Asechando en la azotea - Priv

La mañana aun se encontraba bastante tranquila, el cielo estaba despejado dejando entrar los rayos de sol por toda la academia. Marco no llevaba mas de dos días en dicho lugar y no había logrado socializar mucho con los demás, de vez en cuando se le acercaban por sus orejas pero respondía tímidamente a extraños no llegando a mucho. Tras unas cuantas horas de clase, el canino opto por dar un paseo por la escuela, aun no la conocía muy bien y una caminada por los alrededores siempre ayudaba a despejar la mente. ¿El bosque a la distancia? Le parecía haber escuchado que había un lago por los alrededores. Lo mas lógico era ir a investigar, pero por alguna razón prefirió echar un vistazo desde las alturas.

Entrando al edificio tomo las escaleras, las cuales subió casi trotando hasta llegar a lo mas arriba, donde habían unas escaleras de metal que daban a una puerta un tanto distinta a las demás, algo maltratada puesto que no era un sitio necesitara limpiarse demasiado. Era probable que la puerta necesitase ser repuesta pronto. Con una mano empujo el mango de la puerta hacia abajo abriendo la puerta. El sol golpeo fuertemente su rostro haciéndole fruncir el seño. Acercándose a las rejillas de la azotea comenzó a caminar por el área mirando los alrededores. Sin duda era una escuela bastante grande. Un poco mas a la distancia de la misma azotea había una cúpula, no sabia lo que había dentro pero su curiosidad no le llamaba demasiado. Marco subió al pequeño tejado por en sima de la puerta, cualquiera que saliera de ella no le vería a menos que se diera la vuelta y mirara hacia arriba. Se sentó cruzando las piernas, un tanto encorvado y con las manos tocando el suelo al frente, como se sentaría un animal. Comenzó a ver las palomas volando al rededor y parándose en la rejilla.

Unos minutos mas tarde se le ocurrió una idea, le parecía que traía consigo una pequeña bolsa de galleta que le habían dado el primer día pero nunca comió. Buscando en su mochila la saco y abrió. Haciendo migajas de un trozo con su mano las lanzo a su alrededor. Un poco mas tarde una paloma se acerco, luego otra, cuando estas sabían que había comida ahí comenzaron a caminar a su alrededor en busca de migajas. Ocasionalmente se movía para hacer que las palomas volaran a propósito y regresaran. "Ustedes y yo no somos muy diferentes. A mi también me han lanzado comida." dijo hablándole a las palomas con una sonrisa débil.