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- 27 de Diciembre, 2142

La batalla acaba de terminar, pocos sobrevivientes han quedado después de que fue lanzada aquella bomba nuclear, la cual acabó con toda la ciudad en donde se desarrollaba tal batalla atroz. Yo, el soldado Alexander soy un sobreviviente, y antes de que algo me suceda eh decidido escribir lo que tengo en la memoria de aquella batalla…

Lo que vi fue simplemente imposible… eran personas comunes y corrientes las cuales no parecía que podrían ser un gran peligro para nosotros, pero nos equivocamos. De un momento a otro, el grupo de cinco personas que habíamos encontrado refugiadas en un edificio destruido nos atacó, pero no con armas ni nada parecido… en su lugar… eran especie de monstros sacados de alguna película. Recuerdo bien que cuando se alzaron de pie ante nosotros, una pequeña niña nos miró fijamente a cada uno de nosotros, mientras que el más grande y musculoso se paraba detrás de ella, parecía un tipo de bestia por lo alto y musculoso que se veía. Yo, como líder de la tropa ofrecí mi ayuda para refugiarlos en los albergues que teníamos instalados a los costados de la ciudad y pese a que iba en contra de las normativas lo hice, sin embargo, en el momento en que iba a comenzar a hablar, Michael, mi compañero a la derecha comenzó a convulsionarse, sus brazos se doblaron estrepitosamente de una manera que parecía imposible para el cuerpo humano. Todos lo miramos… y pocos tratamos de detenerlo o ayudarle pero fue inútil. Mientras el yacía sobre el suelo, yo miraba a todos a mi alrededor, a mi pelotón, a los extraños frente a mi y me percaté de que los únicos asustados éramos nosotros ¿Por qué? Esta circunstancia debía poder asustar a cualquiera, pero no fue así… ellos permanecían callados, mirándonos y fue cuando pregunté -¿Qué demonios?... ¿QUÉ CARAJO SUCEDE CON USTEDES? ¡AYUDENNOS!- A lo que la pequeña respondió –No hay nadie que pueda ayudarte, así que no hace falta gritar, si me cansas te sucederá lo mismo que a tu amigo- Decía mientras miraba a Michael en el suelo. Consternado, tratando de encontrarle sentido a sus palabras, otro miembro de mi escuadrón se abalanzó en contra de la joven, iba a golpearla y no entendía el por qué, hasta que dijo -¡FUÍSTE TÚ LA QUE LE HIZO ESTO A MICHAEL MALDITA ZORRA!- y su puño iba directo a la cara de ella, sin embargo, el individuo alto y musculoso detuvo su puño con un fuerte apretón, y de un parpadear a otro vi como el cuerpo de mi compañero explotaba frente a mí, su sangre y parte de sus restos bañaban al resto del pelotón, el cual asustado comenzó a dispararle a los individuos frente a nosotros, sin embargo una especie de manta se colocaba frente a ellos, inutilizando los disparos que se ejecutaban frente a ellos. En ese momento, llegué a la conclusión de que esto era imposible, no sé si era magia negra, alguna especie de mutación o una alucinación extraña en la mente de todos, pero estaba sucediendo. Cinco individuos extraños comenzaron a atacarnos sin piedad alguna, uno tras otro de los miembros de mi pelotón fue cayendo en el campo de batalla, mientras yo huía del lugar como un cobarde. Aunque esta es una de las cosas que no me enorgullecen, el haber dejado a mi pelotón desprotegido y sin su líder, es algo que debía hacer, por necesidad e instinto.

El enfrentamiento duró poco más de dos horas, y esto fue debido a que de un momento a otro vimos que no nos perseguían -¿Por qué?- pensé, y bajo ese temor llegué ala conclusión de que se re agrupaban para atacarnos nuevamente, acorralándonos o algo por el estilo, pero no fue así... en su lugar, vi como un destello en el cielo se formaba y después de ello no recuerdo nada más, salvo despertar en un campamento extraño con gente desconocida… No sé si decidan torturarme o interrogarme, no sé si pase la noche una vez que eh despertado pero antes de que suceda cualquier cosa, eh escrito todo lo que recuerdo ese día en más de un idioma… solo espero que alguien pueda leerlo.