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[Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
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[Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Había entrado a la academia a escondidas después de que todos los estudiantes entraran, caminando o corriendo por los techos y saltando de un techo a otro igual de un árbol a otro buscando a Klein. Desobedecía la orden de quedarse en casa cuando él estuviera en clase pero se aburría a muerte y quería jugar con él ya que era la única persona que conocía de todo ese lugar. Se transportó por los lugares altos, como bardas, árboles, techos y rejas lugares donde la gente no le podría ver con facilidad a menos de que voltearan hacia arriba. Después de un rato de seguirlo por el olor, perdió su rastro y terminó vagando por la escuela por unas dos horas sin rumbo fijo y sin poder encontrar de nuevo el rastro. -Ah...por qué el olor de papá se confunde tanto...- suspiró sentándose de forma felina en un árbol con la cola suelta moviéndose de un lado a otro mientras observaba a la gente.
Bostezó mostrando los colmillos, decidió irse ya a casa volviendo a caminar por donde ya había caminado o eso pensó cuando cayó en cuenta de que se había perdido, algo demasiado común en ella. -No soy como los perros que encuentran su lugar a casa...esos consentidos...- negó para si misma mientras se acostaba en otro árbol donde se había posado a descansar, miró hacia arriba observando las hojas que dejaban traspasar una tenue luz por el sol. Cuando se estaba relajando olió algo particular que lastimó su nariz haciendo que estornudara.
Se sentó en el árbol a buscar de donde provenía y era del tronco, o para ser más seguros de la base del árbol. Un hombre rubio que fumaba un cigarrillo sin mucha preocupación debajo del gran árbol. Ladeó la cabeza observándole con curiosidad y de nuevo estornudó por el olor ya que su nariz era sensible hacia los olores, más hacia los desagradables. Se comenzó a acicalar, una mala costumbre más la nariz que era la que le dolía en ese momento hasta se le había olvidado que el hombre probablemente le estuviera mirando por hacer ruido y el hecho de que estaba perdida sin encontrar a Klein.
Bostezó mostrando los colmillos, decidió irse ya a casa volviendo a caminar por donde ya había caminado o eso pensó cuando cayó en cuenta de que se había perdido, algo demasiado común en ella. -No soy como los perros que encuentran su lugar a casa...esos consentidos...- negó para si misma mientras se acostaba en otro árbol donde se había posado a descansar, miró hacia arriba observando las hojas que dejaban traspasar una tenue luz por el sol. Cuando se estaba relajando olió algo particular que lastimó su nariz haciendo que estornudara.
Se sentó en el árbol a buscar de donde provenía y era del tronco, o para ser más seguros de la base del árbol. Un hombre rubio que fumaba un cigarrillo sin mucha preocupación debajo del gran árbol. Ladeó la cabeza observándole con curiosidad y de nuevo estornudó por el olor ya que su nariz era sensible hacia los olores, más hacia los desagradables. Se comenzó a acicalar, una mala costumbre más la nariz que era la que le dolía en ese momento hasta se le había olvidado que el hombre probablemente le estuviera mirando por hacer ruido y el hecho de que estaba perdida sin encontrar a Klein.
Invitado- Invitado
Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Tenía tantas cosas que hacer ese día y Leone al no ser especialmente responsable prefería perder el tiempo en cualquier cosa, últimamente había estado deambulando por el patio o los sectores marginales en aquel amplio patio. No era de quien se juntase con otros a dialogar, detestaba andar de amistoso puesto que su forma de ser se lo impedía y el italiano gustaba solo de una cosa: fumar. Era imposible que no tuviera ganas, condena al ser medio demonio y ceder constantemente al deseo o glotonería en su ámbito más puro.
- Cada vez resulta más difícil... - mencionó apoyando su espalda en un árbol muy grande y bajando hasta sentarse tranquilo y por la posición de este lograba ocultar su anatomía a cualquiera que pasara por el sitio. Casi como un escondite, aunque el lugar no era muy privado, pronto podría pasar un prefecto y confiscar el tabaco del semi-demonio. - tsk... que se atrevan... - susurró con enfado, empuñando la zurda mientras mordió el filtro del cigarrillo con ira, maquinando cómo les apalearía si se atrevieran siquiera a tratar. Algo de ceniza se desprendía, Leone pronto alzó la mano y tomó el pitillo, ensuciando sus oscuros guantes con parte del desperdicio del cigarrillo. Miró con desprecio ese vicioso y delicioso cilindro, quedaba poco y eso no era nada bueno. Lo llevó a la boca nuevamente y aspiró con ganas, logrando hacer que se consumiera hasta el límite del filtro y entonces, reteniendo el aire, choca ese cigarro contra la base del árbol donde reposaba y así apagarlo.
Escucha un estornudo y de inmediato se pone alerta, viendo a los costados y no encontrando nada amenazante, nadie circundaba su entorno y no dudó en mirar hacia arriba percatándose entonces de la compañía de otra persona. Con cierto tono de alarma, le habló a la persona sobre el árbol. - Se supone los estudiantes debieran estar en clases ahora... - aunque ella no portaba el uniforme de los Alfa, Gamma o Beta. Dudó que fuera una alumna como él, quien con la camisa semi-abierta y el pantalón oscuro representaba al típico alumno irresponsable que estaba fugado de clases solo para fumar. El tono oscuro de su cabello que se distinguía entre las verdes hojas del follaje, inmediatamente llamó su atención consiguiendo que Leone le detallara más, viendo el rojizo de sus ojos y tras algo de tiempo nota algo peculiar. ¿Era eso una cola?, el rubio abre bien sus ojos para ver mejor ese rasgo que colgaba y se movía con la prolijidad de todo felino.
- ¿qué eres tú, mujer? - preguntó sin nada de cortesía, aunque su rostro no se mostró tosco, su seriedad y curiosidad salían a flote, poco a poco se relajaba su rostro ante la idea de que... oh, ¡También tenía orejas felinas! - ¿gato? - se atrevió a decir, levantándose sin cuidado de su asiento de pasto para poder estar a una altura mejor, Leone era bastante alto y era sencillo que la chica estuviera a menor distancia si este se paraba. Ella no era humana, cosa que el rubio entendió mucho tiempo después, su olor era diferente y quizás este no lo sintió ya que el cigarro era un estorbo en esas cosas. Estaba interesado, demasiado y costaría disimularlo. Apoyó sus manos en el tronco, estando su pecho contra este pero no lo tocaba, solo en su dirección, no quería asustarle ya que consideró que podría ser esquiva como los gatos lo eran; por el contrario, bien podía ser la chica de aquellos felinos que buscaban afecto. Quien sabe.
