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Lost in Paradise?
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Lost in Paradise?
Lost in Paradise?
- Spoiler:
Si de lugares típicos para la fecha de San Valentin buscamos, sin ninguna duda, la playa sería uno de los sitios mas convencionales y elegidos por las felices parejas.
Mas allá de aquellas que son las que mas comúnmente suelen frecuentar el alumnado, profesorado, empleados y demás personas. Hay un sector, en particular, que es reservado para personas exclusivas o momentos en particular. Así que la cantidad de gente que se ve por allí es mucho menor, casi escaseado, que en las de común paseo.
No es algo extraño ver mayor presencia de seguridad, ni cuerdas rojas limitando el espacio, ni cabañas, algo que en los sectores comunes de las playas no hay.
Esta playa es llamada "Paradise" por los que la conocen. La arena es casi blanca, el agua celeste claro como en las fotos de los folletos de viaje, el sol parece quemar en su punto justo, hay varias palmeras por todo el lugar, no hay casi gente, se respira paz y tranquilidad.
Así es que Greenlight Academy para esta cita, ha preparado algo especial. No solo ha alquilado el sector de la playa, sino que también una exclusiva cabaña con servicio de camareros y limpieza.
Los invitados han recibido, con anticipación, una carta con una credencial que los acreditan a entrar a el lugar selecto de la playa, junto con la llave de la cabaña. Además, se les ha adjuntado a el paquete de regalo, una cena y un desayuno para dos personas. Y dos veces servicio de limpieza a la cabaña.
El horario de llegada ha sido pactado a las 3 de la tarde, para que pudiesen disfrutar del sol, tiempo para prepararse y una agradable puesta de sol.
Esperamos que el lugar sea de su agrado y que disfruten de su cita a ciegas.
Mas allá de aquellas que son las que mas comúnmente suelen frecuentar el alumnado, profesorado, empleados y demás personas. Hay un sector, en particular, que es reservado para personas exclusivas o momentos en particular. Así que la cantidad de gente que se ve por allí es mucho menor, casi escaseado, que en las de común paseo.
No es algo extraño ver mayor presencia de seguridad, ni cuerdas rojas limitando el espacio, ni cabañas, algo que en los sectores comunes de las playas no hay.
Esta playa es llamada "Paradise" por los que la conocen. La arena es casi blanca, el agua celeste claro como en las fotos de los folletos de viaje, el sol parece quemar en su punto justo, hay varias palmeras por todo el lugar, no hay casi gente, se respira paz y tranquilidad.
Así es que Greenlight Academy para esta cita, ha preparado algo especial. No solo ha alquilado el sector de la playa, sino que también una exclusiva cabaña con servicio de camareros y limpieza.
Los invitados han recibido, con anticipación, una carta con una credencial que los acreditan a entrar a el lugar selecto de la playa, junto con la llave de la cabaña. Además, se les ha adjuntado a el paquete de regalo, una cena y un desayuno para dos personas. Y dos veces servicio de limpieza a la cabaña.
El horario de llegada ha sido pactado a las 3 de la tarde, para que pudiesen disfrutar del sol, tiempo para prepararse y una agradable puesta de sol.
Esperamos que el lugar sea de su agrado y que disfruten de su cita a ciegas.
Reglas del evento
1) El tema que deberán responder antes que los demás que tengan será el del evento, porque tiene una fecha límite.
2) No se pueden abandonar los temas.
3) Al menos 2 contestaciones por semana.
2) No se pueden abandonar los temas.
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Greenlight- Mensajes : 636
Puntos : 9252
Re: Lost in Paradise?
Se acercaba una época muy especial, una fecha en la cual naturalmente la joven solía recibir centenares de presentes y sorpresas anónimas, ya siendo de gente cercana a ella, fanáticos o simplemente personas que nunca antes había visto en realidad o tal vez no recordaba. La rubia se sentía especialmente sola esta vez, le faltaba aquello que le animaba, que le hacía sentir bien, aquello era nada más que su adorada hermana mayor, una joven que a pesar de ser la culpable de la soledad de Junko en cuanto a noviazgos y cosas por el estilo, era si no quién más importaba a ella, por ello la muchacha había decidido este año hacer algo nuevo, había accedido a una cita a ciegas. Seria perfecto, tendría el factor sorpresa y podía conocer a alguien más, esto le ponía de muy buen humor.
