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Primer día de Clases (Priv. Lysian)
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Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Su primera noche en la Academia Greenlight, aunque él no estuviera planeado despertar tan temprano, es decir a eso de las tres de la mañana según el reloj del muro, por el ruido de uno de los chicos al tropezar aparatosamente con su propio proyecto de ciencias, el impacto del mismo contra el suelo y su llanto al quedar destrozado no le dejo más opciones al peli-naranja que salir de entre sus calientitas sabanas he ir curiosear, no era nada grabe, nada que no se reparara con colocar un poco de cinta adhesiva y goma, le gustaba ayudar y de paso averiguar ciertas cosas sobre la academia; la falta de información siempre le ha sacado de sus cabales. Regreso a su habitación, se acomodó en su cama pero por más vueltas que dio en la cama no lograba retomar su placentero sueño.
No perdió mucho tiempo, aunque por más que quiso no pudo volver a dormirse de vuelta, sus sabanas se enfriaron y no era lo mismo, no estaba calentito, se levantó con el mismo sigilo que antes, para no despertar a sus compañeros de cuarto, los cuales no parecían siquiera inmutarse por el llanto de aquel chico de primer año, "No se si tienen el sueño muy pesado o les resulta muy dificil levantarse a ver" pensó para si mismo. Aunque aquella habitación no la podía llamarla suya, tendría que mudarse ese día al regresar de clases o en la tarde todo dependía del encargado, agradeció mucho no tener que dormir en el sofá, al parecer uno de los chicos había ascendido de gama a beta y dejado la cama bacía por el momento solo faltaba que le asignaran una habitación permanente.
De ahí en más se fue a duchar, sin contar con el cambio de horario, estaba demasiado despierto por lo que se quedó buen tramo bajo el agua dejando que su cabello se empapara totalmente dejando que las gotitas de agua se deslizaban por su piel, se enjabono rápidamente estaba frió el ambiente por lo que se secó y vistió rápidamente; por mucho que le gustara la idea del uniforme, es decir menos gastos en ropa, no se acostumbraba a él, el blanco, azul y amarillo sentía que no le sentaba nada bien, se acomodó la vandada gris en el cuello, mientras esperaba que se secara sus cabello, paso a su maleta y tomo unas galletas que compro en uno de los puestos de la estación, y eso desayuno antes de comenzar a vagar por los dormitorios. Cuando noto que el cielo estaba tomando colores celestes, ligeros rosas y naranjas difuminados, decidió tomar su maleta guardando así su libro de Astrología y abandonar la estancia para encaminarse así a la academia.
Una ligera pasada por la dirección y Lavi estaba más interesados en los libros que adornaban una pared, que la explicación de la secretaria o asistente del director no había prestado la debida atención por estar mirando libros, que se notaban ligeramente antiguos, de capa gruesa y algo que de momento no lo había visto con sus propios ojos, quería esos libros, pero fue llamado a tierra y bajado de su nube de pensamiento por la joven –Bookman, su profesor vendrá pronto por usted- fue lo último que le escucho a la joven.
Un hombre alto se presentó en la oficina y en silencio fue hasta el salón, no dijo nada solo indico con gesto que avanzara y así lo hizo, la verdad tenía un aspecto imponente el profesor por lo que una frente a puerta, el mayor hizo un gesto indicando que esperara fuera del salón, el peli-naranja lo vio entrar, poner orden y decir algunas palabras, luego miro hacia él y le indico pasar –Bueno su nuevo compañero, trátenlo bien… Joven Bookman, preséntese y sea breve- dijo en tono severo, mientras Lavi sin muchos miramientos entro al salón con una gran sonrisa en la cara – Mucho gusto mi nombre es Lavi Bookman, aun me estoy acostumbrado al cambio de horario y espero poder llevarme bien con todos. ¿Así de breve Profesor?- le pregunto al profesor con cierto descaro, a lo cual el mayor lo miro con aquella cara seria que pose, aunque la risa por parte del alumnado no se hicieron esperar, el profesor negó resignado – Tome asiento al final de la fila junto a la ventana- dicho eso se fue a sentar y dejar su maleta en el suelo mientras prestaba atención al profesor o por lo menos eso procuro hasta más o menos media jornada, los profesores entraban y salían con rapidez que no le dio tiempo a socializar, para cuando empezó el receso estaba totalmente dormido en su banca. Al parecer nadie le despertó o estaba tan dormido que no lo lograron despertar, para cuando despertó ya había entrado otra profesora que le pedio presentarse así que se puso de pie mientras repetía lo que dijo con todos los profesores de ese día.
Bueno su día ya había terminado y estaba explorando una escalera, se había perdido por los laboratorios y cuando diviso otra escalera su impulso por seguir subiendo quería una pequeña cierta al sol; la extrañaba aunque hubiera dormido casi todo el receso, pero el clima era un poco frio por el más que obvio invierno pero el sol era radiante esa tarde y no hubiera nada que deseara más que aquella siesta al sol. Si no recordaba mal su día fue grandioso, sin problemas.
Abrió la puerta de la azotea, camino hasta el enrejado dejo su mochila a un costado, saco su preciada bufanda naranja y la enrollo para usarla de almohada, se dejó caer en el suelo, pese al sol resplandeciente aún se sentía fresco el día. –Bonito primer día… - se estiro en el suelo y comenzó a cerrar los ojos, dejo salir un largo bostezó para acomodarse mejor en el piso. O eso intento hasta que la puerta se volvió a abrir, no esperaba que después de clases aun alguien más estuviera en la azotea, aunque si no estaba del todo mal, seguían habiendo clases a esa hora, creyó que lo mejor sería saludar después de todo, tarde o temprano tendría que acostumbrarse al horario de Australia; se incorporó un poco y also la mano –Hola!!- dijo animado, más cuando noto que la cara le resultaba familiar “¿Qué no está en mi clase?”
No perdió mucho tiempo, aunque por más que quiso no pudo volver a dormirse de vuelta, sus sabanas se enfriaron y no era lo mismo, no estaba calentito, se levantó con el mismo sigilo que antes, para no despertar a sus compañeros de cuarto, los cuales no parecían siquiera inmutarse por el llanto de aquel chico de primer año, "No se si tienen el sueño muy pesado o les resulta muy dificil levantarse a ver" pensó para si mismo. Aunque aquella habitación no la podía llamarla suya, tendría que mudarse ese día al regresar de clases o en la tarde todo dependía del encargado, agradeció mucho no tener que dormir en el sofá, al parecer uno de los chicos había ascendido de gama a beta y dejado la cama bacía por el momento solo faltaba que le asignaran una habitación permanente.
De ahí en más se fue a duchar, sin contar con el cambio de horario, estaba demasiado despierto por lo que se quedó buen tramo bajo el agua dejando que su cabello se empapara totalmente dejando que las gotitas de agua se deslizaban por su piel, se enjabono rápidamente estaba frió el ambiente por lo que se secó y vistió rápidamente; por mucho que le gustara la idea del uniforme, es decir menos gastos en ropa, no se acostumbraba a él, el blanco, azul y amarillo sentía que no le sentaba nada bien, se acomodó la vandada gris en el cuello, mientras esperaba que se secara sus cabello, paso a su maleta y tomo unas galletas que compro en uno de los puestos de la estación, y eso desayuno antes de comenzar a vagar por los dormitorios. Cuando noto que el cielo estaba tomando colores celestes, ligeros rosas y naranjas difuminados, decidió tomar su maleta guardando así su libro de Astrología y abandonar la estancia para encaminarse así a la academia.
Una ligera pasada por la dirección y Lavi estaba más interesados en los libros que adornaban una pared, que la explicación de la secretaria o asistente del director no había prestado la debida atención por estar mirando libros, que se notaban ligeramente antiguos, de capa gruesa y algo que de momento no lo había visto con sus propios ojos, quería esos libros, pero fue llamado a tierra y bajado de su nube de pensamiento por la joven –Bookman, su profesor vendrá pronto por usted- fue lo último que le escucho a la joven.
Un hombre alto se presentó en la oficina y en silencio fue hasta el salón, no dijo nada solo indico con gesto que avanzara y así lo hizo, la verdad tenía un aspecto imponente el profesor por lo que una frente a puerta, el mayor hizo un gesto indicando que esperara fuera del salón, el peli-naranja lo vio entrar, poner orden y decir algunas palabras, luego miro hacia él y le indico pasar –Bueno su nuevo compañero, trátenlo bien… Joven Bookman, preséntese y sea breve- dijo en tono severo, mientras Lavi sin muchos miramientos entro al salón con una gran sonrisa en la cara – Mucho gusto mi nombre es Lavi Bookman, aun me estoy acostumbrado al cambio de horario y espero poder llevarme bien con todos. ¿Así de breve Profesor?- le pregunto al profesor con cierto descaro, a lo cual el mayor lo miro con aquella cara seria que pose, aunque la risa por parte del alumnado no se hicieron esperar, el profesor negó resignado – Tome asiento al final de la fila junto a la ventana- dicho eso se fue a sentar y dejar su maleta en el suelo mientras prestaba atención al profesor o por lo menos eso procuro hasta más o menos media jornada, los profesores entraban y salían con rapidez que no le dio tiempo a socializar, para cuando empezó el receso estaba totalmente dormido en su banca. Al parecer nadie le despertó o estaba tan dormido que no lo lograron despertar, para cuando despertó ya había entrado otra profesora que le pedio presentarse así que se puso de pie mientras repetía lo que dijo con todos los profesores de ese día.
Bueno su día ya había terminado y estaba explorando una escalera, se había perdido por los laboratorios y cuando diviso otra escalera su impulso por seguir subiendo quería una pequeña cierta al sol; la extrañaba aunque hubiera dormido casi todo el receso, pero el clima era un poco frio por el más que obvio invierno pero el sol era radiante esa tarde y no hubiera nada que deseara más que aquella siesta al sol. Si no recordaba mal su día fue grandioso, sin problemas.
Abrió la puerta de la azotea, camino hasta el enrejado dejo su mochila a un costado, saco su preciada bufanda naranja y la enrollo para usarla de almohada, se dejó caer en el suelo, pese al sol resplandeciente aún se sentía fresco el día. –Bonito primer día… - se estiro en el suelo y comenzó a cerrar los ojos, dejo salir un largo bostezó para acomodarse mejor en el piso. O eso intento hasta que la puerta se volvió a abrir, no esperaba que después de clases aun alguien más estuviera en la azotea, aunque si no estaba del todo mal, seguían habiendo clases a esa hora, creyó que lo mejor sería saludar después de todo, tarde o temprano tendría que acostumbrarse al horario de Australia; se incorporó un poco y also la mano –Hola!!- dijo animado, más cuando noto que la cara le resultaba familiar “¿Qué no está en mi clase?”