- Cada vez resulta más difícil... - mencionó apoyando su espalda en un árbol muy grande y bajando hasta sentarse tranquilo y por la posición de este lograba ocultar su anatomía a cualquiera que pasara por el sitio. Casi como un escondite, aunque el lugar no era muy privado, pronto podría pasar un prefecto y confiscar el tabaco del semi-demonio. - tsk... que se atrevan... - susurró con enfado, empuñando la zurda mientras mordió el filtro del cigarrillo con ira, maquinando cómo les apalearía si se atrevieran siquiera a tratar. Algo de ceniza se desprendía, Leone pronto alzó la mano y tomó el pitillo, ensuciando sus oscuros guantes con parte del desperdicio del cigarrillo. Miró con desprecio ese vicioso y delicioso cilindro, quedaba poco y eso no era nada bueno. Lo llevó a la boca nuevamente y aspiró con ganas, logrando hacer que se consumiera hasta el límite del filtro y entonces, reteniendo el aire, choca ese cigarro contra la base del árbol donde reposaba y así apagarlo.
Escucha un estornudo y de inmediato se pone alerta, viendo a los costados y no encontrando nada amenazante, nadie circundaba su entorno y no dudó en mirar hacia arriba percatándose entonces de la compañía de otra persona. Con cierto tono de alarma, le habló a la persona sobre el árbol. - Se supone los estudiantes debieran estar en clases ahora... - aunque ella no portaba el uniforme de los Alfa, Gamma o Beta. Dudó que fuera una alumna como él, quien con la camisa semi-abierta y el pantalón oscuro representaba al típico alumno irresponsable que estaba fugado de clases solo para fumar. El tono oscuro de su cabello que se distinguía entre las verdes hojas del follaje, inmediatamente llamó su atención consiguiendo que Leone le detallara más, viendo el rojizo de sus ojos y tras algo de tiempo nota algo peculiar. ¿Era eso una cola?, el rubio abre bien sus ojos para ver mejor ese rasgo que colgaba y se movía con la prolijidad de todo felino.
- ¿qué eres tú, mujer? - preguntó sin nada de cortesía, aunque su rostro no se mostró tosco, su seriedad y curiosidad salían a flote, poco a poco se relajaba su rostro ante la idea de que... oh, ¡También tenía orejas felinas! - ¿gato? - se atrevió a decir, levantándose sin cuidado de su asiento de pasto para poder estar a una altura mejor, Leone era bastante alto y era sencillo que la chica estuviera a menor distancia si este se paraba. Ella no era humana, cosa que el rubio entendió mucho tiempo después, su olor era diferente y quizás este no lo sintió ya que el cigarro era un estorbo en esas cosas. Estaba interesado, demasiado y costaría disimularlo. Apoyó sus manos en el tronco, estando su pecho contra este pero no lo tocaba, solo en su dirección, no quería asustarle ya que consideró que podría ser esquiva como los gatos lo eran; por el contrario, bien podía ser la chica de aquellos felinos que buscaban afecto. Quien sabe.
Invitado- Invitado
Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Siguió acicalándose olvidando que el hombre rubio estaba bajo el árbol, era demasiado despistada, se le olvidaban las cosas aparte de que era torpe lo que le acarreaba demasiados problemas con la gente. Cuando escuchó la voz del otro parpadeó mirándole desde arriba de la rama ladeando su rostro mientras su cola se movía de un lado a otro. -¿Estudiantes?- preguntó con curiosidad, ahora recordaba que Klein era uno y al parecer era de un puesto importante o algo así, probablemente le haya confundido con una alumna pero la verdad era que ni debía estar ahí, tenía la orden de quedarse en casa y recordaba que estaba buscando al pelinegro pero como se dijo antes se el olvidan las cosas muy rápido cuando encuentra otras más interesantes en las que poner atención.
Miró sus ropas, le pareció algo curioso que no tuviera las mismas que toda la gente que había logrado ver en aquel lugar, los uniformes de los alumnos, y aquel hombre no lo tenía ¿sería algo ajeno a la escuela? En ese momento no llevaba sus armas, pues el objeto de ir a la escuela era jugar con Klein, no necesitaría traer sus dagas y en ese momento en el lugar de su lazo color azul cielo tenía un lazo negro con un cascabel en el pero era muy sigilosa y por eso no se había escuchado el sonido o hubiera sido delatada por eso.
Escuchó su pregunta y le sonrió -Yo soy Ozura.- interpretó que la pregunta era quién no qué, le volvió a escuchar mientras este se levantaba lo que hizo que enderezara su posición volviéndose a sentar de esa forma felina sin parar de mover su cola pues ya era más un reflejo involuntario como si tuviera vida propia. -Oh si, podría decirse que soy un gato.- le volvió a sonreír enseñando sus caninos. -Soy de una raza que tiene rasgos felinos.- pensó un poco -Para ustedes puede considerarse un gato humano...- trató de buscar una descripción nunca pensó en estar describiendo lo que era pero no le molestaba, como a cualquier gato el gustaba que le pusieran atención.
Recordó de nuevo lo que venía a hacer, se movió hacia adelante acercando su rostro al rubio sin ninguna extrañeza u otra intención que grabarse su olor olisqueando un poco, olía mucho a tabaco y otras cosas, le miró de nuevo. -¿Tú sabes dónde puedo encontrar a papá?- preguntó sonriendo. -Ah digo al amo Klein.- se corrigió pues ellos no sabrían que Ozura le decía papá al pelinegro aunque de todas maneras su corrección al llamarle amo seguía siendo extraña, su cascabel sonó en todo ese movimiento recordando que lo tenía puesto, si se le olvidaban demasiado rápido las cosas.
Miró sus ropas, le pareció algo curioso que no tuviera las mismas que toda la gente que había logrado ver en aquel lugar, los uniformes de los alumnos, y aquel hombre no lo tenía ¿sería algo ajeno a la escuela? En ese momento no llevaba sus armas, pues el objeto de ir a la escuela era jugar con Klein, no necesitaría traer sus dagas y en ese momento en el lugar de su lazo color azul cielo tenía un lazo negro con un cascabel en el pero era muy sigilosa y por eso no se había escuchado el sonido o hubiera sido delatada por eso.
Escuchó su pregunta y le sonrió -Yo soy Ozura.- interpretó que la pregunta era quién no qué, le volvió a escuchar mientras este se levantaba lo que hizo que enderezara su posición volviéndose a sentar de esa forma felina sin parar de mover su cola pues ya era más un reflejo involuntario como si tuviera vida propia. -Oh si, podría decirse que soy un gato.- le volvió a sonreír enseñando sus caninos. -Soy de una raza que tiene rasgos felinos.- pensó un poco -Para ustedes puede considerarse un gato humano...- trató de buscar una descripción nunca pensó en estar describiendo lo que era pero no le molestaba, como a cualquier gato el gustaba que le pusieran atención.
