Mi primer día de clase [Kahori + libre 2 personas]

Me encontraba frente la puerta cerrada de clase, hoy era el primer día que venía aquí y estaba nerviosa, respire hondo y cuando sonó el timbre anunciando el comienzo de la clase, abrí la puerta y me adentre en la clase.

Camine mirando el suelo, mi cara permanecía sonrojada y me había dejado el pelo suelto para que así al menos me pudiese tapar un poco mas la cara.

-Encantada – murmure, al parecer algunos me prestaron atención – Me llamo Haru Niimura – dije alzando la vista, mis ojos se posaron en cada una de las caras allí presentes y me quede sorprendida al ver a Sonrisa tenue. No podía creerlo, íbamos a la misma clase, compartíamos habitación. Tenía mucha suerte por estar en todas partes con mi mejor amiga. Me fije que los asientos eran de dos y que al lado de Sonrisa tenue no me podría sentar porque el sitio ya estaba ocupado. Suspire algo desanimada y el profesor me indico mi sitio.

-Al menos se encuentra al lado de la ventana – pensé, me dirigí a mi sitio y me senté.

Se encontraba dormida. Las clases habían empezado hace poco y aun así estaba arropada con las sábanas de su cama. Tenía algo de frío, a pesar de ser verano. Mucho frío y podía comprenderlo, al menos a esa altura, se podía entender, al ser su mejor amiga y aun compañera de habitación una chica que no duerme, era fácil de entender que al no contar con alguien que le levantara para ir a clases, estaría ahí un buen rato. Y eso era el cielo. O algo así para la floja acosadora, se levanto después de unos minutos, se sentó en el borde de la cama y frotó sus ojos azules contra el dorso de la mano, quitándose las lagañas... Miro la hora marcada en su reloj y se levanto de un salto preocupada, si bien, no es la primera vez que llega tarde, pero si es la primera vez desde que Zet, su "guardián" esta con ella, y no quiere pasarse una reprimenda por él. Así que comienza a ponerse el uniforme de la academia que le caracterizaba como Alfa y salió corriendo hacía las aulas de segundo grado. Sabía que aun así se ganaría otra reprimenda de los miembros del consejo estudiantil, pero quizás no porque Ciel Phantomhive ya no quería ver nada de aquella pequeña y adorable acosadora.

Pero aun así el llegar tarde a sus clases esos días en especifico ya era algo común y típico de aquella chica de cabellos largos y de hermoso color entre el castaño claro y el rubio. Corría de una manera singular, y si te fijabas bien parecía estar saltando feliz y repartiendo amor, aunque la mayoría no se acercaba a ella por temor a las cosas que solían contarse sobre su persona. Le sonrió al mundo. Típico en ella. Y un poco cansada entró al salón antes de que las campanas de entrada sonaran. Se sentó cerca de la ventana, al menos de esa forma podría dormir un poco sin ser vista. Le había tocado en frente de la chica nueva, quien ya estaba sentada. Le sonrió.-¡Mucho gusto! - Dijo con una sonrisa, intentando prestarle atención al maestro que estaba por comenzar la clase.

Al sentarme en mi sitio, Sonrisa tenue me dio un pequeño apretón en el brazo, dándome así ánimos. Mire por la ventana trayéndome un poco de aquellos ojos, curiosos, que se habían posado en mi, cuando volví la vista hacía delante, una chica me saludo por lo cual mis mejillas se tornaron levemente rojas.

-Igualmente – musité, le devolví la sonrisa algo nerviosa, como se llamaría aquella chica? Estaría mal si se lo preguntaba? Comencé a moverme un poco inquieta, no sabía que decisión tomar así que al final decidí preguntarle, si le molestaba siempre podía disculparme. -Me permite saber como se llama? - mi manera de hablar había molestado mas de una vez a las personas ya que les hablaba de usted cuando estas eran de mi edad pero los ángeles somos así, guardamos los modales ante todos.

Espere a que la chica me respondiera.

