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Mensaje por Greenlight Vie Feb 14, 2014 1:17 am


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La cuidad... tan llena de recovecos y lugares poco conocidos por la mayoría de las personas.

Es el caso de un restaurante famoso, que solo gente de clase selecta y algunos despistados conocen su paradero. Aún así nadie puede decir con exactitud que es lo que convierte a este lugar, en uno especial.
Últimamente se ha echo mas popular y escuchado, entre las personas, por ser recomendado para una fecha especial como el día de los enamorados.

Para esta ocasión Greenlight Academy, hizo reservas en este dicho lugar. El restaurante cuenta con un estilo casual pero a la ves moderno, con toques naturales que decoran muy bien el ambiente, y con disponibilidad para comer tanto afuera disfrutando del techo formado por plantas como adentro con una decoración y buena iluminación de noche y gran cantidad de luz natural de día.

Los invitados han recibido, con anticipación, una carta con la invitación a un reservado VIP dentro del restaurante. El cual constará de una cena selecta para dos personas, las mejores bebidas, y postre del día. En este lugar la única presencia que hay es la de los invitados y los camareros asignados.
El lugar además, cuenta con muy buena iluminación, mesa especialmente decorada, un apartado de sillones pequeños y un gran sillón en el centro de estos, teniendo en frente una pequeña mesilla por si los invitados desean ir a ponerse mas cómodos con una bebida. Además hay grandes ventanales para poder apreciar la vista. El suelo esta totalmente cubierto de una fina alfombra de color grisáceo.

La cita esta concertada para las 8 de la noche, los invitados deberán asistir de gala, el espacio de afuera no será utilizado ya que toda la actividad, de noche, se concentra adentro del restaurante.

Esperamos que disfruten su cita a ciegas y que sea de su agrado el lugar.


Reglas del evento


1) El tema que deberán responder antes que los demás que tengan será el del evento, porque tiene una fecha límite.

2) No se pueden abandonar los temas.

3) Al menos 2 contestaciones por semana.
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Mensaje por Invitado Vie Feb 14, 2014 4:16 am

Decir que esperaba emocionado a que llegara este día sería una exageración. San Valentín es una de mis fechas favoritas, sin duda alguna, después de la navidad, pero por encima de otras tantas fiestas del estilo, como acción de gracias, pascua, etc. Todas estas fechas tienen en común la deliciosa desesperación y agonía de la soledad. Las personas sin pareja sufren San Valentín desde que comienza hasta que termina, y es sin duda una de las mejores oporunidades de hacer negocios. Cuanto más desesperada está una persona, menos pide y más da.

Por lo normal, dedico este tan señalado día a conseguir beneficios fáciles, pero como en estas navidades he conseguido hacerme con un buen puñado de almas, vidas, favores y todo otro tipo de tratos, me he permitido un día de goce. Y tener una cita a ciegas en San valentín no solo me parece extraordinariamente divertido, sino una oportunidad de oro para compaginar ocio y negocios.

Había dos escenarios posibles. O mi "cita" salía huyendo sin volver la vista atrás, o caía en la trampa de hablar conmigo. Me gusta ver a la gente huyendo, pero como en esta ocasión quería divertirme más que un par de minutos, moví algunos hilos para que el lugar donde me tocara fuera algo muy difícil de rechazar ¿Y quien rechaza una cena gratis en un restaurante de renombre si para colmo la cita era en zona VIP?

Salí mucho más temprano que lo que se me avisaba en la carta, despidiendome de mis criados y "pertenencias", dando las instrucciones necesarias y asegurándome de que todo estaría en orden. Por eso mismo llegué al restaurante media hora antes de lo citado. El recibimiento del personal no fue muy cálido, que digamos, pues sentían a la perfección como mi aura diabólica quería engullirlos; no obstante eran buenos profesionales y me atendieron con modales exquisitos. Les dejé mi sombrero y abrigo y me dirigí a la mesa reservada, observando atentamente todo el menú y la carta de vinos para asegurarme de escoger los más caros. Ya que esto lo pagaba la academia, tenía que aprovecharlo.

Una vez tuve claro mentalmente que era lo que iba a pedir, me dediqué en pleno a lo que me había llevado a llegar tan temprano. Ver la cara de mi "pareja" al verme. Era algo que no me podía perder.
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Mensaje por Ekaterina Akeila Vie Feb 14, 2014 5:51 pm

La joven Ekaterina Akeila se encontraba sentada contra la ventana de su habitación, viendo a las personas caminar en los pisos abajo, había muchos globos rojizos y blancos y personas que vestían justamente esos colores. Ella no era ni partidaria ni odiaba ese día, solamente le parecía que era un día como cualquier otro, entonces… ¿Por qué había aceptado participar en un evento como ese? La respuesta era simple  y tenía un nombre. Sam Ebony. Los recuerdos vergonzosos de esa noche donde perdió por completo sus sentidos y se entregó a las garras del alcohol, al parecer Sam nunca le permitiría que lo olvidara… Y se aprovecharía de esa situación cada vez que tuviera la oportunidad… Tristemente, estaba en lo cierto. Porque el día de Navidad le dijo que sería la ‘última vez’ que le recordara eso… Claro que no lo cumplió, porque se lo echó en cara de nuevo.

Miro el libro que estaba ‘leyendo’ con curiosidad, entonces, aunque no quería salirse de la lectura, porque estaba ensimismada con lo que estaba viviendo el protagonista, aun así decidió que tenía que detenerse y se levanto, dejando el libro en el regazo de la cama. Se quedo observando un rato y luego sonrió, Cristie había salido después de un rato de su habitación y ella no le pudo decir que tuviera suerte, sabía que quería tener de pareja a Sam, pero también estaba segura de que Sam no dejaría que una chica fuera su pareja, Ekaterina pensaba que era desafortunado lo que sucedía entre ellos, pero no iba a entrometerse antes de tiempo.

Miro la invitación sobre la mesa de noche y vio la hora en el reloj de la pared, 16:30, le quedaban tres horas y media antes de tener que estar en el restaurant de la invitación. Respiro profundamente y entró a la ducha personal de su habitación. Era muy pequeña, solo un pequeño cuarto que le daba espacio para ducharse lo suficientemente bien. Termino de enjabonar su cabello y salió con una toalla lila amarrada a su cintura. En su cama descansaba una caja roja, Sam la había llevado por la mañana y le había dicho que quería que lo usara en su cita. Ella no tenía interés en ese tipo de cosas, pero nuevamente se había solicitado ropa elegante para esa cita. Dejo escapar un suspiro cuando abrió la caja y se desencantó con el vestido escondido entre los pliegues de papel.

Dejo escapar un nuevo suspiro y se sentó en la orilla de la cama para tomar el vestido entre sus manos y acariciar la fina tela. Era un vestido corto, pero no tan corto, mantenía la elegancia dentro algo que Ekaterina agradecía porque detestaba los vestidos arriba de la rodilla, éste iba por debajo de ellas, al menos cinco centímetros. No tenía tirantes y era ajustado en el busto, evitando que se viera algo aparte de sus perfectos y tonificados brazos y su delgado cuello. La falda era más complicada, parecían retazos de tela que fueron cortados en diferentes capaz, le dieron más volumen a la falda, que se oleaba cada vez que ella se movía. Tenía un cinturón plateado en la cintura y unas zapatillas de igual color. Una gargantilla con un dije violeta, como sus ojos y una pequeña diadema luminosa. Bien, ¿estamos de acuerdo en que a Ekaterina no le agradan las cosas demasiado brillantes? Pues al parecer, Ebony siempre daba en el clavo porque siempre elegía vestidos que guardaban la elegancia que a Eka le gusta y también le hacían ver como una sofisticada y nada materialista princesa. Se vio en el espejo una y otra vez después de ponerse la prenda, sin creer como se estaba viendo.

-Estúpido Ebony y su estúpido sentido por la moda. –Masculle mientras se quita la diadema y se cepilla el cabello, se lo ondula de forma curiosa, tiene unos rayos más claros que se ha hecho con ayuda del fijador y se pone un maquillaje demasiado suave en el rostro, para no parecer un árbol de navidad debido a tanto brillo sobre su cuerpo. Deja escapar un suspiro y mira la hora, son las 6:30, le sorprende haber tardado tanto tiempo. Toma su bolso pequeño, bolso que odia, e introduce las llaves de su habitación, su móvil, algo de dinero y la invitación. No quería ir en autobús, así que tome un taxi directamente desde la academia, Ebony lo ha planeado todo. Toma su móvil y textea ”Más te vale disfrutar esto, Ebony… O te empalo.
No pasa mucho tiempo cuando llega al sitio, ha llegado un poco temprano, así que decide pasear alrededor del local antes de entregar su invitación. Cuando ha pasado cerca de media hora, entrega su invitación y es dirigida hacia la mesa, donde le indican, su acompañante ha llegado. Le habían quitado el abrigo, aunque ella luchó por quedarse con él, al final se dio cuenta de que los meseros eran incluso más tercos que aquel chico por el cual había asistido a una cena de ese calibre. Ekaterina al menos podría pensar que era una cena gratis y con mucha suerte, su compañero de cita sería un ser exquisito y con buena conversación, porque si le tocaba con un mono desubicado solo se pondría a llorar en un rincón.

-Buenas noches.- Saludo, le jalaron la silla y al sentarse, le acercaron nuevamente a la mesa. Miro detalladamente el rostro de aquella persona, pero permaneció estática. Pocos segundos después, salió de su asombro y mostró una elegante y educada sonrisa.-Mi nombre es Ekaterina, es un verdadero placer.- No estaba segura de como tenía que contestar en esos casos, así que su reacción fue la primera con la que pudo dar.


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Mensaje por Invitado Sáb Feb 15, 2014 1:33 pm

Al contrario de lo que podría haber hecho, no intenté en ningún momento manipular la elección de con quien me tocaría cenar. Ni siquiera intenté averiguar antes de tiempo de quien se trataba. Lo divertido sería la sorpresa. Si me tocaba con alguna especie semianimal, tenía ya en mente pedir algo en la carta para jugar con ellos y sus instintos. Si resultaba ser una sombra, poco tendría que hacer. Con un ángel la velada resultaría... Curiosa. Con un demonio podría echarme unas risas, y si además resultaba ser íncubo o súcubo, tenía preparada la casa para el final de la cita.

Había muchas más posibilidades, y todas estaban pensadas y preparadas para un buen rato de diversión, pero aún con todo eso sabía sobradamente que casi todo lo tendría que improvisar. Solo faltaba que llegase mi "pareja".

Mi acompañante no tardo mucho en llegar, al menos no desde que me dediqué exclusivamente a mirar por donde debía de aparecer. Si tuvo miedo de mí, lo disimuló a la perfección. A pesar de mi aura demoníaca y mi mirar homicida, actuó tal lo que parecía, una dama de aristocracia.

Decidí mirar su alma en busca de las manchas que hubiera en esta y me sorprendía al comprobar que poseía un alma pura, mucho más brillante que las almas regulares. Dicho de otra manera, parecía que fuese alguien completamente opuesto a mí, así que debía de asumir que o bien la dirección de Greenlight había hecho sorteo aleatorio o habían escogido a quien pensaban que no se dejaría tentar por mí. Pero por muy pura que fuese, seguía poseyendo manchas en su alma, que a "contra luz" resultaban más fáciles de observar. Y con la información que obtenía, tenía para hacer un trato con ella.

Pero más importante que eso resultaba el pensar que podía corromper tanta "pureza". Un juego divertido donde los halla ¿Qué otra cosa esperar si me juntaban con este tipo de persona? Mientras pensaba en como divertirme con mi nuevo juguete, los trabajadores del restaurante, serviciales en todo momento, hicieron que la joven se sentara conmigo, aunque pude detectar que se compadecían de ella por estar conmigo. Tal como parecía, esta chica era educada, y lo primero que hizo fue darme las buenas noches y presentarse con un nombre que me hizo sonreír, aunque esta sonrisa fuera macabra. No podía mantenerme al día de quienes eran cada uno de los alumnos, profesores o incluso guardias, pero siempre recordaba a aquellos con una importancia relevante, y Ekaterina entraba en esta categoría. No me era desconocida su procedencia y "ocupación".- Buenas noches, Ekaterina. Bonito nombre, muy... "Puro".- Reí con un cierto tono siniestro no pretendido. - Como no me has dicho tu nombre completo ni tu Nombre Auténtico, creo que me limitaré a imitarte. Soy Deprip, Maestro de Tratos, puede que hayas oído algo sobre mí... Y sino, puede que sea incluso mejor, porque así me puedes conocer desde el principio. Antes que nada, lamento el que no quisieras estar aquí. A veces los amigos no parecen tan amigos, y menos cuando te chantajean para que participes en este tipo de cosas ¿Verdad?- La miré con curiosidad. El "incidente" de esta joven resultaba lo bastante importante como para dejarse convencer con facilidad ante su sola mención, al parecer, y la mancha que había quedado debido a esto estaba especialmente marcada porque la actual situación era debido a ella.- Si te sirve de consuelo, yo tampoco es que estuviera buscando el amor. A muchos demonios nos parece una enorme estupidez y pérdida de tiempo.- Suspiré, indicando entonces al camarero que nos tomara nota. Le indiqué lo que quería y en el orden en que quería que me lo sirviesen. Estas acciones estaban pensadas, por supuesto. Que fuese un demonio no era precisamente un secreto, pero aún así la joven tendría que pensar con quien estaba un poco.

