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Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
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Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
Si… Ese era el esperado día en que se encontraría con el albino desde su despedida hace un año atrás, su corazón sabía que lo volvería a ver y eso causaba muchas sensaciones diferentes en el joven muchacho de azulados cabellos, no tenía en claro que era lo que realmente sentía pero en ese año de distancia había logrado entenderse un poco mejor con respecto a ese tema, tuvo tiempo suficiente para pensar sobre lo que opinaba acerca de ese chico.
Era de mañana, se había levantado temprano para tener todo listo y no llegar tarde a su reencuentro, se había enterado de que se hallaba una feria de flores en Canberra donde mostraban grandes variedades de hermosas flores, exposiciones de Gnomos, obras teatrales y muchas cosas más, así que pensó que sería un buen lugar para encontrarse, las flores le parecían seres con maravillosa belleza y seguramente que a su compañero también le gustaría, es por eso que en su última carta le había colocado que se encontrarían en ese lugar, explicándole algunas referencias importantes de él para que no se perdiera.
Luego de una buena ducha fría se vistió y amarró su cabello en una coleta para luego salir de la habitación. Miró su reloj de pulsera, 10:30 am, aún le quedaba tiempo suficiente, aparentemente el menor llegaría alrededor de las 11:40 así que sin más comenzó a caminar por las calles de Canberra, la brisa era refrescante, siendo acompañada de un cálido pero agradable sol además, se podía sentir el aroma de las flores primaverales que abundaba en el ambiente. Ya llevaba un rato caminando, hacía un tiempo que no pasaba por las calles de esa ciudad así que miraba los alrededores con bastante curiosidad aunque no lo demostraba, sus ojos grises se mantenía fríos como el acero, con una expresión tranquila en su rostro.
Al no estar muy lejos de la feria llegó rápidamente, observó la entrada del lugar desde el sitio en el que se encontraba y quedó allí a esperar por el chico –Once con veinte minutos… Me adelanté– Se dijo para sí mismo mientras se recargaba en una pared para tener una mejor espera y no incomodarse tan rápido "Espero que su vuelo llegue pronto" Pasó una de sus manos por su flequillo para acomodarlo un poco, debido a la brisa se habían desarreglado bastante así que con un simple toque los dejó arreglados.
Era de mañana, se había levantado temprano para tener todo listo y no llegar tarde a su reencuentro, se había enterado de que se hallaba una feria de flores en Canberra donde mostraban grandes variedades de hermosas flores, exposiciones de Gnomos, obras teatrales y muchas cosas más, así que pensó que sería un buen lugar para encontrarse, las flores le parecían seres con maravillosa belleza y seguramente que a su compañero también le gustaría, es por eso que en su última carta le había colocado que se encontrarían en ese lugar, explicándole algunas referencias importantes de él para que no se perdiera.
Luego de una buena ducha fría se vistió y amarró su cabello en una coleta para luego salir de la habitación. Miró su reloj de pulsera, 10:30 am, aún le quedaba tiempo suficiente, aparentemente el menor llegaría alrededor de las 11:40 así que sin más comenzó a caminar por las calles de Canberra, la brisa era refrescante, siendo acompañada de un cálido pero agradable sol además, se podía sentir el aroma de las flores primaverales que abundaba en el ambiente. Ya llevaba un rato caminando, hacía un tiempo que no pasaba por las calles de esa ciudad así que miraba los alrededores con bastante curiosidad aunque no lo demostraba, sus ojos grises se mantenía fríos como el acero, con una expresión tranquila en su rostro.
Al no estar muy lejos de la feria llegó rápidamente, observó la entrada del lugar desde el sitio en el que se encontraba y quedó allí a esperar por el chico –Once con veinte minutos… Me adelanté– Se dijo para sí mismo mientras se recargaba en una pared para tener una mejor espera y no incomodarse tan rápido "Espero que su vuelo llegue pronto" Pasó una de sus manos por su flequillo para acomodarlo un poco, debido a la brisa se habían desarreglado bastante así que con un simple toque los dejó arreglados.
Invitado- Invitado
Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
- Era increíble como una sola persona podía cambiar por completo tu realidad. La persona con la que me encontraría, lo había hecho solo en una noche hace tan solo cinco años atrás. Era algo por lo que sin duda le estaba completamente agradecido. Hace un poco mas de un año que nos habíamos separado. Pero lo habíamos hecho con la promesa, de que nos volveríamos a encontrar algún día. Ese día, era hoy. Ni yo mismo podía creerlo, por mas que había esperado este día con tantas ansias desde que nos habíamos separado, los nervios estaban presentes en todo mi cuerpo. Pero no era el único sentimiento que me estaba invadiendo, no, de hecho intentaba que sea al que menos le dese importancia. Estaba sobre todo, feliz. En verdad me encontraba feliz, al igual que sumamente emocionado. El poder volver a reencontrarme con Nezumi era algo que simplemente me emocionaba.-
- Para poder llegar a mi destino había tomado uno de los trenes que se dirigían a Australia. Si, ese seria el lugar de nuestro encuentro. Me había sorprendido encontrar el nombre de Australia en aquella delgada nota, pero así era, hacia allá me dirigía. Y no solo eso, si no que allá era primavera, y por ello se estaba celebrando una festividad conmemorando aquella estación. Dicha festividad se llamaba Floriade- Bonito lugar donde encontrarnos... ¿Eh, Nezumi?-Dije mientras sonreía a la ventanilla. En verdad el lugar desde la ventanilla solamente se veía precioso. De repente un sonido captó mi atención. Un chillido de un pequeño raton para ser mas precisos. De hecho, eran dos- Oh disculpen, ¿quieres un poco mas?- Sonreí a ambas pequeñas criaturas. Una de pelaje blanco y otra de color marrón claro, bastante claro de hecho. Ambos tenían sus nombres, los cuales yo les había proporcionado personalmente años atras. El de pelaje blanco lo había nombrado Hamlet y al de pelaje marrón claro, Cravat. El primero me había acompañado todo ese año de espera. El otro, fue quien había hecho llegar hacia mi aquella tan esperada nota. Partí nuevamente un pedazo de unos bocadillos dulces que había hecho mi madre para el viaje, y se los entregue a las criaturas que estaban sentadas elegantemente sobre mis rodillas. Cuando lo hice, estos inmediatamente tomaron los bocadillos y comenzaron a comerlos animadamente. Al verlos, no pude reprimir una pequeña risa. En verdad que eran unas criaturas fascinantes y hasta divertidas en si. Pero aunque así fuese, seguramente muchos verían raro si hablase así como así a aquellos pequeños animales. Por suerte,había poca gente en el tren y había podido ocultarlos hasta llegar hasta el fondo donde nadie podría en si, molestarme con cualquier clase de pregunta al respecto. Ellos seguramente también estarían agradecidos. Les dedique una sonrisa.-