Había llegado el momento, la muchacha estaba ansiosa, deseaba, no, necesitaba saber quién sería su acompañante, cómo sería aquella experiencia, esto era lo que más impulsaba a la rubia a ir, era lo único que la mantenía realmente pendiente y cuidadosa de todo lo que haría. Junko se dedicó a observar la carta que le revelaba el lugar en el cuál se conocerían, la analizaba friamente, leyendo y releyendo el nombre del lugar "Paradise" pensaba sin cesar, con los orbes celestes posados sobre el papel, imaginaba como sería el lugar, en su mente creaba todas las posibilidades que podrían ocurrir, cada vez se inquietaba más y con el pasar del tiempo todo se volvía aún más pesado para soportar.
La mujer revisó su reloj y se levantó inmediatamente, estaba a tiempo para arreglarse y dirigirse al punto de encuentro, logrando así llegar antes que su cita, fue así cómo recorrió toda su habitación para arreglarse, a pesar de pensar constantemente que no importaba como iba, de seguro la encontraría hermosa de todos modos, había decidido empeñarse ub poco en ser más linda de lo usual, quería que su primer San Valentín sin Ikusaba fuese sutilmente especial y memorable.
Vestía un vestido azul con vuelillos blancos, un corte juvenil, inocente pero divertido cubría el pecho de la joven, su cabello estaba como siempre, tomado en dos coletas, pero esta vez en lugar de los osos que amarraban y sostenían el rubio cabello tenía estrellas, unas que ocasionalmente utilizaba para momentos extremadamente especiales, sentía que este día podría ser uno de ellos, decidió utilizar unas zapatillas converse blancas, que hacían juego con el resto de su atuendo, solo para dejar de lado los tacones que siempre usaba, y que además estaba aburrida de utilizar, de su cuello colgaba una piedra luna, la cual refractaba la luz de colores vivos y hermosos, no utilizó ni una pizca de maquillaje para resaltar la verdadera belleza que la joven contenía y atesoraba, por último se colocó una pulsera de perlillas blancas, una vez lista tomó su bolso y salio esbozabdo una sonrisa ladina e infantil, estaba de buen humor, pensando constantemente en la forma de no espantar al nuevo personaje que conocería, sin duda que estaba feliz.
Fue entonces cuando la joven se puso en marcha, un sol radiante que amenazaba con herir la fina y blanca piel de la joven se dejaba apreciar en medio del hermoso cielo azul, una cálida brusa soplaba, haciendo que la rubia se calmara cada vez más. Eran las 2:40 de la tarde y la muchachita recién estaba llegando a su destino, cada vez más emocionada, luego de mostrar la credencial se adentró primera al lugar de espera, soltó un suave bufido, sabía que iba a pasar, pero encontraba que sería impresionante que su cita llegase antes que ella, no le tomó importancia, después de todo le parecía bien llegar antes, Junko se aproximó a un lugar para sentarse, procurando no arrugar su traje, la joven se acomodó y cerró los ojos, esperando que la misteriosa persona llegase. Pero como era de esperarse no logró aguantar más tiempo tranquila, por lo que se levantó y se asonó para ver la hermosa playa a la cuál acudirían, era un paisaje que se había logrado robar el corazón de la joven de ojos azules.
--Perfecto... - susurró encantada.
Había llegado el momento, la muchacha estaba ansiosa, deseaba, no, necesitaba saber quién sería su acompañante, cómo sería aquella experiencia, esto era lo que más impulsaba a la rubia a ir, era lo único que la mantenía realmente pendiente y cuidadosa de todo lo que haría. Junko se dedicó a observar la carta que le revelaba el lugar en el cuál se conocerían, la analizaba friamente, leyendo y releyendo el nombre del lugar "Paradise" pensaba sin cesar, con los orbes celestes posados sobre el papel, imaginaba como sería el lugar, en su mente creaba todas las posibilidades que podrían ocurrir, cada vez se inquietaba más y con el pasar del tiempo todo se volvía aún más pesado para soportar.