Nada más terminar de pedir y tras esperar a que mi acompañante pidiera o dijera que iba a pensarlo un poco antes, continué hablando. Sobre todo porque me encanta el sonido de mi voz.- Espero que podamos tener una charla agradable. Propongo incluso que hablemos en ruso, si se te hace más cómodo. La verdad, añoro ese helado país, por mucho que prefiera el calor. Si hablo demasiado, dímelo, por favor, a veces me pongo a hablar de cosas que la gente joven no podría llegar a entender.- Reí un poco de nuevo, siendo esta una risa que hizo estremecer a un camarero. - Dime, Ekaterina ¿Te parece una buena idea que una joven hermosa como tú haya sido emparejada con un viejo como yo? Me parece que incluso se han apuntado menores de 16 años. La academia se arriesga mucho en este evento, y aquellos que no se anden con cuidado también.
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Mensaje por Ekaterina Akeila Sáb Feb 15, 2014 6:26 pm

No se había asustado a causa de aquel hombre, pero aquella aura le había hecho estremecer. Era fácil notar las diferencias entre ellos, incluso cuando Ekaterina no estaba del todo consciente de lo que su cuerpo podía presentir. Le resto importancia al hecho pero aun así, tenía que reponerse de su sorpresa. No era común en ella actuar de forma sorprendida y también era raro cuando algo le desconcertaba como en ese momento, así que hizo aun lado el desconcierto que sentía y observó a su compañero, un tanto curiosa. Era claro que con su mirada no conseguiría desdeñar cada uno de los misterios en el rostro de aquel hombre, pero cuando un misterio aparecía frente a la chica ella se mostraba reacia a permitir que se escaparan. Quizás porque ama demasiado los misterios…


Se sintió ligeramente nerviosa por algo que tampoco logró comprender, pero si algo sabía de antemano era que ese hombre, sentado frente a ella, le daría un buen rato y que ese no sería el único encuentro. Porque una vez que se encuentra un misterio andante… ¿Cómo una noche puede bastar para averiguar que es lo que parece tan interesante en él? Es la primera vez que se interesa en alguien debido a que no puede leerle y no se molesta en ocultar ese interés latente en sus ojos, las chispas rosadas brillan con un inquietante deseo de entender, aunque sabe que el gato murió debido a la curiosidad… No importa, lo importante es el saber. Aunque también es importante saber cuando no debe enterarse de algo. Aparto la mirada, no porque no pudiera sostenerla más tiempo, si no porque reconocía que sentiría más curiosidad por aquel hombre y no estaba preparada para eso. La curiosidad es desagradable, especialmente cuando tienes el presentimiento de que no debes seguir ese deseo de saber. Por lo tanto, Ekaterina siguió a su instinto.

Ignoró aquella sonrisa y se limito a corresponderla. Aunque para Ekaterina eso de sonreír cuando no tenía deseos era algo que moría en el acto. No era muy buena con eso de fingir sus sonrisas. Ebony la regañaría de haber visto la mueca que puso. Pero no le importaba, lo intento y eso era lo importante en el hecho. No estaba ahí para complacer a nadie. Solamente para cambiar un poco su rutina. Esa noche, ella podría haber terminado un libro, o dos, y esperar a que su compañera volviera para averiguar que suerte había tenido con su cita… Pero, no. Tuvo que seguir nuevamente los deseos caprichosos de su mejor amigo, aunque claro, no se arrepentiría si podía conseguir una sonrisa en los delgados labios de éste. Eso sería lo mejor que podría obtener, pese a detestar aquel día comercial.

Evito fruncir el ceño, como siempre hacía cada vez que mencionaban el significado de su nombre, porque para ella era un poco irónico. Ser un alma repleta de luz, con un nombre como “pureza” y no sentirse para nada de esa forma. Si, era demasiado irónico y frustrante. Pero le gustaba, le agradaba muchísimo en el fondo. La directividad con la cual le había nombrado su madre, sin permitirse que las personas dudaran que ella era una guardiana del sol. Desde que conoció a Ebony, siendo éste uno de los pocos que se encantaron con el nombre, no había podido decir que su nombre era el peor que podrían haberle dado, porque ella no es pura… Pero, ahora le parecía un nombre perfecto. Algo único y sabía que pese a la ironía no podrían haber elegido uno mejor para ella. Iba a mencionar que ese era su nombre auténtico, pero prefirió no mencionar nada al respecto y escuchar lo que ese hombre decía.

”No te dejes llevar por los impulsos” Recordó aquellas palabras grabadas con fuego en su memoria y suspiro. Necesitaba mantenerse tranquila. Enarcó una ceja al escuchar sus lamentos, aunque estaba sorprendida no se permitió demostrarlo y sonrió, quizás no era una sonrisa de calibre como todo en su persona, más bien una de frustración y una cuanta de ira.

-He de suponer que solamente lo hacía por mi bien.- Miro al hombre fijamente, con sus ojos apacibles y tranquilos y mostró una sonrisa tímida y aun frustrada, más hacia Ebony, a quien tomaría de los pies y arrastraría por toda la academia si no disfrutaba de su cita.-Suele decir que todas las flores deben salir al menos una vez cada cierto tiempo…- Murmuro con una voz queda y delicada.-Por el bienestar mental de mi querido amigo, voy a suponer que solo lo hizo porque se preocupa de que llegue a marchitarme si no salgo como es debido en la juventud de ahora.- Eso fue lo que menciono, con cierto tono de suposición que le hizo reflexionar. Bueno, ese es muy el estilo de Sam… Seguramente fue por eso. Mostró una sonrisa más cálida y algo se expandió por su pecho al comprender las acciones del mayor.

Escucho de nuevo sus palabras y mostró una cálida sonrisa, algo extraño en Ekaterina porque solamente sonríe cuando esta cercana al sol, astro que se había escondido al otro lado del mundo para darle paso a la pálida luz de la luna, por lo tanto, esas cálidas sonrisas debían provenir desde dentro de su corazón, ya que no hay otra explicación para tan interesante comportamiento por parte de la señorita Petrova. Quizás lo único que le sorprendió fue estar frente a un demonio, quizás porque en su juventud siempre estuvo ansiosa por encontrarse con uno de esos seres oscuros. Sin embargo, en esta ocasión no parecía muy interesada en la raza a la que pertenecía su acompañante.

-El tipo de amor que posiblemente buscaban las demás personas que se inscribieron en este sistema de elaboración de citas.- Murmuro con un tono analítico. –No es el tipo de amor que necesito, pero si es el que me gustaría ver obtener a las personas que son cercanas a mi.- Mira a otro sitio y se detiene para pedirle algo específico al mesero. Le mira con lastima, a ella y Ekaterina solo desvía la mirada antes de que le disculpen por quien era su compañía, como si a ella le importara algo tan vago como la apariencia física.-El amor de una pareja es algo… Demasiado común para este tipo de cosas. En mi opinión… - Murmuro.-Estoy demasiado complacida por la persona que será mi pareja esta noche. Parece alguien interesante.- Sus ojos eran algo inexpresivos, pero la emoción, demasiado ligera, con la que pronunciaba sus palabras era verdadera.

Lo escucho hablar de su querido país y si, lo cierto es que era bastante frío a comparación con Australia. Solía tener problemas para dormir en aquel país, porque era cálido y húmedo, no estaba acostumbrada a eso. Negó con la cabeza, no le molestaba que dijeran cosas que los chicos de su edad no entendían, de hecho le gustaba ser de las pocas jóvenes que lograban entender, escucho su risa y se encantó con ella. Esa forma en la que los demás se estremecían, era simplemente mágica. Quizás, su sentido de magia este muy retorcido… O ella misma lo esté, porque esa risa fue de miedo. Pero a Ekaterina no le hacía efecto.

-En realidad, no me importa la edad. No significa mucho. Yo tengo dieciocho años, pero por mi forma de pensar sería complicado darme esa edad.- Miro a otro sitio.-Quizá sea a usted a quien le molesta. Pero estoy segura de que pocas mujeres de su edad están interesadas en algo como esto.- Lo más probable es que estuviera en lo incorrecto. Pero, tuvo curiosidad en el motivo por el cual este ser decidió entrar en un evento así.-¿También quería encontrarse con alguien interesante?- Pregunto con una curiosidad extraña en ella. Respiro profundamente y volvió a su faceta inexpresiva. Demostrar demasiado podría ser fatal.
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Mensaje por Invitado Lun Feb 17, 2014 6:28 am

Los seres “luminosos”, por llamarlos así, pueden tener varias reacciones con mi presencia y compañía. El primer caso son los más inocentes, puros e ignorantes (Pues para alcanzar una pureza absoluta hay que desconocer los males del mundo) siempre era el miedo. Estas almas pueden ser incorruptibles, y tampoco es que me importe, porque en realidad este tipo de alma tiene valor de coleccionista dado a lo poco que puede durar así. Si me encontrara a alguien con este tipo de alma, tendría un especial cuidado en no mancharla ni un poco antes de poder conseguir engañar a la persona para que me la entregase. Ni siquiera yo he sido aún capaz de conseguir tal proeza, pues estas almas están muy protegidas por diversas fuentes, ya que su misma naturaleza hace que los seres corrientes o incluso oscuros quieran protegerles del mal del mundo.

El segundo caso es, por llamarlo de alguna forma, mi “enemigo”. Aquellos que quieren desbaratar mis planes o hacerme frente. Aquellos que pueden llegar a odiarme pero siempre por una causa justa. Ángeles en su mayoría, pero habiendo otra buena cantidad de magos, humanos y humanos dotados de fuerzas especiales. Para resumir, todos aquellos de la luz que se ven como justicieros divinos. Estos son extraordinariamente fáciles de manipular y/o corromper. Para ello me servía de mi “joya”, Della, una esclava que puede llegar a ser tan pura como los del caso anterior, aunque por obra mía, ya que puedo manipular su alma a voluntad.

El tercer caso roza lo absurdo, y es que pretenden llevarme al “buen camino”, como si fuesen pastores y yo una oveja. Usando el mismo símil, creo que es más que evidente que yo soy un lobo. A estos suelo torturarlos mentalmente, jugar con ellos de mil maneras y mantener sus vanas esperanzas de “reformarme” para que el juego dure más y sea más entretenido.

Por último, aunque es una agrupación más bien, el caso de aquellos que son más ajenos a estos asuntos. No buscan mejorar el mundo de todas las formas posibles y tampoco ignoran la realidad. Pueden reaccionar de muy diversas formas, ya que a diferencia de los casos anteriores, si parecen tener individualidad y personalidad propias. Corromper sus almas no es tarea fácil, pero es por eso mismo por lo que resulta un reto que superar.

El caso de Ekaterina parecía ser este último, y su reacción personal fue de sorpresa. Esto no decía nada por sí mismo, pero pude descubrir su curiosidad cuando me estuvo observando. Si sentía curiosidad por mí, podría sentir curiosidad por la oscuridad. Ese sería el enfoque que tendría que darle. Casi como si me hubiera visto las intenciones, la joven apartó la mirada, disimulando entonces mucho mejor cualquier interés que tuviera en mí.

Al parecer, a la joven no le terminar de encajar que le dijeran “pura”, algo importante a recordar. No cayó en mi trampa, aunque intuía que fue por mera educación, puesto que no protesto sobre que si había dado su auténtico nombre. Podía darse el caso de que también conociera la verdad tras los nombres y por eso guardara silencio, pero al no ver ninguna reacción destacable, deseché la idea. Tampoco se mostró sorprendida ante mi conocimiento de lo que había venido a hacer, pero de todas formas, su enfado contra el amigo en cuestión era evidente y pude darme por satisfecho en cuanto a haber conseguido lo que pretendía, encender su ira, aunque solo fuera un instante. Un pecado capital de siete, era un gran avance para menos de cinco minutos de conversación.