Invitado- Invitado
Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Ultimamente tengo una serie de lagunas; recuerdos borrosos que no soy capaz de lograr descifrar por completo. La más reciente es la que tengo desde hace una semana, ya que no recuerdo nada de ella y, si no fuese porque me dijeron qué día era hoy, probablemente seguiría igual. Sinceramente, no es algo que me resulta extremadamente raro. Lo raro es el hecho de que no haya visto a nadie que me haya dicho que en esa semana estaba raro o fuera de mi carácter usual. Por costumbre, suele ser mi otro yo el responsable de mis lagunas y debido a que él es como es, me resulta muy raro el hecho de saber que la gente que conozco no me ha tomado cierta tirria o similar a pesar de no tener hambre en absoluto. ¿Habrá ido a comer fuera? ¿No se suponía que lo que quería era aislarme y así mostrar su supremacía respecto a los demás? Independientemente del caso, lo cierto es que me alegraba. Quién sabe, puede que no tuviese que volver a suceder esa experiencia tan desagradable. Aunque… sí que hay algo que me preocupa. Normalmente, suelo recordarlo todo a partir de unas cuantas horas después de que él tomase el control pero, sin embargo, ahora no lo recuerdo en absoluto. ¿Qué me estará pasando? ¿Será cosa suya? De ser así, ¿con qué fin lo hizo?
No estaba especialmente atento a la gente sentada alrededor de mí hasta que llegó el profesor y nos informó de que tendríamos un nuevo compañero de clases. Alcé el rostro un poco para ver a un chico pelirrojo, alto… aunque no sabría decir exactamente cómo de alto era. Sin embargo, lo más destacable sobre él eran sus ojos, uno de color verde y el otro completamente tapado con un parche. ¿Lo tendría herido? ¿O será que es una moda de su lugar de procedencia? Independientemente del caso, lo cierto es que desvié un poco la mirada. No puedo permitir que mi otro yo se percate demasiado de la existencia de un chico que puede resultarle apetitoso. Seamos sinceros, es atractivo físicamente hablando. Además, tenía ese aura que tienen aquellas personas que serían demasiado apetitosas como para que él los dejase escapar. ¡Maldita sea! ¡Hasta yo lo considero como comida en cierta manera! ¡Nunca me había pasado con nadie hasta ahora! Supongo que si no lo miro a los ojos, la sensación desaparecerá.
Fue por ello que me alegré de que le pusieran en un asiento bastante alejado del mío. Sin embargo, esa sensación de aumento del hambre se estaba apoderando un poco de mí a medida que las clases seguían. Debía tranquilizarme de alguna manera… Así que decidí empezar a hacer garabatos y dibujos en clase cuando no podía concentrarme, cosa que sucedió la mayor parte del tiempo, todo sea dicho.
Nada más finalizar las clases me levanté y me fui a tomar un poco de aire. Sin embargo, jamás me esperé que hubiese alguien ya allí. Debido a que el Sol brillaba con bastante intensidad, me costó reconocerlo con la mirada, pero aquel parche era inconfundible. ¿Por qué tenía que estar él, de entre todos, aquí? ¡Precisamente vine aquí para evitar cruzarme con él!
- Hola… -dije en voz un poco más baja, tapando con una mano el Sol para poder comprobar con mejor posibilidad que, definitivamente, era el mismo-. Esto… Si no recuerdo mal, tu nombre era… -me quedé pensando durante un tiempo. Lo cierto es que, debido a mi pequeño instinto, no le presté mucha atención a su presentación-. La… La… ¿Lava? –No sé por qué, pero me daba la sensación de que ése no era el nombre-. Creo que no… -reí nervioso-. Lo siento, nunca fui bueno memorizando nombres de otros. Al menos sé que eres el estudiante nuevo que ha llegado hoy a mi clase –volví a reír-. Es algo, ¿no?
Me acerqué a él y me senté a su lado. Era un grave error considerando mi situación actual pero, ¡es que no puedo permitirme escapar cuando precisamente debo hacerme pasar por un simple humano! No es que sea malo ser lo que soy, pero… Es una situación complicada.
- ¿Te has acostumbrado a las clases?
Debía actuar natural. Quién sabe, puede que esto me sirviese como práctica para poder aguantar todo tipo de tentaciones futuras. Siempre y cuando no actúe de forma demasiado amigable, creo que podré aguantar. En cierta medida… Creo que me alegra que mi otro yo haya tomado el control todo este tiempo.
No estaba especialmente atento a la gente sentada alrededor de mí hasta que llegó el profesor y nos informó de que tendríamos un nuevo compañero de clases. Alcé el rostro un poco para ver a un chico pelirrojo, alto… aunque no sabría decir exactamente cómo de alto era. Sin embargo, lo más destacable sobre él eran sus ojos, uno de color verde y el otro completamente tapado con un parche. ¿Lo tendría herido? ¿O será que es una moda de su lugar de procedencia? Independientemente del caso, lo cierto es que desvié un poco la mirada. No puedo permitir que mi otro yo se percate demasiado de la existencia de un chico que puede resultarle apetitoso. Seamos sinceros, es atractivo físicamente hablando. Además, tenía ese aura que tienen aquellas personas que serían demasiado apetitosas como para que él los dejase escapar. ¡Maldita sea! ¡Hasta yo lo considero como comida en cierta manera! ¡Nunca me había pasado con nadie hasta ahora! Supongo que si no lo miro a los ojos, la sensación desaparecerá.
Fue por ello que me alegré de que le pusieran en un asiento bastante alejado del mío. Sin embargo, esa sensación de aumento del hambre se estaba apoderando un poco de mí a medida que las clases seguían. Debía tranquilizarme de alguna manera… Así que decidí empezar a hacer garabatos y dibujos en clase cuando no podía concentrarme, cosa que sucedió la mayor parte del tiempo, todo sea dicho.
Nada más finalizar las clases me levanté y me fui a tomar un poco de aire. Sin embargo, jamás me esperé que hubiese alguien ya allí. Debido a que el Sol brillaba con bastante intensidad, me costó reconocerlo con la mirada, pero aquel parche era inconfundible. ¿Por qué tenía que estar él, de entre todos, aquí? ¡Precisamente vine aquí para evitar cruzarme con él!
- Hola… -dije en voz un poco más baja, tapando con una mano el Sol para poder comprobar con mejor posibilidad que, definitivamente, era el mismo-. Esto… Si no recuerdo mal, tu nombre era… -me quedé pensando durante un tiempo. Lo cierto es que, debido a mi pequeño instinto, no le presté mucha atención a su presentación-. La… La… ¿Lava? –No sé por qué, pero me daba la sensación de que ése no era el nombre-. Creo que no… -reí nervioso-. Lo siento, nunca fui bueno memorizando nombres de otros. Al menos sé que eres el estudiante nuevo que ha llegado hoy a mi clase –volví a reír-. Es algo, ¿no?
Me acerqué a él y me senté a su lado. Era un grave error considerando mi situación actual pero, ¡es que no puedo permitirme escapar cuando precisamente debo hacerme pasar por un simple humano! No es que sea malo ser lo que soy, pero… Es una situación complicada.
- ¿Te has acostumbrado a las clases?
Debía actuar natural. Quién sabe, puede que esto me sirviese como práctica para poder aguantar todo tipo de tentaciones futuras. Siempre y cuando no actúe de forma demasiado amigable, creo que podré aguantar. En cierta medida… Creo que me alegra que mi otro yo haya tomado el control todo este tiempo.
Invitado- Invitado
Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Su único ojo visible se cerró al escuchar aquel breve “Hola” pronunciado por el joven de cabellos azulados que recién entraba en la azotea; con toda la rapidez de un conejo se incorporó rápidamente, pegando la espalda al enrejado para estar más atento “en otro momento dormiré… claro si es que no me despierto de nuevo a plena madrugada” pensó para sí mismo antes, antes de poder volver a enfocar la vista en su nuevo ¿Acompañante? ¿Compañero? ¿Amigo? Quizás un poco precipitado para el último, pero la naturaleza de un Bookman de no meterse en problemas ajenos le permitía casi siempre llevarse bien con los demás, aunque de una forma u otra terminaba metido en algún lio.
Pero pronto no pudo contener la risa pues al escuchar al chico intentar hacer memoria de su nombre, aunque trato no pudo evitar por mucho soltar una las ganas de reír “¿Lava? Jajaja Lava, jeehh lo que hace el cambio de una bocal” ; tomo aire para intentar calmarse para no molestar el chico que por lo menos intentaba ser educado–Bueno… No te preocupes, estuviste cerca ¡Solo fallaste una bocal! Para mi es bastante. –Le comento animado, aun con ligeros espasmos de risas – Hee… Me llamo Lavi, el “nuevo” – se reacomodo un poco contra el enrejado pues al desparramase a reírse se desacomodo un poco.
Espero paciente que terminara de hablar para poder responder, esta vez sin interrumpirle, le sonrió antes de mirarle mejor, algo que llamo su atención ante la cercanía, que causo al sentarse a su lado, no le molestaba su presencia, era ligeramente inquietante e intrigante sentía cierta emoción al tenerlo cerca, pero dio por sentado que tal vez era por la heterochromia total que portaba aquel impar y singular color de irises, un verde claro casi cristalino con un brillo propio muy encantador y por otra parte aquel rojo obscuro que de alguna forma le recordaba lo peligroso a una rosa, una belleza peligrosa sin duda; pero pasando por alto aquellos detalles que solo procesaba en su cabeza, archivando cada detalle de su compañero de clases, que por cierto hasta el momento ignoraba su nombre pero pronto preguntaría eso era lo de menos.
Parpadeo un poco antes de abrir la boca –Las clases a lo poco que escuche son ligeramente comprensibles… si tomamos en cuenta que me la pase durmiendo- se rasco la mejilla desviando ligeramente la mirada al radiante cielo- mmm… sí creo que mal no me ira, solo es cosa de ponerle empeño –estaba totalmente seguro de ello - los compañeros y las compañeras parecen divertidos, aunque admito que aún no podido conocerles. ¡Claro exceptuándote a ti! – Sonrió sacando la lengua en gesto infantil- Aunque hay algo me gustaría saber, claro… con si gustas… ¿Me regalas tu nombre?- pregunto con la curiosidad pinta en su único ojo visible.
Se estiro un poco enredando los dedos en el alambre del enrejado arqueando la espalda – Me gusta este lugar… le sol es cálido… -ladeo la mirada para ver a su acompañante- ¿Tienes tiempo de vivir aquí? –pregunto procurando no sonar entrometido, solo quería saber si era nativo de Australia o era extranjero. No estaba pensando mucho el sol causaba en él un estado de relajación casi inmediato, por lo que no estaba muy a la defensiva solo estaba disfrutando el momento - Neee~ - le busco la mirada - ¿te han dicho que tienes muy bonitos ojos? – pregunto con cierto descaro; a Lavi nunca le ha costado decir lo que piensa y menos cuando es algo que le llama la atención en una persona.
Solo deseaba no haberlo incomodado. “Pero… sí parece un chico ¡agradable! Hay momentos en los que me pregunto ¿porque demonios sonrió tanto?” Aquel hijo le pensamiento no venía al tema, pero es naturaleza en alguna ocasiones desviarse del tema aunque fuese solo de pensamiento.
