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Dulzor al final del camino
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Dulzor al final del camino
Dulzor al final del camino
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En el parque central de la ciudad, frente a la fuente más grande, se sitúa un hermoso carruaje negro con asientos en un pulcro color crema. Este, espera la llegada de los invitados a la cita, quienes debiesen estar ahí cerca de las siete de la tarde. El conductor, un hombre alto y delgado, se mantiene al lado de su fiel caballo, siendo este el típico corcel australiano: un Stock horse. Ambos, partirán a las siete con quince y llevarán a la pareja afortunada a un paseo por el parque.
El recorrido no será muy largo, ya que esto es solo el inicio y un acto caprichoso por parte de la dirección de Greenlight Academy, quienes buscan siempre lo mejor. Teniendo eso en mente, organizaron un trayecto íntimo, el cual pasa por el borde del lago, donde diversas aves bajan a darse un baño y alimentarse. Luego de pasar por el borde, se dirigen a la zona de fuentes donde un espectáculo se ofrecía a quienes viniesen a celebrar este dia, el cual era un musical, donde se efectuará la primera parada. Aquí, es decisión de los invitados en si quedarse y conversar o si avanzar para, de una vez, disfrutar con tranquilidad y privacidad.
El sitio final, es una zona amplia, rodeada de árboles y vegetación, con un espacio suficiente para apreciar el cielo y a la distancia la edificación citadina. Bajo un gran árbol, el central, se ubica un mantel colorido y sobre este, cestas con diversos aperitivos y dulces, además de tener preparada ya una comida. Se pueden ver cubiertos, tazas blancas y delicadas, finos dulces, copas y todo lo necesario para efectuar un picnic romántico.
En la decoración, estacas largas con velas en zonas precisas, ya que cuando se llegue a la zona la oscuridad se apoderará del parque. La luz natural no seria suficiente. Sin olvidar los cojines y almohadones para que la comodidad, no falte.
Cerca del árbol, se aprecia un mensaje escrito en una hoja celeste.
"Disfruten de la comida y la compañía, cuando lo necesiten no duden en contactar con el conductor, Peter vendrá rápidamente. Si este no recibe el llamado, vendrá dentro de tres horas a recogerlos. Son libres de elegir si regresan con él o no."
Reglas del evento
1) El tema que deberán responder antes que los demás que tengan será el del evento, porque tiene una fecha límite.
2) No se pueden abandonar los temas.
3) Al menos 2 contestaciones por semana.
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
Quisiera decir que tenia mas ganas de dormir cuanto fuera posible, pero la alarma de mi pequeño apartamento empezaba a dar su toqueteo tan insistente. A veces me preguntaba que especie de pedófilo estaba como directa de la academia. Debido que dio a los profesores y alumnos unos panfletos de un evento de San Valentín. Ya de por si esto no me molaba del todo, pero había una compañera de trabajo a la que le había jodido un poco, pues pedi que me cubriera en mi turno de trabajo (Defensa personal para los jóvenes), siendo ella literatura. Cosa que termino dejándole un poco jodida la espalda y le debía un favor; a cambio me obligo a inscribirme en esta tontería pues sabía que no era nada mi estilo. Eran las 7:31Pm, el día era fatigante y me provocaba dar una buena siesta, pero tenía un compromiso al fin de cuentas. Decidí llevar un traje en plan hawaiano, que dejaba al descubierto mis pectorales, además de un short playero y a su vez un estilo muy fresco. No estaba preparándome para algo muy fino, sencillamente quería ir fresco y si la cosa salía mal, me iria directamente a la playa a refrescarme, no perdía nada.
Tome un taxis de mala gana, los desgraciado cobraban tanto que hacía dudar a veces si era una estafa, pero no tenia otra forma de llegarme rápidamente al lugar de encuentro. Además, usar mis poderes para llegar a un sitio no era la mejor idea, realmente podía aparecer en cualquier lugar sin mucho control y esto podría ser inconveniente, ya que estaba hasta la posibilidad de aparecer en lugares poco oportunos. Con la carretera tan congestionada y las parejas deambulando por el lugar, logro que fuera lenta mi llegada a dicho punto. Eran ahora las 8:11Pm, cómicamente estaba aun aquel chofer del carruaje.
Me movilice hasta este, dando una expresión de pocos amigos. Le observaba de pies a cabeza y me preguntaba si estaría tan poco a gusto de este momento, como yo.
—¿Aun no llega la contraria?— Mencionaba con un tono un poco incomodo.
Sería el colmo si ya de buenas a primera, siquiera tenía el descaro de venir. Hable un poco con el chofer por si era que se canso de esperar, para nada. Aquella mujer cual fuera, parecía que no había mostrado señal alguna de estar por el lugar, que molesto. Me cruce de brazos y decidí a recostarme del carruaje. El chofer me miro de mala gana, casi que mencionaba que no hiciera tal cosa. Pero dándole una mirada penetrante y de pocos amigos, fue suficiente para que estuviera claro que no estaba en mis mejores momentos. Por cortesía decidí esperar un poco mas, pero si no llegaba a notar presencia alguna de mi cita a ciega, me iría a la playa de una.
Tome un taxis de mala gana, los desgraciado cobraban tanto que hacía dudar a veces si era una estafa, pero no tenia otra forma de llegarme rápidamente al lugar de encuentro. Además, usar mis poderes para llegar a un sitio no era la mejor idea, realmente podía aparecer en cualquier lugar sin mucho control y esto podría ser inconveniente, ya que estaba hasta la posibilidad de aparecer en lugares poco oportunos. Con la carretera tan congestionada y las parejas deambulando por el lugar, logro que fuera lenta mi llegada a dicho punto. Eran ahora las 8:11Pm, cómicamente estaba aun aquel chofer del carruaje.
Me movilice hasta este, dando una expresión de pocos amigos. Le observaba de pies a cabeza y me preguntaba si estaría tan poco a gusto de este momento, como yo.
—¿Aun no llega la contraria?— Mencionaba con un tono un poco incomodo.
