Conectarse
Últimos temas
Afiliados
Créditos del Foro
» Skin obtenido de Captain Knows Best creado por Neeve, gracias a los aportes y tutoriales de Hardrock, Glintz y Asistencia Foroactivo.
» Demás Créditos del Foro. |
¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Página 1 de 1.
¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Miraba por la ventana al tiempo que escuchaba al profesor hablar sobre los temas referentes a esa clase, sin embargo mi cabeza estaba demasiado llena de "pájaros" como para prestar real atención a lo que estaba diciendo.
Sólo habían pansado un par de meses desde que mi padre me había dejado en aquel lugar, y ciertamente no era una mala academia, de hecho era acogedora y me sentía a gusto allí. Pero prefería vivir en las calles, a lado de mi padre, que sentirme como toda una princesa, llena de lujos y comodidades cuando él no estaba a mi lado para compartirlo. Fruncí el ceño ligeramente, aunque después di un suspiro y apoyé mi mentón en mi mano mientras seguía contemplando el panorama. De nada valía acordarme de eso, sólo provocaría que me pusiera de mal humor si profundizaba en el tema. Al fin y al cabo, aunque mostrara lo contrario a los demás, por dentro era demasiado insegura de mí misma, al menos referente a ese tema; pero si él había dicho que vendría por mí, lo haría. No era ningún mentiroso.
Los minutos transcurrieron sin que yo me diera cuenta y cuando quise percatarme de ello, el profesor y mis demás compañeros ya estaban recogiendo sus cosas para salir del aula, dando así por concluídas las clases de ese día. ¿Cómo fue que no me di cuenta, si yo misma estaba observando las nubes del cielo tornarse más naranjosas a medida de que se acercaba el atardecer?
Sencillamente no era consciente de lo que significaba este fenómeno, y eso me pasaba por pensar en cosas que no debía.
Tomé mi pluma y abrí mi cuarderno en la primera hoja en blanco que encontré para tomar apuntes de todo lo que estaba escrito en el pizarrón. No había puesto atención de nada y muchas de las cosas no las podía comprender del todo, pero a menos tendría allí las notas que el profesor había dejado, para después darme una vuelta por la biblioteca e investigar un poco del tema por mi propia cuenta.
El salón lentamente comenzó a vaciarse mientras yo transcribía del pizarrón a mi cuaderno. El profesor se retiró, dejándome sola con mis anotaciones y me apuré en terminar con mi tarea, porque de alguna manera no me parecía muy agradable quedarme sola en el salón cuando oscureciera, cosa que no tardaría en suceder.
Tan absorta estaba en mi trabajo, que no me di cuenta que no estaba del todo sola como yo había supuesto, fue hasta que terminé y estiré mis brazos hacia arriba para estirarme cuando eché un vistazo rápido y pude darme cuenta que había alguien allí. Le miré directamente a los ojos, sorprendida de encontrarle aun allí. Tal vez le había pasado lo mismo que a mí, aunque tampoco parecía que estuviera tomando apuntes de nada. Realmente no habían pasado ni cinco minutos desde que el último alumno saliera por aquella puerta, por lo que tampoco era tan tarde como yo suponía. De igual manera no se me antojaba quedarme allí mucho más tiempo, y menos a solas con él.
Ya le había visto en un par de ocasiones, al fin y al cabo era mi compañero de clase de una que otra asignatura, como en esa, y me lo había topado en varias ocasiones en los pasillos y jardines, y realmente había "algo" en él que me llamaba mucho la atención, no sabía definirlo con exactitud: algo en el aura que trasmitía, en la expresión de su rostro, de sus ojos... en toda su persona en sí que me atraía de sobremanera y me parecía cautivante. Se veía tan solo... y de manera insconsciente, deseaba terminar con esa soledad suya, dedicarle una sonrisa amable y demostrarle que todo iría bien, que no estaba solo. Pero también había algo que me hacía huir también de manera inconsciente de su persona, algo que provocaba que mi cuerpo se estremeciera y una voz me gritara en mi mente: "¡Peligro, huye!". No sabía definir bien toda esa mezcla de sentimientos encontrados que me provocaba no sólo él, sino también muchos alumnos de la academia: como si desearan devorarme, o algo por el estilo. Y eso provocaba que tuviera miedo. Pero de él era de quien más temía, porque también me hacía sentirme atraída y eso no me gustaba, no me gustaba ponerme el peligro, ya tenía bastante con mi mala suerte como para tener que lidiar con esos sentimientos que él me provocaba. Le seguí mirando a los ojos, sin intimidación alguna y aguántandole la penetrante mirada todo el tiempo, aunque un leve estremecimiento que no sabía definir recorrió todo mi cuerpo y me instó a que me pusiera de pie y guardara mis cosas de la forma más rápida posible, pero sin parecer muy sospechosa. Le dediqué una breve sonrisa una vez terminada mi labor y me eché la mochila al hombro.
-Bueno, me retiro primero, buenas tardes -saludé amablemente, con voz suave, delicada y firme, aunque mis ojos no engañaban: estos demostraban que estaba un tanto asustada. Le volví a sonreír y me di media vuelta para apresurarme hacia la puerta de la salida. Sólo un par de pasos más y estaría afuera. Sólo un par de pasos...
Sólo habían pansado un par de meses desde que mi padre me había dejado en aquel lugar, y ciertamente no era una mala academia, de hecho era acogedora y me sentía a gusto allí. Pero prefería vivir en las calles, a lado de mi padre, que sentirme como toda una princesa, llena de lujos y comodidades cuando él no estaba a mi lado para compartirlo. Fruncí el ceño ligeramente, aunque después di un suspiro y apoyé mi mentón en mi mano mientras seguía contemplando el panorama. De nada valía acordarme de eso, sólo provocaría que me pusiera de mal humor si profundizaba en el tema. Al fin y al cabo, aunque mostrara lo contrario a los demás, por dentro era demasiado insegura de mí misma, al menos referente a ese tema; pero si él había dicho que vendría por mí, lo haría. No era ningún mentiroso.
Los minutos transcurrieron sin que yo me diera cuenta y cuando quise percatarme de ello, el profesor y mis demás compañeros ya estaban recogiendo sus cosas para salir del aula, dando así por concluídas las clases de ese día. ¿Cómo fue que no me di cuenta, si yo misma estaba observando las nubes del cielo tornarse más naranjosas a medida de que se acercaba el atardecer?
Sencillamente no era consciente de lo que significaba este fenómeno, y eso me pasaba por pensar en cosas que no debía.
Tomé mi pluma y abrí mi cuarderno en la primera hoja en blanco que encontré para tomar apuntes de todo lo que estaba escrito en el pizarrón. No había puesto atención de nada y muchas de las cosas no las podía comprender del todo, pero a menos tendría allí las notas que el profesor había dejado, para después darme una vuelta por la biblioteca e investigar un poco del tema por mi propia cuenta.
El salón lentamente comenzó a vaciarse mientras yo transcribía del pizarrón a mi cuaderno. El profesor se retiró, dejándome sola con mis anotaciones y me apuré en terminar con mi tarea, porque de alguna manera no me parecía muy agradable quedarme sola en el salón cuando oscureciera, cosa que no tardaría en suceder.
Tan absorta estaba en mi trabajo, que no me di cuenta que no estaba del todo sola como yo había supuesto, fue hasta que terminé y estiré mis brazos hacia arriba para estirarme cuando eché un vistazo rápido y pude darme cuenta que había alguien allí. Le miré directamente a los ojos, sorprendida de encontrarle aun allí. Tal vez le había pasado lo mismo que a mí, aunque tampoco parecía que estuviera tomando apuntes de nada. Realmente no habían pasado ni cinco minutos desde que el último alumno saliera por aquella puerta, por lo que tampoco era tan tarde como yo suponía. De igual manera no se me antojaba quedarme allí mucho más tiempo, y menos a solas con él.
Ya le había visto en un par de ocasiones, al fin y al cabo era mi compañero de clase de una que otra asignatura, como en esa, y me lo había topado en varias ocasiones en los pasillos y jardines, y realmente había "algo" en él que me llamaba mucho la atención, no sabía definirlo con exactitud: algo en el aura que trasmitía, en la expresión de su rostro, de sus ojos... en toda su persona en sí que me atraía de sobremanera y me parecía cautivante. Se veía tan solo... y de manera insconsciente, deseaba terminar con esa soledad suya, dedicarle una sonrisa amable y demostrarle que todo iría bien, que no estaba solo. Pero también había algo que me hacía huir también de manera inconsciente de su persona, algo que provocaba que mi cuerpo se estremeciera y una voz me gritara en mi mente: "¡Peligro, huye!". No sabía definir bien toda esa mezcla de sentimientos encontrados que me provocaba no sólo él, sino también muchos alumnos de la academia: como si desearan devorarme, o algo por el estilo. Y eso provocaba que tuviera miedo. Pero de él era de quien más temía, porque también me hacía sentirme atraída y eso no me gustaba, no me gustaba ponerme el peligro, ya tenía bastante con mi mala suerte como para tener que lidiar con esos sentimientos que él me provocaba. Le seguí mirando a los ojos, sin intimidación alguna y aguántandole la penetrante mirada todo el tiempo, aunque un leve estremecimiento que no sabía definir recorrió todo mi cuerpo y me instó a que me pusiera de pie y guardara mis cosas de la forma más rápida posible, pero sin parecer muy sospechosa. Le dediqué una breve sonrisa una vez terminada mi labor y me eché la mochila al hombro.
