Apolo Vyntra - ID

Año 1385-Atenas. Ocurría el nacimiento de un varón con una raza especial: La de los Dragones. Nació un niño de ojos ámbares tan brillosos como el sol y con cabello blanco como la misma nieve, había recibido el nombre de: Apolo (Referencia del Dios Griego Apolo el cual se representaba como el sol en el cielo). La razón de este nombre no fue simplemente por el color dorado de sus ojos, sino por la afición del padre hacia la curandería a través de las plantas medicinales. Se decía que Apolo, a pesar de ser el Dios de la muerte súbita, también era un Dios que curaba a los heridos y enfermos.

La infancia de Apolo, se desarrolló dentro de una familia bastante pequeña, a decir verdad el único familiar de Apolo era su padre: Admes, el cual se dedicaba al estudio de las plantas medicinales o mejor conocido como: Herbolagía. Era un curandero bastante conocido por las zonas bajas de la ciudad, pues sus métodos para curar malestares a partir de las plantas era simplemente algo que no cualquiera podría aprender.

A pesar de su fuerte raza, Apolo había nacido con un cuerpo débil y propenso a enfermedades, su padre realmente no sabía cuál quera la causa de su condición, pero sabía muy bien cómo atender a Apolo y lograr que recuperara sus fuerzas, gracias a las infusiones que le preparaba, el albino se recuperaba rápidamente.

Apolo se mostraba como un niño bastante curioso, desde que pudo caminar sus deseos por aprender se hicieron presentes y más aún cuando finalmente tuvo el uso de la razón. Su padre le introdujo al mundo de la las plantas curativas, enseñándole a medida que crecía todo lo que tenía que saber. Su educación fue centrada en la herbolaria y en los idiomas, que aprendió a clasificar plantas que crecían tanto como no en su tierra, el reconocerlas por sus características físicas y sus usos en la curación. Aprendió tanto y tan rápido que a edad temprana ayudaba a su padre con su trabajo de curandero.

Lamentablemente con el paso del tiempo, los años no hicieron más joven a Admes, pues el no gozaba de la larga vida que tenía un dragón como destino. En el año 1416 el padre de Apolo habría muerto por causas naturales. El dragón, a pesar de tener 31 años aun aparentaba 12 años, cosa que desconcertaba a todas las personas que habían rodeado a la pequeña familia Vyntra.

Admes siempre mantuvo en secreto su aventura con aquella Dragón, la cual había desaparecido días después de dar a luz para dormir durante siglos, convirtiéndose en piedra en el filo de una montaña. Este secreto se mantuvo oculto a petición de la Dragón, lamentablemente los padres de Admes se enteraron de una u otra manera, dando la espalda a él y a su hijo, de esa forma Apolo había quedado completamente solo en aquel mundo. Sus memorias, en vez de ser algo con que recordar a su padre con orgullo, se habían vuelto un método de tortura que lo castigaba cada día, el inmenso e incondicional amor que tenía hacia Admes se había convertido en las razones de su malestar. Pasaron los años y el dragón aún no había superado la muerte de su padre, y no fue hasta la edad de 76 años cuando ya no pudo soportarlo más, y finalmente decidió emprender su propio viaje.

Tuvo un rumbo especifico desde el primer día en que salió de Grecia, y a pesar de saber que era un viaje largo no tuvo miedo del tiempo, aun le quedaba bastante por vivir. Teniendo la base del inglés, se dirigió a Inglaterra, donde comenzaría una nueva etapa de su vida.

Sin ninguna duda, Inglaterra era muy diferente a Grecia, para Apolo el ver tantas cosas distintas le llenó de curiosidad y ganas de aumentar sus conocimientos. Fue bien recibido en aquel lugar nuevo, pues a pesar de sus nada usuales características físicas, era tratado como un igual; pero el lado malo de la situación, era que a pesar de estar tan lejos de Grecia, las memorias de su padre habían viajado con él. Fue así como su control sobre las emociones fue completamente roto. Con ganas de estar solo, se dirigió a lo profundo del bosque sin darle importancia a las personas que le advertían, pasaría lo que tendría que pasar. Fue ahí cuando finalmente se desmoronó. Hasta ese momento Apolo había vivido como un humano común y corriente, y fue en ese bosque donde finalmente dio la primera imagen de ser un gran dragón, pues finalmente había perdido el control de sus emociones. Se mostró como un ser poderoso con escamas tan blancas como su mismo cabello, sus ojos del mismo color ámbar tan afilados y unas alas que le permitirían volar por los cielos; pero Apolo incapaz de controlarse en ese estado, sus instintos le obligaron a destruir, comenzando por el pueblo en el cual se encontraba. Fue gracias a un descendiente lejano de Merlín que Apolo regresó casi a la normalidad, pues su hibridación por algún motivo no desaparecía, el mago logrando penetrar un poco en el corazón de Apolo, se ofreció a ayudarle a controlar su magnífica raza a cambio de una de sus escamas, el dragón inexperto aceptó la propuesta del mago y de esa forma comenzó a ser una especie de Aprendiz.