Le miro otra vez, no tenía la intención de causar molestia su compañero de clases pero aquella sensación inquietante e intrigante que había atribuido a su singular color de ojos “Si bien son hermosos… hay algo más…Pero… ¿Qué será?” Sonrió por inercia “Pero seguro será divertido de averiguarlo… tal vez no hoy, tal vez no mañana… pero algún día sabré que es lo que me intriga de su persona” se soltó del enrejado aquella posición luego de destensarlo comenzaba a ser incomoda, coloco las manos sobre sus muslos para luego mirar a su compañero con una cara juguetona, que en mucha ocasiones no implicaba nada bueno. Sin quitar aquella mirada, se acercó al peli-azul, le dio un ligero toque a la nariz del contrario con el dedo índice – Ya que eres mi primera víctima, ¿Qué dices si intentamos ser amigos?- le sonrió con toda la sinceridad del mundo, realmente le gustaba mucho hacer amistades, aunque en oaciones su forma tan: explosiva, rara, dinámica, mimada, etc. Abecés se solo le hacia las cosas un poco más difíciles.
Pero pronto no pudo contener la risa pues al escuchar al chico intentar hacer memoria de su nombre, aunque trato no pudo evitar por mucho soltar una las ganas de reír “¿Lava? Jajaja Lava, jeehh lo que hace el cambio de una bocal” ; tomo aire para intentar calmarse para no molestar el chico que por lo menos intentaba ser educado–Bueno… No te preocupes, estuviste cerca ¡Solo fallaste una bocal! Para mi es bastante. –Le comento animado, aun con ligeros espasmos de risas – Hee… Me llamo Lavi, el “nuevo” – se reacomodo un poco contra el enrejado pues al desparramase a reírse se desacomodo un poco.
Espero paciente que terminara de hablar para poder responder, esta vez sin interrumpirle, le sonrió antes de mirarle mejor, algo que llamo su atención ante la cercanía, que causo al sentarse a su lado, no le molestaba su presencia, era ligeramente inquietante e intrigante sentía cierta emoción al tenerlo cerca, pero dio por sentado que tal vez era por la heterochromia total que portaba aquel impar y singular color de irises, un verde claro casi cristalino con un brillo propio muy encantador y por otra parte aquel rojo obscuro que de alguna forma le recordaba lo peligroso a una rosa, una belleza peligrosa sin duda; pero pasando por alto aquellos detalles que solo procesaba en su cabeza, archivando cada detalle de su compañero de clases, que por cierto hasta el momento ignoraba su nombre pero pronto preguntaría eso era lo de menos.
Parpadeo un poco antes de abrir la boca –Las clases a lo poco que escuche son ligeramente comprensibles… si tomamos en cuenta que me la pase durmiendo- se rasco la mejilla desviando ligeramente la mirada al radiante cielo- mmm… sí creo que mal no me ira, solo es cosa de ponerle empeño –estaba totalmente seguro de ello - los compañeros y las compañeras parecen divertidos, aunque admito que aún no podido conocerles. ¡Claro exceptuándote a ti! – Sonrió sacando la lengua en gesto infantil- Aunque hay algo me gustaría saber, claro… con si gustas… ¿Me regalas tu nombre?- pregunto con la curiosidad pinta en su único ojo visible.
Se estiro un poco enredando los dedos en el alambre del enrejado arqueando la espalda – Me gusta este lugar… le sol es cálido… -ladeo la mirada para ver a su acompañante- ¿Tienes tiempo de vivir aquí? –pregunto procurando no sonar entrometido, solo quería saber si era nativo de Australia o era extranjero. No estaba pensando mucho el sol causaba en él un estado de relajación casi inmediato, por lo que no estaba muy a la defensiva solo estaba disfrutando el momento - Neee~ - le busco la mirada - ¿te han dicho que tienes muy bonitos ojos? – pregunto con cierto descaro; a Lavi nunca le ha costado decir lo que piensa y menos cuando es algo que le llama la atención en una persona.
Solo deseaba no haberlo incomodado. “Pero… sí parece un chico ¡agradable! Hay momentos en los que me pregunto ¿porque demonios sonrió tanto?” Aquel hijo le pensamiento no venía al tema, pero es naturaleza en alguna ocasiones desviarse del tema aunque fuese solo de pensamiento.
Le miro otra vez, no tenía la intención de causar molestia su compañero de clases pero aquella sensación inquietante e intrigante que había atribuido a su singular color de ojos “Si bien son hermosos… hay algo más…Pero… ¿Qué será?” Sonrió por inercia “Pero seguro será divertido de averiguarlo… tal vez no hoy, tal vez no mañana… pero algún día sabré que es lo que me intriga de su persona” se soltó del enrejado aquella posición luego de destensarlo comenzaba a ser incomoda, coloco las manos sobre sus muslos para luego mirar a su compañero con una cara juguetona, que en mucha ocasiones no implicaba nada bueno. Sin quitar aquella mirada, se acercó al peli-azul, le dio un ligero toque a la nariz del contrario con el dedo índice – Ya que eres mi primera víctima, ¿Qué dices si intentamos ser amigos?- le sonrió con toda la sinceridad del mundo, realmente le gustaba mucho hacer amistades, aunque en oaciones su forma tan: explosiva, rara, dinámica, mimada, etc. Abecés se solo le hacia las cosas un poco más difíciles.
Invitado- Invitado
Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
- OFF:
- Primer post desde que recupero el color rosa (?)
ON:
Como deduje, me había equivocado con el nombre del chico. ¿Cómo se va a llamar alguien "lava"? Debí haberlo supuesto y directamente haberle preguntado, a pesar de haber quedado mal también. Es vergonzoso equivocarse en el nombre o no recordarlo, pero es más lo primero para mí.
El chico, Lavi, se quedó observándome continuamente. Extrañamente, no me sentía nervioso, aunque sí que me sentía un poco incómodo. No sabría definir la razón, pero estoy convencido por algún extraño motivo de que me estaba analizando. Desvié la mirada, un poco preocupado por este hecho, aunque realmente no había ninguna razón de ser para ello. Por suerte, lo sociable que era hizo que me riese un poco, ignorando lo que acababa de suceder.
- No deberías dormir en clase... -dije tras volverlo a encarar. He de decir que el parche me llamaba la atención-. Si tienes problemas, no me importaría ayudarte -después de todo, a mi me iría bien como práctica aunque no lo pueda admitir-. ¡Oh! -no reparé en que no me presenté-. Yo soy Lysian, ¡encantado!
El chico se estiró un poco a medida que iba hablando y, tras un rato, volvió a hablar, quedándome un par de segundos mirándolo a la cara y luego desviando mi rostro una vez más. ¡Lysian, cálmate! ¡Esto es una prueba de autocontrol!
- Bueno... Por razones personales, mi padre me trajo aquí, a Australia. ¿Qué hay de ti? -pregunté un poco animado para después volverlo a mirar.
Grave error. El comentario que hizo Lavi hizo que se formase un rubor en mi rostro. ¡Esto sí que no me lo esperaba! Me siento en cierta medida en un campo de batalla y que, de pronto, me acaban de atacar de una forma que no me esperaba. Miré al suelo, avergonzado por lo que dijo. Muy bien... ¿Y ahora qué digo? He de decir algo que no provoque que haga otro movimiento como ése pero, ¿el qué? ¿Qué se supone que puedo hacer? Debo tranquilizarme... Sí. Eso es... Cálmate...
- Tú también -me puse de nuevo nervioso-. ¡Quiero decir que tienes un ojo bonito! -¿Por qué me estaba poniendo tan nervioso? ¿Sería por ese aura?-. Eh, no quería hacer mención al parche, quiero decir... Supongo que es algo personal y que no quieres hablar de éso, pero... Bueno... Solo quería decir que me parecía bonito. Eso es todo.
¡Jopetas! ¡Lysian, cálmate de una vez! ¡Va a pensar que eres un chico raro! ¡Lo peor es que piense que tienes pensamientos impuros hacia él! A ver, no es que sea precisamente feo. De hecho, como ya mencioné, entra en los cánones de belleza, pero el problema es el aura que desprende. Cómo me alegro de no tener nada de hambre... Sería un gran problema...
Se volvió a acercar y, debido a que no me esperaba ni lo que hizo ni lo que dijo, se formó un claro e inconfundible rubor en mi rostro. ¡Oh, Dios! ¡Demasiado cerca! ¡Estás demasiado cerca! ¿Y por qué tenías que decir de, entre todas las palabras, "víctima"? ¿Y por qué me pone tan nervioso estar así? Es... complicado. Definitivamente, complicado...
- Bueno, yo... No tengo problema. Hacer amigos siempre es algo bueno -tan solo espero que él lo acepte como tal. Al menos, sé que a Kishoka no le ha hecho nada. Si a ella no la ha tocado, ¿por qué iba a hacérselo a otro amigo mío? Suspiré aliviado-. No se pierde nada por probar, ¿no? -Devolví la sonrisa.
No parece ser una mala persona. Seguro que en realidad es alguien agradable, no hay duda de ello. Es solo que puede que sea demasiado sociable... Me alejé un poco para empezar a preguntar. Quizá sería demasiado, pero tengo curiosidad.
- Bueno... ¿Qué cosas te gustan, Lavi? ¿Hay algo que detestes por encima de todo? ¿Qué edad tienes? Yo diecinueve, por cierto. ¿Qué asignatura es la que te da más problemas? ¿Y la que se te da mejor? Podríamos estudiar algún día en mi habitación, si quieres, para mejorar nuestros puntos flacos. Al ser beta, tengo un cuarto propio para mí. Además...
Me llevé el dedo a la boca mirando hacia abajo, pensativo. ¿Qué más podría preguntarle? La verdad es que no tengo nada en mente ahora mismo...
- ... Creo que eso será todo por ahora hasta que piense en alguna otra. Tú también puedes hacer preguntas, si quieres.
Invitado- Invitado
Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
- Off:
- Dios que honor ser el primero en recibir un post con el tan afamado rosa de los betas, pero sigo pensando que se le miraba mejor el celeste. ^^=
Contento con la aparente tranquilidad de Lysian y sobre todo que estuviera más abierto a una conversación se sintió muy satisfecho con ello, sin duda aquello era mejor que dormir una cálida siesta al sol. No podría negarlo, sonrío muy agradecido ante la ayuda ofrecida para estudiar después de todo eso era lo que su suponía tenía que hacer en la academia aunque fuera más divertido estar buscando cosas ocultas, no le importaría jugar a estudiar con Lysian.
Le miro antes de responder, estaba en su estado natural “Alegre” –¿Are?- se cuestionó mientras le miraba tratando de formular palabras no muy ciertas por tampoco falsas, esa no es una buena forma de comenzar una amistad y Lavi lo savia de ante mano – Si tu estas por tu padre, digamos que yo estoy por mi abuelo. – le corto, dando a entender que era todo lo que iba a decir, hasta que sonrió y le saco la lengua juguetón –¡Venga que no es todo! Jajaja… era broma, el viejo panda y yo siempre hemos viajado mucho, es estado en casi todos los lugares del mundo... salvo en…- se quedó callado mientras pensaba un poco, haciendo memoria–Ha si en Estados Unido, Argentina y Alska. Veras mi abuelo era historiador y yo más o menos, pero me dijo que aquí ocurren muchas cosas interesantes y que debía registrarlo y hacer un libro- no mentía… del todo era parte de la verdad solo que de una forma muy adornada y un poco menos extraña.