. La voz de una mujer resonó por el pasillo de repente. Esta anunciaba la llegada a mi destino. Canberra. Pocos minutos habían pasado de ese anuncio cuando el tren se había detenido completamente, nuevamente, anunciando la llegada. Me pare así de mi asiento tomando la pequeña maleta que había preparado. Había planeado comprar la mayor de las cosas necesarias en lugar si llegasen a faltar. Osea que traje simplemente lo esencial. Baje del tren nuevamente escondiendo a mis pequeños acompañantes por un momento, pero ambos parecían ya estar cansados pues en unos segundos se encontraban cada uno en un hombro diferente mio. Volví a reír al verlos pero continué caminando, ignorando completamente si alguien me observaba extraño, lo cual, no era para nada imposible. Saque de mi bolsillo aquella nota y observándola trate de deducir donde podría estar Nezumi. Suspire volviendo a guardarla siguiendo caminando. ¿Donde estaría?. Observe a Hamlet y luego a Cravat. Al ver a este ultimo note que el sabría donde se encontraría mi compañero- Cravat, guianos-Le dije con una sonrisa. Este chillando levemente, aunque alegre, bajo de mi hombro y avanzo por el lugar mas rápidamente. Por obvios motivos, yo también acelere mi mancha. Ya quería verlo-
- Para poder llegar a mi destino había tomado uno de los trenes que se dirigían a Australia. Si, ese seria el lugar de nuestro encuentro. Me había sorprendido encontrar el nombre de Australia en aquella delgada nota, pero así era, hacia allá me dirigía. Y no solo eso, si no que allá era primavera, y por ello se estaba celebrando una festividad conmemorando aquella estación. Dicha festividad se llamaba Floriade- Bonito lugar donde encontrarnos... ¿Eh, Nezumi?-Dije mientras sonreía a la ventanilla. En verdad el lugar desde la ventanilla solamente se veía precioso. De repente un sonido captó mi atención. Un chillido de un pequeño raton para ser mas precisos. De hecho, eran dos- Oh disculpen, ¿quieres un poco mas?- Sonreí a ambas pequeñas criaturas. Una de pelaje blanco y otra de color marrón claro, bastante claro de hecho. Ambos tenían sus nombres, los cuales yo les había proporcionado personalmente años atras. El de pelaje blanco lo había nombrado Hamlet y al de pelaje marrón claro, Cravat. El primero me había acompañado todo ese año de espera. El otro, fue quien había hecho llegar hacia mi aquella tan esperada nota. Partí nuevamente un pedazo de unos bocadillos dulces que había hecho mi madre para el viaje, y se los entregue a las criaturas que estaban sentadas elegantemente sobre mis rodillas. Cuando lo hice, estos inmediatamente tomaron los bocadillos y comenzaron a comerlos animadamente. Al verlos, no pude reprimir una pequeña risa. En verdad que eran unas criaturas fascinantes y hasta divertidas en si. Pero aunque así fuese, seguramente muchos verían raro si hablase así como así a aquellos pequeños animales. Por suerte,había poca gente en el tren y había podido ocultarlos hasta llegar hasta el fondo donde nadie podría en si, molestarme con cualquier clase de pregunta al respecto. Ellos seguramente también estarían agradecidos. Les dedique una sonrisa.-
. La voz de una mujer resonó por el pasillo de repente. Esta anunciaba la llegada a mi destino. Canberra. Pocos minutos habían pasado de ese anuncio cuando el tren se había detenido completamente, nuevamente, anunciando la llegada. Me pare así de mi asiento tomando la pequeña maleta que había preparado. Había planeado comprar la mayor de las cosas necesarias en lugar si llegasen a faltar. Osea que traje simplemente lo esencial. Baje del tren nuevamente escondiendo a mis pequeños acompañantes por un momento, pero ambos parecían ya estar cansados pues en unos segundos se encontraban cada uno en un hombro diferente mio. Volví a reír al verlos pero continué caminando, ignorando completamente si alguien me observaba extraño, lo cual, no era para nada imposible. Saque de mi bolsillo aquella nota y observándola trate de deducir donde podría estar Nezumi. Suspire volviendo a guardarla siguiendo caminando. ¿Donde estaría?. Observe a Hamlet y luego a Cravat. Al ver a este ultimo note que el sabría donde se encontraría mi compañero- Cravat, guianos-Le dije con una sonrisa. Este chillando levemente, aunque alegre, bajo de mi hombro y avanzo por el lugar mas rápidamente. Por obvios motivos, yo también acelere mi mancha. Ya quería verlo-
Invitado- Invitado
Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
La brisa movía sus azules cabellos con sutileza, el lobo aun permanecía en el mismo lugar en la espera del albino, había comenzado a impacientarse como era su costumbre. Miró nuevamente su reloj de pulsera, ciertamente había llegado bastante temprano, se había adelantado al estar un poco ansioso por volver a verlo luego de un año de estar separado de él, pero debía pensar las cosas con determinación, al principio no estaba muy seguro de lo que sentía por Shion, ¿Amor? Aquello era un sentimiento desconocido para el de ojos plateados, nunca había tenido el tiempo ni las ganas necesarias para pensar en tales cosas, tan solo se centraba en la venganza pero ahora que todo estaba resuelto debía hacer algo con respecto a ello. Luego de estar unos minutos así, decidió recostar su espalda de una pared cercana, pensando que sería un lugar mucho más cómodo que estar simplemente parado esperando, notablemente le cansaría menos que en su antigua posición –Así que… Nos volveremos a ver– Susurró para sí mismo y fijó su vista en el magnífico cielo que había ese día, era sin duda alguno hermosa y radiante, las nubes esponjosas eran bañadas por el brillo del sol radiante. Realmente se sentía un buen tiempo, estaba feliz de que haya sido así aunque… Realmente no le disgustaba la lluvia ya que traía los recuerdos de aquella vez en que conoció a Shion, gracias a una gran tormenta pudo conocerle.
El viento trajo consigo un olor peculiar, si, era el aroma característico del chico, podía sentir que no estaba tan lejos así que dejó que su olfato le guiará por las calles de la cuidad por la que seguramente también la esté transitando el menor, quería verlo, hablarle y tenerle cerca pero se mantenía calmado como el actor que era, no dejaría que las emociones le controlaran de aquella forma, no era algo que el haría. Un largo suspiro salió de sus delgados labios mientras continuaba caminando por el lugar, en su mente solo se hallaba el recuerdo de la despedida de aquella tarde, bajo ese hermoso atardecer sin barreras que lo distorsionaran pero ahora... Olfateaba el aire, esperando que este le dijera hacia dónde dirigirse en busca del chico, ya se había alejado unas cuantas cuadras de la entrada de la feria pero no le importaba tan solo siguió su paso hasta que el aroma se intensificó “Aquí está” Ese pensamiento cruzó su mente, aceleró aun mas su paso, sabía que estaba muy cerca de él así que buscaba con su mirada la hermosa cabellera blanca hasta que finalmente la encontró a la lejanía.
Parecía que aun no le había notado, el joven licántropo esbozó una tenue sonrisa, una propia de él al volver a verlo, tan solo esperaba volver a estar a su lado; aunque no lo hacía notar, le dolía el hecho de haberse separado en ese momento pero de no haber sido así, probablemente el peliazul habría colapsado con todo eso, afortunadamente ya había solucionado sus problemas para comenzar de nuevo junto a Shion, reescribir una nueva historia donde ellos serían los protagonistas, juntos, al fin y al cabo esa era la razón por la cual le había citado en ese lugar, para comenzar nuevamente desde que el viejo y sucio telón se cerró, ahora empezaría algo nuevo e interesante, en un nuevo país. Cuando notó que el albino ya se había acercado lo suficiente para que le observase volvió a sonreír –Cumplí mi promesa… Nos encontramos de nuevo– Posó una de sus manos en sus caderas mientras observaba detalladamente al contrario –Al fin– Asintió con su cabeza, era realmente feliz luego de todo aquello pero unos sonidos lo sacaron de su análisis, eran sus preciados ratones, los había dejado con Shion para que le acompañasen y le cuidaran de buena manera.
