Un café después de clases [Priv Midori]

por Invitado Jue Ago 14, 2014 7:16 am

Una clase más había terminado, la verdad es que la historia del renacentismo le había parecido fascinante, después de todo había sido cuando el arte había empezado a ilustrarse no solo para los grupos más adinerados si no que transversaba hacia las comunidades más pobres mostrándose como una opción de culto, y profesionalismo, era una lástima que muchos de los chicos de ahora no estuvieran interesados en la historia, y eso, temía hacia que estuvieran obligados a repetirla eventualmente, esperaba que los que llegasen más alto fueran aquellos que conocían las consecuencias de las mismas decisiones en el pasado.

Había terminado la clase apenas hacia nos minutos y los alumnos habían empezado a tomar sus cosas, ansiosos por empezar su tarde libre, seguro que para algunos era un martirio pasar sus últimas horas de clases escuchando discursos de lo que habían hecho y pasado ya hacía muchos años en el pasado. ¿No entendían la fascinación por comprender lo que había sucedido en el mundo a cargo de sus propios antepasados? Bueno, era más que claro que hoy en día la respuesta era no. Dando un suspiro había ido hacia su escritorio para guardar sus papeles. Normalmente aguardaba ahí un cuarto de hora mas para las consultorías que podía ofrecer a los alumnos interesados, pero estas siempre eran mínimas y poco frecuentes, excepto cuando dejaba tareas e informes, entonces todos querían repetir la clase en la que se habían dormido.

No tenía apetito, por lo cual se sentó a lo que saco un termo de su portafolio y vaciando algo del líquido que contenía sobre la tapa que servía de taza, a lo cual soltó algo de aliento sobre ella. Bien, él no tenía la facultad de escupir y respirar el fuego como muchos de sus homónimos, pero el aire caliente funcionaba igual de bien cuando uno quería calentar un simple café. De modo que se llevó a los labios el ahora cálido líquido para darle un sorbo.

-Ser maestro es tan emocionante… - dijo con algo de sarcasmo en su voz. Seguro que los maestros de educación física y natación se la pasaban bomba viendo el entusiasmo de sus estudiantes en sus clases. Tena que, de algún modo, encontrar la manera de que más gente se interesara en sus clases, estudiantes más interesados, eran estudiantes mejor educados y capacitados.

por Invitado Vie Ago 15, 2014 7:19 pm

Los caminos hacia las aulas eran ruidosas y con mucho público en los alrededores unos tranquilos y en silencio mientras que por otros lados pasaba gente completamente lo contrario a los demás cada quien tenía su pequeño toque peculiar, no es que pudiera podían tener un aire que los hacia único, pero desconocía aquella facciones, después de todo esta escuela entraban todo tipo de personas del extranjero por lo que era muy normal toparse con variedad de personalidades en las aulas, pasillos y al rededores en las clases.

De repente el pasillo ruidoso se volvió aun poco más al sonar el móvil que la joven pelirosa tenía entre su mochila y logrando la atención del público en general, hizo un pequeño gesto de desagrado por la atención continua de todos que se apuró en sacar el móvil y mirar el número, su padre. Suspiro y busco entrar a un aula donde parecía vacía abrió la puerta y miraba el móvil para luego cerrarla y contestar mirando a la puerta que tenía enfrente. Hablo por unos minutos mientras “hablaba” con su padre, pero en su voz se podía sonar un poco de cansancio por aquella conversación. – Hare lo que me dijiste, no te preocupes- dijo para después despedirse y soltar un enorme suspiro y guardar su móvil.

Paso su dedo índice entre la brecha de sus anteojos para acomodarlos mientras se daba vuelta y se apoyaba en la puerta cerrando los ojos y pasando su nuca sobre ella mientras intentaba olvidar la llamada. Luego de recapitular un momento lo que había sucedido bajo la mirada abriendo lentamente los ojos y mirando en el aula a un profesor albino que parecía disfrutar su cálida bebida. Quedo pálida de repente por la pena que invadía su cuerpo al pasar por todo eso ante un docente.

No pudo evitar dejar salir un sonrojo por la pena que le causaba el hecho que haya escuchado la pequeña conversación con su padre. – Lamento la interrupción, creí que el salón estaba vacío- dijo mirando el reloj de su muñeca para ver la hora y luego mirar al albino, su voz sonaba un poco neutral, “aparentar que nada sucedió”, fue su idea para sacarse de aquella pequeño encuentro vergonzoso. –Aquí es mi siguiente clase así que si no le molesta preferiría quedarme de una vez- dijo de nueva cuenta retirándose de la puerta y buscando el lugar más lejano al profesor donde dejo su mochila y se sentó sacando un libro para “disimular” que nada pasaba, pero mientras “leía” este mismo miraba de reojo al albino, ¿Qué tenía de especial?, era un pregunta que se hacía al no poder dejar de observarlo había algo en el que le llamo la atención pero no lograba entender que.

por Invitado Sáb Ago 16, 2014 12:32 pm

Aquella cálida y amarga bebida pasaba a través de su garganta, de vez en cuando hacia una pequeña mueca, definitivamente necesitaba ponerle azúcar la próxima vez, aunque de vez en cuando cuidarse de eso no venia nada mal. Había estado esperando aquel cuarto de hora de forma completamente inútil, debía haberlo supuesto, la historia no era la prioridad de los chicos de hoy en día. A, que lejos estaban esos días en que los niños tenían tanta curiosidad por saber las historias y las aventuras que sus mayores tenían que contarle. Pero bueno, eso no podía cultivarlo él solo, tenía que haber iniciativa.