La mujer revisó su reloj y se levantó inmediatamente, estaba a tiempo para arreglarse y dirigirse al punto de encuentro, logrando así llegar antes que su cita, fue así cómo recorrió toda su habitación para arreglarse, a pesar de pensar constantemente que no importaba como iba, de seguro la encontraría hermosa de todos modos, había decidido empeñarse ub poco en ser más linda de lo usual, quería que su primer San Valentín sin Ikusaba fuese sutilmente especial y memorable.
Vestía un vestido azul con vuelillos blancos, un corte juvenil, inocente pero divertido cubría el pecho de la joven, su cabello estaba como siempre, tomado en dos coletas, pero esta vez en lugar de los osos que amarraban y sostenían el rubio cabello tenía estrellas, unas que ocasionalmente utilizaba para momentos extremadamente especiales, sentía que este día podría ser uno de ellos, decidió utilizar unas zapatillas converse blancas, que hacían juego con el resto de su atuendo, solo para dejar de lado los tacones que siempre usaba, y que además estaba aburrida de utilizar, de su cuello colgaba una piedra luna, la cual refractaba la luz de colores vivos y hermosos, no utilizó ni una pizca de maquillaje para resaltar la verdadera belleza que la joven contenía y atesoraba, por último se colocó una pulsera de perlillas blancas, una vez lista tomó su bolso y salio esbozabdo una sonrisa ladina e infantil, estaba de buen humor, pensando constantemente en la forma de no espantar al nuevo personaje que conocería, sin duda que estaba feliz.
Fue entonces cuando la joven se puso en marcha, un sol radiante que amenazaba con herir la fina y blanca piel de la joven se dejaba apreciar en medio del hermoso cielo azul, una cálida brusa soplaba, haciendo que la rubia se calmara cada vez más. Eran las 2:40 de la tarde y la muchachita recién estaba llegando a su destino, cada vez más emocionada, luego de mostrar la credencial se adentró primera al lugar de espera, soltó un suave bufido, sabía que iba a pasar, pero encontraba que sería impresionante que su cita llegase antes que ella, no le tomó importancia, después de todo le parecía bien llegar antes, Junko se aproximó a un lugar para sentarse, procurando no arrugar su traje, la joven se acomodó y cerró los ojos, esperando que la misteriosa persona llegase. Pero como era de esperarse no logró aguantar más tiempo tranquila, por lo que se levantó y se asonó para ver la hermosa playa a la cuál acudirían, era un paisaje que se había logrado robar el corazón de la joven de ojos azules.
--Perfecto... - susurró encantada.
Invitado- Invitado
Re: Lost in Paradise?
San Valentín. Día de los enamorados. También conocido para mi padre y para mí como el día del atracón. Después de todo, más de una vez he tenido cierta compañía que ha ido variando a lo largo del día con el fin de alimentarme. Este día que fue una invención completamente humana ha demostrado ser de especial utilidad para mí. Con él, no solo podemos comer, sino encontrar una fuente de alimentación hasta que encontremos otra que nos sepa mejor. ¿Cruel? Puede. Pero es así como va la supervivencia. Además, en mi caso es bastante más complicado debido al otro, que siempre acaba complicándolo todo. A veces pienso que es tan tonto que quiere morir de inanición.
Pero… Ahora mismo yo tengo el control absoluto del cuerpo. El hecho de que se haya pasado un buen tiempo sin alimentarse hace que yo tenga la posibilidad de hacer lo que me dé la gana hasta llenarme por completo. Y eso mismo iba a hacer el día de los enamorados. Me pregunto qué tipo de persona me habrá tocado… ¿Será una joven y tímida damisela? No puedo esperar a que, de ser ese el caso, pueda provocar unos… ciertos cambios en su forma de ver las cosas hacia un punto de vista más activo, por así llamarlo.