-Bueno, me retiro primero, buenas tardes -saludé amablemente, con voz suave, delicada y firme, aunque mis ojos no engañaban: estos demostraban que estaba un tanto asustada. Le volví a sonreír y me di media vuelta para apresurarme hacia la puerta de la salida. Sólo un par de pasos más y estaría afuera. Sólo un par de pasos...
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Llevaba ya un tiempo considerable en la academia, demasiado como para estar a gusto y para su infortunio aún no conseguía dar con su objetivo. Las cosas para Yuu comenzaban a tornarse aburridas, con el paso del tiempo -seguramente- abandonaría la institución y buscaría por otro medio. A medida que los días pasaban, procuraba revisar al alumnado, más por curiosidad que otra cosa y claro, todo a cierta distancia ante la forma de ser del moreno. Pocas cosas causaban que se acelerarse lo suficiente como para tener un contacto directo, como en esta ocasión, en una clase donde no conocía a sus compañeros le vió. De entre todas las personas, una esencia sobre-salía, superando con creces al resto de entidades, cosa que en primer lugar alertó a Yuu, quien con la mirada reconoció a la fémina dueña de esa presencia. Una mujer rubia, de facciones delicadas, cabello largo, algo distraída según apreciaba de su posición.
"Te encontré."
No le recordaba y era porque solo ahora se permitía un relajo lejos de su meta principal, hasta donde sabía esta era la única clase que compartían, errando puesto que estaban juntos en al menos dos más. Analizó cuánto pudo y por una curiosa razón se sentía atraído a ella, su pureza, ese aura especial sumado a su aspecto. Tenía algo que le gustaba, molestándose al principio al no poder descifrar ese "algo". Esperaría, todo deberá seguir cierto protocolo y se mantuvo pendiente de la clase, por sobre ella. Al terminar, guarda sus cosas con prontitud y aguarda a que la sala se desocupe, quedando fortuitamente con la rubia quien al parecer era más lenta al anotar. Arqueó una ceja y tomó su bolso, dejándolo cruzado por su pecho y acomodó su camisa, mirando insistentemente a la chica quien no rehuyó de su mirada.
A paso calmado se dirigió a la única salida, quedándose allí y ella cortesmente se despide, a lo que Kanda no responde sino hasta que consigue bloquear la salida apoyándose en el umbral de puerta. - Buenas tardes... supongo. - algo seco, agrega con un tono parejo - pero... hay algo que quiero hablar contigo, mujer. - cruzado de brazos, ladea el rostro y mira fijo y serio a la chica. - No puedo dejar que te vayas. - No amenazó, pero su postura y la forma en que le acechaba con su mirada podría indicar que lo hacía. Suspira leve, con algo de cansancio pero muy convencido de que no permitirá que ella salga sin dialogar con el moreno, quien afila su mirada y da unos cortos pasos hacia ella, sin prisa, mientras mueve sus manos y por fin libera de ataduras su cabellera oscura, dejando esta deslizarse por los costados del rostro y parte de su espalda.
Quería ahora cambiar de sitio, llevarla a otro lugar y poder satisfacer su curiosidad, mas no actuaría sin analizar la situación y por ahora dependía de la cooperación ajena. Apoyó el peso de su cuerpo en la pierna derecha, flectando la opuesta y volvió a cruzar sus brazos a la altura del pecho, sin apartar su mirada y su completa atención de la humana. - Dudo que me conozcas, soy Yuu Kanda. - prefirió demostrar educación al presentarse, cosa común, pero aún no se mostraba amable, estoico nada más. No esperaba su nombre por ahora, ya verá como averiguarlo una vez sepa sobre el tipo de interés en ella.
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Ya casi llegaba a la salida, incluso podía sentir como mi cuerpo se relajaba y un suspiro de alivio pugnaba por salir de mis labios, sin embargo no estaba tan segura de que las cosas fueran a salir tan fáciles... Y claro, allí iba aquella espinita de duda que siempre terminaba por tener la razón en casi todo.
Di un leve respingo, sorprendida de verlo bloquear la salida al tiempo que miré detrás de mí, donde instantes antes me había parecido verlo. ¿P-pero cómo le había hecho? Parpadeé con asombro y volví a mirarle a los ojos, con toda la duda pintada en mi expresión al tiempo que ladeaba el rostro suavemente y le dedicaba un rápido escrutinio antes de volver a fijarme en sus ojos oscuros. Bueno... definitivamente no iba a ser capaz de simplemente "brincarlo" si realmente corría peligro a su lado, pero eso sólo me ayudaba a sentirme más nerviosa de lo que por sí ya estaba. Y a descubrir que mis posibilidades de escape se iban reduciendo hasta llegar a casi nulas.
Hice una ligera mueca cuando habló, casi como si me hubieran abofeteado, y fruncí ligeramente el ceño ante su actitud un tanto agresiva. Yo no le había hecho nada, ¿o sí?
-No soy "mujer" -repliqué con un suspiro, al tiempo que trataba de sobreexplotar mi cerebro en búsqueda de alguna acción mía o comentario que pudieron haberlo hecho enojar- Tengo un nombre como todos. Y no creo que actuar de esa manera tan peculiar frente a los demás sea lo más indicado, ¿no crees que puedes asustar a tus amigos con esa expresión tan seria? Apuesto a que eres más atractivo si sonríes -afirmé con una sonrisa despreocupada y sincera, asintiendo levemente ante ello y devolviendole la mirada a cada momento, pues desde pequeña siempre había tenido la mala costumbre de hacerlo sin sentirme intimidada ante los demás. Cierto era que me sentía nerviosa ante su presencia, sin embargo no le tenía miedo, o al menos no veía razón para temerle. Por el momento.
Fruncí el ceño levemente y volví a inclinar mi cabeza hacia mi hombro izquierdo, dejando expuesta una porción de mi cuello de forma inconsciente.
-¿Estás seguro que deseas hablar conmigo? -le pregunté de forma dubitativa, frunciendo el ceño aun más con aire pensativo- Algo me dice que no estás de humor para hablar con nadie.... -de inmediato tragué saliva y retrocedí un par de pasos, alejándome tanto de él como de la salida y a su vez aproximándome hacia la pared opuesta, en la que se encontraban las ventanas que iluminaban el aula. Sus palabras en sí ya eran amenazantes, aunque su tono de voz no lo fuera, y sumarle la forma en la que me miraba, como si fuera su presa, y el aura que rodeaba su presencia ya era un hecho más que suficiente para hacer que la situación fuera lo menos alentadora posible.
-N-no, la verdad es que no recuerdo haber escuchado tu nombre antes -confirmé, una vez que se presentó. Bueno, al menos se estaba mostrando educado, eso era un punto a favor para él. Aunque aun tenía pequeños conflictos con la manera en la que lo hacía- Pero sí que te había visto anteriormente, tanto en clase como en los pasillos y jardines... aunque claro, nunca había tenido la oportunidad de dirigirte la palabra -y nunca lo hubiera hecho aun teniendo la oportunidad, si tenía que ser sincera. Sencillamente el joven tenía "algo" que provocaba que mi corazón latiera con mayor rápidez cada que nuestras miradas se encontraban. Y no sabía si eso era bueno o malo.- La verdad es que... -suspiré y traté de sonreirle de manera amigable y natural-... me pones un poco nerviosa -me sinceré y volví a mirarlo, alzando una ceja de forma confusa cuando se desató el cabello, pero no comentando nada al respecto- No te tengo miedo -aclaré inmediatamente, quizá demasiado rápido para mi gusto- sin embargo... ¿no crees que tu presencia en sí ya es demasiado intimidante como para que te comportes de esa forma? Claro está, no te conozco de nada y no sé si eso ya sea habitual en ti -me golpeé la frente con la palma de la mano al tiempo que reía suavemente- perdona, creo que digo puras tonterías. La cosa es que... ¿qué deseas de mí? Si puedo serte de utilidad en algo, trataré de ayudarte -finalicé de forma completamente sincera, dedicándole una sonrisa suave al tiempo que le seguía mirando.
Bueno, siempre podía saltar por la ventana si veía que las cosas no resultaban.
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Las palabras de la mujer eran curiosas, hablaba de amigos y eso no removió ningún tipo de sentimiento en Kanda, solo despertaba un interés aún mayor del que ya sentía por aquella. - ¿Amigos? - preguntó tras escasos segundos de las palabras contrarias - No me muestro como alguien que podría asustar a otros, además, no tengo motivo por el cual sonreír en este instante... ¿Tu crees que debería sonreír sin razón? Además, verse atractivo o no, es algo que carece de importancia para mi. - pero mientras hablaba era ella quien le sonreía ¿Realmente tenía razones para ello o simplemente era causa de una extraña amabilidad?
Detuvo su mirada en ese cuello, a la vista quizás por casualidad. Yuu relajó apenas su expresión, por mucho que ella le dijera que esa no era una actitud apropiada, Kanda estaba acostumbrado a hacerlo. Asintió luego,reafirmando de esa forma la anterior petición. - No te guíes por lo que crees ver en mi, no es necesario. - sin importarle lo que proyectaba hacia el resto, aquel aura malhumorada, ese aire iracundo que podría explotar en cosa de segundos, era algo común en él desde aquella época. Avanzó solo un poco, aún posicionándose como un obstáculo entre esa mujer y la única salida, no le permitiría salir del recinto. Alzó el mentón y arqueó una ceja al verle retroceder "¿Temerosa?", meditó y creyó que era una reacción normal.
