de eso y omitió entonces que podría ser más un premio que un castigo. - Me estás tentando y por tu propio bien, es mejor que no lo hagas...- no era una simple amenaza, Leone sabía que inclusive podría llegar a matarle. Claro, no estaba al tanto de que no era un humano cualquiera o, quizás si, pero el híbrido en momentos como este no prestaba atención a detalles tan insignificantes dentro de la brutalidad que meditaba.
Repetirle que no era Honey,estuvo demás, ¿Ahora era "querido"?, pensó inmeditamente en el típico y cursi "Darling". Apretó sus dientes al darse cuenta que le dió su nombre a cambio de nada, parecería un tonto ahora o un infante. Chasqueó la lengua con una molestia notoria, variando erráticamente con cada acción que ese chico realizara. El actuar de Leone se estaba volviendo fácil de predecir. - No, puedo decirte como se me antoje... - saber o no saber un nombre en este instante le daba lo mismo, saberlo sin obligarle a decirlo no tenía sentido para él. No obstante, trató de imaginar qué tipo de nombre podría poseer un sujeto como él, frustrándose conforme maquinaba las cosas. - Tsk... basura... insecto... pulga... Elige, te quedan bien. - sonrió burlesco, afilando su mirada y dedicándosela con toda el alma. Dejó aún así, que el peli-negro le tocara, un poco de contacto no le haría mal mientras no fuera muy duradero.
- Tú...- le dejó hablar,cesando abruptamente toda acción y otorgándole tiempo a que se exprese. Comprendía la sensación de perder una mascota, Leo era alguien que amaba mucho a los animales y creía que solo a ellos podría brindarles un afecto no violento. Guardó silencio y al ver que aquel lloraba,sintió algo de culpa aunque no lo fuese. Un tanto duro, pero a su vez no menciona - Simplemente era su momento... - no quería reconfortarlo,en lo absoluto, solo pensó en la pobre criatura. Si, en la criatura y nada más. Le sostuvo no muy a gusto por ello, le concedería un poco de afecto. ¿Afecto?, Leone seguramente estaba cayendo en la demencia. Para cuando se percata de nuevo lo tiene muy cerca y eso le causaba cierto nerviosismo, el cual sabía disimular -o eso creía- y le miró con ferocidad.
- ¿Mentirte?... - dubitativo y para variar, confuso nuevamente - ¿podrías qué?... dime... -usando un tono de voz más bajo al final. Las palabras se alborotaban en su mente. Asintió a su pregunta, deseaba fumar ahora, como si se tratara del vital oxígeno. Continuó sosteniendo fuertemente al contrario, sin miedo a herirle ya que era un mero agarre. - No seas ridículo... -virando la mirada poco después de ser lamido. La sorpresa fue visible de nuevo en su faz, analizó pobremente el precio por lo que recibiría y decidió pronta su respuesta. No medió palabra, no lo necesitaba. Aún teniéndole entre sus brazos, le forzó a retroceder,rápido y en un fuerte movimiento le empuja hacia la pared a un metro quizás de la puerta que daba acceso al edificio. Pensó remotamente en lo curioso que resultaba que justo se topase,de entre la gran magnitud de personas, un homosexual.
Apartó sus manos, colocó una en la cintura ajena y la otra sobre el hombro derecho, presionándole contra el muro mientras se agachó y buscó los labios ajenos. Daba igual si aquello negase ahora, Leone con brusquedad aprisiona esos labios en un beso voraz. Cerró sus ojos y sintió la textura y temperatura , la forma y el cómo este le respondía. Cortó más la distancia, lo más que pudo y le dejó sentir el pálpito en su pecho, no muy diferente al que suele tener: alterado. Cortó entonces ese beso, mas tuvo la absurda necesidad de volver a hacerlo y no se contuvo, regresó a sus labios y con más deseo le demostró mayor sentimiento que en su primer contacto. La mano que estaba en el hombro se apartó, tomando el brazo más cercano de ese muchacho y lo estampó contra la pared como hacía poco, hizo con el moreno. De esa forma pudo sostenerle de la muñeca y que este no le tocara o tratara de huir.
Abrió sus orbes y teniendo una expresión notoriamente más relajada, analizó el rostro de quien demandó un beso, pausando breve sus acciones y separándose del otro. Miró hacia un costado y giró igual su rostro, frunció el ceño como si besarle hubiese sido un martirio,como si hubiese sido incluso asqueroso. De ser lo último,no habría extendido la duración obviamente. No dijo palabra alguna, no sabía que decirle salvo el reclamarle por sus cigarrillos. Solo hizo eso por los jodidos cigarrillos y nadie le catalogaría de gay, marica o influenciable.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Masoquista no es una palabra que me defina por completo, pero no me interesa en lo más mínimo ni me afecta que las personas me vean como un masoquista. No lo sé, cuando le vi, fue como si algo hiciera clic en mi, como si todas mis aventuras en el pasado hubieran dejado de tener sentido para mi; como si esta persona fuera la única que realmente tenía importancia para mi justo ahora. Y eso era, en este momento él era lo único que puedo ver, como si hubiera hechizado mis ojos para que no dejara de verle, de nuevo me sentí como la broma de Dios, me esta haciendo esto porque me odia, no puede soportar mi genialidad... Escuche sus palabras y reí de nuevo, no puedo creerlo, me estoy volviendo loco por esta persona...
-De acuerdo, entonces, ¿cómo te llamo?- Pregunte, mirándole fijamente, con interés verdadero.- Yo nunca propongo cosas que no quiero, swettie~- Le sonreí rápidamente y me cruce de brazos, no me gusta la forma en la que me hace sentir, como mi corazón se detiene cada vez que comienza a hablar. Me desagrada sentirme débil cerca de otros o incluso peor a causa de otros. –¿Tentando? Oh~ Por favor~ Si es eso lo que deseo, tentarte y que te des cuenta de que soy una fruta que nunca podrás probar.- Me quede observándole, quitándole importancia porque para ser sinceros, no quiero encontrar mi debilidad en un perfecto chico rubio. Prefiero que se de cuenta de mi ‘verdadera esencia’ antes de caer en sus garras.
Soy un poco confuso, me lo han dicho en el pasado. Que termino alejando a las personas de mi mismo porque tengo miedo de que me lastimen. Juego a ser una mala persona, cuando no lo soy, porque no puedo aceptar que otro venga y me haga sentir como si estuviera jugando a la ruleta rusa. Es más fácil ser malo, es más fácil alejar a las personas de mi para que me dejen en paz y por eso me siento un poco mal. ¿Cómo puede estar bien eso? Esta bien para mi, porque me mantengo protegido, pero dudo que eso este bien para otros, porque seguramente no les cae bien que haga este tipo de cosas. Dudo que a este chico, Leone, le importe mucho si yo estoy bien o no, de hecho dudo que le afecte de alguna forma todos los sentimientos que están naciendo en mi estómago, porque sin duda son cosas que no le afectan en lo más mínimo, él es fuerte, no parece dejarse llevar por sus sentimientos.
Mi sonrisa tembló. No quería decirle mi nombre, realmente no quería, porque que supiéramos nuestros nombres formaría una relación seria, una relación de conocidos o algo así y yo no puedo con algo así, pensar en tener algún tipo de lazo con este chico no puede ser sano para mi, porque con el tiempo solo voy a querer más y es mejor… Es más sano alejarle cuanto antes. Escuche mis elecciones de nombre y me quede repentinamente en silencio. Acaricie con ternura y con miedo su mejilla, algo poco notable debido a la mirada de deseo que agradezco bañara mis ojos, de lo contrario es posible que se diera cuenta de lo difícil que era para m tenerle tan cerca, pero tan lejos al mismo tiempo, porque sé que nunca será mío.-Klein, mi nombre es Klein.- Murmure inseguro, pero decidido. Le dije mi nombre, porque no quiero arrepentirme y matar todo lo que pudo ser.
¿Por qué las lágrimas no dejan de fluir desde mis ojos? ¿Qué clase de maldición me ha dejado este hombre? Ahora no puedo dejar de verlo y no puedo dejar de llorar, no me siento bien. No me siento bien en este momento. Todas esas lágrimas, siento que podría romperme en pedazos y nunca volver a ser el mismo y eso tendría sentido para mi, no tiene sentido seguir vivo. Me colgué de él, y no pude soltarlo, me estaba dando energía y yo.. Yo, no lo sé, no entiendo lo que me sucede. Quiero estar más cerca de él, quiero que solamente piense en mi. Y en realidad, dudo que él tenga las mismas dudas que yo tengo en este momento, dudo mucho que él este pensando cosas, fruncí el ceño y solo me aferré más a su cuerpo. Se esta convirtiendo en mi muro, en mi base para sobrepasar este momento tan confuso… Estoy asustado. Es raro, pero lo estoy.
Estaba hablando enserio, necesitaba que me mintiera, que me dijera… Que me dijera que estará aquí para mi, incluso cuando no lo estará. Necesito que me mienta, que me mienta seriamente, que engañe por completo mi mente para no sentirme desolado, me sentí estrujado por el abrazo, pero no dije nada sobre mentirme, no le dije sobre que deseo ser engañado. Solamente, solamente continúe con mi ‘actuación’ la cual ya no parece para nada una actuación simple. No quería decir ese tipo de cosas, mostrar mi debilidad ante nadie, mi deseo de… En realidad no importa, la verdad es que Chrystine fue capaz de cambiar muchas más cosas de las que estoy orgulloso de hablar, porque me hizo más humano…
Me quede observándole tras mi pequeña condición, pegando mi cuerpo al suyo, buscando incluso más contacto del que ya nos unía en ese momento, una parte de mi deseaba fundirse con Leone para no estar solo de nuevo, pero no. Sabía que eso no era posible. Camine hacia atrás, un poco más deprisa de lo que me habría gustado, hasta terminar contra la pared; mi corazón comenzó a latir fuertemente y me quede un poco seco, tengo sed, pero no hay mucho que pueda hacer contra eso, lo único que debo hacer en este momento es pensar en no caer en su hechizo, porque en el momento en que me enamore de él, moriré. Y no quiero que eso suceda, no quiero entregarle mi espíritu a nadie. Tras unos segundos, que parecieron eternos, decidí dejar de pensar en esto, no hay nada que pueda hacer si es algo que igual va a pasar. Respire profundamente y esperé.
Las zonas de mi cuerpo que sus manos tocaron, fueron lo suficientemente cálidas como para hacerme sentir que el simple toque quemaba todo mi cuerpo, era extraño, era algo muy extraño. Nunca me he sentido así con nadie, ni siquiera con Chrys, con ella era algo más inocente, algo más puro… Y ahora es como una flama salvaje que decidió tener su hogar en mi pecho, es un sentimiento arrasador y… No me gusta. Mi respiración volvió a ser irregular, game over. Me entregué a sus labios que me buscaban feroces, me entregue a ese sentimiento desconocido, cálido y atrapante desde el momento en que él comenzó a besarme, me hace sentir tan tranquilo, desconociendo todo lo que hay a mi alrededor… Mis manos se enredaron en su cuello, una de mis manos alcanzo su cabello y se perdieron en él, el resto de mi cuerpo solamente quería entregarse a ese sentimiento tan aterrador que estaba sintiendo en ese momento… No estuve seguro de si era su corazón o si era el mío el que latía con esa intensidad o quizás los dos estaban sincronizados ante tanto sentimiento, aunque esto último suena un poco imposible. Yo no causo ese efecto. Y cuando se separo supe que era el final, pero volvió a mi. Una de sus manos aparto mi brazo de él, fruncí el ceño pero encontré la forma de enredar mis piernas en su cintura, aunque el contacto salvaje no duro mucho.
Cuando se alejo, supe que me estaba mirando, pero no abrí los ojos para verle. Lleve mi mano, inconscientemente, hacia mi rostro, cubriendo los labios y parte de mi sonrojo. No había notado que mis mejillas lo estaban tras el segundo contacto, pero justo cuando me di cuenta tuve que esconderlo. Abrí los ojos, aunque no estuve seguro de si la expresión que puse puede ser catalogada como inocente, aterrada, feliz o estúpidamente nervioso y asustado, por los sentimientos que me… Que sentí. Me quede en silencio durante un rato, un buen rato, no estuve seguro del tiempo, pero tuve que sacudir la cabeza para salir del trance. He de suponer que mi rostro no tuvo una expresión exacta, porque durante el tiempo que estuve viendo al más alto, no me presiono para cumplir con mis palabras.