Recordó de nuevo lo que venía a hacer, se movió hacia adelante acercando su rostro al rubio sin ninguna extrañeza u otra intención que grabarse su olor olisqueando un poco, olía mucho a tabaco y otras cosas, le miró de nuevo. -¿Tú sabes dónde puedo encontrar a papá?- preguntó sonriendo. -Ah digo al amo Klein.- se corrigió pues ellos no sabrían que Ozura le decía papá al pelinegro aunque de todas maneras su corrección al llamarle amo seguía siendo extraña, su cascabel sonó en todo ese movimiento recordando que lo tenía puesto, si se le olvidaban demasiado rápido las cosas.
Invitado- Invitado
Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Aún tenía sus orbes fijados en la fémina, quien pronto le respondió eqúivocamente a su pregunta, pero Leone no se enojó, no podría hacerlo con aquella criatura. Asintió breve, repitiendo en su mente el nombre entregado y tras la aseveración siguiente, Leone le comenta suave - Gato... no sabía que existían seres como tu... - no quiso ser despectivo al referirse a la morena y seguramente habría sonado de esa forma. - Ya veo... ¿vendrías a ser un gato que se transforma en persona o alguna clase de mestiza? - no conocía mucho sobre las diversas especies que poblaban el mundo, apenas si sabía lo que él era y se hallaba en cierta desventaja intelectual. - Ozura... - no supo que decirle ahora, pero era evidente que solo podría decirle una cosa ahora ante el mínimo de educación que creía poseer. - Yo soy Leone... - en un tono bajo, sintiéndose extraño por no reaccionar mal y odiándose a su vez por tener esa variación en su personalidad ante un felino como lo era aquella.
Se alejó solo un poco del tronco, cerrando su mirada y poco después los abre sorprendido por el tipo de búsqueda que Ozura emprendía en una academia de esta categoría. - ¿Papá? - frunciendo el ceño con fuerza, pronto una vena se alza sobre su sien derecha y su mirada se afila, evocando a la memoria la única persona a quien conoce con ese nombre "Klein". "¿Estará hablando de...él?", era imposible, ese hombre aún era muy joven como para tener una hija. No obstante, ambos se parecían demasiado como para ser una equivocación o mera coincidencia. - Kle-klein... ¿Klein? - no podía creerlo. Debía calmarse, ella podría asustarse sin motivo, Leone no le lastimaría. A Klein, quizás. Mientras pensaba sobre el chico, no pensó en una palabra muy importante mencionada por Ozura "amo", estaba demasiado perdido imaginándose al otro que simplemente no lo escuchó.
Le dio un escalofrío potente,cesando su pensar y hablar algunos momentos hasta que decide apropiado preguntarle sobre esa persona.- Lo conozco... pero... ¿realmente están emparentados? - le mira serio, aún curioso sobre ella y sobre aquel. - Podría ayudarte a buscarlo, pero siéndote sincero no se donde podría estar ahora...él seguramente... - siguió pensando sobre ello, entonces alza su mano derecha y la coloca cerca de Ozura. - Primero baja de ahí, podrías tener problemas... de por si ya podrían castigarnos por la situación en la que estaba yo... - aún con el aroma a tabaco sobre el cuerpo. La cola oscura y danzante le tornaba algo nervioso, quería tocarla y sentir el terciopelo con el que estaba recubierta. No duda en observar tal extremidad
Se alejó solo un poco del tronco, cerrando su mirada y poco después los abre sorprendido por el tipo de búsqueda que Ozura emprendía en una academia de esta categoría. - ¿Papá? - frunciendo el ceño con fuerza, pronto una vena se alza sobre su sien derecha y su mirada se afila, evocando a la memoria la única persona a quien conoce con ese nombre "Klein". "¿Estará hablando de...él?", era imposible, ese hombre aún era muy joven como para tener una hija. No obstante, ambos se parecían demasiado como para ser una equivocación o mera coincidencia. - Kle-klein... ¿Klein? - no podía creerlo. Debía calmarse, ella podría asustarse sin motivo, Leone no le lastimaría. A Klein, quizás. Mientras pensaba sobre el chico, no pensó en una palabra muy importante mencionada por Ozura "amo", estaba demasiado perdido imaginándose al otro que simplemente no lo escuchó.
Le dio un escalofrío potente,cesando su pensar y hablar algunos momentos hasta que decide apropiado preguntarle sobre esa persona.- Lo conozco... pero... ¿realmente están emparentados? - le mira serio, aún curioso sobre ella y sobre aquel. - Podría ayudarte a buscarlo, pero siéndote sincero no se donde podría estar ahora...él seguramente... - siguió pensando sobre ello, entonces alza su mano derecha y la coloca cerca de Ozura. - Primero baja de ahí, podrías tener problemas... de por si ya podrían castigarnos por la situación en la que estaba yo... - aún con el aroma a tabaco sobre el cuerpo. La cola oscura y danzante le tornaba algo nervioso, quería tocarla y sentir el terciopelo con el que estaba recubierta. No duda en observar tal extremidad
Invitado- Invitado
Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Ladeó la cabeza junto con su oreja derecha en señal de confusión o de pensamiento, se quedó así cavilando un rato para saber qué responderle. -Um...no estoy segura. Puedo transformarme en mi forma de gato pero ese ya es en sí una habilidad de mi raza, simplemente así nací.- comenta nerviosa al no saber como explicarle de manera clara, simplemente así era, probablemente la explicación más adecuada sería un gato con forma de humano o algo así ya que tenía todas las manías e instintos felinos sólo que como humana analizaba y pensaba un poco más. Alzó las orejas sonriendo, su nombre no se le olvidaría, raramente y los olvidaba y si se le llegaba a borrar al reconocer su olor volvía a rememorarlo rápidamente. -Mucho gusto Leone.- menciona con una sonrisa enseñando uno de sus colmillos.
Había olvidado que no debía llamarle "amo" a Klein, sin embargo era una costumbre que se le había pegado desde pequeña. Cuando éste le había recogido y cuidado hubo un tiempo en que le llamaba "amo" al sentirse en deuda con el pelinegro, y como su familia era muy servicial con la gente que le ayudaba incluso llegando a ser sus protectores y seguidores; se vio obligada a llamarle así un buen rato, sin embargo a Klein no le agradaba demasiado que le llamara de esa forma puesto que él no sentía que Ozu le debiera algo por lo que prefirió que le llamara por su nombre o mejor aún que le dijera papá. A la felina no le disgustó, de hecho lo consideraba como un padre y a menos de un año de conocerse le decía papá para todo, pero había veces que al hablar de él con otras personas, por accidente volvía a decirle "amo" más por costumbre. Sin embargo parece que el rubio no se había dado cuenta de ese detalle.
Asiente con una sonrisa, todavía sentada de esa manera con la cola moviéndose en un vaivén suave. -Así es, Klein. ¿Lo conoces?- pregunta en busca de una respuesta sin embargo no la obtiene inmediatamente lo que le hace curiosear ante la actitud extraña que estaba presentando, tenía instintos animales así que se fijaba o se daba cuenta mucho en el comportamiento de la demás gente, como si pudiera sentir el estado de ánimo de la gente. Su sonrisa se ensancha y su cola se mueve un poco más rápido en un sentimiento de emoción. -¡Si lo conoces!- bien, probablemente podría encontrarlo junto a Leone.