Escuché sus palabras y casi me dieron ganas de reír, pero pude contenerme y mostrar tan solo una media sonrisa que reflejaba cierta maldad.- Una vez más, bien y mal van cogidos de la mano. Probablemente tenga la intención de que salgas a conocer gente, y has tenido suerte de que te tocara con alguien como yo y no con un idiota enamoradizo que quisiera cortejarte toda la noche con miles de tonterías. No pretendo dar a entender que tu amigo quisiera gastarte ese tipo de broma, solo digo que tal vez se arriesga mucho en este tipo de decisiones.- Reí. Esperaba que la semilla de la incertidumbre diera sus frutos, pero si no era el caso tampoco importaba.- No dudo de las buenas intenciones de tu amigo, pero aún sin conocerte, te clasificaría como flor de cristal. No te marchitarás estés donde estés, pero si te da la luz, sin duda brillarás mucho más y con mayor belleza. Pero como consecuencia, también eres frágil… No me hagas mucho caso, aún apenas te conozco como para ponerte símiles.- Sonreí de medio lado. Mis palabras estaban completamente medidas, de primera a última. Como guardiana del sol se daría cuenta de cuan cierto podía ser mi símil en su caso.

La siguiente sonrisa que me dedicó la rusa resultaba curiosa a su máximo exponencial, pues no podría ser mas contraria a cualquiera de las mías para aquellos que nos miraran. Más importante aún, no lo había importado lo más mínimo mi raza, es decir, que no subiría las defensas de precaución por ser quien era, lo que me daba mayor capacidad de maniobrabilidad.

Confirmó que ella tampoco buscaba lo que cualquier persona desesperada haría al apuntarse en este tipo de evento, además de dar su opinión sobre el amor, aparte de mencionar también que le resultaba interesante.- En las citas a ciegas hay mayor peligro. Si alguien se enamora durante este tipo de citas, lo más probable es que acabe con el corazón en mil pedazos, ya sea más tarde o más temprano. Así que deberías mantener un ojo en esas personas cercanas para que no cometan esos errores y salgan dañadas.- Le aconsejé. Había una intención distinta en este consejo, ya que probablemente no hacía falta que se lo dijera para que lo hiciese. Pero el fruto de estas palabras sería tardío, tendría que encontrarme en otra ocasión con mi acompañante para ver qué efecto habría tenido.- Estoy igualmente complacido por tener como pareja a una mujer inteligente y bella ¿Qué sería de mí si me hubiese tocado con una cabeza hueca? O cenaría solo o me conformaría con simple sexo para no dar la noche por perdida.- Comenté sin pudor alguno.

Fue complaciente comprobar que mi risa no le hizo efecto, sino que por el contrario parecía tener mayor interés en mí. Y sus palabras, que encerraban también esta curiosidad, me daban pie a continuar con el juego.- Saber que eres mayor de edad desvanece mi preocupación de lo que pueda pasar después de la cita.- Bromeé riendo entre dientes y escuché un aspaviento horrorizado de alguien que espiaba nuestra conversación, a quien ignoré por completo.- A mi hay pocas cosas que me molesten, en realidad, pero me sigue resultando curioso la forma de selección de pareja. Una clienta mía, por ejemplo, está inscrita a pesar de no tolerar ningún contacto humano. Espero que su pareja sobreviva al encuentro.- Tal como dije esto, quedaba claro que había un peligro real para esa pareja en concreto.- “Las mujeres de mi edad o están muertas, o en el infierno o, si acaso, ocupadas con otros menesteres. Lo que yo buscaba, sin embargo, es la oportunidad de hacer un trato con alguien interesante, ya que eso es a lo que me dedico. Curiosamente soy de los más sociables en cuanto respecta a mi generación. Irónico ¿No crees?”- Le dije todo en un perfecto ruso, pues al menos esa parte en cuestión solo quería que la entendiese ella.- “Seguro que conocerás a Rasputín, todo lo que hizo y cómo murió. Hizo un trato conmigo para obtener sus poderes y su aparente inmortalidad. De haberme pedido una inmortalidad absoluta, no habría muerto, pues ni siquiera él podía evitar tanto daño, pero nadie podría haber imaginado que llegarían tan lejos para asesinarle”.- Continué, recordando ese trato en concreto entre otros que hice en la helada Rusia, observando cuanto interés podría tener mi acompañante en historias de hace casi un siglo de antigüedad.
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Mensaje por Ekaterina Akeila Vie Feb 21, 2014 7:45 am

Ekaterina siempre se había clasificado como un ser de luz, o más bien, siempre había sido clasificada como una, pero ella pensaba que aquellas palabras mencionadas por su abuela eran solamente una mentira que no encajaba con ella, porque no encajaba para nada. Dejo escapar un suspiro demasiado largo, ella nunca se sintió un ser de luz, no era como que estuviera consciente de lo que es. ¿Qué significa ser una guardiana del sol? Aun no lo sabe. Y es una pregunta que ha rondado su cabeza durante años, Sam le dijo que dejara de pensarlo, pero claro, decirle eso a Ekaterina no significa que vaya a obedecer, no, no lo iba a dejar de pensar hasta que no pudiera llegar por si misma a una solución para sus problemas… Ekaterina era demasiado independiente como para aceptar una respuesta de otra persona… Encima, una respuesta completamente despreocupada en algo que era importantísimo para ella.

Sabía que había muchos tipos de seres, que había humanos como ella que también podían tener control de la oscuridad. Pero, no entendía porque. Sabía que la mayoría del tiempo era porque sus almas estaban desbordantes de oscuridad, ella no se sentía completamente pura y lo más probable es que no lo sea. Por eso se sentía extraña, porque aun así, aunque no lo sentía, las personas se daban cuenta de ello. Cada ser de luz que había conocido tenía una característica que delataba su estado, una de esas características era que una parte de su cuerpo brilla. En ella, es su cabello. Mantiene un estado brillante y albino que la hace resaltar, incluso cuando esta a los rayos del sol y parece que esta en llamas o que los hilos de luz se vuelven incluso más brillantes. Mucho más brillantes, como si estuvieran hechos de oro. De oro líquido. Eso era lo único que la delataba, porque ella usa ropas oscuras que pueden llegar a ocultar la naturaleza de su alma.
Ella no intentaba hacer nada para curar el cáncer del mundo, hablando claro de si el mundo fuera un enfermo de cáncer, cuyo tumor solo avanza y es incapaz de ser frenado. Ella observa lo que sucede, siente curiosidad por las cosas, pero no busca una forma de mejorarlo, quizás solamente no siente lista como para hacer algo como eso. Ella sabe que en ese momento no tiene el poder suficiente como para curar al mundo, pero sabe que puede curar de poco a poco a las personas que habitan en él, solamente a las que son cercanas, porque su meta como guardiana, aparte de cumplir con sus funciones, es recuperar la esperanza en la vida de las personas, demostrarles que no es el final hasta que ellos lo deciden y en realidad… Nunca es el final. Pero… Solo sabe que ese es su propósito como guardiana. Pero… Como Ekaterina, un ser con alma pura… ¿Cuál es su propósito?

Lo más probable es que sea proteger a Sam, porque es la persona más importante en su vida, también es el chico más inseguro que conoce. Tiene tantos problemas debido a su raza que es difícil que vea más lejos y él te preocupa. Es la única persona por la que podrías cambiar de parecer respecto a curar a las personas, es la única persona que podría cambiar tu resolución… Si consigues algo positivo hacia él, entonces todas tus opiniones sobre no poder meterte en el destino el mundo, habrán cambiado, porque salvar a la persona que más te importa, debe ser un gran cambio… Ekaterina dejo escapar un suspiro, poco tiempo después. Podría estar muy molesta con Sam por aprovecharse de ese momento, pero… No podía odiarlo. No podía enojarse o ser iracunda con él, aparte de que eso no es parte de su personalidad, solo… No. No puede odiar a Sam Ebony. Recapacitó unos segundos después de mostrarse molesta y una mirada dulce y cálida se dejo ver en sus ojos de extraña tonalidad.

-No me molesta, arriesgarse es su mayor arma.- Mencionó con aburrimiento en el tema, estaba un poco cansada de que le dijeran en todo momento que su amistad con Ebony solo traía malos momentos, lo cual no es cierto porque Sam es una de las mejores personas que pudo conocer en su vida.-Quizás no hace las cosas de forma que me agraden, pero estoy segura de que sus motivos tiene para orillarme a este tipo de situaciones.- No pensó mucho lo que decía, cuando se trataba de Sam Ebony, sus sentidos dejaban de ser tan educados como habían sido desde su nacimiento y estancia en casa de su madre. Dejo escapar un nuevo suspiro y le sonrío al hombre con respeto.-Agradezco su interés en el tema e incluso su comentario sobre mi… Pero.. –Añadió dubitativa.-Me complacería dejar de hablar de ese amigo, tan cercano, mío. –Su voz denotó cansancio, ante su desinterés en el tema.

Saber su raza, no pareció inquietarle mucho, pues en esa academia había encontrado a seres de tantas naturalezas diferentes que había aceptado que no juzgaría a nadie por la portada, algo que había hecho con humanos en general, o personas que veía como humanos, antes de entender cuan lleno podía estar el mundo de otros tipos de razas que nadie más podía prever. Por esto mismo, no le importó mucho que el hombre fuera un demonio, aunque si explicaba mucho sobre las expresiones que desconcertaban a los meseros. A ella solo le parecía divertida la forma tan inmediata en la que los prejuicios de las personas aparecían, aunque claro, al ser alguien casi completamente pura… Comprendía el porque las personas reaccionaban de formas tan diferentes… E incluso cuando se suponía que debía notar con mas sencillez la oscuridad en el alma de las personas… Lo cierto es que no veía nada en el alma de aquel hombre, quizás porque no la tenía, pero… No le gustaba sacar conjeturas equivocadas sobre ajenos.

Escucho su consejo y mostró una sonrisa algo tímida, como si compartiera esa opinión. Ella no iba a enamorarse, estaba segura de eso. No le bastaba con un simple encuentro para mostrarse complacida con la presencia de otra persona, salvo si era algo meramente familiar, como su relación con Sam, donde era como si ambos fueran hermanos. Para enamorarse de alguien, algo que en dicho momento veía como imposible, tenía que ser atraída en todos los sentidos, de lo contrario era imposible que alguien común le gustara lo suficiente. Quizás con un chico o chica que compartiera su mentalidad profunda, pero incluso eso lo veía complicado. Pero, debido a lo que dijo de las citas a ciegas… Ella no pudo evitar mostrar una preocupación aun mayor por su mejor amigo… El cual en dicho momento tenía el corazón destrozado… El cual también estaba participando en una cita y lo más probable es que haya sido con un hombre… Esperaba que no llegara a tocar su desesperado corazón, porque ella no podría ayudarle con otro enamoramiento… O quizás solo capricho, porque dudaba y realmente dudaba que él se enamorara rápidamente de otro chico que no fuera Adamus Winter, ella lo sabía.

-Yo no tengo nada en contra de las personas con mentalidades limitadas, pero no me divierten en lo más mínimo, me resultan predecibles y no soy muy amante de predecir que es lo que va a suceder.- Miro a otro sitio y luego volvió su mirada hacia aquel hombre. Interesada ya era poco, pero si sentía muchísima emoción por tener alguien con quien hablar de temas que le parecían difíciles de tocar con personas de su edad, como con Cristie, pensaba que parecía una broma cada vez que le hablaba porque difícilmente podían entenderse entre si.-Usualmente, me siento como un bicho raro con personas de mi edad. Es difícil encontrar a alguien que entienda mi forma de hablar. Así que me alegra mucho que no le haya tocado con un ‘cabeza hueca’, de esa forma no podría disfrutar de su maravillosa compañía.- Quizás, sus palabras han sido demasiado corteses. Es algo que no le importa, esas palabras han salido desde el fondo de su alma, de su pura alma, así que mencionarlas, fue como soltar un peso muerto y que este cayera al vacío.

Enarcó una ceja y luego emitió una silenciosa risa. Entendía la broma y no fue elaborada en un mal contexto, al menos no hasta donde ella entendía, así que se permitió reír sobre ello. Incluso cuando sabía que la cita no llegaría a esos extremos. Escucho aquello sobre sirvientas, la forma en la que mencionaba las palabras daba a la idea de que tenía más de una criada. Así que Ekaterina pudo llegar a pensar que aquel demonio era de alguna forma poderoso o importante en lo que fuera que trabajara. Ella recuerda haberle escuchado mencionar algo sobre ‘tratos’, quizás solamente por eso, tendría que ir con cuidado con lo que quería… Pero, por el momento no. Solo se divertiría y hablaría, limitando lo más posible los sentimientos que, no sabía, podrían desarrollarse. Su comentario, le hizo entender que tenía mucha edad.