Aunque de alguna manera pensaba que no le sonaría raro que le dijese toda la verdad “¡¡En que piensa!! Te me va a creer más loco de lo que ya estoy…” pensó con cierto grado de resignación.
Citando la aparente tranquilidad del peli-azul de pronto se puso algo nervioso su rostro adornaba aquella pálida piel blanca un tierno sonrojo y solo que solo había soltado un cumplido, un lindo, un tanto incómodo supuso y verdadero cumplido, pero no podía hacer nada era su verdad de momento, nunca se esperó aquella reacción tan adorable, no puedo más que reírse de nuevo; le tome de las mejillas con ambas manos –¡Lysian Respira!- espere que se calamara un poco mientras le sonreí y le solté -no pasa nada, además digamos que lo uso porque, jeje es ¡cool!- se emocionó mucho- jejeje no es que la luz me lastima mucho en la córnea, así que mejor lo tapo ¿no? Y gracias por el cumplido yo también lo creo- le guiño el ojo juguetón estaba acostumbrado a ser así tan libre en sus palabras.
Aquel joven realmente savia sacar lo mejor de Lavi con relativa facilidad, era adorable y muy lindo en todo en el buen sentido que aún se puede rescatar del peli-naranja.
Fue un gran alivio saber que no era el único con intenciones amistosas para con su compañero de clases, esta de cierto modo aliviado “Perfecto, mi primer amigo de clases… esto será divertido” pensó alegre ante la situación –Cierto, cierto no perdemos nada y ganamos mucho además uno nunca tiene demasiados amigos – se despego totalmente del enrejado para prestar más atención a Lysian.
Se sorprendió un poco con su facilidad para hacer preguntas, se cursó de piernas a lo indio, apoyando ambas manos en sus muslos, mientras trataba de reorganizar las palabras adecuadas para responder en el orden adecuado- A ver… ¿Me gusta? Me gusta la lectura, me gustan los deporte y los conejos – dicho eso, acerco su maleta que estaba a su costado para sacar una bolsa de gomitas de fresas con formas de conejitos, la abrió para tendérsela a Lysian- ¿Gustas? Y siguiendo con el interrogatorio, pero ojo… que luego pregunto yo – le sonrió divertido para el casi todo era juego. – Muy pocas cosa me molestan, de hecho llevo muy el hecho de que me odien, me intenten maltratar… aunque no me dejo; aunque admito que no me gusta ver como maltratan a las personas y a los animales, si es por mí, me creo capaz de defenderme por lo menos salir vivo jeje.- se rasco la nunca con cierto aire apenando por sus palabras - ¿He? ¿Tienes diez y nueve? Genial!! Eres mayor que yo por unos meses he de suponer… mí, materia… - se quedó pensando, cierto era que problema no le daba ninguna la memoria familiar acudía a su rescate, se llevó una mano a la barbilla y comenzó a hacer muecas algo chistosas- en definitiva diré que Física…. Y puede que un poco Trigonometria. –Le sonrió complacido con su respuesta, de hecho aquellas eran las materias que menos le gustaban.
-Bueno la que mejor se me da es historia, seguido de biología, geografía y algo de religión y para mi seria todo un gusto estudiar con tu linda persona, así que eres un beta… eso explicaría por qué los uniformes son diferentes. – La mirada verde jade no se despegaba de la vi-color de su compañero de clase, sonrió con cierta malicia y sonrió -¡Bien! Mi turno… ¿Dónde naciste? Porque yo soy Danés aunque no me crie hay jeje; ¿Qué tipo de comida te gusta? Puede que uno de estos días vayamos a cenar mi querido amigo –le sonrió con cariño.
“Si antes me preguntaba porque demonios sonrío tanto, me acabo de dar cuenta que también cambio de expresiones con bastante continuidad” Le sonrío “Naaa… solo sonrió de diferentes formas” se debatía contra el mismo. - ¿Qué materias te gustan y cuáles no? Jejeje a ver en que me ayudas jeje- le dio un ligero empujoncito en el hombro - ¿Te gustan los deportes? –le miro curioso tal vez, solo tal vez si Lysian fuera de los que le gusta el aire libre podrían ir de excursión, aunque también estaba dispuesto a hacer las cosas que al peli-azul le gustasen hay que ser recíprocos.
-Tengo más preguntas pero a modo no ser muy entrometido, las dejare para después, ¿algo más que gustes saber?- le miro atento, mientas un brillo que marcaba clara emoción se coló en su único ojo visible – Que te parece si armamos una excursión a los alrededores, claro está si gustas- le miro con cierto grado de esperanza, realmente gustaba de su compañía pero aun así no dejaba de pensar en esa extraña sensación que tenía en la cabeza.
Y damos paso a uno de sus clásicos momentos infantiles; se abrazó a Lysian con amistia, frotando su mejilla contra el hombro del beta -¿Anda di que sí? – le miraba carita de conejito bueno. –Sería divertido y de paso hacemos algo de turismo, no tiene que ser muy lejos… ¿Qué me dices Lysian?- se separó para verle mejor. Y de paso apreciar mejor sus reacciones sin duda aquello era digno de formar parte de sus registros, su primer amigo, sin malas intenciones... no como le paso cierto pelirrojo de ojos dorados muy pero muy sexy.
Última edición por Lavi Bookman el Vie Mayo 02, 2014 2:49 pm, editado 1 vez
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Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Escuché atentamente las palabras de Lavi al mismo tiempo que intentaba tranquilizarme un poco. Así que él también estaba aquí por motivos familiares, aunque a juzgar por lo que me ha contado de su abuelo, dudo que se trate de una razón más... personal, si fuese a llamarlo de alguna forma. La verdad es que me sorprendió saber que a pesar de la edad que parece tener (porque siempre hay que tener en cuenta que puede ser algún tipo de ser sobrenatural), había viajado muchísimo. En cierta forma, le tenía envidia. No le presté, sin embargo, mucha atención al dato de que debía registrar las "cosas interesantes" de la academia para hacer un libro. De hecho, lo vi como algo natural. Después de todo, en este lugar hay todo tipo de seres: humanos, demonios, hadas... todo lo que uno se pueda imaginar en cierta medida se puede encontrar aquí.
Sin embargo, como si no fuese poco aquel comentario que hizo de mis ojos para ponerme demasiado nervioso, se tuvo que acercar para que me calmase. ¿Por qué no puedo evitar ponerme tan nervioso? A ver, sé la razón: como demonio siento cierta atracción, pero he de controlarla si quiero vivir una vida normal. Soy consciente de éso y el hecho de acercarme a Lavi, hace que sea un poco masoca, creo.
La conversación, por suerte para mí, se desvió al tema de los estudios. Por dentro suspiré aliviado. La conversación se tornó de pronto mucho más agradable a la vez que iba hablándome un poco de él. Recuerdos sobre Kai me vinieron cuando Lavi mencionó que le gustaba los conejos. Sonreí un tanto triste al recordarlo. Espero que esté bien, donde quiera que esté, así como que alguien lo esté cuidando en estos momentos. Mencionó también algunos disgustos y cosas que no le gustan, así como me dio a entender que debia tener dieciocho años al yo ser mayor por unos meses...
Tras darme más información, me empezó a preguntar, aunque me puse, una vez más, un poco nervioso cuando me preguntó el tipo de comida que me gustaba, así como la proposición de ir a cenar. Ojalá esa cita nunca se dé con mi otro yo, principalmente porque temo que él acabe siendo la cena.
- La verdad es que no sé exactamente donde nací -dije-. Mi padre es un poco libertino, si fuese a decirlo de alguna forma, por lo que no sé exactamente dónde nací. Me crié con una mujer a la que consideré mi madre, pero tampoco es que tengo grandes recuerdos de ella. En cuanto al tipo de comida... -me ruboricé un poco a medida que me imaginaba lo que pasaría si fuese el otro-. Bueno, me gustan el pescado, la carne... No tengo un gusto predilecto, si fuese a decirlo de alguna forma
¿Por qué diablos me he puesto tan nervioso? Solo he mencionado una tontería. ¡Un dato irrelevante! ¡Sin importancia! Tranquilízate... Por suerte, Lavi siguió preguntando.
- En mi caso, aunque puede que te resulte un poco incómodo al haber estado creciendo con ello, la historia no es precisamente una de mis materias favoritas... Por otra parte, me defiendo relativamente bien con física, matemáticas... en resumen, me gusta usar la cabeza -reí un poco y asentí a la pregunta relacionada con los deportes-. Bueno, me gusta tener una vida sana, así que sí que hago deporte continuamente. Quizá no sea la persona más deportista del mundo, pero me mantengo en forma -sonreí.
A decir verdad, la idea de hacer una especie de viaje corto no era precisamente mala. De hecho, me pareció bastante buena. Conocer un poco más de Ashford sería cuanto menos interesante. Iba a decir que sí animado, de no ser porque me abrazó por sorpresa. Mi respiración se detuvo durante unos segundos al mismo tiempo que intentaba calmarme. Por otra parte, que frotase su mejilla contra mi hombro y la mirada que hacía, desde luego, no ayudaba en absoluto. El rubor se hacía cada vez más intenso a medida que maldecía las circunstancias de ser yo un demonio y que él tuviese algo que me atrajese... Pero, una vez más, se trata de aguantar esa tentación.
- B-bueno... Yo... esto... er... -intenté tomar aire. Pensar por unos instantes que no estaba tan pegado. Era difícil, pero no imposible-. La verdad es que... no estaría mal... estar contigo fuera viendo un poco de mundo...
Tras darme cuenta de lo que dije, los colores se me subieron aún más de ser posible. ¡Lo que he dicho puede tomarse con otro sentido! A ver, no es que me moleste su presencia. De hecho, el problema es justo lo contrario. El que se acerque hace que mis instintos quieran salir junto con mi otro yo. Pase lo que pase, he de evitarlo. Sin embargo, ¿cómo se supone que voy a arreglar este malentendido?
Me sentía extremadamente incómodo. No por él. El pobre no tiene culpa de que yo sea lo que soy, el problema es... Bueno, ¿cómo decirlo? Mi resistencia es cada vez menor y no quiero que él aparezca bajo ningún concepto.
Sin embargo, como si no fuese poco aquel comentario que hizo de mis ojos para ponerme demasiado nervioso, se tuvo que acercar para que me calmase. ¿Por qué no puedo evitar ponerme tan nervioso? A ver, sé la razón: como demonio siento cierta atracción, pero he de controlarla si quiero vivir una vida normal. Soy consciente de éso y el hecho de acercarme a Lavi, hace que sea un poco masoca, creo.