Tras recibir mi invitación para la cita y darme cuenta de que se trataba de una visita a la playa con ciertos servicios externos a simplemente tomar el Sol, tuve un cierto problema a la hora de prepararme. Seamos sinceros. Para empezar, esta es mi primera vez yendo a una cita a ciegas. No sé qué tipo de ropa se debe llevar, pero si es una playa… quiero llevarme un bañador. Sin embargo, puede que sea demasiado llamativo llevar solo eso. Debo engatusar al cebo de una forma más refinada. Después de todo, querrá que me porte como un verdadero caballero. Al menos, hasta que averigüe un poco más de la comida. Supongo que un traje podría estar bien, pero mi estúpido yo tiene una especial atracción por el blanco que hace que el único traje que haya sea completamente de ese color, salvo unos pantalones que, misteriosamente, eran del mismo color que mi pelo. Supongo que hará un cierto encaje entre ellos.
Tras un buen rato de indecisión por mi parte, lo cierto es que acabé llevando un bañador azul celeste debajo del traje, que consistía en una camisa blanca, pantalones azulados, como mi pelo, tal y como dije anteriormente, y unos zapatos blancos también. Con ello pretendía dar la imagen que mi otro yo da: alguien completamente inocente que no ha roto un plato en su vida. Supongo que, además, puedo adaptarme un poco a su personalidad y fingir ser él… en cierta medida, por supuesto. He de evitar mostrarme como un depredador…
Llegué a la zona designada: Paradise. Era un lugar bastante apetecible que, además, todo sea dicho, la academia preparó para nosotros y cubrió todos los gastos… Bueno, yo me aseguraré de aprovecharlos al máximo, ya que estoy. Después de todo, sería de muy mala educación no hacerlo.
Debido a la arena, tuve que quitarme los zapatos para caminar por ella hasta que entré en la cabaña y me los volví a poner. Observé a mis alrededores. Parecía ser que mi pareja en la cita no había llegado…
Ah, no. Ahí está. Y… sí que se podía considerar preciosa aunque viese de espaldas a la chica. Iba bastante bien arreglada, pero lo cierto es que ya me estaba emocionando de veras por verla, aunque muy probablemente se trate de una simple humana. Aunque, por otra parte, he aprendido que los humanos pueden ser especialmente interesantes, como es el caso de Kishoka. Le daré una oportunidad a ésta chiquilla.
Me acerqué con cuidado hasta que acabé a su lado a una distancia prudencial para no asustarla. Apoyé mi brazo en el torso y realicé una leve inclinación antes de mirarla de nuevo.
- Espero que no haya sido demasiado larga la espera –dije-. He de admitir que estaba un poco nervioso por esto –me reincorporé y entonces la observé con una sonrisa un tanto infantil-. Esto… Tú eres la compañera de esta “cita a ciegas”, ¿no? –pregunté un poco nervioso-. Porque sería especialmente vergonzoso que me hubiese equivocado de persona.
Desvié la mirada al decir aquello. De todo ello, cabe destacar que lo que sí que era verdad era el hecho de que sería extremadamente vergonzoso haberme equivocado de persona… Y doloroso para mi orgullo. Sobre todo eso.
OFF: Pasémonoslo bien~ xDDD.
Pero… Ahora mismo yo tengo el control absoluto del cuerpo. El hecho de que se haya pasado un buen tiempo sin alimentarse hace que yo tenga la posibilidad de hacer lo que me dé la gana hasta llenarme por completo. Y eso mismo iba a hacer el día de los enamorados. Me pregunto qué tipo de persona me habrá tocado… ¿Será una joven y tímida damisela? No puedo esperar a que, de ser ese el caso, pueda provocar unos… ciertos cambios en su forma de ver las cosas hacia un punto de vista más activo, por así llamarlo.