-¿Mhp? – soltó al escuchar aquella conversación que parecía sostener una chica de cabello de tono rosado rojizo, parecía estar algo cansada con algún tema y lo repetía a través de aquel aparato. El en lo personal no tenia uno, se retrasaba a veces en lo referente a lo tecnológico, le costaba un poco aquel tema, no era como si en su época gozara de aquellas cosas, el cambio era bueno, pero hacerlo tan acelerado no dejaba observar las cosas que se hacían bien y las que se hacían mal. Sin embargo parecía que ella no había reparado en su presencia.

Para cuando lo hizo parecía haberse apenado, realmente no entendió mucho de aquella conversación asi que ella no tenía nada de qué avergonzarse en realidad. Se limito a cerrar los ojos cuando ella se disculpo. Tomo otro sorbo de café justo en el momento en que ella tomo asiento y se oculto detrás de un libro. Decía que esa era su próxima clase, por su uniforme era una chica de tercer grado, bien, en unos minutos seria su turno para tratar de inculcarle algo de historia.

-Estas en un lapso de receso – dijo finalmente volteándose a verla ocn aquellos orbes carmesí que se veían claramente con la luz del aula de clases – pero debo recordarte que la academia no permite móviles en clases, y yo tampoco – le recordó. Aquella chica no parecia ser problemática, pero un recordatorio nunca estaba de mas. – Espero que tengas deseos de aprender – indico vaciando lo que se había servido de café y regresándola tapa al termo con cuidado de no manchar el escritorio – soy el nuevo profesor de Historia… Sawamura Ryohey

por Invitado Jue Ago 21, 2014 6:43 pm

Se limitó a hablar luego de dejar claro lo que haría, busco la forma de dejar de mirar al profesor y concentrarse en las escrituras del libro. Por un momento comenzó a tomarle el ritmo a la lectura ignorando por completo que el docente aun permanecía en su escritorio sentado. Dejaba claro sus reglas en el aula haciendo que la joven pelirosa quitara su atención de la lectura buscando al dueño de las palabras, lo miro y permaneció seria por un instante bajando el libro sobre la mesa mientras lo cerraba.

-Lamento informarle que no puedo solo desconectarme del móvil, mi padre paga un dineral en esta academia como para que me prohíban usar el único medio por el cual puedo comunicarme con el- respondido de forma seca y completamente seria, si bien sabia de las reglas ya que los había leído pero, la comunicación con su padre por ese medio era constante y no podía solo apagarlo porque a un docente le molestara, después de todo su padre había donado una gran cifra de dinero en la academia luego de que ella fuera permitida en la misma.

La chica simplemente se limitó a mirarlo y escuchar, abrió de nueva cuenta el libro sin despegar la mirada del albino y parpadeo un momento. – Midori Johnson- respondido de forma seca e indiferente mientras retornaba sus orbes a la lectura, la cual se le hacía un poco pesada por el hecho de que necesitaba sus lentes para evitar el sobre esfuerzo de los mismo, pero por el hecho de estética prefería reservarlos en su bolsa y no sacarlo solo si era de suma importancia de lo contrario prefería intentar leer sin ellos.

Poco después de aquello el celular de la joven sonó de nueva cuenta provocando que su atención se concentrara en encontrar el dichoso aparato el cual miro luego de encontrarlo y logro leer el mensaje de su madre deseándole buena suerte en su primer día de clases. Para ella era común responder de forma tan cortante y poco accesible pues estaba acostumbrada a realizar ese tipo de tratos por la gente que la rodeaba influyendo igual la educación que había recibido.

por Invitado Jue Ago 28, 2014 5:56 pm

Sencillamente la respuesta que había dado aquel afemina había estad completamente fuera de lo que había esperado el dragón. Después de todo, la mayoría de los estudiantes obedecían a un profesor, sin importa de donde viniesen… razas, alcurnia, en aquella academia había de todo, y no se podía esperar siquiera que todo se pudiera tener controlado… sin embargo el albino sencillamente se había quedado mirando fijamente a la chica que había desaparecido detrás de el libro nuevamente tras decir su nombre con un tono tan áspero como una roca desértica.

Midori Jhonson…. Si hacia memoria era el apellido de un gran benefactor de la academia… y sus palabras no le quitaban la razón a sus memorias. Parecía una chica que no daba el brazo a torcer, ya fuera por lo terca, ya fuera por su posición o por su orgullo. Como fuera, el dragón alzo un dedo señalando un punto de la fémina estudiante antes de dar un pequeño soplido y casi de manera instantánea el aparato telefónico haría un sonoro “crack” y un poco de humo saldría de él para hacer notar que estaba totalmente destrozado.

-Ahora se ha desconectado del móvil…. – afirmo en un canturreo mientras bajaba el dedo volviendo a tomar un sorbo de su café, quizá solo dándole tiempo a la estudiante para corroborar que, realmente había perdido su móvil y por la forma en que se habían dado las cosas, no era tonta, podía adivinar y deducir que el mismo profesor quien había roto el aparato – fue fácil – recalco el docente mientras miraba fijamente a la estudiante, sus orbes carmesí destellaban ligeramente mientras la veía – no es de mi interés cuando haya pagado su padre por su estadía en esta academia… estar aquí la sujeta a las normas de la misma… y como dije – enfatizo entrecerrando los ojos al verla – en mi clase no se pueden usar …

Justo en el momento sonaría el timbre, seria momento de que los estudiantes comenzaran a llegar para entrar al salón y tomar la clase. Ella podía protestar todo lo que quisiera, hasta gritarle, pero eso tendría que esperar al final de la clase, porque para él ya no era momento de discutir con una estudiante, si no de impartir clases, el momento de adentrarse en el emocionante mundo que era el pasado... el tema era el renacentismo y más les valía a los estudiantes abrir la cabezota para la lección…

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