-Tomando en cuenta que ha dicho que la mayoría están muertas… O bien, en ese sitio. Creo que no es raro que usted sea uno de los más sociales, especialmente si esta vivo. O cual sea que es su estado ahora. –Las palabras se le perdieron en la cabeza cuando escucho a aquel hombre hablar en su idioma natal, se sintió complacida debido a eso. No le era sencillo hablar en el idioma de Australia, y era mucho más cómodo para ella su idioma natal… Sonrió de forma agradable.-Entonces, he de suponer que sus tratos no tienen un límite. –Comentó, aunque en verdad pensaba en quien estaría tan desesperado como para hacer un trato como para hacer … ¿Cuál sería el pago a cambio de un trato tan deseado? –¿Quiénes hacen trato con usted conocen ambas caras de la moneda? –Cuestiono, nuevamente interesada en el caso.- Disculpe, por mi propia naturaleza este tipo de cosas me provoca cierto interés. Me parece algo digno de estudiar… El porque la desesperación orilla ha cosas extremistas.- Su voz fue seria, algo digno de su carácter pero también, algo que era esperado por un guardián. Ella protegía el alma de las personas y la desesperación era algo contra lo que debería ir.- No tiene porque contestar mis cuestiones.- Sonríe.

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Mensaje por Invitado Sáb Feb 22, 2014 8:20 am

El linaje de la joven rusa no era ni mucho menos secreto, aunque se había mantenido bien oculto de la amplia mayoría. No obstante, la luz no es sinónimo de bien, y el sol tampoco es sinónimo de seguridad. El sol permite la vida, pero también la regula. Por sí solo, el sol solo arde y expande su fuego sin importarle a quien quema. Destruye todo lo que toca, así de simple, y es por eso que una persona en el bando de la luz puede cambiar su modo de ver el mundo para sembrar caos y destrucción.

El fuego, además, es uno de los elementos más presentes en el infierno. Siempre se ha adaptado a mí, y nunca ha sido incompatible con la oscuridad. Con Ekaterina inducirle ese concepto sería mi objetivo inicial, pues no hace falta inundarla en sombras para que esté del mismo lado que los demonios. Cosas más difíciles se han conseguido, como los mismos ángeles caídos demuestran.

Todos los que estaban a  nuestro alrededor empezaron a incomodarse un poco más, aunque no hacía falta que me mirasen directamente para tener dicha sensación. Eso quería decir que mi aura estaba ganando potencia, probablemente debido a mis intenciones con mi acompañante. Sin embargo, sabía que ella no escaparía, aún teniendo la ocasión de ello o las ganas de hacerlo. Aunque mostraba una actitud aburrida y desinteresada, era obvio que había caído en mi trampa. En vez de actuar de forma absolutamente racional, como cabría esperarse, se dejó llevar por los sentimientos. Su amistad era lo que le había llevado a este callejón sin salida. Si se marchaba ahora, estaría poniendo en duda la confianza que depositaba en el tal Ebony. Si decidía marcharse, aunque tratara de convencerse de que no era culpa de este, en su interior las dudas surgirían y crecerían de manera natural. Así que su única opción era quedarse.

Sonreí con tranquilidad, aunque mi sonrisa fuera perturbadora para quien la mirase. Aunque era cierto que era algo que ya sabía, revelar que su amigo era muy cercano y que no quería hablar de él es algo que nunca se debería hacer delante de un demonio. A saber qué cosas podría hacerle a su amigo solo para sacar beneficios de la rubia. Este tipo de acciones temerarias significan que no está tomando las precauciones habituales, algo que podría llevarla a la muerte de una forma u otra, pero no era una sorpresa para alguien que no parecía temer mi aura.- Tal como lo dices, ese Ebony parece interesante. Me gustaría charlar con él en alguna ocasión; la gente que se arriesga es uno de los tipos de gente que más me gusta… Quien no arriesga no gana ¿Verdad?- Reí de forma escalofriante y negué con la cabeza.- Tal como digo, no conozco a tu amigo, si estamos hablando de él no es por causa mía, tenlo por seguro. Eres tú quien está pensando en él más que en lo que ocurre aquí. Soy bueno adivinando pensamientos.- Sonreí, ladino. No podía leer la mente de nadie sin haber hecho un trato previo, pero su alma seguía remarcando la mancha que le vinculaba a su amigo, por lo que no era difícil prever lo que pensaba.

Lo que si me resultaba curioso es como había desechado mi símil junto a todo lo demás. Por lo que a mí respectaba, eso solo significaría que Ebony le importaba en mayor medida de lo que había pensado. En cualquier caso, podría hacer referencias a mis conocimientos sobre sus poderes y ella misma más adelante. Mi consejo parecía surtir el efecto deseado, al mostrar en su alma preocupación por su amigo, no obstante, esta se atenuó en gran medida y aún no sabría decir el porqué.

Me resulto divertido la forma que tenía de hablar sobre los demás. Todas las mentalidades son limitadas hasta cierto punto, pero el límite de Ekaterina era muy superior al de la mayoría, así que era normal que se aburriera de los que la rodeaban, sobre todo teniendo en cuenta que era adepta de la luz. No podía ver la diversión que tenía ante sí, al menos no aún.- En mi opinión, todo depende de cómo lo enfoques. El ajedrez es un juego que me gusta bastante, y se basa precisamente en predecir los movimientos del contrario. Aún cuando tu oponente es de una gran inteligencia, sabes que si amenazas al rey, tendrá que actuar de una forma u otra. Sabes que un movimiento específico desencadena en otro por parte del contrario. Lo saben ambos jugadores. El predice tus movimientos y tú los suyos, la clave es ver cuál es la mejor estrategia y esperar que tu contrincante no la haya visto antes para que no pueda desarmarla fácilmente.- Reí entre dientes. Sabía que aquella muchacha no usaría nunca a sus seres cercanos como “piezas de ajedrez”, por el aprecio que les tenía. Además, no era lo bastante poderosa o incluso inteligente para ello; los más poderosos “justicieros” del bando de la “luz” se veían obligados a jugar en aquel juego, por mucho que le disgustase. Pero la joven rusa si era lo bastante inteligente como para empezar a jugar con otro tipo de “piezas”. Si empezaba con ello por mera diversión, habría conseguido lo que me proponía.- Muy pocas personas se atreven a decir que mi compañía es maravillosa. Mereces mi respeto por tu valentía, Ekaterina.- Le afirme con una sonrisa macabra en mi rostro.

Por suerte, mi broma gusto a mi acompañante (Es bien sabido que muchas mujeres fingen reír las bromas de aquellos hombres con los que coqueteaban, pero en este caso particular ni me planteaba esa posibilidad) y el que no me diera una respuesta locuaz me indicaba que tenía poco interés en lo que pudiese suceder tras la cita. No me sorprendía realmente, pero si resultó un poco decepcionante, debido a que también podría haberme dado una respuesta mordaz, aunque educada.

Reí por sus palabras, las cuales eran acertadas en el sentido de que, por muy social que puedan llegar a ser los espectros, tienen muy pocas oportunidades de intentar socializar. De aquellos que a mi edad estaban vivos, los humanos les eran tan insignificantes que no veían razón para hablarles, mientras que yo consigo sacar provecho de todos los que caen en mis manos. También hay que decir que la mayoría de demonios, cuando quieren tener a un humano para lo que sea, solo tienen que comprármelo, así que no se toman la molestia de conseguirlos por cuenta propia.- “Seguro que las cosas serían más fáciles si este aura no ahuyentara a la gran mayoría de personas, pero no me va mal en el negocio, así que no puedo quejarme”.- Continué hablando en ruso por mera comodidad. Escuché su pregunta con interés. No era raro que la gente creyera que me dedicaba a engañar a otros. Era la imagen que se tiene de aquellos demonios que hacen pactos. Una acusación así podía llegar a molestarme de verdad, pero tal como planteó aquella cuestión, solo me pareció divertido.- “En efecto, no hay límites para mis tratos, y aquellos que hacen un trato conmigo, obtienen lo que desean y pagan lo que se han comprometido a pagar. Mis servicios están garantizados y bien explicados en todo momento, además de que nadie suele venir a pedirme algo sin ser precavido por el aspecto que tengo.”- Medité un instante sus palabras con respecto a la desesperación. Interesarse por ese tipo de cosas podría serme útil en algún momento.- “La esperanza es lo último que se conserva, así que, cuando se pierde, es normal llegar a cualquier extremo ¿Qué se puede perder cuando ya se ha perdido todo? Pero no me gustaría dejarte creer que solo hago tratos con personas desesperadas. Soy participe presencial de todos los grandes acuerdos en cualquier parte del mundo. Además de que muchos empresarios, como tu padre, por ejemplo, me compran sus materias primas. A ti, que parece interesarte tanto la cultura, podría “venderte” libros que ningún mortal ha leído jamás. O podría decantarme a ofrecerte mejorar la relación con tu madre, cosa que sé que deseas mucho…”- La observé para poder apreciar su reacción como era debido.

Finalmente llegaron los camareros con nuestra cena. Me sirvieron como primer plato atún rojo aderezado con azafrán de la mancha y nuez macadamia, acompañado de un vino riojano, un imperial gran reserva de muy buena calidad para mi gusto. Caté en primer lugar el vino y probé el atún seguidamente, asintiendo para mi mismo en gesto de conformidad. La factura de la cena haría que el director se replanteara gastar el dinero tan aleatoriamente en la próxima ocasión, y eso era lo que mejor sabor tenía de todo. Observé lo que le trajeron a mi acompañante con curiosidad por ver cuál sería su actitud en estas circunstancias.- Si quieres probar algo de lo mío, tan sólo pídemelo, aunque puedo entender que no quieras caer en semejante cliché sociológico.- Reí entre dientes y seguí disfrutando un poco más de mi plato antes de dar un buen sorbo a mi copa y continuar con la conversación.- Cuéntame algo sobre ti. Libros que te gusten, artistas favoritos, lo que se te ocurra. Por cierto, también tengo interés en saber si estás en Hall Alfa, Beta o Gamma, ya que en esta institución no les importa quién seas ni de donde vengas ¿Verdad? No es que me interese mucho el traspaso de un Hall a otro, pero me resulta curioso que obliguen a los alumnos a compartir habitación si están en el Gamma.-Mi  interés real en esta cuestión era otro muy distinto, pero con paciencia es como se obtienen los mejores resultados.
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Mensaje por Ekaterina Akeila Lun Feb 24, 2014 8:15 pm

Ella no iba a perderse, era cierto que prefería el mundo de las sombras. Pero no iba a perderse. De eso estaba segura, no le gustaba que los demás le manipularan, que jugaran con su mente y le hicieran sentir perdida. Ella era firme y sabía exactamente lo que buscaba y lo que quería. Ekaterina siempre pensó que el fuego no era un mal elemento, pese a lo que se decía del aire, fuego, agua y tierra, de los cuatro elementos que son conocidos en el mundo. Agua y aire siempre fueron tomados como elementos ‘buenos’ y los dos restantes fueron conocidos por ser ‘malos’ y eso no estaba bien, porque pese a lo que se creyera del fuego, del calor, del sol… No eran elementos malos.

Difícil de corromper. Ella no entendía ese presentimiento, pero lo tenía y no iba a dejar caer la guardia. Cerró los ojos durante un segundo. No entendía las intenciones de ese sujeto, pero no iba a dejar las cosas así. Ella no es fácil de doblegar e incluso si lo fuera es justo lo que le dice Sam, ella es muy terca y nadie le dice que hacer. Es una rebelde, aunque no siempre lo parece porque sabe cuando hacer caso y cuando no. Esta ocasión no lo era y por eso mismo estaba un poco a la defensiva, no dejaría que nadie le hiciera cambiar de parecer en las cosas que ella creía.

Se sintió un poco alterada, debido a Sam, pero eso era usual en su carácter de alguna forma… Siempre que hablaba sobre Sam de cualquier forma se ponía de un humor extraño, pensaba que se debía al efecto que Ebony tenía sobre ella. Esa calidez que se extendía en su pecho y le hacía sentir feliz y sonriente. Sam era la única persona con la que podía bajar la guardia, después de todo, era la única persona que le había mostrado debilidad. Dejo escapar un suspiro rápido y se decidió a no dejarse vencer. ¿Vencer por qué? No lo sabía, pero no se iba a dejar vencer por nada. Ni por nadie.

Le devolvió la sonrisa con cierto desinterés, no le crispaba los nervios, solo le ponía de malas pensar en la posibilidad de que alguien le quisiera perturbar. No le importaba lo que quisieran hacerle, nadie podía lastimarle si ella no le daba el permiso para hacerlo. Ella no le estaba autorizando de ninguna forma ese permiso, y no lo iba a hacer. No se sentía imperturbable porque estaba segura y confiada de que podía con todos los obstáculos en su camino, no estaba sola y no iba a caer en las garras de la desesperación, al menos no de nuevo. Escucho sus palabras y alzó las cejas. No parecía ni un poco interesada por eso, pero no iba a mencionar más a Sam, sus pensamientos sobre él eran cosas que debían quedarse dentro de su mente, no quería que nadie supiera cuantas cosas relacionadas a él tenía dentro de la cabeza. ¿Bueno adivinando pensamientos? Bueno, eso es un poco inexacto, claro porque él ha dicho cosas demasiado específicas.