Ladea el rostro de nueva cuenta, no pensó que le preguntara eso, sin embargo ella no era de las que mentía era extremadamente sincera, al menos el impulso de mentir por algo nunca se le había presentado. -Oh, no.- responde un poco seco, ojalá estuvieran emparentados realmente era uno de los deseos de Ozura desde que estaba pequeña y quizá así no hubiera sufrido nada de lo que había pasado con su clan, se nota su cambio de humor por el tono de su voz. -No estamos emparentados, él me recogió y me cuidó cuando estaba ya por morir.- contándolo con un poco de pesar, extraño en su voz ya que ella casi nunca se desanimaba sin embargo hablar de lo que había pasado con su familia y el tiempo que pasó siendo despreciada por la gente le dolía mucho en el fondo de su corazón, por eso no le contaba esas cosas a la gente, sin embargo sentía que podía confiar en Leone e incluso contarle todo lo que había pasado si éste le preguntaba. -Así que es mi papá adoptivo.- responde volviendo a su ánimo de siempre.
-Oh, en serio...- desvía un poco su mirada, si él tampoco sabía donde estaba exactamente entonces era un poco difícil encontrarlo, ni sabía qué horas eran. Le escucha con curiosidad, tenía razón probablemente se metería en problemas y no quería causar preocupaciones a Klein por lo que baja de un salto de la rama cayendo elegantemente como un gato, en cuatro patas con la cola alzada para mantener el equilibrio, era la viva imagen de un gato bajando de un árbol, la misma figura y la misma elegancia con la que lo hacían. Se levanta posteriormente con la punta de su cola moviéndose todavía cuando nota como la estaba mirando. -¿Qué? ¿Tengo algo en mi cola?.- pregunta inocentemente volteando para verla sin embargo por obvias razones no podía verla completamente lo que hace que gire en círculos en un intento fallido de mirarla, como cuando los perros perseguían su propia cola viéndose por supuesto algo tonta al girar de esa forma pero también adorable.
Había olvidado que no debía llamarle "amo" a Klein, sin embargo era una costumbre que se le había pegado desde pequeña. Cuando éste le había recogido y cuidado hubo un tiempo en que le llamaba "amo" al sentirse en deuda con el pelinegro, y como su familia era muy servicial con la gente que le ayudaba incluso llegando a ser sus protectores y seguidores; se vio obligada a llamarle así un buen rato, sin embargo a Klein no le agradaba demasiado que le llamara de esa forma puesto que él no sentía que Ozu le debiera algo por lo que prefirió que le llamara por su nombre o mejor aún que le dijera papá. A la felina no le disgustó, de hecho lo consideraba como un padre y a menos de un año de conocerse le decía papá para todo, pero había veces que al hablar de él con otras personas, por accidente volvía a decirle "amo" más por costumbre. Sin embargo parece que el rubio no se había dado cuenta de ese detalle.
Asiente con una sonrisa, todavía sentada de esa manera con la cola moviéndose en un vaivén suave. -Así es, Klein. ¿Lo conoces?- pregunta en busca de una respuesta sin embargo no la obtiene inmediatamente lo que le hace curiosear ante la actitud extraña que estaba presentando, tenía instintos animales así que se fijaba o se daba cuenta mucho en el comportamiento de la demás gente, como si pudiera sentir el estado de ánimo de la gente. Su sonrisa se ensancha y su cola se mueve un poco más rápido en un sentimiento de emoción. -¡Si lo conoces!- bien, probablemente podría encontrarlo junto a Leone.
Ladea el rostro de nueva cuenta, no pensó que le preguntara eso, sin embargo ella no era de las que mentía era extremadamente sincera, al menos el impulso de mentir por algo nunca se le había presentado. -Oh, no.- responde un poco seco, ojalá estuvieran emparentados realmente era uno de los deseos de Ozura desde que estaba pequeña y quizá así no hubiera sufrido nada de lo que había pasado con su clan, se nota su cambio de humor por el tono de su voz. -No estamos emparentados, él me recogió y me cuidó cuando estaba ya por morir.- contándolo con un poco de pesar, extraño en su voz ya que ella casi nunca se desanimaba sin embargo hablar de lo que había pasado con su familia y el tiempo que pasó siendo despreciada por la gente le dolía mucho en el fondo de su corazón, por eso no le contaba esas cosas a la gente, sin embargo sentía que podía confiar en Leone e incluso contarle todo lo que había pasado si éste le preguntaba. -Así que es mi papá adoptivo.- responde volviendo a su ánimo de siempre.
-Oh, en serio...- desvía un poco su mirada, si él tampoco sabía donde estaba exactamente entonces era un poco difícil encontrarlo, ni sabía qué horas eran. Le escucha con curiosidad, tenía razón probablemente se metería en problemas y no quería causar preocupaciones a Klein por lo que baja de un salto de la rama cayendo elegantemente como un gato, en cuatro patas con la cola alzada para mantener el equilibrio, era la viva imagen de un gato bajando de un árbol, la misma figura y la misma elegancia con la que lo hacían. Se levanta posteriormente con la punta de su cola moviéndose todavía cuando nota como la estaba mirando. -¿Qué? ¿Tengo algo en mi cola?.- pregunta inocentemente volteando para verla sin embargo por obvias razones no podía verla completamente lo que hace que gire en círculos en un intento fallido de mirarla, como cuando los perros perseguían su propia cola viéndose por supuesto algo tonta al girar de esa forma pero también adorable.
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Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Leone seguía cautivado por la chica, no solo por tener rasgos que él encontraba atractivos, tampoco por tener un parecido muy curioso con cierto psicópata que conocía, sino que toda su persona le atraía. La joven podría definirse como la chica ideal para alguien con los estándares del rubio, pero no era con afán romántico que Leo le observaba, mas bien podría decirse que era intriga. Aunque no podía reprimir las ansias por tenerle entre sus brazos y el solo pensar en esa posibilidad le causaba un sentimiento muy curioso ¿alegría? quizás.
— Si, nos hemos visto... algunas veces — muy pocas veces se han encontrado y no precisamente de forma amistosa. Leone prefería no comentarle el tipo de encuentros que han tenido, seguramente ella se asustaría o pensaría que él quiere hacerle algo parecido. Volvió a mostrarse confuso ante la negación — Entonces... ¿eres adop... oh,ya veo. — aumentó su curiosidad sobre la felina,era irresistible. Se sintió mal por haber tocado un tema al parecer delicado, no era tan estúpido como para no darse cuenta. Prefirió no indagar sobre eso, quizás algún día interrogue a Klein. El tema familiar era algo que le desalentaba, por lo que podía empatizar en cierto modo con ella (eso creía él).
