Shino ID}

Es un ser cuanto menos misterioso. No se muestra tal y como es, sino que actúa dependiendo de la situación que se le presente. Puede ser tanto amable como agresivo con sus palabras. No hace distinción de nadie. Amén de no mostrarse tal y como es en realidad, es alguien que no habla de su pasado ni nada por el estilo, no le agrada, a menos que se lo pidan expresamente, y aún así se muestra reacio a hablar. Suele responder de dos formas distintas: negándose de mala forma, diciéndote que no es asunto tuyo o con un silencio y mirando hacia otro lado.

Es hablador cuando se lo propone, siendo la mayor parte del tiempo alguien bastante amigable, pero lo hace meramente por interés en llevarse bien con alguien para después aprovecharse de alguna forma de esa persona. Es, en el fondo, alguien manipulador en el ámbito psicológico. Siempre muestra una amplia sonrisa.

Terco como una mula, si algo se le mete en la cabeza lo hará, le da lo mismo si se estrella o le sale mal, él lo intentará hasta que le salga bien. A parte de terco es persistente, por lo que en el fondo es algo bueno. Un ser sumamente curioso, en todo momento querrá saber lo que estás haciendo y si no se lo dices te perseguirá hasta el fin del mundo con la firme intención de conseguir averiguar aquello que se está realizando, llegando a ser realmente cansino.

En cuanto al tema amoroso, se muestra muy reacio a enamorarse de alguien por el mero hecho de que no lo respete. Tiene miedo a que lo rechacen por ser como es. Él mismo, internamente, se considera un monstruo, por lo que piensa que nadie es capaz de amarlo de forma verdadera, sino más bien por el interés. Mas cuando consigue confiar en alguien, se muestra tal y como es, no actuando delante de esa persona, siendo un joven bastante atento y sensible. Es bastante empático y respetuoso con aquellos con los que se ganan su confianza. Cabe destacar que suele ser bastante desconfiado, de ahí que actúe. Piensa que lo van a traicionar otra vez.

A veces es bastante agresivo, obviamente si lo molestan de sobremanera, asestándose un mordisco si lo ve realmente necesario. En caso contrario, únicamente se limitará a agredir con palabras o haciéndote caso omiso.

Es un joven alto y apuesto, mide aproximadamente 1.80 m. De cuerpo esbelto y bien formado cabe destacar. Musculatura no demasiado marcada pero sí apreciable a simple vista. Brazos y piernas fuertes y acordes con su fisonomía. Rostro fino, pero varonil. Piel pálida, sensible al sol debido a su albinismo y sin ninguna imperfección salvo un pequeño antojo en forma de flor en su cuello, el cual suele ocultarlo. Cabello plateado, liso —aunque por ciertas zonas parece que lo tiene ligeramente ondulado, como lo es en la parte del cogote—  y suave, ligeramente largo, llegándole hasta casi los hombros. Ojos rojos como la sangre, bastante expresivos. Posee unos labios delgados y suaves. Cuando abre éstos se pueden apreciar unos afilados colmillos.

Suele vestir un kimono de tono rosáceo, mas se le puede ver con otro tipo de ropa. Cubriéndole el cuello siempre está una bufanda amarilla, bastante cálida.

Cuando se transforma tiene dos variantes: una de ellas es un lobo corriente y moliente, de pelaje suave y blanco, ojos rojos y una parte amarillenta en el pecho. La otra es un lobo antropomórfico, por lo que es muy común que cuando no controla su transformación, su brazo por ejemplo, termine siendo una extremidad de pelaje blanco y con garras, mas no unas garras muy afiladas -véase la última imagen-.

Spoiler:

Nació en la era Edo de Japón, mas no residía en una casa de la ciudad ni nada por el estilo, sino que sobrevivía en las montañas junto con su camada, todos de su misma índole, es decir, demonios. Pero ellas eran demonios menores, no poseían la fuerza de Shino, de ahí que éste se convirtiera en el líder de la camada. En un principio eran una camada de lobos normales, debido al albinismo de Shino, los demás lobos salían a cazar por el día, mientras que él, como es normal, por la noche. Su principal alimentación era de las almas de cualquier indigente, una persona que no tuviera a nadie en el mundo, es decir, almas atormentadas y que buscaban desaparecer del mapa. También aquellas que eran malvadas, como por ejemplo el alma de un asesino o de un violador. Esa era básicamente su alimentación. Aquellos lobos eran fáciles de identificar puesto que poseían una marcha característica en cada parte de su cuerpo.

Desgraciadamente, la mayoría de ellos fueron cayendo debido a que provocaban muchas muertes innecesarias según los humanos que poblaban los pueblos y la ciudad. Mas no era así. En su momento, Shino no tuvo más remedio que visitar la ciudad para comprar víveres. Por supuesto, la marca de su cuello la llevaba bien escondida gracias a la bufanda, por lo que pasaba completamente desapercibido. Ese día, Shino conoció a una joven que parecía ser bastante simpática, al parecer había hecho un largo viaje para visitar a su hermano mayor. Como la joven no sabía leer, el joven demonio le mostró el camino encantado. Conversaron largo rato hasta que el hombre apareció, ahí fue cuando se despidieron, pero no iba a ser la última vez que se verían, tenía el extraño presentimiento de que la volvería a ver en cualquier otro momento.