Yui era demasiado curiosa, si, bueno, siempre llegaba tarde a las clases, digamos que le gustaba demasiado dormir y no es que eso fuera bueno, no siempre lo es, se ha perdido tantos exámenes que como no hace nada malo tienen que volverselos a poner, Yui es demasiado segura de si misma y aunque siempre llega tarde sus calificaciones son perfectas, por algo esta en el Hall Alfa, donde solo aceptan a los niños ricos o a las personas que tienen buenas calificaciones, es una chica demasiado tierna y aunque prefiere los uniformes de los demás lugares, en su nueva habitación tiene espacio de sobra para todos los libros que tiene, que son demasiados, solo necesita un poco de control... Y no comprar tantos libros y mangas cuando salen, no es que Yui sea rica, solo que le llega dinero de su familia, de la que nunca conoció la mayoría del tiempo, así que tiene que conformarse y aceptarlo. Nunca es malo aceptar el dinero de la gente que te quiere ayudar.

Había sido tímida desde que llego a la academia, pero paso por demasiados cambios, de hecho antes también se negaba a ser tierna, ahora solo lo era porque era así como ella es. Le sonrió un poco a la chica que le pregunto su nombre y se quedo en silencio un rato pues aun estaba adormilada, como ese tipo de ocasiones en las que no recuerdas ni tu nombre ni donde naciste... -Yui Matsuri, mucho gusto.- Dijo con una sonrisa mientras se presentaba, era rápida y no se quedaba pensando mucho, si se equivocaba no le preocupaba mucho tampoco, saludo a la chica que se encontraba detrás de la que estaba tras ella. Si es confuso pero al menos ella se entiende. El ser parte de los Alfa no era del todo bueno, las personas le tenían miedo o demasiado respeto... Aunque creo que todos le tienen miedo porque es demasiado tierna cuando acosa, lo que fuera, le temen.

La chica se presento como Yui Matsuri, sentí una agradable sensación en el pecho, era cálida y supuse que era por conocer a gente. Sonreí alegremente, ya conocía a Kahori y ahora podía decir que acababa de conocer a Matsuri-san. La clase continuo y mayoritariamente me la pase mirando por la ventana, observando el movimiento libre de las nubes.
El timbre sonó y con lo cual la gente se comenzó a mover, quería hablar con Matsuri-san para conocerla mas y poder ser su amiga así que me levante de mi sitio y me acerque a Matsuri-san. Unas ganas inmensas de socializar me abordaban.

-Matsuri-san – no sabía como empezar a hablar y se me ocurrió que podía ir directa al tema – Podemos ser amigas? - cerré los ojos mientras que mi cara enrojecía por momentos, abrí los ojos mirando a Sonrisa tenue, esperando a que ella también se acercara a nosotras.

Las clases te habían... ¿Terminado? Tan pronto... Yui ni siquiera se dio cuenta de que finalizó, se paso toda la clase de lo que fuera escribiendo o dibujando, le gustaba dibujar, de hecho estaba por preguntar si podía abrir un club de pintura, aunque la tenía clubs de todo... Tenía uno de teatro y el club secreto con Lizzie, así que ahora estaba llena de cosas que debía hacer y aun así tenía pensado tener otros, si, Yui estaba loca, estaba tan loca como la mayoría, sonrió levemente y vio a su alrededor, las personas comenzaban a salir del aula y ella seguía ahí sentada dibujando con sus colores... Le gustaba muchísimo dibujar, claro desde la primera vez que hizo un retrato de su madre. Así que cuando aquella chica le llamó por el apellido de soltera de su madre, salió del trance agitando con suavidad la cabeza y dirigió la mirada a verla. Con una sonrisa.-Primero que nada.- Dijo saltando de la silla con esas sonrisas inocentes.-¿Podrías decirme tu nombre?- Pero lo escucho de los labios de la otra chica, quizás ya no sería necesario.