El como ella bajó del árbol volvió a sorprenderle ¡era un gato!, no es que se diera cuenta recién, pero cada acto ajeno reafirmaba esa realidad. Los ojos del mayor le seguían con atención, como si ella fuese lo más importante en ese momento, más al ver que ella giraba cual cachorro. — Esto es demasiado... demasiado... — murmura y termina por acercarse,casi en acecho y le toma la cola con ambas manos. Esta vez, el agarre del italiano era suave, incluso delicado al tratarse de un sujeto tosco como él. No tendría problemas en girar con ella si la morena no se detenía — es muy suave, es tibia... aún me cuesta creerlo, Ozura... — trata de mirar a sus ojos, pero entonces deposita su mirada en sus orejas. Con la cola en sus manos, piensa detenidamente en si es prudente tocar ambas, ya que recién en ese instante el sentido común se hace presente.
— Ah... podríamos ir a cierto sitio... ¿visitaste la azotea? — detiene el acoso que le estaba dando y con la mirada indica el sector— aunque ahora debería estar en clases, aún no es recreo... ¿qué te parece si le esperamos allí? no tengo la certeza de que suba, pero algo me dice ....— suela la félida cola y varía tu entonación — que querrá subir a jugar... ¿juega...contigo?— suspira bajo.
— Si, nos hemos visto... algunas veces — muy pocas veces se han encontrado y no precisamente de forma amistosa. Leone prefería no comentarle el tipo de encuentros que han tenido, seguramente ella se asustaría o pensaría que él quiere hacerle algo parecido. Volvió a mostrarse confuso ante la negación — Entonces... ¿eres adop... oh,ya veo. — aumentó su curiosidad sobre la felina,era irresistible. Se sintió mal por haber tocado un tema al parecer delicado, no era tan estúpido como para no darse cuenta. Prefirió no indagar sobre eso, quizás algún día interrogue a Klein. El tema familiar era algo que le desalentaba, por lo que podía empatizar en cierto modo con ella (eso creía él).
El como ella bajó del árbol volvió a sorprenderle ¡era un gato!, no es que se diera cuenta recién, pero cada acto ajeno reafirmaba esa realidad. Los ojos del mayor le seguían con atención, como si ella fuese lo más importante en ese momento, más al ver que ella giraba cual cachorro. — Esto es demasiado... demasiado... — murmura y termina por acercarse,casi en acecho y le toma la cola con ambas manos. Esta vez, el agarre del italiano era suave, incluso delicado al tratarse de un sujeto tosco como él. No tendría problemas en girar con ella si la morena no se detenía — es muy suave, es tibia... aún me cuesta creerlo, Ozura... — trata de mirar a sus ojos, pero entonces deposita su mirada en sus orejas. Con la cola en sus manos, piensa detenidamente en si es prudente tocar ambas, ya que recién en ese instante el sentido común se hace presente.
— Ah... podríamos ir a cierto sitio... ¿visitaste la azotea? — detiene el acoso que le estaba dando y con la mirada indica el sector— aunque ahora debería estar en clases, aún no es recreo... ¿qué te parece si le esperamos allí? no tengo la certeza de que suba, pero algo me dice ....— suela la félida cola y varía tu entonación — que querrá subir a jugar... ¿juega...contigo?— suspira bajo.
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Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
La pelinegra alzó las orejas atenta a lo que el rubio dijera; no solía interesarse tanto en las personas o generalmente no entallaba una conversación fluida con alguno, sin contar claro que era raro que saliera sin autorización de Klein, razón por la cual no conociera mucha gente o siquiera tuviera amigos. Sin embargo, no sabía qué poseía aquel ser que a Ozura le atraía tanto, sentía algo familiar como pasó la primera vez que conoció al Shinigami y aquella sensación le agradaba bastante. El ser fluida con la manera en la hablaba con alguien y quizá era puro instinto, pero a pesar del fuerte olor a cigarro, inconscientemente el aroma del pelinegro ojirubí llegaba a sus fosas nasales; llegando entonces a la conclusión de que el aroma de Klein yacía impregnado en Leone, vayan a saber ustedes el por qué pero lo estaba (?) y eso como a un animal que huele el aroma de su madre le llamaba y atraía, quizá mera causa del destino.
Su sonrisa se ensanchó cuando pasó por su mente la posibilidad de que el rubio y el pelinegro fueran mejores amigos de la vida, eso significaba quizá verlo en casa o pasar tiempo con él siendo que sus pensamientos estaban muy lejos de la realidad. -¡¿Eres amigo de papá?!- pregunta entusiasmada esperando que la respuesta fuera positiva -Se han visto un par de veces, quiere decir quizá que eres su amigo.- menciona con un ligero pero notable brillo en sus ojos aunque aún si le dijera lo contrario lo más posible es que la felina se encargara de hacerlos amigos, su padre en serio necesitaba compañía (?) y quizá si se hacían amigos el shinigami ya no llevaría tanta gente desconocida a casa, no le inspiraban confianza y era casi diario. Tendría a alguien con quién jugar y si todo iba bien podrían salir los tres; inconscientemente estaba teniendo pensamientos de relaciones familiares, en pocas palabras, que el rubio se uniera a la familia como hermano o padre que era más bien lo que quería(?).
Detuvo los giros cuando sintió el tacto en su cola mirando curiosa lo que hiciera el italiano, su extremidad seguía moviéndose lentamente, gustosa de ser acariciada. A la mayoría de los gatos les parecía desagradable el tacto con su cola pero esto era por la tosca manera en la que las tomaban, pero cuando el tacto era así de suave la cola se convertía en una parte mimosa de los mininos. Ladeó su cabeza al escucharle -¿Crees aún que no es de verdad?- pregunta sonriendo y moviendo aún la cola o quizá el movimiento era involuntario mientras en sus orejas un espasmo se hizo presente moviéndolas como si tuvieran consciencia de que el mayor las miraba con detenimiento.
Escucha con atención cayendo en cuenta que no había ido a la azotea, raro, porque era el lugar más alto de la escuela y fácilmente pudo haber localizado al pelinegro pero teniendo presente que se había extraviado, parecía razonable el hecho de no haber ido hacia allá. -¡Buena idea!- menciona animada ante la propuesta de Leone y si estaban los dos entonces cuando Klein llegara podrían jugar los tres juntos, eso animaba mucho a la de mirada escarlata.
Asiente ante la pregunta del mayor con ahínco. -¡Sí! ¡Juega conmigo siempre!- cambia un poco su expresión a una un poco más tranquila o más bien desanimada -Pero no ha tenido mucho tiempo para jugar, así que prefiero no molestarlo y me pongo a leer o a dormir.- ríe nerviosa pues era en su mayoría lo que hacía, quizá a veces salía a estirar las piernas pero no le gustaba mucho salir sin compañía porque... bueno, se perdía. -Sin embargo, Leone jugará conmigo ¿No?- dice levantando las orejas -¡Y cuando llegue papá podremos jugar los tres!- completamente ilusionada espera que el otro le guiara a la azotea.