Me golpeé fuertemente en la cabeza y comencé a reír, aunque muy en el fondo sé que algo no esta bien dentro de mi, estoy riendo y eso, pero dudo que él note que es falso, nadie podría notarlo, aunque sé que algo se rompió mientras otras cosas hicieron clic.-Eso fue mejor de lo que esperaba, swettie~ Por complacerme, tendré que agradecerte~- Saque varias cajas de mis bolsillos y se las lance, de las iba a dar en la mano, pero no pude hacerlo porque noté mi mano temblar. Me aleje rápidamente con un par de saltos cortos.-Si… S-si necesitas más, sabes que tienes que darme a cambio~- Deje escapar un suspiro. Tartamudeé, lo sé. Pero… No debí hacerlo, no debí mostrarle que ha ganado el juego.-Me tengo que ir, espero juguemos luego, honey~- Tenía la intención de irme de ahí, pero espere a lo que pudiera decir.-Sobre eso de verte fumando aquí, creo que puede ser nuestro pequeño secreto.- Lo triste es que estoy hablando enserio, como miembro del consejo estudiantil debería delatarlo, pero no lo haré.-Adiós, Leone~- Me permití decir su nombre.
-De acuerdo, entonces, ¿cómo te llamo?- Pregunte, mirándole fijamente, con interés verdadero.- Yo nunca propongo cosas que no quiero, swettie~- Le sonreí rápidamente y me cruce de brazos, no me gusta la forma en la que me hace sentir, como mi corazón se detiene cada vez que comienza a hablar. Me desagrada sentirme débil cerca de otros o incluso peor a causa de otros. –¿Tentando? Oh~ Por favor~ Si es eso lo que deseo, tentarte y que te des cuenta de que soy una fruta que nunca podrás probar.- Me quede observándole, quitándole importancia porque para ser sinceros, no quiero encontrar mi debilidad en un perfecto chico rubio. Prefiero que se de cuenta de mi ‘verdadera esencia’ antes de caer en sus garras.
Soy un poco confuso, me lo han dicho en el pasado. Que termino alejando a las personas de mi mismo porque tengo miedo de que me lastimen. Juego a ser una mala persona, cuando no lo soy, porque no puedo aceptar que otro venga y me haga sentir como si estuviera jugando a la ruleta rusa. Es más fácil ser malo, es más fácil alejar a las personas de mi para que me dejen en paz y por eso me siento un poco mal. ¿Cómo puede estar bien eso? Esta bien para mi, porque me mantengo protegido, pero dudo que eso este bien para otros, porque seguramente no les cae bien que haga este tipo de cosas. Dudo que a este chico, Leone, le importe mucho si yo estoy bien o no, de hecho dudo que le afecte de alguna forma todos los sentimientos que están naciendo en mi estómago, porque sin duda son cosas que no le afectan en lo más mínimo, él es fuerte, no parece dejarse llevar por sus sentimientos.
Mi sonrisa tembló. No quería decirle mi nombre, realmente no quería, porque que supiéramos nuestros nombres formaría una relación seria, una relación de conocidos o algo así y yo no puedo con algo así, pensar en tener algún tipo de lazo con este chico no puede ser sano para mi, porque con el tiempo solo voy a querer más y es mejor… Es más sano alejarle cuanto antes. Escuche mis elecciones de nombre y me quede repentinamente en silencio. Acaricie con ternura y con miedo su mejilla, algo poco notable debido a la mirada de deseo que agradezco bañara mis ojos, de lo contrario es posible que se diera cuenta de lo difícil que era para m tenerle tan cerca, pero tan lejos al mismo tiempo, porque sé que nunca será mío.-Klein, mi nombre es Klein.- Murmure inseguro, pero decidido. Le dije mi nombre, porque no quiero arrepentirme y matar todo lo que pudo ser.
¿Por qué las lágrimas no dejan de fluir desde mis ojos? ¿Qué clase de maldición me ha dejado este hombre? Ahora no puedo dejar de verlo y no puedo dejar de llorar, no me siento bien. No me siento bien en este momento. Todas esas lágrimas, siento que podría romperme en pedazos y nunca volver a ser el mismo y eso tendría sentido para mi, no tiene sentido seguir vivo. Me colgué de él, y no pude soltarlo, me estaba dando energía y yo.. Yo, no lo sé, no entiendo lo que me sucede. Quiero estar más cerca de él, quiero que solamente piense en mi. Y en realidad, dudo que él tenga las mismas dudas que yo tengo en este momento, dudo mucho que él este pensando cosas, fruncí el ceño y solo me aferré más a su cuerpo. Se esta convirtiendo en mi muro, en mi base para sobrepasar este momento tan confuso… Estoy asustado. Es raro, pero lo estoy.
Estaba hablando enserio, necesitaba que me mintiera, que me dijera… Que me dijera que estará aquí para mi, incluso cuando no lo estará. Necesito que me mienta, que me mienta seriamente, que engañe por completo mi mente para no sentirme desolado, me sentí estrujado por el abrazo, pero no dije nada sobre mentirme, no le dije sobre que deseo ser engañado. Solamente, solamente continúe con mi ‘actuación’ la cual ya no parece para nada una actuación simple. No quería decir ese tipo de cosas, mostrar mi debilidad ante nadie, mi deseo de… En realidad no importa, la verdad es que Chrystine fue capaz de cambiar muchas más cosas de las que estoy orgulloso de hablar, porque me hizo más humano…
Me quede observándole tras mi pequeña condición, pegando mi cuerpo al suyo, buscando incluso más contacto del que ya nos unía en ese momento, una parte de mi deseaba fundirse con Leone para no estar solo de nuevo, pero no. Sabía que eso no era posible. Camine hacia atrás, un poco más deprisa de lo que me habría gustado, hasta terminar contra la pared; mi corazón comenzó a latir fuertemente y me quede un poco seco, tengo sed, pero no hay mucho que pueda hacer contra eso, lo único que debo hacer en este momento es pensar en no caer en su hechizo, porque en el momento en que me enamore de él, moriré. Y no quiero que eso suceda, no quiero entregarle mi espíritu a nadie. Tras unos segundos, que parecieron eternos, decidí dejar de pensar en esto, no hay nada que pueda hacer si es algo que igual va a pasar. Respire profundamente y esperé.
Las zonas de mi cuerpo que sus manos tocaron, fueron lo suficientemente cálidas como para hacerme sentir que el simple toque quemaba todo mi cuerpo, era extraño, era algo muy extraño. Nunca me he sentido así con nadie, ni siquiera con Chrys, con ella era algo más inocente, algo más puro… Y ahora es como una flama salvaje que decidió tener su hogar en mi pecho, es un sentimiento arrasador y… No me gusta. Mi respiración volvió a ser irregular, game over. Me entregué a sus labios que me buscaban feroces, me entregue a ese sentimiento desconocido, cálido y atrapante desde el momento en que él comenzó a besarme, me hace sentir tan tranquilo, desconociendo todo lo que hay a mi alrededor… Mis manos se enredaron en su cuello, una de mis manos alcanzo su cabello y se perdieron en él, el resto de mi cuerpo solamente quería entregarse a ese sentimiento tan aterrador que estaba sintiendo en ese momento… No estuve seguro de si era su corazón o si era el mío el que latía con esa intensidad o quizás los dos estaban sincronizados ante tanto sentimiento, aunque esto último suena un poco imposible. Yo no causo ese efecto. Y cuando se separo supe que era el final, pero volvió a mi. Una de sus manos aparto mi brazo de él, fruncí el ceño pero encontré la forma de enredar mis piernas en su cintura, aunque el contacto salvaje no duro mucho.
Cuando se alejo, supe que me estaba mirando, pero no abrí los ojos para verle. Lleve mi mano, inconscientemente, hacia mi rostro, cubriendo los labios y parte de mi sonrojo. No había notado que mis mejillas lo estaban tras el segundo contacto, pero justo cuando me di cuenta tuve que esconderlo. Abrí los ojos, aunque no estuve seguro de si la expresión que puse puede ser catalogada como inocente, aterrada, feliz o estúpidamente nervioso y asustado, por los sentimientos que me… Que sentí. Me quede en silencio durante un rato, un buen rato, no estuve seguro del tiempo, pero tuve que sacudir la cabeza para salir del trance. He de suponer que mi rostro no tuvo una expresión exacta, porque durante el tiempo que estuve viendo al más alto, no me presiono para cumplir con mis palabras.
Me golpeé fuertemente en la cabeza y comencé a reír, aunque muy en el fondo sé que algo no esta bien dentro de mi, estoy riendo y eso, pero dudo que él note que es falso, nadie podría notarlo, aunque sé que algo se rompió mientras otras cosas hicieron clic.-Eso fue mejor de lo que esperaba, swettie~ Por complacerme, tendré que agradecerte~- Saque varias cajas de mis bolsillos y se las lance, de las iba a dar en la mano, pero no pude hacerlo porque noté mi mano temblar. Me aleje rápidamente con un par de saltos cortos.-Si… S-si necesitas más, sabes que tienes que darme a cambio~- Deje escapar un suspiro. Tartamudeé, lo sé. Pero… No debí hacerlo, no debí mostrarle que ha ganado el juego.-Me tengo que ir, espero juguemos luego, honey~- Tenía la intención de irme de ahí, pero espere a lo que pudiera decir.-Sobre eso de verte fumando aquí, creo que puede ser nuestro pequeño secreto.- Lo triste es que estoy hablando enserio, como miembro del consejo estudiantil debería delatarlo, pero no lo haré.-Adiós, Leone~- Me permití decir su nombre.
Invitado- Invitado
[+18]
No sabía como tratar ni como comportarse con aquel, ir por los golpes al parecer produciría lo opuesto a lo buscado ¿entonces qué? ¿sucumbir a lo primario y ya?, Leone estaba entrando en un juego del que le costaría salir.
- Soy Leone, ya oíste, no me hagas repetirlo. No soy tu honey, no soy una mascotita a quien puedes apodar como se te venga en gana. - trató de ser claro con el moreno. La arrogancia de las palabras ajenas causaron que lo irritado en Leone desapareciera, mostrando una sonrisa burlesca - ¿en serio te crees la gran cosa? heh ¿Serás tan bueno como crees ser? - cayendo aún más en esa ingrata provocación. Leone era bastante simple. Sus ojos estaban clavados en los ajenos, aquellos que parecían depredadores y Leone estaba en su linea de caza, curiosamente, no le molestaba ser la "presa". Al oír el nombre de, quien hasta ese momento sería basura, le causó cierta impresión, no pensó que se lo diría tras lo sucedido. - Klein... ¿eh? - era un nombre curioso, ¿de donde será? - Klein... basura... ya veré como mierda te diré. - pero en su sub-consciente, aquel hombre ya tenía nombre.
Comprendía muy poco de la situación actual, era simplemente inverosímil, ya poco recordaba de lo que le trajo aquí o del porqué sostenía a Klein entre sus brazos, además estaba llorando.¿Tanto le afectó lo de su mascota?, no concordaba, no se veía como alguien especialmente sensible. - Klein... - repitió en un susurro, perplejo pero manteniendo una cruda expresión para con el otro. Quería entenderle, entender porqué estaba peligrosamente cerca de este extraño, el porqué sentía deseos de tocarle y del porque nada le frenaba en lo que hacía. El beso y el toque hacia el otro no se detenían, las manos del italiano reclamaban cada zona por la que pasaban, como de su propiedad. Le sostuvo contra el muro, presionando con su cuerpo, sintiendo la respiración e incluso sintió los latidos. Aquel seguramente sentía la agitación de la que fué víctima Leone.
Cuando se vió finalizado el primer contacto entre ambos, tuvo un momento para pensar lo que estaba haciendo y con quien, era un extraño, era un cualquiera ¿esto estaba bien? ¿por que la supuesta decencia que tenía no le indicaba que se alejara de ese ser?, todo era tan ridículo. No le dijo palabra alguna durante varios minutos, tampoco se alejó demasiado ero si una distancia apropiada, para no parecer un violador en potencia o alguien que se aprovecharía de solo un beso, no, más de uno. No había podido notar tan bien el rubor que cubrió las mejillas del moreno, hacían juegos con los ojos que se dejaron ver tiempo después, su mano tratando de cubrir lo imposible. Su delgado cuerpo y aquella agitación, su expresión, su aroma. Le fué imposible no sentirse como lo hacía.