Levanto la mirada al techo como pensando que era lo que necesitaba para ser amiga de esa chica, si bueno, no era perfecta, pero al menos pensaba muy bien las cosas.-¡Bueno! Creo que el nombre ya no es necesario. La segunda cosa es, que todos mis amigos llaman Yui a Yui-tan, así que debes llamarme por mi nombre.- Dijo con una inocente sonrisa, otra de hecho y la tercer cosa... Creo que había una tercer cosa para ser amigos... Pero Yui tampoco era perfecta para eso.-Y lo último, los amigos no preguntan, solo son amigos. Bueno, eso creo. Así que, sip, me encantaría, Haru.- Dijo mientras comenzaba a guardar sus colores y su cuaderno de dibujos.

Vi como Kahori se acercaba y hacía una reverencia con lo cual caí en que mis modales no habían sido los adecuados con Matsuri-san Sonrisa tenue saludo a Matsuri-san y seguidamente me pregunto si tenía fiebre.

-No – dije avergonzada, seguramente estaba muy roja , Matsuri-san me había preguntado el nombre pero cuando lo escucho de Sonrisa tenue dijo que el nombre ya no era necesario y después me indico que todos sus amigos la apodaban Yui-tan y que por lo tanto la debía llamar por su nombre. Yui-san sonrió inocentemente y seguidamente me informo que los amigos no preguntaban, que simplemente eran amigos o al menos eso creía ella. Pensé que no me iba a aceptar como amiga y me entristecí un poco pero al escuchar de que le encantaría me anime mucho.

-Muchas gracias Matsu... Yui-san – dije con una sonrisa, mire a Sonrisa tenue con emoción, había conseguido mi primera amiga en la tierra! Yui-san comenzó a guardar sus cosas y pensé que a lo mejor tenía que hacer algo. - Yui-san, si me permite... esta apuntada en algún club de la academia? - Sonrisa tenue y yo habíamos solicitado puesto en el club de música pero no tuvimos suerte dado que la capitana del club no estaba por los alrededores.

Estaba entretenida mirando alrededor, perdiéndose en el bello mirar de la chica algo tímida que estaba pidiéndole cosas que nadie jamás le había pedido. Yui no era la mejor persona haciendo amigos y estaba un poco loca, mira que ponerse ese tipo de cosas, como aquella capita y ese gorrito que le hacían ver más inocente de lo que era realmente, y eso quitándole el hecho de que era parte del Hall Alfa de la academia, reconocidos no solo por sus excelentes calificaciones si no también por su dinero. Yui no lo tenía y tampoco le importaban mucho las ramas de la academia, solamente estaba un tanto más tranquila porque ahora tenía mucho más espacio para acomodar sus libros y mangas divertidos. ¡Incluso tenía comics! Ella no se rendía, le gustaba de todo. Siempre y cuando la historia fuera entretenida. Por los colores que no podía ver decidió que Haru se convertiría en una de sus “acosadas”… Después de todo, ya no acosaba a ninguna chica desde que Nana-chan y Elvira se habían ido de la academia. Muchos miembros importantes de su familia lo habían hecho, pero al menos ésta estaba creciendo cada vez más.

Estaba por contestar la pregunta, cuando escucho de la suave voz de la de cabellos albinos una respuesta. Se quedo en silencio unos segundos, pensando en que debía decir.-Siempre me ha gustado el teatro. Pero cuando entre en la academia no había muchos clubs… Así que solicite crear uno. No he tenido muchas personas interesadas. Pero Yui-tan es muy buena actuando casi todos los papeles. Es divertido. Solo somos tres. Pero, hacemos obras cada fin de mes.- Contesto inocente. Desde que entró en la academia, a decir verdad, tenía planeado entrar en el club de música, pero no le quedo suficiente valor, porque siempre fue muy tímida, conforme paso el tiempo y conoció personas… Fue cambiando y dándose cuenta de que le gustaba tanto la actuación, que quiso dedicarse a ello. Sin olvidar su amado gusto por el divino instrumento que su difunta abuela le regalo.-Aunque me he quedado con ganas de entrar al club de Música.- Les sonrió un tanto alegre.-¿Y ustedes? ¿Están apuntadas en algún club?- Dijo con su suave y tierna voz, casi infantil. Mejor, quiten el casi, su voz si era infantil.

