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Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
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Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
Después de un duro día de clases. De tener que soportar la voz del profesor que interrumpía mi sueño. Finalmente llego la hora de terminar las clases. Pero había algo que me inquietaba ese día, tenía la sensación de recibir una presencia de algún lugar que me llamaba a buscarla.
Después de un rato de dar vueltas por las clases en busca del origen de esa presencia, encontré el lugar de origen o al menos donde las sensaciones eran mas fuertes. Provenían del patio, busque el camino mas corto hacia el patio. La ventana, sin pensarlo dos veces, salte por la ventana del 1º piso para caer en el patio.
-Ouch- Dije dolorido, mientras abría los ojos. Al parecer había caído boca arriba y con las piernas en una posición algo extraña que llegaban a formar una especie de “X” Doblada.
Una chica que pasaba se acerco para comprobar como estaba -Esto… ¿Estas bien?- Dijo con una voz suave. Por un acto reflejo, mire debajo de la falda de la chica e instintivamente respondí con una sonrisa -Son de conejitos- La chica instintivamente me pateo la cara y se marcho corriendo hasta perderse de vista.
Dolorido, con la cara con una marca de zapato, la ropa sucia de la caída del suelo y las piernas sin ninguna sensación de movilidad. Allí me hallaba, en el patio principal y sin nadie en los alrededores.
Como un herido de batalla, me arrastre hacia un árbol, quería descansar, las heridas eran superficiales y me había olvidado por completo de mi cometido. Busque un árbol a la sombra y allí me quede bajo su sombra en la postura mas extraña que haya estado nunca.
Después de un rato de dar vueltas por las clases en busca del origen de esa presencia, encontré el lugar de origen o al menos donde las sensaciones eran mas fuertes. Provenían del patio, busque el camino mas corto hacia el patio. La ventana, sin pensarlo dos veces, salte por la ventana del 1º piso para caer en el patio.
-Ouch- Dije dolorido, mientras abría los ojos. Al parecer había caído boca arriba y con las piernas en una posición algo extraña que llegaban a formar una especie de “X” Doblada.
Una chica que pasaba se acerco para comprobar como estaba -Esto… ¿Estas bien?- Dijo con una voz suave. Por un acto reflejo, mire debajo de la falda de la chica e instintivamente respondí con una sonrisa -Son de conejitos- La chica instintivamente me pateo la cara y se marcho corriendo hasta perderse de vista.
Dolorido, con la cara con una marca de zapato, la ropa sucia de la caída del suelo y las piernas sin ninguna sensación de movilidad. Allí me hallaba, en el patio principal y sin nadie en los alrededores.
Como un herido de batalla, me arrastre hacia un árbol, quería descansar, las heridas eran superficiales y me había olvidado por completo de mi cometido. Busque un árbol a la sombra y allí me quede bajo su sombra en la postura mas extraña que haya estado nunca.
Invitado- Invitado
Re: Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
Ese día faltó a clases no tenía ganas ningunas de asistir y ¿para qué? De igual forma no se enteraba de nada. Como se encontraba al lado de la ventana le era imposible prestar atención al profesor. La naturaleza lo llamaba, la tranquilidad y el canto de los pájaros. Sí. Él debía estar en el templo, cuidando de él, esperando a que aquel hombre llegase de su viaje. Inocente criatura. Aún creía que ese hombre iba a volver, no lo hizo en veinte años y lo iba a hacer cuando él no estaba. Estúpido. Desde luego, el zorro a veces tenía unas estúpidas creencias.
No asistió a clases y como no tenía tampoco intención de hacerlo, para pasar desapercibido ante los ojos de los demás se transformó en un pequeño zorro blanco de hermoso pelaje. Realmente brillante cuando incidía la luz del sol contra su pelaje. Desde pequeño fue un hermoso ejemplar, la manada le tenía envidia. A pesar de las precarias condiciones en las que vivían su pelaje continuaba siendo el más hermoso de todos.
