My Generation [Priv. Stefan]

Esa mañana tenia un presentimiento de que el día iba a ser algo especial y único. Aunque tampoco me sorprendía mucho ese presentimiento, puesto que siempre lo tenía y siempre acertaba. Lo raro era que no tuviera ese presentimiento, el cual, muchas veces se debería de haber activado por que al final el día se hizo especial. Aunque si lo pensamos de esa manera, si todos los días resultaban especiales. ¿No significaría eso que eran días normales?

Una de las cosas que hicieron ese día especial era que por algún extraño motivo había despertado en mi habitación. Sorprendente y a la vez extraño, había momentos en los que pensaba que en vez de una habitación para dormir, lo que tenia era un trastero para coger y soltar cosas.

Tras despertarme completamente me levante de la cama y fui en dirección al aseo, sentía de buena mañana la llamada de la naturaleza. Tras terminar de asearme a continuación, una persona normal se dispondría a cambiarse de ropa, quitarse el pijama y vestirse para el día. En mi caso no era así, puesto que había dormido con el uniforme puesto.

Después de comprobar que estaba presentable abandone la habitación para dirigirme hacia las clases.

Hacia unos días desde que no veía a Haru-San. ¿Dónde estaría? ¿La encontraría de casualidad por los pasillos? Últimamente, ese había sido el principal motivo de mi aumento de asistencias a clase.

Tras unas horas de un terrible sufrimiento teniendo que soportar la clase impartida por los profesores se acabaron las clases por hoy. Mucho sufrimiento no era, puesto que me quedaba dormido la mayor parte del tiempo. Y no había obtenido éxito en encontrar a Haru-San como en días anteriores.

Caminando por los pasillos llegue a una ligera conclusión, quizás si hacia lo mismo que la ultima vez, quizás lo consiguiera. Decidido partí hacia el patio de la academia y busque un banco en el cual poder tumbarme un rato.

Como si de un gato se tratase, me aproxime al banco al cual le daba sombra un árbol y me tumbe en este algo encogido mientras observaba a la gente pasar, los cuales se quedaban un rato observándome. ¿Nunca habían visto a alguien tumbado en un banco?

Tras un rato de estar tumbado finalmente me canse de aquella postura y me senté como es debido en este. Pude notar como en ese ligero periodo de tiempo, el numero de personas que pasaban por allí había disminuido.