- No había necesidad antes para que tu y yo interactuáramos, es todo. - simplificando de esa manera las cosas a su parecer, ladea el cuerpo y cierra unos momentos sus ojos, soltando un suspiro, pensando ahora que decirle que no le causase miedo o que sonara demasiado extraño. El sitio no era el más indicado.Oye a la fémina y Kanda se muestra levemente sorprendido, no era una reacción con la que se hubiese topado antes en alguno de sus perseguidos. - No es mi intención provocarte eso. - seguía diciendo oraciones sencillas, demasiado quizás. Dio más pasos acercándose directamente a ella, no le servía conversar a una distancia mayor, era impersonal.
Arrugó el entrecejo mientras ella le cuestionaba, Kanda calló, dejando una ventana de silencio entre ambos que el moreno aprovechó para poder deducir qué era lo que aquella poseía como para que él se mostrara tan atraído. - La forma en la que me aproximo a tu persona es directa, fui claro desde un inicio. Mi aspecto o presencia como tu dices, es algo netamente subjetivo. No me conoces, es obvio que caerás en el error de juzgar... pero no es eso lo que deseo discutir ahora, carece de sentido el hacerlo puesto que no cambiaré mi proceder. - no quería ser terco, pero parecía que lo era.
Ladeó su rostro, ella sonrió e incluso se disculpó por decir "tonterías", Kanda no le comprendía, volvió a mantenerse silencioso como si buscara un porqué a esa amabilidad ¿No había sido amenazante con ella? ¿por qué entonces se mostraba cooperativa? Volvió a prestarle toda su atención, molesto consigo mismo. - Yo... - decirle la verdad era peligroso, además ella seguramente no le entendería o llanamente no le creería. - Necesito estar contigo... - fácilmente se malinterpretaría eso, pero era la forma más clara y sin develar sus motivos en que podía expresarse. - Tu, eres extraña... mujer... tienes... no, no se que tienes, pero lo quiero. - en ello era sumamente sincero. - Te he estado mirando, no se desde cuando puse mi mirada en ti... pero no puedo cesar. - mantuvo un fuerte contacto visual con ella, creyendo que ella entendería su deseo y sabía, tras el tiempo en que convivió con sus compañeros, que solo decir esas palabras no bastarían.
Alzó la diestra y la pasó por el flequillo que cubría su frente, acomodando estos, queriendo acortar aún más la distancia entre ambos sin tener la intención de atacarle o forzarle. Si lo hacía, las cosas no resultarían como este lo esperaba. - ¿Me dirías tu nombre? - no había investigado a fondo a la mujer, no le agradaba hacer ese tipo de acciones, las cosas siempre han de ser cara a cara.
Detuvo su mirada en ese cuello, a la vista quizás por casualidad. Yuu relajó apenas su expresión, por mucho que ella le dijera que esa no era una actitud apropiada, Kanda estaba acostumbrado a hacerlo. Asintió luego,reafirmando de esa forma la anterior petición. - No te guíes por lo que crees ver en mi, no es necesario. - sin importarle lo que proyectaba hacia el resto, aquel aura malhumorada, ese aire iracundo que podría explotar en cosa de segundos, era algo común en él desde aquella época. Avanzó solo un poco, aún posicionándose como un obstáculo entre esa mujer y la única salida, no le permitiría salir del recinto. Alzó el mentón y arqueó una ceja al verle retroceder "¿Temerosa?", meditó y creyó que era una reacción normal.
- No había necesidad antes para que tu y yo interactuáramos, es todo. - simplificando de esa manera las cosas a su parecer, ladea el cuerpo y cierra unos momentos sus ojos, soltando un suspiro, pensando ahora que decirle que no le causase miedo o que sonara demasiado extraño. El sitio no era el más indicado.Oye a la fémina y Kanda se muestra levemente sorprendido, no era una reacción con la que se hubiese topado antes en alguno de sus perseguidos. - No es mi intención provocarte eso. - seguía diciendo oraciones sencillas, demasiado quizás. Dio más pasos acercándose directamente a ella, no le servía conversar a una distancia mayor, era impersonal.
Arrugó el entrecejo mientras ella le cuestionaba, Kanda calló, dejando una ventana de silencio entre ambos que el moreno aprovechó para poder deducir qué era lo que aquella poseía como para que él se mostrara tan atraído. - La forma en la que me aproximo a tu persona es directa, fui claro desde un inicio. Mi aspecto o presencia como tu dices, es algo netamente subjetivo. No me conoces, es obvio que caerás en el error de juzgar... pero no es eso lo que deseo discutir ahora, carece de sentido el hacerlo puesto que no cambiaré mi proceder. - no quería ser terco, pero parecía que lo era.
Ladeó su rostro, ella sonrió e incluso se disculpó por decir "tonterías", Kanda no le comprendía, volvió a mantenerse silencioso como si buscara un porqué a esa amabilidad ¿No había sido amenazante con ella? ¿por qué entonces se mostraba cooperativa? Volvió a prestarle toda su atención, molesto consigo mismo. - Yo... - decirle la verdad era peligroso, además ella seguramente no le entendería o llanamente no le creería. - Necesito estar contigo... - fácilmente se malinterpretaría eso, pero era la forma más clara y sin develar sus motivos en que podía expresarse. - Tu, eres extraña... mujer... tienes... no, no se que tienes, pero lo quiero. - en ello era sumamente sincero. - Te he estado mirando, no se desde cuando puse mi mirada en ti... pero no puedo cesar. - mantuvo un fuerte contacto visual con ella, creyendo que ella entendería su deseo y sabía, tras el tiempo en que convivió con sus compañeros, que solo decir esas palabras no bastarían.
Alzó la diestra y la pasó por el flequillo que cubría su frente, acomodando estos, queriendo acortar aún más la distancia entre ambos sin tener la intención de atacarle o forzarle. Si lo hacía, las cosas no resultarían como este lo esperaba. - ¿Me dirías tu nombre? - no había investigado a fondo a la mujer, no le agradaba hacer ese tipo de acciones, las cosas siempre han de ser cara a cara.
Última edición por Yuu Kanda el Dom Ene 05, 2014 5:48 am, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Aquel sujeto definitivamente era extraño. A pesar de ello, y de sus palabras tan frías e impersonales, como si estuviera cerrando algunas negocaciones; no desvanecí mi sonrisa en ningún mnomento, aunque esta dejaba deluciar fácilmente el nerviosismo del que era víctima. Sencillamente estaba asombrada.
-Todos necesitamos de alguien a nuestro lado, no importa lo que digas -le refuté suavemente. Me parecía totalmente inverosímil que no tuviera amigos, definitivamente cualquiera que fuera su amigo en ese estado actual que me mostraba, debería de tratarse únicamente de algún lunático. Aunque claro está, y el podría tener toda la razón del mundo, podría estar sólo prejuzgando, y por lo general no era quien juzgaba a un libro por su portada. Pero mi insititno tampoco solía equivocarse- Y cuando dije que te había visto por los jardines y corredores en alguna que otra ocasión, me refería a que tu rostro en sí no me es del todo extraño, no me estaba lamentando por no haber hablado contigo antes -le aclaré con total franqueza, tal cual me caracterizaba, y suspiré cansadamente y sólo por un breve par de segundos me permití desviar mi mirada de sus penetrantes ojos oscuros para poder cerrar los míos y tratar de mantener a raya todas mis emociones.
¿Sería cierto que sólo lo estaba juzgando de mala manera? Tal vez... y aunque el chico me erizaba la piel con su mera presencia, eso no era hecho suficiente para tenerle tanto miedo al grado de desear huir despavorida. Pero no era eso lo único, había algo en él que a la vez me mantenía retenida en mi lugar. Deseaba escapar y estar cerca de él al mismo tiempo... ¿Podría tener lógica eso acaso?
Le volví a mirar con ingenuidad, mientras escuchaba aquello último proviniendo de su grave voz, cosa que al instante provocó que mis mejillas adquirieran un suave tono rosado. Estaba más que anonadada... ¿No habría escuchado bien? No, lo más probable es que lo estaba interpretando de manera distinta a la intención de lo que quería decir Kanda. Eso era.
-Pues... -me aclaré la garganta, sin saber muy bien qué decir en esa clase de situaciones- Supongo que nadie te impide que estés junto a mí... pero no entiendo en qué te pueda beneficiar eso -un estremecimiento me recorrió todo el cuerpo al sentir su suave tacto sobre la piel de mi frente, con el propósito de acomodar mi flequillo. Aún no sabía si aquella reacción por parte de mi cuero debía considerarla como buena o mala, y realmente no deseaba averiguarlo porque estaba segura de que la respuesta me desagradaría de cierta manera- No tengo nada que te pueda interesar -le respondí con humildad mientras le devolvía su mirada sin complicaciones, y no para demostrarle que era capaz de aguantar miradas que te desnudaban el alma, o a manera de mudo desafío. Sencillamente me estaba costando no mirar aquellos ojos, que gritaban mil cosas y callaban todo a la vez. Aquellas severas facciones que, estaba segura, se morían por demostrar un poco de alegría.