Sería el colmo si ya de buenas a primera, siquiera tenía el descaro de venir. Hable un poco con el chofer por si era que se canso de esperar, para nada. Aquella mujer cual fuera, parecía que no había mostrado señal alguna de estar por el lugar, que molesto. Me cruce de brazos y decidí a recostarme del carruaje. El chofer me miro de mala gana, casi que mencionaba que no hiciera tal cosa. Pero dándole una mirada penetrante y de pocos amigos, fue suficiente para que estuviera claro que no estaba en mis mejores momentos. Por cortesía decidí esperar un poco mas, pero si no llegaba a notar presencia alguna de mi cita a ciega, me iría a la playa de una.
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
Esbocé una sonrisa al terminar de leer el bellamente decorado papel, en donde me invitaban a asistir a una cita a ciegas, mí cita a ciegas. Me senté en el borde de la cama, mirando aún la invitación, la cual arrugue y después tire por ahí. La academia no llevaría a cabo un evento de tal índole sin el previo consentimiento del alumnado; me lleve el dedo índice y medio a la sien, intentando recordar donde, cuando y como es que me había inscrito en ese evento y al final me acorde, haciendo al instante una mueca de desagrado. La próxima vez, debía poner más atención a las reuniones escolares. Dude un poco en asistir, pero no tarde en empezar a arreglarme, puesto que ya tenía una cita esperando por mí, además este tipo de celebración me encantaba… antes de que todos a los que amaba me rompieran el corazón. Sabía que me amaban y que si estaban lejos de mí, era por mi bien, pero no saber absolutamente nada de ellos, me hacía sentir abandonada y sola, aún cuando un mar de gente me rodeara día a día.
Ciertamente estaba reacia a celebrar este día, sin embargo ya estaba en la tina tomando un baño con sales aromáticas de naranja, había querido usar la de lavanda, pero al leer las etiquetas, la descripción de esta esencia me atrajo más, pues según decía atraía la suerte, proporcionaba energía positiva creando un ambiente de armonía y paz, y beneficiaba a la atracción de personas amadas, entonces pensé que tal vez, solo tal vez tendría suerte de ver a mis seres queridos; pero, por si acaso ,agregué tres gotitas de lavanda pues esta decía en la descripción que era tranquilizante, alejaba la tensión, la ansiedad y la negatividad, proporcionaba claridad de ideas y armonizaba la energía espiritual; me vendría excelente para evitar matar a cualquier pareja y familia feliz que viera.
Luego de salir de la tina, me vestí con un sencillo pero elegante vestido negro, y ya que el corte era arriba de la rodilla, para estilizar mis bien torneadas piernas use tacones abiertos con adornos de pedrería; evite usar mis clásicos vestidos de estilo rococó, si lo hacía me transformaría completamente en una muñeca de porcelana, preciosa por fuera y vacía por dentro. Sin embargo no podía evitar verme hermosa, era un vampiro y la belleza siempre estaba de mi lado. Antes de arreglarme el cabello, pedí un servicio de limosina. Miré la hora, el reloj marcaba las siete en punto, estaba retrasada y lo estaría aún más, pues todavía no estaba lista.
Después de secar mi cabello, lo recogí en un chongo parecido a un cebollín, dejando fuera un mechón rosado violeta, me puse un poco de colorete en las mejillas, mascara de pestaña y brillo labial, por último me coloque unos pendientes de diamantes, tome mi carterón y salí para abordar la limo. Llegando al parque central, note que el carruaje negro acordado en la invitación todavía seguía esperando, sonreí de lado pues eran más de las ocho de la noche. Nunca me había gustado esperar, así que siempre hacía uso de los minutos de tolerancia, pero esta vez me había tardado más de lo previsto, obviamente en cuanto viera a mi cita le pediría una disculpa por el retardo.
El chofer abrió la puerta y luego de suspirar pesadamente salí de la limosina, camine hasta el carruaje y observe con una sonrisa al ostentoso caballo, de gran tamaño y musculoso sin ser voluminoso, era un animal tranquilo, ya que mi presencia demoniaca no lo altero, cosa que le agradecí en mi interior. —Buenas noches. —Dije a un hombre alto y delgado, que supuse era el conductor y sí lo era, pues en seguida me ayudo a subir al carruaje, al ascender los escaloncitos, me encontré en seguida con un chico recostado en el asiento. Algo me decía que él era mi cita, pobre muchacho, me apeno verlo cansado de tanto esperar. —Disculpa mi tardanza, espero no haberte hecho espera mucho tiempo. —Baje la mirada, hablándole con voz tenue y apenada. —… Al menos, ya podemos iniciar con el recorrido, espero que pasemos una velada amena. —Me senté en el asiento frente a él, adoptando la postura de una señorita educada, por un minuto desvié la mirada observando la gran fuente, pero después lo observe a él, era un joven rubio de piel clara, su atuendo no era nada apropiado e inexplicablemente de repente mi corazón de vampiro comenzó a acelerarse.
Ciertamente estaba reacia a celebrar este día, sin embargo ya estaba en la tina tomando un baño con sales aromáticas de naranja, había querido usar la de lavanda, pero al leer las etiquetas, la descripción de esta esencia me atrajo más, pues según decía atraía la suerte, proporcionaba energía positiva creando un ambiente de armonía y paz, y beneficiaba a la atracción de personas amadas, entonces pensé que tal vez, solo tal vez tendría suerte de ver a mis seres queridos; pero, por si acaso ,agregué tres gotitas de lavanda pues esta decía en la descripción que era tranquilizante, alejaba la tensión, la ansiedad y la negatividad, proporcionaba claridad de ideas y armonizaba la energía espiritual; me vendría excelente para evitar matar a cualquier pareja y familia feliz que viera.
Luego de salir de la tina, me vestí con un sencillo pero elegante vestido negro, y ya que el corte era arriba de la rodilla, para estilizar mis bien torneadas piernas use tacones abiertos con adornos de pedrería; evite usar mis clásicos vestidos de estilo rococó, si lo hacía me transformaría completamente en una muñeca de porcelana, preciosa por fuera y vacía por dentro. Sin embargo no podía evitar verme hermosa, era un vampiro y la belleza siempre estaba de mi lado. Antes de arreglarme el cabello, pedí un servicio de limosina. Miré la hora, el reloj marcaba las siete en punto, estaba retrasada y lo estaría aún más, pues todavía no estaba lista.
