¿Quién dijo que el amor no duele? [Priv. Klein]

por Invitado Sáb Dic 29, 2012 12:47 pm

Llevaba mucho tiempo ahí, aunque no estaba seguro de cuanto era con exactitud, podrían ser horas. Su dueño, Lysian, en ese momento estaba en clases. Kai, él llevaba un buen tiempo preocupado, consiente de que sus acciones habían arruinado su excelente relación con ese chico. Ya han pasado unas noches desde, que por error, por impulso le ha dicho que le quiere. Que le quiere de “esa” forma. Él ha dicho que lo pensara. Pero Kai, Kai no es idiota, él ha leído novelas, ha visto la televisión. Kai sabe que un “lo pensaré” es un “No, jamás”. Kai no se ilusionara con palabras como esas, porque lo más probable es que Lysian ahora mismo no sepa como decirle que le odia y por eso le toma tanto tiempo y eso… Eso no le hace feliz. Quiere desaparecer, desaparecer de nuevo.

Por eso, por ello se siente triste, desanimado y a diferencia de todo el tiempo, muestra un carácter bastante apagado, pareciera un muerto sino fuera porque si te acercas puedes escuchar el latir de tu corazón. Lysian es el motivo por el cual Kai sigue ahí parado. Sin moverse. Parado a mitad del patio. Parado mientras millones de gotas frías le mojan la cara, le mojan el cuerpo y le mantienen frío. Dejando que la lluvia se lleve su tristeza y las lágrimas que su rostro da a conocer. Porque la lluvia purifica, porque aunque azotara fríamente su cuerpo, le hacía ver que aunque pareciera el fin del mundo, no lo es. Kai pensaba que al no ser el fin, Lysian no le odiaría, en que Lysian no le odiaría por sus asquerosos sentimientos y que todo podría seguir como antes.

Pero también era consciente de que desde ese día, era ignorado. Talvez no de una forma completamente notoria. Eran pequeñas acciones, palabras que no oían, las que hacían ver a Kai lo poco que Lysian quería hablar con él. Y le mortificaba. Las lágrimas continuaban cayendo por sus mejillas y de vez en cuando sus manos cubrían su rostro bañado por estás, limpiándole aunque el agua ya hacía bastante. Era posible que ellos dos solo hablaran por la noche, a pesar de que antes, siempre estaban juntos. Era algo raro. Pero Kai sabía el motivo. Había debilitado los lazos y ahora nada sería igual. Quizás deba alejarse de Lysian, irse con otra persona, para que él este más tranquilo. Quizás era la única solución… Lo que fuera, nada parecía indicar lo contrario. Había decidido irse de la academia.

Lo he roto. Soy consciente de que he destruido mi relación con Lycchi, no hay algo que pueda hacer al respecto. Solo esperar a que él se de cuenta de que me odia y me corra, que es algo que creo va a pasar muy pronto… Quizás la única forma de permanecer a su lado es darle por hecho que me he enamorado de otra persona, aunque sea una mentira, debo intentarlo.
Porque después de mi hermana, es la persona más importante y especial en mi vida y a la primera que quiero con esta intensidad, con esta fuerza. No quiero que sufra porque lo amo, soy un idiota por decirlo… Soy un idiota…

Las lágrimas que parecían estar más tranquilas ahora, comenzaron a fluir con la misma intensidad nuevamente, mostrando la tristeza en la que estaba sumido el chico. De vez en cuando gemía de dolor y los truenos eran capaces de cubrir su lamento. Pero… A lo lejos, había alguien que le observaba. Kai no lo sentía en ese momento, pero sabía que por ahí, en algún lugar había alguien… Kai lo presentía. Después de todo, no es alguien normal.

por Invitado Sáb Ene 26, 2013 1:04 am

¿Por qué no dejo de pensar en ti? Será porque ya no puedo más con tu ausencia... Fernando Alvarez