La risa que se escuchó rompió la concentración que adquirió hace unos minutos, pensando que quizás aquel le quiso jugar una broma o parecido ¿por que reiría si no es aquello?, pero misteriosamente, eso no le molestó como debiera hacerlo. fue extraño. Cerró los ojos cuando le lanzaron las cajetillas, sin reaccionar y tomarlas, estaba pendiente de cómo Klein se le escapaba y decía tales tonterías. - No soy un puto o un perro, no tienes que arrojarme las cosas y menos pagarme por besarte Klein.- pareció una réplica a lo que hizo, pero su fin era diferente. - ¡Oye! - se acercó rápido al otro y le tomó del brazo con fuerza, escuchando sus últimas palabras. - ¿Crees que te dejaré ir así sin más? - no tenía fundamento para pedirle que se quedara, solo su capricho.
Ignoró el hecho de que,ciertamente, debía ocultar el hecho de que vino aquí a fumar ¿pero no fué aquel quien tenía muchos más cigarrillos que el rubio?, pero claro, eso no lo pensó Leone. - ¿por qué haces esto? ¿Eres gay o algo así? -sin tener prejuicios, pero necesitaba saberlo. Sin esperar a que le respondiera apropiadamente, se abalanza sobre el otro y le vuelve a empujar contra la pared , atacando esta vez su cuello, mordiendo fuertemente la zona mientras que sus manos recorrieron lujuriosamente su cuerpo, dispuesto a violarle de ser necesario. Su boca degustó la suave piel de su cuello, bajando a la clavícula y besando en pequeños lapsus de amabilidad, ya que no era común que Leone fuese suave con alguien, menos con un hombre.
Una de sus manos se metió bajo su camisa, acariciando el vientre ajeno y por si aquel se resistiera, mantuvo firme el agarre en el brazo,apoyando aquel brazo contra el muro y flectándolo tras su dueño, cosa de inmovilizar en parte al moreno. Nadie jugaba con Leone, menos alguien con el cuerpo que tenía aquel bastardo. Alzó el rostro y embistió contra la boca del moreno, besando apasionadamente, dando breves espacios solo para cambiar la postura y seguir ese contacto. La mano que anteriormente acarició el vientre desabotonó rápido la camisa ajena, poco más y le arrancaría tales botones. Estaba ansioso, además de tener una fuerza para nada común.
-Espero tengas con que devolverme esto. - en un tono orgulloso, queriendo herir de ser necesario a Klein, pero Leone no era bueno hiriendo con palabras, sino con acciones. Aunque pensó en violarle y hacerle entender con quién se estaba metiendo, no lo haría así, no en el fondo, ya que estaba tocando más de lo necesario y sin siquiera consultárselo. - y... pobre de ti... que comentes sobre mi vicio, Klein. - amenazante, pero en un tono casi sensual, estaba excitado. Se rozó contra el más bajo, precisamente su entre-pierna con la del otro, dejándole sentir su erección, la cual tiraba de la tela del pantalón. La mano que ya desabrochó la prenda superior, descendió hasta el pantalón del pelinegro, igualando la acción hecha en la camisa. En todo momento mantuvo su rostro y boca cerca de la cara ajena, besando, mordiendo o lamiendo.
- Klein... - "Te deseo..." pensó,más nunca lo confesaría con tranquilidad.
- Soy Leone, ya oíste, no me hagas repetirlo. No soy tu honey, no soy una mascotita a quien puedes apodar como se te venga en gana. - trató de ser claro con el moreno. La arrogancia de las palabras ajenas causaron que lo irritado en Leone desapareciera, mostrando una sonrisa burlesca - ¿en serio te crees la gran cosa? heh ¿Serás tan bueno como crees ser? - cayendo aún más en esa ingrata provocación. Leone era bastante simple. Sus ojos estaban clavados en los ajenos, aquellos que parecían depredadores y Leone estaba en su linea de caza, curiosamente, no le molestaba ser la "presa". Al oír el nombre de, quien hasta ese momento sería basura, le causó cierta impresión, no pensó que se lo diría tras lo sucedido. - Klein... ¿eh? - era un nombre curioso, ¿de donde será? - Klein... basura... ya veré como mierda te diré. - pero en su sub-consciente, aquel hombre ya tenía nombre.
Comprendía muy poco de la situación actual, era simplemente inverosímil, ya poco recordaba de lo que le trajo aquí o del porqué sostenía a Klein entre sus brazos, además estaba llorando.¿Tanto le afectó lo de su mascota?, no concordaba, no se veía como alguien especialmente sensible. - Klein... - repitió en un susurro, perplejo pero manteniendo una cruda expresión para con el otro. Quería entenderle, entender porqué estaba peligrosamente cerca de este extraño, el porqué sentía deseos de tocarle y del porque nada le frenaba en lo que hacía. El beso y el toque hacia el otro no se detenían, las manos del italiano reclamaban cada zona por la que pasaban, como de su propiedad. Le sostuvo contra el muro, presionando con su cuerpo, sintiendo la respiración e incluso sintió los latidos. Aquel seguramente sentía la agitación de la que fué víctima Leone.
Cuando se vió finalizado el primer contacto entre ambos, tuvo un momento para pensar lo que estaba haciendo y con quien, era un extraño, era un cualquiera ¿esto estaba bien? ¿por que la supuesta decencia que tenía no le indicaba que se alejara de ese ser?, todo era tan ridículo. No le dijo palabra alguna durante varios minutos, tampoco se alejó demasiado ero si una distancia apropiada, para no parecer un violador en potencia o alguien que se aprovecharía de solo un beso, no, más de uno. No había podido notar tan bien el rubor que cubrió las mejillas del moreno, hacían juegos con los ojos que se dejaron ver tiempo después, su mano tratando de cubrir lo imposible. Su delgado cuerpo y aquella agitación, su expresión, su aroma. Le fué imposible no sentirse como lo hacía.
La risa que se escuchó rompió la concentración que adquirió hace unos minutos, pensando que quizás aquel le quiso jugar una broma o parecido ¿por que reiría si no es aquello?, pero misteriosamente, eso no le molestó como debiera hacerlo. fue extraño. Cerró los ojos cuando le lanzaron las cajetillas, sin reaccionar y tomarlas, estaba pendiente de cómo Klein se le escapaba y decía tales tonterías. - No soy un puto o un perro, no tienes que arrojarme las cosas y menos pagarme por besarte Klein.- pareció una réplica a lo que hizo, pero su fin era diferente. - ¡Oye! - se acercó rápido al otro y le tomó del brazo con fuerza, escuchando sus últimas palabras. - ¿Crees que te dejaré ir así sin más? - no tenía fundamento para pedirle que se quedara, solo su capricho.
Ignoró el hecho de que,ciertamente, debía ocultar el hecho de que vino aquí a fumar ¿pero no fué aquel quien tenía muchos más cigarrillos que el rubio?, pero claro, eso no lo pensó Leone. - ¿por qué haces esto? ¿Eres gay o algo así? -sin tener prejuicios, pero necesitaba saberlo. Sin esperar a que le respondiera apropiadamente, se abalanza sobre el otro y le vuelve a empujar contra la pared , atacando esta vez su cuello, mordiendo fuertemente la zona mientras que sus manos recorrieron lujuriosamente su cuerpo, dispuesto a violarle de ser necesario. Su boca degustó la suave piel de su cuello, bajando a la clavícula y besando en pequeños lapsus de amabilidad, ya que no era común que Leone fuese suave con alguien, menos con un hombre.
Una de sus manos se metió bajo su camisa, acariciando el vientre ajeno y por si aquel se resistiera, mantuvo firme el agarre en el brazo,apoyando aquel brazo contra el muro y flectándolo tras su dueño, cosa de inmovilizar en parte al moreno. Nadie jugaba con Leone, menos alguien con el cuerpo que tenía aquel bastardo. Alzó el rostro y embistió contra la boca del moreno, besando apasionadamente, dando breves espacios solo para cambiar la postura y seguir ese contacto. La mano que anteriormente acarició el vientre desabotonó rápido la camisa ajena, poco más y le arrancaría tales botones. Estaba ansioso, además de tener una fuerza para nada común.
-Espero tengas con que devolverme esto. - en un tono orgulloso, queriendo herir de ser necesario a Klein, pero Leone no era bueno hiriendo con palabras, sino con acciones. Aunque pensó en violarle y hacerle entender con quién se estaba metiendo, no lo haría así, no en el fondo, ya que estaba tocando más de lo necesario y sin siquiera consultárselo. - y... pobre de ti... que comentes sobre mi vicio, Klein. - amenazante, pero en un tono casi sensual, estaba excitado. Se rozó contra el más bajo, precisamente su entre-pierna con la del otro, dejándole sentir su erección, la cual tiraba de la tela del pantalón. La mano que ya desabrochó la prenda superior, descendió hasta el pantalón del pelinegro, igualando la acción hecha en la camisa. En todo momento mantuvo su rostro y boca cerca de la cara ajena, besando, mordiendo o lamiendo.
- Klein... - "Te deseo..." pensó,más nunca lo confesaría con tranquilidad.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Estoy cayendo en una trampa mortal, una vez que me entregué a mis sentidos no podré volver atrás y entonces este chico, ellos, Chrys, todos habrán ganado la batalla y yo perderé y no puedo permitirme eso. No me gusta la sensación que tengo, como si todos mis recuerdos anteriores escaparan de mi mente y lo único en lo que puedo enforcarme es en este chico, no es justo, no es justo para mi. Prometí no volver a lanzarme al vacío con este tipo de sentimientos. ¿Por qué tengo que darle tanta importancia? Es completamente injusto. No se nada sobre él y ya me esta volviendo loco… Enserio, enserio. Me pregunto que es lo que hice mal para caerle mal a todas las personas, seres de alto cargo y todos los que estén relacionados con esta situación. Porque no quiero, no quiero, no quiero. No quiero comenzar a sentir algo por él, porque eso será mi final.
Reí ante sus palabras. Ser mi honey o no serlo, es todo un dilema, pero es su culpa. Si no fuera tan lindo, tan sensual y tuviera cara de MI honey, entonces no tendría porque molestarlo. Estoy asustado de la intensidad de mis sentimientos. El simple hecho de intentar ignorarle me causa demasiado estrés emocional, porque es atrayente, tiene un aura que simplemente no puede evitarse, por más que lo intentes, la imagen vuelve una y otra vez. Deje escapar un suspiro y fruncí el ceño. Darme aires de grandeza mientras lucho con el latir acelerado de mi corazón es una ardua labor, no es algo que pueda calmar en un instante, es algo que me tomara más de un rato para normalizar y todo es tan complicado, especialmente cuando intento hablar de mi, aunque eso nunca es problema. Creo que todo es culpa de este chico… “Leone”.
-¿Te molesta que te llame honey, swettie? –Mencione con un tono demasiado dulce y le acaricie la cabeza con delicadeza.- Pobre niño maltratado que detesta los apodos extremadamente tiernos.. –Le mostré una ligera sonrisa y luego guarde distancia entre nuestros cuerpos, poniendo un límite a mi imaginación, la cual, sinceramente ya esta demasiado atrofiada. –Soy tan bueno que ni siquiera está en los límites de lo existente, honey. –Mencione moviendo la mano y restándole importancia al hecho de que soy genial, claro y que es raro seguir llamándole honey cuando ya me amenazó, sospecho que no va a golpearme porque le dije que deseo que me golpeé, este tipo de cosas siempre frena las acciones violentas del resto. –Puedes llamarme ‘cariño’, sabes que me gustaría mucho honey~ Después de todo, serás mi esposa <3~ –Mencione en broma, pero con un toque de seriedad, intentando crisparle los nervios a ese chico que recién conocía… ¿Acaso eso no sería perfecto? ¡Hacerle molestar a tal extremo! Oh, la idea solo logra excitarme más.
A la mierda, todo esto es tan raro. Llorar frente a un hombre que me hace sentir como una puta colegiala enamorada y encima hacerme sentir como que nada tiene sentido y luego, volverme completamente loco… No lo sé, perdí una o dos o tres tuercas… Joder, seguro fue el tonto del consejo estudiantil con el que trabajo… Creo que las lágrimas, que al principio eran para fundamentar mi acto, son porque estoy asustado de todas las cosas que estoy experimentando en este momento, son porque tengo demasiado miedo del latir de mi corazón, de querer estar cerca de él y de que él no quiere estar más cerca de mi. ¿Por qué mierdas no puedo dejar de llorar? Deje escapar un bufido de frustración, de tristeza, de miedo… Solo me apegué más a él. Mencionó mi nombre y me quede lo más cerca posible de él, pese a que sabía que le causaba repugnancia y que quizás, lo mejor era que me alejara y le dejara en paz, pero… Me siento tan frágil en este momento que hacer eso podría resultar malo para mi.