Se quedo en silencio, meditando la situación. Si bien, se había dado cuenta de algo inquietante en el aura del mayor, no le había tomado importancia en su momento, porque mostrar preocupación ante lo desconocido es similar a mostrar algún tipo de debilidad. Pero si estaba intrigada, un poco intrigada y decidida a no perder lo que había tomado por un combate silencioso. Si era una batalla de voluntades, ella no tenía ni la menor duda de que podría salir victoriosa, porque no iba a dejar que nadie le ganara cuando se trata de voluntades. Ella no era del tipo que se dejara vencer e incluso si estuviera vencida, es tan terca como para seguir luchando por lo contrario.

-Es una interesante teoría. Muy interesante, de hecho.- En realidad, esa era la ley de la vida. Todos los que tenían un punto débil hacían lo que podían por defenderlo, algunos actúan con torpeza y lo pierden todo y aquellos que son más inteligentes y estrategas tienen la posibilidad de escaparse sin que les hagan daño. –Lo triste es que no muchos entienden eso. Es decepcionante ver a los demás ejecutar un ataque no planificado. Me… Es una mezcla entre decepción y preocupación, el hecho de ver que por actuar de forma precipitada pierden aquello que deseaban proteger. – No estaba mostrando sus emociones en ese momento. Solo hablaba como una guardiana lo haría, ella sentía aquello más intenso. Por sus habilidades estaba destinada a ser más sensitiva que el resto, más emotiva… Pero no por ello más fácil de perturbar. La abuela de Ekaterina mencionaba que tenía esa perseverancia terca como su madre… Solo que era más brillante.-Lo dudo, tengo mis propios motivos para pensar que su compañía es maravillosa..- Y si los tenía. Quería desdeñar el misterio, pero no por curiosidad, eso ya había desaparecido de su mente hacia unos segundos, ahora tenía un propósito más fuerte.

Ekaterina siempre fue muy educada, pero también muy directa. Había veces en las que no podía simplemente ignorar eso y terminaba hablando sin censurar un poco sus palabras o más bien condensarlas para que no sonaran tan mal como en el 85% de los casos. Podría decirse que Sam había intentado enseñarle a tener un poco más de tacto y claro, todos los esfuerzos fallaron. A Ekaterina no le entraba en la cabeza que debía evitar hablar con sinceridad, aunque en esos momentos estuvo mejorando, ligeramente. Hasta ese momento, pero era cierto. No se interesaba en pensar en cosas que podrían suceder, especialmente porque ha tenido experiencias con las visiones y no parece nada lindo.

-Prefiero ser sorprendida. –Fue lo único que mencionó, con una leve, muy leve sonrisa. Lo dijo que último momento, pero no fue para arreglar sus palabras , fue únicamente porque era lo que estaba pensando. Incluso cuando sabía que lo que podría pasar después de la cita, era seguro que no le agradara. A menos que hablaran de libros y había tantos libros ‘prohibidos’ que eran interesantes de leer, claro que en su mayoría ya los había leído, pero… Dudaba tocar ese tema. No podía dejar que vieran sus aberturas. Lo cierto es que Ekaterina no se iba a dejar llevar por los estereotipos, pero tampoco iba a dejar que alguien le manipulara.

-#Entonces, las personas que llegan a ti… ¿Es por qué están demasiado desesperados?# –Cuestiono con una voz tranquila y con aquel acento ruso que tanto le gustaba. Estaba complacida con el hecho de encontrar a alguien que pudiera hablar tan bien su idioma, tanto que incluso había olvidado lo que se sentía pronunciar las palabras. Pensó que era por la misteriosa edad del sujeto, no sabía cuantos años tenía, pero parecían ser bastantes. –#¿Es eso acaso posible? ¿Tiene algún tipo de impuesto extra o condición de la que no se le habla a los que quieren un trato?# –Su pregunta no buscaba ser molesta, solo tenía curiosidad al respecto, había leído cosas sobre demonios ofreciendo tratos, pero nunca había conseguido que nadie le dijera sobre eso, bueno no es como que se encuentren demonios todos los días o que todos acepten que lo son. Al escuchar la mención de su padre frunció ligeramente el ceño y luego se tranquilizo, a ella no le importaba lo que hiciera su padre, tranquilizo su expresión antes de retomar su hablar. -#No necesito que me ofrezcas nada, pero gracias por tu oferta.# – Le miro seriamente. Se negó a decir algo más, sobre su madre… Ella podría resolver eso sola. Si alguien más le ayudaba ¿dónde quedaría esa satisfacción personal?
Miró con curiosidad cuando llegaron los meseros, se encontraba muy acostumbrada a ese tipo de eventos, de situaciones pero quería saber que tipo de platillos les daban. ¿Serían platillos usuales en Australia o algo más internacional? Agradeció bajando la cabeza un poco y el mesero le sonrió, se dio cuenta de que la sonrisa iba solo dirigida a ella y dejo escapar una leve risa, tuvo que colocar la mano sobre sus labios para silenciarse al menos un poco. Tenía una deliciosa pechuga de pollo con puré de papas y guarnición de verduras y nueces; copa del mismo vino que su compañero y parecía que el pollo había sido bañado en aceite de almendras.

-Recordaré tu propuesta, pero por el momento, no gracias. – Fue lo único que respondió, tomó el tenedor y el cuchillo para partir un trozo de carne e introducirlo en sus delgados labios hacia su boca. Era simplemente delicioso. Tomo un sorbo de la copa y sonrió, finalmente se sentía cómoda, aunque no demasiado, porque aun recordaba la presencia de aquel hombre. Escucho sus palabras y sonrió, limpiándose los labios con la servilleta. –Mi madre compartiría la opinión sobre la división de los alumnos de la academia, pero en realidad a mi no me molesta. Pienso que es bastante interesante.- Miro fijamente a aquel hombre.- No tengo artistas favoritos y el único libro que me ha valido la pena leer, fue Demian. El protagonista es demasiado humano, demasiado ingenuo y perturbable. Demasiado corrompible. Pero el buen Demian siempre conduciéndolo por el camino ‘correcto’. Siempre me pregunte hasta que punto era correcto todo lo que Demian realizaba. –Se cuestiono con cierta pasión, pero lo dejo hasta ahí.-Sobre mi , no hay muchas cosas que pueda decir… No soy buena hablando sobre mi. –Tomó la copa y observó el líquido dentro.-Me gusta el misterio que se causa cuando se desconocen ciertas cosas de los demás. – Dio un sorbo y le observó.- ¿Tiene usted algún libro favorito? Me encantaría escucharlo. –Sonrió, pasible.

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Mensaje por Invitado Jue Feb 27, 2014 4:47 pm

Lo más divertido de una conversación con un “luminoso” era que tenían la absurda creencia del bien y el mal. La mayor parte de la gente me juzga como malvado, pero ¿Es así? ¿Qué es para empezar el bien y el mal? Son dos conceptos abstractos, desarmables como argumentos de mil maneras posibles. Los humanos no se dan cuenta, y tampoco es algo que vaya a mencionar yo aquí, pero cierto hombre ya advirtió que no se debía de jugar con estos conceptos si no quieres que se vuelvan en tu contra.

Ese hombre no es que me caiga bien, pero en muchas ocasiones sus mismas palabras me sirven contra aquellos que se autodenominan “buenos”. No podría decir si mi acompañante entraba en esta categoría, pero de lo que si estaba seguro es de que la soberbia estaba en ella, por un motivo u otro. Sin embargo, noté también que por esto mismo su curiosidad se desvanecía lentamente. No esperaba menos, en realidad, de todas formas el juego de corromperla se volvía aburrido de igual modo, porque era demasiado evidente que su punto débil era Sam Ebony y que con un poco de preparación podría hacerla caer en las garras de la desesperación. Demasiado fácil como para obtener diversión de ello, al menos más allá del sadismo. El que ni siquiera contestara a mis palabras lo confirmaba del todo, muy a pesar de la joven rusa.

Por lo menos parecía seguir mostrando algún interés en lo que a mí respecta, si bien entendió mi analogía con el ajedrez de manera muy distinta de lo que era en realidad quería mostrar. Pues las “piezas” eran ni más ni menos que las personas que estuvieran al alcance. Comentaba que se decepcionaba y preocupaba de la gente impulsiva, lo que quería decir que no era una “jugadora” y sería difícil que lo fuera. Las piezas están para usarlas y sacrificarlas cuando es más beneficioso. Soy partidario de trazar las jugadas en las que me quedo con mayor cantidad de piezas, pero no por ello había dejado de tener que sacrificar personas puntuales. - No todo el mundo sabe jugar al ajedrez, en eso estoy de acuerdo.-Reí de forma tenebrosa, omitiendo a conciencia que a ese tipo de personas solo se le puede considerar piezas.

A pesar del orgullo que había sentido en ella antes, tuvo un acceso de humildad, declinando mi halago y, tal vez, mi mencionado respeto diciendo que tenía sus motivos. No cambié mi opinión respecto a que no era una “jugadora”, pero tuve que reconocer que tales palabras eran dignas de tal.- Y deduzco que tales motivos no me serán revelados con facilidad ¿Me equivoco?.- Comenté con una sonrisa macabra. Reí nuevamente cuando me aseguró que prefería ser sorprendida. No tenía nada en contra de las sorpresas, siempre que estas no fueran desagradables.

Llegamos finalmente al tema importante. Los tratos. Lo cierto es que era decepcionante que cayera en los mismos estereotipos en los que caía la gente común. Era, en cierta manera, una forma de ponerme al mismo nivel que cualquier demonio de tres al cuarto. Suspiré y negué con la cabeza antes de contestar.- “Las personas que llegan a mi lo hacen porque necesitan algo o quieren algo que está fuera de su alcance. Muchos simplemente piensan que son lo bastante listos como para no solo no ser engañados, sino que además creen poder engañarme y de un pago escueto sacar mucho interés.”- Pasé una mano por mi cabellera y medité apenas un instante si merecía la pena contestar su siguiente pregunta.- “Como ya he dicho, en mis tratos se deja claro todo y los precios son más que razonables. Incluso hago descuentos a aquellos que cumplen con ciertos requisitos…”- A pesar de que la expresión duró solo un segundo, demostró preocupación por su padre. Como corromperla no era algo que me satisficiera en aquel momento, solo me cuestioné cuanto desconfiaba de mí, en realidad. Tenía que ser bastante más de lo que pensé si se había llegado a preocupar por alguien con quien no tenía lazos afectivos reales. Reí como lo haría un homicida cuando dijo que no necesitaba mis ofertas. No le había llegado a ofrecer nada, así que estaba bien saberlo para que no descubriese mi punto débil, ya solo quedaba la cuestión de si debía torturarla psicológicamente hablando de la imposibilidad de ganarse el afecto de su madre. Decidí que no sería productivo, sería más inteligente llegar a un acuerdo con su progenitora y negar de forma absoluta cualquier amor que pudiera tener por su hija. Suena más difícil de lo que es, lo único molesto de todo aquello es que Ekaterina podría tardar mucho en darse cuenta lo inútil que resultaría tratar de ganarse el cariño de su madre y no estaba garantizado el que me pidiera un trato.- “Puedo entender que carezcas de ambiciones. Las guardianas del sol ya tienen su destino fijado, así que ¿Para qué intentar ambicionar algo? Es una pena.”- Respondí con indiferencia.

La comida al fin llegó y pude dar un trago, algo que necesitaba realmente. Emborracharme era complicado, no estaba seguro de si era por un alto rendimiento de mi hígado o porque el alcohol tendría que dañarme con mayor seriedad para que me surtiera algún efecto. Por eso no era extraño que bebiera copiosamente sin perder la compostura. Miré con una ceja enarcada al mesero que había sonreído de forma exclusiva a mi acompañante y se estremeció, ya fuera por mi mirada o por pensar alguna cosa en particular. No miré lo que le habían servido a la rubia, concentrándome solamente en degustar mi plato. Podría haberse cocinado mejor, pero el ingrediente era de la calidad suficiente como para que no me importara. Apenas comí realmente de aquel primer plato, dejándolo de lado e indicando al camarero que me trajera lo siguiente que había pedido.