El viento trajo consigo un olor peculiar, si, era el aroma característico del chico, podía sentir que no estaba tan lejos así que dejó que su olfato le guiará por las calles de la cuidad por la que seguramente también la esté transitando el menor, quería verlo, hablarle y tenerle cerca pero se mantenía calmado como el actor que era, no dejaría que las emociones le controlaran de aquella forma, no era algo que el haría. Un largo suspiro salió de sus delgados labios mientras continuaba caminando por el lugar, en su mente solo se hallaba el recuerdo de la despedida de aquella tarde, bajo ese hermoso atardecer sin barreras que lo distorsionaran pero ahora... Olfateaba el aire, esperando que este le dijera hacia dónde dirigirse en busca del chico, ya se había alejado unas cuantas cuadras de la entrada de la feria pero no le importaba tan solo siguió su paso hasta que el aroma se intensificó “Aquí está” Ese pensamiento cruzó su mente, aceleró aun mas su paso, sabía que estaba muy cerca de él así que buscaba con su mirada la hermosa cabellera blanca hasta que finalmente la encontró a la lejanía.
Parecía que aun no le había notado, el joven licántropo esbozó una tenue sonrisa, una propia de él al volver a verlo, tan solo esperaba volver a estar a su lado; aunque no lo hacía notar, le dolía el hecho de haberse separado en ese momento pero de no haber sido así, probablemente el peliazul habría colapsado con todo eso, afortunadamente ya había solucionado sus problemas para comenzar de nuevo junto a Shion, reescribir una nueva historia donde ellos serían los protagonistas, juntos, al fin y al cabo esa era la razón por la cual le había citado en ese lugar, para comenzar nuevamente desde que el viejo y sucio telón se cerró, ahora empezaría algo nuevo e interesante, en un nuevo país. Cuando notó que el albino ya se había acercado lo suficiente para que le observase volvió a sonreír –Cumplí mi promesa… Nos encontramos de nuevo– Posó una de sus manos en sus caderas mientras observaba detalladamente al contrario –Al fin– Asintió con su cabeza, era realmente feliz luego de todo aquello pero unos sonidos lo sacaron de su análisis, eran sus preciados ratones, los había dejado con Shion para que le acompañasen y le cuidaran de buena manera.
Invitado- Invitado
Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
- ¿En verdad había pasado tan solo un año desde aquella despedida?. A mis ojos sin duda alguna habían pasado mas, todo ese año parecía interminable, transcurriendo de una manera demasiado lenta a mi parecer. Y a pesar de que cuando el se había ido le aseguré que me encontraría bien, no pasaba ni un simple día sin que pensase en si era el día en que me lo volvería a encontrar. En una esquina mientras caminase, una llamada, o , como había sido, una nota que decía donde nos encontraríamos. Esa nota, era tan simple, pero tan especial e importante a la vez. Pues, me aseguraba, de que lo volvería a ver. Conforme avanzaba, como siempre, pensamientos comenzaban a fluir constantemente en mi cabeza. Y no eran solo dudas u ocurrencias, también eran recuerdos. Recuerdos de aquellos viejos días. Y, sobre todo, de aquella tarde. Si, siempre que pensaba en esa tarde, me daba cada vez mas cuenta, de lo ansiado que estaba por este reencuentro que estaba a punto de suceder en cualquier instante. Solo debía de encontrarlo, y con Cravat quien estaba guiándome, me estaba asegurando de hacerlo-
Ya casi...- Terminé murmurando en un tono casi inaudible. En un momento la multitud a mi al rededor había aumentado sin que pudiese hacer algo al respecto. Dejé salir un suspiro disgustado de mis labios ante eso. Pero eso no evitaría que siguiese mi camino. Aumenté nuevamente mi velocidad evitando a la gente con la que me topaba.Mientras lo hacia, no paraba de decir palabras de disculpas por la manera, levemente brusca, que había tomado para avanzar. Finalmente, había escuchado algún comentario respecto a los ratones. Positivos de parte de unos niños,a quienes les parecía gracioso ver corretear un ratoncito por allí. Y negativos de parte de los adultos, disgustados de que esos animales eran sucios o con enfermedades, por lo cuales lo evitaban y alejaban a los chicos si tenían alguno a su alcance. Obviamente termine haciendo caso omiso a la situación, aunque quizás no debía hacerlo, pues destacaría mas fácilmente entre la multitud. Pero, no podía perder el rastro de Cravat bajo ninguna circunstancia. Me inquieté por unos segundos, pero para mi suerte, la gente seguía avanzando sin mas y termino por irse dispersando lentamente. Respiré aliviado. Hamlet chistó desde mi hombro, por lo cual dirigí mi vista hacia el. ¿Qué sucede?- Dije de una manera curiosa. Enseguida comprendí de que tan solo estaba animado de igual manera que lo estaba yo. A los pocos segundos Cravat se había detenido,parándose en sus dos patitas para instantes después, volver hacia mi y treparse para llegar a su antiguo lugar en mi hombro. Oh.. ¿Lo encontraste?-Dije observando expectante a la pequeña criatura, en espera de una respuesta de su parte. Bueno, claro esta, una respuesta a su manera, pero aun así, yo la entendería.-
-El ratoncito dirigió su mirada hacia mi. Siempre me había gustado el tono color uva que tenían en sus globos oculares aquellas criaturas. Al verlos, notaba su inteligencia. Sonreí. Otro recuerdo había venido a mi mente. El recuerdo mas alejado que tenia de el, mi primer recuerdo. Aquella noche lluviosa en la que lo había conocido y había visto, por primera vez, aquellos ojos de color gris que parecían fusilarte con tan solo mirarte fijamente. Esa agresividad que demostraba esa mirada, ese mundo hasta entonces tan distinto al mio, que lograba exponerme con tan solo dirigirme la mirada, me había agradado en el momento en que la había visto.¿Cuánto mas tardaría en volver a ver aquellos ojos?. Aquella pregunta se respondería pronto al escuchar una voz masculina demasiado familiar, una que mis oídos estaban ansiosos de volver a escuchar. Gire mi rostro y pude verlo, finalmente podía volver a verlo. Al hacerlo no pude reprimir una amplia sonrisa que se formo inmediatamente en mi rostro, claro, no es que hubiese intentado hacerlo tampoco- Ha pasado tiempo, Nezumi-Volvía a pronunciar su nombre frente a el después de todo ese tiempo. Estaba realmente feliz de haberlo vuelto a hacer. Fui hacia el y sin abstenerme de hacerlo lo abrace tan fuerte como pude- Al fin-Repetí sus palabras mientras me despegaba y le dedicaba una calida sonrisa. Hamlet y Cravat chistaban animados- Este pequeño ha sido una gran compañía todo este tiempo-dije dirigiendo mi vista hacia el ratoncito de pelaje blanco mientras acariciaba su pequeña cabecita a lo cual este respondió animado- Y el fue un gran informante-Dije mientras hacia lo mismo con Cravat, mientras este respondía de la misma forma que lo había hecho el ratón anterior-