La conversación, por suerte para mí, se desvió al tema de los estudios. Por dentro suspiré aliviado. La conversación se tornó de pronto mucho más agradable a la vez que iba hablándome un poco de él. Recuerdos sobre Kai me vinieron cuando Lavi mencionó que le gustaba los conejos. Sonreí un tanto triste al recordarlo. Espero que esté bien, donde quiera que esté, así como que alguien lo esté cuidando en estos momentos. Mencionó también algunos disgustos y cosas que no le gustan, así como me dio a entender que debia tener dieciocho años al yo ser mayor por unos meses...
Tras darme más información, me empezó a preguntar, aunque me puse, una vez más, un poco nervioso cuando me preguntó el tipo de comida que me gustaba, así como la proposición de ir a cenar. Ojalá esa cita nunca se dé con mi otro yo, principalmente porque temo que él acabe siendo la cena.
- La verdad es que no sé exactamente donde nací -dije-. Mi padre es un poco libertino, si fuese a decirlo de alguna forma, por lo que no sé exactamente dónde nací. Me crié con una mujer a la que consideré mi madre, pero tampoco es que tengo grandes recuerdos de ella. En cuanto al tipo de comida... -me ruboricé un poco a medida que me imaginaba lo que pasaría si fuese el otro-. Bueno, me gustan el pescado, la carne... No tengo un gusto predilecto, si fuese a decirlo de alguna forma
¿Por qué diablos me he puesto tan nervioso? Solo he mencionado una tontería. ¡Un dato irrelevante! ¡Sin importancia! Tranquilízate... Por suerte, Lavi siguió preguntando.
- En mi caso, aunque puede que te resulte un poco incómodo al haber estado creciendo con ello, la historia no es precisamente una de mis materias favoritas... Por otra parte, me defiendo relativamente bien con física, matemáticas... en resumen, me gusta usar la cabeza -reí un poco y asentí a la pregunta relacionada con los deportes-. Bueno, me gusta tener una vida sana, así que sí que hago deporte continuamente. Quizá no sea la persona más deportista del mundo, pero me mantengo en forma -sonreí.
A decir verdad, la idea de hacer una especie de viaje corto no era precisamente mala. De hecho, me pareció bastante buena. Conocer un poco más de Ashford sería cuanto menos interesante. Iba a decir que sí animado, de no ser porque me abrazó por sorpresa. Mi respiración se detuvo durante unos segundos al mismo tiempo que intentaba calmarme. Por otra parte, que frotase su mejilla contra mi hombro y la mirada que hacía, desde luego, no ayudaba en absoluto. El rubor se hacía cada vez más intenso a medida que maldecía las circunstancias de ser yo un demonio y que él tuviese algo que me atrajese... Pero, una vez más, se trata de aguantar esa tentación.
- B-bueno... Yo... esto... er... -intenté tomar aire. Pensar por unos instantes que no estaba tan pegado. Era difícil, pero no imposible-. La verdad es que... no estaría mal... estar contigo fuera viendo un poco de mundo...
Tras darme cuenta de lo que dije, los colores se me subieron aún más de ser posible. ¡Lo que he dicho puede tomarse con otro sentido! A ver, no es que me moleste su presencia. De hecho, el problema es justo lo contrario. El que se acerque hace que mis instintos quieran salir junto con mi otro yo. Pase lo que pase, he de evitarlo. Sin embargo, ¿cómo se supone que voy a arreglar este malentendido?
Me sentía extremadamente incómodo. No por él. El pobre no tiene culpa de que yo sea lo que soy, el problema es... Bueno, ¿cómo decirlo? Mi resistencia es cada vez menor y no quiero que él aparezca bajo ningún concepto.
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Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Por su parte Lavi estaba realmente satisfecho por cómo se estaba desarrollando la conversación, a simple vista se notaba animada y al peli-naranja le gustaba ver ciertas expresiones que soltaba el pieli-azul de vez en cuando, aunque la que más a degustado es cuando ve sus pálidas mejillas coloreadas por un sutil roza a causa de su nerviosismo “A lo mejor es mi culpa y soy demasiado animado” pensó para sí con cierta preocupación pero la dejo de lado, ya después se preocuparía por ello, si notaba que empezaba a desagradarle entonces trataría de controlarse, porque después de después de todo es un Bookman y debe saber comportases, pero no es algo que le agrade mucho.
Sus angustias fueron calmadas cuando Lysian empezó a hablar, su cuerpo se destenso en un suspiro casi imperceptible. Nunca dejo que sus pensamientos se reflejaran en su cara, tenía mucho control sobre sus expresiones “Y son en los momentos como este Viejo Panda en que agradezco el infierno que me hiciste pasar”. Escuchaba atento sin perder detalle de las palabras del vi-color, esperando ansioso si le daba una afirmativa o una negativa en cuanto a sus propuestas, tanto la de ir cenar como ir excursión.
“¿Padres libertinos he?... Yo diría que él pesco su único hilo de razón cuando me abandono” Lavi no odiaba a su padre, muy por el contrario hizo lo que muchos no hacen y lo dejo en buenas manos, con su abuelo; Pero pese a todo, le hubiera gustado por lo menos saber realmente como lucia este, ya que la memoria de su abuelo, no le permitía aquello, se lo negaba por mucho que intentara “dar una miradita”. –Bueno en cuanto a padres… yo no logre conocer a los míos, solo a mi abuelo- sonrió sin culpa ni malicia, quería ser sincero con él, por lo menos lo más que pudiera, aquello no era fácil… pero aun así deseaba labrar una buena amistad con él. Parpadeo al escuchar sobre sus gustos no especificados y torció un poco la sonrisa – Carne… ¿y pescado?- parpadeo rápidamente- jejeje, yo por mi parte amo la comida italiana, y las ensaladas, lo único que no como es conejo… a menos que sean gomitas de conejo- sonrió divertido, dado que comer conejo desde algún punto de vista podría ser considerado como canibalismo, tomando en consideración que su padre era un conejo.
Escucho su opinión sobre la historia, no podía culparlo a él se lo enseñaron de pequeño y estaba en su condición genética como Bookman o en otro punto de vista, en sus habilidades mágicas. Para Lavi la historia era algo tan sencillo como dormir; el problema radicaba en escoger que versión de la historia era la que los demás aceptaban con cierta, ese era el problema.
-Ohh no es problema, no a todos nos pueden gustar las mismas cosas, o de lo contrario sería un mundo muy poco entretenido y carecería de originalidad- le sonrío con aquella sonrisa de oreja a oreja.
Aquello no tenía que decirlo, se notaba ligeramente que estaba en forma, obviamente no tenía el panzón de vago que tienen algunos, así que por lo menos daba gimnasia o se ejercitaba por su cuenta, a Lavi le gustaban algunos deportes no todos aunque si la mayoría de ellos. –Yo tampoco soy atleta pero me gustan los deportes al aire libre. Además solo ¡¡mírate!! Se nota que no te has descuidado, te vez bien – le dijo en un tonito bromista, mientras alternaba la vista de su brillante jade entre la silueta de Lysian y el cielo.
“¡Adoro ponerlo nervios! Se ve tan lindo” se rio para sus adentros, ya empezando a comprender como es que terminaba incomodando al peli-azul, pero no por ello iba a detenerse el mayor (Por unos meses) no había mostrado nada más que tolerancia, ante su infantilismo desbocado. Entendió sus palabras en el más concreto de los sentido, aquello podría mal interpretarse como una invitación a “algo” más, pero a sabiendas de que el de ojos vi-color no parecía portar aquella malicia, Lavi ignoro aquella vocecita que le insistía en picar más al peli-azul con aquella respuesta.
Decidió ignorarla y se izó el desentendido – ¿Entonces es un doble sí?- cuestiono mientras le miraba sonriendo con dulzura – Digo… ejem, bueno me gustaría que me acompañaras a cenar y lo de ir a ver un poco de mundo en tu compañía será un gusto y todo un placer- le comento con voz tranquila ignorando el doble sentido de las palabras de su compañero de clase y amigo en proceso.
Frunció un poco el entrecejo, algo no estaba bien con Lysian… se notaba un poco pensativo – ¿Lys? ¿En qué piensas?- hizo una pausa mientras esperaba respuesta un poco preocupado – Jeje… sabes una las cosas que me gustan de Australia, es que es uno de los lugares en lo que a plena vista por las noches se puede tener una vista increíble de la vía láctea, sin necesitar un telescopio… te gustaría ir fuera por una noche- se quedó pensando- ¿Se nos permite salir los fines de semana de la Academia?- sin ser muy consiente estaba haciendo una cara graciosa, mientras le cuestión por su falta de experiencia.
Miró por encima de su hombro como el patio delantero de la academia se encontraba absolutamente vacío, dado el silencio del momento pudo escuchar algunas de las clases más centradas –¡Ohhh! cierto –Junto las palmas de su mano justo frente a su rostro mientras cerraba su único ojo visible a modo de súplica – Me prestarías tus apuntes… por lo menos los de las clases de mañana, estoy muy, muy atrasado con… jeje bueno, todo- le sonrió con cierta vergüenza, primeramente por tener que pedir algo de buenas a primeras y segunda porque no quería que pensara que era un aprovechado.
-Por favor, no planeo copiarme de las tareas que han dejado... solo quiero saber por donde vamos- le miro con aquella carita de conejo triste; Lavi tiene mucha, muchas facetas pero aquella era la más normal y una de las que más disfrutaba, era lo que más amaba de él mismo. -No quiero estar perdido... porfa guíame- le miro entre divertido y suplicante, pese a solo mostrar uno de sus ojos, era bastante expresivo cuando quería serlo.
Sus angustias fueron calmadas cuando Lysian empezó a hablar, su cuerpo se destenso en un suspiro casi imperceptible. Nunca dejo que sus pensamientos se reflejaran en su cara, tenía mucho control sobre sus expresiones “Y son en los momentos como este Viejo Panda en que agradezco el infierno que me hiciste pasar”. Escuchaba atento sin perder detalle de las palabras del vi-color, esperando ansioso si le daba una afirmativa o una negativa en cuanto a sus propuestas, tanto la de ir cenar como ir excursión.
“¿Padres libertinos he?... Yo diría que él pesco su único hilo de razón cuando me abandono” Lavi no odiaba a su padre, muy por el contrario hizo lo que muchos no hacen y lo dejo en buenas manos, con su abuelo; Pero pese a todo, le hubiera gustado por lo menos saber realmente como lucia este, ya que la memoria de su abuelo, no le permitía aquello, se lo negaba por mucho que intentara “dar una miradita”. –Bueno en cuanto a padres… yo no logre conocer a los míos, solo a mi abuelo- sonrió sin culpa ni malicia, quería ser sincero con él, por lo menos lo más que pudiera, aquello no era fácil… pero aun así deseaba labrar una buena amistad con él. Parpadeo al escuchar sobre sus gustos no especificados y torció un poco la sonrisa – Carne… ¿y pescado?- parpadeo rápidamente- jejeje, yo por mi parte amo la comida italiana, y las ensaladas, lo único que no como es conejo… a menos que sean gomitas de conejo- sonrió divertido, dado que comer conejo desde algún punto de vista podría ser considerado como canibalismo, tomando en consideración que su padre era un conejo.