El cuerpo del pequeño zorro plateado era esbelto, patas largas y firmes. Andares elegante. Cola larga y de pelaje abundante, terminando con el extremo más blanco que el resto del pelo. Cabeza pequeña, hocico picudo y unas orejas pequeñas pero acordes a su estatura. Por suerte no era el único zorro plateado de la academia, se encontró con varios más. Una clara ventaja, por supuesto.
Corrió hasta el patio principal, escondiéndose por todos lugares para que no lo pillaran. Rápidamente, cuando se encontró con la libertina brisa chocando contra su hocico se paró en seco, Observando con sus orbes ámbar hacia todos lados. Olisqueando el ambiente mientras daba cortos pasos y echaba las orejas hacia atrás. Perfecto, al parecer no había nadie por allí. Anduvo ligero hasta unos matorrales y se metió en éstos. Sacó la cabeza y delante de él se levantaba un gran árbol con un robusto tronco. Alzó la mirada y divisó un par de ramas que estaban a una altura más o menos aceptable, que con un salto perfectamente podía subir. Las analizó antes de subir. Parecía que podían soportar su peso. Una vez comprobada la estabilidad de la rama dio un hábil salto con la mala suerte de que no llegó, pero se aferró con las uñas y logró trepar.
-”Esta rama parece estar bien”-dio un par de saltitos con sus patas delanteras, sacudiendo la rama levemente. Desde arriba la rama tenía el grosor perfecto para tumbarse y echarse una buena siesta, así que lo hizo.
Se acostó en la rama haciéndose un rosco. Agachó las orejas y metió la cabeza debajo de su esponjosa cola para evitar que la luz incidiera en sus claros ojos. Se quedó dormido en un santiamén. Mientras dormía sufría espasmos debido a su sueño, de su garganta salían graciosos gemiditos, como si estuviese ladrando. Pasaron varias horas, el zorro ya estaba completamente estirado y boca arriba, con las patas delanteras graciosamente encogidas encima de su pecho. El canto de un pájaro lo despertó. Movió las orejas en graciosos espasmos y adormilado se dio media vuelta, con la mala suerte de que estaba en el filo de la rama.
Caída.
Ostia padre.
Se dio contra el suelo, o más bien contra un joven que se encontraba justo debajo de la rama. Que oportuno. Al menos amortiguaría la caída. Trató de caer lo mejor posible, había sacado por completo las uñas y cayó sobre las piernas del joven. Se resbaló para caer ahora al suelo pero trató de aferrarse. ¿Resultado? Arañazos en las piernas del inocente muchacho.
Se incorporó y sacudió para retirarse las hojas que habían quedado sobre su pelaje. Lamió sus patas y miró al joven. Deteniéndose acto seguido. Gruñó y erizó los pelos de su lomo. Echó las orejas hacia atrás y levantó la cola, colocándose en posición de ataque. Estaba desorientado.
No asistió a clases y como no tenía tampoco intención de hacerlo, para pasar desapercibido ante los ojos de los demás se transformó en un pequeño zorro blanco de hermoso pelaje. Realmente brillante cuando incidía la luz del sol contra su pelaje. Desde pequeño fue un hermoso ejemplar, la manada le tenía envidia. A pesar de las precarias condiciones en las que vivían su pelaje continuaba siendo el más hermoso de todos.
El cuerpo del pequeño zorro plateado era esbelto, patas largas y firmes. Andares elegante. Cola larga y de pelaje abundante, terminando con el extremo más blanco que el resto del pelo. Cabeza pequeña, hocico picudo y unas orejas pequeñas pero acordes a su estatura. Por suerte no era el único zorro plateado de la academia, se encontró con varios más. Una clara ventaja, por supuesto.
Corrió hasta el patio principal, escondiéndose por todos lugares para que no lo pillaran. Rápidamente, cuando se encontró con la libertina brisa chocando contra su hocico se paró en seco, Observando con sus orbes ámbar hacia todos lados. Olisqueando el ambiente mientras daba cortos pasos y echaba las orejas hacia atrás. Perfecto, al parecer no había nadie por allí. Anduvo ligero hasta unos matorrales y se metió en éstos. Sacó la cabeza y delante de él se levantaba un gran árbol con un robusto tronco. Alzó la mirada y divisó un par de ramas que estaban a una altura más o menos aceptable, que con un salto perfectamente podía subir. Las analizó antes de subir. Parecía que podían soportar su peso. Una vez comprobada la estabilidad de la rama dio un hábil salto con la mala suerte de que no llegó, pero se aferró con las uñas y logró trepar.