Tras recibir mi invitación para la cita y darme cuenta de que se trataba de una visita a la playa con ciertos servicios externos a simplemente tomar el Sol, tuve un cierto problema a la hora de prepararme. Seamos sinceros. Para empezar, esta es mi primera vez yendo a una cita a ciegas. No sé qué tipo de ropa se debe llevar, pero si es una playa… quiero llevarme un bañador. Sin embargo, puede que sea demasiado llamativo llevar solo eso. Debo engatusar al cebo de una forma más refinada. Después de todo, querrá que me porte como un verdadero caballero. Al menos, hasta que averigüe un poco más de la comida. Supongo que un traje podría estar bien, pero mi estúpido yo tiene una especial atracción por el blanco que hace que el único traje que haya sea completamente de ese color, salvo unos pantalones que, misteriosamente, eran del mismo color que mi pelo. Supongo que hará un cierto encaje entre ellos.
Tras un buen rato de indecisión por mi parte, lo cierto es que acabé llevando un bañador azul celeste debajo del traje, que consistía en una camisa blanca, pantalones azulados, como mi pelo, tal y como dije anteriormente, y unos zapatos blancos también. Con ello pretendía dar la imagen que mi otro yo da: alguien completamente inocente que no ha roto un plato en su vida. Supongo que, además, puedo adaptarme un poco a su personalidad y fingir ser él… en cierta medida, por supuesto. He de evitar mostrarme como un depredador…
Llegué a la zona designada: Paradise. Era un lugar bastante apetecible que, además, todo sea dicho, la academia preparó para nosotros y cubrió todos los gastos… Bueno, yo me aseguraré de aprovecharlos al máximo, ya que estoy. Después de todo, sería de muy mala educación no hacerlo.
Debido a la arena, tuve que quitarme los zapatos para caminar por ella hasta que entré en la cabaña y me los volví a poner. Observé a mis alrededores. Parecía ser que mi pareja en la cita no había llegado…
Ah, no. Ahí está. Y… sí que se podía considerar preciosa aunque viese de espaldas a la chica. Iba bastante bien arreglada, pero lo cierto es que ya me estaba emocionando de veras por verla, aunque muy probablemente se trate de una simple humana. Aunque, por otra parte, he aprendido que los humanos pueden ser especialmente interesantes, como es el caso de Kishoka. Le daré una oportunidad a ésta chiquilla.
Me acerqué con cuidado hasta que acabé a su lado a una distancia prudencial para no asustarla. Apoyé mi brazo en el torso y realicé una leve inclinación antes de mirarla de nuevo.
- Espero que no haya sido demasiado larga la espera –dije-. He de admitir que estaba un poco nervioso por esto –me reincorporé y entonces la observé con una sonrisa un tanto infantil-. Esto… Tú eres la compañera de esta “cita a ciegas”, ¿no? –pregunté un poco nervioso-. Porque sería especialmente vergonzoso que me hubiese equivocado de persona.
Desvié la mirada al decir aquello. De todo ello, cabe destacar que lo que sí que era verdad era el hecho de que sería extremadamente vergonzoso haberme equivocado de persona… Y doloroso para mi orgullo. Sobre todo eso.
OFF: Pasémonoslo bien~ xDDD.
Invitado- Invitado
Re: Lost in Paradise?
La muchacha de ojos azules no conseguía apartar la vista del paisaje; parecía tan concentrada que podría haber contado cada grano de arena que estaba en la playa, pero su mirada no apuntaba a la blanca y reluciente arena que cubría la costa marina, si no que se posaba sobre el hermoso y brillante cielo azulino, cuyo reflejo hacía que sus orbes se denotarán aún más profundos que antes. Sin duda era lo más hermoso que había visto en su vida, una belleza despanpanante verdadera y sincera, tal era sy magnitud que conseguía calmar e inclusive volver la normalidad a la inocente y loca muchacha. Un sonido de pasos sacó a la rubia de su trance, logrando tirarla a la realidad en que se encontraba en esos momentos, "¿dónde estaba?" pensó algo confundida, "Ah, la cita a ciegas" pensó tensandose suavemente, aquella cita que tan nerviosa la había tenido había llegado el momento de iniciarla.