No me dio tiempo para continuar con mi sufrimiento, en realidad si, pero yo no le permití verme irracionalmente frágil durante tanto tiempo. Me empujo contra la pared en un abrazo demasiado fuerte, un abrazo que me hizo suspirar en busca de mas aire, pero no importó, esta clase de trato era algo que le daba sentido a mi vacía existencia. Deje escapar otro suspiro antes de que comenzara a besarme y a tocarme de una forma que solo me hizo perderme mas en las emociones que siento por él, en las desconocidas emociones que él me hace sentir. Supe que había escuchado el latir de mi corazón, solo lo supe. Porque no tengo ninguna prueba para señalar que él se había dado cuenta de las cosas que me estaba haciendo sentir. Sus manos pasando alrededor de mi cuerpo y la sensación caliente en esas zonas fueron suficiente para provocar un latir mucho más potente de mi corazón, el cual podría explotar por toda la energía que ha gastado con tan interesante palpitar. Yo ya había perdido ese juego en el momento en el que me entregue al pensamiento y caí de rodillas ante él, claro mentalmente porque mis manos estaban muy ocupadas enredándose en su cabello y mis piernas restregando mi miembro sobre su cintura.
Cubrí el sonrojo de mis mejillas y me quede en silencio durante demasiado rato, algo extraño en mi, porque no suelo estar quieto ni en silencio bajo ninguna circunstancia, no me gusta estar en silencio… Y no me gusta que me hagan sentir de esa forma. Me agite de nuevo, estaba demasiado nervioso y ya no quiero estar nervioso quiero que esta sensación incómoda se detenga… ¡Quiero que se detenga ahora! Pensé en algo que quizás podría ponerme menos nervioso aunque la ansiedad en mi cuerpo y el temblor serían difíciles de esconder. Estalle en una risa, que si bien al principio fue nerviosa solo tenía el interés de mostrar todo lo que no podía señalar con palabras. Hacerme olvidar esta batalla que he perdido y no fue solo una batalla, ha sido toda la guerra. Estaba ansioso por escapar, pero me dijo que no tengo que pagarle por besarme… Y luego no me dejo escapar, oh joder quiere torturarme. Todo el puto mundo quiere torturarme.
-Esperaba que pudieras dejarme escapar, pero no pensé que fuera tan fácil.- Confesé observándole y luego escuché sus preguntas y mis mejillas se incendiaron, nunca había pensado en la respuesta. ¿Por qué? Realmente no lo había pensado, ignore la pregunta sobre mi inclinación sexual, la cual de homosexual no tiene nada, yo soy un semental y si quiero me meto con hombres o con chicas, eso no es un impedimento para mi. Estaba demasiado concentrado pensando en mi respuesta, tan concentrado que no me di cuenta de que estaba por ser empujado nuevamente contra la pared, deje escapar un gemido cuando me mordió el cuello. Mis mejillas se enrojecieron al tiempo que sus manos atravesaban mi cuerpo. Cerré los ojos.- ..Uhmmg… –Un gemido escapo por mis labios y mis mejillas se mostraron aun más ruborizadas. Tenía mi cuerpo inmovilizado y no podía tocarle, mis piernas se estaban derritiendo debido al contacto… Deje escapar otro suspiro nervioso y permití queme besara, que me besara con esa intensidad que me estaba destrozando lentamente. Ahogué un gemido y sus dedos acariciaron mi torso… Oh joder… Me siento tan inquieto.
Cerré los ojos cuando su miembro se rozo contra el mío, joder. No sé quien esta mas excitado o quien ganaría una elección del miembro más erecto. Deje escapar un gemido o suspiro o un gespiro… De acuerdo, es una mala mezcla, eso suena mas sexual que otra cosa. Y no supe como responder a su comentario, estaba completamente destrozado. Su mano bajo el cierre de mi pantalón y volví a gemir. Moví mi mano y acaricie su espalda sobre la ropa, esa ultima acción había logrado despertar mi alma y eso provoco que comenzara a moverme para hacerle ver que también podía hacerle sentir lo que él me hacía sentir. Aunque mis mejillas estaban ardiendo mi mano consiguió sacarle la camisa o desgarrarla, no estoy seguro de cuanta fuerza utilice. No tenía su misma fuerza, así que empuje mi cuerpo contra el suyo. Abrí los ojos y le besé con más intensidad, llevando mi mano libre a pasear por sus cabellos y luego le aleje de mi, durante uno de los besos y murmure.
-Joder, nunca me consideré homo… Pero creo que es tu culpa si comienzo a pensar que lo soy… Estas putamente bueno.- Exclame, antes de volver a besarle. Eso, eso que estaba sintiendo, no lo había experimentado por NADIE. Y entonces, me di cuenta de que aquello era lo mejor que había pasado en mi vida.
Reí ante sus palabras. Ser mi honey o no serlo, es todo un dilema, pero es su culpa. Si no fuera tan lindo, tan sensual y tuviera cara de MI honey, entonces no tendría porque molestarlo. Estoy asustado de la intensidad de mis sentimientos. El simple hecho de intentar ignorarle me causa demasiado estrés emocional, porque es atrayente, tiene un aura que simplemente no puede evitarse, por más que lo intentes, la imagen vuelve una y otra vez. Deje escapar un suspiro y fruncí el ceño. Darme aires de grandeza mientras lucho con el latir acelerado de mi corazón es una ardua labor, no es algo que pueda calmar en un instante, es algo que me tomara más de un rato para normalizar y todo es tan complicado, especialmente cuando intento hablar de mi, aunque eso nunca es problema. Creo que todo es culpa de este chico… “Leone”.
-¿Te molesta que te llame honey, swettie? –Mencione con un tono demasiado dulce y le acaricie la cabeza con delicadeza.- Pobre niño maltratado que detesta los apodos extremadamente tiernos.. –Le mostré una ligera sonrisa y luego guarde distancia entre nuestros cuerpos, poniendo un límite a mi imaginación, la cual, sinceramente ya esta demasiado atrofiada. –Soy tan bueno que ni siquiera está en los límites de lo existente, honey. –Mencione moviendo la mano y restándole importancia al hecho de que soy genial, claro y que es raro seguir llamándole honey cuando ya me amenazó, sospecho que no va a golpearme porque le dije que deseo que me golpeé, este tipo de cosas siempre frena las acciones violentas del resto. –Puedes llamarme ‘cariño’, sabes que me gustaría mucho honey~ Después de todo, serás mi esposa <3~ –Mencione en broma, pero con un toque de seriedad, intentando crisparle los nervios a ese chico que recién conocía… ¿Acaso eso no sería perfecto? ¡Hacerle molestar a tal extremo! Oh, la idea solo logra excitarme más.
A la mierda, todo esto es tan raro. Llorar frente a un hombre que me hace sentir como una puta colegiala enamorada y encima hacerme sentir como que nada tiene sentido y luego, volverme completamente loco… No lo sé, perdí una o dos o tres tuercas… Joder, seguro fue el tonto del consejo estudiantil con el que trabajo… Creo que las lágrimas, que al principio eran para fundamentar mi acto, son porque estoy asustado de todas las cosas que estoy experimentando en este momento, son porque tengo demasiado miedo del latir de mi corazón, de querer estar cerca de él y de que él no quiere estar más cerca de mi. ¿Por qué mierdas no puedo dejar de llorar? Deje escapar un bufido de frustración, de tristeza, de miedo… Solo me apegué más a él. Mencionó mi nombre y me quede lo más cerca posible de él, pese a que sabía que le causaba repugnancia y que quizás, lo mejor era que me alejara y le dejara en paz, pero… Me siento tan frágil en este momento que hacer eso podría resultar malo para mi.
No me dio tiempo para continuar con mi sufrimiento, en realidad si, pero yo no le permití verme irracionalmente frágil durante tanto tiempo. Me empujo contra la pared en un abrazo demasiado fuerte, un abrazo que me hizo suspirar en busca de mas aire, pero no importó, esta clase de trato era algo que le daba sentido a mi vacía existencia. Deje escapar otro suspiro antes de que comenzara a besarme y a tocarme de una forma que solo me hizo perderme mas en las emociones que siento por él, en las desconocidas emociones que él me hace sentir. Supe que había escuchado el latir de mi corazón, solo lo supe. Porque no tengo ninguna prueba para señalar que él se había dado cuenta de las cosas que me estaba haciendo sentir. Sus manos pasando alrededor de mi cuerpo y la sensación caliente en esas zonas fueron suficiente para provocar un latir mucho más potente de mi corazón, el cual podría explotar por toda la energía que ha gastado con tan interesante palpitar. Yo ya había perdido ese juego en el momento en el que me entregue al pensamiento y caí de rodillas ante él, claro mentalmente porque mis manos estaban muy ocupadas enredándose en su cabello y mis piernas restregando mi miembro sobre su cintura.
Cubrí el sonrojo de mis mejillas y me quede en silencio durante demasiado rato, algo extraño en mi, porque no suelo estar quieto ni en silencio bajo ninguna circunstancia, no me gusta estar en silencio… Y no me gusta que me hagan sentir de esa forma. Me agite de nuevo, estaba demasiado nervioso y ya no quiero estar nervioso quiero que esta sensación incómoda se detenga… ¡Quiero que se detenga ahora! Pensé en algo que quizás podría ponerme menos nervioso aunque la ansiedad en mi cuerpo y el temblor serían difíciles de esconder. Estalle en una risa, que si bien al principio fue nerviosa solo tenía el interés de mostrar todo lo que no podía señalar con palabras. Hacerme olvidar esta batalla que he perdido y no fue solo una batalla, ha sido toda la guerra. Estaba ansioso por escapar, pero me dijo que no tengo que pagarle por besarme… Y luego no me dejo escapar, oh joder quiere torturarme. Todo el puto mundo quiere torturarme.
-Esperaba que pudieras dejarme escapar, pero no pensé que fuera tan fácil.- Confesé observándole y luego escuché sus preguntas y mis mejillas se incendiaron, nunca había pensado en la respuesta. ¿Por qué? Realmente no lo había pensado, ignore la pregunta sobre mi inclinación sexual, la cual de homosexual no tiene nada, yo soy un semental y si quiero me meto con hombres o con chicas, eso no es un impedimento para mi. Estaba demasiado concentrado pensando en mi respuesta, tan concentrado que no me di cuenta de que estaba por ser empujado nuevamente contra la pared, deje escapar un gemido cuando me mordió el cuello. Mis mejillas se enrojecieron al tiempo que sus manos atravesaban mi cuerpo. Cerré los ojos.- ..Uhmmg… –Un gemido escapo por mis labios y mis mejillas se mostraron aun más ruborizadas. Tenía mi cuerpo inmovilizado y no podía tocarle, mis piernas se estaban derritiendo debido al contacto… Deje escapar otro suspiro nervioso y permití queme besara, que me besara con esa intensidad que me estaba destrozando lentamente. Ahogué un gemido y sus dedos acariciaron mi torso… Oh joder… Me siento tan inquieto.
Cerré los ojos cuando su miembro se rozo contra el mío, joder. No sé quien esta mas excitado o quien ganaría una elección del miembro más erecto. Deje escapar un gemido o suspiro o un gespiro… De acuerdo, es una mala mezcla, eso suena mas sexual que otra cosa. Y no supe como responder a su comentario, estaba completamente destrozado. Su mano bajo el cierre de mi pantalón y volví a gemir. Moví mi mano y acaricie su espalda sobre la ropa, esa ultima acción había logrado despertar mi alma y eso provoco que comenzara a moverme para hacerle ver que también podía hacerle sentir lo que él me hacía sentir. Aunque mis mejillas estaban ardiendo mi mano consiguió sacarle la camisa o desgarrarla, no estoy seguro de cuanta fuerza utilice. No tenía su misma fuerza, así que empuje mi cuerpo contra el suyo. Abrí los ojos y le besé con más intensidad, llevando mi mano libre a pasear por sus cabellos y luego le aleje de mi, durante uno de los besos y murmure.