Después de secar mi cabello, lo recogí en un chongo parecido a un cebollín, dejando fuera un mechón rosado violeta, me puse un poco de colorete en las mejillas, mascara de pestaña y brillo labial, por último me coloque unos pendientes de diamantes, tome mi carterón y salí para abordar la limo. Llegando al parque central, note que el carruaje negro acordado en la invitación todavía seguía esperando, sonreí de lado pues eran más de las ocho de la noche. Nunca me había gustado esperar, así que siempre hacía uso de los minutos de tolerancia, pero esta vez me había tardado más de lo previsto, obviamente en cuanto viera a mi cita le pediría una disculpa por el retardo.
El chofer abrió la puerta y luego de suspirar pesadamente salí de la limosina, camine hasta el carruaje y observe con una sonrisa al ostentoso caballo, de gran tamaño y musculoso sin ser voluminoso, era un animal tranquilo, ya que mi presencia demoniaca no lo altero, cosa que le agradecí en mi interior. —Buenas noches. —Dije a un hombre alto y delgado, que supuse era el conductor y sí lo era, pues en seguida me ayudo a subir al carruaje, al ascender los escaloncitos, me encontré en seguida con un chico recostado en el asiento. Algo me decía que él era mi cita, pobre muchacho, me apeno verlo cansado de tanto esperar. —Disculpa mi tardanza, espero no haberte hecho espera mucho tiempo. —Baje la mirada, hablándole con voz tenue y apenada. —… Al menos, ya podemos iniciar con el recorrido, espero que pasemos una velada amena. —Me senté en el asiento frente a él, adoptando la postura de una señorita educada, por un minuto desvié la mirada observando la gran fuente, pero después lo observe a él, era un joven rubio de piel clara, su atuendo no era nada apropiado e inexplicablemente de repente mi corazón de vampiro comenzó a acelerarse.
- OFFROL:
- De todos, tú precisamente. ¿Coincidencia? No lo creo, aquí hubo mano negra (?) XDD
PD: Yo arriba. XD
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
Mantuve la mirada perdida en casi todo el rato. Hasta que por fin notaba lo que sería la presencia femenina. Su cuerpo era lo que llamaría comúnmente los mortales “Seductor”, pero para alguien como yo, no es que le causara demasiado intereses. Aquella prenda tan simple, sentía que no le quedaba, como si le faltara algo de colores o esa impresión me daba. Cuando pose mi mirada en su cara por unos segundos, me parecía curiosa. Estaba seguro que las memorias de mi antecesor estaban una chica con un rostro muy similar, era raro. Espere a que ella se montara primero y luego entraba sin decir una sola palabra, en el asiento enfrente de ella y con el codo en la puerta, para apoyar mi mano en mi barbilla para poder ver por la ventana la calle. El chofer no tardo demasiado en empezar el recorrido, cosa que veía estable.
—Bueno, parece que no podre ir a la playa aun. Creo que solo me queda aclarar un poco la mente— Observaba de manera rigida por la ventana, solo pensando.
Mientras buscaba en las memorias inestables de mi antecesor, llegaban varias imágenes de una chica que sin duda era esta misma. Pero solo podía ver fragmentos, no estaba del todo claro y para siquiera buscar toda la información necesaria de aquellos recuerdos perdido, debería de estar en el abismo, pero no me era necesario. Se supone que iba a cumplir todo y más, que aquel ridículo ser que una vez se supone que fui yo, nunca logro; era tener una existencia plena.
Por fin dirigía mi mirada en ella. Mis ojos eran fijos y dominantes, cual cazador a su presa. Miraba con detalle su expresiones y notaba un poco de impacto mi presencia en ella por lo visto, aunque no sabría decir que esto fuera certero, solo especulaba. Tome su mano derecha, acercándole a mí y besándola con suavidad.
—Evarenicer Di Escarlett, ma princesse— Mencione con aquel tono Francés que tanto caracterizaba a mi antiguo yo, no sabía si conseguiría captaría que tenía el mismo nombre que mi anterior, solo que más detallado —.Parece que hoy nos toca seguir un cutre protocolo, je. ¿Qué te parece si dejamos esto para el demonio, nos vamos a los recreativos?, seguramente podremos divertirnos con esos juegos. Y luego seme ocurriría donde ir después— Añadí.
Era obvio que estaba siendo como todo un aventurero que llegaba a un pueblo cansado y que parecía estar agotado de las continuas guerras (Ella), quizás mis actos serian solo como aquel hombre que viene a buscar dar esperanzas a aquellos pueblerinos cansados.
Era obvio que cualquier cosa tenía que encargarme de salir de esta sin que se fijara aquel Chofer, pero esto era solo si llegaba aceptar ella. Debía esperar a su decisión, iba a llegar tan lejos como ella me permitiera. Al fin de cuenta, se supone que también quería conocerla un poco, quería ver que tanta emoción había en su alma. Aunque quería cumplir todo lo que mi antecesor no pudo, también quería disfrutar de mi propia existencia, sentimientos y demás por mi mismo. Debía ver, si en verdad esta chica era tan interesante como parecía. Mi mirada era fija y penetrante a sus ojos, quizás mi físico fuera totalmente distinto a mi anterior, pero si algo era seguro; seguíamos siendo el mismo. Solo que yo no tenía nada porque detenerme en mi vida, pues el vivió como un tonto ángel hasta el final. ¿Y yo?, viviré como un dios, egoísta y aventurero en busca de su propia verdad, su propia razón.
—Bueno, parece que no podre ir a la playa aun. Creo que solo me queda aclarar un poco la mente— Observaba de manera rigida por la ventana, solo pensando.
Mientras buscaba en las memorias inestables de mi antecesor, llegaban varias imágenes de una chica que sin duda era esta misma. Pero solo podía ver fragmentos, no estaba del todo claro y para siquiera buscar toda la información necesaria de aquellos recuerdos perdido, debería de estar en el abismo, pero no me era necesario. Se supone que iba a cumplir todo y más, que aquel ridículo ser que una vez se supone que fui yo, nunca logro; era tener una existencia plena.