En su rostro se dibujó una sonrisa calmada, amable, una expresión que pocos habían logrado admirar con detención, imagen que reflejaba toda la bondad que ella misma había decidido ocultar tiempo atrás, se sentía bien, estaba cómoda, era feliz, por fín podía escapar de su falsa realidad, ya no tendría que fingir como siempre, a pesar de que lo hacía apropósito y disfrutaba de ello, tendía a agotarse pronto, sobre todo desde la falta de ella, la de su "sidekick".
Escuchó una suave voz, desvió la mirada de su paraíso y observó de reojo al joven peliazul, vestía un traje que demostraba despreocupación, pero no demasiada,se dio vuelta por completo para verle con detención, su cabello azul brillante hacía juego a la perfección con sus pantalones, aquello le causaba gracia a Junko, "Que detallista" pensó con entretención, se veía como un muchacho decente y bastante interesante, Junko no quizo sonreír para saludarle, cerró los ojos suavemente y le habló con un tono suave y delicado.
-- Buenas -- mencionó al abrir sus ojos de par en par, tan solo para admirale una vez más. --No te preocupes, me parece que fueron 20 minutos, pero está bien.-- Se enderezó para contemplar a su cita -- ¿lo estabas? -- Una sonrisa suave se dibujó en sus labios. -- Yo también, solo un poco... -- añadió con nervios.
Quedó observando el comportamiento infantil del joven, gracias a ello Junko consiguió destensarse, ya no estaba tan nerviosa como al principio.
-- Pués espero que así sea, o si no sería una situación realmente incómoda. -- Soltó una risa suave y divertida, posó sus orbes azules sobre los ojos del joven, una mirada llena de curiosidad se veía reflejada sobre los ojos almendrados de la rubia, justo lo que deseaba.
-- Es una hermosa vista, ¿no es así? -- La joven inhaló profundamente, al exhalar se relajó por completo y sonrió con diversión -- Tan relajante, tan perfecto, que suertr la nuestra. -- comentó emocionada, se alejó un poco y se dirigió a la silla donde se posaba su bolso.
-- Mi nombre es Junko, Enoshima Junko, ¿cómo te llamas? -- sonrió nuevamente colgandosé el bolso al hombro acomodando su cabellera rubia en su espalda.
Sentía una curiosidad especial por saber que era el joven que tenía enfrente, ¿un humano quizás?, pero no lo parecía, aunque tampoco parecía otra raza, decidió esperar a que él mismo hiciese un comentario sobre ello, soltó un suave suspiro y entrecerró los ojos.
--Ojalá nos divirtamos mucho -- fue lo último que agregó, se acercó a él y le extendió la mano para que él la estrechase con gentileza.
OFF: ¡lo mismo digo! :D
En su rostro se dibujó una sonrisa calmada, amable, una expresión que pocos habían logrado admirar con detención, imagen que reflejaba toda la bondad que ella misma había decidido ocultar tiempo atrás, se sentía bien, estaba cómoda, era feliz, por fín podía escapar de su falsa realidad, ya no tendría que fingir como siempre, a pesar de que lo hacía apropósito y disfrutaba de ello, tendía a agotarse pronto, sobre todo desde la falta de ella, la de su "sidekick".
Escuchó una suave voz, desvió la mirada de su paraíso y observó de reojo al joven peliazul, vestía un traje que demostraba despreocupación, pero no demasiada,se dio vuelta por completo para verle con detención, su cabello azul brillante hacía juego a la perfección con sus pantalones, aquello le causaba gracia a Junko, "Que detallista" pensó con entretención, se veía como un muchacho decente y bastante interesante, Junko no quizo sonreír para saludarle, cerró los ojos suavemente y le habló con un tono suave y delicado.
-- Buenas -- mencionó al abrir sus ojos de par en par, tan solo para admirale una vez más. --No te preocupes, me parece que fueron 20 minutos, pero está bien.-- Se enderezó para contemplar a su cita -- ¿lo estabas? -- Una sonrisa suave se dibujó en sus labios. -- Yo también, solo un poco... -- añadió con nervios.