-Joder, nunca me consideré homo… Pero creo que es tu culpa si comienzo a pensar que lo soy… Estas putamente bueno.- Exclame, antes de volver a besarle. Eso, eso que estaba sintiendo, no lo había experimentado por NADIE. Y entonces, me di cuenta de que aquello era lo mejor que había pasado en mi vida.
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Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Estar frente al otro era extraño, era atraído inevitablemente al moreno y eso le hacía hervir en ira ya que Leone no era bueno conteniendo sus impulsos, menos los que tenían vínculos con su líbido. Las cosas que le decía y la maldita forma en que se lo mencionaba ¿tantas ganas tenía de que Leone le atacara?, definitivamente era un hombre muy extraño. El rubio, no aminoró la fuerza con la que le sostenía en ningún momento, de seguir así podría romperle un brazo ¿dejaría de decir tanta cursilería si le rompía brazos o piernas?, sería entretenido llegar a eso.
— Putos como tu deberían tener algo de humildad ¿no te parece? — vociferó en burla, sonriendo incluso ante las tonterías que aquel se atrevió a comentar. Era insólito que se creyera la gran cosa ¿qué tenia él de especial?, tenía ojos rojos y un cabello muy oscuro, eso detestablemente le hacía su tipo. No era justo. Escucha de repente algo sobre matrimonio — Espera...¿Qué? — ¿es que acaso aquel decía cualquier estupidez que se le viniera a la mente? — ¿Cómo que esposa? ¿tengo cara de mujer o que mierda te crees que soy? — le empujó y mantuvo su mano contra el esternón del moreno. — Deja de decir tanta basura...— murmuró en un inútil intento por regresar a su calma normal. Tenía tantas ganas de golpearle y romperle todos y cada uno de sus dientes, de hincharle ese rostro, de hacerle sangrar y reír tras la golpiza. Oh, eso si que le calmaría.
El mayor problema de Leone es que sus pensamientos y deseos no coordinaban en nada, deseaba el cuerpo ajeno, pero también quería hacerle sufrir y borrar ese lindo rostro suyo. Le asaltó nuevamente la sorpresa al escuchar su risa ¿por qué mierda se estaba riendo? ¿era una burla? — ... — no supo que responder a ello, ni siquiera que preguntar. Alzó el rostro y le vió mostrándose anonadado por ello, Leone era fácil de leer. Quizás demasiado.Su expresión se modificó rápidamente cuando aquel se vió tan vulnerable -en parte porque el rubio le había inmovilizado- con tal rubor. No detuvo sus acciones y solo incrementó las ganas con que le tocaba.
— Pareces perra en celo, Klein — sonrió al notar cómo le calentaba sin hacer demasiado, rozo su boca a la contraria y le mordió el labio superior, ladeó su rostro acoplándose al de aquel. Lamió sus labios y luego le besó con fogosidad, aquella que todo amante le daría a su pareja. Leone no dejaría de ser intenso, aún si esta podía ser su primera y última vez con Klein. Sus manos se encargaron de averiguar las formas del moreno una vez tuvo el acceso necesario, bajó el pantalón del otro y expuso su hombría. Necesitaba espacio y no por estar en un tejado se contendría, total, ¿Quien les miraría?.
Sintió el toque ajeno en su espalda, al parecer no sería un acto obligado, eso si es que el otro no busca mentirle o hacer algo estúpido. Podría esperar cualquier cosa de aquel curioso ser, pero mientras alguien normal pensaría que ocultaban sus acciones, el demonio se encargó de disfrutar el toque y más cuando le quitó su camisa a la que se le salieron algunos botones por el jalón que recibió. Eso no le importó en lo absoluto. — Tsk... ya pensaba yo que sería como follar con un enfermo paralizado — mintió, pero no importaba lo que el otro pensara de Leone. ¿Tendría una buena impresión tras todo este actuar?. Se terminó por desabotonar la prenda con solo una mano, dejando de acariciar el cuerpo de Klein, mas no demoró mucho en regresar su mano a la cintura y pasar luego de la cadera a su entrepierna. Tomó el glande entre sus dedos y le masajeo deseoso, le movió en un vaivén, pero Leone no era especialmente aplicado en cuando a tacto se refiere. Correspondió al beso recibido, no lo esperó, nada de lo que aquel hacía era esperado por el italiano.
— Entonces...— suelta el brazo prisionero y lleva su mano a las oscuras hebras del otro, agarrándole con fuerza y forzando su cabeza a seguir el movimiento de su mano. — Hoy te haré gay. — sentenció confiado de sus palabras y se dirigió nuevamente a su cuello, sin soltar su cabello y sin pausar la masturbación iniciada en el miembro ajeno por momentos, pero en cierto punto tuvo que detenerse. Llevó la mano hacia su propio pantalón y liberó el pene erecto, bajó lo necesario el bóxer y juntó ambos sexos entre sus dedos. Lamió por sobre la yugular y mordió la mandíbula, se acercó al oído de Klein y en un seductor susurro, pregunta — ¿Quieres que te folle ya? — al decirlo aprisionó su miembro, parando el roce de su ya húmeda mano contra aquella tensa zona. Fuera cual fuera su respuesta, no importó mucho, porque Leone volvió a abusar de su fuerza y le volteó sin alejarle mucho de la pared tras el. No les quedaba de otra al estar en un sitio como este. Al tenerle de espaldas, le baja más el pantalón para exhibir sus glúteos. La prenda quedó en el suelo, atorada entre las piernas del muchacho.
Puso ambas manos en las caderas del moreno y presionó su entrepierna en el trasero frente a él, su miembro buscó rozarse contra la piel. Tomó la base de su pene y le dirigió lentamente en descenso por su ano, subió y bajó unas cuantas veces, para posicionarse en la entrada ajena. — ¿Cuántos cigarrillos me deberás? — susurró cercano al cuello del otro, su pecho presionó la espalda de Klein mientras que su glande comenzó a hacer ingreso al cuerpo contrario. — Ábrete bien... — demandó y movió su pelvis hacia delante, bajó sus manos desde la cadera hasta los muslos, por la parte interior y buscó nuevamente el sexo que había acariciado hasta hace poco.
— Putos como tu deberían tener algo de humildad ¿no te parece? — vociferó en burla, sonriendo incluso ante las tonterías que aquel se atrevió a comentar. Era insólito que se creyera la gran cosa ¿qué tenia él de especial?, tenía ojos rojos y un cabello muy oscuro, eso detestablemente le hacía su tipo. No era justo. Escucha de repente algo sobre matrimonio — Espera...¿Qué? — ¿es que acaso aquel decía cualquier estupidez que se le viniera a la mente? — ¿Cómo que esposa? ¿tengo cara de mujer o que mierda te crees que soy? — le empujó y mantuvo su mano contra el esternón del moreno. — Deja de decir tanta basura...— murmuró en un inútil intento por regresar a su calma normal. Tenía tantas ganas de golpearle y romperle todos y cada uno de sus dientes, de hincharle ese rostro, de hacerle sangrar y reír tras la golpiza. Oh, eso si que le calmaría.
El mayor problema de Leone es que sus pensamientos y deseos no coordinaban en nada, deseaba el cuerpo ajeno, pero también quería hacerle sufrir y borrar ese lindo rostro suyo. Le asaltó nuevamente la sorpresa al escuchar su risa ¿por qué mierda se estaba riendo? ¿era una burla? — ... — no supo que responder a ello, ni siquiera que preguntar. Alzó el rostro y le vió mostrándose anonadado por ello, Leone era fácil de leer. Quizás demasiado.Su expresión se modificó rápidamente cuando aquel se vió tan vulnerable -en parte porque el rubio le había inmovilizado- con tal rubor. No detuvo sus acciones y solo incrementó las ganas con que le tocaba.
— Pareces perra en celo, Klein — sonrió al notar cómo le calentaba sin hacer demasiado, rozo su boca a la contraria y le mordió el labio superior, ladeó su rostro acoplándose al de aquel. Lamió sus labios y luego le besó con fogosidad, aquella que todo amante le daría a su pareja. Leone no dejaría de ser intenso, aún si esta podía ser su primera y última vez con Klein. Sus manos se encargaron de averiguar las formas del moreno una vez tuvo el acceso necesario, bajó el pantalón del otro y expuso su hombría. Necesitaba espacio y no por estar en un tejado se contendría, total, ¿Quien les miraría?.
Sintió el toque ajeno en su espalda, al parecer no sería un acto obligado, eso si es que el otro no busca mentirle o hacer algo estúpido. Podría esperar cualquier cosa de aquel curioso ser, pero mientras alguien normal pensaría que ocultaban sus acciones, el demonio se encargó de disfrutar el toque y más cuando le quitó su camisa a la que se le salieron algunos botones por el jalón que recibió. Eso no le importó en lo absoluto. — Tsk... ya pensaba yo que sería como follar con un enfermo paralizado — mintió, pero no importaba lo que el otro pensara de Leone. ¿Tendría una buena impresión tras todo este actuar?. Se terminó por desabotonar la prenda con solo una mano, dejando de acariciar el cuerpo de Klein, mas no demoró mucho en regresar su mano a la cintura y pasar luego de la cadera a su entrepierna. Tomó el glande entre sus dedos y le masajeo deseoso, le movió en un vaivén, pero Leone no era especialmente aplicado en cuando a tacto se refiere. Correspondió al beso recibido, no lo esperó, nada de lo que aquel hacía era esperado por el italiano.
— Entonces...— suelta el brazo prisionero y lleva su mano a las oscuras hebras del otro, agarrándole con fuerza y forzando su cabeza a seguir el movimiento de su mano. — Hoy te haré gay. — sentenció confiado de sus palabras y se dirigió nuevamente a su cuello, sin soltar su cabello y sin pausar la masturbación iniciada en el miembro ajeno por momentos, pero en cierto punto tuvo que detenerse. Llevó la mano hacia su propio pantalón y liberó el pene erecto, bajó lo necesario el bóxer y juntó ambos sexos entre sus dedos. Lamió por sobre la yugular y mordió la mandíbula, se acercó al oído de Klein y en un seductor susurro, pregunta — ¿Quieres que te folle ya? — al decirlo aprisionó su miembro, parando el roce de su ya húmeda mano contra aquella tensa zona. Fuera cual fuera su respuesta, no importó mucho, porque Leone volvió a abusar de su fuerza y le volteó sin alejarle mucho de la pared tras el. No les quedaba de otra al estar en un sitio como este. Al tenerle de espaldas, le baja más el pantalón para exhibir sus glúteos. La prenda quedó en el suelo, atorada entre las piernas del muchacho.
Puso ambas manos en las caderas del moreno y presionó su entrepierna en el trasero frente a él, su miembro buscó rozarse contra la piel. Tomó la base de su pene y le dirigió lentamente en descenso por su ano, subió y bajó unas cuantas veces, para posicionarse en la entrada ajena. — ¿Cuántos cigarrillos me deberás? — susurró cercano al cuello del otro, su pecho presionó la espalda de Klein mientras que su glande comenzó a hacer ingreso al cuerpo contrario. — Ábrete bien... — demandó y movió su pelvis hacia delante, bajó sus manos desde la cadera hasta los muslos, por la parte interior y buscó nuevamente el sexo que había acariciado hasta hace poco.
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Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Si alguien me hubiera comentado la atracción incomprensible que sentiría por un chico fumando en el tejado, lo más probable es que no hubiera subido. Porque detesto sentirme atrapado por las garras del amor y el romance. Realmente lo detesto. Pero, de alguna forma es un sentimiento arrollador el que siento ahora que lo tengo tan cerca y creo que mientras no empiece a suspirar como loca, entonces no tendré ningún problema. Creo, mientras mantenga mi orgullo intacto... Aunque es muy difícil hacerlo cuando hay alguien tan sensual frente a ti que al parecer no tiene problemas con el contacto homosexual y es que eso es jodidamente perfecto... Puede ser un follón de una noche y ya no tendré que preocuparme por nada. Pero, no quiero que sea solo eso... Es extraño porque quiero estar con el siempre y despertar y darme cuenta de que sigue a mi lado, todos los días. Es raro. Es muy raro.
—Honey, por favor... Tranquilizate. Ya lo habíamos hablado antes.— Mostré todos los dientes en una sonrisa y luego solté una tímida carcajada. Tengo que calmarme, ya no tengo ni idea del porque de mis reacciones.— A ver... Si quieres yo puedo ser la esposa, pero...— Miré hacia abajo, pensando en una respuesta que seguramente jodería al pobre chico.— Pienso que tu te verías mucho mejor con un vestido... Tu tono de piel es tan excitante.— Le acaricié la piel del cuello y deje escapar un gemido de sorpresa.— Oh, joder... Me encanta.— Quise darle un beso, pero decidí esperar a ver como se desarrollaba la situación.