¿Quizá en eso podría ayudarle? ¿A ser feliz?
Me gustaba ser útil para las personas, y si estas podían salir beneficiadas de manera positiva por mi causa, no descansaría hasta lograr que lo consiguieran. Quizá era por ello que me sentía tan atraída a él: por la nostalgia y la soledad que su sóla presencia cargaba y que lograba ocultar muy bien. Pero no a mí.
¡¿Por qué aquel sonrojo no desaparecía?! Definitivamente no era nada sencillo mantener la entereza cuando un total extraño, quien tenía cierto efecto sobre mi persona que me dejaba hipnotizada, te decía que no podía parar de mirarte, desde la primera vez que lo hizo. ¿Cómo es que debía interpretar esas palabras?
-Jimena... -musité al fin, tras unos cuantos segundos de silencio cuando cuestionó por mi nombre- Jimena Durán, y aunque sé que efecitvamente sí lo soy, me gustaría evitar la palabra extraña como un calificativo hacia mi persona -la sonrisa volvía a decorar mi rostro. Sí, lo mejor en esa situación sería actuar lo más naturalmente posible, ¿y qué mejor manera que tratar de provocarle alguna sonrisa al tiempo que le tomaba el pelo?
Sólo esperaba que no fuera lo suficientemente amargado como para que se enojara por ello...
Off: Bueno, como no estaba segura respecto a que si lo que si acomodabas era el flequillo de Jimena o el de él, pues decidí tomarlo como la primera acción. Si él se tocó su propio flequillo y quieras que edite, avísame y lo hago
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
No pensaba debatir sobre si tener gente a su lado era necesario o no,al menos no por ahora ya que no era el centro de sus necesidades y no era el motivo por el cual Yuu se acercaba a la mujer. Al escuchar esas palabras y entender que había sido notado por ella, sumado a sus últimas palabras causaron cierta confusión en Kanda que no ocultó en lo más mínimo. - No habría pensado aquello... - dijo sin mayor complicación mental. Quedó en silencio algo de tiempo, pensando cada vez más que aquella sin duda era extraña y no precisamente del modo en que la gente usaría como ofensa. Todo lo contrario. Quiso analizar mejor la situación y elegir apropiadamente sus palabras,no era alguien que pudiese manejarse bien al dialogar con el resto,debido a su personalidad con tendencias anti-sociales, suele arruinar las cosas de una u otra forma. La principal causa es su terquedad. Se mantuvo atento a la chica y cuando ella se ruborizó,aunque fuese una reacción poco notoria, no podía no ser vista en tal clara piel. "¿Mis palabras lo causaron?" pensó con curiosidad "¿Por qué?", sin saber muy bien la razón específica.
- ¿Eso quiere decir que no opondrás resistencia alguna? - algo bastante favorable al punto de vista del ángel, pero poco entendía realmente sobre lo que ella mencionaba o lo que él mismo creía que ella decía. El como ella reaccionó al toque causó que Kanda relajase la expresión, si se le mirase con detenimiento podría decirse que esbozó algo cercano a una sonrisa. Claro que duró un escaso momento. Por muy serio que fuera o muy rígido en acciones, no estaba ajeno a algo tan simple como una sonrisa. Acto que la chica frente a él realizó más veces de las que creería posibles Yuu. Acarició levemente la piel de su frente mientras le acomodaba los cabellos y separó con lentitud sus dedos. - Ya muestras cosas que me interesan y no te percatas de ello, pero dudo que lo hagas ya que depende de mi opinión...- queriendo explicarlo y que no sonase extraño.
Tras escuchar el nombre y la petición, asintió cerrando sus ojos y repitiendo en voz alta - Jimena...Durán - costándole un poco la pronunciación,pero al decirlo por segunda vez se escuchó mejor según él. Se guardó la opinión del nombre al querer utilizar la palabra "Extraño" para calificarle. Se cruzó de brazos y volvió a guardar silencio mientras miraba a la joven. - No lo digo con carácter negativo si es lo que te preocupa - siendo serio al respecto - Quisiera... - esta vez trató de no sonar demandante. - conocer más de ti.- acabó su frase esperando una respuesta positiva. La mujer aquella había causado impresión en Kanda, este podía sentir que ella no era un humano corriente y el como se mostraba ante él le daba un toque diferente a lo previsto. Acotó algo tarde - y pasar más contigo, Jimena. - dijo con un tono diferente al final, pero recién en ese momento cae en cuenta de que él no se ha presentado con propiedad y enunciar el nombre tras oír el ajeno es algo fundamental.
- Por poco lo olvido, pedí tu nombre y no he dicho el mío...- en son de lamentación - Me llamo Yuu Kanda y preferiría que usases mi apellido en vez de mi nombre. - esperando ella entendiese y no preguntase el porque de ello. para Yuu su nombre era especial y no cualquier persona podía mencionarlo. Cabe decir que su nombre no es precisamente algo grato al ser muy suave o femenino a la vista del moreno. Dejó el brazo izquierdo en el costado y movió el derecho hacia Jimena buscando el normal contacto al dar un apretón de manos.
- Jimena... ¿Saldrías conmigo? - para él no significaba lo que para los jóvenes indicaría esa pregunta,él se iba por lo textual y no por supuestos. - No sería apropiado quedarnos mucho tiempo aquí, podría venir alguien a entrometerse o echarnos - pensando en un docente o vigilante - ¿Tienes tiempo esta misma tarde? aunque puede que tengas que hacer tus deberes... sin considerar que salir así como así con alguien no era algo tan sencillo, mas Kanda lo veía muy fácil. - quizás mañana... - recordaba claramente cuando tenía exámenes y cuando debería repasar, aunque los estudios no le interesaban en lo más mínimo y solo por no querer fallar es que se aplicaba en ellos. Murmuró otros de sus pensamientos pero poco se entendería.
- ¿Eso quiere decir que no opondrás resistencia alguna? - algo bastante favorable al punto de vista del ángel, pero poco entendía realmente sobre lo que ella mencionaba o lo que él mismo creía que ella decía. El como ella reaccionó al toque causó que Kanda relajase la expresión, si se le mirase con detenimiento podría decirse que esbozó algo cercano a una sonrisa. Claro que duró un escaso momento. Por muy serio que fuera o muy rígido en acciones, no estaba ajeno a algo tan simple como una sonrisa. Acto que la chica frente a él realizó más veces de las que creería posibles Yuu. Acarició levemente la piel de su frente mientras le acomodaba los cabellos y separó con lentitud sus dedos. - Ya muestras cosas que me interesan y no te percatas de ello, pero dudo que lo hagas ya que depende de mi opinión...- queriendo explicarlo y que no sonase extraño.
Tras escuchar el nombre y la petición, asintió cerrando sus ojos y repitiendo en voz alta - Jimena...Durán - costándole un poco la pronunciación,pero al decirlo por segunda vez se escuchó mejor según él. Se guardó la opinión del nombre al querer utilizar la palabra "Extraño" para calificarle. Se cruzó de brazos y volvió a guardar silencio mientras miraba a la joven. - No lo digo con carácter negativo si es lo que te preocupa - siendo serio al respecto - Quisiera... - esta vez trató de no sonar demandante. - conocer más de ti.- acabó su frase esperando una respuesta positiva. La mujer aquella había causado impresión en Kanda, este podía sentir que ella no era un humano corriente y el como se mostraba ante él le daba un toque diferente a lo previsto. Acotó algo tarde - y pasar más contigo, Jimena. - dijo con un tono diferente al final, pero recién en ese momento cae en cuenta de que él no se ha presentado con propiedad y enunciar el nombre tras oír el ajeno es algo fundamental.
- Por poco lo olvido, pedí tu nombre y no he dicho el mío...- en son de lamentación - Me llamo Yuu Kanda y preferiría que usases mi apellido en vez de mi nombre. - esperando ella entendiese y no preguntase el porque de ello. para Yuu su nombre era especial y no cualquier persona podía mencionarlo. Cabe decir que su nombre no es precisamente algo grato al ser muy suave o femenino a la vista del moreno. Dejó el brazo izquierdo en el costado y movió el derecho hacia Jimena buscando el normal contacto al dar un apretón de manos.
- Jimena... ¿Saldrías conmigo? - para él no significaba lo que para los jóvenes indicaría esa pregunta,él se iba por lo textual y no por supuestos. - No sería apropiado quedarnos mucho tiempo aquí, podría venir alguien a entrometerse o echarnos - pensando en un docente o vigilante - ¿Tienes tiempo esta misma tarde? aunque puede que tengas que hacer tus deberes... sin considerar que salir así como así con alguien no era algo tan sencillo, mas Kanda lo veía muy fácil. - quizás mañana... - recordaba claramente cuando tenía exámenes y cuando debería repasar, aunque los estudios no le interesaban en lo más mínimo y solo por no querer fallar es que se aplicaba en ellos. Murmuró otros de sus pensamientos pero poco se entendería.
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Aunque sabía que de cierta manera estaba siendo un tanto mal educada al mirarlo con tanta fijeza, sencillamente me era imposible el apartar la vista. ¿Qué tenía él que me deseaba quedarme a su lado y huir al mismo tiempo? Por más que trataba de meditar en la respuesta a esa incógnita formada desde el momento en que nos quedamos solos, no podía encontrar nada satisfactorio que saciara mi curiosidad.