Los días fueron pasando y aún no tenía noticias de aquella joven que había conocido hace poco. Ciertamente le llamó bastante la atención y no paraba de pensar en ella. De nuevo, con la intención de comprar víveres, se encontró con ella, mas no fue un encuentro precisamente agradable a decir verdad. Varios hombres habían descubierto la identidad de Shino, se dieron cuenta de que era uno de esos demonios que causaban esas muertes innecesarias en la población. Por suerte no le vieron el rostro, esto es debido a que llevaba la máscara puesta, esa máscara que una mujer de su clan le había regalado. No les dio tiempo apenas a intercambiar palabras, únicamente la tomó de la mano y se la llevó corriendo de allí, intentando encontrarse en un llano para poder así escapar y dar esquinazo a aquellos que lo buscaban con desesperación y odio acumulado en su interior.

Lograron al menos tener un momento de tranquilidad para poder hablar de una forma amena. Ahora le sería imposible aparecer por el pueblo. A menos que eliminara a esa escorio. Sus almas no eran puras, estaban demasiado corrompidas, seguro que estaban deliciosas, y lo mejor de todo, nadie lamentaría sus muertes. No tenían a nadie. Habló largo rato con ella hasta que la muchacha se tuvo que marchar a su casa con su hermano. Era la oportunidad perfecta para irrumpir en casa de esos desgraciados y arrebatarles la vida por completo, comiéndose sus almas.

Dicho y hecho.

Shino terminó con la existencia de aquellos hombres. Sus casas desprendían un aire desolador, completamente de soledad. Parecía que pocas mujeres habían vivido entre esas cuatro paredes mal construidas. Habiendo acabado con sus vidas, ya era capaz de caminar con tranquilidad por la ciudad, a menos que los rumores de su existencia se hubieran extendido.

A los días siguientes regresó a la ciudad para comprobar que esos rumores no se habían extendido. Respiró aliviado al ver que podía caminar con total normalidad, sin tener que preocuparse por nada. En ese preciso instante se encontró con la joven. Hablaron mientras caminaban por la ciudad. Shino la llevó a una tienda de kimonos ya que a ella le hacía ilusión llevar alguno. Cuando ésta se probó uno, el joven demonio quedó prácticamente prendado, mas no avanzó mucho más que eso. No llegó a sentir nada más que una atracción, nada de amor.

Sin nada más que destacar, los años pasaron y la relación entre ambos se fue estrechando más y más. Shino le enseñó a leer y escribir por el mero hecho de que se iba a marchar dentro de poco de la ciudad, exploraría nuevos horizontes. La despedida obviamente fue dolorosa para ambos. Jamás pensó que fuera a ser tanto. No se lo había imaginado nunca y con aquella joven lo vivió. Bueno, ya no era una joven, sino más bien una mujer, aunque ciertamente seguía pareciendo un tanto masculina. Pero eran detalles nimios.

Ambos se hablaban por cartas, contándose lo que habían vivido en el día, o en la semana, dependiendo de cuan ocupados estuviesen ambos. Le agradó saber que estaba bien, no quería que nada le pasara, si por él fuera se habría quedado con ella hasta que la joven falleciera o intentaría de alguna forma que viviera tanto tiempo como lo haría él. No quería separarse de ella, pero había veces en las que no tenía más remedio que recurrir a la lejanía. Por más que quisiera evitarlo le era imposible.

Los días pasaron. Las semanas pasaron y no tenía noticias de ella. Evidentemente estaba bastante preocupado por ella. ¿Qué le había pasado? ¿Estaba quizás demasiado ocupada con sus cosas? Esas preguntas invadieron su mente y partiendo de la premisa de que estaba ocupada, decidió esperar un par de días más. La inquietud no hacía más que aumentar en su cuerpo, la preocupación invadía su mente. No era capaz de dormir por las noches. ¿Estaría bien regresar a la ciudad para ir a verla? Aquella noche se encontraba en su lecho, releyendo las cartas que la joven le había enviado. Una lágrima recorrió su rostro fruto de la preocupación. Guardó la carta y se levantó ipso facto de la cama, poniendo rumbo hacia la ciudad donde residía la joven.

Le tomó varias semanas llegar debido a que únicamente se podía mover por la noche por su albinismo. A veces caminaba por la mañana, procurando encontrar sombra con la que poder cubrirse y así permanecer poco tiempo bajo el sol. Por fin logró llegar a la ciudad, rápidamente se dirigió hacia la casa del hermano mayor de la joven. Lo que se encontró no le gustó para nada. Se quedó en estado de shock. Sus ojos se abrieron de par en par y una lágrima recorrió su mejilla. A esa lágrima le siguieron más. Un nudo se hizo presente en su garganta, no pudiendo apenas proferir un alarido como muestra del dolo. Sí, la joven había muerto.