No me gusta verme vulnerable, que las personas sepan que hacer para hacerme sentir incómodo y excitado. Claro que nunca me había pasado, hasta ahora. Pero siempre hay una primera vez para que tus peores miedos se hagan realidad, por eso no pierdo la esperanza o el temor de que en algún momento un hombre lobo me persiga alrededor de una mesa de cocina mientras llevo calcetines, los cuales ya no uso, y el suelo este encerado y al final el hombre lobo me muerda el trasero y mi trasero esta reservado para otro tipo de mordidas. Intente no moverme de nuevo o mostrar alguna emoción mientras me tenía contra la pared, estaba demasiado nervioso en ese momento. Fruncí el ceño, joder, es que este sujeto nunca ha sido casi violado con alguien que tenga el mismo cuerpo que él, es un cuerazo. ¿Para qué negarlo? Tiene razón. Pero creo que es porque no he tenido sexo en siglos y el hecho de que este pa'comerselo no mejora mi situación mental... Solo tengo ganas de desgarrarlo y que me haga suyo una y otra vez.
Arqueé la espalda y un hilo de saliva corrió por mi barbilla en el momento en que él me bajo los pantalones y... Bueno es que es tan brusco que me encanta como me hace sentir. Es jodidamente perfecto y me roba el aliento que estoy intentando mantener dentro de mis pulmones. Me tragué los gemidos, estaba demasiado... Oh joder, pese a que él es tan brusco esto se siente tan bien... Es como estar en el cielo, solo que claro yo no puedo estar en el cielo. Respiré entrecortadamente, con nerviosismo. Sacudí la cabeza, queriendo deshacerme de la sensación invasiva pero solamente pude aferrarme a su espalda y enterrarle las uñas en la piel provocando que hilos de sangre recorrieran su cuerpo.
—Oh mierda...— Yo había abierto la boca para decir algo más inteligente, pero solo me salió un ahogado "oh mierda". Enserio... Esto es como estar arruinando mi imagen... Es solo que... Oh mierda.—Solo cállat... Ahmmgn...— Iba a cerrarle la boca sobre los putos cigarrillos y el hijo de.. Se atrevió a metermela como si nada. Oh, cabrón. Me encanta.—¿Crees que puedas ser más brusco, honey~?— Mencioné a tono de broma y comencé a mover mis caderas de la misma forma, dando pequeñas embestidas al acercar y alejar mi cuerpo de su magnífico miembro...— Sé que solo es algo de una vez y porque quieres cigarros... Pero~ Si quieres repetirlo, sabes donde estoy.— Mencioné, aunque no supe que más decir, salvo dejar salir pequeños suspiros y gemidos ahogados y seguir con el movimiento de mi cadera y es que se siente tan estrecho... Me encanta.
—Honey, por favor... Tranquilizate. Ya lo habíamos hablado antes.— Mostré todos los dientes en una sonrisa y luego solté una tímida carcajada. Tengo que calmarme, ya no tengo ni idea del porque de mis reacciones.— A ver... Si quieres yo puedo ser la esposa, pero...— Miré hacia abajo, pensando en una respuesta que seguramente jodería al pobre chico.— Pienso que tu te verías mucho mejor con un vestido... Tu tono de piel es tan excitante.— Le acaricié la piel del cuello y deje escapar un gemido de sorpresa.— Oh, joder... Me encanta.— Quise darle un beso, pero decidí esperar a ver como se desarrollaba la situación.
No me gusta verme vulnerable, que las personas sepan que hacer para hacerme sentir incómodo y excitado. Claro que nunca me había pasado, hasta ahora. Pero siempre hay una primera vez para que tus peores miedos se hagan realidad, por eso no pierdo la esperanza o el temor de que en algún momento un hombre lobo me persiga alrededor de una mesa de cocina mientras llevo calcetines, los cuales ya no uso, y el suelo este encerado y al final el hombre lobo me muerda el trasero y mi trasero esta reservado para otro tipo de mordidas. Intente no moverme de nuevo o mostrar alguna emoción mientras me tenía contra la pared, estaba demasiado nervioso en ese momento. Fruncí el ceño, joder, es que este sujeto nunca ha sido casi violado con alguien que tenga el mismo cuerpo que él, es un cuerazo. ¿Para qué negarlo? Tiene razón. Pero creo que es porque no he tenido sexo en siglos y el hecho de que este pa'comerselo no mejora mi situación mental... Solo tengo ganas de desgarrarlo y que me haga suyo una y otra vez.
Arqueé la espalda y un hilo de saliva corrió por mi barbilla en el momento en que él me bajo los pantalones y... Bueno es que es tan brusco que me encanta como me hace sentir. Es jodidamente perfecto y me roba el aliento que estoy intentando mantener dentro de mis pulmones. Me tragué los gemidos, estaba demasiado... Oh joder, pese a que él es tan brusco esto se siente tan bien... Es como estar en el cielo, solo que claro yo no puedo estar en el cielo. Respiré entrecortadamente, con nerviosismo. Sacudí la cabeza, queriendo deshacerme de la sensación invasiva pero solamente pude aferrarme a su espalda y enterrarle las uñas en la piel provocando que hilos de sangre recorrieran su cuerpo.
—Oh mierda...— Yo había abierto la boca para decir algo más inteligente, pero solo me salió un ahogado "oh mierda". Enserio... Esto es como estar arruinando mi imagen... Es solo que... Oh mierda.—Solo cállat... Ahmmgn...— Iba a cerrarle la boca sobre los putos cigarrillos y el hijo de.. Se atrevió a metermela como si nada. Oh, cabrón. Me encanta.—¿Crees que puedas ser más brusco, honey~?— Mencioné a tono de broma y comencé a mover mis caderas de la misma forma, dando pequeñas embestidas al acercar y alejar mi cuerpo de su magnífico miembro...— Sé que solo es algo de una vez y porque quieres cigarros... Pero~ Si quieres repetirlo, sabes donde estoy.— Mencioné, aunque no supe que más decir, salvo dejar salir pequeños suspiros y gemidos ahogados y seguir con el movimiento de mi cadera y es que se siente tan estrecho... Me encanta.
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Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
La forma en que el otro le trataba era detestable, odiaba ser víctima de bromas tan ridículas, pero era tan incauto que caía en las tonterías que el otro le decía. Se imaginó a si mismo usando un vestido ¿no sería eso un espanto?, si él viera una mujer como esa seguramente vomitaría, desde lo masculino del torso a lo gruesas de las piernas, simplemente nada en su cuerpo podía ser semejante al de una mujer o siquiera femenino. El malestar que sentía era demasiado como para contenerse, sin dudas haría que aquel sujeto no olvidara que se metió con Leone D’Agostinni. — ¡Esas son tonterías! Primero me rapo o me tinturo el cabello antes de usar un puto vestido, ¡Es impresionante la ridiculez que pasa por tu jodida cabeza! ¿Estás bien del cerebro? — con notorio enfado en su mirar y más aún en el tono de voz empleado. — ¡agradécele a tu masoquismo, maldito! — comentó como si al evitar golpearle le hiciese un mal, en eso era el otro quien había conseguido guiar las acciones del rubio.
— ¿ahora no dirás nada? Hacía poco no parabas de soltar estupideces… — el no estar pensando demasiado sobre las cosas que aquel pronunciaba hizo que pudiera mirar mejor el rostro ajeno, si dejaba de sonreír o verse contento con la forma en que provocaba al rubio, era cien por ciento su tipo. Eso le molestaba aún más que las cosas que soltaba sin filtro alguno. Movió una de sus manos y golpeó la pared, agrietó la superficie donde colisionó su mano, pero eso no detuvo su gentil tacto hacia Klein. Como estuvo ocupado en sus cosas no advirtió como aquel dejaba ya marcas en su cuerpo, sintió un ardor en su espalda baja que causó que su boca se frunciera al igual que su ceño. Su mano soltó el pene del moreno breves segundos, pero esa pequeña pausa no hizo más que incrementar la violencia con que le tocaba, no le dejaría ir hasta estar totalmente satisfecho. Masculló entre dientes algunas groserías que seguro no comprendería el otro, las dijo en italiano al ser una reacción rápida.
Al tenerle con el pecho contra la pared, Leone tuvo mayor libertad para hacer cuanto quisiera, hundió su sexo en el esfínter contrario, la calidez y lo apretado del mismo le gustaron bastante. — Además de puta resulta que eres exigente, eres una caja de sorpresas ¿eh, Klein? — sonrió ladino, la situación por muy odiosa que fuese y aunque lo negase, le entretenía y le excitaba con cada segundo que pasaba. Al sentir como aquel le movía el culo, le tomó con firmeza de la cintura y luego las caderas, pero no siguió el ritmo que Klein deseaba, no le complacería con tanta facilidad. — Soy yo el que te está follando, lo haré como me venga en gana ¿Queda claro? — mencionó sin perder el aliento pese a lo excitado que se encontraba, pero al acabar la oración suelta un jadeo bajo, el ano del moreno le succionaba con hambre y pese a que deseaba contener su vaivén, no evitó embestir como aquel demandaba. No demoró en humedecer la zona de fricción, Leone estaba muy caliente y se notaba tanto en como respiraba y la forma en que se movía contra aquel.
No respondió a lo de su vicio preciado, lo vio innecesario sumado a que no sabía cómo responderle. Le era algo extraño acabar fornicando con un sujeto cualquiera sobre la azotea de su colegio, seguramente acabará expulsado si es que le encontraba algún vigilante o un profesor. Su mente no estaba tranquila como para pensar en una próxima vez o en el tabaco, se llenaba del calor y aroma que aquel emanaba e impregnaba en el italiano. — Klein…— jadeó su nombre sin vergüenza, relajó los movimientos en su pelvis para crear cierta expectación durante el acto — A-ábrete más, para mí — respiró algo entrecortado y movió la diestra hasta tomar con firmeza el miembro ajeno — o no dejaré que te corras — le amenazó aprovechando la cercanía. Atacó su cuello mordiendo ya con mayor fuerza en venganza a los rasguños previos, ambos sabían que esa mordida duraría más debido a lo bruta que fue. No contento con eso, sube por su cuello dando pequeñas mordidas y lamiendo antes de hacer cada una.
Había olvidado ya las ansias de fumar, el sexo era mejor en muchos aspectos al compararlo con el cigarrillo, pero algo tenía aquel ser que le intoxicaba como si se tratase de uno y Leone ignoraba que este sería el vicio más peligroso que podría adquirir en su vida.
— ¿ahora no dirás nada? Hacía poco no parabas de soltar estupideces… — el no estar pensando demasiado sobre las cosas que aquel pronunciaba hizo que pudiera mirar mejor el rostro ajeno, si dejaba de sonreír o verse contento con la forma en que provocaba al rubio, era cien por ciento su tipo. Eso le molestaba aún más que las cosas que soltaba sin filtro alguno. Movió una de sus manos y golpeó la pared, agrietó la superficie donde colisionó su mano, pero eso no detuvo su gentil tacto hacia Klein. Como estuvo ocupado en sus cosas no advirtió como aquel dejaba ya marcas en su cuerpo, sintió un ardor en su espalda baja que causó que su boca se frunciera al igual que su ceño. Su mano soltó el pene del moreno breves segundos, pero esa pequeña pausa no hizo más que incrementar la violencia con que le tocaba, no le dejaría ir hasta estar totalmente satisfecho. Masculló entre dientes algunas groserías que seguro no comprendería el otro, las dijo en italiano al ser una reacción rápida.
Al tenerle con el pecho contra la pared, Leone tuvo mayor libertad para hacer cuanto quisiera, hundió su sexo en el esfínter contrario, la calidez y lo apretado del mismo le gustaron bastante. — Además de puta resulta que eres exigente, eres una caja de sorpresas ¿eh, Klein? — sonrió ladino, la situación por muy odiosa que fuese y aunque lo negase, le entretenía y le excitaba con cada segundo que pasaba. Al sentir como aquel le movía el culo, le tomó con firmeza de la cintura y luego las caderas, pero no siguió el ritmo que Klein deseaba, no le complacería con tanta facilidad. — Soy yo el que te está follando, lo haré como me venga en gana ¿Queda claro? — mencionó sin perder el aliento pese a lo excitado que se encontraba, pero al acabar la oración suelta un jadeo bajo, el ano del moreno le succionaba con hambre y pese a que deseaba contener su vaivén, no evitó embestir como aquel demandaba. No demoró en humedecer la zona de fricción, Leone estaba muy caliente y se notaba tanto en como respiraba y la forma en que se movía contra aquel.