Escucho su opinión sobre la historia, no podía culparlo a él se lo enseñaron de pequeño y estaba en su condición genética como Bookman o en otro punto de vista, en sus habilidades mágicas. Para Lavi la historia era algo tan sencillo como dormir; el problema radicaba en escoger que versión de la historia era la que los demás aceptaban con cierta, ese era el problema.
-Ohh no es problema, no a todos nos pueden gustar las mismas cosas, o de lo contrario sería un mundo muy poco entretenido y carecería de originalidad- le sonrío con aquella sonrisa de oreja a oreja.
Aquello no tenía que decirlo, se notaba ligeramente que estaba en forma, obviamente no tenía el panzón de vago que tienen algunos, así que por lo menos daba gimnasia o se ejercitaba por su cuenta, a Lavi le gustaban algunos deportes no todos aunque si la mayoría de ellos. –Yo tampoco soy atleta pero me gustan los deportes al aire libre. Además solo ¡¡mírate!! Se nota que no te has descuidado, te vez bien – le dijo en un tonito bromista, mientras alternaba la vista de su brillante jade entre la silueta de Lysian y el cielo.
“¡Adoro ponerlo nervios! Se ve tan lindo” se rio para sus adentros, ya empezando a comprender como es que terminaba incomodando al peli-azul, pero no por ello iba a detenerse el mayor (Por unos meses) no había mostrado nada más que tolerancia, ante su infantilismo desbocado. Entendió sus palabras en el más concreto de los sentido, aquello podría mal interpretarse como una invitación a “algo” más, pero a sabiendas de que el de ojos vi-color no parecía portar aquella malicia, Lavi ignoro aquella vocecita que le insistía en picar más al peli-azul con aquella respuesta.
Decidió ignorarla y se izó el desentendido – ¿Entonces es un doble sí?- cuestiono mientras le miraba sonriendo con dulzura – Digo… ejem, bueno me gustaría que me acompañaras a cenar y lo de ir a ver un poco de mundo en tu compañía será un gusto y todo un placer- le comento con voz tranquila ignorando el doble sentido de las palabras de su compañero de clase y amigo en proceso.
Frunció un poco el entrecejo, algo no estaba bien con Lysian… se notaba un poco pensativo – ¿Lys? ¿En qué piensas?- hizo una pausa mientras esperaba respuesta un poco preocupado – Jeje… sabes una las cosas que me gustan de Australia, es que es uno de los lugares en lo que a plena vista por las noches se puede tener una vista increíble de la vía láctea, sin necesitar un telescopio… te gustaría ir fuera por una noche- se quedó pensando- ¿Se nos permite salir los fines de semana de la Academia?- sin ser muy consiente estaba haciendo una cara graciosa, mientras le cuestión por su falta de experiencia.
Miró por encima de su hombro como el patio delantero de la academia se encontraba absolutamente vacío, dado el silencio del momento pudo escuchar algunas de las clases más centradas –¡Ohhh! cierto –Junto las palmas de su mano justo frente a su rostro mientras cerraba su único ojo visible a modo de súplica – Me prestarías tus apuntes… por lo menos los de las clases de mañana, estoy muy, muy atrasado con… jeje bueno, todo- le sonrió con cierta vergüenza, primeramente por tener que pedir algo de buenas a primeras y segunda porque no quería que pensara que era un aprovechado.
-Por favor, no planeo copiarme de las tareas que han dejado... solo quiero saber por donde vamos- le miro con aquella carita de conejo triste; Lavi tiene mucha, muchas facetas pero aquella era la más normal y una de las que más disfrutaba, era lo que más amaba de él mismo. -No quiero estar perdido... porfa guíame- le miro entre divertido y suplicante, pese a solo mostrar uno de sus ojos, era bastante expresivo cuando quería serlo.
Invitado- Invitado
Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Lavi parecía ser buena persona. Eso estaba claro. Sin embargo, yo… Bueno, podría decirse que ahora mismo estaba tremendamente nervioso hasta el punto de que no podía ni ser consciente de algunas frases que iba diciendo, así como de reacciones de mi cuerpo debido a mi instinto. Solo espero que no le moleste. Por otra parte, creo que fui demasiado general con lo relacionado a la carne y el pescado, pero lo cierto es que apenas puedo comer realmente. Mi alimento es el deseo sexual de otros. Aunque soy capaz de comer de los demás y poder saborear, no me quedo jamás satisfecho con la comida humana.
Empecé a calmarme poco a poco y dejándome llevar un poco por el chico a medida que iba pasando el tiempo. No sé si malinterpretó eso y que pensó que yo no sería capaz de esas cosas o si bien dedujo que yo no querría llevar a ningún tipo de malinterpretación. En serio, no sé cómo ni por qué, pero este chico o bien se hace el inocente o es hasta más inocente que yo. Éso según mi otro yo… sería romper un récord mundial de estupidez, si fuese a utilizar sus palabras para definirlo.
Asentí a la posibilidad de conocer un poco de mundo, aunque siempre dentro de las cercanías de Ashford. Lo que me recuerda que había ciertas normas de la escuela que eran, quizá, demasiado estrictas. Por otra parte, me quedé bastante sorprendido con el hecho de que parecía saber sobre las estrellas. Me dejó un poco sorprendido y pensando en que, considerando que estudió bastante historia según dice y que la astronomía parece llamarle la atención, podría ser considerado como una pequeña biblioteca andante. Fue por ello que, un poco sobresaltado, pero no nervioso, decidí responder, pensando un poco al mismo tiempo que recordaba las palabras exactas de la normativa de la academia.
- Regla número 5 de la academia: los alumnos tienen la total libertad de salir de la academia cuando vean que es necesario, sin exceder el toque de queda, cuando las puertas son cerradas –tomé una pausa-. Dicho eso, solo hay que preparar una ruta de vuelta por la que no se tenga que pasar por la puerta de la academia –sonreí divertido. He de decir que si es en pos del conocimiento o, en mi caso, la curiosidad, no me molestaría romper una regla o dos, si es necesario-. El toque de queda es a las diez y media, pero estoy seguro de que más de uno romperá la regla... Así que no creo que pase mucho siempre y cuando no nos pillen.
Reí un poco antes de observar a Lavi juntar las manos para pedirme los apuntes. Sinceramente, la tentación de decirle “no” para gastar una broma era muy grande, pero decidí contenerme a medida que una sonrisa se dibujaba en mi rostro, fruto de lo gracioso que habría sido gastarle una broma. Pero si algo me diferencia de mi otro yo es el hecho de que no me gusta aprovecharme de los demás, por lo que al final suspiré con una sonrisa cálida en mi rostro.
- No me importa. De hecho, creo que tendrías bastantes problemas si no los tuvieses. Sin embargo… -me quedé un rato pensativo-. La mayoría de las cosas están en mi habitación, por lo que habría que ir allí. Por otra parte…-lo miré-. Considerando que estás tan atrasado con todo y que a mí no me iría mal repasar los conceptos… ¿Qué tal si aprovechamos y empezamos a estudiar un poco? Puedo ser tu profesor particular hasta que tengas los apuntes –reí, puesto que no me imaginaba a mí de profesor, pero el hecho de imaginarme corrigiendo a gente podría resultar de lo más divertido.
Estiré los brazos a medida que me iba imaginando la escena con una sonrisa en mi rostro. Sería la primera vez que llevaba a alguien a mi habitación. Podría ser contraproducente, pero como dije al principio, he de controlar la tentación. ¿Y qué mejor forma que tenerlo cerca? Por otra parte, no puedo dejarlo así, sin más. Me sentiría como si estuviese dejándolo de lado cuando más ayuda necesita. En cierta forma… Podría decir que me recuerda a Kishoka cuando la conocí. Estaba completamente perdida y estaba tan nerviosa por hablar con un desconocido que no sabía de qué hablar. Bueno, Lavi no es alguien que se ponga nervioso con un desconocido, eso está claro.
- Si logras aprenderte todo, te daré de regalo… -me quedé pensando-. ¡Una chocolatina! –reí-. Así que ya tienes una razón más para ir –mostré una mirada ilusionada-. ¿Y bien? ¿Qué me dices?
Empecé a calmarme poco a poco y dejándome llevar un poco por el chico a medida que iba pasando el tiempo. No sé si malinterpretó eso y que pensó que yo no sería capaz de esas cosas o si bien dedujo que yo no querría llevar a ningún tipo de malinterpretación. En serio, no sé cómo ni por qué, pero este chico o bien se hace el inocente o es hasta más inocente que yo. Éso según mi otro yo… sería romper un récord mundial de estupidez, si fuese a utilizar sus palabras para definirlo.
Asentí a la posibilidad de conocer un poco de mundo, aunque siempre dentro de las cercanías de Ashford. Lo que me recuerda que había ciertas normas de la escuela que eran, quizá, demasiado estrictas. Por otra parte, me quedé bastante sorprendido con el hecho de que parecía saber sobre las estrellas. Me dejó un poco sorprendido y pensando en que, considerando que estudió bastante historia según dice y que la astronomía parece llamarle la atención, podría ser considerado como una pequeña biblioteca andante. Fue por ello que, un poco sobresaltado, pero no nervioso, decidí responder, pensando un poco al mismo tiempo que recordaba las palabras exactas de la normativa de la academia.
- Regla número 5 de la academia: los alumnos tienen la total libertad de salir de la academia cuando vean que es necesario, sin exceder el toque de queda, cuando las puertas son cerradas –tomé una pausa-. Dicho eso, solo hay que preparar una ruta de vuelta por la que no se tenga que pasar por la puerta de la academia –sonreí divertido. He de decir que si es en pos del conocimiento o, en mi caso, la curiosidad, no me molestaría romper una regla o dos, si es necesario-. El toque de queda es a las diez y media, pero estoy seguro de que más de uno romperá la regla... Así que no creo que pase mucho siempre y cuando no nos pillen.
Reí un poco antes de observar a Lavi juntar las manos para pedirme los apuntes. Sinceramente, la tentación de decirle “no” para gastar una broma era muy grande, pero decidí contenerme a medida que una sonrisa se dibujaba en mi rostro, fruto de lo gracioso que habría sido gastarle una broma. Pero si algo me diferencia de mi otro yo es el hecho de que no me gusta aprovecharme de los demás, por lo que al final suspiré con una sonrisa cálida en mi rostro.
- No me importa. De hecho, creo que tendrías bastantes problemas si no los tuvieses. Sin embargo… -me quedé un rato pensativo-. La mayoría de las cosas están en mi habitación, por lo que habría que ir allí. Por otra parte…-lo miré-. Considerando que estás tan atrasado con todo y que a mí no me iría mal repasar los conceptos… ¿Qué tal si aprovechamos y empezamos a estudiar un poco? Puedo ser tu profesor particular hasta que tengas los apuntes –reí, puesto que no me imaginaba a mí de profesor, pero el hecho de imaginarme corrigiendo a gente podría resultar de lo más divertido.