Quedó observando el comportamiento infantil del joven, gracias a ello Junko consiguió destensarse, ya no estaba tan nerviosa como al principio.
-- Pués espero que así sea, o si no sería una situación realmente incómoda. -- Soltó una risa suave y divertida, posó sus orbes azules sobre los ojos del joven, una mirada llena de curiosidad se veía reflejada sobre los ojos almendrados de la rubia, justo lo que deseaba.
-- Es una hermosa vista, ¿no es así? -- La joven inhaló profundamente, al exhalar se relajó por completo y sonrió con diversión -- Tan relajante, tan perfecto, que suertr la nuestra. -- comentó emocionada, se alejó un poco y se dirigió a la silla donde se posaba su bolso.
-- Mi nombre es Junko, Enoshima Junko, ¿cómo te llamas? -- sonrió nuevamente colgandosé el bolso al hombro acomodando su cabellera rubia en su espalda.
Sentía una curiosidad especial por saber que era el joven que tenía enfrente, ¿un humano quizás?, pero no lo parecía, aunque tampoco parecía otra raza, decidió esperar a que él mismo hiciese un comentario sobre ello, soltó un suave suspiro y entrecerró los ojos.
--Ojalá nos divirtamos mucho -- fue lo último que agregó, se acercó a él y le extendió la mano para que él la estrechase con gentileza.
OFF: ¡lo mismo digo! :D
Invitado- Invitado
Re: Lost in Paradise?
La chica era bastante preciosa. De no ser porque a las mujeres les suele gustar que se les trate con mucha caballerosidad, probablemente ya habría empezado a comer. Sinceramente, las ganas de probarla se me hacían bastante grandes, pero lo que sí que era cierto es que debía controlarme y seguir simulando que soy el otro, porque parece que había surtido efecto. Reí un poco al escuchar que ella admitía estar un poco nerviosa y no pude evitar mostrar una sonrisa cuando, efectivamente, era mi compañera en la cita.
Me acerqué a ella con cuidado y me posé a su lado, observando el paisaje. Definitivamente, sí que era una suerte. Me pregunto qué tipos de sitios habrán tenido los otros, pero éste, desde luego, es uno muy bueno.
- Lo es, desde luego. No soy una persona que se fije mucho en los detalles, pero lo cierto es que hasta a mí me parece precioso… -desvié la mirada al suelo, simulando un rubor-. Casi parece que es el sitio idóneo para una cita… romántica.
Simulé nervios y, para acabar con ellos, empecé a realizar ejercicios de respiración hasta parecer que estaba más tranquilo y, dándole la espalda al paisaje, la observé. Así que su nombre es Junko. Tiene pinta de ser una chica agradable y muy atractiva, desde luego.
- Yo soy Lysian Doyle, pero puedes llamarme Lysian o Lys, si gustas –me quedé un rato pensativo-. Es un placer conocerte, Junko
Tras ella acercarse y tender la mano mostré una sonrisa cálida que, para mis adentros, no era más que una sonrisa con la que empezaría a jugar un poco con ella. Llevé el brazo izquierdo apoyado con mi espalda y, tras tomar la mano de Junko con la derecha, me incliné para depositar un beso en el dorso de la extremidad ajena. Tras ello dejé ir la mano con suavidad y me puse en una postura normal, de pie.
- Yo también espero que lo pasemos bien –dije.
Caí en la cuenta de un pequeño detalle. Había supuesto que ella era una humana, pero la verdad es que no tenía ni idea de ello. ¿Era una sombra? ¿Una diosa de la muerte? ¿Una dragona? ¿O quizás será también un demonio como yo? Eso o cualquier otra raza, ya que descarto los posibles casos de humanos con rasgos animales al no presentar ella ninguno. Eso y que, además, tenía unas inmensas ganas de darme un chapuzón en la playa…
- ¿Sabes nadar? –pregunté-. Lo digo porque podríamos ir a la playa y pasar un rato o, simplemente, relajarnos y tumbarnos un rato mientras hablamos –observé de nuevo la vista-. Lo digo porque es un desperdicio dejar escapar una experiencia como ésta y, además, necesitamos conocernos para ver la compatibilidad.