-Pero... si Klein está en clase ¿no se supone que Leone debería estarlo también?- cuestiona mirando al mencionado con curiosidad, igual no conocía la dinámica de la escuela así que por algo preguntaba.
Su sonrisa se ensanchó cuando pasó por su mente la posibilidad de que el rubio y el pelinegro fueran mejores amigos de la vida, eso significaba quizá verlo en casa o pasar tiempo con él siendo que sus pensamientos estaban muy lejos de la realidad. -¡¿Eres amigo de papá?!- pregunta entusiasmada esperando que la respuesta fuera positiva -Se han visto un par de veces, quiere decir quizá que eres su amigo.- menciona con un ligero pero notable brillo en sus ojos aunque aún si le dijera lo contrario lo más posible es que la felina se encargara de hacerlos amigos, su padre en serio necesitaba compañía (?) y quizá si se hacían amigos el shinigami ya no llevaría tanta gente desconocida a casa, no le inspiraban confianza y era casi diario. Tendría a alguien con quién jugar y si todo iba bien podrían salir los tres; inconscientemente estaba teniendo pensamientos de relaciones familiares, en pocas palabras, que el rubio se uniera a la familia como hermano o padre que era más bien lo que quería(?).
Detuvo los giros cuando sintió el tacto en su cola mirando curiosa lo que hiciera el italiano, su extremidad seguía moviéndose lentamente, gustosa de ser acariciada. A la mayoría de los gatos les parecía desagradable el tacto con su cola pero esto era por la tosca manera en la que las tomaban, pero cuando el tacto era así de suave la cola se convertía en una parte mimosa de los mininos. Ladeó su cabeza al escucharle -¿Crees aún que no es de verdad?- pregunta sonriendo y moviendo aún la cola o quizá el movimiento era involuntario mientras en sus orejas un espasmo se hizo presente moviéndolas como si tuvieran consciencia de que el mayor las miraba con detenimiento.
Escucha con atención cayendo en cuenta que no había ido a la azotea, raro, porque era el lugar más alto de la escuela y fácilmente pudo haber localizado al pelinegro pero teniendo presente que se había extraviado, parecía razonable el hecho de no haber ido hacia allá. -¡Buena idea!- menciona animada ante la propuesta de Leone y si estaban los dos entonces cuando Klein llegara podrían jugar los tres juntos, eso animaba mucho a la de mirada escarlata.
Asiente ante la pregunta del mayor con ahínco. -¡Sí! ¡Juega conmigo siempre!- cambia un poco su expresión a una un poco más tranquila o más bien desanimada -Pero no ha tenido mucho tiempo para jugar, así que prefiero no molestarlo y me pongo a leer o a dormir.- ríe nerviosa pues era en su mayoría lo que hacía, quizá a veces salía a estirar las piernas pero no le gustaba mucho salir sin compañía porque... bueno, se perdía. -Sin embargo, Leone jugará conmigo ¿No?- dice levantando las orejas -¡Y cuando llegue papá podremos jugar los tres!- completamente ilusionada espera que el otro le guiara a la azotea.
-Pero... si Klein está en clase ¿no se supone que Leone debería estarlo también?- cuestiona mirando al mencionado con curiosidad, igual no conocía la dinámica de la escuela así que por algo preguntaba.
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Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
— Ah… yo no diría que somos amigos precisamente… — no quiso aclarar qué tipo de relación tenía con Klein, ya que en primer lugar no había una relación entre ambos salvo la de meros conocidos, eso ni por asomo se acercaba a una amistad. — dejémoslo en conocidos, ¿Vale? — no revelaría de momento hasta que puntos se conocían, la chica no mostraba ser alguien muy adulta en cuanto a pensar. Las caricias en aquella extremidad no se detenían, poseían cierto ritmo que acompañaba al movimiento que ella le daba a la cola. — N-no es eso, es que… ¡estoy realmente sorprendido! — Quiso ocultar su fascinación con la morena, pero era algo muy difícil de hacer — Siempre que persigo algún gato se escapan de mi y eso que trato de acercarme sigilosamente — Leone creía ser silencioso, pero siempre espantaba a los animales cuando él los seguía. Diferente era cuando estos se acercaban. — Se siente cálida y al moverse se nota que es verdadera — sonrió amable al poder acicalarla.
Al mencionar lo de “juego”, Leone lo hacía con una connotación sexual, ya que eran ese tipo de cosas las que hacía con Klein y pensó que si lo hacía con él seguro que con ella igual, Ozura parecía quererle mucho y Leone no dudaba en que accedería a un capricho tal por parte de su amiguito. Eso le preocupó y mucho. — Ozura… ¿qué tipo de juegos? — afiló su mirada queriendo disipar sus dudas, era importante no entender algo erróneo, pero de ser lo que estaba pensando iría a partirle la estúpida cara al depravado aquel. — Si él no tiene tiempo para ti, yo puedo acompañarte… tengo mucho tiempo libre a decir verdad — mencionó con un suspiro al final, prefería estar con ella a que andar merodeando solo. — así que no dudes en buscarme si tienes ganas de jugar — esta vez no mal pensó en lo absoluto, pudo entender que aquella chica era muy sincera e inocente, alguien adorable. — Los tres juntos… — arruga el entrecejo ante la idea de compartir sus momentos con Ozura ante tal sujeto ¿Qué podría pasar?, era peligroso. — Cla-claro… — no mencionó más sobre ello, pero estaba dispuesto a tratar si es que la menor tanto quería aquello.
La pregunta de la joven le dejó en jaque, él debería estar en clases durante ese periodo pero se las había saltado sin mucho interés — Tengo libre… — murmuró la mentira mientras se volteaba — Vamos a buscar a Klein, quizás él también tenga libre… hay que aprovechar el tiempo — comenzó a caminar esperando que ella no cuestionara más sobre su periodo escolar. — Iremos hacia la azotea ¿te parece bien si tomamos un atajo? Pero para ello tendrás que seguir mi ritmo ¿qué tan ágil eres Ozura? — le miró de reojo mientras caminaba en dirección al edificio principal — si no crees poder seguirme, puedo llevarte en brazos… — tenía fuerza suficiente para llevarla en su espalda. — ¡Sígueme! — se dispuso a correr para ir más rápido e ir olvidando la plática sobre las clases, además que no era prudente quedarse en el mismo sitio sabiendo que podían encontrarle en una de las rondas de los vigilantes.