Por fin dirigía mi mirada en ella. Mis ojos eran fijos y dominantes, cual cazador a su presa. Miraba con detalle su expresiones y notaba un poco de impacto mi presencia en ella por lo visto, aunque no sabría decir que esto fuera certero, solo especulaba. Tome su mano derecha, acercándole a mí y besándola con suavidad.
—Evarenicer Di Escarlett, ma princesse— Mencione con aquel tono Francés que tanto caracterizaba a mi antiguo yo, no sabía si conseguiría captaría que tenía el mismo nombre que mi anterior, solo que más detallado —.Parece que hoy nos toca seguir un cutre protocolo, je. ¿Qué te parece si dejamos esto para el demonio, nos vamos a los recreativos?, seguramente podremos divertirnos con esos juegos. Y luego seme ocurriría donde ir después— Añadí.
Era obvio que estaba siendo como todo un aventurero que llegaba a un pueblo cansado y que parecía estar agotado de las continuas guerras (Ella), quizás mis actos serian solo como aquel hombre que viene a buscar dar esperanzas a aquellos pueblerinos cansados.
Era obvio que cualquier cosa tenía que encargarme de salir de esta sin que se fijara aquel Chofer, pero esto era solo si llegaba aceptar ella. Debía esperar a su decisión, iba a llegar tan lejos como ella me permitiera. Al fin de cuenta, se supone que también quería conocerla un poco, quería ver que tanta emoción había en su alma. Aunque quería cumplir todo lo que mi antecesor no pudo, también quería disfrutar de mi propia existencia, sentimientos y demás por mi mismo. Debía ver, si en verdad esta chica era tan interesante como parecía. Mi mirada era fija y penetrante a sus ojos, quizás mi físico fuera totalmente distinto a mi anterior, pero si algo era seguro; seguíamos siendo el mismo. Solo que yo no tenía nada porque detenerme en mi vida, pues el vivió como un tonto ángel hasta el final. ¿Y yo?, viviré como un dios, egoísta y aventurero en busca de su propia verdad, su propia razón.
OffRol: escribió: No eres la unica, aunque sinceramente me espera algo asi por alguna razón. xD comica mente, parece que realmente el destino quiere que terminemos este romance jajaja uwu o ya comprometiste a tu pj?
- Esta imagen; Podria bien representar el deseo de vivir de Evans a Evarenicer:
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
El carruaje comenzó a moverse, me quede en silencio, solo podía escuchar el ruido de las herraduras repiqueteando contra el rígido suelo de piedra y también el “bum” de mi corazón. Fuertes pulsaciones golpeaban mi pecho sin cesar, no había sentido algo así antes, y lo más extraño era que asociaba aquello con el muchacho de cabellos rubios frente a mí. Me llevé una mano al pecho e intente tranquilizar mi agitado latir, sin éxito. Él parecía distraído, aún no habíamos hecho contacto directo, aunque hubo un momento en que noté que me observaba, y para evitar cruzar miradas intente hacerme la despistada, pero era inevitable.
Mis ojos se encontraron con los suyos y, me era difícil mantener la mirada, no podía, era como intentar mirar directamente al sol. Inesperadamente el joven de ojos carmín sujeto una de mis manos, depositando con delicadeza en ella un beso; quede mirando la acción con inquietud, un momento atrás actuaba tan sosegado, como si no le importase nada, y de repente imponía una gran presencia dominante con un toque elegante y caballeroso. Evarenicer Di Escarlett era su nombre, su acento francés me hizo retener la respiración, esa sensación de intranquilidad se volvía cada vez más extraña. Alcé al aire una ceja y sonreí tontamente, más luego me di cuenta y revoloteé los ojos como queriendo escapar de una ilusión, y creo que funcionó, pues sentí como la sangre nuevamente bombeaba y fluía a mi cerebro, por lo que luego de que se presentara aparte mi mano, y como él dijo antes “Creo que solo me queda aclarar un poco la mente”. —Mucho gusto Evarenicer, yo soy Shelly Di Corleone. —Dije cortésmente.
El último comentario de Evarenicer capto mi atención, al parecer a él también le resultaba aburrido este tipo de recorridos, aunque en el fondo un paseo como éste, se me hacía muy bonito. Me hubiera gustado compartir algo similar con esa persona, esa persona que trajo el amor consigo, brindándole esperanza y brillo a mi camino, la vida era más hermosa cuando estábamos juntos, pero ahora solo me quedaba añorarlo sumida en sueños. Hoy tenía miedo del futuro, mi vida cambio de repente y mi corazón no estaba seguro.
“A veces lo que tanto ansias, puede causarte problemas. Pues al creer que dominas algo, solo creyendo con fundamentos débiles que tienes todo bajo control. Puedes perder de vista que estas en la guarida de una bestia, la cual desde el principio te cazaba.” Recordé con exactitud aquellas palabras tan ciertas, expresadas por la persona que una vez dijo que me amaba.
Solo había asistido al encuentro por cumplir, no tenía planeado divertirme, sin embargo, la vida tejía calculadamente su fuerte telaraña, maquilando desde hoy, lo que sería historia mañana e inesperadamente cualquier cosa podía suceder, pero mientras tanto, aunque la propuesta de Evarenicer se escuchara tentadora, yo iba a declinar su oferta. —Difiero contigo Evarenicer, no creo que sea “cutre”, por lo que sé, la academia no ha escatimado en gastos. Tal vez deberíamos apegarnos a lo estipulado, se han esmerado mucho en los preparativos y sería desconsiderado de nuestra parte rechazarlo. —Esta vez no aparte mi mirada de la suya. —Por lo tanto en respuesta a tu pregunta, no, no me parece buena idea. —Suspiré muy quedo. —Me da la impresión de que no querías venir ¿estoy en lo correcto? Si lo que quieres es irte a la playa, no te detengas por mí, podemos dar por terminada la cita y listo. —Fui muy directa y también soné un poco fría, quizás debería permitirme ser como antes, pero estaba demasiado lastimada como para querer vivir de nuevo, quería evitarme caer nuevamente en la “guarida de una bestia” de alguna forma Evarenicer se me asemejaba como un peligro latente.