-”Esta rama parece estar bien”-dio un par de saltitos con sus patas delanteras, sacudiendo la rama levemente. Desde arriba la rama tenía el grosor perfecto para tumbarse y echarse una buena siesta, así que lo hizo.
Se acostó en la rama haciéndose un rosco. Agachó las orejas y metió la cabeza debajo de su esponjosa cola para evitar que la luz incidiera en sus claros ojos. Se quedó dormido en un santiamén. Mientras dormía sufría espasmos debido a su sueño, de su garganta salían graciosos gemiditos, como si estuviese ladrando. Pasaron varias horas, el zorro ya estaba completamente estirado y boca arriba, con las patas delanteras graciosamente encogidas encima de su pecho. El canto de un pájaro lo despertó. Movió las orejas en graciosos espasmos y adormilado se dio media vuelta, con la mala suerte de que estaba en el filo de la rama.
Caída.
Ostia padre.
Se dio contra el suelo, o más bien contra un joven que se encontraba justo debajo de la rama. Que oportuno. Al menos amortiguaría la caída. Trató de caer lo mejor posible, había sacado por completo las uñas y cayó sobre las piernas del joven. Se resbaló para caer ahora al suelo pero trató de aferrarse. ¿Resultado? Arañazos en las piernas del inocente muchacho.
Se incorporó y sacudió para retirarse las hojas que habían quedado sobre su pelaje. Lamió sus patas y miró al joven. Deteniéndose acto seguido. Gruñó y erizó los pelos de su lomo. Echó las orejas hacia atrás y levantó la cola, colocándose en posición de ataque. Estaba desorientado.
Invitado- Invitado
Re: Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
Estaba atrapado bajo las dulces y suaves sabanas de Morfeo. El sueño parecía normal en un principio en el cual yo iba caminando por una estrecha calle cuando un extraño anciano con tunica apareció delante de mí. -Cuidado con los zorros- Acto seguido el anciano desapareció dejando solamente la tunica en el suelo, la cual cayo debido a la desaparición del anciano. ¿Cuidado con los zorros? ¿A que vendría esto dentro de un sueño?
Proseguí mi camino dentro del sueño, en este el camino en la estrecha calle desembocaba en una calle principal, nada mas entrar allí, pude observar una multitud que paseaba por allí. Lo curioso era que todo el mundo, por algún motivo u otro, estaban de espaldas a mí y no se les podía ver el rostro. Sin pensarlo, di un paso adelante e instantáneamente el rostro de todos se giro en dirección hacia mi para observarme. Lo mas extraño, era que todos tenían el mismo rostro con cara de zorro. Instintivamente di un ligero paso hacia atrás como precaución. Pude observar como una sombra se hacia mas grande en el suelo. Alcé la vista y pude observar como un zorro gigante se acercaba a pisotearme con una de sus patas.
¡Plaf!
Desperté del sueño, pero a la vez sentí algo caer en mis piernas e hincar algo en ellas y rasgar. Confuso aun por el sueño intente comprender la situación. Observe primeramente mis piernas, seguían dobladas como antes pero esta vez tenían como marcas de arañazos en ellas. El resto seguía igual que antes del sueño.
Alcé la vista para intentar observar que me había podido hacer algo así en las piernas. Allí estaba, un pequeño zorro en posición de ataque. ¿Qué querría un zorro de mí? Me daba igual, ha venido a tocarle las narices, bueno, mejor dicho las piernas a la persona equivocada. -Vamos a jugar a un pequeño juego- Murmure mientras observaba al zorro y acto seguido las heridas y todo el daño que me había hecho con anterioridad desapareció en menos de un abrir y cerrar de ojos, incluso la ropa volvió a su estado original, evidentemente todo por el efecto deAll Fiction. Acto seguido me levante e hice aparecer dos tornillos gigantes en cada una de mis manos. -Vamos a atrapar al zorro por la cola- Murmure mientras esbozaba una sonrisa algo diabólica.