Ya casi...- Terminé murmurando en un tono casi inaudible. En un momento la multitud a mi al rededor había aumentado sin que pudiese hacer algo al respecto. Dejé salir un suspiro disgustado de mis labios ante eso. Pero eso no evitaría que siguiese mi camino. Aumenté nuevamente mi velocidad evitando a la gente con la que me topaba.Mientras lo hacia, no paraba de decir palabras de disculpas por la manera, levemente brusca, que había tomado para avanzar. Finalmente, había escuchado algún comentario respecto a los ratones. Positivos de parte de unos niños,a quienes les parecía gracioso ver corretear un ratoncito por allí. Y negativos de parte de los adultos, disgustados de que esos animales eran sucios o con enfermedades, por lo cuales lo evitaban y alejaban a los chicos si tenían alguno a su alcance. Obviamente termine haciendo caso omiso a la situación, aunque quizás no debía hacerlo, pues destacaría mas fácilmente entre la multitud. Pero, no podía perder el rastro de Cravat bajo ninguna circunstancia. Me inquieté por unos segundos, pero para mi suerte, la gente seguía avanzando sin mas y termino por irse dispersando lentamente. Respiré aliviado. Hamlet chistó desde mi hombro, por lo cual dirigí mi vista hacia el. ¿Qué sucede?- Dije de una manera curiosa. Enseguida comprendí de que tan solo estaba animado de igual manera que lo estaba yo. A los pocos segundos Cravat se había detenido,parándose en sus dos patitas para instantes después, volver hacia mi y treparse para llegar a su antiguo lugar en mi hombro. Oh.. ¿Lo encontraste?-Dije observando expectante a la pequeña criatura, en espera de una respuesta de su parte. Bueno, claro esta, una respuesta a su manera, pero aun así, yo la entendería.-
-El ratoncito dirigió su mirada hacia mi. Siempre me había gustado el tono color uva que tenían en sus globos oculares aquellas criaturas. Al verlos, notaba su inteligencia. Sonreí. Otro recuerdo había venido a mi mente. El recuerdo mas alejado que tenia de el, mi primer recuerdo. Aquella noche lluviosa en la que lo había conocido y había visto, por primera vez, aquellos ojos de color gris que parecían fusilarte con tan solo mirarte fijamente. Esa agresividad que demostraba esa mirada, ese mundo hasta entonces tan distinto al mio, que lograba exponerme con tan solo dirigirme la mirada, me había agradado en el momento en que la había visto.¿Cuánto mas tardaría en volver a ver aquellos ojos?. Aquella pregunta se respondería pronto al escuchar una voz masculina demasiado familiar, una que mis oídos estaban ansiosos de volver a escuchar. Gire mi rostro y pude verlo, finalmente podía volver a verlo. Al hacerlo no pude reprimir una amplia sonrisa que se formo inmediatamente en mi rostro, claro, no es que hubiese intentado hacerlo tampoco- Ha pasado tiempo, Nezumi-Volvía a pronunciar su nombre frente a el después de todo ese tiempo. Estaba realmente feliz de haberlo vuelto a hacer. Fui hacia el y sin abstenerme de hacerlo lo abrace tan fuerte como pude- Al fin-Repetí sus palabras mientras me despegaba y le dedicaba una calida sonrisa. Hamlet y Cravat chistaban animados- Este pequeño ha sido una gran compañía todo este tiempo-dije dirigiendo mi vista hacia el ratoncito de pelaje blanco mientras acariciaba su pequeña cabecita a lo cual este respondió animado- Y el fue un gran informante-Dije mientras hacia lo mismo con Cravat, mientras este respondía de la misma forma que lo había hecho el ratón anterior-
Invitado- Invitado
Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
Luego de aquella despedida su mente solo mantenía el recuerdo del albino bajo el hermoso atardecer, siendo bañado por los dorados reflejos del sol a punto de esconderse; realmente no quería separase de él pero su necesidad de pensar con claridad la situación lo obligaba a ello, tenía que estar completamente seguro de lo que pensaba. Era doloroso, si, pero le había prometido que se volverían a encontrar y así sería, cumpliría con su palabra y una vez que tuvo todo en claro, ideas, sentimientos y una nueva vida decidió que era conveniente volver a encontrarse con él, poder volver a ver la hermosa sonrisa que lo reconfortaba de una manera tan impresionante, era como si con un toque de magia lograra eliminar su pesar y liberar su dolor, eso era lo que provocaba aquel chico en el peliazul. Su corazón se había tranquilizado luego del largo tiempo que estuvo alejado, ciertamente fue solo un año pero el deseo de volverlo a ver lo hacía que el tiempo le pasase lentamente, como si no deseara que se encontraran, dolía el hecho de no poder verlo por ese periodo de tiempo pero eso ya quedaba en el pasado, pronto podrían verse nuevamente.
Mientras caminaba hacia donde su nariz le llevaba pensaba acerca de lo que podría pasar de ahora en adelante, serían estudiantes en la academia Greenlight, dejando atrás su vida dentro de las murallas de la podrida cuidad llamada No.6, ya era tiempo de recobrar el tiempo que habían perdido. Suspiraba pesadamente mientras dejaba que su cálido aliento se llevara consigo aquellos pensamientos, necesitaba mantenerse relajado para cuando volviera a ver al albino; como siempre, no dejaba que sus emociones se manifestarán no era algo propio de él, prefería guardarse todo para el bajo la falsa máscara de actor. Esquivaba con elegancia a las personas que se cruzaban en su camino, tan solo deseaba poder llegar rápidamente hasta donde se encontraría la persona por la cual había esperado todo un año, una larga espera pero seguramente valdrá la pena.
Finalmente había podido encontrarse con él, luego de haberle dedicado aquellas palabras sintió como los delgados brazos ajenos le abrazaban con tanta calidez que no pudo evitar corresponderle, ahora rodeaba con sus propios brazos el cuerpo del chico, apegándolo un poco más a él para poder tener más acceso a aquella sensación tan confortable de tenerlo cerca una vez más, hacía tanto tiempo que no sentía su calor y le traía recuerdos de aquellos tiempos. Luego de abrazarlo por unos pocos minutos terminó por separarse de él –Así que te ha cuidado ¿No es así?– Se mostró contento al ver el pequeño ratón blanco que había dejado con Shion antes de irse, era como una promesa de que volvería a sus manos cuando se reencontrarán –Por supuesto que es así, al final quien los creó fui yo– Sonrió ladinamente mientras sus ojos viajaban de un ratón a otro, mirando primero a Hamlet y luego a Cravat.
Una de sus manos subió hasta la mejilla marcada del muchacho, repasando con su pulgar la línea roja que había sobre esta, le gustaba mucho la apariencia que le daba, era interesante y diferente a lo común y eso llamaba su atención –Parece que te ha ido bien pero sigues siendo muy delgado– Rió suavemente mientras colocaba sus manos en sus propias caderas, sus grises ojos recorrían el cuerpo ajeno, analizándolo con detalle en busca de algo que hubiese cambiado en su apariencia –Será mejor que vayamos a la feria– Quería ver todas las flores que allí habrían así que por esa razón no tenía la más mínima intención de llegar tarde. Bajó la mano que acariciaba la mejilla ajena y tomó su mentón con suavidad, observando sus bellos ojos carmesí y dedicándole una mirada intensa al momento que esperaba una respuesta por su parte o en su defecto algún gesto, así era Nezumi, alguien que actuaba impulsivamente pero sin dejar de lado la elegancia que siempre llevaba consigo.
Mientras caminaba hacia donde su nariz le llevaba pensaba acerca de lo que podría pasar de ahora en adelante, serían estudiantes en la academia Greenlight, dejando atrás su vida dentro de las murallas de la podrida cuidad llamada No.6, ya era tiempo de recobrar el tiempo que habían perdido. Suspiraba pesadamente mientras dejaba que su cálido aliento se llevara consigo aquellos pensamientos, necesitaba mantenerse relajado para cuando volviera a ver al albino; como siempre, no dejaba que sus emociones se manifestarán no era algo propio de él, prefería guardarse todo para el bajo la falsa máscara de actor. Esquivaba con elegancia a las personas que se cruzaban en su camino, tan solo deseaba poder llegar rápidamente hasta donde se encontraría la persona por la cual había esperado todo un año, una larga espera pero seguramente valdrá la pena.