Sonrisa tenue me explico que Yui-san era la presidenta del club de teatro, me asombre y mire a Yui-san con cierta admiración. Sonrisa tenue dijo que Yui-san podía explicarnos mejor en que consistía su club. Espere a que Yui-san contestase, como era el teatro? Quiero decir, había leído acerca del teatro pero nunca me había encontrado con nadie que tuviese un club o se dedicase a este.
Yui-san explico que siempre le había gustado el teatro pero que cuando ella ingreso en la academia no había muchos clubs así que decidió crear uno. Yui-san explico que no había tenido muchas personas interesadas en el club, al parecer solo eran tres integrantes y comento que hacían obras cada fin de mes.

-Eso es magnifico Yui-san! Y ya vera como la gente se unirá a su club! – dije con una sonrisa- Cuando hagáis la próxima obra podre ir a verla? - No sabía si la obra se representaría para todos los alumnos de la academia y si no era así era mejor preguntar.
Seguidamente Yui-san comento que se había quedado con ganas de entrar en el club de música lo cual me sorprendió un poco, después pregunto si Sonrisa tenue y yo nos habíamos apuntado a algún club.

-Estamos en el club de música – dije sonriendo – Usted también quería ingresar en el club de música? Y porque no lo hizo? -Me di cuenta de que a lo mejor eran unas preguntas algo personales- Perdone mis modales -murmure avergonzada de mi misma.

Teatro. Era una palabra que podía revolver el estómago de la castaña e incluso que sus ojos brillaran de la emoción y diera pequeños saltos. La primera vez que escucho de la academia, no tenía a un lugar a donde ir y su abuela siempre disfruto las pequeñas obras extrañas que Yui actuaba, como era ella sola con su abuela viviendo en casa de sus tíos, quienes le odiaban por miedo de lo que pudiera pasar, para la pequeña había momentos efímeros en los que podía permitir que la luz del sol golpeara su piel. Había pasado tantos años encerrada, que durante esos momentos su abuela la llevaba a ver una obra. Era su única felicidad. Y también los recuerdos más felices de su infancia, hasta claro... Hasta que su abuela murió, al menos estuvo feliz porque en su rostro había una sonrisa hermosa. Ese día lloró. Y cuando la corrieron de su "hogar"... Fue fuerte. Yui era un poco admirable.-¡Claro! ¡Eso sería tan divertido!- Exclamo con una sonrisa. Le gusta ver sonreír a la gente. Le gustaba la sonrisa de su abuela, así que siempre le gustaría que las personas se divirtieran cuando vieran algo que fuera de ella.

Se quedo un poco pensativa ante la pregunta de Haru y solo le sonrió, fue cuando escucho la respuesta de Kahori que coloco su dedo índice sobre sus labios pensando el motivo. Si era por tiempo, no, no era eso. Yui tenía hasta para regalar, siempre se hacía tiempo para todo. Era una chica linda y todo eso pero el tiempo no era problema en su vida. Sonrió levemente.-Creo que no es eso. Antes no era presidenta de los Alfa... Creo que fue porque no soy buena cantando y antes era muy tímida. Y tampoco se tocar mucho el violín... - Dijo apartando el dedo y rascándose la nuca.-¡Me pregunto si estaría bien que me una! Los ensayos no coinciden ...- Se quedo aun más pensativa, ya hablaría de eso luego con otra persona. Si, ella se daría maña.