Observé a Ekaterina cuando me dio su respuesta referida a la academia misma. De alguna forma entendió mi mera curiosidad como una opinión negativa sobre la división por Halls. A decir verdad me convenía aquella división tan arbitraria para que ciertos alumnos me pidieran ser transferidos a Alfa enseguida, pero no vi necesidad de comentar esto.- Así que crees que es interesante ¿En qué sentido? ¿Diversidad cultural, quizás?- Aventuré aunque pretendía en realidad sacar otra información. La joven me comentó también que el único libro que le ha merecido la pena leer es el ahora clásico Demian, sacando a relucir el inevitable tema que discute “bien” y “mal”.- Durante y tras la primera guerra mundial, Alemania estuvo en su peor época. No es extraño que reflejasen esos pensamientos en un libro, en este caso caracterizando una gran cantidad de valores sociales tanto en Sinclair como en Demian. No diré si Demian hacía lo correcto o no, pero si puedo asegurar que el personaje sí que creía que lo que hacía era correcto, así que desde su perspectiva hacía el “bien”.- Repuse dando algún que otro sorbo a mi copa. Como era de esperar, me tocó el turno de responder sobre mis preferencias literarias. Reí entre dientes y dejé la copa sobre la mesa.- Hay demasiados libros interesantes como para declarar uno de ellos mi favorito. Además hay unos cuantos libros a los que no se pueden acceder desde este mundo. Podría destacar los trabajos de Serguéi Lukyanenko, en especial la saga “Guardianes”, que tan bien refleja nuestra realidad oculta… - El vínculo del autor ruso con lo sobrenatural no era algo comentable, pero si aquella joven había leído la saga por un casual, entonces formularía unas cuantas preguntas que me convendrían.

Me trajeron no mucho después el “segundo plato”, aunque del primero no había comido apenas la mitad. Este segundo consistía en una fuente de caviar de Esturión Beluga albino con al menos setenta años de edad. Este caviar, llamado más comúnmente como “Caviar Almas”, se distinguía del corriente por ser blanco en vez de negro, además de tener un sabor varias veces mejor. Me serví de la fuente una porción media, ni muy grande ni muy pequeña, probándolo despacio y con cuidado. Una vez más el sabor estaba acentuado por saber que lo pagaba la academia.


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Mensaje por Ekaterina Akeila Jue Mar 06, 2014 8:04 pm

Usualmente se hace muchas preguntas sobre su objetivo, aunque para Ekaterina siempre ha sido complicado decir que es lo que quiere de la vida o que es lo que espera hacer con sus poderes o que es lo que podría hacer con ellos. Ella no tiene una meta fija en ese momento, aunque podría ser que es lo que quiere que suceda con Sam. Ekaterina reconoce que sus sentimientos fraternales por el chico, que de ninguna forma pueden ser considerados por sentimientos amorosos, son demasiado fuertes como para no pensarlo todo sobre él. Es que… Para Ekaterina, Ebony fue su salvavidas y aunque la situación fue prácticamente la misma de vuelta, ella esta muy agradecida, incluso si no hay nada que agradecer.

Tampoco era una chica prejuiciosa o que se dejara llevar por cosas tan subjetivas como el bien o el mal, belleza y fealdad, entre otras. Ella era más neutral con todo, incluso con las creencias religiosas. Se consideró desde muy pequeña ignóstica. Muy diferente a los términos como ‘ateo’ o ‘agnóstico’. Siendo que los primeros suelen negar la existencia y los segundos cuestionarla, pero no creerla. Los ignósticos son los cuestionan que es y creen si la respuesta es suficientemente convincente, Ekaterina podría afirmar que si el término no fuera único y referente a la religión, entonces podría utilizarlo para todos los factores de su vida. Neutral, creyente de las opiniones fuertes. Ekaterina nunca se considero una chica normal y lo cierto es que incluso ahora sigue pensando que no lo es, sabe que lo más probable es que nunca lo sea. Y que Sam es su única conexión con ‘el desastre’.

También era muy consciente de que Sam si cometería locuras por ella, pero ese joven es una caja de sorpresas, esperas que haga algo y termina haciendo otra cosa. Si, él ha caído en las garras de la desesperación más de una vez, pero siempre consigue volver y no solamente porque tiene asuntos pendientes en el mundo de la luz, sino porque Sam también es luminoso, solo que al ser de una raza no humana, particularmente un cuervo, un ‘ser de la oscuridad’ citando sus palabras, no se da cuenta de lo atrayente que es su presencia. Si, Sam es su punto débil, pero él no se permitiría caer porque son demasiado tercos y persistentes y los dos quieren estar de pie juntos… Son demasiado tercos como para dejarse corromper… Demasiado tercos, quizás por eso se llevan tan mal en ocasiones…

-Puede ser debido a que la sociedad, se ha estado dejando llevar por las tecnologías, últimamente. Dejan de lado las cosas que podrían ser más jugosas para la mente. No todos tienen la mente putrefacta por ello, pero la cantidad que si es abrumadora. – Su mirada estaba seria y perdida en el mantel de la mesa, por algún motivo había entrado en su modo de seriedad.-Exacto, no tengo una intención para revelárselos a nadie. –Su respuesta fue precisa, aunque tuvo cierto toque de timidez debido a la forma en la que fue dicho, ella solía ser directa, pero pensó que había sido, posiblemente un poco inadecuada en la forma de decirlo.-Tengo un buen plan, pero no hay una situación para ejecutarlo, si quiero que funcione tengo que irme con cuidado. Eso incluye no hablar sobre ello. –Su voz su cautelosa y suave.

Nunca había conocido un demonio. Sabía de su existencia, si, pero ella nunca había tenido contacto directo con un demonio, había leído sobre ellos e incluso había intentado invocar a uno antes de darse cuenta de que sus poderes impedían cualquier contacto con la oscuridad, después de un cierto tiempo desistió, pero siempre pensó que existían en verdad. Así que era posible que se equivocara y confundiera con todo lo que había leído, lo cierto es que no hay muchos libros que sean escritos por demonios o al menos que ella supiera, el tema le parecía interesante, pero no interesante hacia ella misma, si no, interesante por el simple hecho de que un trato pudiera cumplir las exigencias de otro, aunque pensaba que el costo aun así era algo demasiado poderoso, no podían darte las cosas simplemente porque si… Siempre hay un costo, es una de las leyes más conocidas de la vida.

-#Algunos no saben que todo tiene un costo equivalente a lo que solicitan. Es algo que solamente algunos saben y reconocen, otros ni siquiera le dan importancia a este hecho de la vida.# –No titubeo en sus palabras, pero estaba pensando más de lo que estaba comentando. –#Siempre me parecieron interesantes estos temas. Tuve una cierta afición con las artes oscuras cuando era más joven.# –Confesó, ahora no le importaba del todo ocultar las aficiones de su mente, después de todo era una verdad y era algo que ya había dejado en el pasado desde hace cierta cantidad de tiempo. Ignoró ligeramente su risa, no le interesaba cuanto ese hombre quisiera reírse de ella o de lo que fuera que riera, era un misterio que quería desdeñar. Odiaba eso. Los estereotipos, que solo por ser miembro de alguna clase o lo que fuera las personas tuvieran una idea predeterminada de lo que ella es. Enarcó la ceja y le vio con disgusto.-#No sigo lo predeterminado. Y no creo en el destino, así que no estás en lo correcto.# –Miro hacia su plato de comida, más tranquila. Odiaba que metieran temas como ‘el destino’… Realmente detestaba eso.

Estaba más concentrada en la cocina que en su compañero, malamente. Pero lo cierto es que había pasado mucho tiempo desde que tuvo una comida decente. Se demoró su tiempo, incluso cuando su ‘pareja’ ya estaba en el segundo platillo. Escucho su comentario sobre la estructura de la academia y su acomodo “jerárquico” en la escuela.

-Si, quiero pensar que intentan que no nos enfrasquemos en ser superiores al inicio. Creo que es una forma interesante de demostrarle a todos el como inicia el mundo, para no salir sintiéndonos superiores que otros. –Mencionó.- He estado en otras academias donde las zonas son por edades y tienen un grupo especial para alumnos destacados… En este caso, eso parecía más práctico, pero no me molesta el sistema de Greenlight.- Escucho su opinión al respecto con atención.-Después de todo, todo esto del bien y el mal es dependiendo de la percepción, es algo subjetivo. –Tomó la copa y dio un sorbo.

Luego dirigió su mirada al mesero y le indico que podía traer el siguiente plato. Le trajeron un plato con ensalada, cosa que debería haber pedido al revés, pero Ekaterina tenía su propio estilo para degustar las entradas. Tomó el tenedor de ensaladas y miró al hombre. Le mostró una sonrisa cuando habló de libros inaccesibles, confiaba en tener la oportunidad de leerlos en otro momento.

-He de confesar que tuve la oportunidad de leer el primer libro de esa saga, pero no le encontré mucho interés, creo que fue porque lo leí cuando era una niña inconsciente de todo a mi alrededor. –Dirigió una mirada fija en los profundos ojos del hombre.-Mandaré una carta a casa para pedir que me envíen los libros, después de leerlos ¿cree que podríamos tener una conversación sobre ello? –Le mostró una sonrisa y ladeo la cabeza ligeramente.

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Mensaje por Invitado Sáb Mar 08, 2014 2:24 pm

De todas mis posibilidades, lo que más desesperación provocaría en la joven rusa sería hacer que Shino, aquel demonio que deambulaba por las cercanías sin haberme saludado siquiera desde que llegó, se comiera el alma de Ebony. Sería muy drástico tal vez, aunque era seguro que solo yo podría reintegrar esa alma devorada. También podría pedirle a Ethan que hiciera lo mismo y al contrario que Shino, este “jugaría” con la comida antes. Otra posibilidad era enviar a cierto asesino bajo mis órdenes, porque ver morir a su preciado amigo seguiría siendo tormentoso. No obstante, la opción que escogería llegados al caso sería la de enviar a Ethan a dejarle en el límite de la muerte, esperar a que se recupere y repetir, siempre repetir. Pero esto no era ningún reto y el descubrir dicha debilidad en Ekaterina me había llevado tan poco tiempo que no resultaría divertido, tan solo rutinario, es decir, recurriría solo a uno de esos métodos si se entrometía en mis asuntos. Cosa que, por cierto, no pareciera que fuera a suceder.

Tal como creía, mi acompañante no llegaba a pensar en aquellas personas que criticaba como en las piezas que eran. Y si no se daba cuenta de la utilidad que tenían, no llegaría a usarlos.- “Es más fácil creer eso que ver la verdad, supongo. Pero seguro que te das cuenta de que esa mayoría en realidad son los de siempre, la masa popular que se deja guiar por otros. Así es más fácil para los gobiernos, cuanto más manipulable sea el pueblo, mejor.”- Comenté. Había una contra respuesta clara en este tema de conversación y dependiendo de cómo la planteara, la guardiana captaría de nuevo mi interés o lo perdería un poco más. No pude evitar reírme ante su respuesta, de tal modo que seguramente hice estremecer a todos en un buen rango de distancia. Tal como lo había dicho, Ekaterina parecía haberme declarado una guerra de forma sutil; Si hubiera dicho que consideraba mi compañía maravillosa por curiosidad hacia mi especie, a lo que me dedicaba o cualquier cosa por el estilo, aunque no hubieran sido los únicos motivos, poco más podría haber indagado al respecto. Pero al decir tan abiertamente que no revelaría a nadie el porqué consideraba de tal manera mi simple compañía indicaba precisamente que quería inmiscuirse en mis asuntos de una manera u otra, aunque esto no tenía porque ser cierto, por supuesto, de no ser que para finalizar me confirmó que tenía un buen plan y que hasta que la situación no fuera propicia no podía ni siquiera hablar de ello ¿Acaso hacía falta algo más? Ya decidiría que hacer al respecto cuando acabase la velada, pero por el momento me parecía de lo más divertido la situación.- “Tal como lo describes, esos planes parecen grandes, así que no te preguntaré más sobre ello, tranquila.”- Dije con una sonrisa diabólica que hizo a alguien atragantarse.

Me confesó al fin que había tenido interés en las artes oscuras siendo más joven. Me pregunté si entonces habría sabido invocar a algún demonio tal como hacen muchos exorcistas para usarlos de diversas formas con diversos propósitos. Probablemente no habría podido obtener los conocimientos necesarios para ello, ya que en Rusia es muy extraño encontrarse con ese tipo de información.- “Suena como si ya no tuvieses ese interés, aunque tampoco es que pueda hacer nada al respecto. Ya me has dejado claro que no quieres que te ofrezca nada, así que enseñarte dichas artes oscuras queda descartado.”- Suspiré. Como pensaba, no se tomó muy bien mi comentario, llevando la conversación justo a donde quería.- Lo predeterminado para esta situación concreta es cenar y conversar con la pareja asignada con el objetivo de conocer mejor a la persona en cuestión. Quien piense que debería ser una noche de pasión o el inicio de una nueva relación sentimental, se equivoca, cayendo simplemente en ideales absurdos que distan de ser lo establecido como “normal”, socialmente hablando.-Comencé comentando sin reproche alguno. Quería sobre todo hacer notar que salirse de lo “predeterminado” no siempre era una buena idea, ya que ello podría llevar a situaciones caóticas.- Puedes creer en el destino o en la suerte, lo primero se puede forjar y decidir individualmente, lo segundo solo lleva al caos.- Dije tranquilamente con una sonrisa maliciosa. Había una contradicción en mis palabras anteriores y actuales, pero dicha contradicción era necesaria para llevar la conversación al punto que quería.