No respondió a lo de su vicio preciado, lo vio innecesario sumado a que no sabía cómo responderle. Le era algo extraño acabar fornicando con un sujeto cualquiera sobre la azotea de su colegio, seguramente acabará expulsado si es que le encontraba algún vigilante o un profesor. Su mente no estaba tranquila como para pensar en una próxima vez o en el tabaco, se llenaba del calor y aroma que aquel emanaba e impregnaba en el italiano. — Klein…— jadeó su nombre sin vergüenza, relajó los movimientos en su pelvis para crear cierta expectación durante el acto — A-ábrete más, para mí — respiró algo entrecortado y movió la diestra hasta tomar con firmeza el miembro ajeno — o no dejaré que te corras — le amenazó aprovechando la cercanía. Atacó su cuello mordiendo ya con mayor fuerza en venganza a los rasguños previos, ambos sabían que esa mordida duraría más debido a lo bruta que fue. No contento con eso, sube por su cuello dando pequeñas mordidas y lamiendo antes de hacer cada una.
Había olvidado ya las ansias de fumar, el sexo era mejor en muchos aspectos al compararlo con el cigarrillo, pero algo tenía aquel ser que le intoxicaba como si se tratase de uno y Leone ignoraba que este sería el vicio más peligroso que podría adquirir en su vida.
- Off rol:
- Había puesto "taco" en vez de "tacto", sonaba tan ridículo xDDD , haré que Leo le embarre un taco (?), lo haré ya verás que si.
PD: De aquí en más tratemos de ir más rápido para no extendernos mucho y no demorar tanto en terminar ewe. Así que te prohíbo poner más de lo que yo puse(?) okno, yo trataré de no escribir mucho pa' que no se extienda innecesariamente :v
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Sonreí, el hecho de que jurará y super jurará que jamás va a usar un vestido… Ese tipo de cosas me hacia sentir algo realmente único. Tentarle la paciencia hasta el punto de enloquecerlo, todo tan putamente divertido. Me juraba que nunca iba a caer en algo tan bajo y encima me decía que mi cerebro estaba mal. Y para mi fortuna no me iba a golpear porque soy un “masoquista”, aunque cualquier especie de tacto con el cuerpo de my honey, sería suficiente para mi. Solamente eso quiero, solamente quiero estar más cerca de él. Y eso me hace sentir mal. No quería decir nada, ya me sentía suficientemente mal sin que él me dijera nada, entonces yo tampoco quería hablar, porque me iba a sentir cada vez peor, y más mal. No quiero convivir con eso. Sentí el golpe en la pared junto a mi oído. Pero continuaba siendo dulce conmigo, eso me tenía un poco confundido, porque no sabía a que iba ese cariño que tenía hacia mi. Estaba confundido y no entendía porque. Dejé escapar un aullido de dolor. Me dolía, él era demasiado violento. Demasiado violento como para que eso me excitará. Solamente dolía, demonios si que dolía.
Gemí en respuesta. Es cierto que me gustaba el dolor, hasta cierto punto. Pero ahora solamente me sentía utilizado. Y a pesar de saber eso, no puedo evitar que mi corazón lata con una velocidad impresionante y eso llega a molestarme, porque no existe ningún motivo para que me sienta como una chicuela enamorada. Estoy tan confundido con todo lo que esta sucediendo ahora y el dolor no me deja pensar ni un poco. De hecho, nada me deja pensar. No podía controlar los movimientos de mi cuerpo y no podía mis pensamientos tampoco. Esto esta mal, esta muy mal. Me siento usado y adolorido, no sé que hacer para detener el flujo del dolor, solo quiero que todo se termine. Cerré los ojos, era demasiado doloroso, una tortura y ese puto no quería frenar el dolor que sentía en ese momento. Carajo, al carajo con todo, porque tampoco podía dejar de gemir, estoy molesto. Estoy molesto y me siento estúpidamente genial, como si mi cuerpo deseará más y más. Carajo. Carajo.
—No es como que pueda abrirme más, puto. ¿Qué carajo piensas que soy?— Quiere romperme. Y estoy seguro de que es eso, es imposible. Digo, abrirse más. Es físicamente imposible. Cerré los ojos, estaba realmente frustrado. Después de todo el sexo entre hombres es algo que no tiene sentido porque el conducto que está usando no es para este tipo de cosas. No sé de que forma explicarle que no funciona para eso. —C-carajo… ¿Tenías que morderme? Bruto.— Esa palabra lo definía, él es un puto bruto. Lo detesto, lo detesto, realmente lo detesto. Pero me gusta la forma en la que me hace sentir, carajo yo soy el que esta mal de la cabeza. No pude encajar mis uñas en él, no de nuevo. Me paralicé del dolor y mis manos quedaron sueltas en su espalda.—Eso va a dejar una puta marca, Leone. Si… S-si… Ella…— Mi voz perdió su sonido y presioné mis caderas contra él. Estaba extasiado y quería cada vez más. Pero, también, estaba sufriendo demasiado.—Argh…— No se como carajo le hice, pero el pene de Leone terminó entrando.
Invitado- Invitado
Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Movió sus caderas con mayor velocidad y fuerza, él estaba consciente de que estaba abusando del aguante en el cuerpo ajeno, pero la sensación que le otorgaba era exquisita e ignoró de momento el bienestar del moreno. Las ansias de un placer mayor eran más que la precaución por la seguridad del otro. La angostura en su ano se sentía cada vez menos, la intromisión en su cuerpo y el vaivén violento hacia Klein le dilataba cada vez más; eso no evitaba que la molestia en su miembro persistiera, ya que a Leone también le dolía -menos, pero le dolía- y no le importaba en lo absoluto.
Quiso reír cuando aquel le insultó e insistió en que no se podría abrir más, pero el rubio tuvo que aguantarse esa risa debido a que el placer que sentía con cada estocada le llenaba, por un momento detuvo su movimiento y masturbó al moreno con una suavidad poco común en él. Pensó que si tal vez no actuaba como un violador, ambos podrían disfrutar un poco más antes de llegar al clímax. — Eres...ruidoso — se quejó mientras acariciaba su sexo — Es un regalo, así no me olvidarás... Amore...— dijo en burla mientas su sonrisa denotaba lo bien que la pasaba. Ciertamente para Leone esto no era más que algo casual y creía que era igual para el otro, después de todo no era como con las mujeres y su sentimentalismo automático.
Al sentir como aquel se movía, Leone le toma de las caderas y le lleva hacia atrás para darle un poco de espacio entre su cuerpo y la pared, alzó una de sus manos y le acarició la espalda e hizo presión — Yo que tu... me agacho un poco... — fue un consejo a medias, ya que tampoco le avisó el porque. Escuchó "ella" y le embistió con fuerza, "¿Tiene novia y se deja tirar?... seguro es un gay del clóset..." pensó mientras el choque entre su pelvis y los glúteos del otro era más rápido y sonoro, los dedos del demonio apretaban su cintura y le forzaban a seguir el ritmo que él quería, siendo este rápido.
De seguir así acabaría pronto, lo sabía muy bien y le daba igual, se sentía muy bien estar dentro de Klein ya que era caliente y estrecho, además que la forma en que le apretaba y el sonido de su voz al gemir le excitaban bastante. En ningún momento él pensó que esta podría ser la primera vez del otro, él nunca cuestionaba aquello cuando se le insinuaban de tan descarada manera y la sensación que tenía con él tampoco le daba a entender lo contrario. Rodeó la cintura del otro con el brazo izquierdo y le juntó aún más a su cuerpo mientras le penetraba con mayor profundidad, llegando ya a su límite y bruscamente le volvió a morder, solo que esa vez lo hizo en el lado contrario y un poco más cerca del hombro. Fue fuerte y agresivo mientras que sus caderas se movían más, hasta que en cierto momento dieron una última embestida y fue cuando Leone eyaculó en su interior.
Su voz fue ahogada con la piel de Klein, ya que la mordida fue duradera y solo cuando su ritmo bajó se separó de la maltratada zona y se sorprendió que no sangrara -aún- le observó desde esa postura mientras respiraba agitado, sin separarse demasiado del otro y sin decirle más nada. La mano que le sostenía del vientre le soltó y descendió lentamente hacia su entrepierna buscando su pene.
Quiso reír cuando aquel le insultó e insistió en que no se podría abrir más, pero el rubio tuvo que aguantarse esa risa debido a que el placer que sentía con cada estocada le llenaba, por un momento detuvo su movimiento y masturbó al moreno con una suavidad poco común en él. Pensó que si tal vez no actuaba como un violador, ambos podrían disfrutar un poco más antes de llegar al clímax. — Eres...ruidoso — se quejó mientras acariciaba su sexo — Es un regalo, así no me olvidarás... Amore...— dijo en burla mientas su sonrisa denotaba lo bien que la pasaba. Ciertamente para Leone esto no era más que algo casual y creía que era igual para el otro, después de todo no era como con las mujeres y su sentimentalismo automático.
Al sentir como aquel se movía, Leone le toma de las caderas y le lleva hacia atrás para darle un poco de espacio entre su cuerpo y la pared, alzó una de sus manos y le acarició la espalda e hizo presión — Yo que tu... me agacho un poco... — fue un consejo a medias, ya que tampoco le avisó el porque. Escuchó "ella" y le embistió con fuerza, "¿Tiene novia y se deja tirar?... seguro es un gay del clóset..." pensó mientras el choque entre su pelvis y los glúteos del otro era más rápido y sonoro, los dedos del demonio apretaban su cintura y le forzaban a seguir el ritmo que él quería, siendo este rápido.
De seguir así acabaría pronto, lo sabía muy bien y le daba igual, se sentía muy bien estar dentro de Klein ya que era caliente y estrecho, además que la forma en que le apretaba y el sonido de su voz al gemir le excitaban bastante. En ningún momento él pensó que esta podría ser la primera vez del otro, él nunca cuestionaba aquello cuando se le insinuaban de tan descarada manera y la sensación que tenía con él tampoco le daba a entender lo contrario. Rodeó la cintura del otro con el brazo izquierdo y le juntó aún más a su cuerpo mientras le penetraba con mayor profundidad, llegando ya a su límite y bruscamente le volvió a morder, solo que esa vez lo hizo en el lado contrario y un poco más cerca del hombro. Fue fuerte y agresivo mientras que sus caderas se movían más, hasta que en cierto momento dieron una última embestida y fue cuando Leone eyaculó en su interior.
Su voz fue ahogada con la piel de Klein, ya que la mordida fue duradera y solo cuando su ritmo bajó se separó de la maltratada zona y se sorprendió que no sangrara -aún- le observó desde esa postura mientras respiraba agitado, sin separarse demasiado del otro y sin decirle más nada. La mano que le sostenía del vientre le soltó y descendió lentamente hacia su entrepierna buscando su pene.
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Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Dolía mucho, carajo. Esto es completamente insoportable, estoy seguro de que no podré levantarme en muchos días y que Ozura se preocupara todo por culpa de este salvaje que me hace sentir una estúpida conexión inmediata y es el sentimiento más estúpido porque estamos follando pero aun así siento como si algo hubiera hecho clic dentro de mi. Incluso si es algo un poco pequeño y ridículo, siento como si todo tuviera sentido y como si fuera alguien que mi alma había estado esperando por mucho tiempo. Lo que me hace pensar en la idea de los griegos sobre el amor verdadero, Zeus dividió cuerpo y alma en dos y ahora todos se encuentran buscando su otra mitad, ¿la mía en ese caso es este chico? Porque solamente puedo pensar en él y en lo que me esta haciendo sufrir, por encima de que me esta partiendo el culo en dos. Dejé escapar un gruñido/gemido cuando su pene encontró mi punto sensible. Suspiré un par de veces y me esforcé por sentir más, apegando mi trasero a su miembro, aunque ya estaba demasiado dentro y apretado, quería sentirle más. Nunca me había sentido tan sensible e interesado en el sexo duro con un desconocido, pero en este momento era insoportable el deseo que sentía de apegarle a mi. Lo necesitaba cada vez más dentro o me iba a morir del deseo. Dejé escapar otro suspiro, mientras mi cuerpo se friccionaba contra el suyo, detesto esto, porque me hace sentir tan débil y tonto.
