Un tritón con trapeador en mano [ Keip's ID ]

Tritones y sirenas. Esa raza que los grandes artistas dibujaban de formidable figura, aquella criatura que con solo una obra podía inspirar presencia; esa leyenda persistente en la boca de piratas, esa fábula creciente, movida de barcos y labios, formando mitos, creando cultura. Un ser que logró trascender y destacar entre cualquier criatura mágica, un ser tan imponente que ahora tiene como descendiente a Keip, un conserje que no le hace justicia a esas sublimes e históricas descripciones.
A diferencia del estereotipo de un tritón, Keip se ve como un humano promedio. Es de complexión delgada y estatura promedio, a penas alcanzando el metro setenta. La tonalidad de su cabellera es clara, siendo ésta de un turquesa pálido y manteniéndose siempre desordenado con una ligera ondulación en las puntas, que aunque puede dar volumen, su pelo parece siempre sufrir de frizz con facilidad. No es novedad que entre la humedad de su trabajo y los continuos cambios de temperatura, aquella melena que podría ser tan hermosa con unos simples cuidados, se vea tan desordenada. De todas formas, un tratamiento capilar no es un lujo que pudiera darse. Por algún extraño motivo, el cabello nunca le ha crecido más allá de su pecho (a excepción de su segunda faceta), así que, para evitarse rollos de cortar su cabello, lo mantiene ahí sin que crezca.
De un ojo esmeralda y cejas poco pobladas. Keip, aunque no es modelo, tiene su propio encanto. La descuidada apariencia del chico y ese lindo rostro suele atraer las miradas de muchos, algunos para criticar y burlar a sus espaldas el trabajo que con orgullo mantiene, mientras que otros prefieren darse unos segundos de apreciar esa curiosa combinación, aunque claro, siempre están los que se le quedan viendo descaradamente ante el parche que cubre su ojo izquierdo, queriendo saber el motivo de esa inusual prenda. Y claro, como todo, existe un motivo. No es para verse más interesante ante su aburrido físico, sino que lo usa con el fin de cubrir la ceguera de éste.
Dentro de las instalaciones de la academia, siempre se le verá con el uniforme y nunca habrá algún cambio en el mismo, mientras que en la calle no usará más que un simple y barato conjunto de ropas, si es que tan siquiera llegas a verlo fuera de su hogar. Dicen que es de buena suerte.
Cuando está en forma de tritón, las tonalidades de su cola van desde brillantes matices verdes a hermosos azules que con la luz del sol centellean dorado. Tales tonalidades se degradan desde un tono más oscuro hasta uno más claro. Alcanza a superar los dos metros cuando está con este físico, más que nada por la extravagante terminación de su cola, que aparte de tener un diseño muy peculiar, su anchura es dos veces su torso. De espaldas, podría ser confundido con una sriena por su larga cabellera que, en tal faceta, crece y llega hasta la mitad de sus glúteos, ondulándose más de la cuenta y proporcionándole la apariencia andrógina que tanto detesta.