Estiré los brazos a medida que me iba imaginando la escena con una sonrisa en mi rostro. Sería la primera vez que llevaba a alguien a mi habitación. Podría ser contraproducente, pero como dije al principio, he de controlar la tentación. ¿Y qué mejor forma que tenerlo cerca? Por otra parte, no puedo dejarlo así, sin más. Me sentiría como si estuviese dejándolo de lado cuando más ayuda necesita. En cierta forma… Podría decir que me recuerda a Kishoka cuando la conocí. Estaba completamente perdida y estaba tan nerviosa por hablar con un desconocido que no sabía de qué hablar. Bueno, Lavi no es alguien que se ponga nervioso con un desconocido, eso está claro.
- Si logras aprenderte todo, te daré de regalo… -me quedé pensando-. ¡Una chocolatina! –reí-. Así que ya tienes una razón más para ir –mostré una mirada ilusionada-. ¿Y bien? ¿Qué me dices?
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Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Aquello sorprende y mucho, Lysian parecía tener un gran conocimiento sobre la normativa de la academia, tanto que pudo citar el reglamento textualmente “Jaaa~ yo ni siquiera lo he leído… supongo que tendré que hacerlo” tras ese pensamiento sin duda tendría que encontrar otra manera de regresar a la academia sin ser notado, sabia de la existencia de los guardias que vigilaban el cumplimiento de las normas. Ya eso sería pequeños detalles que coordinar e investigar para tener un regreso seguro no planeaban meterse en problemas tan temprano.
Le miro con un brillo peculiar en los ojos -¿te sabes todo el reglamento de la academia?- le cuestiono, aquello seria fácil de recordad para él, pero la facilidad con la que parecía que Lysian citaba el reglamento era admirable -¿Y aun así quieres romper las reglas? Seguro que será una noche ¡inolvidable!- ya estaba emocionado y súper entusiasmado con la idea de salir fuera con el peli-azul y más si era un salida furtivo o más bien regreso furtivo.
-Aunque tal vez sería bueno que me diera una vuela por los límites de la academia y ver las rondas de guardias, así asegurar un regreso exitoso y poco problemático- le sonrió con picardía- aunque siempre es divertido correr por tu vida… o ¿algo por el estilo?- intento enmendar su pequeña metida de pata, si bien es cierto que con su abuelo estuvo en peligros controlados, cualquier error pudo haberle lisiado o bien acabado con su vida, pero daba gracias que aquello nunca paso, y ahora se encontraba viviendo un presente en el que podía ser libre y molestar amistosamente a Lysian.
“Solo espero que aquello no sonara tan raro como creo que zono” pensó para si con cierta preocupación que solo rondaba su mente. Luego trato de cambiar un poco el tema, ya que Lys estaba un poco “¿Metido en sus pensamiento? Tal vez…”
Pretendía abrazarlo de nueva cuenta pero tal vez solo tal vez estaría tentando su suerte. Además estaba el hecho de que no quería llegar perdido a clases, no es que le estuviera poniendo atención a los maestro, pero suele pasar que al que le preguntan más seguido es al chico nuevo y no tenía intenciones de quedar mal e inflarle el orgullo a los profesores por tomarlo fuera de base. Y no pretendía eso.
Después de prácticamente suplicarle un poco, rogando que se apoderara de su existencia y no le negara sus apune miro como por fin el de ojos vi-color le daba una respuesta, una afirmativa respuesta. Sentía que le brillaban los ojos (bueno el ojo) de la ilusión ante su afirmativa… -¿Pero?- repitió por mera inercia y poco impaciente, por un momento creyó que le pediría algo a cambio –¿Ah?- pero al escuchar la explicación sonrió con amistia, su eterna sonrisa - ¿Enserio? Arias eso por mí. Lys sin duda ere una persona muy amable – le dijo lleno de entusiasmo.
“¿Volvió a reír? Si supusiera que le sienta tan bien aquella sonrisa y su riza es agradable… ¿Qué estará pensando?” se preguntó mientras trataba de deducir aquello, aquello era divertido pero… no implicaban sus palabras ir a su habitación a estudiar, bueno al pelir-naranja no le molestaba solo esperaba no quedarse dormido.
Aquellas palabras… le sonaban a reto – ¡Presupuesto que ire! Me acabas de retar Lysian Doyle- declaro entusiasmado y la decisión marcada en toda su fas – Y espero que sea de esas chocolatinas dulces que se derriten la boca y te dejen una sensación agradable – le dijo con todo el doble sentido que pudo reprimir, pues después de que lo dijo callo en cuenta que pudo haber sido meso explicito con el peli-azul, con un poquito de suerte lograría ver otras vez su sonrojo.
-Y solo por si caben las dudas… estaré más que agradecido por toda tu ayuda- dijo mientras, las ganas de abrazarlo se le apegaban y sin mucho el abrazo –No seas muy duro con migo ¿Vale?- dijo al oído, mientras lo rodeaba con sus brazos, en cariñosa muestra de afecto. Se separó para verle a los ojos -¿Cuándo vamos?- no pretendía solarlo, quería medir sus resistencia a los mimos. -¿te molesta que te abrece Lysian? – preguntó amablemente con cierta dulzura, esperando no escuchar un “no” como respuesta. Lavi era muy afectivo y muy animado, por lo tanto con ciertas como Lysian le inspiraba ser cariñosa.
Le miro con un brillo peculiar en los ojos -¿te sabes todo el reglamento de la academia?- le cuestiono, aquello seria fácil de recordad para él, pero la facilidad con la que parecía que Lysian citaba el reglamento era admirable -¿Y aun así quieres romper las reglas? Seguro que será una noche ¡inolvidable!- ya estaba emocionado y súper entusiasmado con la idea de salir fuera con el peli-azul y más si era un salida furtivo o más bien regreso furtivo.
-Aunque tal vez sería bueno que me diera una vuela por los límites de la academia y ver las rondas de guardias, así asegurar un regreso exitoso y poco problemático- le sonrió con picardía- aunque siempre es divertido correr por tu vida… o ¿algo por el estilo?- intento enmendar su pequeña metida de pata, si bien es cierto que con su abuelo estuvo en peligros controlados, cualquier error pudo haberle lisiado o bien acabado con su vida, pero daba gracias que aquello nunca paso, y ahora se encontraba viviendo un presente en el que podía ser libre y molestar amistosamente a Lysian.
“Solo espero que aquello no sonara tan raro como creo que zono” pensó para si con cierta preocupación que solo rondaba su mente. Luego trato de cambiar un poco el tema, ya que Lys estaba un poco “¿Metido en sus pensamiento? Tal vez…”
Pretendía abrazarlo de nueva cuenta pero tal vez solo tal vez estaría tentando su suerte. Además estaba el hecho de que no quería llegar perdido a clases, no es que le estuviera poniendo atención a los maestro, pero suele pasar que al que le preguntan más seguido es al chico nuevo y no tenía intenciones de quedar mal e inflarle el orgullo a los profesores por tomarlo fuera de base. Y no pretendía eso.
Después de prácticamente suplicarle un poco, rogando que se apoderara de su existencia y no le negara sus apune miro como por fin el de ojos vi-color le daba una respuesta, una afirmativa respuesta. Sentía que le brillaban los ojos (bueno el ojo) de la ilusión ante su afirmativa… -¿Pero?- repitió por mera inercia y poco impaciente, por un momento creyó que le pediría algo a cambio –¿Ah?- pero al escuchar la explicación sonrió con amistia, su eterna sonrisa - ¿Enserio? Arias eso por mí. Lys sin duda ere una persona muy amable – le dijo lleno de entusiasmo.
“¿Volvió a reír? Si supusiera que le sienta tan bien aquella sonrisa y su riza es agradable… ¿Qué estará pensando?” se preguntó mientras trataba de deducir aquello, aquello era divertido pero… no implicaban sus palabras ir a su habitación a estudiar, bueno al pelir-naranja no le molestaba solo esperaba no quedarse dormido.
Aquellas palabras… le sonaban a reto – ¡Presupuesto que ire! Me acabas de retar Lysian Doyle- declaro entusiasmado y la decisión marcada en toda su fas – Y espero que sea de esas chocolatinas dulces que se derriten la boca y te dejen una sensación agradable – le dijo con todo el doble sentido que pudo reprimir, pues después de que lo dijo callo en cuenta que pudo haber sido meso explicito con el peli-azul, con un poquito de suerte lograría ver otras vez su sonrojo.
-Y solo por si caben las dudas… estaré más que agradecido por toda tu ayuda- dijo mientras, las ganas de abrazarlo se le apegaban y sin mucho el abrazo –No seas muy duro con migo ¿Vale?- dijo al oído, mientras lo rodeaba con sus brazos, en cariñosa muestra de afecto. Se separó para verle a los ojos -¿Cuándo vamos?- no pretendía solarlo, quería medir sus resistencia a los mimos. -¿te molesta que te abrece Lysian? – preguntó amablemente con cierta dulzura, esperando no escuchar un “no” como respuesta. Lavi era muy afectivo y muy animado, por lo tanto con ciertas como Lysian le inspiraba ser cariñosa.
Invitado- Invitado
Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
Parece ser que sorprendí a Lavi a la hora de recitar algunas de las normas de la academia. Sonreí tímidamente, ya que no sabía cómo actuar ante la pregunta de Lavi. El tiempo hace que uno se sienta más cómodo en la academia y que, por ende, aprendas las normas de forma natural. Además, debido a mi otro yo, el aprenderme la normativa era una necesidad. Tenía que saber defenderme yo mismo en caso de que él se pasase y la rompiese. Al final se ha convertido en mi excusa cuando tengo problemas relacionada con la misma…
- Bueno, ya llevo un tiempo estudiando –dije-. Es normal para mí aprenderme la normativa del lugar. Además… Siempre y cuando no haya pruebas del incumplimiento, no es como si lo hubiésemos hecho, ¿no? Al menos, no a nivel administrativo.
No pude evitar echarme a reír ante el comentario de Lavi. ¡Ni que fuésemos espías profesionales! ¡Solamente somos estudiantes! Además, no creo que pudiésemos escapar de los guardias si nos pillasen. Quiero decir, ellos están entrenados físicamente para poder afrontar a estudiantes a la fuga, ¿no? Una de sus funciones es asegurar que se cumple la normativa de la academia.
Volviendo al tema de los estudios, me alegró que Lavi no pusiese pegas. A ver, no es que pensase nada malo, pero lo cierto es que no es precisamente lo más normal del mundo el ir a una habitación o casa de alguien a quien has conocido ese mismo día. Sonreí ante la respuesta de la prueba que le hice a modo de juego, haciendo un comentario que tomé como que le gustaba lo dulce.
Pronto toda aquella serenidad se vio interrumpida cuando llegó otro abrazo del pelirrojo. Intenté tranquilizarme como pude, pero aquella sensación de “comer” se hacía más intensa a la vez que mi esfuerzo por retenerla era cada vez mayor. Sigo sin comprender el por qué, pero parece como si tuviese algo que me atrajese hacia él. A juzgar por cómo actúa, puedo deducir que él no es consciente de ello.