Escuchando las palabras de aquellas dos chicas, se dio cuenta de que realmente no estaba sola. Tomo su mochila y sonrió, aunque por dentro estaba tan conmovida que sentía deseos de dejar que aquellas lágrimas cayeran por sus mejillas. Pero no. Era incapaz de llorar frente a los demás. No quería preocupar a nadie, de nuevo.-¡Muchas gracias! Y no te preocupes Kahori, creo que tu cantas bien. No te he oído, pero tienes una dulce voz.- Se quedo en silencio otra vez, su propia voz era un tanto infantil y solían burlarse por ello, pero eso no importaba mucho. Yui cantaba cuando quería cantar porque le gusta hacerlo, no para que alguien le dijera que tenía que hacerlo.-¡Solo haz lo que te haga feliz!- Le dijo con una sonrisa.

Al parecer a Sonrisa tenue también le gustaría asistir a una de las obras de teatro de Yui-san y eso me alegro en cierto modo ya que daba a entender a la Yui-san de que nos interesábamos por sus obras. Sonrisa tenue me explico que probablemente Yui-san andaba muy ocupada con el club de música y aun mas siendo la presidenta de los alfa.
Yui-san nos dijo que ella antes no era presidenta de los Alfa y que creé que como antes era timida y no era buena cantando no había ingresado en el club de música, también menciono que no sabía tocar mucho el violín. Asentí ligeramente, Yui-san debía tener mucha organización ya que eran unos cargos bastante grandes los que le caían sobre sus hombros.

-Sería divertido si Yui-san se uniese al club de música- dije con una sonrisa tras escuchar que los ensayos de ambos clubs no coincidían y se preguntaba si estaría bien que se uniera.

Seguidamente Sonrisa tenue tuvo una idea, Sonrisa tenue menciono que a lo mejor podíamos ayudar a Yui-san en el club de teatro, esta informo que no creía que fuese capaz de actuar devido a su timidez y que no sabía si podría cantar bien en el club de música pero eso no le preocupaba tanto porque pensaba que cantaríamos en coro, se rió y nuevamente dijo que le gustaría ayudar en el club de teatro.

-Estoy de acuerdo con Sonrisa tenue – dije sonriendo – Aunque seguro que cantaras bien en el club de música! - le dije a Kahori.

Mire a Yui-san esperando a que dijese algo y esta nos agradeció el ofrecernos para ayudar, después le dijo a Sonrisa tenue que, aunque no la había escuchado cantar aun, cantaba bien porque tenía una voz dulce. Sonreí ante ese comentario ya que así Sonrisa tenue se daría cuenta de que su voz y su canto eran lo más bonito , al menos para mi, del mundo. Después Yui-san menciono “Solo haz lo que te haga feliz” esa frase me pareció un lema y , a mi parecer, muy bonito y liberal. Desde luego la manera de pensar de Yui-san me había agradado con demasía tras aquellas pocas palabras. Yui-san me parecía una persona muy agradable, libre como el viento y pura como una nube! si había mas gente como Yui-san en la academia me sentiría como en el cielo!

Se le podía ver más tranquila y alegre después de todo saber que las personas valoraban lo que hacía le hacía sentir feliz. No era para menos porque ese tipo de cosas lo hacía para todos. También escucho que sería genial que entrara en el club de música, si, lo sería. Le agradaba mucho la idea de siquiera ir a ese club, pero la verdad es que con todas sus obligaciones no sabría si le daba tiempo, además Yui era demasiado vaga, demasiado. No iba a clases como una persona normal lo haría y si no fuera porque bueno, su guardián la obligaba a asistir a clases quizás el asiento de Yui estuviera vacío durante una larga temporada y no estaba segura de que tan bueno sería eso.-Si me lo ponen así, creo que será posible que me vean en la próxima reunión del club.- Aquella sonrisa esperanzadora en su rostro tenía mucho que decir. Yui no solía hablar de sus sentimientos pero en ese momento se sentía demasiado feliz por muchas cosas y eso era lo mejor para ella. Porque las cosas que avecinarían en un futuro serían demasiado dolorosas para soportarlas en soledad.