¿Resistencia? ¿A qué se refería con eso? Por un momento fui incapaz de tomar aire y mis ojos delataron tanto la sorpresa como el temor que me causó su pregunta. ¿Acaso planeaba hacerme algo raro? ¡Efectivamente mi instinto no se había equivocado! ¡Corría peligro a su lado!
Pero el ver el amago de sonrisa que apareció fugazmente en sus labios instantes después, cuando sus dedos dejaron de rozar mi piel, hizo que abortara toda clase de planes absurdos para lograr escapar. Y ayudó a que quedara brevemente hipnotizada con aquella acción.
Ahora me quedaba más claro que nunca, el porqué mi camino se había tenido que encontrar con el de él. Siempre había creido en algo superior a nosotros que ayudaba a controlar, si no todas las cosas de la vida, al menos sí algunas situaciones que favorecían para que cada uno pudiera forjar su camino de mejor o peor manera. El estar aquí frente a él no era cosa del azar, algo me instaba, casi obligaba, a querer ayudarle de una y otra forma. Quizá quisiera aparentar sus verdaderos sentimientos, y ciertamente se le daba muy bien hacerlo, pero había algo en él que me dejaba en claro que se trataba de una persona solitaria. Ya fuera por voluntad propia o no, pero lo era.
Y si yo podía dar un poco de alegría a su existir, que así fuera.
Sonreí sin poder evitarlo ante aquella efímera insinuación de sonrisa que me había obsequiado, y por la forma tan curiosa en que pronunciaba mi nombre. Era más que notorio que nuestros lugares de procedencia eran totalmente distintos.
Aún no estaba segura a qué significado exacto le estaba confiriendo a sus palabras, pero podía hacerme una clara idea de que no era aquello que cualquiera pensaría; por lo que yo me mostraría natural ante la situación y me acoplaría de acuerdo a lo que suponía que serían sus reales intenciones. Esperaba que no se fuera a armar un mal entendido con todo aquello...
-Es un gusto, Kanda -le dediqué una sonrisa sincera y le tomé con suavidad de la mano que él me extendía con educación, sellando así el ritual habitual para cuando dos personas se conocen por primera vez- No tengo ningún lío en que trates de conocerme... sólo espero no defraudarte con ello -solté su mano, pero mi sonrisa no desapareció.
Fruncí ligeramente el ceño para segundos después alzar con elegante incredulidad una de mis cejas. Entendía que no me pedía aquello con la idea de pedirme una cita, más bien pensaba que se trataba de dar una vuelta por allí, lo más normal del mundo. ¿Pero qué asunto era el que quería tratar conmigo? Esa era mi interrogante.
Lo miré con fijeza y ligero asombro, en silencio, sólo por unos segundos. Eché una fugaz mirada a la mochila que tenía colgada en mi hombro y me mordí ligeramente el labio. Tenía que repasar la lección de la tarde, debido a mi eterna y constante distracción, y había planeado hacerlo aquella misma noche en la biblioteca, para no atrasarme mucho con la materia.
-Claro, realmente no tengo algo de vital importancia que hacer -respondí segundos después, a pesar de mi breve determinación de rechazar su ofrecimiento. Volví a fijar mi mirada en su semblante y le sonreí suavemente. ¿Por qué mi cuerpo y reflejos actuaban al unísono y por voluntad propia? No era justo. Caminé con seguridad rumbo a la salida, esquivando su cuerpo sin más y con la esperanza de que esta vez dejara de acorralarme y me permitiera el andar hacia la salida. Me detuve cuando sólo di un par de pasos, y volteé a verlo- ¿Vamos? Yo te sigo
¿Resistencia? ¿A qué se refería con eso? Por un momento fui incapaz de tomar aire y mis ojos delataron tanto la sorpresa como el temor que me causó su pregunta. ¿Acaso planeaba hacerme algo raro? ¡Efectivamente mi instinto no se había equivocado! ¡Corría peligro a su lado!
Pero el ver el amago de sonrisa que apareció fugazmente en sus labios instantes después, cuando sus dedos dejaron de rozar mi piel, hizo que abortara toda clase de planes absurdos para lograr escapar. Y ayudó a que quedara brevemente hipnotizada con aquella acción.
Ahora me quedaba más claro que nunca, el porqué mi camino se había tenido que encontrar con el de él. Siempre había creido en algo superior a nosotros que ayudaba a controlar, si no todas las cosas de la vida, al menos sí algunas situaciones que favorecían para que cada uno pudiera forjar su camino de mejor o peor manera. El estar aquí frente a él no era cosa del azar, algo me instaba, casi obligaba, a querer ayudarle de una y otra forma. Quizá quisiera aparentar sus verdaderos sentimientos, y ciertamente se le daba muy bien hacerlo, pero había algo en él que me dejaba en claro que se trataba de una persona solitaria. Ya fuera por voluntad propia o no, pero lo era.
Y si yo podía dar un poco de alegría a su existir, que así fuera.
Sonreí sin poder evitarlo ante aquella efímera insinuación de sonrisa que me había obsequiado, y por la forma tan curiosa en que pronunciaba mi nombre. Era más que notorio que nuestros lugares de procedencia eran totalmente distintos.
Aún no estaba segura a qué significado exacto le estaba confiriendo a sus palabras, pero podía hacerme una clara idea de que no era aquello que cualquiera pensaría; por lo que yo me mostraría natural ante la situación y me acoplaría de acuerdo a lo que suponía que serían sus reales intenciones. Esperaba que no se fuera a armar un mal entendido con todo aquello...
-Es un gusto, Kanda -le dediqué una sonrisa sincera y le tomé con suavidad de la mano que él me extendía con educación, sellando así el ritual habitual para cuando dos personas se conocen por primera vez- No tengo ningún lío en que trates de conocerme... sólo espero no defraudarte con ello -solté su mano, pero mi sonrisa no desapareció.
Fruncí ligeramente el ceño para segundos después alzar con elegante incredulidad una de mis cejas. Entendía que no me pedía aquello con la idea de pedirme una cita, más bien pensaba que se trataba de dar una vuelta por allí, lo más normal del mundo. ¿Pero qué asunto era el que quería tratar conmigo? Esa era mi interrogante.
Lo miré con fijeza y ligero asombro, en silencio, sólo por unos segundos. Eché una fugaz mirada a la mochila que tenía colgada en mi hombro y me mordí ligeramente el labio. Tenía que repasar la lección de la tarde, debido a mi eterna y constante distracción, y había planeado hacerlo aquella misma noche en la biblioteca, para no atrasarme mucho con la materia.
-Claro, realmente no tengo algo de vital importancia que hacer -respondí segundos después, a pesar de mi breve determinación de rechazar su ofrecimiento. Volví a fijar mi mirada en su semblante y le sonreí suavemente. ¿Por qué mi cuerpo y reflejos actuaban al unísono y por voluntad propia? No era justo. Caminé con seguridad rumbo a la salida, esquivando su cuerpo sin más y con la esperanza de que esta vez dejara de acorralarme y me permitiera el andar hacia la salida. Me detuve cuando sólo di un par de pasos, y volteé a verlo- ¿Vamos? Yo te sigo
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Agradeció en silencio que siguiera su indicación ante su nombre, más porque no cuestionó su petición que por otra cosa. Movió tranquilamente su mano al recibir el tacto ajeno, acto que duró lo pertinente. - No se si decir "Espero lo mismo" o un "ya veremos", por lo que diré que es algo a lo que no tengo un comentario decente. - dijo con su seriedad habitual. Continuó mirando a la joven a la espera de su respuesta, repasó mentalmente lo que debía hacer esa tarde, quizás fué muy precipitado el haber pedido algo de tiempo, pero lo dicho por Jimena le dejó más tranquilo, al menos ella no parecía estar complicada con lo académico.
- Entonces todo bien. - observó su andar y no efectuó acción para detenerle, todo lo contrario, se movió para dejarle pasar con libertad. Yuu al poco tiempo le siguió y pasó, posicionándose en la entrada y luego fuera de la habitación. Pensó en un lugar donde ella se sintiera cómoda, no era un ser tan desconsiderado, pero le fué difícil ya que siempre lo veía por él mismo.
"Quizás una vez estemos en el patio, se me ocurra algo mejor..." Dudó breves momentos, deteniendo sus pasos y volteó a ver a la mujer. - Aún es temprano, ¿te apetece ir fuera de la academia? - si respondía que si, sería mucho mejor aunque implicase más tiempo al tener en cuenta el trayecto de ida y vuelta. - A esta hora seguramente haya mucha gente en el patio principal y en la cafetería,sería molesto tener muchos alumnos alrededor... -dejando entrever que no le era agradable estar entre estudiantes, le causaban cierto desespero y más los de cursos menores. Regresó a su caminata y aún pensaba sobre lo anterior, prefiriendo estar fuera de Greenlight. Procuró no dejar muy atrás a Jimena, no quería perderle de vista, no ahora que le había abordado.
Quedó callado durante el viaje, no fué muy largo ya que solo consistía en avanzar por el pasillo y luego bajar las escaleras hacia la salida del edificio principal. Kanda miró de reojo a quienes aún merodeaban en el pasillo y las salas próximas, por alguna razón no hubo gente bajando al momento en que él hizo uso de las escaleras. Descendió las mencionadas algo rápido y al estar abajo, alzó la mirada en busca de Jimena. Puso la diestra sobre el dorso de su bolso,el cual parecía maletín y colgaba a su lado derecho, le acomodó y volvió a caminar cuando la otra estuvo a su lado. Se dirigió a la salida,era una amplia puerta que estaba completamente abierta y desde el exterior aún ingresaba una fuerte luz, diferenciándose con el interior.