- ¡No me molesta! –dije efusivo-. No entiendo por qué debería… -De hecho, el problema con su cercanía no es molestia, sino justo lo opuesto. Me tienta demasiado como para poder controlarme yo solo por mi cuenta-. Podemos ir a mi habitación cuando recoja las cosas de la clase. Pero ante necesitamos pasar por el hall beta –dije pensativo-. Me dijeron que me trasladarían al salón alfa, pero que necesitaba la confirmación antes de poder enviar mis cosas.
Pero ya empezaba a tener un pequeño problema… La cabeza me estaba empezando a doler. Normalmente es un indicio que mi otro yo está pidiendo a gritos salir. ¡Pero he de ser fuerte! Esta vez he de evitar que él se apodere de mi cuerpo. Por otra parte, no puedo decirle que simplemente le daré los apuntes ahora que le propuse aquel juego amistoso. ¡Oh, Dios! ¿Por qué soy a veces tan idiota?
Aparté a Lavi con suavidad para levantarme y abrir la puerta de la azotea, indicándole con una sonrisa tímida que avanzase. Necesitaba algo de movimiento para calmarme. Con suerte, Lavi no se pegaría tanto y así lograría controlar más el problema que tenía respecto a él.
- Detrás de ti –dije.
- Bueno, ya llevo un tiempo estudiando –dije-. Es normal para mí aprenderme la normativa del lugar. Además… Siempre y cuando no haya pruebas del incumplimiento, no es como si lo hubiésemos hecho, ¿no? Al menos, no a nivel administrativo.
No pude evitar echarme a reír ante el comentario de Lavi. ¡Ni que fuésemos espías profesionales! ¡Solamente somos estudiantes! Además, no creo que pudiésemos escapar de los guardias si nos pillasen. Quiero decir, ellos están entrenados físicamente para poder afrontar a estudiantes a la fuga, ¿no? Una de sus funciones es asegurar que se cumple la normativa de la academia.
Volviendo al tema de los estudios, me alegró que Lavi no pusiese pegas. A ver, no es que pensase nada malo, pero lo cierto es que no es precisamente lo más normal del mundo el ir a una habitación o casa de alguien a quien has conocido ese mismo día. Sonreí ante la respuesta de la prueba que le hice a modo de juego, haciendo un comentario que tomé como que le gustaba lo dulce.
Pronto toda aquella serenidad se vio interrumpida cuando llegó otro abrazo del pelirrojo. Intenté tranquilizarme como pude, pero aquella sensación de “comer” se hacía más intensa a la vez que mi esfuerzo por retenerla era cada vez mayor. Sigo sin comprender el por qué, pero parece como si tuviese algo que me atrajese hacia él. A juzgar por cómo actúa, puedo deducir que él no es consciente de ello.
- ¡No me molesta! –dije efusivo-. No entiendo por qué debería… -De hecho, el problema con su cercanía no es molestia, sino justo lo opuesto. Me tienta demasiado como para poder controlarme yo solo por mi cuenta-. Podemos ir a mi habitación cuando recoja las cosas de la clase. Pero ante necesitamos pasar por el hall beta –dije pensativo-. Me dijeron que me trasladarían al salón alfa, pero que necesitaba la confirmación antes de poder enviar mis cosas.
Pero ya empezaba a tener un pequeño problema… La cabeza me estaba empezando a doler. Normalmente es un indicio que mi otro yo está pidiendo a gritos salir. ¡Pero he de ser fuerte! Esta vez he de evitar que él se apodere de mi cuerpo. Por otra parte, no puedo decirle que simplemente le daré los apuntes ahora que le propuse aquel juego amistoso. ¡Oh, Dios! ¿Por qué soy a veces tan idiota?
Aparté a Lavi con suavidad para levantarme y abrir la puerta de la azotea, indicándole con una sonrisa tímida que avanzase. Necesitaba algo de movimiento para calmarme. Con suerte, Lavi no se pegaría tanto y así lograría controlar más el problema que tenía respecto a él.
- Detrás de ti –dije.
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Re: Primer día de Clases (Priv. Lysian)
El peli-naranja estaba muy conforme con la forma en que se comenzaba a expresar el peli-azul era como si poco a poco; y realmente era poco el tiempo que llevaban de conocerse o de simplemente entablar conversación con el de ojos dispar; se comenzaba a sentir muy a gusto con el chico y no era nada del otro mundo, para Lavi socializar era algo normal pero siempre gustaba más de la compañía de hombre jóvenes en los pueda darse cierto grado de camaradería y amnistía; que las hermosas jóvenes flores a las que trataba con cierta delicadeza y cariño delicado, normalmente las cuidaba como hermanas menores ya que la imagen de su madre no le permite tocarlas más que como amigas o conocidas jamás como a amantes. Él era así de extraño.
Y otra vez fue bajado de su nube por las palabras de Lysian y es que su mente estaba más acostumbrada a divagar en otras cosas inútiles al punto que se le hace costumbre irse un poco de la conversación. “Qué lindo es cuando ríe” ya tendrá que dejar de pensar en eso.
El único ojo visible del peli-naranja mostro gran sorpresa al ver que su compañero de clase le respuesta de un manera tan animada que sus constantes abrazos no era una molestia para él, sin duda el joven Bookman no se esperaba algo así, por lo que río por lo bajo un poco avergonzado por su pregunta al parecer fue algo innecesario después de todo – ¿Cómo lo digo? Es que cuando te abrazo… en ocasiones, emmm, como que te tensas un poquito- le sonrió, a la vez que hacia un pequeño gesto con la mano a signo de ser poquito.
Le miro muy atento igual que un conejo cuando algo se mueve, quedo muy a la expectativa “Dijo al hall de los Alfa… ¿Alfa?” y otra vez el peli-azul termino sorprendiendo a del parche, con información sobre la academia savia que pasar de los Hall Gama a los Hall Beta era complicado y como seria pasar de los Beta a los Alfa, daba a entender que era mucho más complicado; también que las notas de Lys debían ser muy buenas… - ¿Cómo? ¿Cómo logras pasar de Halla en Hall? – esa era una pregunta interesante sobre la academia pero que podía hacer, era curioso por naturaleza.
-¿Hee?- preguntó ladeando la cabeza mientras era sutilmente apartado de aquel abrazo que él mismo había comenzado abrazando al peli-azul con mucho cariño, le siguió con la mirada, mientras tomaba su maleta para colgársela en el hombro, antes de rescatar su abandonada bufanda naranja que le pudo haber servido de almohada en algún momento, volvía al lugar que le correspondía; su cuello.
-¿Pasamos primero al salón? Y luego… emmm, si gustas puedo ir a cambiarme a la habitación y nos topamos en le Hall de los Alfa o bien puedo acompañarte todo el trayecto y ayudarte a mudarte… aunque si mal no recuerdo dijiste que enviarían tus cosas a su nueva habitación ¿Me equivoco? – Comenzó a avanzar hacia las escaleras por las que había entrado a la azotea.
Se estiro cuna largo era mientras la vos de Lys le llego de nuevo -¿Dónde??- pregunto volteado a ver para todas direcciones deteniendo su paso; trastabillo en los primeros escalones, por un instante pensó que iría escalera abajo, rodando~, rodando~ y de paso rompiéndose algunos huesos como mínimo, pero gracias al cielo logro retomar el equilibrio antes de empezar a rodar y rodar escaleras abajo.
A duras penas logro solar algo de magia, en esos momentos agradecía porque esa mínima ventisca logro ayudarle a equilibrarse, pero su cara de su susto logra pasar a un mueca cómica de alivio y un segundo más tarde a un risa nerviosa… -… Eso… ¡eso estuvo demasiado cerca!- exclamó un poco asustado –Neee~ ¿Qué me dijiste que íbamos a hacer? – pregunto dándose vuelta para bajar correctamente la escaleras; al parecer del pequeño susto se le escapo que iba hacer o por lo menos de momento - ¿Era al salón cierto?? - volvió a mirar atrás los una radiante sonrisa que mitigaba aquel susto.
Y otra vez fue bajado de su nube por las palabras de Lysian y es que su mente estaba más acostumbrada a divagar en otras cosas inútiles al punto que se le hace costumbre irse un poco de la conversación. “Qué lindo es cuando ríe” ya tendrá que dejar de pensar en eso.
El único ojo visible del peli-naranja mostro gran sorpresa al ver que su compañero de clase le respuesta de un manera tan animada que sus constantes abrazos no era una molestia para él, sin duda el joven Bookman no se esperaba algo así, por lo que río por lo bajo un poco avergonzado por su pregunta al parecer fue algo innecesario después de todo – ¿Cómo lo digo? Es que cuando te abrazo… en ocasiones, emmm, como que te tensas un poquito- le sonrió, a la vez que hacia un pequeño gesto con la mano a signo de ser poquito.
Le miro muy atento igual que un conejo cuando algo se mueve, quedo muy a la expectativa “Dijo al hall de los Alfa… ¿Alfa?” y otra vez el peli-azul termino sorprendiendo a del parche, con información sobre la academia savia que pasar de los Hall Gama a los Hall Beta era complicado y como seria pasar de los Beta a los Alfa, daba a entender que era mucho más complicado; también que las notas de Lys debían ser muy buenas… - ¿Cómo? ¿Cómo logras pasar de Halla en Hall? – esa era una pregunta interesante sobre la academia pero que podía hacer, era curioso por naturaleza.
-¿Hee?- preguntó ladeando la cabeza mientras era sutilmente apartado de aquel abrazo que él mismo había comenzado abrazando al peli-azul con mucho cariño, le siguió con la mirada, mientras tomaba su maleta para colgársela en el hombro, antes de rescatar su abandonada bufanda naranja que le pudo haber servido de almohada en algún momento, volvía al lugar que le correspondía; su cuello.
-¿Pasamos primero al salón? Y luego… emmm, si gustas puedo ir a cambiarme a la habitación y nos topamos en le Hall de los Alfa o bien puedo acompañarte todo el trayecto y ayudarte a mudarte… aunque si mal no recuerdo dijiste que enviarían tus cosas a su nueva habitación ¿Me equivoco? – Comenzó a avanzar hacia las escaleras por las que había entrado a la azotea.
Se estiro cuna largo era mientras la vos de Lys le llego de nuevo -¿Dónde??- pregunto volteado a ver para todas direcciones deteniendo su paso; trastabillo en los primeros escalones, por un instante pensó que iría escalera abajo, rodando~, rodando~ y de paso rompiéndose algunos huesos como mínimo, pero gracias al cielo logro retomar el equilibrio antes de empezar a rodar y rodar escaleras abajo.
A duras penas logro solar algo de magia, en esos momentos agradecía porque esa mínima ventisca logro ayudarle a equilibrarse, pero su cara de su susto logra pasar a un mueca cómica de alivio y un segundo más tarde a un risa nerviosa… -… Eso… ¡eso estuvo demasiado cerca!- exclamó un poco asustado –Neee~ ¿Qué me dijiste que íbamos a hacer? – pregunto dándose vuelta para bajar correctamente la escaleras; al parecer del pequeño susto se le escapo que iba hacer o por lo menos de momento - ¿Era al salón cierto?? - volvió a mirar atrás los una radiante sonrisa que mitigaba aquel susto.
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