Las sonrisas de aquellas dos personas conmovían el corazón de Yui, la verdad es que las sonrisas de las chicas lindas la ponían incluso más feliz que las sonrisas de los chicos, aunque no era discriminadora en cuanto a eso, solamente pensaba que las sonrisas eran lindas y valía la pena protegerlas. Escuchar por parte de Haru que la voz de Kahori era linda, fue interesante. Ahora la pequeña tenía más interés en escuchar la voz proveniente de esa dulce persona. Seguramente ambas eran ángeles, aunque a penas comenzaba a caer en cuenta en aquello, la verdad era la primera vez o la segunda que conocía a seres de esa raza. Y eso también le hacía feliz.-¡Lo he decidido! Entraré al club de música para oír y ver con ojos propios lo que ustedes dos hacen. - Menciono con una sonrisa mientras pensaba si de esa forma podría escuchar a Haru o a Kahori cantar, la verdad le entusiasmaría eso.

Yui se quedo observando a esta última porque tenía una expresión extraña en su dulce rostro. Le dio un abrazo y casi a los pasados treinta segundos le soltó.-¡Ya sé! - Dijo mientras buscaba en su mochila un par de dulces.-Aunque a mi no me gustan los dulces, mi abuelita solía decirme que hacen felices a las personas. Tomen uno.- Dijo mientras estiraba la mano y dejaba ver un montoncito de caramelos y se los ofrecía con la mirada. Sonriente como siempre e incluso un poco inocente.

Kahori estaba de acuerdo conmigo ya que ella también creía que si Yui-san estuviese en el club de música seria mas divertido. Para nuestra alegría, Yui-san se decidió y dijo que entraría en el club de música para ver que hacíamos.

Vi que Yui-san abrazaba a Sonrisa tenue lo que me pareció muy tierno, últimamente Sonrisa tenue estaba diferente, extraña.. pero yo la seguía queriendo igual! Al parecer Yui-san se dio cuenta y la abrazo, la soltó y busco algo en su mochila.
Poco después dejo un montoncito de caramelos y nos ofreció.

-Muchas gracias - le agradecí su amabilidad. Mire a Sonrisa tenue ya que creí que eso era mas bien para animarla a ella y seguramente la animaría aunque fuese un poco porque a Sonrisa tenue le encantaban los dulces.

- Una pregunta Yui-san- ahora que pensaba en ello... - Una persona puede estar apuntada en dos clubs? - si era así tal vez me apuntaría al club de Yui-san aunque me costase mucho debido a mi vergüenza. Si me unía al club de teatro, no tendría tanto tiempo para tocar el violín pero si podía ayudar a una amiga y así a la vez experimentar cosas nuevas, ya sacaría tiempo de donde fuese para mi violín. Aunque claro, estoy dando por sentado muchas cosas y primero tendría que saber si me dejarían formar parte del club y si me veo con la suficiente fuerza para entrar a teatro.

Sonrió cuando notó que aquellas chicas tomaron un caramelo, era bueno, le gustaba ver sonreír a las personas, era increíblemente tranquilizante, mejor que un calmante en palabras de la chica. Sonrió levemente. Le gustaba mucho hacer felices a las personas, motivos por los que había pensado infinidad de veces que sería bueno ser un payaso o hacer obras muy cómicas, aunque con los disfraces confeccionados por la rubia era raro no pensar que la obra tenía material de comedia.-En ocasiones, es solo que es azúcar me pone muy hiperactiva y luego no puedo dormir y me empalagan... Prefiero las...- Murmuro mientras metía la mano en su mochila y buscaba entre las cosas, saco una bolsa de ahí, con muchas cosas naranjas dentro, la bolsa estaba etiquetada como la bolsa "naranja"... Yui no tiene mucha imaginación para nombres.-¡Zanahorias!- Dijo sacando una para comenzar a comérsela. Eso era raro. Solo un poco.

Se quedo pensativa de nuevo, solía hacerlo mucho, pero al menos ahora tenía un motivo pasable para hacerlo.-¡Yo creo que si!- Contesto con una sonrisa.-¡Una de las chicas de las porristas esta en el club de música. No he hablado con ella mucho, pero si se puede.- Contestó mientras se quedaba viendo el horizonte como si se tratara de la nueva obra de arte del difunto Piccaso.