- Entonces todo bien. - observó su andar y no efectuó acción para detenerle, todo lo contrario, se movió para dejarle pasar con libertad. Yuu al poco tiempo le siguió y pasó, posicionándose en la entrada y luego fuera de la habitación. Pensó en un lugar donde ella se sintiera cómoda, no era un ser tan desconsiderado, pero le fué difícil ya que siempre lo veía por él mismo.
"Quizás una vez estemos en el patio, se me ocurra algo mejor..." Dudó breves momentos, deteniendo sus pasos y volteó a ver a la mujer. - Aún es temprano, ¿te apetece ir fuera de la academia? - si respondía que si, sería mucho mejor aunque implicase más tiempo al tener en cuenta el trayecto de ida y vuelta. - A esta hora seguramente haya mucha gente en el patio principal y en la cafetería,sería molesto tener muchos alumnos alrededor... -dejando entrever que no le era agradable estar entre estudiantes, le causaban cierto desespero y más los de cursos menores. Regresó a su caminata y aún pensaba sobre lo anterior, prefiriendo estar fuera de Greenlight. Procuró no dejar muy atrás a Jimena, no quería perderle de vista, no ahora que le había abordado.
Quedó callado durante el viaje, no fué muy largo ya que solo consistía en avanzar por el pasillo y luego bajar las escaleras hacia la salida del edificio principal. Kanda miró de reojo a quienes aún merodeaban en el pasillo y las salas próximas, por alguna razón no hubo gente bajando al momento en que él hizo uso de las escaleras. Descendió las mencionadas algo rápido y al estar abajo, alzó la mirada en busca de Jimena. Puso la diestra sobre el dorso de su bolso,el cual parecía maletín y colgaba a su lado derecho, le acomodó y volvió a caminar cuando la otra estuvo a su lado. Se dirigió a la salida,era una amplia puerta que estaba completamente abierta y desde el exterior aún ingresaba una fuerte luz, diferenciándose con el interior.
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
No estaba segura de que aquello fuera una buena idea, por lo general seguía lo que me dictaba mi instinto ya que este no solía equivocarse. ¿Pero qué se suponía que debía hacer si este se encontraba dividido en dos con opiniones totalmente diferentes?
Todo él, su aura que le rodeaba, definitivamente hacía que mi cuerpo reaccionara de una sola manera: "huye, huye lo más lejos que puedas y no regreses a toparte con él. Jamás". Pero también tenía algo que me instaba a quedarme a su lado, aquella soledad que emanaba, aunque quizá él ni muchos otros se dieran cuenta de ella, provocaba que deseara borrarla de su ser; demostrarle la verdadera maravilla de la vida y la alegría que esta causaba. Él no estaba solo, nadie lo estaba. Por eso quería estar con él, para que se percatara de este hecho. Nadie en este mundo merecía sufrir de ninguna manera, yo en realidad tenía la fiel creencia de eso. ¿Sería posible para mí demostrárselo a él?
Lo observé de reojo mientras caminábamos, y sin poder evitarlo sonreí suavemente. ¿Por qué se empeñaba en eregir aquel muro impenetrable entre él y los demás? ¿Por qué mostraba aquel semblante tan serio y desinteresado, como si nunca antes hubiera sido obsequiado con cariño? ¿En realidad... había sufrido tanto?
Mientras no averiguara sus verdaderas intenciones, lo mejor sería no acercarme demasiado a él. Mantenernos en lugares públicos donde cualquiera pudiera reconocernos era lo mejor. Aunque ya lo sabía, aún así siempre terminaba actuando por mero impulso y lo único a lo que me limité fue a asentir y sonreír ante su propuesta de embarcarnos en una salida, fuera de los muros de la academia.
-Me parece bien, si a ti te parece bien -volteé a verlo, obsequiándole una radiante sonrisa- Pero te confesaré que... desde que mi padre me instaló en este lugar, no he salido de los terrenos de la institución... Así que deberás guiarme... -aparté la mirada, avergonzada al declarar esto, y la fijé al frente mientras bajábamos las escaleras. Obviamente no quise quedarme atrás cuando él las bajó rápidamente, por lo que hice lo mismo que él y brinqué los escalones de dos en dos al tiempo que me sujetaba con fuerza del barandal. Sabía de mi propia torpeza en varias situaciones y lo mejor no era arriesgarme a cometer ninguna imprudencia en presencia del pelinegro. No quería que pensara que era alguien vulnerable- Dime, Kanda -brinqué los últimos dos escalones y aterricé lo mejor posible a su lado, trastabillando ligeramente al hacerlo. Traté de mantener el equilibrio extendiendo ambos brazos y una vez recuperada, sonreí victoriosa y volví a fijar mis ojos rojizos en los oscuros de él- ¿Por qué no te agrada la gente?
Sus palabras de no desear tener a otras personas a nuestro alrededor debieron alertarme, hacerme sospechar que algo malo planeaba conmigo para no desear tener testigos. Pero no fue así, por extraño que pareciera... en ese preciso momento confiaba en él. Esperé por su respuesta, si es que esta llegaba, mientras apresuraba mi paso para igualar las rápidas zancadas de mi acompañante, quien ya se dirigía hacia la salida del edificio.
Todo él, su aura que le rodeaba, definitivamente hacía que mi cuerpo reaccionara de una sola manera: "huye, huye lo más lejos que puedas y no regreses a toparte con él. Jamás". Pero también tenía algo que me instaba a quedarme a su lado, aquella soledad que emanaba, aunque quizá él ni muchos otros se dieran cuenta de ella, provocaba que deseara borrarla de su ser; demostrarle la verdadera maravilla de la vida y la alegría que esta causaba. Él no estaba solo, nadie lo estaba. Por eso quería estar con él, para que se percatara de este hecho. Nadie en este mundo merecía sufrir de ninguna manera, yo en realidad tenía la fiel creencia de eso. ¿Sería posible para mí demostrárselo a él?
Lo observé de reojo mientras caminábamos, y sin poder evitarlo sonreí suavemente. ¿Por qué se empeñaba en eregir aquel muro impenetrable entre él y los demás? ¿Por qué mostraba aquel semblante tan serio y desinteresado, como si nunca antes hubiera sido obsequiado con cariño? ¿En realidad... había sufrido tanto?
Mientras no averiguara sus verdaderas intenciones, lo mejor sería no acercarme demasiado a él. Mantenernos en lugares públicos donde cualquiera pudiera reconocernos era lo mejor. Aunque ya lo sabía, aún así siempre terminaba actuando por mero impulso y lo único a lo que me limité fue a asentir y sonreír ante su propuesta de embarcarnos en una salida, fuera de los muros de la academia.
-Me parece bien, si a ti te parece bien -volteé a verlo, obsequiándole una radiante sonrisa- Pero te confesaré que... desde que mi padre me instaló en este lugar, no he salido de los terrenos de la institución... Así que deberás guiarme... -aparté la mirada, avergonzada al declarar esto, y la fijé al frente mientras bajábamos las escaleras. Obviamente no quise quedarme atrás cuando él las bajó rápidamente, por lo que hice lo mismo que él y brinqué los escalones de dos en dos al tiempo que me sujetaba con fuerza del barandal. Sabía de mi propia torpeza en varias situaciones y lo mejor no era arriesgarme a cometer ninguna imprudencia en presencia del pelinegro. No quería que pensara que era alguien vulnerable- Dime, Kanda -brinqué los últimos dos escalones y aterricé lo mejor posible a su lado, trastabillando ligeramente al hacerlo. Traté de mantener el equilibrio extendiendo ambos brazos y una vez recuperada, sonreí victoriosa y volví a fijar mis ojos rojizos en los oscuros de él- ¿Por qué no te agrada la gente?
Sus palabras de no desear tener a otras personas a nuestro alrededor debieron alertarme, hacerme sospechar que algo malo planeaba conmigo para no desear tener testigos. Pero no fue así, por extraño que pareciera... en ese preciso momento confiaba en él. Esperé por su respuesta, si es que esta llegaba, mientras apresuraba mi paso para igualar las rápidas zancadas de mi acompañante, quien ya se dirigía hacia la salida del edificio.
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Se sentía algo extraño, tener que salir con una persona de la forma en la que estaba con Jimena era algo que jamás tuvo que planificar o idear, pero ahora estaba por tener algo cercano a una cita. Obviamente esto distaba mucho de una cita normal, Kanda solo lo vería como una salida y ya, por lo pronto solo quería conocerla un poco más y entender mejor el porqué de su atracción hacia la fémina.
Prestó atención a sus palabras, enarcó una ceja y le informó - pues... yo tampoco se de muchos sitios, es más, podría decir que sólo conozco un sitio a la perfección en Canberra. - hizo memoria - he paseado por la ciudad, así que no nos perderíamos si es lo que te preocupa. -Para Kanda el no perderse era importante y pensó que Jimena se refería a eso más que el estar en un sitio agradable. No le informó de inmediato sobre el sitio que tenía en mente, ya lo haría más adelante. Terminó de bajar las escaleras prestando mucha atención a la joven, sus acciones le causaban curiosidad, pareciera tener señas de torpeza y eso era extraño. No diría algo sobre eso, no por creer que fuese de mala educación, sino que no se sentía cómodo expresando abiertamente su sentir pensar.