Mis ojos se encontraron con los suyos y, me era difícil mantener la mirada, no podía, era como intentar mirar directamente al sol. Inesperadamente el joven de ojos carmín sujeto una de mis manos, depositando con delicadeza en ella un beso; quede mirando la acción con inquietud, un momento atrás actuaba tan sosegado, como si no le importase nada, y de repente imponía una gran presencia dominante con un toque elegante y caballeroso. Evarenicer Di Escarlett era su nombre, su acento francés me hizo retener la respiración, esa sensación de intranquilidad se volvía cada vez más extraña. Alcé al aire una ceja y sonreí tontamente, más luego me di cuenta y revoloteé los ojos como queriendo escapar de una ilusión, y creo que funcionó, pues sentí como la sangre nuevamente bombeaba y fluía a mi cerebro, por lo que luego de que se presentara aparte mi mano, y como él dijo antes “Creo que solo me queda aclarar un poco la mente”. —Mucho gusto Evarenicer, yo soy Shelly Di Corleone. —Dije cortésmente.
El último comentario de Evarenicer capto mi atención, al parecer a él también le resultaba aburrido este tipo de recorridos, aunque en el fondo un paseo como éste, se me hacía muy bonito. Me hubiera gustado compartir algo similar con esa persona, esa persona que trajo el amor consigo, brindándole esperanza y brillo a mi camino, la vida era más hermosa cuando estábamos juntos, pero ahora solo me quedaba añorarlo sumida en sueños. Hoy tenía miedo del futuro, mi vida cambio de repente y mi corazón no estaba seguro.
“A veces lo que tanto ansias, puede causarte problemas. Pues al creer que dominas algo, solo creyendo con fundamentos débiles que tienes todo bajo control. Puedes perder de vista que estas en la guarida de una bestia, la cual desde el principio te cazaba.” Recordé con exactitud aquellas palabras tan ciertas, expresadas por la persona que una vez dijo que me amaba.
Solo había asistido al encuentro por cumplir, no tenía planeado divertirme, sin embargo, la vida tejía calculadamente su fuerte telaraña, maquilando desde hoy, lo que sería historia mañana e inesperadamente cualquier cosa podía suceder, pero mientras tanto, aunque la propuesta de Evarenicer se escuchara tentadora, yo iba a declinar su oferta. —Difiero contigo Evarenicer, no creo que sea “cutre”, por lo que sé, la academia no ha escatimado en gastos. Tal vez deberíamos apegarnos a lo estipulado, se han esmerado mucho en los preparativos y sería desconsiderado de nuestra parte rechazarlo. —Esta vez no aparte mi mirada de la suya. —Por lo tanto en respuesta a tu pregunta, no, no me parece buena idea. —Suspiré muy quedo. —Me da la impresión de que no querías venir ¿estoy en lo correcto? Si lo que quieres es irte a la playa, no te detengas por mí, podemos dar por terminada la cita y listo. —Fui muy directa y también soné un poco fría, quizás debería permitirme ser como antes, pero estaba demasiado lastimada como para querer vivir de nuevo, quería evitarme caer nuevamente en la “guarida de una bestia” de alguna forma Evarenicer se me asemejaba como un peligro latente.
- OFFROL:
- Sí, cuando se termine lo del evento de San Valentín, tendré un trama con alguien, pero podemos tener temas y ser socios malvadosos en On-rol XD
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
Bueno, definitivamente este no era mi ambiente. Entre más hablaba ella, mas se notaba una expresión mía de pocos amigos (Agradable) ante sus palabras, no estaba para tal tontería diversificada de un ser de este plano, para aceptar una actitud tan despreciativa a mi persona. Suspire de manera leve, más que todo por la angustia que estaba obteniendo al resistirme tener que contestarle a ella de una manera poco agradable.
—Entonces la cita queda hasta aquí, ¿va de lo mismo, no?, tu tampoco querías estar aquí por lo que veo. Paso de esto; ¿Se supone que las citas son algo que va de la esencia de cada persona, buscar compartir algo intimo con ellas no?, tener que seguir un panfleto predeterminado solo indica que no abran emociones, solo algo que tienes que estar consciente de hacer— Mencionaba con un tono de voz penetrante y a su vez firme, dando en claro las cosas.
Di unos golpes leves a la madera del carruaje, para que entonces se detuviera y prestara atención a nosotros el chofer. Daba un chasquido de dedos y hacia aparecer una suma de dinero básica, se notaba que estaba disgustado.
—Quizás no sea la misma cantidad, pero pago sus servicios por tener que escoltarnos, me bajo acá. Por favor, lleve a la dama a un restauran a los lugares predeterminados si así lo desea ella, atiéndale a favor de que no estaré yo— Musite cual perfecto aristócrata y luego regresaba mi mirada hacia ella —.Para no seguir molestarle, me marchare entonces— Añadí.
Espere que me abriera la puerta y me Salí del carruaje apenas tenia la oportunidad. Estábamos en pleno camino. La playa me quedaba a un buen rato de caminata, cosa que seme hacia bastante pesado a mi parecer, no pintaba nada bien esto.
Me estire un poco y convoque de manera sencilla mis poderes alrededor de mi, sin preocuparme de quien me viera. Cree una nube de algodón de azúcar, no sabía exactamente porque, pero suponía que sería un fetichismo de mi antecesor, aunque debía admitir que molaba bastante. Me acosté encima de esta y en pocos instantes esta buscaba flotar, preparándome para irme volando en la nube de algodón de azúcar. Aun así no fue inmediato, note la cara entre asombro y duda del chofer, era cierto que se conocía la cantidades de sub-especies en este mundo más de lo que eran tolerantes en el pasados, pero aun seguía siendo mucho misterio lo que podían hacer o no. Reía un poco ante esto, pero parece que no partiría rápido. Unos niños que estaban caminando en grupos, seguramente saliendo del colegio o algo así, notaba la nube de algodón de azúcar que estaba montado. Varios de estos estaba hablándome y demás de cómo podía estar sobre ella y sobre todo flotar, pero lo raro fue que algunos empezaron a quitarle partes para buscar comérsela.