Su opinión respecto a la división de la academia era la adecuada, al menos en cierto sentido. Los valores que proyecta este tipo de división son los de autosuperación, por decirlo de algún modo. Pero los criterios de cambio de Hall no parecían ser tan objetivos como se supondría que tenían que ser ¿Realmente los que estaban en el Hall Alfa eran mejores de algún modo a los que estaban en el Gamma? La respuesta a esta pregunta siempre será muy cuestionable. Desde luego, en cierto sentido son mejores, o como mínimo viven mejor, pero el que merezcan ese trato es un asunto muy distinto. No negaré que yo mismo hice llegar a algún alumno que otro a Alfa, y no siempre mediante un trato o con el conocimiento de mi intervención por parte del estudiante en cuestión.- Puede ser, pero ¿A quién os podríais considerar superiores? El simple hecho de entrar en Greenlight os pone por encima de la mayoría.-Le discutí, no por quitarle razón, sino por el entretenimiento de la conversación. Hablamos entonces sobre el libro que había comentado la joven rusa, confirmándome que el bien y el mal son subjetivos.- Ojalá más personas pensaran como tú, me ahorraría mucha saliva en explicaciones.- Reí entre dientes.

Fue curioso observar como pedía en orden inverso los entrantes. Por otro lado, una simple ensalada, aún siendo de un restaurante de lujo, no sería excesivamente cara, así que estaba dejando pasar la oportunidad. Entonces me tocó a mí el turno de dar mi opinión literaria. Le había mencionado la saga de “Guardianes” debido a la dualidad luz/oscuridad que se presenta. Al parecer se había leído el primero, aunque era el más “simple”, una introducción al resto de la saga en historia, contexto y personajes.- Por supuesto, en la saga se tratan muchos temas de interés de los que podríamos hablar. Una pena que su adaptación cinematográfica fuese tan pésima, la verdad.- Comenté. Era frecuente que una película basada en un libro no cumpliera ni con la mitad de las expectativas de sus lectores, pero en este caso particular podría asegurar que contaban una historia completamente distinta, tal vez solo mantenían en común algunos nombres y el hecho de ser dos bandos opuestos.

Tampoco tomé demasiado caviar, dejando el plato tras haber degustado lo que me pareció suficiente, así que indiqué al mesero que trajera lo siguiente que les había pedido, el postre, por así decirlo. Un plato preparado a base de trufa blanca. El total de mi cena haría que los directivos de Greenlight se replantearan pagar todos los costes en el próximo evento que organizasen. Sin embargo, no podrían quitarme este momento.
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Mensaje por Ekaterina Akeila Dom Mar 09, 2014 11:44 am

No le interesaba de que forma podría hacerle perder sus sentidos, ella no tiene muchos puntos débiles visibles y si, como se ha dicho Sam lo es, pero ella nunca estaría de acuerdo con que aquel joven es el que le hará perder la cordura, porque eso no sucederá de esa forma… Ekaterina no perderá su curso y mucho menos por alguien tan idiota como Sam Ebony. Pero, ella esta segura de que sea lo que sea que pueda planear aquel hombre, no se verá tentado a realizarlo, no es como que sea muy interesante causar la desesperación en alguien que se niega a aceptar todo lo que los demás dicen o aceptar que tiene un punto débil o el simple hecho de molestarse de forma ridícula por las palabras de un hombre que solo quiere perturbarle, no es como que vaya a dejar las cosas así, solo que le gustaría disfrutar de su comida sin que nadie le interrumpa con pensamientos molestos y otras cosas que Ekaterina no podría disfrutar aunque se lo proponga. Solo quiere comer y tener una conversación que le interese, lo demás lo tendrá que ver luego.

Si no fuera por lo delicioso que estaba su comida, lo más probable es que se hubiera levantado y saliera tras la puerta. Pero reconocía que eso era completamente grosero, ¿cómo podría hacer algo como eso y no sentirse como una pilla al hacerlo? No, definitivamente no podía recurrir a tan tonto método, tenía que esperar hasta que la velada terminara y listo, no es que le tuviera miedo, solo que le parecía demasiado engorrosa la conversación. No es normal que ella se harte, quizás solamente con Sam y la relación de Sam con Adam, que a decir verdad es demasiado molesta. Si los dos se aman, ¿por qué no salen juntos? Eso es frustrante, pero no puede entrometerse en la relación de Sam y Adam, no más de lo que el primero le permitió. Sabe que las cosas tienen que seguir, lentamente, su curso. Y eso le enfurece, pero no hay mucho que pueda hacer al respecto.

-#Es un poco triste. Eso era lo que decía mi abuela, que era triste ver ese tipo de cosas y como el gobierno manipula a la sociedad en busca de más poder y más dinero. Yo siempre fui neutral en ese asunto, pero mi abuela… Bueno, ella se tomaba demasiado enserio su “misión”.# –Mencionó con cierta nostalgia, al recordar las maravillosas palabras que su abuela le compartía en ocasiones y es que ella era una señora demasiado filósofa, ella era una verdadera guardiana. Ekaterina nunca se consideraría así porque era más neutral que otra cosa.-#Quizás solo parecen grandes, pero no los veo así. Si quisiera podría hacer algo grande, pero no es mi intención por el momento.#- Y era verdad, su plan no era nada que beneficiara ni empeorara el mundo, era solamente algo que quería hacer. Aunque lo más probable es que aquello si beneficiara a alguien, aunque no de la forma que podría esperarse por otros. Ekaterina observó la sonrisa y correspondió, era una sonrisa de interés, de ligero interés en como esas sonrisas hacían estremecer a las personas a su alrededor, si eran de lo más normales. Retomó el tema sobre sus intereses de la niñez y ante el comentario de Deprip, la chica se quedo un poco pensativa.-#Es un interés que se perdió tras un hecho de mi niñez demasiado complicado de explicar. Solo lo resumiré en dos palabras. Mi abuela.#- Se había hecho a la idea de que el hombre podría llegar a la conclusión solo. Su abuela le había enseñado todo lo que sabía sobre el sol, sobre su ‘misión’, aunque ella aun no creía en eso. Aunque quizás el hecho de que su madre le encontrara a mitad de una invocación debía tener algo de culpa en el asunto.

Quizás en el pasado si le hubieran tentado con la idea de aprender artes oscuras y se alegró de que en esta ocasión dicho interés hubiera casi desaparecido por completo. Es posible que por el único motivo que cambiara de opinión sobre hacer un trato fuera… Aquello. Pero se negaba a pensar en la posibilidad, porque quería pensar que era lo suficientemente egoísta como para proteger su vida aunque eso pudiera suceder. Sacudió suavemente la cabeza, al tiempo que una mano se paseaba por su cabello, para acomodarlo, algo que Ekaterina no hacía a menudo pero que al parecer en ese momento era de lo más necesario. Esperaba que no se le estuvieran pegando las manías superficiales de Ebony.

Rodó los ojos antela conversación actual. Y luego miro fijamente a aquel hombre. –Entonces, en este caso supondré que me he equivocado.- Menciona con un tono de disculpa y toma un sorbo de su vino.- Entonces sería más indicado decir que no soy como la gente se espera, puedo llegar a ser muy variante. –No añade más sobre ella, porque no se le da hablar sobre si misma, incluso piensa que eso es algo egocéntrico, ¿a quién le gustaría algo como eso? Bueno, ella sabe que a Sam le encanta hablar sobre si mismo, aunque solo de forma superficial, como si estuviera consciente de que tiene más cosas negativas de las que les gusta hablar… Pero esta bien, Sam es un caso aparte. No debería compararse con él, sabe quien es mejor. No comprendió a lo que aquel hombre se refería con destino y la suerte, aunque entendió un poco de lo que hablaba con que el destino se podía forjar, claro que contradecía lo dicho en el inicio sobre el destino de las guardianas el cual ya estaba sellado. –¿Por qué la suerte solo lleva al caos? –Hubo curiosidad y seriedad en su tono de voz, una combinación curiosa en Ekaterina, ya que no se permitía mucho la curiosidad. Pero tenía interés en la respuesta de aquel hombre.

Estaba consciente de que entrar en el tema de la academia solo ocasionaría una severa jaqueca en su cabeza, porque a pesar de que había investigado mucho al respecto cuando llego y antes de ir a la academia, la información que había obtenido era completamente desconcertante. –Yo no considero a nadie superior, aunque si, entrar a Greenlight es un logro, solo admiten a personas muy inteligentes. A ella no se le había complicado entrar.-Hablando de estudiantes, claro. No tengo idea de la forma en la que eligen a su personal.- Aunque se hacía a la idea, no era complicado si conocías algunos de los secretos de la academia.- Pero supongo que aquellos que se ven como ‘superiores’ a los ojos de los demás son aquellos hijos de la Trinidad. –Mencionó mientras tomaba otro sorbo del vino.-Greenlight, Appleforce y Schmidt.- No era complicado enterarse de eso, era algo que todos debían saber por el simple hecho de asistir a la academia..-Pero, debo aclarar, que yo no los veo como superiores.- Esas palabras podrían causarle problemas en el futuro, pero ahora esa era su verdad. Sonrió ante las palabras del hombre. Si, ella pensaba lo mismo.

Sam en una ocasión le había mencionado que era extraño que mientras le gustaran los demonios y la magia negra, no le gustaran en lo más mínimo los vampiros. Pero al parecer tendría que romper su regla de oro al leer aquella obra que en su infancia le había parecido tan aburrida y cliché. Sam se iba a sorprender cuando lo supiera, y quizás querría conocer a su cita de esta noche, algo que no iba a suceder, al menos no por su medio, porque le era imposible detener algo como eso. Escucho su comentario sobre la película del libro y mostró una sonrisa.- A decir verdad, son contadas las películas que tienen una buena adaptación respecto al libro. –Por el momento, había visto solamente una que parecía ir al pie de la letra y si, eran muy difíciles de encontrar. Tomó el tenedor y cogió un poco de ensalada, introduciéndola en sus labios. Y es que si, estaba deliciosa y aun estaba pensando en que era lo que quería consumir la siguiente vez. No le duró mucho, estaba realmente deliciosa. Terminó el plato y con la mirada solicito el siguiente, no era una chica que se llenara rápido así que no iba a pedir solamente dos entradas.

Le trajeron un platillo alternativo que contaba de una galleta crujiente y unos camarones empapados en salsa dulce. No supo que era, pero supuso que era algo que le enviaba su mesero, porque ella había pedido un gran trozo de pastel de carne, le gustaba el pastel de carne. Miro a su compañero y tomó otro poco de su copa, saboreando el sabor con una sonrisa encantadora, aquello parecía gustar al mesero, porque miraba embelesado a la rubia.

-¿Qué estaría haciendo si le hubiera tocado con otra persona?- Tuvo interés a la respuesta de aquella pregunta. Aunque había sonado desinteresada.

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Mensaje por Invitado Vie Mar 14, 2014 10:18 am

Aunque corromperla había dejado de ser un reto por dicho punto débil, me planteé la posibilidad de tratar de hacerlo sin usar esa ventaja. Si usaba a Della, obtendría resultados inmediatos; Una sesión de tortura sobre una dulce niña podía provocar desesperación en aquellos que empatizaran con ella, los que quisieran protegerla y no pudiesen. A aquellos que esto causaba regocijo ya estaban corrompidos y aquellos que mostraban indiferencia ante semejantes actos ya se podrían categorizar de “inhumanos”. Esta cena no era la ocasión idónea para usar esa posibilidad, pues me traería inconvenientes obvios y molestias varias. Pero si nos llegábamos a encontrar en otra ocasión, podría usar a la esclava con ese propósito sin que esto me perjudicara de ningún modo. Soy un demonio, después de todo ¿Por qué iba a importar que jugase con una de mis pertenencias? Lo único que me hacía falta sería el contexto.