Proseguí mi camino dentro del sueño, en este el camino en la estrecha calle desembocaba en una calle principal, nada mas entrar allí, pude observar una multitud que paseaba por allí. Lo curioso era que todo el mundo, por algún motivo u otro, estaban de espaldas a mí y no se les podía ver el rostro. Sin pensarlo, di un paso adelante e instantáneamente el rostro de todos se giro en dirección hacia mi para observarme. Lo mas extraño, era que todos tenían el mismo rostro con cara de zorro. Instintivamente di un ligero paso hacia atrás como precaución. Pude observar como una sombra se hacia mas grande en el suelo. Alcé la vista y pude observar como un zorro gigante se acercaba a pisotearme con una de sus patas.
¡Plaf!
Desperté del sueño, pero a la vez sentí algo caer en mis piernas e hincar algo en ellas y rasgar. Confuso aun por el sueño intente comprender la situación. Observe primeramente mis piernas, seguían dobladas como antes pero esta vez tenían como marcas de arañazos en ellas. El resto seguía igual que antes del sueño.
Alcé la vista para intentar observar que me había podido hacer algo así en las piernas. Allí estaba, un pequeño zorro en posición de ataque. ¿Qué querría un zorro de mí? Me daba igual, ha venido a tocarle las narices, bueno, mejor dicho las piernas a la persona equivocada. -Vamos a jugar a un pequeño juego- Murmure mientras observaba al zorro y acto seguido las heridas y todo el daño que me había hecho con anterioridad desapareció en menos de un abrir y cerrar de ojos, incluso la ropa volvió a su estado original, evidentemente todo por el efecto de
Invitado- Invitado
Re: Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
La caída lo había desconcertado por completo, no sabía dónde estaba, todo a su alrededor, por unos minutos, le resultó completamente desconocido. Su pelaje plateado se había ensuciado debido a la tierra del suelo, no le vendría para nada mal un buen baño para adecentarse, pero eso ahora mismo lo ignoraba. Estaba fuera de sí. El golpe ciertamente lo había descolocado, como si se tratase de amnesia momentánea.
El joven zorro había caído encima de un muchacho que se encontraba debajo de la rama en la cual estaba acostado. Sus patas se mancharon ligeramente de sangre. Menos mal que no optó por lamerlas, si no se volvería mucho más agresivo, hasta el punto se morder la pierna del chico. El joven no se veía agradable, parecía ser un tipo no muy amigable. El animal abrió los ojos de par en par por las palabras del muchacho. ¿Un juego? ¿Qué le iba a hacer? ¿Qué intenciones tenía con él? Asentó su pelaje y bajó la cola, no porque tuviera miedo, sino por sorpresa.
Los arañazos habían desaparecido. ¿Qué clase de chico era?
Los tornillos del joven ya lo desconcertó por completo. ¿De dónde los había sacado? Se había metido en un buen lío sin comerlo ni beberlo, pero de ninguna de las maneras se iba a dejar atrapar. Contaba con que era más ágil que el joven que portaba los tornillos en sus manos. Además, no era la primera vez que escapaba de un embrollo como aquél. Al escuchar esas palabras, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. ¿Iba en serio? Retrocedió un par de pasos y observó a su alrededor, en busca de una vía de escape. Bien podría asestarle una mordida en la pierna, pero con esos tornillos de ese calibre lo mejor era no meterse con él y salir por patas de allí.
Y así lo hizo. Echó a correr como un condenado, alejándose del chico. Iba con la clara intención de subirse de nuevo a un árbol, así por lo menos no llegaría y se escondería en el verde follaje, con la intención de esconderse. Corrió lo más rápido que pudo, no miraba hacia atrás por si el joven lo perseguía con los tornillos. Delante de su hocico divisó el robusto tronco de un árbol. Era perfecto para subirse a él, así que saltó lo más que pudo y clavó sus uñas en el tronco, con la mala pata de que no se agarró como debía y terminó por caer al suelo sentado. Sacudió la cabeza.