No iba a decir que yo ya estaba listo para la playa. Eso me dejaría como un niño pequeño que heriría en demasía mi orgullo, a pesar de ya estar imitando a mi otro yo. Bastante humillación es hacerme pasar por él para engatusar a la comida. Pero… sí que puedo hacer otra cosa.
Bajé y desvié la mirada, fingiendo nerviosismo y, muy probablemente, inseguridad en mi mismo, que es precisamente lo que realmente me sobra.
- La verdad es que me encanta la playa y… Bueno, pensé que sería interesante estar ahí y…
Me quedé en silencio, sin decir ni una palabra más. Eso ayudaría a mi papel de indeciso y tímido, pero caballeroso hasta decir basta. Tengo entendido que este tipo de cosas suele ayudar con la gente.
Me acerqué a ella con cuidado y me posé a su lado, observando el paisaje. Definitivamente, sí que era una suerte. Me pregunto qué tipos de sitios habrán tenido los otros, pero éste, desde luego, es uno muy bueno.
- Lo es, desde luego. No soy una persona que se fije mucho en los detalles, pero lo cierto es que hasta a mí me parece precioso… -desvié la mirada al suelo, simulando un rubor-. Casi parece que es el sitio idóneo para una cita… romántica.
Simulé nervios y, para acabar con ellos, empecé a realizar ejercicios de respiración hasta parecer que estaba más tranquilo y, dándole la espalda al paisaje, la observé. Así que su nombre es Junko. Tiene pinta de ser una chica agradable y muy atractiva, desde luego.
- Yo soy Lysian Doyle, pero puedes llamarme Lysian o Lys, si gustas –me quedé un rato pensativo-. Es un placer conocerte, Junko
Tras ella acercarse y tender la mano mostré una sonrisa cálida que, para mis adentros, no era más que una sonrisa con la que empezaría a jugar un poco con ella. Llevé el brazo izquierdo apoyado con mi espalda y, tras tomar la mano de Junko con la derecha, me incliné para depositar un beso en el dorso de la extremidad ajena. Tras ello dejé ir la mano con suavidad y me puse en una postura normal, de pie.
- Yo también espero que lo pasemos bien –dije.
Caí en la cuenta de un pequeño detalle. Había supuesto que ella era una humana, pero la verdad es que no tenía ni idea de ello. ¿Era una sombra? ¿Una diosa de la muerte? ¿Una dragona? ¿O quizás será también un demonio como yo? Eso o cualquier otra raza, ya que descarto los posibles casos de humanos con rasgos animales al no presentar ella ninguno. Eso y que, además, tenía unas inmensas ganas de darme un chapuzón en la playa…
- ¿Sabes nadar? –pregunté-. Lo digo porque podríamos ir a la playa y pasar un rato o, simplemente, relajarnos y tumbarnos un rato mientras hablamos –observé de nuevo la vista-. Lo digo porque es un desperdicio dejar escapar una experiencia como ésta y, además, necesitamos conocernos para ver la compatibilidad.
No iba a decir que yo ya estaba listo para la playa. Eso me dejaría como un niño pequeño que heriría en demasía mi orgullo, a pesar de ya estar imitando a mi otro yo. Bastante humillación es hacerme pasar por él para engatusar a la comida. Pero… sí que puedo hacer otra cosa.
Bajé y desvié la mirada, fingiendo nerviosismo y, muy probablemente, inseguridad en mi mismo, que es precisamente lo que realmente me sobra.
- La verdad es que me encanta la playa y… Bueno, pensé que sería interesante estar ahí y…
Me quedé en silencio, sin decir ni una palabra más. Eso ayudaría a mi papel de indeciso y tímido, pero caballeroso hasta decir basta. Tengo entendido que este tipo de cosas suele ayudar con la gente.
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