En cierto modo, pude notar la gula en la contraria. No una obsesión por comer mucho, sino anteponer lo que estaba degustando a otros pensamientos. Este pecado capital no había dejado una huella muy profunda, pero existía. Sin embargo, parecía que de ninguna de las maneras podría volver a encender su ira, al menos no como yo deseaba hacerlo. Si fuese capaz de enfadarla lo suficiente como para que me tocara o golpeara, entonces habría ganado, pero Ekaterina parecía no perder la compostura en momento alguno, por lo que esta posibilidad me estaba vetada. De pronto apareció otro punto débil (Y al mismo tiempo fuerte) en la joven rusa, uno que me había imaginado pero que había esperado no fuera de tanto peso. Su abuela tenía una influencia mayor de lo que me gustaría. No hacía falta separar sus puntos de vista, pero sería realmente complicado hacer que fueran opuestos de alguna forma. De cualquier modo, la inocencia de mi acompañante era demostrada, pues  no había encontrado la contra respuesta que deseaba.- Poder y dinero son lo que los humanos siempre han anhelado. Y es lógico, sobre todo teniendo en cuenta que los reyes se han considerado divinos durante milenios. Por mi parte creo que es estúpido tener a las masas controladas de esa manera. Si no son capaces de actuar eficientemente por su propia cuenta ¿De qué sirven entonces? Un líder que para mantenerse como tal engaña a sus seguidores en vez de hacerles leales es un pésimo líder.- Comenté con sinceridad. En mi caso, la forma de ganarme la lealtad de otros era mediante mis tratos. Una vez tenía atado a alguien, le mejoraba tanto como podía para que me fuera tan útil como el que más.- Sin embargo, no me extraña que tu abuela tenga esa opinión, es su modo de ser, su naturaleza por así decirlo...- Evité usar la palabra “destino”, aunque se podía intuir que me refería a ella.

Tal como había dicho, no indagué en los mencionados planes de Ekaterina. Poco me importaba realmente lo que tratara de hacer, no podría oponerse a mis propios planes. Aunque intuía sus intenciones de cierto modo, simplemente cambié de tema. Me explicó que perdió su interés en la infancia, dejándome claro que era debido a su abuela. Sabía que era influyente para la menor, pero por mucho que pareciera que no estaba interesada ya en semejantes artes, sospechaba que la curiosidad aún residía en ella. El deseo de conocimiento era la ambición de mi acompañante, y esto no lo perdería jamás.- Típico, una guardiana del sol se asegura de que su sucesora no se vea tentada por el otro “bando”. Seguro que tu abuela se escandalizaría si supiese que estamos cenando juntos.- Reí, recibiendo una mirada de odio por parte del mesero.

Vi un cambio fugaz en el alma ajena, pero me había pillado demasiado distraído en otras cosas como para poder analizarlo. De cualquier modo, no tenía interés en tentarla a un trato con nuevos datos, mucho menos después de haber afirmado que no ofrecería nada a alguien que no tiene interés en un trato. Como mucho me podía limitar a hablar de las cosas que podía hacer y que había hecho, pero lo demás tendría que llegar de otra forma.- De todos modos, tener una aprendiz más no es algo que me plantee,  así puedo focalizarme más en quienes estoy enseñando ahora mismo.-Proseguí fingiendo no haberme percatado de su conducta nerviosa.

Reí por lo bajo ante la corrección que efectuó. Era políticamente correcta, a pesar de que no era necesario para esa ocasión, ya que me había propuesto molestarla intencionadamente de esta manera.- Impredecible ¿Eh? Eso hace a una persona más interesante.- Dije de pasada, escuchando seguidamente su pregunta respecto a la suerte. Enarqué una ceja y sonreí de forma macabra.- Es lo que dice la teoría del caos de por sí. Te daría una respuesta más extensa, pero a cambio me tendrías que dar algo, pues esa información podría darte poder y no doy poder gratis.-La informé riendo entre dientes. Dudaba mucho que consiguiera así nada, pero eran mis reglas y no podían ser ignoradas.

A Adelberth siempre le había gustado jugar con las personas y mantener un ambiente de misterio. En realidad no le conocía tanto como a algunos de sus antepasados, pero si lo bastante como para haber tenido un pacto con él que nos beneficiaba a ambos sin perjudicarnos de manera alguna. Yo tenía los tratos que quisiera en la academia sin estorbos por parte de la dirección y él tenía “eso”. Era cierto también que no lo veía desde entonces. Mientras escuchaba hablar a Ekaterina me pregunté si sospecharía siquiera algo sobre la verdad del director.- Diría que los niños de la trinidad son tan superiores al resto que están por las nubes siempre y no hay quien los vea.-Comenté con una media sonrisa. Aquellos mocosos realmente estaban desconectados de la vida en la academia.

“Guardianes de la Noche” no era un libro para una infante, desde luego. Los términos que en él se hablaban y la estratégica lucha entre la oscuridad y la luz, preservando siempre el pacto, lleva al lector regular a tratar de descubrir las verdaderas intenciones de los grandes poderes tras cada periplo del protagonista, quien en principio no parece más que un mago del montón pero que acaba siendo imprescindible para varias ocasiones. Aún recordaba que en algunas sinopsis del libro decían que se trataba de una historia de vampiros moderna, cuando lo cierto es que apenas tienen importancia en toda la saga, e incluso cuando la tienen es algo secundario o menos importante de lo que pareciera al principio. Y a pesar de que el libro era interesante, no era, ni mucho menos, el mejor de la pentalogía.

Ekaterina pasó a comentar que era difícil encontrar una buena adaptación cinematográfica de un libro, lo cual tenía su parte de razón y su parte de error. Adaptar un libro a la gran pantalla nunca satisfará a los lectores del libro, pues individualmente cada uno tiene una imagen completamente distinta de la historia, que además suele diferir en gran medida en la forma que tiene en mente el autor. Pero seguía siendo cierto que había una buena cantidad de películas que parecían ignorar el libro en pos de crear algo más “comercial”. Si esto les funcionaba, mejor para ellos.- Y ningún escritor protestará nunca por ello. Después de todo, una película es lo que hace subir las ventas de esos mismos libros.- Reí apenas ante esta obvio contradicción.

Rápidamente trajeron un nuevo plato a mi acompañante. No me llamó especialmente la atención. Por mi parte, ya había probado aquellas delicatesen, seguirían cobrando su precio a Greenlight y con ello me podía dar por satisfecho. Normalmente no consideraba necesitar comida alguna, salvo cuando mi cuerpo se veía entorpecido por la inanición, así que dejé mis apenas probados platos sobre la mesa y me dediqué a tomar algo de vino mientras observaba a la joven rusa. Su aparentemente desinteresada pregunta me hizo enarcar una ceja.- Probablemente otras cosas, ya que eres una joven poco común. Lo más probable es que estuviese cenando solo, ya que…-Eché una mirada al mesero y este se estremeció, decidiéndose ir de pronto con más prisa de la necesaria.- Eso es lo que suele ocurrir con las personas corrientes.
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Mensaje por Ekaterina Akeila Vie Mar 21, 2014 10:08 am

Ya a este punto le daba igual todo lo que ese hombre pensaba. Ekaterina le restaba todo tipo de importancia a su actual encuentro con ese hombre. Es que le había parecido interesante en un instante, pero luego toda su conversación se volvió aburrida y algo monótona, ¿Qué tiene eso de atractivo? Le gustaba la forma de pensar de aquel hombre, pero no le gustaba que intentaran atraparle debido a los sentimientos problemáticos que siente hacia Sam. Sam es su debilidad, pero ninguno de los dos es débil. Es tiempo de dejar aquel tema atrás, se recuerda tras darle demasiada importancia innecesaria al hecho de que ese hombre quiera perturbarle.

No es que Ekaterina fuera imperturbable, es que solamente perdía la compostura estando con una persona, había aprendido a controlar sus emociones cuando estaba con otros, eso era algo muy cierto. Por lo general nadie podía sacarle de su compostura, y a pesar de ser eso muy cierto, no eran muchas las veces que podía jactarse de sus habilidades, porque en ese momento perdió una batalla, entregándole parte de su ira a Deprip y eso es algo que Ekaterina nunca tendrá valor para perdonarse. Pero estaba bien, aun podía corregir su error y demostrar que no era ordinaria, que no era alguien que se dejara llevar por emociones. Hablar de su abuela fue algo que provoco una sonrisa efímera en su rostro, porque lo cierto es que también estaba en desacuerdo con muchas de las cosas que se le habían dicho que como guardiana tenía que hacer.

-Aunque comprendo el sentimiento hacia el poder y el dinero, nunca he entendido porque es algo tan influyente. Suelen decirme que es porque yo no soy predecible, pero no creo que sea debido a eso.- Omitió la mención de nombres en esta ocasión, ahora estaba segura de que no iba a decir nombres y los iba a evitar lo más posible, eso solo daba señales de atamiento y si algo no quería Ekaterina es que supieran todos sus puntos débiles.- Hay pocos líderes en la historia de la humanidad que podrían ser considerados como justos e importantes.- Menciona, de hecho, esos son los que podrían contarse con los dedos de las manos, los que han sido improductivos son tantos que no vale la pena pensar en ellos. Elevó una ceja ante sus palabras.- Si. Ella era de esa forma. –Es lo único que atina a comentar, porque lo sabe, su abuela siempre fue muy luminosa, todo lo contrario a Ekaterina que dudaba creer que ella tuviera la energía para ser como ella, tampoco tenía la fe, era un poco vacía.

Le alegro mucho que no preguntaran o intentaran averiguar sus planes, todo porque incluso ella estaba insegura en que era lo que tenía que hacer, sabía que había algo grande y bueno formándose en su cabeza, pero no estaba segura de que debía ser aquello. Era cierto que ya no le interesaba de la misma forma que en la niñez, quizás porque su madre se puso histérica en el instante en el que le descubrió a mitad de su invocación, podrían haber sido muchos factores, como el calor y cariño que su madre nunca le dio, lo que le hizo sentir llena y le robó el interés por las artes oscuras. Ella no estaba segura, pero ya no le agradaba tanto el tema como en su infancia.

-No creo que lo hiciera. Creo que ella sabe que soy lo suficientemente fuerte para cuidarme. No te tengo miedo y no creo que puedas tentarme de alguna forma. Incluso si pudieras, puedo mover mis piezas y mantenerme en perfecto estado. Preferiría no averiguarlo, pero enserio pienso que, quitando el hecho de que ha sido una conversación con el aura más tensa que he tenido, podemos ser buenos compañeros de charla. –Su voz pasiva, suave, educada y tranquila lleno el aula. Aquel mesero ya parecía harto o algo, su expresión había cambiado de miedo a odio y Ekaterina se dio cuenta de aquello, ya lo resolvería cuando saliera del local.- Eso me alegra, podría decir que tengo suficiente con las cosas con las que lidió ahora, como para tener que tener que fortalecer mi mente con mis platicas entre usted y yo. –Mostró una muy leve sonrisa. Sonrisa que no paso desapercibida por el joven mesero que ya estaba con una sonrisa de nuevo. Ekaterina rió, pero esta vez ante el pensamiento de que seguramente volverían loco al mesero con tantas emociones difusas que le estaban haciendo sentir.

-No necesito una respuesta ahora, pero gracias por proponerme algo.- No dejo escapar una risa, pero mostró una dulce sonrisa que no buscaba mucho. Estaba un poco agotada de esa conversación, un poco sería incorrecto. Justo como Ekaterina pensó, el mesero estaba confundido entre las risas. No le culpaba, una persona normal ya se habría tirado de un puente, quizás él no se había dado cuenta de lo fuerte que era en ese momento, eso le hizo sentir demasiado feliz. Pero no mostró la felicidad en su rostro, permaneció ligeramente estoica. Tras su llegada a Greenlight se había dado cuenta de cosas que ignoraba, siempre había sentido algo diferente hacia los hijos del director y la única vez que estuvo cerca del hombre se sintió devastada.-Seguro lo son, pero hasta que no conozca a alguno de ellos, no puedo opinar de la misma forma.- No era como que necesitaba ver para creer, simplemente era tan terca que se negaba a aceptar que había alguien denominado como superior.

Ese tipo de cosas, que trataba de los libros, todo es demasiado subjetivo. Encontraras personas que compartan tu misma opinión, así como habrá otras que ni siquiera comparten la opinión que tu tienes. Eso era algo bien sabido por Ekaterina, ella misma había visto adaptaciones al cine que habían pasado la media de sus expectativas, ninguna que las completara todas, tendría que haber una película de más de tres horas para captar todos los detalles que ella había recolectado en su lectura. Así como nunca se elegía el elenco indicado para tener contentos a todos los fans del libro, eso sería muy complicado, salvo si usaran un tipo de proyector que convirtiera a las personas en lo que el espectador piensa.

-En ocasiones la película es tan mala que ni siquiera deja interés por leer el libro.- Menciona con voz tranquila.-Otras son demasiado malas, pero solamente las ven porque los actores son “atractivos”- Menciona con un ligero dolor de cabeza, nunca entenderá porque las mujeres ven atractivos a todos. No tiene sentido. El físico es solo eso, lo que importa es lo que va dentro. Sonrió cuando vio alejarse al mesero debido al miedo que sintió. Era gracioso.-¿Habría sido triste comer solo?- Le cuestiono, manteniendo la posibilidad de que estuviera acostumbrado al trato. Su teléfono vibró un par de veces y miro al sujeto pidiendo disculpas, por sacar el móvil en hora de cena.- Uhm, esto es un poco inesperado.- Menciona guardando el móvil.-Tengo que retirarme, pero sería un placer verle en otra ocasión. –Le muestra una sonrisa.

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