Keip es un chico tranquilo. No es alguien proactivo, prefiere seguir su propio camino; las cosas tales como salir y socializar no son de su gusto, aunque en realidad, no se le da. Es lo que muchos considerarían un marginado de la sociedad. Básicamente es alguien que vive para sobrevivir y ayudar. Mantiene su vida humilde y se limita a continuarla de la misma forma.
Cuando está en la academia realizando su labor evita entablar conversación alguna con aquellos alumnos que de alguna u otra forma acaban insultándole por su profesión. Aun cuando sea algo que llegara a desear, él no puede saber en qué momento un alumno podría voltearle la cuchara y que, con un poco de manipulación, provocar su despido. Las ocasiones en las que le dicen cosas despreciables termina por ignorar, está consciente de que su autoridad ni siquiera puede asemejarse a la de algún profesor. Sabe perfectamente la manera en la que su trabajo es visto por los más jóvenes, especialmente por aquellos que nacieron con todo en la mano.
Lo cierto es que Keip, inevitablemente, siente envidia por aquellas personas, aclarando que tal sentir no es confundido con el odio ¿Quién no desearía tener dinero para gastarlo cuando se le dé la gana? Sin embargo, no es algo a lo que le da vueltas, agradece a sus deidades la oportunidad de tener la vida que ha logrado tener, longeva y llena de experiencias de las cuales aprender. Es muy agradecido gracias a que su progenitora, una bella sirena muy devota a sus dioses, le enseñó a apreciar las pequeñas cosas que la madre naturaleza concedía a su tribu.
Para él, parecería que el mundo se divide entre ricos y pobres, siendo él perteneciente al último grupo, pero se siente bien viviendo como lo hace. Las oportunidades para mejorar su calidad de vida se le han presentado, pero es alguien que prefiere ganar lo que obtiene dignamente. No tiene la conciencia manchada. Los valores le fueron bien inculcados al tritón, aún cuando su padre, un pirata hecho y derecho, tenía una mentalidad muy diferente a su amada esposa.
De hecho, podría ser considerado como un ser benévolo. Ayudará animales y personas siempre que esté en sus posibilidades. La cantidad de seres a las que ha proporcionado su apoyo a lo largo de su vida es incontable. No le importa gastar más dinero del necesario mientras que sepa que no ha sido éste no ha sido desperdiciado.
En honor a su madre, Keip ha decidido dedicar su vida a ayudar. Otorgando apoyo es como puede hallar la felicidad.
La colonia en donde vive no hay animales callejeros. Personalmente, se encargó de encontrarles dueño a esos pequeños caninos y felinos que habían sido rechazados a la oportunidad de un hogar. Los propios vecinos acuden a Keip cuando encuentran cualquier especie de animal herido, muchos de ellos teniendo la bondad de otorgarle dinero con tal de que la criatura en cuestión se recupere, sabiendo que el tritón les dará los cuidados que necesitan.  Actualmente, tiene como compañero a un zorro que por una grave herida se le tuvo que amputar la pierna delantera derecha. Él, incapaz de abandonarlo en su naturaleza y darle una muerte segura, decidió darle un hogar. Es lo que muchos llamarían una mascota, pero para él es un fiel compañero.
Sin embargo, prefiere pasar desapercibido. Parece ser que la atención lo agobia y le hace sentir claustrofóbico, sin duda opta por la soledad. Keip ha aprendido a convivir con ella y, después de tantos lustros, hacer de ésta su mejor amiga.