A la final me baje de la nube, termine viendo como los niños se la comían y luego se iban cuales inocentes y afortunados. Me rasque un poco la mejilla, realmente esto fue inesperado; pero no pudo evitar sacar una sonrisa simple y filosa de mi parte.
—A veces las cosas te sorprende de formas tan cuales— Reía un poco, luego alzaba la mano hacia el chofer y la chica, como dando entender que me iria a pie por lo visto —.Good bye— Añadí en un tono profundo.
Empezando la caminata de manera lenta y relajada, el clima estaba bastante estable y hacia una brisa agradable, por lo que sentía que no había apuro ante las cosas, si algo sabia. Es que aun entre las cosas que suceden y termina sobre-llevando a uno, también hay que disfrutar de aquellas que nos hacen ser tolerantes a lo demás.
—Entonces la cita queda hasta aquí, ¿va de lo mismo, no?, tu tampoco querías estar aquí por lo que veo. Paso de esto; ¿Se supone que las citas son algo que va de la esencia de cada persona, buscar compartir algo intimo con ellas no?, tener que seguir un panfleto predeterminado solo indica que no abran emociones, solo algo que tienes que estar consciente de hacer— Mencionaba con un tono de voz penetrante y a su vez firme, dando en claro las cosas.
Di unos golpes leves a la madera del carruaje, para que entonces se detuviera y prestara atención a nosotros el chofer. Daba un chasquido de dedos y hacia aparecer una suma de dinero básica, se notaba que estaba disgustado.
—Quizás no sea la misma cantidad, pero pago sus servicios por tener que escoltarnos, me bajo acá. Por favor, lleve a la dama a un restauran a los lugares predeterminados si así lo desea ella, atiéndale a favor de que no estaré yo— Musite cual perfecto aristócrata y luego regresaba mi mirada hacia ella —.Para no seguir molestarle, me marchare entonces— Añadí.
Espere que me abriera la puerta y me Salí del carruaje apenas tenia la oportunidad. Estábamos en pleno camino. La playa me quedaba a un buen rato de caminata, cosa que seme hacia bastante pesado a mi parecer, no pintaba nada bien esto.
Me estire un poco y convoque de manera sencilla mis poderes alrededor de mi, sin preocuparme de quien me viera. Cree una nube de algodón de azúcar, no sabía exactamente porque, pero suponía que sería un fetichismo de mi antecesor, aunque debía admitir que molaba bastante. Me acosté encima de esta y en pocos instantes esta buscaba flotar, preparándome para irme volando en la nube de algodón de azúcar. Aun así no fue inmediato, note la cara entre asombro y duda del chofer, era cierto que se conocía la cantidades de sub-especies en este mundo más de lo que eran tolerantes en el pasados, pero aun seguía siendo mucho misterio lo que podían hacer o no. Reía un poco ante esto, pero parece que no partiría rápido. Unos niños que estaban caminando en grupos, seguramente saliendo del colegio o algo así, notaba la nube de algodón de azúcar que estaba montado. Varios de estos estaba hablándome y demás de cómo podía estar sobre ella y sobre todo flotar, pero lo raro fue que algunos empezaron a quitarle partes para buscar comérsela.
A la final me baje de la nube, termine viendo como los niños se la comían y luego se iban cuales inocentes y afortunados. Me rasque un poco la mejilla, realmente esto fue inesperado; pero no pudo evitar sacar una sonrisa simple y filosa de mi parte.
—A veces las cosas te sorprende de formas tan cuales— Reía un poco, luego alzaba la mano hacia el chofer y la chica, como dando entender que me iria a pie por lo visto —.Good bye— Añadí en un tono profundo.
Empezando la caminata de manera lenta y relajada, el clima estaba bastante estable y hacia una brisa agradable, por lo que sentía que no había apuro ante las cosas, si algo sabia. Es que aun entre las cosas que suceden y termina sobre-llevando a uno, también hay que disfrutar de aquellas que nos hacen ser tolerantes a lo demás.
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
Evarenicer estaba en lo correcto, yo tampoco quería estar aquí, no estaba en condiciones de interactuar con personas. A veces una palabra, un silencio o una mirada podían herir más que un golpe físico, no tenía la intención de maltratar a Evarenicer, sin embargo, que te rompan el corazón es similar a que te muerda un zombie, ya que te conviertes en un monstruo que lastimará a otras personas y por ende asistir a una cita el día de San Valentín había sido un error.
“¿Se supone que las citas son algo que va de la esencia de cada persona, buscar compartir algo intimo con ellas no?, tener que seguir un panfleto predeterminado solo indica que no abran emociones, solo algo que tienes que estar consciente de hacer” La esencia de cada persona… Ya ni me acordaba como era la mía, no estaba lista para volver a sentir emociones, no podía, no quería. Apagar mi humanidad, me hacía sentir menos todo el dolor que me afligía y me negaba a crear lazos con personas que seguramente me harían daño después. La monotonía insensible que me rodeaba ahora, era lo más viable para mí.
Mi rubio acompañante pidió detener el carruaje, iba en serio cuando dijo que todo quedaba hasta aquí, no sabía si agradecerle o disculparme, lo segundo era lo más razonable pues él se notaba realmente enfadado, me quede en silencio cuando me dedico unas últimas palabras, únicamente desvíe la mirada mientras esperaba a que bajara y se fuera.
El chofer me preguntó a qué lugar tenía que dirigirse, no le contesté… quedé atónita mirando la creación de Evarenicer, trague saliva y pedí al chofer que todavía no partiera del lugar donde nos encontrábamos. Miré hacia abajo con la mirada perdida, mientras que sujetaba mi cabeza con las manos, apoyando los codos en mis piernas. De nuevo esa sensación de intranquilidad me invadió, esa técnica era tan típica de…
Me di un par de cachetadas en las mejillas para sacarme del ensimismamiento, entonces, ya más tranquila me pregunté ¿Porqué Evarenicer podía hacer eso? Hasta donde yo sabía esa era una habilidad única, hice las manos puños, mordiéndome el labio inferior y, me decidí ir tras él, tenía que atar algunos cabos sueltos, así que prontamente bajé del carruaje y le dije al chofer que se marchara, le di la espalda e ignoré un “pero señorita...” y con paso apresurado fui en busca de Evarenicer. Por un momento creí que ya no lo alcanzaría, si él estaba flotando en el cielo, seguramente ya no le encontraría, sería como querer alcanzar una estrella distante, pero, al parecer el universo estaba de mi lado, llegue a notar a lo lejos una señal de su parte y, sonreí al ver a unos niños con la boca manchada de azúcar. Sin dejar que se alejara más, me acerque hasta él, con la respiración agitada. —N-No… no te vayas. —Dije con voz tenue y agarré su mano, para detenerlo. Contuve el aliento, no sabía que decirle o preguntarle. —Disculpa si te ofendí. —Pensé que disculparme sería un buen comienzo.