No era capaz de acercarse a ella, de hablar con su hermano que estaba roto por el dolor de perder a su único familiar. Era un panorama desolador, y esa desolación invadió todo su ser. En su fuero interno deseó fervientemente que aquella joven regresara a la vida, sin importarle el precio que tuviera que pagar por ello. Como si entregaba gran parte de su alma a otra persona, pero anhelaba poder escuchar de nuevo su risa.

En aquel momento sus plegarias no fueron escuchadas. Nadie quería ayudarlo. Fue en el transcurso de los años —un siglo más o menos—, cuando alguien por fin lo escuchó. Resultó ser un demonio, al igual que él, pero éste parecía poseer un poder mayor. En ese instante fue cuando le ofreció la oportunidad de hacer un trato con él, con las siguientes condiciones: El demonio mayor devolvería a la vida a la joven y Shino le entregaba más de la mitad de su alma como pago.

Sin pensarlo ni un momento, sin pararse a pensar en las consecuencias que aquello podría acarrear, aceptó totalmente decidido. Su deseo de volverla a ver era mucho más fuerte. Aunque ciertamente no sabía si el contrario podía hacerlo. Bueno, le daba igual. Aceptaría de cualquier forma.

Su deseo al parecer se hizo realidad, el demonio logró devolver a la vida a la joven, convirtiéndola en un alma. Su naturaleza básicamente le traía sin cuidado, mientras pudiera hablar con ella y abrazarla era más que suficiente. Mas no estaba a su lado aún, sino que tenía que buscarla. Eso no resultaría demasiado difícil, gracias a su olfato desarrollado podía hacerlo. El demonio, llamado Deprip, le indicó que no se encontraba muy alejada de donde estaban ellos.

Cuando dio con ella, sus ojos rojos como la sangre se abrieron de par en par, no pudiendo creer que realmente estuviera delante de ella. La joven mujer se miraba extrañada, sin saber lo que le había pasado. Estaba confusa, pero Shino no dudó ni un momento y corrió a abrazarla, llorando como un crío, estrechándola entre sus brazos con una fuerza considerable.

— ¿Qué me ha pasado? —preguntó la joven un tanto confusa, desorientada por completo al encontrarse en una época algo distinta en la que vivió.

— Más adelante te contaré... —le contestó el demonio menor, con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada debido al llanto.

Pronto recobró la compostura y a partir de ese momento ambos siguieron a Deprip ya que no tenían lugar alguno en el que poderse refugiar.

Ocurrido aquello, todo fue la mar de bien. No había problema alguno, aunque era inevitable que Shino acatara las órdenes que Deprip le imponía. Se trataba de parte del trato por lo que no podía hacer nada al respecto. Lo cierto es que por un par de años, Shino y esa chica vivieron apartados del demonio. En ese tiempo que no tuvieron contacto las cosas se fueron torciendo poco a poco. Una fuerte discusión separó a ambos. No tenía ni la más mínima idea de donde se encontraba la joven y ese instante tampoco es que le importase demasiado, así que regresó con el demonio, trasladándose así a Australia, acompañándolo hacia la academia Greenlight.

Esperaba olvidar por prolongado tiempo lo que había ocurrido. Mas no dejaba que los demás vieran su mal estado de ánimo. Se esforzaba por mantener una fachada completamente distinta, más animada, como si no le hubiese importado en nada lo que le había ocurrido.

₪ Gustos:
• La naturaleza
• La soledad
• La libertad
• Las cosas dulces
• La música, logra calmarlo cuando está realmente enfadado

₪ Disgustos:
• Estar encerrado, se pone de mal humor
• Que lo molesten cuando más tranquilo está
• Las cosas amargas
• El ruido excesivo, llega a irritarlo de sobremanera
• Que no lo tomen en serio

₪Poderes/Habilidades:

► Transformación: Pasa por dos estadíos: Lobo antropomórfico (muy poco común) y lobo normal (tampoco es muy común, pero dentro de lo poco común es lo más usual).

► Oído: Lo tiene muy desarrollado, por lo que no les es difícil escuchar cosas inaudibles para los demás ni averiguar su procedencia.

₪ Debilidades:

►A veces no controla su transformación.
►Se enferma con cierta facilidad, teniendo fiebres altas.
►Al  ser albino no puede permanecer demasiado tiempo debajo del sol sin la correspondiente protección. También es bastante sensible a la luz, cualquier destello puede desorientarlo y dejarlo ciego por escasos minutos.
► Los ruidos fuertes y agudos lo irritan y marean, llegando en varias ocasiones a desmayarse.

₪ Nombre original del personaje: Shino
₪ Anime/manga/videojuego del que proviene el personaje: Fuse: Teppou Musume no Torimonochou