La historia de Keip se remonta al siglo XVI, aquella época donde seres desconocidos comenzaban a emerger. Siendo éste un tema tabú, la naturaleza curiosa del ser humano comenzó a manifestarse.
Fue durante esa época que los corsarios hicieron acto de presencia, quienes ante el capricho de sus reyes, avariciosos por monopolizar a alguna mística criatura, se vieron movidos por necesidad, muchos otros por curiosidad, hacia aquellas tierras prohibidas de Australia.
Aprovechando la patente, surcaron los mares, corrompiendo aun más su ya despreciable trabajo. Buscaban montes de riqueza, esclavos de los cuales aprovechar, pero sobre todo, aquellas especies que leyenda eran, entre ellas un ser mágico, una entidad que desde épocas inmemorables ha perdurado y marcado huella en la historia de la humanidad, las bellas sirenas.
Entre tantos piratas, Avery, el padre de Keip destacó, un joven pirata que se caracterizaba por el comercio de esclavos que realizaba. Sin embargo, cuando se le presentó la oportunidad de embarcarse rumbo Australia, no la dejo pasar. Consiguió suficientes criaturas para comercializar pero, entre tantas, una tribu llamó su atención. Una bella mujer de piel morena y rizada cabellera castaña fue capturada en pleno nado. Una hermosa cola de diversas tonalidades, una criatura en libertad y una cola mística que monopolizar, la avaricia de Avery pudo más y, sin dudarlo tan siquiera un segundo, se hizo el propietario de aquella bella mujer. Mitad pez en el agua, humana en la tierra, un simple cambio entre elemento y elemento que a una especie confirmó. De leyenda a realidad, aquella sirena llamada Wardan y perteneciente a los noongar, acabó por enamorarse de ese cruel y desconsiderado humano creyendo que su llegada había significado el regreso de su anterior amado, que era el djanak de su fallecido esposo. Engañada por su propia cultura, la joven noongar no puso resistencia alguna.
Con una sirena a bordo, la expedición prosiguió. Aviary, embelesado por la exótica belleza de su mujer, no pudo tan siquiera intentar serle infiel. La belleza de esa sirena era indescriptible a tal punto que el hombre, posesivo y temeroso de que otros apreciaran su magnificencia, acabó por encerrar a su precisa doncella en una lujosa habitación. Después del comercio que comenzó a realizar de criaturas místicas, se dio cuenta de que éste le convenía aun más que esclavos. La cantidad de depravados allá fuera era suficiente como para enriquecerlo.
Durante alguna de sus expediciones en busca de fortunas, la sirena se enteró de que estaba embarazada. Cuando el pirata llegó, la sorpresa que se llevó fue tal que tardó unos cuantos días en procesarlo, pero a fin de cuentas terminó aceptándolo. No transcurrió tan siquiera un mes para que el pequeño retoño naciera, fruto del amor que ambos seres se profesaban.
Sin embargo, por un pequeño detalle, Keip no fue la criaturita tierna que todos esperaban gracias a la catarata cognitiva con la que nació y que, durante aquella época, provocaba temor en los demás. De todas formas, cualquier cosa a la que no se le tuviera explicación ya era la manifestación del diablo, así que el pirata permitió que su pequeño creciera los primeros siete años de su vida a lado de su madre.
Lejos de lo que muchos llegarían a pensar, Avery era un padre cariñoso con Keip, lo suficiente como para que, en cierta ocasión, le diera el parche que tanto atesora hoy en día con el único fin de que el tritón tuviera más confianza en sí mismo.
“No tiene nada de avergonzarse, capitán.”
Y con esas palabras marcadas en su memoria, mantiene ese parche con cariño especial.
Así fue que con, ese parche y su dulce apariencia, el joven comenzó a crecer. La infancia y adolescencia de Keip no fueron realmente interesantes porque, a decir verdad, nada relevante sucedió más que el cercano contacto con su madre. El pirata siempre se encontraba en las aguas, huyendo o escondiéndose de la realeza hasta que, cierto día, él despertó y tanto su padre como su madre ya no estaban.
Aquellas personas cercanas a él chico le ocultaron la verdad durante año y decidieron apoyarlo de forma monetaria y moral hasta que, años después, le revelaron la verdad, el hecho de que su padre pasaría a la historia como “el delincuente más rico de la historia”, uno de los pocos grandes capitanes piratas en retirarse con su botín sin ser arrestado ni morir en batalla.
Aunque el hecho de que huyera con su madre  y lo dejaran detrás le desconcertó, aprendió a vivir con el hecho. No le generó trauma ni nada, solo dolor. De ahí en adelante, su vida continuó tranquila. Nada de traumas ni amores prohibidos, ni persecuciones ni pactos, solo prosiguió siguiendo su ideología, dejando que la corriente del destino le llevara a donde quisiera. Fue así que, sorpresivamente, acabó llegando dos siglos atrás a la ciudad de Canberra, permitiendo que las cosas transcurrieran y sucedieran por sí mismas.
De esa manera, hace unos años, llegó a Australia, apoyando primero en un grupo de apoyo para huérfanos y después buscando la manera en ganar dinero, rechazando todo aquel que buscara unos servicios, a su punto de vista, indignos. Después de tanto tiempo desempeñando pequeños trabajos en pequeños lugares, Keip tuvo la oportunidad de trabajar como conserje en la prestigiosa academia Green Light, algo bueno debía salir de ello.

-Tiene una gran cantidad de libros sobre salud, abarcando desde animales hasta cualquier ser mágico. La mayor parte obsequios de sus vecinos. Los ha obtenido a lo largo de su larga vida.
-Su fiel compañero es un zorro rojo llamado Birak (seco y caliente) debido a su cálida coloración.
-Sabe cosas básicas de enfermería y primeros auxilios. Puede realizar puntos perfectamente en una herida, y de igual forma (por supuesto, dependiendo de la gravedad), es capaz de tratarlas.
-Gracias a su antigua tribu, Keip tiene amplios conocimientos sobre herbolaria.
-Aunque no gana mucho dinero, gracias a todo el tiempo que ha tenido la dicha de vivir tiene ciertas comodidades.
-Su hogar suele ser alojo de animales.
-Le gusta la jardinería.
-Estudiaría enfermería o medicina veterinaria si tuviera la oportunidad.

Poderes/Habilidades:
1. Velocidad acuática: Nada y bucea con mucha mayor rapidez que la media. (3 post)
2. Control del agua: Tiene la capacidad de utilizar el agua a voluntad, aunque no necesariamente tiene que saber darle forma. (4 post) [Sugerencia: una buena debilidad para este poder podría ser que el usuario fuese vulnerable al rayo y a la electricidad en general].

Debilidades:
1. Electricidad: Al controlar el agua puede sufrir de desde toques ligeros hasta los más severos.
2. Falta de agua: Aunque es un mamífero, es necesario que mínimo tenga contacto con el agua cada 24 hrs o de lo contrario se debilita.

Procedencia (Anime/manga, Videojuego, Cómic, Novela gráfica): Russell versión anime de Happy Tree Friends.