Todo esto de ser el niño bueno se termina ahora. La primer persona que encontrará, sería la persona más desafortunada del mundo porque yo no la dejaría en paz hasta que no me hiciera sentir como un rey. Eso fue lo que pensé antes de dormir ayer. Y aunque no estoy seguro de si sea por mi mala suerte o no, lo cierto es que esta lloviendo a cantaros, nadie en su sano juicio estaría fuera en un momento como este. Eso fue lo que pensé, no esperaba encontrar a nadie en aquella tormenta, pero como siempre he sido muy curioso me asome por la ventana de mi habitación, la cual estaba en el piso más alto del edificio. Y pude ver, cerca del patio principal, a alguien que recibía la lluvia. Mi corazón dio un vuelco. Me estoy volviendo blando y no me agrada esto.

No llevaba puesto el uniforme a pesar de ser un día de clases, a decir verdad, las clases eran lo que menos me importaba en ese momento, yo lo único que quería era descansar y eso es lo que iba a hacer, sin importarme lo que nadie fuera a decirme, pero ahora todo ha cambiado. Porque le vi y mi curiosidad siempre es mayor al deseo, quiero saber que tiene, quiero saber que puedo hacer. A veces detesto ser un shinigami, porque tengo esta maldita curiosidad insaciable y los deseos de que los demás sean felices, soy extraño, pero antes de dar la muerte a alguien, tengo que asegurarme de que no tenga un asunto pendiente. Es la forma de controlar el número de shinigamis y funciona. El punto es que, no es como que ese chico fuera a morir, me ha intrigado que hace en medio de esta salvaje lluvia.

Me pregunto que es lo que le sucedió, ¿cuál es el motivo para estar en un sitio en el cual puedes enfermarte? ¿Será aquella fuerza llamada “amor” que no logro comprender? ¿Qué será? ¿Qué será? Sinceramente, me esta volviendo loco el simple hecho de pensar en alguien que no conozco y que mucho menos debería importarme. Esto demuestra que mi curiosidad es incluso más fuerte que mi lógica, si bien, da igual porque la lógica no existe.

Cuando comencé a llegar al patio, pasando por los edificios principales de la academia, mi corazón latió con más fuerza y nuevamente sentí como éste daba un vuelco. La persona o criatura que se encontraba a mitad de la lluvia, me daba un fuerte sentimiento de protección, de alguien que estaba en las garras de la desolación y sentí deseos de ayudarle, de jugar con él, de hacerle sentir algo porque lo que fuera que tuviera, lo estaba alejando del mundo de los vivos. Era un conejo o simulaba ser uno, porque tenía algo como orejas en la cabeza. Le mire. Camine lentamente hasta él, aunque seguramente no escucha mis pasos silenciosos por la caída del agua.

-Llorar es una pérdida de tiempo.- Mencione cuando estaba suficientemente cerca para que me escuchara.-Levanta la mirada e intenta ver a través de la tormenta. Siempre saldrá un arcoiris.- Hubiera sido perfecto si en ese momento hubiera parado de llover, pero no fue así. Me acerqué un poco más y deje que mis brazos rodearan su cuerpo. Estaba temblando. Eso no era bueno, porque lo sentía cada vez más distante.

por Invitado Sáb Jun 22, 2013 6:04 pm

Pensaba que en cualquier momento se quedaría sin la habilidad de llorar, lo cierto es que ya no podía decir nada. No podía hacer nada para que Lysian le tomara afecto de nuevo y dudaba ser importante para este. La cosa es que si, estaba triste, pero sentía que no debía comentarle sobre ello a Sanae, después de todo podría pelearse con Lysian o algo así y no quería eso, no quería causarle más molestias. Por eso, pensó que lo mejor sería escapar. Escapar mientras nadie notara su ausencia, pero eso no estaría bien.

Kai no puede ser egoísta, no después de todo el daño que le ha hecho a Sanae, no puede estar intranquilo, tiene que detenerse, dejar que ese dolor le explote por dentro, que haga más difíciles sus días, tiene que ser infeliz y quizás así, en algún momento pueda remendar el mal que le hizo sentir a Sanae. Es la única solución viable, Kai lo sabe. Esa es la realidad para el pequeño conejo.