Finalmente había podido encontrarse con él, luego de haberle dedicado aquellas palabras sintió como los delgados brazos ajenos le abrazaban con tanta calidez que no pudo evitar corresponderle, ahora rodeaba con sus propios brazos el cuerpo del chico, apegándolo un poco más a él para poder tener más acceso a aquella sensación tan confortable de tenerlo cerca una vez más, hacía tanto tiempo que no sentía su calor y le traía recuerdos de aquellos tiempos. Luego de abrazarlo por unos pocos minutos terminó por separarse de él –Así que te ha cuidado ¿No es así?– Se mostró contento al ver el pequeño ratón blanco que había dejado con Shion antes de irse, era como una promesa de que volvería a sus manos cuando se reencontrarán –Por supuesto que es así, al final quien los creó fui yo– Sonrió ladinamente mientras sus ojos viajaban de un ratón a otro, mirando primero a Hamlet y luego a Cravat.
Una de sus manos subió hasta la mejilla marcada del muchacho, repasando con su pulgar la línea roja que había sobre esta, le gustaba mucho la apariencia que le daba, era interesante y diferente a lo común y eso llamaba su atención –Parece que te ha ido bien pero sigues siendo muy delgado– Rió suavemente mientras colocaba sus manos en sus propias caderas, sus grises ojos recorrían el cuerpo ajeno, analizándolo con detalle en busca de algo que hubiese cambiado en su apariencia –Será mejor que vayamos a la feria– Quería ver todas las flores que allí habrían así que por esa razón no tenía la más mínima intención de llegar tarde. Bajó la mano que acariciaba la mejilla ajena y tomó su mentón con suavidad, observando sus bellos ojos carmesí y dedicándole una mirada intensa al momento que esperaba una respuesta por su parte o en su defecto algún gesto, así era Nezumi, alguien que actuaba impulsivamente pero sin dejar de lado la elegancia que siempre llevaba consigo.
Invitado- Invitado
Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
- Sentía su contacto nuevamente después de tanto tiempo. Aquella calidez que solo nosotros, los vivos, parecíamos ser los únicos capaces de transmitir. No podía explicar lo agradecido que estaba de que él, me haya hecho consciente, que me haya hecho entender lo importante que era el estar aún vivo. El disfrutar de cada pequeña cosa que podíamos hacer solamente aquí, en el mundo de los vivos. Cosas tan simples como respirar o alimentarnos o cosas más complejas como era el caminar por ahí y compartir momentos con otros seres, igual que tú, vivos. Y gracias a él, aun lo estaba, y fue gracias a eso, que ahora era capaz de disfrutar aquella hermosa sensación. Tan solo era un simple abrazo, sí, pero uno que quería darlo hace ya tiempo. Y, el hecho de que lo haya correspondido me confortaba de una manera inimaginable, estaba realmente feliz. Una sonrisa se presentó en mi rostro al sentir aquel cálido contacto-
-Al separarme pude visualizarlo nuevamente, mientras asentía ante su comentario- Así es, ya lo compensare más tarde – Dije observando al ratoncito el cual chilló repentinamente junto a Cravat, Instantes después me di cuenta de que se debía al comentario que había hecho mi compañero- Ambos dicen que no debes ser demasiado engreído – Transmití obediente el mensaje que las pequeñas criaturas me habían dicho, soltando sin ser capaz de reprimir una pequeña risilla ante lo ultimo dicho por estos. Instantes después de que lo había hecho, Hamlet chilló nuevamente Oh, y Hamlet te ha extrañado mucho - Terminando de decir esto, el animalito chilló con un tono que se podía interpretar con alegría. Y, acto seguido, bajó de mi hombro para trepar a través de una de las piernas de Nezumi y ubicarse en uno de los hombros de este- Si que lo ha hecho-Dije volviendo a soltar otra pequeña risa, llevando mi dedo indice de mi mano derecha hacia mis labios, mientras cerraba ambos ojos mientras reía-
- De repente abrí los ojos al sentir un contacto diferente al que había sentido anteriormente. También era producido por mi contrario a quien tenia en frente. Se encontraba remarcando con su pulgar la cicatriz roja que recorría completamente mi cuerpo. A veces olvidaba que se encontraba allí. No era la primera vez que la repasaba de esa manera, pero aun así reaccionaba como si así lo fuese, estremeciéndome en un principio. Pero toda esa sensación de... ¿Vergüenza, quizá?, se había ido cuando Nezumi hizo un comentario el cual me hizo fruncir levemente el ceño- ¡¿Eh!?.. N..no es verdad.. ¡No soy delgado! -Dije mientras observaba mi cuerpo. Era la verdad, no estaba delgado, no ante mis ojos, estaba bien...Normal, si, mi contextura era completamente normal para mi. Una parte de mi me molestaban aquellos comentarios. Pero por otro lado, los extrañaba, en el fondo, me hacían reír- Soy completamente normal... -Dije con el mismo gesto ''molesto'' en mi rostro. Este desapareció completamente para que posteriormente mis labios pronunciaran su nombre- Nezumi... -Dije avanzando ligeramente hacia el. No quería que desapareciese de mi vista tan rápidamente,no quería volver a apartarme de el. Cuando me le había acercado mas había tomado mi mentón levantando mi rostro, obligándome así a verle. Mis ojos se encontraron nuevamente con aquellos intensos ojos color gris. Así es Nezumi, no importa donde estemos, que tenga en frente o lo que pase, siempre buscaría y me haría cargo de encontrar aquellos ojos. No los perdería de mi vista nunca mas. Una presión extraña apareció repentinamente en mi pecho, era como la de aquella tarde... No, era distinta. Pero...¿En que?. Mis ojos comenzaron a cristalizarse lentamente... ¿Que era esto? ¿Porque lo hacia ahora? ¿Porque iba yo a...? Termine por formar una sonrisa en mi rostro mientras un par de lagrimas salieron de mis ojos sin que pudiese evitarlo.¿Lo estaba intentando siquiera? Pero estas, en verdad eran diferentes a las de aquel día, esta vez...Estaba feliz. Observe su rostro por unos instantes, mis ojos examinaban en su completud a este. Vi sus labios a los cuales tan solo unos segundos después dirigí los míos para besarlos. Poco me importaba si alguien nos veía en ese momento. No había encontrado en ese momento otra forma de agradecerle por lo que me encontraba feliz en ese instante. Nezumi, gracias por vivir. No me importa por que razón lo hayas hecho pero, gracias. Me separé dedicandole una sonrisa a mi contrario- ¿Vamos?