¿Por qué no convertirse en humano? Sencillo: No caía en ese instante. Se encontraba nervioso. El pequeño zorro intentaba subirse al árbol, por supuesto, sin tener éxito alguno. No era capaz de aferrarse con firmeza, sus uñas no estaban por la labor.
El joven zorro había caído encima de un muchacho que se encontraba debajo de la rama en la cual estaba acostado. Sus patas se mancharon ligeramente de sangre. Menos mal que no optó por lamerlas, si no se volvería mucho más agresivo, hasta el punto se morder la pierna del chico. El joven no se veía agradable, parecía ser un tipo no muy amigable. El animal abrió los ojos de par en par por las palabras del muchacho. ¿Un juego? ¿Qué le iba a hacer? ¿Qué intenciones tenía con él? Asentó su pelaje y bajó la cola, no porque tuviera miedo, sino por sorpresa.
Los arañazos habían desaparecido. ¿Qué clase de chico era?
Los tornillos del joven ya lo desconcertó por completo. ¿De dónde los había sacado? Se había metido en un buen lío sin comerlo ni beberlo, pero de ninguna de las maneras se iba a dejar atrapar. Contaba con que era más ágil que el joven que portaba los tornillos en sus manos. Además, no era la primera vez que escapaba de un embrollo como aquél. Al escuchar esas palabras, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. ¿Iba en serio? Retrocedió un par de pasos y observó a su alrededor, en busca de una vía de escape. Bien podría asestarle una mordida en la pierna, pero con esos tornillos de ese calibre lo mejor era no meterse con él y salir por patas de allí.
Y así lo hizo. Echó a correr como un condenado, alejándose del chico. Iba con la clara intención de subirse de nuevo a un árbol, así por lo menos no llegaría y se escondería en el verde follaje, con la intención de esconderse. Corrió lo más rápido que pudo, no miraba hacia atrás por si el joven lo perseguía con los tornillos. Delante de su hocico divisó el robusto tronco de un árbol. Era perfecto para subirse a él, así que saltó lo más que pudo y clavó sus uñas en el tronco, con la mala pata de que no se agarró como debía y terminó por caer al suelo sentado. Sacudió la cabeza.
¿Por qué no convertirse en humano? Sencillo: No caía en ese instante. Se encontraba nervioso. El pequeño zorro intentaba subirse al árbol, por supuesto, sin tener éxito alguno. No era capaz de aferrarse con firmeza, sus uñas no estaban por la labor.
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Re: Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
Un día normal para cualquier persona seria uno en el cual, se despertaría en su cuarto, iría a clase o al trabajo dependiendo de cada uno, se iría a comer con tranquilidad y dormiría con tranquilidad cuando le plazca. Evidentemente, para mí los días no eran normales. ¿Venir a dormir bajo un árbol hecho polvo después de caerte del 2º piso, ser pisoteado por una chica y que después te saltara un zorro encima? Para nada era eso algo normal. Aunque para mi si lo era.
Tras sacar los tornillos y prepararme para digamos “Jugar” con aquel zorro que me había molestado. No me dio tiempo a dar el primer paso para aproximarme a mi futuro “Juguete” con el cual iba a soltar un poco de mi ira en el, cuando este empezó a huir frenéticamente de mi.
Sin pensármelo demasiado empecé a perseguir al pequeño zorro mientras aceleraba la marcha la cual paso de ser unos pasos lentos a correr a velocidad de sprint en cuestión de segundos.
Para cuando me encontraba aproximándome al zorro, pude observar como este intentaba subirse a uno de los árboles del patio. Esbocé una ligera sonrisa. 『 ¿Con que intentando huir? 』 Dije con cierto retintín.
Me pare en seco a unos siete u ocho metros de distancia del árbol al cual el zorro quería subir. Estire el brazo derecho hacia atrás y como si de un jugador de beisball se tratase, lance uno de los tornillos en dirección hacia el árbol con intención de darle al zorro de lleno.