Me dolía un carajo y encima decía que no lo olvidaré, claro que no lo olvidaré el puto dolor va a estar jodiéndome por demasiado tiempo, más del que me gustaría. Y que se supone que haga, simplemente soportarlo como buena puta que soy... Oh, carajo, me voy a romper y alguien va a tener que cuidar a Ozura por mi. Esto no estaba contemplado en mis planes, todo por culpa de un puto tabaco. Este chico es un grano en el culo. Dejé de respirar por un momento, debido al clímax que estaba aproximándose a mi. Cerré los ojos y por poco me corrí, pero no estaba seguro de que ese chico estuviera de acuerdo con eso o si podía hacerlo cuando quisiera. Estaba en contra de decirle que me iba a venir, así que solamente continué soportando, pese a que me dolía en el alma y que me estaba desgarrando completamente, como esos mangas ilustrativos sobre el porno gay. Incluso el porno gay se veía más agradable y soportable que esto. Me agaché justo como dijo, permitiendo que su pene entrara más dentro de mi y que los gemidos no se terminaran. Dolía mucho, pero no quería alejarme. Fue en el momento en que se corrió que me permití lo mismo, con pesadez. Emití un grito doloroso cuando sus dientes se encajaron en mi piel y cuando se alejo de mi, con el simple hecho de su mano sujetando mi vientre, me sentí mal.
Mordió con ganas en mi hombro y aunque no sentía la sangre en ese momento, sabía que pasaría poco tiempo antes de que la sangre comenzara a brotar por mi piel. Pero de todas formas me sentía demasiado nervioso y mal y pesado. Y el semen saliendo por mi ano era suficiente como para ponerme peor y hacerme estremecer. Cerré los ojos intentando bloquear el dolor que me inundaba en ese momento. Tenía que pensar positivamente, tenía que pensar en algo que me ayudara a levantarme e irme de ahí con el orgullo intacto, si es que aun tengo una leve cantidad de orgullo dentro de mi. Porque siento como si hubiera arrastrado mi dignidad en el suelo. Soy tan idiota, fue mi primera vez y me usaron como si fuera una puta. No fue especial, ni hubo fuegos artificiales. No fue nada dulce. No permitiré que la primera vez de Ozura sea de esta forma. Primero me doy un tiro.
—Honey♥~ Eres demasiado duro~— Fue todo lo que pude decir antes de comenzar a reírme y poco a poco quedar en silencio. Eso había sido suficiente para mi.
Me dolía un carajo y encima decía que no lo olvidaré, claro que no lo olvidaré el puto dolor va a estar jodiéndome por demasiado tiempo, más del que me gustaría. Y que se supone que haga, simplemente soportarlo como buena puta que soy... Oh, carajo, me voy a romper y alguien va a tener que cuidar a Ozura por mi. Esto no estaba contemplado en mis planes, todo por culpa de un puto tabaco. Este chico es un grano en el culo. Dejé de respirar por un momento, debido al clímax que estaba aproximándose a mi. Cerré los ojos y por poco me corrí, pero no estaba seguro de que ese chico estuviera de acuerdo con eso o si podía hacerlo cuando quisiera. Estaba en contra de decirle que me iba a venir, así que solamente continué soportando, pese a que me dolía en el alma y que me estaba desgarrando completamente, como esos mangas ilustrativos sobre el porno gay. Incluso el porno gay se veía más agradable y soportable que esto. Me agaché justo como dijo, permitiendo que su pene entrara más dentro de mi y que los gemidos no se terminaran. Dolía mucho, pero no quería alejarme. Fue en el momento en que se corrió que me permití lo mismo, con pesadez. Emití un grito doloroso cuando sus dientes se encajaron en mi piel y cuando se alejo de mi, con el simple hecho de su mano sujetando mi vientre, me sentí mal.
Mordió con ganas en mi hombro y aunque no sentía la sangre en ese momento, sabía que pasaría poco tiempo antes de que la sangre comenzara a brotar por mi piel. Pero de todas formas me sentía demasiado nervioso y mal y pesado. Y el semen saliendo por mi ano era suficiente como para ponerme peor y hacerme estremecer. Cerré los ojos intentando bloquear el dolor que me inundaba en ese momento. Tenía que pensar positivamente, tenía que pensar en algo que me ayudara a levantarme e irme de ahí con el orgullo intacto, si es que aun tengo una leve cantidad de orgullo dentro de mi. Porque siento como si hubiera arrastrado mi dignidad en el suelo. Soy tan idiota, fue mi primera vez y me usaron como si fuera una puta. No fue especial, ni hubo fuegos artificiales. No fue nada dulce. No permitiré que la primera vez de Ozura sea de esta forma. Primero me doy un tiro.
—Honey♥~ Eres demasiado duro~— Fue todo lo que pude decir antes de comenzar a reírme y poco a poco quedar en silencio. Eso había sido suficiente para mi.
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Re: {Priv.} Interrupción, maldito incordio [+18]
Leone no se interesaba en cuan doloroso podría ser para el otro, le veía bien 'usado' por llamarlo de alguna forma y se evidenciaba en la forma tan directa e incluso grosera en que se le ofrecía, bastaba con ver como meneaba su culo hacia el cuerpo del rubio quien por instinto se hundía más en aquel casi con rabia, mas no era ese el caso ya que solo era agresivo. La succión ajena y la fuerza con la que le embestía le provocaron acabar más rápido, pero cuando sintió que el otro compartió ese momento sonrió ladino. Creía que el moreno duraría un poco más, al menos más que él ya que en su mente no le tenía por nadie bueno o virginal.
Lamió sus labios humedeciéndolos, lo necesitaba y poco a poco se fue calmando su respiración, separó su pelvis del otro con lentitud, apartando su pene del otro estando bastante húmedo y se asqueó apenas lo miró. Algo que odiaba de tener sexo -siendo pensado al final- era lo viscoso que quedaba y odiaba tener este tipo de arranques en sitios donde no podría ducharse de inmediato. Suspiró con pesadez y le abrazó por la cintura, apoyando su mentón en el malherido hombro del moreno — Ah... ¿Cómo era que te llamabas? — si, fue capaz de hacerle semejante pregunta tras haber follado. Fue honesto al menos, no recordaba su nombre debido a la emoción de la situación. Vio la herida que le hizo y la lamió casi por instinto, pero aquella sangre sabía diferente a la propia o a la de otros -humanos- y no pudo identificar la razón. Pensó solamente que aquel era peculiar en ello, nada más.
— Heh, no te quejes... podría haber sido aún peor — refiriéndose a la rudeza empleada, aunque se podía malentender. Sonrió manteniendo el rostro próximo al cuello del otro, su pecho estaba en la espalda ajena y sus manos se posaron en las caderas de Klein. Se quedó allí unos momentos, en silencio y sin apartarse ni un milímetro del cuerpo contrario ya que algo en Leo se sentía bien teniéndole cerca. Leone creía que era por haber follado y esas mamadas sentimentalistas que dan a veces, pero bien sabía que era un extraño y no podía haber generado un sentimiento diferente al 'amistoso' con aquel hombre. Cuando se sintió satisfecho con la cercanía, se alejó del otro y buscó entre sus pantalones algo con que limpiar, pero solo encontró pañuelos desechables y no tuvo de otra que usarlos.
— Se sintió bien, tienes un buen culo — dijo con el menor tacto posible, limpiándose para luego ocultar su sexo dentro de la ropa interior y luego acomodando el pantalón. Miró de reojo al otro — Quizás, solo quizás, vuelva a buscarte... eso claro si es que quieres algo de dolor nuevamente — sabía que siendo de esa forma con otros, no volvían a buscarle, actuaba como un patán o un insensible y eso estaba bien para él. Atarse a una persona y más encima a un hombre era algo que no podía procesarlo, por eso es que para Leone tener sexo con desconocidos estaba bien, ser un abusivo o alguien que solo busca su satisfacción es aceptable e incluso recomendable.
Al terminar de arreglarse el pantalón, vio que su camisa estaba estropeada entre el sudor propio y algunas rasgaduras hechas por aquel en cierto momento.Frunció el ceño y rodó la mirada, luego se apoyó en la pared mirando a Klein y le dirigió nuevamente la palabra — Mi habitación es la #69, soy gamma. Búscame si te sientes capaz de soportar algo más intenso... Klein — recordando su nombre después de todo. Le sonrió queriendo demostrar arrogancia y superioridad, pero Leone no era bueno mintiendo y menos expresando algo que no siente. Deseaba volver a sentirse como lo hizo, pero continuar probablemente le haría daño al chiquillo y a él, nunca fue capaz de estar mucho tiempo con alguien debido a sus propias inseguridades.
Se apartó del muro y realizó un ademán con su mano para despedirse del contrario, desvió la mirada y adoptó una actitud seria y distante, comenzó a caminar y se fue del lugar por aquella puerta. Cerró fuerte y no se escuchó más de él, ni sus pasos, su voz o su respiración.
"Quien sabe si en otro momento u otra vida...podría..."
Lamió sus labios humedeciéndolos, lo necesitaba y poco a poco se fue calmando su respiración, separó su pelvis del otro con lentitud, apartando su pene del otro estando bastante húmedo y se asqueó apenas lo miró. Algo que odiaba de tener sexo -siendo pensado al final- era lo viscoso que quedaba y odiaba tener este tipo de arranques en sitios donde no podría ducharse de inmediato. Suspiró con pesadez y le abrazó por la cintura, apoyando su mentón en el malherido hombro del moreno — Ah... ¿Cómo era que te llamabas? — si, fue capaz de hacerle semejante pregunta tras haber follado. Fue honesto al menos, no recordaba su nombre debido a la emoción de la situación. Vio la herida que le hizo y la lamió casi por instinto, pero aquella sangre sabía diferente a la propia o a la de otros -humanos- y no pudo identificar la razón. Pensó solamente que aquel era peculiar en ello, nada más.
— Heh, no te quejes... podría haber sido aún peor — refiriéndose a la rudeza empleada, aunque se podía malentender. Sonrió manteniendo el rostro próximo al cuello del otro, su pecho estaba en la espalda ajena y sus manos se posaron en las caderas de Klein. Se quedó allí unos momentos, en silencio y sin apartarse ni un milímetro del cuerpo contrario ya que algo en Leo se sentía bien teniéndole cerca. Leone creía que era por haber follado y esas mamadas sentimentalistas que dan a veces, pero bien sabía que era un extraño y no podía haber generado un sentimiento diferente al 'amistoso' con aquel hombre. Cuando se sintió satisfecho con la cercanía, se alejó del otro y buscó entre sus pantalones algo con que limpiar, pero solo encontró pañuelos desechables y no tuvo de otra que usarlos.
— Se sintió bien, tienes un buen culo — dijo con el menor tacto posible, limpiándose para luego ocultar su sexo dentro de la ropa interior y luego acomodando el pantalón. Miró de reojo al otro — Quizás, solo quizás, vuelva a buscarte... eso claro si es que quieres algo de dolor nuevamente — sabía que siendo de esa forma con otros, no volvían a buscarle, actuaba como un patán o un insensible y eso estaba bien para él. Atarse a una persona y más encima a un hombre era algo que no podía procesarlo, por eso es que para Leone tener sexo con desconocidos estaba bien, ser un abusivo o alguien que solo busca su satisfacción es aceptable e incluso recomendable.
Al terminar de arreglarse el pantalón, vio que su camisa estaba estropeada entre el sudor propio y algunas rasgaduras hechas por aquel en cierto momento.Frunció el ceño y rodó la mirada, luego se apoyó en la pared mirando a Klein y le dirigió nuevamente la palabra — Mi habitación es la #69, soy gamma. Búscame si te sientes capaz de soportar algo más intenso... Klein — recordando su nombre después de todo. Le sonrió queriendo demostrar arrogancia y superioridad, pero Leone no era bueno mintiendo y menos expresando algo que no siente. Deseaba volver a sentirse como lo hizo, pero continuar probablemente le haría daño al chiquillo y a él, nunca fue capaz de estar mucho tiempo con alguien debido a sus propias inseguridades.
Se apartó del muro y realizó un ademán con su mano para despedirse del contrario, desvió la mirada y adoptó una actitud seria y distante, comenzó a caminar y se fue del lugar por aquella puerta. Cerró fuerte y no se escuchó más de él, ni sus pasos, su voz o su respiración.
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