-Al separarme pude visualizarlo nuevamente, mientras asentía ante su comentario- Así es, ya lo compensare más tarde – Dije observando al ratoncito el cual chilló repentinamente junto a Cravat, Instantes después me di cuenta de que se debía al comentario que había hecho mi compañero- Ambos dicen que no debes ser demasiado engreído – Transmití obediente el mensaje que las pequeñas criaturas me habían dicho, soltando sin ser capaz de reprimir una pequeña risilla ante lo ultimo dicho por estos. Instantes después de que lo había hecho, Hamlet chilló nuevamente Oh, y Hamlet te ha extrañado mucho - Terminando de decir esto, el animalito chilló con un tono que se podía interpretar con alegría. Y, acto seguido, bajó de mi hombro para trepar a través de una de las piernas de Nezumi y ubicarse en uno de los hombros de este- Si que lo ha hecho-Dije volviendo a soltar otra pequeña risa, llevando mi dedo indice de mi mano derecha hacia mis labios, mientras cerraba ambos ojos mientras reía-
- De repente abrí los ojos al sentir un contacto diferente al que había sentido anteriormente. También era producido por mi contrario a quien tenia en frente. Se encontraba remarcando con su pulgar la cicatriz roja que recorría completamente mi cuerpo. A veces olvidaba que se encontraba allí. No era la primera vez que la repasaba de esa manera, pero aun así reaccionaba como si así lo fuese, estremeciéndome en un principio. Pero toda esa sensación de... ¿Vergüenza, quizá?, se había ido cuando Nezumi hizo un comentario el cual me hizo fruncir levemente el ceño- ¡¿Eh!?.. N..no es verdad.. ¡No soy delgado! -Dije mientras observaba mi cuerpo. Era la verdad, no estaba delgado, no ante mis ojos, estaba bien...Normal, si, mi contextura era completamente normal para mi. Una parte de mi me molestaban aquellos comentarios. Pero por otro lado, los extrañaba, en el fondo, me hacían reír- Soy completamente normal... -Dije con el mismo gesto ''molesto'' en mi rostro. Este desapareció completamente para que posteriormente mis labios pronunciaran su nombre- Nezumi... -Dije avanzando ligeramente hacia el. No quería que desapareciese de mi vista tan rápidamente,no quería volver a apartarme de el. Cuando me le había acercado mas había tomado mi mentón levantando mi rostro, obligándome así a verle. Mis ojos se encontraron nuevamente con aquellos intensos ojos color gris. Así es Nezumi, no importa donde estemos, que tenga en frente o lo que pase, siempre buscaría y me haría cargo de encontrar aquellos ojos. No los perdería de mi vista nunca mas. Una presión extraña apareció repentinamente en mi pecho, era como la de aquella tarde... No, era distinta. Pero...¿En que?. Mis ojos comenzaron a cristalizarse lentamente... ¿Que era esto? ¿Porque lo hacia ahora? ¿Porque iba yo a...? Termine por formar una sonrisa en mi rostro mientras un par de lagrimas salieron de mis ojos sin que pudiese evitarlo.¿Lo estaba intentando siquiera? Pero estas, en verdad eran diferentes a las de aquel día, esta vez...Estaba feliz. Observe su rostro por unos instantes, mis ojos examinaban en su completud a este. Vi sus labios a los cuales tan solo unos segundos después dirigí los míos para besarlos. Poco me importaba si alguien nos veía en ese momento. No había encontrado en ese momento otra forma de agradecerle por lo que me encontraba feliz en ese instante. Nezumi, gracias por vivir. No me importa por que razón lo hayas hecho pero, gracias. Me separé dedicandole una sonrisa a mi contrario- ¿Vamos?
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Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
La cálida sensación de aquel abrazo aun permanecía en el cuerpo del licántropo, a decir verdad era el primero que le daba al peliblanco. Esbozó una sonrisa ladina al separarse de él ¿Cómo era posible que ese niño causara tantas cosas en su interior? No tenía una respuesta concreta a esa pregunta pero lo que si podía decir era que estaba realmente feliz de volver a verlo, de poder estar junto a él una vez más y no se daría el lujo de volver a alejarse, realmente no lo haría nunca más, el hecho de querer estar a su lado y no poder lograrlo era doloroso, no sabía en qué momento se había vuelto una persona tan importante en su miserable vida. Ya no tendría que vivir por venganza, ahora había encontrado un motivo por el cual soportar de pie y ese era Shion le protegería para que nada pudiera sucederle. Sin duda cumpliría con ello como fuese posible, ahora sí tendrían una buena vida, no como lo era antiguamente.
Pudo observar aquellos ojos carmesí que tanto le gustaban, de hecho su apariencia actual le parecía realmente hermosa sobre todo su blanco cabello, parecía se bañado con los pequeños copos de nieve que caen en el frío invierno. Dejando de lado el pensamiento sobre su apariencia física pasó a observar al mencionado ratón sobre el hombro ajeno –Simplemente me doy crédito por haberlos creado– Lo dijo en broma, aquellos animales más que simple implementos eran sus compañeros así que no podría tratarlos como objetos aunque eso fuese lo que aparentaba. Al sentir como el pequeño ratoncito blanco subía por su pierna dejó salir una sonrisa, terminando por acariciar su cabeza una vez que paró el recorrido hasta su hombro –Supongo que así es… Aunque le agradezco que te haya cuidado– Pronunció lo último en un tono más bajo para luego levantar su vista y observar cómo dejaba salir una risa –También extrañé a este pequeño– Mencionó mientras terminaba de propinarle caricias al animal.
Luego de acercarse un poco más al chico pudo extender su mano para recorrer con cuidado la cicatriz con forma de serpiente, la acariciaba con su pulgar, repasando suavemente su forma. Nezumi consideraba esto como un recordatorio de aquella noche, en la que la vida de Shion cambió pero también era una especie de trofeo por ganarle la batalla a la muerte. El cuerpo ajeno se estremeció levemente por su contacto pero rápidamente su expresión fue desplazada por una graciosa que parecía ser de molestia –Pero si eres solo huesos– Rió audiblemente, de manera un tanto escandalosa como raramente lo hacía, tomó su estómago con su mano izquierda para intentar controlar la risa antes de hacer una pausa –Era broma, sigues igual a la última vez que nos vimos–
Las expresiones de ambos cambiaron por una más seria, sentía como se acercaba a él con pasos ligeros mientas que de sus finos labios dejaba salir su nombre, por instinto ya había tomado el mentón del peliblanco y obligado a que le observara directamente, era tan cálido, le reconfortaba estar con él. Un extraño sentimiento no dudó en aparecer ¿Qué era? Solo podía decir que le traía recuerdos de aquellos días juntos, donde trabajaban codo a codo para sobrevivir al juego de la vida… Pero, ¿Qué pasaba? ¿Por qué lo miraba con aquellos ojos llorosos? No quería volver a ver ese hermoso rostro manchado de lágrimas, con cuidado pasó su índice por donde estas habían caído, limpiándole un poco el rastro que habían dejado.
Observó con atención las acciones ajenas, esperando que este lograra hacer algo pero aquello lo había tomado de sorpresa, ese suave pero agradable contacto de sus labios con los de Shion le había sorprendido, la verdad no era la primera vez que algo así sucedía pero si era diferente a los que ya había recibido antes, este tenía un cálido sentimiento en su interior y tal vez sea eso lo que lo hacía diferente –Este es diferente al de buenas noches ¿No es así?– Musitó a la vez que marcaba una casi imperceptible sonrisa luego de separarse un poco de aquellos labios –Claro, vayamos– Se giró hacia la calle y luego miró de reojo al chico –Seguramente te gustará– Por lo que había oído hablar de esa feria se refería a que las decoraciones florarles reinaban en él, cosa que podría gustarle a Shion, después de todo, su nombre proviene de una flor, su madre había escogido bien al nombrarlo de aquella forma, no se comparaba en lo más mínimo con el suyo, de hecho “Nezumi” era tan solo un apodo que le dieron en el centro penitenciario al ser escurridizo como lo era una rata pero prefirió mantenerlo y dejar atrás el nombre que se le había otorgado, después de todo era doloroso recordar a sus compañeros caídos.