La mayoría de las personas le miraban como si fuera una loca cada vez que decía que prefería las deliciosas, dulces y naranjas zanahorias a comer un caramelo y es que tenía sus motivos, el azúcar nunca fue buena para ella y su abuela la verdad no le dejaba ingerir muchos, con el tiempo le perdió el gusto a las delicias dulces quedándose únicamente con el flan como su postre favorito, del cual debía tener un poco en algún lugar, solo tendría que buscar muy bien donde hubiera uno dentro de su bolso. Sonrió sacando una de esas cosas de la bolsa y poniéndola de vuelta de donde la saco con la única intención de masticarla un poco antes de ingerirla, le gustaban mucho y las personas en ocasiones solían decir que si Yui no fuera humana seguramente sería una conejita adorable y ella solo respondía que en su vida pasada fue un alienígena amante de las zanahorias y los disfraces, siempre con una sonrisa. Se rió un poco por las palabras de Haru y luego le miro con sus grandes y expresivos ojos azules.-Solo porque mi abuela me lo enseño así, ella decía cosas raras de los dulces y con el tiempo deje de desistir y simplemente ya no los ingiero. .- Fue la respuesta que la casi rubia dio. A su vez escucho la que la otra chica dijo y no pudo evitar reír de nuevo, claro que lo había pensado, le gustaría vestirse de conejita.-Solo un par de veces, pero me vestí como el conejito de Wonderland.- Dijo con su rostro sonriente.

Escucho las palabras de las dos chicas y saco un pañuelo imaginario de su bolsillo con el que se seco las lágrimas también imaginarias que corrían por sus mejillas, las cuales no eran imaginarias. Sonrió.-¡No se preocupen! Yui-tan también es un poco tímida, pero podemos trabajar en ello.- Dijo con una cálida sonrisa, si de algo estaba segura era de que cada vez más le agradaba estar con esas dos chicas, bueno, no se arrepentía de haber llegado nuevamente tarde, pero llegado a una clase, a veces conocía gente que valía la pena conocer y eso le agradaba. –Además uno de los chicos también es muy tímido, pero lo lograremos. Confió en eso.- Y fue aquella mirada firme y confiada en los ojos de Yui que hacía parecer que en realidad todo estaría bien siempre y cuando se divirtieran.

Cuando comente que Yui-san era una persona muy sana, esta dijo que su abuela se lo había inculcado ya que decía cosas extrañas de los dulces. Que cosas le diría su abuela? Kahori me dio la razón pero alego que aún no la había visto vestida de conejito, ante eso Yui-san dijo que se había vestido de conejito de Wonderland.

-Wonderland? Alice in Wonderland? - pregunte con emoción – ya la habéis representado? - cierto que era una historia que a mi me parecía algo paranoico pero Cheshire, aparte del sombrerero loco, era mi personaje favorito.

Kahori alego que le gustaría también unirse al club y junto con ello comento que era tímida pero que quería participar aún que saliese poco y con papeles que no fueran muy importante.

-Estoy en las mismas que Kahori- sonreí, después de admitir mi lado vergonzoso, Kahori me animo diciendo que nosotras podíamos y Yui-san también me animo diciendo que ella también era un poco tímida pero que podíamos trabajar en ello. Sonreí al escuchar eso. Yui-san nos informo que uno de los chicos integrantes del club era muy tímido también pero que ella confiaba que podíamos lograrlo.

-Estoy de acuerdo con usted! - exclame animada – Cada vez tengo más ganas de ingresar en el club – empece a mover los brazos al lado de mis caderas – Ah~ no puedo esperar más a presentar mi ficha en el club – los ánimos que recibía por parte de mis amigas me daban mas confianza en mi misma y muchas ganas de quitarme aquella faceta tímida que tenía. La emoción embargaba mi cuerpo y no podía hacer más que mover los brazos, no muy exageradamente, hacía delante y hacía atrás.