Para bien o para mal, el tornillo salio volando un poco mas arriba de donde se situaba el zorro y acabo clavado en el árbol. Era extraño, no solía fallar mis lanzamientos. 『 Has tenido suerte, por ahora 』 Dije en voz alta mientras me aproximaba lentamente con el tornillo izquierdo alzado. 『 Pero como bien se dice… 』 Hice una breve pausa mientras continuaba aproximándome al zorro. 『 Muda, Muda, Muda 』 Dije intentando imitar sin mucho éxito el mitico grito del villano de “Jojo”.
Tras sacar los tornillos y prepararme para digamos “Jugar” con aquel zorro que me había molestado. No me dio tiempo a dar el primer paso para aproximarme a mi futuro “Juguete” con el cual iba a soltar un poco de mi ira en el, cuando este empezó a huir frenéticamente de mi.
Sin pensármelo demasiado empecé a perseguir al pequeño zorro mientras aceleraba la marcha la cual paso de ser unos pasos lentos a correr a velocidad de sprint en cuestión de segundos.
Para cuando me encontraba aproximándome al zorro, pude observar como este intentaba subirse a uno de los árboles del patio. Esbocé una ligera sonrisa. 『 ¿Con que intentando huir? 』 Dije con cierto retintín.
Me pare en seco a unos siete u ocho metros de distancia del árbol al cual el zorro quería subir. Estire el brazo derecho hacia atrás y como si de un jugador de beisball se tratase, lance uno de los tornillos en dirección hacia el árbol con intención de darle al zorro de lleno.
Para bien o para mal, el tornillo salio volando un poco mas arriba de donde se situaba el zorro y acabo clavado en el árbol. Era extraño, no solía fallar mis lanzamientos. 『 Has tenido suerte, por ahora 』 Dije en voz alta mientras me aproximaba lentamente con el tornillo izquierdo alzado. 『 Pero como bien se dice… 』 Hice una breve pausa mientras continuaba aproximándome al zorro. 『 Muda, Muda, Muda 』 Dije intentando imitar sin mucho éxito el mitico grito del villano de “Jojo”.
Invitado- Invitado
Re: Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
¡El chico estaba como una maldita cabra! ¿En serio armaba tanto revuelo sólo por haberlo despertado? ¡Pero fue un accidente! Sólo un desafortunado accidente, a fin de cuentas los zorros no estaban hechos para subirse a los árboles, y menos para quedarse dormido en las ramas. Evidentemente huía del joven, no estaba por la labor de recibir uno de esos tornillos. Y como era de esperar el joven lo perseguía.
Como era de esperar, los intentos del pequeño zorro por subirse al árbol fueron en vano, pues terminó en el suelo y con el trasero ligeramente dolorido. Hubo un momento en el que se quedó estático, sin hacer un solo movimiento. Un tornillo le había rozado la cabeza y se clavó en el árbol. ¡El chico iba en serio y sólo por haberlo despertado de esa forma! ¡Por dios, qué locura!
En un rápido y ágil movimiento huyó, escondiéndose detrás del árbol y ya por fin, fruto de los nervios, no controló su transformación y volvió a su aspecto humano, pero la cola y las orejas asomaban. Frunció el ceño y se levantó, pues estaba de rodillas detrás del tronco. Como pudo arrancó el tornillo de éste y lo aferró con fuerza.
—Maldito crío… Pagarás por esto—murmuró en un tono tenebroso, su rostro se ensombreció y clavó su mirada en el joven. Echó las orejas hacia atrás y alzó la cola, moviéndola a sendos lados de forma agitada, como la de un felino que estaba mosqueado—¡Estás como una maldita cabra, maldito idiota!
Acto seguido lanzó el tornillo en dirección al muchacho, pero con la notable diferencia de que éste estaba envuelto en flamas azules. Sonrió de lado y de una forma un tanto sádica. Ahora que poseía un cuerpo humano le sería mucho más fácil enfrentarse al contrario. Vale que siendo un zorro poseía más agilidad que ahora, pero la fuerza era distinta, podía usar la fuerza bruta si era estrictamente necesario.