Miró a la mujer cuando esta le habló, detuvo incluso sus pasos unos momentos, solo escasos segundos ya que Jimena seguía de cerca a Kanda contrario a lo que esperaba el mismo. - dime... - escuchó y se mostró notoriamente sorprendido por eso, pese aque es evidente que se aleja de las grandes masas, no creyó que alguien le preguntaría eso o le importaría lo mínimo como para cuestionarle. - Agradar... ¿por qué - titubeó un momento - ¿por qué me preguntas eso? - mencionó al no saber como responder de inmediato. - No es que no me agrade el resto, no los conozco. - se sumergió en recuerdos y pensamientos sobre personas que ya conocía, cosas de las que desearía no recordar. - Las personas, si no son estúpidas... te defraudan. - dijo queriendo explicarle mejor, pero no podía encontrar mejores palabras. Le miraba de reojo ya que no volvió a detener sus pasos al comprobar que ella le seguía, aunque si comenzó a caminar un poco más lento sin darse cuenta de que estaba siendo "considerado".
- Tener que lidiar con la estupidez o con la deslealtad es algo que no me interesa - agregó apenas salieron del gran edificio. - Te preguntarás, seguramente, el porqué me acerqué a tí teniendo eso en mente ¿no? - comentó y alzó la mirada para ver aquel cielo. Restaba pasar por el patio principal, el cual era prácticamente un jardín gigante. La entrada al cercado de la academia estaba a muchos metros, por lo que mantenerse en silencio era algo además de aburrido, un hecho que seguramente volvería las cosas algo incómodas. - Me interesas, quizás tu no seas ni uno ni lo otro - dijo de repente en referencia a ser estúpida o desleal. - pero, es algo donde podría equivocarme. Últimamente tiendo a errar... - siendo lo último más un murmuro a si mismo que algo hacia la chica.
- Jimena, ¿por qué aceptaste venir conmigo? - "Yo me habría dicho que no..." volteó el rostro hacia donde estaba ella, deseando una respuesta honesta y creía que la recibiría. Tuvo cuidado de no chocar a nadie, ya que por ese sendero no eran los únicos alumnos deambulando pese a que ya habían pasado varios minutos tras la salida de clases. - Si no quieres decirme la verdad, solo guarda silencio. Prefiero la omisión a la mentira. - aunque en estricto rigor, prefería por sobre todo la verdad.
Prestó atención a sus palabras, enarcó una ceja y le informó - pues... yo tampoco se de muchos sitios, es más, podría decir que sólo conozco un sitio a la perfección en Canberra. - hizo memoria - he paseado por la ciudad, así que no nos perderíamos si es lo que te preocupa. -Para Kanda el no perderse era importante y pensó que Jimena se refería a eso más que el estar en un sitio agradable. No le informó de inmediato sobre el sitio que tenía en mente, ya lo haría más adelante. Terminó de bajar las escaleras prestando mucha atención a la joven, sus acciones le causaban curiosidad, pareciera tener señas de torpeza y eso era extraño. No diría algo sobre eso, no por creer que fuese de mala educación, sino que no se sentía cómodo expresando abiertamente su sentir pensar.
Miró a la mujer cuando esta le habló, detuvo incluso sus pasos unos momentos, solo escasos segundos ya que Jimena seguía de cerca a Kanda contrario a lo que esperaba el mismo. - dime... - escuchó y se mostró notoriamente sorprendido por eso, pese aque es evidente que se aleja de las grandes masas, no creyó que alguien le preguntaría eso o le importaría lo mínimo como para cuestionarle. - Agradar... ¿por qué - titubeó un momento - ¿por qué me preguntas eso? - mencionó al no saber como responder de inmediato. - No es que no me agrade el resto, no los conozco. - se sumergió en recuerdos y pensamientos sobre personas que ya conocía, cosas de las que desearía no recordar. - Las personas, si no son estúpidas... te defraudan. - dijo queriendo explicarle mejor, pero no podía encontrar mejores palabras. Le miraba de reojo ya que no volvió a detener sus pasos al comprobar que ella le seguía, aunque si comenzó a caminar un poco más lento sin darse cuenta de que estaba siendo "considerado".
- Tener que lidiar con la estupidez o con la deslealtad es algo que no me interesa - agregó apenas salieron del gran edificio. - Te preguntarás, seguramente, el porqué me acerqué a tí teniendo eso en mente ¿no? - comentó y alzó la mirada para ver aquel cielo. Restaba pasar por el patio principal, el cual era prácticamente un jardín gigante. La entrada al cercado de la academia estaba a muchos metros, por lo que mantenerse en silencio era algo además de aburrido, un hecho que seguramente volvería las cosas algo incómodas. - Me interesas, quizás tu no seas ni uno ni lo otro - dijo de repente en referencia a ser estúpida o desleal. - pero, es algo donde podría equivocarme. Últimamente tiendo a errar... - siendo lo último más un murmuro a si mismo que algo hacia la chica.
- Jimena, ¿por qué aceptaste venir conmigo? - "Yo me habría dicho que no..." volteó el rostro hacia donde estaba ella, deseando una respuesta honesta y creía que la recibiría. Tuvo cuidado de no chocar a nadie, ya que por ese sendero no eran los únicos alumnos deambulando pese a que ya habían pasado varios minutos tras la salida de clases. - Si no quieres decirme la verdad, solo guarda silencio. Prefiero la omisión a la mentira. - aunque en estricto rigor, prefería por sobre todo la verdad.
Invitado- Invitado
Re: ¿Por qué intentas acorralarme? {Yuu Kanda}
Ladeé el rostro con incredulidad cuando él se detuvo un par de segundos a observarme, tras aquella pregunta que tanta curiosidad tenía de saber la respuesta. Al parecer lo había agarrado desprevenido, y el ver su breve expresión de sorpresa me dio una ligera esperanza. Quizá, en el fondo, no fuera tan huraño y encerrado como las primeras apariencias debajan ver; tal vez no fuera tan serio e inexpresivo después de todo.
Sin embargo, al tiempo que iba escuchando su respuesta y explicación, y reanudábamos la marcha, no pude evitar fruncir ligeramente el ceño, indignada. ¿Qué era lo que estaba escuchando decir? ¡No todas las personas eramos o estúpidas o desleales! Eso era una vil mentira.
Le miré de reojo, sabiendo a claras que no iba a poder descubrir nada más allá de lo que decía en su expresión, o en su mirada. Era tan cerrado como una caja fuerte cuya combinación era totalmente desconocida. Y eso sólo acentuaba más aquel sentimiento de desear permanecer a su lado y demostrarle que estaba equivocado, que no estaba solo.
-¿Sabes? Las personas no somos como dices -volví a fijar mi vista al frente, atenta a mi alrededor y caminar para evitar de esta manera cualquier tropiezo con alguien o algo, mientras atravesábamos el enorme jardín. Fue justo en ese momento que me percaté que el otro había disminuido su andar para darme oportunidad de seguirle el ritmo. Sonreí- La verdad es que no sé qué clase de experiencias has tenido que pasar con otras personas, pero hablas como si estudiaras a los demás como lo haría un científico en su rama, y perdona si te digo que estás equivocado -mi voz era suave, tratando en todo lo posible que mis palabras sonaran todo menos a un sermón o algo parecido- No puedes clasificar a todos en dos bloques, cada uno es especial a su manera y ese "algo" que tienen, es lo que los hace imposible el ser catalogados... ¿Qué pasaría si te encuentras a alguien que no sea ni estúpida ni desleal? ¿En qué bloque la vas a meter? -guardé silencio sólo por unos segundos, para darle oportunidad a que pensara en ello, sin esperar respuesta alguna por su parte. Una suave sonrisa volvió a aparecer en mi rostro y le volteé a ver, obsequiándosela plenamente- Gracias por darme una oportunidad de demostrarte que no soy como tú crees que todos los demás son, sin embargo... creo que esa es una oportunidad que deberías dártela tú mismo, esa de permitirte conocer a otros para que puedas descubrir lo especial que hay en cada uno. No puedes quedarte sólo con primeras o segundas impresiones -me encogí de hombros- pero esa es mi manera de pensar y sólo te la comparto. Al final de todo, ¿quién soy yo para decirte esto? -reí suavemente y procuré centrar en mi andar.
Parpadeé un par de veces, ante su pregunta, y volví a enfocar mis orbes rojizas en el perfil de él.
-¿Por qué habría de mentirte? No me gusta que me mientan, por eso yo no miento -me permití tomar unos cuantos segundos de silencio, para formular mi respuesta- Acepté estar en tu compañía por el simple hecho de que siento que lo necesitas -aclaré con sencillez y sinceridad- Podría equivocarme... pero siento que eres una persona solitaria, hay mucha soledad en tu mirada... y no me gusta eso -me ruboricé parcialmente, por lo que desvié ligeramente mi rostro hacia el otro lado, contrario a donde él estaba, para que no pudiera darse cuenta de este hecho- Es por eso que deseo estar contigo, porque no quiero que te sientas solo...