Corrió bastante, fueron al menos diez minutos y se detiene en el otro costado del edificio principal, el trayecto había sido bastante cuidadoso y enredado, dudaba que Ozura lo recordara como para regresar sola en algún otro momento. Leone se escondió tras un pilar amplio que daba soporte al techo del patio trasero y servía como camino hacia el invernadero y áreas verdes de la academia.Le hizo una seña a la felina para que se pusiera tras él y guardara silencio, era importante que no los vieran o podrían tener problemas. Sintió pasos no muy lejos de su posición, por lo que jaló a la chica de la mano y le abrazó tratando de ocultarle y que no los encontraran. Le susurró posterior a ello — Iremos por fuera hasta llegar a la ventana del penúltimo piso, ¿vale? — sonando bastante normal para él pese a ser muy peligroso. De caer, no solo causarían conmoción sino que podrían tener heridas muy severas. Se quedó quieto sin soltar a la morena hasta que dejase de escuchar pasos y voces.
Al mencionar lo de “juego”, Leone lo hacía con una connotación sexual, ya que eran ese tipo de cosas las que hacía con Klein y pensó que si lo hacía con él seguro que con ella igual, Ozura parecía quererle mucho y Leone no dudaba en que accedería a un capricho tal por parte de su amiguito. Eso le preocupó y mucho. — Ozura… ¿qué tipo de juegos? — afiló su mirada queriendo disipar sus dudas, era importante no entender algo erróneo, pero de ser lo que estaba pensando iría a partirle la estúpida cara al depravado aquel. — Si él no tiene tiempo para ti, yo puedo acompañarte… tengo mucho tiempo libre a decir verdad — mencionó con un suspiro al final, prefería estar con ella a que andar merodeando solo. — así que no dudes en buscarme si tienes ganas de jugar — esta vez no mal pensó en lo absoluto, pudo entender que aquella chica era muy sincera e inocente, alguien adorable. — Los tres juntos… — arruga el entrecejo ante la idea de compartir sus momentos con Ozura ante tal sujeto ¿Qué podría pasar?, era peligroso. — Cla-claro… — no mencionó más sobre ello, pero estaba dispuesto a tratar si es que la menor tanto quería aquello.
La pregunta de la joven le dejó en jaque, él debería estar en clases durante ese periodo pero se las había saltado sin mucho interés — Tengo libre… — murmuró la mentira mientras se volteaba — Vamos a buscar a Klein, quizás él también tenga libre… hay que aprovechar el tiempo — comenzó a caminar esperando que ella no cuestionara más sobre su periodo escolar. — Iremos hacia la azotea ¿te parece bien si tomamos un atajo? Pero para ello tendrás que seguir mi ritmo ¿qué tan ágil eres Ozura? — le miró de reojo mientras caminaba en dirección al edificio principal — si no crees poder seguirme, puedo llevarte en brazos… — tenía fuerza suficiente para llevarla en su espalda. — ¡Sígueme! — se dispuso a correr para ir más rápido e ir olvidando la plática sobre las clases, además que no era prudente quedarse en el mismo sitio sabiendo que podían encontrarle en una de las rondas de los vigilantes.
Corrió bastante, fueron al menos diez minutos y se detiene en el otro costado del edificio principal, el trayecto había sido bastante cuidadoso y enredado, dudaba que Ozura lo recordara como para regresar sola en algún otro momento. Leone se escondió tras un pilar amplio que daba soporte al techo del patio trasero y servía como camino hacia el invernadero y áreas verdes de la academia.Le hizo una seña a la felina para que se pusiera tras él y guardara silencio, era importante que no los vieran o podrían tener problemas. Sintió pasos no muy lejos de su posición, por lo que jaló a la chica de la mano y le abrazó tratando de ocultarle y que no los encontraran. Le susurró posterior a ello — Iremos por fuera hasta llegar a la ventana del penúltimo piso, ¿vale? — sonando bastante normal para él pese a ser muy peligroso. De caer, no solo causarían conmoción sino que podrían tener heridas muy severas. Se quedó quieto sin soltar a la morena hasta que dejase de escuchar pasos y voces.
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Re: [Priv.] Mala orientación con olor a tabaco
Al escucharle negar que eran amigos y solo conocidos bajó sus orejas un tanto decepcionada pero pronto recobró su postura, si no eran amigos actualmente entonces la pelinegra haría todo lo posible para que lo fueran, se había puesto esa meta, el rubio le gustaba mucho para que fuera amigo del shinigami y quizá espantaría a la gente desconocida que iba tanto con Klein, hombres y mujeres por igual; aunque se viera así de sociable y cariñosa con el mayor normalmente se comportaba arisca con la gente que iba con su padre, no sabía por qué aunque toda la audiencia sabe que celaba a este, nadie le quitaba a su padre excepto ella obvio y si Leone quería, le daría permiso para que lo acaparara, eso ya es decir mucho(?). -¿Conocidos? Vale...- suspira pero ya se había entusiasmado con la idea de que se hicieran más cercanos, inconscientemente quizá estaba actuando como cupido.
Ríe con su reacción ante su cola. -¡Claro que es verdadera!- ladea la cabeza -Me ayuda a mantener el equilibrio en lugares altos.- menciona como si le explicara para qué la necesitaba. Le escucha y piensa un rato. -Bueno, normalmente hacen eso los gatos porque son desconfiados de los humanos, me han dicho que cuando seguían a un humano este o los golpeaba o les trataba de hacer algo y es así como el rumor de que los humanos eran malos se extendió entre el mundo gatuno y prefieren prevenir.- ella tenía comunicación con los felinos, claro, era mitad gato y se entendía pero lo menciona con tanta naturalidad como si todos pudieran entenderle a un gato.
Posteriormente pasa un dedo por sus labios dando ligeros golpeteos pensando. -Que tipo de juegos... Bueno, a veces juega conmigo con las bolas de estambre, con lazos que mueve... ¡Oh! con el laser también, ese tonto laser que nunca puedo atrapar...- refiriéndose a puros juegos de mininos, jugar con pequeñas bolas de estambre donde quedaba enredada siempre, usar cualquier cosa y moverla para que la menor la "cazara" y un pequeño laser que usaba el shinigami para guiar la luz y que Ozura de igual manera la persiguiera. -También jugamos a las escondidas y atrapadas, dice que me ayudará a cazar.- la felina solía esconderse en varios lugares sigilosamente y llegar por algún lugar hacia Klein . Si lo sorprendía o lo derribaba, ganaba la gata.
Dio ligeros saltitos cuando Leone dio positiva la invitación a que jugaran los tres, se emocionó tanto que comenzó a mover su cola en un vaivén más rápido cerrando los ojos riendo por lo bajo, feliz, completamente feliz más por que ahora tendría alguien más con quién jugar y podría visitarlo y eso simplemente le ponía contenta, muy alegre. -¡Entonces Leone jugará conmigo también!- menciona completamente emocionada, con un brillo tal en los ojos que podrías confundirla con una infante a la que le prometes jugar con ella.
Ladeó la cabeza aceptando lo que le dijo, creyéndole aún sabiendo que su padre se saltaba mucho las clases pero le creía a cualquier persona y en este caso más a Leone que había captado su atención y confianza. Asintió emocionada ya que iban a buscar a Klein, de nuevo dando ligeros saltitos mientras movía su cola, comenzó a caminar siguiéndolo con una sonrisa radiante en su rostro hasta que paró para escucharle. Frunció el ceño suavemente con una sonrisa en el rostro ¿qué tan ágil era? vamos, la pregunta es necia; es un gato.