Me quedé mirándolo con ojos acuosos en silencio. —¿Me dejarías ir contigo? —Le pregunté casi suplicante. —Por favor. Añadí.
Miré al cielo cubierto ya con un manto estrellado, quizás lo siguiente era sincerarme con él. —A veces, cuando le rompen el corazón a una persona, ésta se vuelve fría como un refrigerador y ese es mi caso, intento sobrellevarlo de la mejor manera, no tengo nada contra ti, ni contra el mundo, sin quererlo sigo desquitándome con todos y no sé por qué, solo sé que no me quedan ganas de sentir emociones, ni de compartir intimidades. Uno simplemente cierra su corazón a todas esas cosas. —Una lagrima resbalo por mi mejilla. —Tengo que comenzar a superarlo, vivir mi presente y no en el pasado, lo sé, me lo digo a mi misma todos los días, pero es muy difícil, pensé que me estaba recuperando, y sin embargo de pronto tú agitas todo mi interior, traes de vuelta todos los recuerdos… ¿porqué? dime ¿Quién eres Evarenicer? —Sequé con una mano lo húmedo de mi rostro y luego miré a Evarenicer, esperando una respuesta.
“¿Se supone que las citas son algo que va de la esencia de cada persona, buscar compartir algo intimo con ellas no?, tener que seguir un panfleto predeterminado solo indica que no abran emociones, solo algo que tienes que estar consciente de hacer” La esencia de cada persona… Ya ni me acordaba como era la mía, no estaba lista para volver a sentir emociones, no podía, no quería. Apagar mi humanidad, me hacía sentir menos todo el dolor que me afligía y me negaba a crear lazos con personas que seguramente me harían daño después. La monotonía insensible que me rodeaba ahora, era lo más viable para mí.
Mi rubio acompañante pidió detener el carruaje, iba en serio cuando dijo que todo quedaba hasta aquí, no sabía si agradecerle o disculparme, lo segundo era lo más razonable pues él se notaba realmente enfadado, me quede en silencio cuando me dedico unas últimas palabras, únicamente desvíe la mirada mientras esperaba a que bajara y se fuera.
El chofer me preguntó a qué lugar tenía que dirigirse, no le contesté… quedé atónita mirando la creación de Evarenicer, trague saliva y pedí al chofer que todavía no partiera del lugar donde nos encontrábamos. Miré hacia abajo con la mirada perdida, mientras que sujetaba mi cabeza con las manos, apoyando los codos en mis piernas. De nuevo esa sensación de intranquilidad me invadió, esa técnica era tan típica de…
Me di un par de cachetadas en las mejillas para sacarme del ensimismamiento, entonces, ya más tranquila me pregunté ¿Porqué Evarenicer podía hacer eso? Hasta donde yo sabía esa era una habilidad única, hice las manos puños, mordiéndome el labio inferior y, me decidí ir tras él, tenía que atar algunos cabos sueltos, así que prontamente bajé del carruaje y le dije al chofer que se marchara, le di la espalda e ignoré un “pero señorita...” y con paso apresurado fui en busca de Evarenicer. Por un momento creí que ya no lo alcanzaría, si él estaba flotando en el cielo, seguramente ya no le encontraría, sería como querer alcanzar una estrella distante, pero, al parecer el universo estaba de mi lado, llegue a notar a lo lejos una señal de su parte y, sonreí al ver a unos niños con la boca manchada de azúcar. Sin dejar que se alejara más, me acerque hasta él, con la respiración agitada. —N-No… no te vayas. —Dije con voz tenue y agarré su mano, para detenerlo. Contuve el aliento, no sabía que decirle o preguntarle. —Disculpa si te ofendí. —Pensé que disculparme sería un buen comienzo.
Me quedé mirándolo con ojos acuosos en silencio. —¿Me dejarías ir contigo? —Le pregunté casi suplicante. —Por favor. Añadí.
Miré al cielo cubierto ya con un manto estrellado, quizás lo siguiente era sincerarme con él. —A veces, cuando le rompen el corazón a una persona, ésta se vuelve fría como un refrigerador y ese es mi caso, intento sobrellevarlo de la mejor manera, no tengo nada contra ti, ni contra el mundo, sin quererlo sigo desquitándome con todos y no sé por qué, solo sé que no me quedan ganas de sentir emociones, ni de compartir intimidades. Uno simplemente cierra su corazón a todas esas cosas. —Una lagrima resbalo por mi mejilla. —Tengo que comenzar a superarlo, vivir mi presente y no en el pasado, lo sé, me lo digo a mi misma todos los días, pero es muy difícil, pensé que me estaba recuperando, y sin embargo de pronto tú agitas todo mi interior, traes de vuelta todos los recuerdos… ¿porqué? dime ¿Quién eres Evarenicer? —Sequé con una mano lo húmedo de mi rostro y luego miré a Evarenicer, esperando una respuesta.
Invitado- Invitado
Re: Dulzor al final del camino
Pensaba que mi día seria un poco relajado, pero parece que las cosas se tornaría como uno de esos cuentos fantástico que tanto deseaba la gente experimentar en carne propia, pero no era algo que podría decir me hiciera ilusión. De pronto termine observando a la misma chica, que estaba jadeando de cansancio; levantando mi mano para llevarla a rascar un poco mi cabeza casi que buscando comprender lo que sucedía ahora. Mantenía mi expresión fría aun en su petición, no estaba del todo convencido aun, pero cuando empezaba aquel dialogo relacionado con su corazón, me hacia sentir un poco responsable al ser el descendiente de mi anterior yo. Suspire de manera pesada y fue chasque mis dedos para hacer aparecer una paleta de diversos sabores dulces.