–Vamos andando– Comenzaron a caminar hacia la feria de las flores, el joven actor deseaba que fuera de su agrado ya que a él le parecía un lindo lugar para encontrarse. Mientras caminaban algunas personas se le quedaban mirando fijamente pero Nezumi les devolvía la mirada con la de sus ojos grises, muchos la desviaban al sentirse intimidados. –Shion… ¿Qué hiciste en este tiempo?– Así es, la curiosidad lo había invadido, tenía muchas preguntar qué hacerle pero ya tendría suficiente tiempo para que todas fueran respondidas. A partir de ese momento tendría una buena oportunidad para compartir su tiempo con él, al fin y al cabo ya estaban juntos de nuevo pero esta vez de una forma más cómoda.
Pudo observar aquellos ojos carmesí que tanto le gustaban, de hecho su apariencia actual le parecía realmente hermosa sobre todo su blanco cabello, parecía se bañado con los pequeños copos de nieve que caen en el frío invierno. Dejando de lado el pensamiento sobre su apariencia física pasó a observar al mencionado ratón sobre el hombro ajeno –Simplemente me doy crédito por haberlos creado– Lo dijo en broma, aquellos animales más que simple implementos eran sus compañeros así que no podría tratarlos como objetos aunque eso fuese lo que aparentaba. Al sentir como el pequeño ratoncito blanco subía por su pierna dejó salir una sonrisa, terminando por acariciar su cabeza una vez que paró el recorrido hasta su hombro –Supongo que así es… Aunque le agradezco que te haya cuidado– Pronunció lo último en un tono más bajo para luego levantar su vista y observar cómo dejaba salir una risa –También extrañé a este pequeño– Mencionó mientras terminaba de propinarle caricias al animal.
Luego de acercarse un poco más al chico pudo extender su mano para recorrer con cuidado la cicatriz con forma de serpiente, la acariciaba con su pulgar, repasando suavemente su forma. Nezumi consideraba esto como un recordatorio de aquella noche, en la que la vida de Shion cambió pero también era una especie de trofeo por ganarle la batalla a la muerte. El cuerpo ajeno se estremeció levemente por su contacto pero rápidamente su expresión fue desplazada por una graciosa que parecía ser de molestia –Pero si eres solo huesos– Rió audiblemente, de manera un tanto escandalosa como raramente lo hacía, tomó su estómago con su mano izquierda para intentar controlar la risa antes de hacer una pausa –Era broma, sigues igual a la última vez que nos vimos–
Las expresiones de ambos cambiaron por una más seria, sentía como se acercaba a él con pasos ligeros mientas que de sus finos labios dejaba salir su nombre, por instinto ya había tomado el mentón del peliblanco y obligado a que le observara directamente, era tan cálido, le reconfortaba estar con él. Un extraño sentimiento no dudó en aparecer ¿Qué era? Solo podía decir que le traía recuerdos de aquellos días juntos, donde trabajaban codo a codo para sobrevivir al juego de la vida… Pero, ¿Qué pasaba? ¿Por qué lo miraba con aquellos ojos llorosos? No quería volver a ver ese hermoso rostro manchado de lágrimas, con cuidado pasó su índice por donde estas habían caído, limpiándole un poco el rastro que habían dejado.
Observó con atención las acciones ajenas, esperando que este lograra hacer algo pero aquello lo había tomado de sorpresa, ese suave pero agradable contacto de sus labios con los de Shion le había sorprendido, la verdad no era la primera vez que algo así sucedía pero si era diferente a los que ya había recibido antes, este tenía un cálido sentimiento en su interior y tal vez sea eso lo que lo hacía diferente –Este es diferente al de buenas noches ¿No es así?– Musitó a la vez que marcaba una casi imperceptible sonrisa luego de separarse un poco de aquellos labios –Claro, vayamos– Se giró hacia la calle y luego miró de reojo al chico –Seguramente te gustará– Por lo que había oído hablar de esa feria se refería a que las decoraciones florarles reinaban en él, cosa que podría gustarle a Shion, después de todo, su nombre proviene de una flor, su madre había escogido bien al nombrarlo de aquella forma, no se comparaba en lo más mínimo con el suyo, de hecho “Nezumi” era tan solo un apodo que le dieron en el centro penitenciario al ser escurridizo como lo era una rata pero prefirió mantenerlo y dejar atrás el nombre que se le había otorgado, después de todo era doloroso recordar a sus compañeros caídos.
–Vamos andando– Comenzaron a caminar hacia la feria de las flores, el joven actor deseaba que fuera de su agrado ya que a él le parecía un lindo lugar para encontrarse. Mientras caminaban algunas personas se le quedaban mirando fijamente pero Nezumi les devolvía la mirada con la de sus ojos grises, muchos la desviaban al sentirse intimidados. –Shion… ¿Qué hiciste en este tiempo?– Así es, la curiosidad lo había invadido, tenía muchas preguntar qué hacerle pero ya tendría suficiente tiempo para que todas fueran respondidas. A partir de ese momento tendría una buena oportunidad para compartir su tiempo con él, al fin y al cabo ya estaban juntos de nuevo pero esta vez de una forma más cómoda.
Invitado- Invitado
Re: Las despedidas nunca son para siempre [Priv. Shion]
- No importaba como actuase mi contrario siempre lo vería como una buena persona. Había recibido varias advertencias sobre el innumerables veces. Aun recuerdo aquellas palabras de Inukashi, nuestra compañera que nos ayudo a liberar a los ciudadanos de No. 6 de aquella odiosa e hipócrita ciudad. Sus palabras habían sido directas, sin tartamudear, dando a ver que creía completamente en ellas mientras las pronunciaba.Shion, el es el diablo, y tu pareces ser el único que no se da cuenta. Aun recuerdo que esas palabras ese día hicieron que un escalofrío recorriera mi espalda sin que pudiese evitarlo. ¿Y como podrían no causarme esa sensación? Fueron unas palabras en verdad horribles. Se las había recriminado,pero ella aun así parecía muy segura de si en lo que decía. Pero, por mas temor que había tenido a esas palabras ese día, era verdad en que nunca había visto acción alguna que me demostrase aquello. Eso me aliviaba. El sarcasmo de Nezumi, sus acciones y palabras me atraían de una forma que no llegaba a comprender. Como era mi costumbre, normalmente habría buscado una respuesta a ello. Pero mi relación con el para mi no era necesario buscarle un significado, no aun. Solo sabia que quería tenerlo a mi lado, e intentaba demostrarlo cada vez que me era posible. Observe su acción con Hamlet. No, Nezumi no podía ser una mala persona- Ya veo, así que así es, pues esta bien -Observe a Cravat quien continuaba en mi hombro izquierdo cuando las palabras de Nezumi me habían tomado de sorpresa. Dirigí mi vista hacia el y después de verlo unos instantes con un gesto de sorpresa en mi rostro, sonreí- Agradezco su preocupación, no ha podido enviarme mejor acompañante-Reí leve mientras veía como acariciaba al ratoncito, esa escena en verdad me había encantado-