-¡Soy un gato! Me sorprendería si siguieras mi ritmo.- dijo con un aire de superioridad, malos hábitos que aprendía del shinigami... y aparte porque los gatos así como los cuervos son unos vanidosos de primera. Le siguió sin problema en todo el trayecto, de hecho había veces que por poco se adelantaba a la velocidad del rubio pero para no perderlo trataba de ir o a la par o detrás. Le gustaba mucho que fuera tan ágil, era mucho más ágil que Klein y eso le gustaba mucho ya que otra de sus maneras de jugar era ir por ahí saltando en cualquier lugar y con una persona tan habilidosa como Leone seguramente la diversión iría a otro nivel; ya saben pensando en jugar cuando parece que están dando una fuga de la prisión y la pelinegra ni se ha dado cuenta y ni se ha cuestionado por qué deben ser tan sigilosos.
Se detuvo en seco al ver su seña y se puso detrás de él moviendo las orejas captando los sonidos. Y aunque el rubio estaba bastante serio Ozura por dentro se la estaba pasando de lo lindo, aunque después de tanto ejercicio sin duda se la pasaría durmiendo como buen gato perezoso que es. El jalón le tomó de sorpresa y casi tropieza de no ser que estiró su cola para mantener el equilibrio, permaneció inmutable ante el abrazo del mayor, porque claro, no le veía nada de malo y movía sus orejas con curiosidad. -¿Nos escondemos de los que andan hablando allá?- preguntó en un susurro con las orejas erguidas. -Tienen un patrón al caminar así que en poco rato se alejarán.- le sonríe de lo más tranquila y dicho al hecho, en pocos segundos volvió a mover sus orejas y con sigilo se movió delante de Leone. -Mira, se han ido.- vuelve su mirada hacia Leone con elegancia ayudada de la buena coordinación felina. -En el día no veo muy bien debido a la composición de mis ojos, pero se acentúa mi oído y mi olfato.- le sonríe mirando la ventana del penúltimo piso. -Me estoy divirtiendo mucho, vamos vamos, hay que encontrar a papá.-
Ríe con su reacción ante su cola. -¡Claro que es verdadera!- ladea la cabeza -Me ayuda a mantener el equilibrio en lugares altos.- menciona como si le explicara para qué la necesitaba. Le escucha y piensa un rato. -Bueno, normalmente hacen eso los gatos porque son desconfiados de los humanos, me han dicho que cuando seguían a un humano este o los golpeaba o les trataba de hacer algo y es así como el rumor de que los humanos eran malos se extendió entre el mundo gatuno y prefieren prevenir.- ella tenía comunicación con los felinos, claro, era mitad gato y se entendía pero lo menciona con tanta naturalidad como si todos pudieran entenderle a un gato.
Posteriormente pasa un dedo por sus labios dando ligeros golpeteos pensando. -Que tipo de juegos... Bueno, a veces juega conmigo con las bolas de estambre, con lazos que mueve... ¡Oh! con el laser también, ese tonto laser que nunca puedo atrapar...- refiriéndose a puros juegos de mininos, jugar con pequeñas bolas de estambre donde quedaba enredada siempre, usar cualquier cosa y moverla para que la menor la "cazara" y un pequeño laser que usaba el shinigami para guiar la luz y que Ozura de igual manera la persiguiera. -También jugamos a las escondidas y atrapadas, dice que me ayudará a cazar.- la felina solía esconderse en varios lugares sigilosamente y llegar por algún lugar hacia Klein . Si lo sorprendía o lo derribaba, ganaba la gata.
Dio ligeros saltitos cuando Leone dio positiva la invitación a que jugaran los tres, se emocionó tanto que comenzó a mover su cola en un vaivén más rápido cerrando los ojos riendo por lo bajo, feliz, completamente feliz más por que ahora tendría alguien más con quién jugar y podría visitarlo y eso simplemente le ponía contenta, muy alegre. -¡Entonces Leone jugará conmigo también!- menciona completamente emocionada, con un brillo tal en los ojos que podrías confundirla con una infante a la que le prometes jugar con ella.
Ladeó la cabeza aceptando lo que le dijo, creyéndole aún sabiendo que su padre se saltaba mucho las clases pero le creía a cualquier persona y en este caso más a Leone que había captado su atención y confianza. Asintió emocionada ya que iban a buscar a Klein, de nuevo dando ligeros saltitos mientras movía su cola, comenzó a caminar siguiéndolo con una sonrisa radiante en su rostro hasta que paró para escucharle. Frunció el ceño suavemente con una sonrisa en el rostro ¿qué tan ágil era? vamos, la pregunta es necia; es un gato.
-¡Soy un gato! Me sorprendería si siguieras mi ritmo.- dijo con un aire de superioridad, malos hábitos que aprendía del shinigami... y aparte porque los gatos así como los cuervos son unos vanidosos de primera. Le siguió sin problema en todo el trayecto, de hecho había veces que por poco se adelantaba a la velocidad del rubio pero para no perderlo trataba de ir o a la par o detrás. Le gustaba mucho que fuera tan ágil, era mucho más ágil que Klein y eso le gustaba mucho ya que otra de sus maneras de jugar era ir por ahí saltando en cualquier lugar y con una persona tan habilidosa como Leone seguramente la diversión iría a otro nivel; ya saben pensando en jugar cuando parece que están dando una fuga de la prisión y la pelinegra ni se ha dado cuenta y ni se ha cuestionado por qué deben ser tan sigilosos.
Se detuvo en seco al ver su seña y se puso detrás de él moviendo las orejas captando los sonidos. Y aunque el rubio estaba bastante serio Ozura por dentro se la estaba pasando de lo lindo, aunque después de tanto ejercicio sin duda se la pasaría durmiendo como buen gato perezoso que es. El jalón le tomó de sorpresa y casi tropieza de no ser que estiró su cola para mantener el equilibrio, permaneció inmutable ante el abrazo del mayor, porque claro, no le veía nada de malo y movía sus orejas con curiosidad. -¿Nos escondemos de los que andan hablando allá?- preguntó en un susurro con las orejas erguidas. -Tienen un patrón al caminar así que en poco rato se alejarán.- le sonríe de lo más tranquila y dicho al hecho, en pocos segundos volvió a mover sus orejas y con sigilo se movió delante de Leone. -Mira, se han ido.- vuelve su mirada hacia Leone con elegancia ayudada de la buena coordinación felina. -En el día no veo muy bien debido a la composición de mis ojos, pero se acentúa mi oído y mi olfato.- le sonríe mirando la ventana del penúltimo piso. -Me estoy divirtiendo mucho, vamos vamos, hay que encontrar a papá.-
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