—¿Qué narices te pasa conmigo? ¡Vete a joderle el día a otro!—le dijo molesto, frunciendo si podía más el ceño—Has conseguido que me enfade, y eso es peligroso.
Dicho aquello, salió de detrás del tronco del árbol y comenzó a caminar a su alrededor, cual predador que acecha a su presa antes de cazarla. Quizás cambiasen las tornas ahora que había logrado transformarse.
—¿Cómo quieres que te despedace?—mencionó de una forma un tanto siniestra, sonriendo de lado.
Como era de esperar, los intentos del pequeño zorro por subirse al árbol fueron en vano, pues terminó en el suelo y con el trasero ligeramente dolorido. Hubo un momento en el que se quedó estático, sin hacer un solo movimiento. Un tornillo le había rozado la cabeza y se clavó en el árbol. ¡El chico iba en serio y sólo por haberlo despertado de esa forma! ¡Por dios, qué locura!
En un rápido y ágil movimiento huyó, escondiéndose detrás del árbol y ya por fin, fruto de los nervios, no controló su transformación y volvió a su aspecto humano, pero la cola y las orejas asomaban. Frunció el ceño y se levantó, pues estaba de rodillas detrás del tronco. Como pudo arrancó el tornillo de éste y lo aferró con fuerza.
—Maldito crío… Pagarás por esto—murmuró en un tono tenebroso, su rostro se ensombreció y clavó su mirada en el joven. Echó las orejas hacia atrás y alzó la cola, moviéndola a sendos lados de forma agitada, como la de un felino que estaba mosqueado—¡Estás como una maldita cabra, maldito idiota!
Acto seguido lanzó el tornillo en dirección al muchacho, pero con la notable diferencia de que éste estaba envuelto en flamas azules. Sonrió de lado y de una forma un tanto sádica. Ahora que poseía un cuerpo humano le sería mucho más fácil enfrentarse al contrario. Vale que siendo un zorro poseía más agilidad que ahora, pero la fuerza era distinta, podía usar la fuerza bruta si era estrictamente necesario.
—¿Qué narices te pasa conmigo? ¡Vete a joderle el día a otro!—le dijo molesto, frunciendo si podía más el ceño—Has conseguido que me enfade, y eso es peligroso.
Dicho aquello, salió de detrás del tronco del árbol y comenzó a caminar a su alrededor, cual predador que acecha a su presa antes de cazarla. Quizás cambiasen las tornas ahora que había logrado transformarse.
—¿Cómo quieres que te despedace?—mencionó de una forma un tanto siniestra, sonriendo de lado.
Invitado- Invitado
Re: Atrapa al zorro por la cola [Priv. Tomoe]
El último tornillo lanzado quedo clavado en el árbol que el zorro intentaba escalar. Pero este se dio cuenta rápido de que le resultaría peligroso la escalada. Para mi sorpresa este opto por huir en otra dirección y se escondió detrás del árbol.
Para mi sorpresa apareció un joven con una llamativa cola y unas curiosas orejas en su cabeza. ¿Qué hacia alguien aquí haciendo cosplay? Al verle baje lentamente el brazo hasta dejarlo tendido hacia abajo aunque con el tornillo aun en mano. El misterioso joven se mostraba frunciendo el ceño y arranco el tornillo que había lanzado anteriormente del árbol. ¿Le había mosqueado que dañara el árbol?
El joven empezó a maldecirme y a decir que pagaría por esto. Lo observe algo confundido mientras este movía aquellas orejas y su cola, lo cual me dejo con la idea de que era un cosplay muy trabajado o eran de verdad. ¿Ahora el joven mencionaba que si estaba como una cabra?
『 No es mi culpa 』 Dije sonriente mientras me encogía de hombros a la par que activaba All Fiction, haciendo que el daño hecho en el árbol desapareciera. 『 ¿Ves? El árbol esta bien 』 Dije señalando el árbol con el tornillo que sujetaba en la mano.