- No importaba cuanto intentase olvidar mi apariencia actual, siempre que estuviese junto a el no la olvidaría. Al escucharlo bufé levemente, siempre hacia esa clase de comentarios, pero ya me había acostumbrado a ellos, ya me había acostumbrado a Nezumi- Tu también sigues igual que siempre-Sonreí observándolo- Y me alegra que sea así -Cuando sentí que se separaría de mi me precipite hacia el. ¿Porque actuaba de esa manera con el? El había tomado mi barbilla dirigiendo mi vista hacia sus ojos, esos que me encantaban ¿El sabría eso? Al verlos no había podido evitar echar un par de lagrimas, odiaba actuar así, sobre todo en frente de el, pero no podía evitarlo, en verdad estaba feliz. Sentí como tocaba nuevamente mi rostro, secando de ese modo las lagrimas que había echo caer. De manera quizás un poco impulsiva, me había dirigido con completa decisión hacia aquellos labios, quería volver a tocarlos con los míos. Esa sensación amarga que había tenido las primeras dos veces que lo había echo se había ido, el actual beso tubo un sabor dulce, esto era completamente dulce. Me había separado de el, riendo levemente hacia sus palabras mientras asentía- Así es, puedes llamarlo beso de gratitud - Me le adelante levemente cuando me había indicado que nos íbamos, pero instantes después solo mantenía su ritmo, en verdad que las cosas no entre ambos no habían cambiado para nada. La gente nos observaba, no podía distinguir si era por simple curiosidad o extrañeza. Una voz proveniente de mi interior musitó algo para si, algo que solo yo podía escuchar. Y aunque poseía mi voz, podía sentir que era alguien completamente ajeno a mi persona. Idiotas. No entendía de donde había venido esa voz ¿Lo había dicho yo? No, era imposible. Pero la voz allí había estado por al menos un instante, como pude la había ignorado. Últimamente había escuchado mucho aquella voz en mi interior, me molestaba, pero parecía que no podía deshacerme de ella. Por suerte las personas empezaron a evitarnos por alguna razón, no quería seguir pensando de esa manera tan negativa. Y aunque no siempre había estado rodeado realmente cuando escuchaba aquella voz, intuí que se deba simplemente a la gente, pero quizás en realidad, estaba equivocado- ¿Eh? -Había murmurado después de volver a escuchar la voz de mi compañero. Segundos después de analizarlo me di cuenta de que me había hecho una pregunta- Oh, pues he ayudado a mi madre con su panadería -Dije mientras caminaba nuevamente tranquilo, manteniendo la sonrisa en mi rostro- Me ha enseñado un par de recetas... De hecho estos dos han comido un par de bocadillos en el viaje -Dije mientras soltaba una pequeña risa dirigiendo momentáneamente un segundo mi vista a cada ratoncito-
- Finalmente estábamos juntos de nuevo, era difícil de creer después de todo un año de espera, pero sin duda alguna había valido la pena esperarlo- ¿Que hay de ti? ¿Que haz hecho todo este tiempo?- Ambos seguimos en camino de la tan mencionada feria, seria grandioso ver flores por doquier, estas me gustaban mucho por alguna razón. Pero después de caminar unas seis cuadras aproximadamente alguien nos frenó , parecía ser una especie de guardia- Lo sentimos mucho jóvenes, pero la feria principal esta siendo cerrada por hoy -El hombre en verdad aparentaba un gesto de pena en su rostro al igual que en su voz- Aun así pueden seguir para el lado contrario, aun hay un par de tiendas si gustan, ademas de que Canberra es un lugar muy grande y precioso, encontraran otra manera de divertirse sin duda alguna- Suspire algo disgustado ante lo dicho por el hombre, quien se había dirigido hacia otras personas anunciando lo mismo, en verdad era una pena- Oh bueno, supongo que sera para el año que entra-Dije volviendo a dibujar una sonrisa en mi rostro observando a mi compañero- Ven, iremos a otro lugar, hay muchas cosas que aun no conozco de aquí
- No importaba cuanto intentase olvidar mi apariencia actual, siempre que estuviese junto a el no la olvidaría. Al escucharlo bufé levemente, siempre hacia esa clase de comentarios, pero ya me había acostumbrado a ellos, ya me había acostumbrado a Nezumi- Tu también sigues igual que siempre-Sonreí observándolo- Y me alegra que sea así -Cuando sentí que se separaría de mi me precipite hacia el. ¿Porque actuaba de esa manera con el? El había tomado mi barbilla dirigiendo mi vista hacia sus ojos, esos que me encantaban ¿El sabría eso? Al verlos no había podido evitar echar un par de lagrimas, odiaba actuar así, sobre todo en frente de el, pero no podía evitarlo, en verdad estaba feliz. Sentí como tocaba nuevamente mi rostro, secando de ese modo las lagrimas que había echo caer. De manera quizás un poco impulsiva, me había dirigido con completa decisión hacia aquellos labios, quería volver a tocarlos con los míos. Esa sensación amarga que había tenido las primeras dos veces que lo había echo se había ido, el actual beso tubo un sabor dulce, esto era completamente dulce. Me había separado de el, riendo levemente hacia sus palabras mientras asentía- Así es, puedes llamarlo beso de gratitud - Me le adelante levemente cuando me había indicado que nos íbamos, pero instantes después solo mantenía su ritmo, en verdad que las cosas no entre ambos no habían cambiado para nada. La gente nos observaba, no podía distinguir si era por simple curiosidad o extrañeza. Una voz proveniente de mi interior musitó algo para si, algo que solo yo podía escuchar. Y aunque poseía mi voz, podía sentir que era alguien completamente ajeno a mi persona. Idiotas. No entendía de donde había venido esa voz ¿Lo había dicho yo? No, era imposible. Pero la voz allí había estado por al menos un instante, como pude la había ignorado. Últimamente había escuchado mucho aquella voz en mi interior, me molestaba, pero parecía que no podía deshacerme de ella. Por suerte las personas empezaron a evitarnos por alguna razón, no quería seguir pensando de esa manera tan negativa. Y aunque no siempre había estado rodeado realmente cuando escuchaba aquella voz, intuí que se deba simplemente a la gente, pero quizás en realidad, estaba equivocado- ¿Eh? -Había murmurado después de volver a escuchar la voz de mi compañero. Segundos después de analizarlo me di cuenta de que me había hecho una pregunta- Oh, pues he ayudado a mi madre con su panadería -Dije mientras caminaba nuevamente tranquilo, manteniendo la sonrisa en mi rostro- Me ha enseñado un par de recetas... De hecho estos dos han comido un par de bocadillos en el viaje -Dije mientras soltaba una pequeña risa dirigiendo momentáneamente un segundo mi vista a cada ratoncito-
- Finalmente estábamos juntos de nuevo, era difícil de creer después de todo un año de espera, pero sin duda alguna había valido la pena esperarlo- ¿Que hay de ti? ¿Que haz hecho todo este tiempo?- Ambos seguimos en camino de la tan mencionada feria, seria grandioso ver flores por doquier, estas me gustaban mucho por alguna razón. Pero después de caminar unas seis cuadras aproximadamente alguien nos frenó , parecía ser una especie de guardia- Lo sentimos mucho jóvenes, pero la feria principal esta siendo cerrada por hoy -El hombre en verdad aparentaba un gesto de pena en su rostro al igual que en su voz- Aun así pueden seguir para el lado contrario, aun hay un par de tiendas si gustan, ademas de que Canberra es un lugar muy grande y precioso, encontraran otra manera de divertirse sin duda alguna- Suspire algo disgustado ante lo dicho por el hombre, quien se había dirigido hacia otras personas anunciando lo mismo, en verdad era una pena- Oh bueno, supongo que sera para el año que entra-Dije volviendo a dibujar una sonrisa en mi rostro observando a mi compañero- Ven, iremos a otro lugar, hay muchas cosas que aun no conozco de aquí
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