Apolo absorbía los años lentamente, pues su primer siglo se hizo presente en su madurez pero no en su físico, pues aparentaba tener la edad de 18 años. El mago le había obsequiado un ámbar mágico en forma de collar para ocultar su forma híbrida, de esa manera Apolo podía ir y venir al pueblo por víveres. Había vivido con el mago durante 25 años, en los cuales había aprendido mucho sobre nuevas plantas medicinales, sobre los dragones e incluso de sí mismo. Ahora con el conocimiento básico sobre sus poderes, el resto del camino lo tenía que recorrer nuevamente solo, pues para aquel viejo mago también había llegado la muerte.

Había adoptado la cabaña del mago como suya; también había adquirido una vida serena y tranquila en las profundidades del bosque, sin embargo, aquella tranquilidad se vio acabada al escuchar el llamado a la puerta. Curioso, Apolo atendió y se sorprendió al ver que de una mujer joven y herida se trataba. Sin pensarlo dos veces, atendió las heridas de la mujer y le dejó quedarse en aquella cabaña durante varios días. En ese tiempo Apolo no se limitó con sus preguntas, pues la belleza de la mujer le había cautivado. Contando con que su nombre era Ann y que había escapado de los hombres que querían cazarla bajo el término de “Bruja”, Apolo decidió esconderla y protegerla sino antes también soltar un poco de información de sí mismo.

Las heridas de la mujer sanaron con los días, y con esos días también nació una atracción entre Ann y Apolo. Esos días se convirtieron en años (5 años), en los cuales el dragón había ocultado a Ann de los caza brujas con suerte, pues cada vez se le hacía más difícil el negar la verdad. La mujer realmente tenía el control sobre la magia pero excusándola se encontraba un bondadoso corazón que simplemente era incapaz de cometer algo que lastimara a las demás personas.

No fue hasta una noche de invierno donde el fuego se desató. Apolo se despertó por el inconfundible olor del humo, notando como la cabaña en la que vivían era consumida por las llamas, se apresuró para tratar de proteger a Ann. Afuera, una gran multitud vitoreaba al causante del incendio por haber asesinado a dos seres con magia esa noche, lamentablemente Apolo les mostró lo contrario. Un gran dragón, con escamas blancas, salía entre las llamas, llevando consigo a la mujer Ann sobre su lomo. Apolo tratando se defender a su primer amor, no se había percatado de el aváncense del pueblo en cuanto a sus defensas, fue así como una gran lanza se le escrutó en el pecho, por suerte su dura piel evitó que el filo llegara a su corazón, pero le dejó en un muy mal estado. Aquella noche Ann fue quemada viva en la hoguera, y en la cabeza de Apolo solo quedaron sus gritos de dolor.

El resto de su vida no fue muy significativa para él, el recuerdo de Ann le había obligado a dejar Inglaterra, y como un acto masoquista regresó a Grecia, justo a su antiguo hogar, el cual había quedado realmente destruido. Aquella parte de la ciudad había sido abandonada y alejada del resto de la civilización, por lo cual aquella casa se había deteriorado con los años. Apolo tomó asiento en el antiguó escritorio de su padre, se quitó el collar mágico regresando a su forma hibrida, cerró los ojos y su piel se hizo roca.

El paso de los siglos hizo que Apolo despertara de su largo sueño, no fue hasta el año 1870 en que su cuerpo regresó a ser de carne y hueso nuevamente. El cuerpo de Apolo había sido llenado con adornos sagrados y su alrededor estaba repleto de velas y obsequios, como si hubiese sido venerando durante mucho tiempo. El dragón albino bastante confundido por la época totalmente diferente en la que se encontraba, decidió salir de su “Templo” a buscar alguna especie de información, no sin antes ponerse el collar mágico que le había otorgado el viejo mago. Para su suerte, el grupo de hombres y mujeres que le habían venerado durante su largo sueño, le encontraron antes de que algo malo le pasara y le llevaron a un lugar seguro. Durante 144 años, Apolo estudió, aprendió y se actualizó con ayuda del pequeño grupo de personas a cambio de ser su curandero. Ahora con la sorprendente edad de 629 años solo aparentaba 23 años. Una vez se sintió listo para dejar Grecia nuevamente, se dirigió a Australia, donde consiguió una oportunidad para trabajar en lo que más le gustaba y desde un principio hizo: La Herbología. Logró entrar como profesor en una Academia llamada Greenlight como encargado de la materia.

Una vez más, una nueva etapa comenzaba para Apolo Vyntra, en la cual se desarrollaría su vida como profesor en aquella Academia donde no sería cazado por ser diferente. Ahora solo le quedaba vivir y seguir viviendo, hasta que el tiempo de su muerte llegara al fin.