Guardé silencio, esperando que mis palabras no lo fueran a incomodar, o hayan sido desagradables de oír. Al fin y al cabo me estaba metiendo en algo muy personal e íntimo para él, y yo sólo era una simple... extraña para él. Cerré los ojos con fuerza y me encogí levemente al darme cuenta de esto, deseando internamente, con toda mi fuerza, que no se fuera a enojar con mi entromisión. Pero él había pedido la verdad y yo no estaba dispuesta a entregar lo contrario, odiaba las mentiras y traiciones.
Abrí los ojos de nueva cuenta, consciente de que si seguía así terminaría estrellando contra alguien, y lo primero que vi fue a la pequeña cosa peluda encima de una de las bardas que rodeaban las instalaciones de la academia, la del lado izquierdo de la entrada principal, de la cual ya estábamos muy cerca. Exclamé con deleite al darme cuenta de qué era y sin esperar a una reacción por parte del contrario, eché a correr impulsivamente, virando ligeramente el rostro para mirarlo a él por encima del hombro y sonreirle, radiante.
-¡Mira, Kanda, un gatito! -sin esperar a ser alcanzada, libré los pocos metros que me separaban de la barda y en cuanto llegue a esta, alcé la mirada a lo alto para observar al pobre animal que maullaba suavemente, en búsqueda de poder bajar de ese lugar- Pobrecito... -me puse de puntitas y estiré mi brazo y cuerpo lo más que pude para alcanzarlo, pero era demasiado alto para mí. Miré a mi alrededor, en búsqueda de algo que me pudiera ayudar o de alguna idea de qué hacer. El pequeño comenzó a maullar con más fuerza- En un momento te bajo, tranquilo -le hablé tranquilizadoramente, sonriendo suavemente y tratando de trasmitirle serenidad mediante mis gestos y voz.- ¡Perfecto! -di un par de pasos más hacia mi derecha, donde un montón de troncos me ayudarían como escaleras para alcanzar lo más alto. Como pude, comencé a subir encima de estos, sujetándome en todo momento de la pared lo mejor posible, pero al llegar al tronco que se encontraba encima de todos, este rodó hacia abajo, provocando que perdiera por completo el equilibrio de mi cuerpo y que este comenzara a caer al vacío.
Todo sucedía como en cámara lenta, en un segundo estaba ya casi por sujetar el borde de la pared, y al segundo siguiente mi mano perdió la seguridad y mi cuerpo se precipitaba hacia el suelo, sólo era cuestión de instantes para ser recibida dolorosamente por el suelo. No grité, al fin y al cabo ya estaba acostumbrada, pero sí abrí los ojos desmesuradamente y contuve la respiración al no tener manera alguna de sujetarme y evitar la caída.
Sin embargo, al tiempo que iba escuchando su respuesta y explicación, y reanudábamos la marcha, no pude evitar fruncir ligeramente el ceño, indignada. ¿Qué era lo que estaba escuchando decir? ¡No todas las personas eramos o estúpidas o desleales! Eso era una vil mentira.
Le miré de reojo, sabiendo a claras que no iba a poder descubrir nada más allá de lo que decía en su expresión, o en su mirada. Era tan cerrado como una caja fuerte cuya combinación era totalmente desconocida. Y eso sólo acentuaba más aquel sentimiento de desear permanecer a su lado y demostrarle que estaba equivocado, que no estaba solo.
-¿Sabes? Las personas no somos como dices -volví a fijar mi vista al frente, atenta a mi alrededor y caminar para evitar de esta manera cualquier tropiezo con alguien o algo, mientras atravesábamos el enorme jardín. Fue justo en ese momento que me percaté que el otro había disminuido su andar para darme oportunidad de seguirle el ritmo. Sonreí- La verdad es que no sé qué clase de experiencias has tenido que pasar con otras personas, pero hablas como si estudiaras a los demás como lo haría un científico en su rama, y perdona si te digo que estás equivocado -mi voz era suave, tratando en todo lo posible que mis palabras sonaran todo menos a un sermón o algo parecido- No puedes clasificar a todos en dos bloques, cada uno es especial a su manera y ese "algo" que tienen, es lo que los hace imposible el ser catalogados... ¿Qué pasaría si te encuentras a alguien que no sea ni estúpida ni desleal? ¿En qué bloque la vas a meter? -guardé silencio sólo por unos segundos, para darle oportunidad a que pensara en ello, sin esperar respuesta alguna por su parte. Una suave sonrisa volvió a aparecer en mi rostro y le volteé a ver, obsequiándosela plenamente- Gracias por darme una oportunidad de demostrarte que no soy como tú crees que todos los demás son, sin embargo... creo que esa es una oportunidad que deberías dártela tú mismo, esa de permitirte conocer a otros para que puedas descubrir lo especial que hay en cada uno. No puedes quedarte sólo con primeras o segundas impresiones -me encogí de hombros- pero esa es mi manera de pensar y sólo te la comparto. Al final de todo, ¿quién soy yo para decirte esto? -reí suavemente y procuré centrar en mi andar.
Parpadeé un par de veces, ante su pregunta, y volví a enfocar mis orbes rojizas en el perfil de él.
-¿Por qué habría de mentirte? No me gusta que me mientan, por eso yo no miento -me permití tomar unos cuantos segundos de silencio, para formular mi respuesta- Acepté estar en tu compañía por el simple hecho de que siento que lo necesitas -aclaré con sencillez y sinceridad- Podría equivocarme... pero siento que eres una persona solitaria, hay mucha soledad en tu mirada... y no me gusta eso -me ruboricé parcialmente, por lo que desvié ligeramente mi rostro hacia el otro lado, contrario a donde él estaba, para que no pudiera darse cuenta de este hecho- Es por eso que deseo estar contigo, porque no quiero que te sientas solo...
Guardé silencio, esperando que mis palabras no lo fueran a incomodar, o hayan sido desagradables de oír. Al fin y al cabo me estaba metiendo en algo muy personal e íntimo para él, y yo sólo era una simple... extraña para él. Cerré los ojos con fuerza y me encogí levemente al darme cuenta de esto, deseando internamente, con toda mi fuerza, que no se fuera a enojar con mi entromisión. Pero él había pedido la verdad y yo no estaba dispuesta a entregar lo contrario, odiaba las mentiras y traiciones.
Abrí los ojos de nueva cuenta, consciente de que si seguía así terminaría estrellando contra alguien, y lo primero que vi fue a la pequeña cosa peluda encima de una de las bardas que rodeaban las instalaciones de la academia, la del lado izquierdo de la entrada principal, de la cual ya estábamos muy cerca. Exclamé con deleite al darme cuenta de qué era y sin esperar a una reacción por parte del contrario, eché a correr impulsivamente, virando ligeramente el rostro para mirarlo a él por encima del hombro y sonreirle, radiante.
-¡Mira, Kanda, un gatito! -sin esperar a ser alcanzada, libré los pocos metros que me separaban de la barda y en cuanto llegue a esta, alcé la mirada a lo alto para observar al pobre animal que maullaba suavemente, en búsqueda de poder bajar de ese lugar- Pobrecito... -me puse de puntitas y estiré mi brazo y cuerpo lo más que pude para alcanzarlo, pero era demasiado alto para mí. Miré a mi alrededor, en búsqueda de algo que me pudiera ayudar o de alguna idea de qué hacer. El pequeño comenzó a maullar con más fuerza- En un momento te bajo, tranquilo -le hablé tranquilizadoramente, sonriendo suavemente y tratando de trasmitirle serenidad mediante mis gestos y voz.- ¡Perfecto! -di un par de pasos más hacia mi derecha, donde un montón de troncos me ayudarían como escaleras para alcanzar lo más alto. Como pude, comencé a subir encima de estos, sujetándome en todo momento de la pared lo mejor posible, pero al llegar al tronco que se encontraba encima de todos, este rodó hacia abajo, provocando que perdiera por completo el equilibrio de mi cuerpo y que este comenzara a caer al vacío.
Todo sucedía como en cámara lenta, en un segundo estaba ya casi por sujetar el borde de la pared, y al segundo siguiente mi mano perdió la seguridad y mi cuerpo se precipitaba hacia el suelo, sólo era cuestión de instantes para ser recibida dolorosamente por el suelo. No grité, al fin y al cabo ya estaba acostumbrada, pero sí abrí los ojos desmesuradamente y contuve la respiración al no tener manera alguna de sujetarme y evitar la caída.
Invitado- Invitado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Abr 10, 2020 7:14 pm por Ekaterina Akeila
» Registro de Físicos [Postear con ficha Aceptada]
Sáb Mayo 30, 2015 4:43 pm por Invitado
» Especialidades para universitarios
Sáb Mayo 30, 2015 12:57 pm por Ekaterina Akeila
» Fairy Tail ¡Fire Up! || Afiliacion || Normal
Jue Abr 09, 2015 8:58 pm por Invitado
» Me voy.
Lun Abr 06, 2015 9:57 pm por Invitado
» Infamous {Normal}
Sáb Abr 04, 2015 6:35 am por Invitado
» Sueños de Arianth {Afiliado normal}
Jue Abr 02, 2015 8:10 am por Invitado
» Nos veremos
Miér Abr 01, 2015 8:07 pm por Invitado
» Gran Baile -Colectivo-
Miér Abr 01, 2015 2:55 pm por Invitado
» Búsqueda del Tesoro {Bases}
Miér Abr 01, 2015 2:08 pm por Ekaterina Akeila