—Vaya, estas tan equivocada. El corazón de las personas poco a poco se va oscureciendo por los dolores del pasado o sellando por los recuerdos sin reclamar. Los seres continuamente pierde un poco de su vida al no encontrar aquella esencia que los completa, divagando y buscando cambiar para que no les haga daño, pero sin darse cuenta que aquella esencia suya fue la original, cuando busca protegerse de diversas forma y cambiando, oponiéndose a conocer una felicidad por solo una herida del pasado, termina volviéndose incompletos— Tomaba una pausa y cogía su mano, para que sostuviera el dulce que acababa de crear para ella —.Por eso mismo, es mejor que empieces a aceptar las cosas del mundo, pues todo tiene su razón. No quisiera como dios, tener que ver tu pasión, amor y felicidad como algo perdido del abismo— Añadí sin cuidado.
Musite cual viajero misterioso, en el abismo lograba ver con mucha frecuencia recuerdos hasta de amantes suicidas o demás, mucho de aquellos se volvieron parte de mi, pero los peores eran aquellos amores que poco a poco se fueron olvidado, debido a que la persona busco desesperadamente cambiar su forma de ser y así no tener que salir herida.
Aun así di una pequeña mueca en mi rostro cuando analizaba mis palabras con detalle, di una información necesaria. Aunque no tenía todo los recuerdos de mi anterior, estaba seguro que ella sabía que aquel fue el dios del abismo, por lo que acababa de meter la pata sin duda. Me hice el indiferente un momento, tomando su mano cual caballero y buscando analizar sus facciones, quizás estaría usando esto de una mala manera aprovechando que su corazón parecía que me reconoció, pero su mente aun no. Entrelace mis dedos con los suyos, cual pareja común y empecé a caminar con ella, necesitaba evitar la conversación alguna con respecto aquello, no veía necesario tocar el tema, por lo menos aun no.
—Bueno, vamos a la playa entonces como te mencione anteriormente. El día esta caluroso, creo que le va mejor, algo natural como aquello— Mencionaba en un tono gentil, para proseguir con rapidez —.No te preocupes por el traje de baño, pasaremos por una tienda y te compro uno. No creas que estoy pretendiendo comprarte ni nada así, mas bien podre una condición si aceptas claro está, es elegir el traje de baño. Nada fuera de tono si no quieres, pero aun así algo que resalte esa forma tuya tan frágil pero a la vez delicada, cual rosa de capullo, que florecerá con esplendor— Añadí.
Aun tomándonos de la mano, empecé la caminata. Por ahora quería que disfrutara el recorrido, realmente había causado bastante problemas, así que quería hacerme responsable para que tuviera un día animado o quizás fantástico, las cosas nunca eran seguras, pero no podían quitar de menos las esperanzas de siempre querer conseguir un final feliz ante los sucesos. Caminando junto a ella, sintiendo que esto era una pequeña broma del destino, dando a entender que para vivir en paz consigo mismo, se debía primero vivir en paz con aquello que queremos.
—Vaya, estas tan equivocada. El corazón de las personas poco a poco se va oscureciendo por los dolores del pasado o sellando por los recuerdos sin reclamar. Los seres continuamente pierde un poco de su vida al no encontrar aquella esencia que los completa, divagando y buscando cambiar para que no les haga daño, pero sin darse cuenta que aquella esencia suya fue la original, cuando busca protegerse de diversas forma y cambiando, oponiéndose a conocer una felicidad por solo una herida del pasado, termina volviéndose incompletos— Tomaba una pausa y cogía su mano, para que sostuviera el dulce que acababa de crear para ella —.Por eso mismo, es mejor que empieces a aceptar las cosas del mundo, pues todo tiene su razón. No quisiera como dios, tener que ver tu pasión, amor y felicidad como algo perdido del abismo— Añadí sin cuidado.
Musite cual viajero misterioso, en el abismo lograba ver con mucha frecuencia recuerdos hasta de amantes suicidas o demás, mucho de aquellos se volvieron parte de mi, pero los peores eran aquellos amores que poco a poco se fueron olvidado, debido a que la persona busco desesperadamente cambiar su forma de ser y así no tener que salir herida.
Aun así di una pequeña mueca en mi rostro cuando analizaba mis palabras con detalle, di una información necesaria. Aunque no tenía todo los recuerdos de mi anterior, estaba seguro que ella sabía que aquel fue el dios del abismo, por lo que acababa de meter la pata sin duda. Me hice el indiferente un momento, tomando su mano cual caballero y buscando analizar sus facciones, quizás estaría usando esto de una mala manera aprovechando que su corazón parecía que me reconoció, pero su mente aun no. Entrelace mis dedos con los suyos, cual pareja común y empecé a caminar con ella, necesitaba evitar la conversación alguna con respecto aquello, no veía necesario tocar el tema, por lo menos aun no.
—Bueno, vamos a la playa entonces como te mencione anteriormente. El día esta caluroso, creo que le va mejor, algo natural como aquello— Mencionaba en un tono gentil, para proseguir con rapidez —.No te preocupes por el traje de baño, pasaremos por una tienda y te compro uno. No creas que estoy pretendiendo comprarte ni nada así, mas bien podre una condición si aceptas claro está, es elegir el traje de baño. Nada fuera de tono si no quieres, pero aun así algo que resalte esa forma tuya tan frágil pero a la vez delicada, cual rosa de capullo, que florecerá con esplendor— Añadí.
Aun tomándonos de la mano, empecé la caminata. Por ahora quería que disfrutara el recorrido, realmente había causado bastante problemas, así que quería hacerme responsable para que tuviera un día animado o quizás fantástico, las cosas nunca eran seguras, pero no podían quitar de menos las esperanzas de siempre querer conseguir un final feliz ante los sucesos. Caminando junto a ella, sintiendo que esto era una pequeña broma del destino, dando a entender que para vivir en paz consigo mismo, se debía primero vivir en paz con aquello que queremos.
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