Sin previo aviso, el joven misterioso lanzo el tornillo que había arrancado anteriormente del árbol hacia mí. Hice un ademán por esquivarlo, pero accidentalmente tropecé con una piedra y caí hacia delante en dirección hacia el tornillo que se acercaba hacia mi envuelto en unas misteriosas llamas azules. ¿Había hecho magia?
Caí al suelo, quedándome boca abajo. En ese momento el joven volvió a mencionar palabras. Parecía realmente molesto. El que realmente estaba molesto era yo.
El joven pregunto que si quería que me despedazara. En ese momento hice un ademán por levantarme empujando con mis manos el suelo para erguir levemente mi cuerpo. En ese instante unas gotas de sangre cayeron al suelo proveniente de mi rostro. Eche el cuerpo hacia atrás hasta quedar sentado de rodillas con la mano derecha en mi rostro, el cual poseía una nueva facción. El tornillo había acabado clavado en mi rostro, para ser mas precisos, en mi ojo derecho.
『 ¿Qué si quiero ser despedazado? 』 Pregunte mientras apartaba la mano para que el contrario viera el tornillo clavado en mi rostro y como sus llamas azules quemaban parte de mi rostro. 『 Pues deberías de apuntar a un punto mas vital 』 Dije mientras arrancaba el tornillo de mi rostro y a su vez haciendo desaparecer cualquier daño en mi rostro por este gracias a All Fiction.
Realmente dolía, pero ya me había hecho tan amigo del dolor que a veces no me cambiaba la expresión del rostro, incluso otras veces aunque me doliera podía como ignorar ese dolor.
No sabia que le había hecho a ese joven, pero ahora que quería hacerme daño y lo ha conseguido, no pensaba contenerme con el.
Para mi sorpresa apareció un joven con una llamativa cola y unas curiosas orejas en su cabeza. ¿Qué hacia alguien aquí haciendo cosplay? Al verle baje lentamente el brazo hasta dejarlo tendido hacia abajo aunque con el tornillo aun en mano. El misterioso joven se mostraba frunciendo el ceño y arranco el tornillo que había lanzado anteriormente del árbol. ¿Le había mosqueado que dañara el árbol?
El joven empezó a maldecirme y a decir que pagaría por esto. Lo observe algo confundido mientras este movía aquellas orejas y su cola, lo cual me dejo con la idea de que era un cosplay muy trabajado o eran de verdad. ¿Ahora el joven mencionaba que si estaba como una cabra?
Sin previo aviso, el joven misterioso lanzo el tornillo que había arrancado anteriormente del árbol hacia mí. Hice un ademán por esquivarlo, pero accidentalmente tropecé con una piedra y caí hacia delante en dirección hacia el tornillo que se acercaba hacia mi envuelto en unas misteriosas llamas azules. ¿Había hecho magia?
Caí al suelo, quedándome boca abajo. En ese momento el joven volvió a mencionar palabras. Parecía realmente molesto. El que realmente estaba molesto era yo.
El joven pregunto que si quería que me despedazara. En ese momento hice un ademán por levantarme empujando con mis manos el suelo para erguir levemente mi cuerpo. En ese instante unas gotas de sangre cayeron al suelo proveniente de mi rostro. Eche el cuerpo hacia atrás hasta quedar sentado de rodillas con la mano derecha en mi rostro, el cual poseía una nueva facción. El tornillo había acabado clavado en mi rostro, para ser mas precisos, en mi ojo derecho.
『 ¿Qué si quiero ser despedazado? 』 Pregunte mientras apartaba la mano para que el contrario viera el tornillo clavado en mi rostro y como sus llamas azules quemaban parte de mi rostro.
Realmente dolía, pero ya me había hecho tan amigo del dolor que a veces no me cambiaba la expresión del rostro, incluso otras veces aunque me doliera podía como ignorar ese dolor.
No sabia que le había hecho a ese joven, pero ahora que quería hacerme daño y lo ha conseguido, no pensaba contenerme con el.
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