Intento dejar de llorar, pero el dolor en el pecho era demasiado fuerte para hacerlo. Y ahí estaba, a mitad de la lluvia, donde pensaba que nadie sería capaz de verle, que nadie sería capaz de oírle. Kai pensaba que solamente era una basura y por eso mismo nadie se detendría un segundo para verificar que no se estaba muriendo y en cierta forma, no parecía tener mucha esperanza en ello. Sabía que si Lysian no le salvaba, nadie lo haría, pero se equivoco.

Kaicchi escucho las palabras y se sobresalto por escucharlas tan cerca, tanto que tuve que dar un saltito. Mire hacia atrás, solo podía notar los ojos carmesí de aquella persona y me sentí seguro. También ha dicho una frase, sobre un arcoiris, Kaicchi no entiende porque un desconocido le diría algo tan lindo a alguien que no vale nada, pero lo ha hecho. Me abrazo, me hizo sentir cálido y fui consciente del frío que hacía en ese momento. Me estremecí.

-¿Quién eres?- La voz rasposa de Kaicchi no tardo en salir, la primera vez sin voz, pero creo que me ha entendido porque tiene cara de comprender-Yo soy Kai… Kai Ichinomiya.- El sollozo aun esta ahogado en mi garganta, pero me gire, para poder abrazarle y sentirme querido, sentirme protegido.

por Invitado Jue Oct 30, 2014 6:49 pm

Siempre he estado interesado por la forma en la que el amor afecta a los demás. Yo solo me había enamorado una vez y con eso fue suficiente, no me arriesgue a profundizarlo demasiado o más bien, no tuve la oportunidad de profundizarlo. Pero, verle llorar de esa forma mientras su cuerpo era bañado por las gotas frías de agua, fue suficiente para estremecerme, porque él no se lo merecía, él era mucho mejor que toda esa mierda que le estaba pasando en este momento. Es triste, es demasiado triste ver como alguien comienza a romperse por el amor perdido. Y es que a este chico lo había visto un par de veces feliz y sonriente por la academia y ver como alguien que había sido como un sol se este rompiendo en mis brazos, esa es una escena fuerte. Demasiado fuerte.

Podía darme cuenta de que estaba mal, pero por peor que estuviera, no había motivos para llevar su cuerpo al límite como para proponerse la muerte. No era justo eso, no era para nada justo. Ni para él, ni para los que se preocupaban por él. Yo no lo hago, no pinto para nada en este cuadro, pero aun así me preocupa la tristeza pintada en su rostro, porque es lo suficientemente llegadora como para que pueda pensar que es algo que le va a provocar problemas en un futuro. Solo quiero que se recupere y que piense en lo genial que podría ser la vida incluso si no la pasa con el chico con nombre de baya de Pokémon.

—Soy tu ángel de la guarda, cayendo del cielo para darte algo de luz esclarecedora en tu oscuro camino, pequeño Kai.— No quiero que se aprenda mi nombre, así que pensé que con lo ingenuo que era me creería con eso.—Estas pasando por un momento difícil, pero no tienes permitido arrojar la toalla aun. Eres más fuerte que eso, eres mejor que eso. Recuerdalo. Tienes que seguir luchando porque el señor ha preparado algo impresionante para ti.— Era bochornoso hablar del tal señor que ni siquiera sé si existe, pero aun así, parecía que su respiración se acompaso cuando lo dije.

Lo aferré más contra mi y pedí que dejara de llover o simplemente poder llevarle a un sitio donde secarse, porque sino, me temo que podría morirse y no quiero eso, este chico es tan tierno que no podría perdonarme si se muere mientras intento llevarle a un lugar seguro. Necesito que recapacite, que se quede conmigo, que se quede vivo. Pero, primero necesito que recobre la confianza, que recobre la fe que tiene porque si no, porque un cascarón sin alma, no puede proseguir su camino.

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